Presentacion: Esta obra se prepara en medio de mis labores usuales en la Asamblea legislativa. Lo he debido confeccionar en un tiempo record a solicitud expresa del Presidente de la Asamblea Legislativa ,Lic Danilo Chaverri ( 1993-1994) ,quien estaba interesado en conocer aspectos relevantes de la faceta que nos distingue de los animales: la capacidad de comunicarnos de forma sencilla y compleja también ,pero que en el ámbito de la denominada comunicación política tiene características que la diferencian-notablemente de la comunicación usual.
El periodo de producción fue únicamente de seis meses en medio del fragor de la campaña electoral y se procuraba hacerlo de la manera mas objetiva posible. Solo los lectores dirán si este objetivo se pudo lograr o no.
Por diversas circunstancias la obra circula únicamente en el ambito de la Asamblea Legislativa y pese a que analiza una campaña pasada, nada de lo escrito ha sido demeritado-toro lo contrario confirmado- en campañas electorales posteriores, dado que lo único que cambia son los instrumentos usados en los procesos de intercambio de información, no así la filosofía hondamente pragmática sobre la cual descansa la comunicación política , ahora reforzada por el uso de Internet y sus redes sociales.
Agosto de 2011.
INTRODUCCIÓN
Los gobiernos, las grandes corporaciones privadas y públicas, e incluso importantes organizaciones patronales, gremiales y sindicales de otras latitudes, han ido incorporando en la línea jerárquica de los cuadros altos y medios a sus propios expertos para el seguimiento y el manejo de su imagen pública, bajo los postulados de las Relaciones Publicas por Objetivos, estrategia en la que nada de la imagen corporativa queda expuesta al azar; todo queda regulado por la meta previamente estudiada, trazada y cuantificada en la que el público meta, según algunos estudiosos, es un objeto prácticamente pasivo que interactúa por reflejos condicionados, o bien tiene la capacidad de discernir entre ofertas para hacer una elección libre, según afirman otros estudiosos.
Independientemente de quién lleve la razón, respecto a la reacción del público expuesto a una variopinta oferta de información, lo cierto es que en Costa Rica los partidos políticos no tienen expertos de planta en esta materias, o, a lo sumo, estos se encuentran
-en campaña electoral- al servicio de las tendencias, con lo cual se pierde la posibilidad de efectuar análisis institucionales permanente y sistemáticos sobre las verdaderas características de los procesos comunicacionales partidistas, al margen de la pasión e interés sesgado en que se enmarcan las campañas electorales.
Por esa razón, la primera idea que salta a la mente cuando se habla de "comunicación política" no es la relación de intercambio informacional que la debiera distinguir en su verdadera y primigenia acepción, sino, otra diferente: la de las campañas electorales, con sus estridencias y dramatismos de color, pasión y ruido, en donde se pierde y se la sacrifica en nombre de la difusión masiva de imágenes y símbolos que -pasada la campaña- dejan de tener valor. Por lo contrario, tales símbolos e imágenes adquieren otra dimensión que -ineludiblemente- es bien distinta a la función de docencia política que es inherente a los partidos políticos, lo que suele generar frustración social, como bien lo atestiguan las diversas ponencias que, sobre el tema, fueran expuestas en la I y II conferencias de Partidos Políticos Centroamericanos efectuadas en 1992 y 1993, respectivamente, convocadas por el Parlamento Centroamericano.
Dado que en Costa Rica la Constitución Política constriñe la selección y elección de diputados a lo que se haga por intermedio de los partidos políticos con registro vigente ante el Tribunal Supremo de Elecciones, este trabajo busca aportar algunos elementos de juicio crítico para que los señores diputados puedan reflexionar sobre el tema, pues su propia elección es el resultado final de la utilización de técnicas y estrategias de la llamada "comunicación política", por una parte, y por otra, su labor incidirá, a veces positiva, a veces negativa, en el logro de una verdadera comunicación con el pueblo durante la campaña electoral y, más importante aún, una vez pasada esta.
Por lo tanto, la observación del nacimiento y desarrollo de la actual campaña electoral sirve de pretexto e incluso de marco de referencia para hacer unas reflexiones en las cuales se inserten algunas consideraciones que registra la literatura sobre la comunicación política, y más particularmente sobre las investigaciones de opinión pública, la selección y manejo de los temas políticos y la elaboración de estrategias comunicacionales, en las que sobresale el papel de la radio, la prensa y la televisión.
También se revisan los linderos de la publicidad y la propaganda y las técnicas de organización política como instrumento comunicacional; así como las relaciones públicas corporativas aplicadas a la política y aun la saña o el humor como formas de
"contrapropaganda", o bien las llamadas campañas negativas (o "sucias", término empleado por primera vez en el proceso electoral costarricense para su calificación peyorativa).
Sin embargo, aparte de analizar el bagaje moderno que alimenta la vieja práctica de la comunicación política visible en los actos electorales de los partidos políticos, este estudio pretende llamar la atención acerca de la necesidad de instaurar una moderna
"neocomunicación política" que no debe nacer en el ejercicio del poder, que la distorsiona a priori, sino estudiarse previamente en sus implicaciones sociales y culturales y plantearla desde que se aspira a tenerla, para instaurar tal proceso de retroacción social como una verdadera fuente de comunicación y, por tanto: dialógica, comunitaria, fraternal, apta para crear la conveniencia y la solidaridad social, que poco a poco se van perdiendo en el país.
El criterio expresado en 1984 por el cientista político venezolano Ricardo Combellas, que participó en el Primer Seminario de Análisis sobre Comunicación Política, efectuado en Venezuela: "La política implica -necesariamente- comunidad, y la comunidad conlleva -indefectiblemente- el concepto comunicación, desde el momento en que la tradición griega asoció las ideas de acción (praxis) y de discurso (lexis) con los fundamentos constitutivos básicos de la política, esfera esencialmente humana que adquiere presencia real por medio de la comunicación, entendida esta, entonces, como la relación efectiva y enriquecedora entre -al menos- dos personas." (1) En efecto, dentro de esa perspectiva semántica, ser político, vivir de una polis, significaba, en definitiva -para los griegos, que acuñaron el término- que todo se expresaba por medio de palabras, todo era diálogo, todo era comunitario. Esto es, todo era considerado comunicación, y lejos de ese espíritu paternalista estaba el uso de la fuerza, la presión o la violencia como medios para forzar la vida en sociedad. Aunque en su raíz los vocablos "política" y "comunicación" están estrechamente unidos, se ha pervertido el sentido de esos conceptos, porque se tiende a confundir la comunicación, y más propiamente la comunicación política, según criterio de Combellas: "con cualquier tipo de actividad, e independientemente del envilecimiento o la manipulación a que es sometido uno de los sujetos de la relación, adjetivándose el concepto y vaciándose de contenido". (2)
Así como la comunicación puede abordarse desde múltiples perspectivas: mecanicista, antropolítica, cultural, cibernética, psicológica, lingüística, sociológica, cada una de ellas, con sus acentos específicos según la particularidad de su análisis, también en lo que respecta a la comunicación política hay varios enfoques a los que es conveniente referirse, no sin antes señalar que, desde hace muchos años, las investigaciones en el área de la comunicación tropiezan con el problema de que esta no es una disciplina científica -per se- sino un área de concentración multidisciplinaria y es, además, un proceso, como demuestran -entre otros- los estudios efectuados por la Comisión Internacional que la UNESCO publicó en 1980 bajo el título: "Un Solo Mundo, Voces Múltiples", (3). En este proceso de confluencia interdisciplinaria han sobresalido, por lo espectacular de su influencia, las aplicaciones puramente instrumentales -tecnológicas-en las que destacan las viejas técnicas periodísticas, por una parte, y las novedosas redes informacionales, por otra.
Y una característica común a tales técnicas -independientemente de su vigencia histórica- es su unidireccionalidad comunicacional, por lo que de esta situación nace, precisamente, el hecho de que Costa Rica, al igual que la mayoría de las naciones con problemas de desarrollo, o con desarmonías en esa línea, se ha ido sumergiendo cada vez más en lo que caracteriza a una "sociedad de redes" (Network Society"), lo que es en sí una paradoja, porque no necesariamente permite que fluya libremente la comunicación social, pese a la gran cantidad de información disponible. (4) Al respecto anota William Melody, Director del Centro Internacional para la investigación en Comunicaciones y Tecnologías Informativas, con sede en Camberra, Australia, que: "...gracias a los oportunos avisos de Daniel Bell y de Fritz Machlup, publicados en los inicios de la década de los 70, han florecido muchos estudios acerca de la futura sociedad informatizada que muestran la gran confusión que existe en el tema, el cual abarca desde estudios académicos globales especulativos, hasta planteamientos concretos comerciales, inscritos en las leyes del mercado". De su examen -sin embargo- refiere Melody: "...puede concluirse que el énfasis en prácticamente todas las sociedades, ha sido puesto en la información lo que se caracteriza como un concepto de acumulación de datos (stock), un almacenamiento del conocimiento y de los valores que, en términos teóricos, puede ser cuantificado en cualquier punto y en cualquier momento. Por lo contrario, parece que hay escaso interés político en todos los países para derivar las estructuras que están surgiendo, hacia otras en las que el acento se pone en la expansión de la comunicación, entendida esta como un proceso de intercambio de información". (5)
En este estudio -porque corresponde a su intención-, se prescinde de otros enfoques comunicacionales y se enfatiza en el concepto "comunicación" desde el ángulo político, para tratar del tema de la Comunicación Política. Se plantean, entonces, semejanzas y diferencias con lo que la literatura revisada acoge como tal comunicación política, para contrastarla con lo que se practica en el país por parte de los dos partidos políticos mayoritarios en los períodos electorales, a efecto de que los lectores hagan sus propias reflexiones.
Este estudio se basa, fundamentalmente, en una revisión de la literatura sobre el tema, la cual es de poca difusión en nuestro país y mucha de ella se encuentra en inglés. Como dato adicional cabe destacar que la Biblioteca de la Asamblea Legislativa registra pocas fuentes bibliográficas actualizadas en este campo, por lo que el autor agradece a al International Association for Mass Communication Research, (6), y al Center for the Study of Communication and Culture, (7), la guía y el acceso para buena parte de la literatura consultada. Por otra parte, en razón del peso específico de la influencia de asesores norteamericanos, venezolanos, mexicanos y alemanes en el quehacer político costarricense de socialcristianos y de socialdemócratas, se ha preferido utilizar -
preferentemente- bibliografía de esa procedencia, por lo cual se agradece la colaboración de las fundaciones Konrad Adenauer y Friedrich Ebert.
Por primera vez en el país, durante una campaña electoral, un medio de prensa escrita ha encargado a algunos especialistas en propaganda y publicidad hacer un análisis de los mensajes contenidos en la propaganda diseminada por los principales partidos políticos del país, y ha demostrado, con cifras, tanto los elevados porcentajes dedicados a "destruir" cuanto los millonarios montos invertidos en esa labor de "comunicación política", que el Partido Liberación Nacional cataloga de "difusión de imagen" y el Partido Unidad Social Cristiana de "proyección política" que para el caso de este trabajo es lo mismo.
También, por primera vez, en una mesa redonda bajo el título "Políticas de Comunicación 94-98", efectuada en el Colegio de Periodistas, tres candidatos definen sus posiciones en el área de la Comunicación Social, durante una campaña electoral. Por considerarlo de interés, un extracto de sus ideas (publicadas en el periódico "Primera Plana", órgano de prensa del Colegio de Periodistas), aparece en el último capítulo.
En un estudio previo elaborado por el Departamento de Servicios Parlamentarios a solicitud de la Presidencia de la Asamblea Legislativa, a inicios de 1993, se efectuó una revisión de las posiciones doctrinarias del socialcristianismo, la socialdemocracia, el liberalismo y el marxismo respecto de la Comunicación Social, así como las posiciones adoptadas por los partidos políticos que representan esas tendencias en Costa Rica (9) que, aunque ahora se omiten por ser reiterativas, su examen da la oportunidad de afirmar que, aunque la mesa redonda efectuada en el Colegio de Periodistas permitió recoger los puntos de vista de los candidatos de ambos partidos políticos en la contienda electoral actual, lo cierto es que sus respectivos programas de gobierno no incluyen políticas específicas en el área de la comunicación social, como erróneamente se anuncia en la portada del órgano oficial de prensa del Colegio de Periodistas (10) Desde el punto de vista metodológico, este estudio utiliza varias obras como ejes referenciales y les incorpora visiones complementarias o posiciones contrastantes -
mucho más recientes-, tanto para enriquecer las diversas facetas del tema abordado como para tratar de actualizar sus hallazgos. Esta advertencia es válida para los puntillosos, que encontrarán varios ejes sincrónicos y diferentes cortes diacrónicos, no necesariamente coincidentes, y es que las obras en referencia son producto de distintas situaciones comunicativo-electorales, y por ello sus distintos discursos expositivos se entrelazan con comentarios críticos, pese a que el autor es consciente de que abordan sucesos en diversas épocas y latitudes.
Para facilitar al lector la consulta de las obras que se citan en el texto, las referencias se han colocado al final de cada capítulo. Igualmente, se ha procedido a resaltar -en negrita- las palabras claves en las citas textuales. El uso de esa técnica -que equivale al subrayado- y que, de alguna manera afecta los textos originales, es responsabilidad del autor de este trabajo, y lo que busca es enfatizar los conceptos u opiniones claves.
Este estudio se inicia en julio y finaliza en enero, y es una labora que ha sido posible cumplir gracias al apoyo del Lic. Danilo Chaverri, Presidente de la Asamblea Legislativa de Costa Rica. Por cierto -en medio del calor y la disputa electoral-, mantener la cabeza fría para tratar un tema candente sin concesiones al partidismo es, en la Asamblea Legislativa, una tarea harto difícil; y, aun así, si el lector encuentra que hay tendencia a perder la objetividad analítica, la responsabilidad es, por entero, del autor.
MSc. Jorge Poveda Q.
BIBLIOGRAFÍA
1. Combellas, Ricardo: Política, Comunicación y Democracia en Comunicación Política, Seminario de Análisis, Caracas diciembre de 1984, editado por Artegrafía Caracas, 1985, página No.5.
2. Opus cit, idem.
3. El debate sobre un "Nuevo Orden Informativo" que se inicia en América Latina en los sesenta se enriquece
gracias a la obra que recoge una amplia investigación de UNESCO sobre la Comunicación Social, con la participación de expertos mundiales: "Un Solo Mundo, Voces Múltiples", Fondo de Cultura Económica/UNESCO, 1982, México D.F., (507
páginas). Este documento es más conocido en la literatura como : "Informe Mac Bride, en referencia al coordinador de la Comisión Oficial, el irlandés Sean Mac Bride, Nobel de la Paz.
4. El problema reside en que se suele confundir el término información (stock de datos vertidos en una sola dirección ), con comunicación (flujo interactivo de datos que implica la retroacción entre personas). También el error se suele aumentar cuando a los medios de información se les denomina con la voz de origen anglosajona: medios de comunicación.
5. Melody, William, Characteristics of a Network Society, (Editorial), en: Circit Newsletter, Camberra, Vol. 5, No. 2, Circit Press Release, March 1993, p. 9.
6.- La Asociación Internacional para la Investigación en Comunicación de Masas, entidad adscrita a la UNESCO, está integrada por comunicólogos de diversas partes del mundo; se reúne cada año para analizar los avances investigativos en el área y publica los hallazgos académicos en las áreas especializadas en que ha dividido esta labor. La sede rotativa actualmente se ubica en la Universidad de Leicester, Gran Bretaña.
7. El Centro para el Estudio de la Comunicación y la Cultura es una entidad especializada en el análisis de la interrelación entre la Cultura y la Comunicación; está sostenida por la Comunidad Jesuita y se ubica en dos sedes: Londres, Gran Bretaña y Missouri, EUA.
8.- Primera Plana: Anuncian Política de Comunicación para el próximo gobierno, Colegio de Periodistas, No. 127, octubre 1993, p.p. 1; 10-12.
9.- Véase: Poveda, Jorge y otros. "Reflexiones para una Política de Comunicación Social", Unidad de Análisis de la Gestión Parlamentaria, Departamento de Servicios Parlamentarios, Asamblea Legislativa, San José, abril 1993, p.p. 25-35.
10.- En realidad una política de comunicación social dentro del sistema de planificación nacional, implicaría implantar un subsistema intersectorial que debe ser formulado con fines indicativos y por lo tanto implica la consulta previa a los diversos actores sociales intervinientes en el proceso. Nada de eso se ha pensado en ninguno de los partidos políticos mayoritarios; ningún proyecto de ley se ha presentado y tampoco el tema ha sido objeto de discusión en los círculos de elaboración de políticas y programas, porque ha privado el criterio de la "desregulación".