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DESCRIPCION DE PATAGONIAY DE LAS
PARTES ADYACENTESDE LA AMERICA
MERIDIONAL;
QUE CONTIENE UNA RAZON DEL SUELO, PRODUCCIONES, ANIMALES, VALLES,MONTAÑAS, RIOS, LAGUNAS &.A DE AQUELLOS PAISES. LA RELIGION, GOBIERNO,POLITICA, COSTUMBRES Y LENGUA DE SUS MORADORES, CON ALGUNASPARTICULARIDADES RELATIVAS A LAS ISLAS DE MALVINAS.
ESCRITA EN INGLES
POR
D. TOMAS FALKNER,
QUE RESIDIO CERCA DE 40 AÑOS EN AQUELLAS PARTES.
Primera Edicion
CASTELLANA.
BUENOS-AIRES.
IMPRENTA DEL ESTADO.
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1835.
[Pg 4]
DISCURSO PRELIMINARA LA TRADUCCION
CASTELLANADE LA DESCRIPCION DE
PATAGONIAPOR FALKNER.
Cuando salió á luz el original de esta obra, cuya version al castellanopresentamos ahora al público, esta parte del continente américanoempezaba á ser el objeto de las investigaciones de los sábios. Sometidanominalmente á la dominacion española, se habia mantenido en un estadoabsoluto de separacion y de independencia. Sea que se le mirase conindiferencia; ó mas bien que se le considerase como una conquista árduay superior á los exíguos recursos de que podian disponer, cierto es quemuy pocas fueron las tentativas que se hicieron, en el curso de mas dedos siglos, para estender hácia el sud los límites del vireinato deBuenos Aires.
La expedicion mas antigua, de que se ha conservado memoria, es la quehizo personalmente el Gobernador Hernandarias de Saavedra, en 1605, paradescubrir las ciudades de los Césares, de cuya existencia nadie dudabaentonces. Pero eran tan confusas las noticias que se tenian de ellas, ytan poco adelantados los estúdios geográficos, que en vez de dirigirseal oeste para acercarse á la Cordillera, donde la voz comun señalaba losestablecimientos de estas poblaciones misteriosas, siguieron el rumbo dela costa, y fueron á dar á la Bahía sin Fondo.
Los sucesores de Saavedra, no solo no pensaron en penetrar en elterritorio ocupado por los indios, sino que solicitaron su alianza, paramantenerlos en sosiego, y preservar á la provincia de sus irrupciones.[Pg 5]Estas treguas, aunque efímeras y dudosas, abrieron el camino á losmisioneros, que desde muchos años anhelaban de predicar el evangélio enestas remotas regiones. Tuvieron sus entrevistas con algunos caciques, ycuando les pareció que podian confiar en sus promesas, fundaron unaprimera reduccion en las orillas del Salado, á dos leguas de la marmagallánica cerca del cabo San Antonio. Empezaron sus trabajosevangélicos el 6 de Mayo de 1740, siendo Gobernador de estas provincias,el Sr. D. Miguel de Salcedo, que concurrió por su parte al buen éxito deesta empresa.
Los Jesuitas, que no solo eran misioneros sino administradores, dieron álas tribus que se sometieron á su direccion, una especie de organizacionmunicipal, condecorando á sus gefes y caciques con el título v lasatribuciones de corregidores. La mayor dificultad que encontraron fuéacostumbrar á los indios á una vida mas arreglada y laboriosa: pero yalo habian conseguido, y los campos inmediatos á la Concepcion (que talera el nombre de la nueva colonia) fueron por primera vez labrados pormano de su antiguos é inertos moradores.
Uno de los arbitrios, de que mas se valieron los misioneros paraacreditarse entre sus neófitos, era el egercicio de la medicina. Laprimer prueba que daban de su habilidad en esta parte, bastaba ácimentar su crédito, y á extender su influjo mas allá de lo que podianesperarlo de sus exhortaciones. Los PP. Strobl y Querini, que estaban alcargo de la nueva doctrina, no tenian práctica, y talvez faltaban deconocimientos en el arte de curar, y ya se habian visto en conflicto enalgunos casos que se habian ofrecido de prestar su auxilio á losenfermos. Solicitaron, pues, del célebre P. Machoni, que ocupaba enaquel tiempo el lugar de Provincial de los Jesuitas, la cooperacion deun compañero que les ayudase en estos trabajos.
Precisamente acababa de entrar en la Compañia Tomas Falkner, jóveninglés que habia acompañado á Buenos Aires un buque de Cádiz en calidadde cirujano. Hijo de un hábil profesor de Manchester, empezó susestúdios bajo la direccion de su padre, y fué á perfeccionarse á Lóndresen la clínica de los hospitales. Su habitacion,[Pg 6] inmediata al Tamesis,le puso en contacto con la gente de mar, y le proporcionó elconocimiento del capitan de un buque, que hacia el tráfico de negros enla costa de Guinea. La narracion de sus viages, de sus aventuras, y desus mismos peligros enflamaron la mente del jóven facultativo, que sedecidió fácilmente á acompañarle en su próximo viage. Poco despues de suregreso á Inglaterra, emprendió otro á Cádiz, en donde se embarcó paraBuenos Aires. Una enfermedad que le sobrevino, cuando el buque sepreparaba á zarpar de esta rada, lo hizo perder la ocasion de volver áEuropa. Solo, aislado, falto de relaciones y de recursos en una tierraextraña, cuyo mismo idioma lo era desconocido, tuvo que ampararse de losque por instituto profesaban la caridad y la filantropia.
Hijo deirlandés, y católico, aunque nacido en un país disidente, invocó conconfianza los auxilios que necesitaba. La aplicacion que hizo de susconocimientos médicos en su propio individuo, inspiraron á los jesuitasque lo asistian, el mas vivo deseo de poseerlo; y sea que obrase en élla gratitud, sea que se hallase bajo el influjo de sentimientos maselevados, no tardó en decidirse á pronunciar sus votos.
La estension que habian dado los jesuitas á sus trabajos evangélicos,mantenia en una actividad extraordinaria á sus operários, y sobre todo álos que, como Falkner, estaban iniciados en los secretos de la higiene.Así es, que desde el dia en que entró en la Compañía, hasta la supresionde esta órden, pasó del Paraguay á Tucuman, y de las pampas del sud álos bosques impenetrables del Chaco.
Encargado por el gobierno español de reconocer las costas del vireinatode Buenos Aires, empezó á mirar el país bajo un nuevo aspecto, y fuéacopiando materiales para una obra que, segun parece, destinaba alministerio inglés. Nos es sensible hacer dudar de la lealtad de esteescritor: pero son tan claras y evidentes las indicaciones que hace envarios párrafos de su obra, que no es posible equivocarse sobre susintenciones.
Tal vez la persecucion del gobierno español contra los Jesuitas influyóen esta conducta, que aun así no queda justificada. Sean cuales fuerenlos motivos de disgusto que tenga un extrangero con[Pg 7]tra el país que leacoge, nunca debe conspirar contra él, ni proporcionar armas á los queaspiran á invadirlo ó usurparlo: y tal fué el objeto que se propusoFalkner al emprender la descripcion de Patagonia.
"Si alguna nacion intentára poblar este país, dice en un capítulode su obra, podria ocasionar un perpetuo sobresalto á losespañoles, por razon de que desde aquí se enviarian navios á la mardel sud, para destruir en él todos sus puertos, antes que talcosa ó intencion se supiera en España, ni aun en Buenos Aires.Fuera de que se podria descubrir un camino mas corto para navegareste rio con barcos hasta Valdivia: podríanse reunir tambien tropasde indios moradores de sus orillas, y los mas valientes de estastribus, que se alistarian con la esperanza del pillage; de maneraque seria muy fácil el rendir la guarnicion importante de Valdivia,y allanar el paso á la ocupacion de Valparaiso, por las que seaseguraria la conquista del reino de Chile."—El cargo quehacemos á Falkner es tan grave, que nos hemos creido con laobligacion de justificarlo.
Prescindiendo de las miras que tuvo en reunir estos apuntes, no se lepuede disputar el mérito de haber sido el primero y el mas exactohistoriador de la region magallánica. En los antiguos tratados degeografia, y en la descripcion general del mundo, esta parte del globoera representada como un vasto desierto entre el Oceano y las últimasramificaciones de la Cordillera de los Andes. D'Anville, acostumbrado áconstruir sus mapas con los materiales que encontraba en los libros,siguió el mismo método en la carta que publicó de la América meridional,la que sin embargo fué por mucho tiempo mirada cómo la descripcion masexacta de estos paises. Pero tan impuras eran las fuentes en que bebióaquel geógrafo, que se necesita todo el respeto que inspira una grancelebridad para disimular sus errores.
Cuando apareció este mapa, la Corte de España empezaba á despertarse desu letargo, y á mirar con menos indiferencia sus posesionesultramarinas. La cuestion promovida por la Academia de las ciencias deParís, sobre la figura de la tierra, habia creado una noble rivalidadentre las Córtes de Madrid y de Versailles, empeñadas[Pg 8] ambas enfacilitar la solucion de este gran problema.
Tres expediciones, salidasde los puertos de Francia y España, bajo los inmediatos auspicios deLuis XV y de Felipe V, se dirigieron al ecuador y al polo, para medir ycomparar los arcos del meridiano. Estas operaciones fueron confiadas álos primeros astrónomos de aquella época, y basta recordar los nombresde Bouguer, Condamine, Maupertuis, Clairaut, Monnier, Camus, Godin,Jorge Juan, Ulloa, para hacer graduar el interes que inspiró estaempresa.
Pero, mientras que se desplegaba tanto celo en adelantar losconocimientos astronómicos que debian perfeccionar los geográficos, elhemisfério austral, por la naturaleza misma de estas investigaciones,quedó desatendido é inmovil en medio de este gran impulso dado á lostrabajos científicos. Desde el año de 1618, en que los Nodales, porórden de Felipe III, vinieron á los mares del sud á cerciorarse deldescubrimiento hecho por los Holandeses del Estrecho de Lemaire y delCabo de Hornos, hasta 1745 en que volvieron á esplorarse estos paragespor los PP.
Quiroga y Cardiel, ningun paso se habia dado parasatisfacer, cuando menos, la curiosidad pública sobre la existencia deuna nacion de gigantes, que se decia habitar las costas de Patagonia;y fué menester que otra exigencia de la ciencia de los astros empeñase álos astrónomos á dirigir sus miradas hácia el polo antártico. En 1768,el gobierno inglés, tan propenso á estender la esfera de losconocimientos humanos, puso á las órdenes del célebre é infortunadocapitan Cook, un buque de guerra para emprender un viage circumpolar, yobservar el tránsito de Venus por sobre el disco del Sol, desde algunade las islas del gran Océano Pacífico.
Las regiones australes, visitadaspor Anson, Byron, Bougainville, fueron reconocidas por Carteret, Wallisy Cook, cuyos esfuerzos reunidos contribuyeron á desterrar los erroresque se habian perpetuado hasta entonces en la configuracion de nuestropaís. El gobierno español, que hubiera debido tomar una parte principalen estas tareas, se contentó con destinar la fragata San Antonio áreconocer la costa, desde el promontorio de este nombre hasta elestrecho de Magallanes.
Pero todos estos trabajos eran meramente gráficos y exteriores.[Pg 9] Lasobservaciones de los marinos no se extienden mas adentro de la costa, ysu rápida aparicion en algunos de sus puntos, no les deja el tiemponecesario para estudiar la índole de sus habitantes. A este vacio suplela obra del P. Falkner, que, aunque no siempre exacto en sus detallestopográficos, merece crédito en lo demas, por haber vivido por muchosaños entre las tribus que describe. El conocimiento, aunque superficial,que tenia de sus idiomas, era bastante á ponerle en relacion con ellos,y á examinar con mas esmero sus usos y costumbres. Puede creérsele,cuando se descubre cierta conformidad y analogía entre lo que escribe, ylo que observó al cabo de cincuenta años el Señor Cruz, cuyos viageshemos reunido de intento en el mismo volúmen.
Estas nociones adquiridas á costa de grandes privaciones y de incesantespeligros, no deben mirarse con desdén, aunque se les note algun defecto.¿Cual es el libro de geografia que no manifieste sus errores al que locompare con los que le son posteriores?..... El de Falkner no medra porgrandes conocimientos, pero no deja de presentar en sus páginas algunaindicacion útil, y otras, que sin serlo, tienen una importanciarelativa, por señalar el estado en que se hallaba la geografia de estospaises en la mitad del siglo pasado.
Otra prueba del crédito de que ha disfrutado esta produccion, es elhaber servido de texto para la formacion del gran mapa de AméricaMeridional, del que se ha valido el Sr. Arrowsmith, y que publicó enMadrid en 1775, D. Juan de la Cruz Cano y Olmedilla: nada hemos vistohasta ahora que deje en problema el mérito de estos mapas. Lo que síparece destinado á eclipsarlos es el diario de la expedicion al Coloradoy al Rio Negro, al mando del Ilustre General ROSAS, que ha recorrido entriunfador los mismos parages descriptos por Falkner. El espíritu deórden, que no es la menor prenda de este benemérito Magistrado, hapresidido á todas las operaciones de su memorable campaña, y no dudamosque cuando las demas atenciones que le rodean le dejen el tiemponecesario para coordinar los materiales preciosos que tiene acopiados,se derramará una gran luz sobre el territorio y las tribus que haconquistado. Lo que se ha impreso ya, aunque en trozos aislados, dá unaidea sumamente ventajosa de estos tra[Pg 10]bajos, que, á mas de lasoperaciones militares, abrazan la topografia, los cálculos astronómicosy los reconocimientos hidrográficos. Solo entonces podrán rectificarselas imperfecciones de los demas viages existentes; porque esta nuevadescripcion de un país poco conocido, la hace el que lo ha examinado, yhecho examinar bajo los auspicios de la victoria.
La version de la obra de Falkner, que publicamos por primera vez, fuéemprendida, poco despues de haber aparecido el original en ingles, porD. Manuel Machon, oficial, como se titula, de la secretaria del Consejode hacienda, por lo respectivo á millones. Se nos ha asegurado porpersonas inteligentes, que la Corte de Madrid se opuso á la reproduccionde este escrito, y no podemos atinar con el objeto de esta prohibicion:porque si fué, segun se cree, por el recelo de que se divulgasen lasnoticias, de los puntos vulnerables de estas colonias, que daba el P.Falkner, de nada servia ocultarlas en España, mientras que circulabanlibremente en el extrangero. Al contrario, importaba dar la mayorpublicidad á estas tramas de los enemigos de la monarquía española.
Este escritor sobrevivió por muchos años á la destruccion de su órden, ymurió tranquilamente en Spetchley, cerca de Worcester, llenando lasfunciones de capellan en casa de un católico. Su obra fué publicada eningles con el título que le hemos conservado, traducida al aleman y alfrances, quedando inédita la version castellana que debió haberlesprecedido.
PEDRO
DE
ANGELIS.
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DESCRIPCION
De Patagonia, y de las partes adyacentes, &c.
No me propongo dar la descripcion del reino de Chile, por haberlo yahecho Ovalle, sino solo la de aquellas partes que he visto, y que sonmenos conocidas en Europa.
He tomado la mayor parte de la costa que describo, en el mapa de laAmérica meridional, formado por Mr. d' Anville, y perfeccionado por Mr.Bolton: las islas de Falkland segun los últimos descubrimientos, y elestrecho de Magallanes, en el de Mr. Pernetty, capellan que fué de laescuadra de Mr. Bougainville.
He hecho algunas alteraciones en las costas del levante, y acerca delcabo de San Antonio, adonde he vivido algunos años. En la descripciondel pais adentro he seguido en general mis propias observaciones,habiendo caminado por gran parte de él, y apuntado la situacion deaquellos parajes, sus distancias, rios, bosques y montañas. Donde nopude penetrar, he seguido la relacion que me hicieron los indiosnativos, y los españoles cautivos que han vivido muchos años entreellos, y logrado despues su libertad: uno de los cuales fué el hijo delcapitan Mancilla de Buenos Aires, que estuvo 6 años prisionero entre losTehuelches, y que habia viajado por la mayor parte del pais: de lo quetambien me instruyó el gran cacique Congapol, que residió en Huichin, ála orilla del rio Negro. He puesto tambien cuidado en sacar su semejanzay vestido, igualmente que la de su muger Hueni, como está representadoen el mapa. Los españoles les le llamaban el cacique bravo. Teniasiete pies, y algunas pulgadas de alto, y era bien proporcionado.
Suhermano Suaisman tenia cerca de seis pies. Los Patagones y Puelches sonaltos y corpulentos, pero no he visto ninguno de raza de gigantes, dequienes otros hacen mencion, aunque ví personas de diferentes tribus delos indios meridionales.
Todas mis observaciones, y las informaciones de otras personas, meobligan á representar este pais mucho mas ancho, de poniente á levante,de lo que aparece en el mapa de Mr. d' Anville, lo que no puedocon[Pg 13]ciliar con las relaciones de los indios, ni con lo que yo mismoobservé.
Aun por lo que respecta al pais de los españoles, me pareceestá equivocado, haciendo la distancia entre Córdoba y Santa-Fé cuarentaleguas menos de lo que es en realidad. El camino es un campo raso, sinel menor ribazo entre estas dos ciudades; y sin embargo no hay correoque se atreva á ir de una á otra en menos de cuatro á cinco dias,andando en cada uno veinte ó mas leguas.
He caminado por entre estas dos ciudades, igualmente que por entre ellasy Buenos Aires, cuatro veces.
No creo que persona alguna haya hecho observacion cierta de la longituden estas partes, para que podamos fijar la diferencia de su meridiano:debiéndose atribuir los yerros de los geógrafos, que representan á estepais mas angosto de lo que es en realidad, á la dificultad de tener unacuenta exacta de las latitudes, en pasando el cabo de Hornos, por razonde la velocidad y variedad de las corrientes. En la traduccion inglesadel viage de D. Antonio Ulloa á la América meridional, tom. 2. capítulo2., se podía ver una razon particular de esto.
DESCRIPCION
De la parte mas meridional de la América, con sus valles, montañas,rios, &c., gran Rio de la Plata, con sus brazos, pesca y puertos.
Aquella parte de la jurisdiccion de Córdoba, que está al sur del rioSegundo (país en otro tiempo ocupado por los Puelches septentrionales),se extiende mas de cincuenta leguas, entrando en la de Buenos Aires, masallá de la Cruz Alta. La primera vez que fuí á aquellos parajes,encontré algunas tropas de estos indios, que aun habitan á las orillasde los rios Segundo y Tercero, y unos pocos á las del Cuarto y Quinto.Todo el país, entre el rio Segundo y el Tercero, tiene cerca de doceleguas de travesia, siendo lo mas selvático; pero acercándose al rioTercero cesan los bosques.
Los rios que bañan este pais nacen de las altas montañas de Yacanto,Champanchin y Achala, las cuales casi lo son tanto como los Andes deChile, formando una especie de brazos de las del Perú. Todos estos rios,excepto el Tercero, se vuelven salados á pocas leguas despues de pasarpor las quiebras de las montañas de Córdoba, y aquellas llanuras sedisminuyen, por la sequedad del suelo arenisco, y se estancan, ó sepierden finalmente en alguna laguna.[Pg 14]
El rio Tercero es el mas considerable de todos ellos. Antes de pasar lasmontañas de Córdoba (donde tiene un gran despeñadero), se engruesa conla union de los rios Champanchin, Gonzalez, del Medio, Quillimsa,Cachucorac, la Cruz, Luti y del Sauce; pero llegando á las llanuras,parte de las cuales son muy areniscas, se sepulta durante el verano, yvuelve á salir à alguna distancia. En tiempo de lluvias crece mucho, ylleva gran cantidad de madera en su rápida corriente. Hace muchasvueltas, encerrando grandes campos; y sus orillas, en mas de veinteleguas despues que deja las montañas, están cubiertas de sauces. El paispor donde pasa, cría excelentes ganados, teniendo muy buenos pastos ytierra para trigo, y produce tambien en algunos parajes melilos, y unaespecie de zarzaparrilla selvática: al cabo de veinte leguas se vuelvesalado, pero no tanto que sea del todo malo para beber. De este modotoma su curso hasta la Cruz Alta, donde le llaman Carcarañal, por susmuchas vueltas; y continúa desde el norte-nordoeste al sur-sudeste,hasta que entra en el Paraná, en el rincon de Gaboto, cerca de diez yocho leguas de Santa Fé.
No hay cosa particular en los rios Cuarto y Quinto. Su producto es casiel mismo que el de los primeros, excepto que hay grande escasez demadera en los parajes por donde pasan. Sus campos estàn llenos deganado, muy bueno para la labranza. El rio Quinto, cuando sale de madre,tiene comunicacion por canales por el Saladillo, el cual se desagua enel de la Plata.
Entre este pais, y las llanuras de San Juan y Mendoza, (habitacion de lasegunda division de los Puelches septentrionales, ó Tehuelches), estánlas montañas de Córdoba y Yacanto, que forman una larga cadena por entresus quiebras, con muy mal los pasos, subidas y bajadas, casiperpendiculares é inaccesibles para carruages. Las cimas de estasmontañas distan de 17 à 20
leguas unas de otras. El pais intermediocontiene muchos valles fructiferos, regados con arroyos y riachuelos, yadornados con colinas y ribazos. Estos valles producen todo género deàrboles frutales, como melocotones, manzanos, cerezos y ciruelos, ytambien trigo, si la tierra es cultivada: pero son mas famosos por lascrias de ganados, ovejas y caballos, y especialmente mulas. La mayorparte de estas últimas, que pasan anualmente al Perú, se crian en estepais, y hacen su mayor riqueza, pues conducen en ellas la plata y eloro, desde las minas del Potosí, Lipes y el Perú.
En las faldas occidentales de las montañas de Yancato, ó Sancato, haymuchas cesáreas pertenecientes á los españoles; que convidados tanto porla fertilidad del terreno, susceptibles de todas suertes de labranza,estando bien regado por los riachuelos que bajan de las montañas, comopor la facilidad de criar ganado, no ha[Pg 15]biendo mas bosques que losnecesarios para fuego y edificios, han fijado allí sus establecimientoscon la seguridad de no ser molestados por los indios, quienes incomodaná los que viven mas hácia el mediodia.
Todo el resto del pais hácia el norte, entre estas montañas y el primerdesaguadero, consiste en llanuras, con sola la agua que dan los arroyostiene muchos y buenos pastos, pero està despoblado. Algunas veces vanallí los Tehuelches y Peguenches en pequeñas tropas á cazar yeguassilvestres, ó robar los pasageros, ó carromateros que pasan de BuenosAires à San Juan y Mendoza.
Este pais rinde poco para exportar à Europa, excepto los cueros debueyes y vacas, y algun tabaco que prospera muy bien en el Paraguay:pero no obstante es de importancia para los españoles, porque todas lasmulas, ò la mayor parte de las que tienen en el Perú, van de BuenosAires y Còrdoba, y algunas pocas de Mendoza; sin lo cual de ningun modopodrian traficar, ni tener comunicacion alguna con los paises vecinos,respecto de que solo las mulas pueden pasar por aquellas àsperas y altasmontañas del Perú; en donde no es posible criar estos animales, siendoaun de corta vida los que pasan allí, por razon de su fuerte trabajo,malos caminos y falta de pastos; de manera que la pérdida de este paispodria atraer la del Perú y Chile. El camino de Buenos Aires á Salta esbueno para carruages; pero las mulas, conducidas de aquel parage yCòrdoba, estàn obligadas, despues de una jornada tan larga à detenerseun año en Salta, antes que puedan pasar à Potosí, Lipes ó Cuzco.
La gente de estos paises no sirve para soldados; fuera de que se hallatan disgustada con el gobierno español, por la pérdida de su comercio,la carestia de todos los géneros ó mercaderias de Europa, y sobre todopor los exhorbitantes tributos, etc., que se alegraria sugetarse àcualquiera nacion que la librase de la actual opresion; y sin embargo entodo este pais no hay mas guarnicion, que unas pocas tropas regladas enBuenos Aires y Montevideo; cuyas dos plazas tomadas una vez, asegurarianla rendicion de las demas, con solo marchar por ellas: á cuyo fin seriaasistido el enemigo por los navios del pais, acarreando á los españolesla pérdida de aquellas dos plazas, la de los únicos puertos que tienenen estos mares, donde sus navíos, que deben pasar al Cabo de Hornos parael mar del Sur, pueden recibir algun socorro. Antes de la expulsion delos Jesuitas de las Misiones del Paraguay, habrian podido tener muygrande auxilio de los indios guaranís que estaban armados ydisciplinados, y que los ayudaron á sugetar las sublevaciones delParaguay, y á echar los portugueses de la Colonia del Sacramento,habiendo sido la mayor defensa de este importante pais.[Pg 16]
La parte de la Cordillera, situada al poniente de Mendoza, es muy alta,y siempre está cubierta de nieve; por cuya razon llaman los indios átoda esta hilera de montañas, Pian mahuida, esto es, montaña blanca, ó Lil Mahuida, esto es, montaña nevada. Pásase algunas leguas por vallesmuy grandes, cercados de altas montañas, antes de llegar á la mayorcumbre que es altisima y escarpada, con muchos y profundos precipicios,siendo el camino en algunos parages tan estrecho y sumamente peligroso,por razon de sus grandes y proeminentes peñascos, que apenas haybastante lugar para pasar por él una mula cargada. Los huecos ycóncavos, siempre tienen nieve aun en verano, habiendo en el inviernogrande peligro de morir allí helado. Muchos han esperimentado estadesgracia, intentando pasarlas antes que la nieve estuviese en algungrado derretida. Al pie de estos precipicios hay muchos arroyos y rios,que estan, por decirlo así encarcelados en orillas altas yperpendiculares; siendo tan estrecho el espacio entre ellas, que enalgunos parages se puede salvar de uno á otro lado con gran facilidad,bien que es imposible bajar por ellas. Estos rios y arroyos dan muchasvueltas en las montañas y precipicios, hasta que salen á los llanuras,donde se aumentan considerablemente. Para subir y pasar la grande cumbrese necesita un dia de jornada en Mendoza y Coquimbo, y casi lo mismo enalgunos parajes, segun los informes que he recibido.
Estas montañas producen tan grandes pinos, como los de Europa, siendo sumadera mas sólida y mas dura que la nuestra. Es tambien muy blanca, y sehacen de ellos diferentes mástiles, y otros materiales para fábricas denavios: de manera que, como observa Ovalle, los navios construidos enlos mares del sur, duran frecuentemente 40 años. Del fruto cocido deestos pinos hacen provisiones para muchos dias; teniendo el gusto muysemejante á la almendra cocida, aunque notan ser muy aceitosa. Producentambien estos àrboles mucha trementina ó goma, que se cria en una masaalgo mas dura y mas seca que nuestra resina, pero mucho mas clara ytrasparente, aunque no tan amarilla. Los españoles la llaman y usan comoincienso, pero es un error, pues no tiene otra fragancia que la resina,bien que es un poco mas fina.
Los valles al pié de la Cordillera son en algunos parages muy fértiles,regados por riachuelos, pues producen, estando bien cultivados,escelente trigo y variedad de frutos, abundando asi mismo de manzanassilvestres, de que los indios hacen una especie de cidra para su usodiario, ignorando el modo de conservarla. Los volcanes ó montañas defuego, de que abunda esta parte de la Cordillera, pueden competir con elVesubio. Mongibelo, ò algunos de los que conocemos en Europa, por sumagnitud ó furiosas erupciones. Estando en el volcan bajo el cabo de SanAntonio, fui testigo de una gran[Pg 17] porcion de cenizas que llevaron losvientos y oscurecieron toda la atmósfera, esparciéndose sobra una granparte de la jurisdiccion de Buenos Aires, y uno y otro lado del Rio dela Plata; de manera que la yerba estaba cubierta de ellas. Prodújolas laerupcion de un volcan cerca de Mendoza, llevando los vientos las cenizasmas lijeras à la increible distancia de mas de 300 leguas.
El pais de Buenos Aires, antigua habitacion de los Querandis, estàsituado à la parte meridional del Rio de la Plata. La costa es baja yhúmeda, con muchos pantanos, y su orilla està cubierta de bosques cuyamadera sirve para el fuego. Este pais es llano con tal cual ribazo,debiéndose admirar que, en toda esta vasta jurisdiccion, en la de SantaFé, y la de Santiago del Estero, no se encuentra una piedra,