Esploración Arqueológica de la Provincia de Catamarca by Francisco Pascasio Moreno - HTML preview

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MUSEO DE LA PLATA

ESPLORACION ARQUEOLÓGICA DE LA

PROVINCIA DE CATAMARCA

PRIMEROS DATOS SOBRE SU IMPORTANCIA Y RESULTADOS

POR

F. P. MORENO

Director del Museo

ESTRACTO DEL INFORME ANUAL CORRESPONDIENTE Á 1890

(REVISTA DEL MUSEO DE LA PLATA—TOMO 1º PÁGINAS 199 Y SIGUIENTES) 1890-91

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Museo de La Plata.

Esploracion arqueológica de la Provincia

de Catamarca

PRIMEROS DATOS SOBRE SU IMPORTANCIA Y RESULTADOS

POR

F. P. MORENO

Director del Museo

( Estracto del informe anual correspondiente á 1890) No he podido continuar, por las dificultades económicas porque atraviesa la República, la esploracion arqueológica que enla Provincia de Catamarca practicaba, por cuenta de este Museo,nuestro naturalista viajero, don Adolfo Methfessel, pero esteestablecimiento continúa recibiendo los objetos reunidos enescursiones anteriores.

La manera como se practica por el Museo el exámen escrupulosode las destruidas moradas y sepulcros de los antíguos habitantesde los valles calchaquíes, nos asegura deducciones exactasque no era posible obtener antes por la confusion que resultabade la dudosa ubicacion de casi todos los hallazgos anteriores,hechos por lo general por personas poco competentes ó interesadasen su venta, las que han alterado muchas veces la verdadsobre sus descubrimientos, mezclando los objetos de distintosyacimientos para obtener mayor precio, alteracion muy perjudicial,si se tiene en cuenta la importancia capital de las antigüedadesde nuestras provincias andinas, para el completo conocimientode la historia del hombre americano pre-colombiano.

Sería muy aventurada la publicacion inmediata de las conclusionesque á primera vista se desprenden del exámen superficial{4}del muy grande material que para el estudio de esa historia contienenlas colecciones de este establecimiento, y del de las valiosaspiezas reunidas por el señor Methfessel. El pasado humanode estos territorios se liga seguramente con el de otras regionesamericanas, pero lo reunido hasta ahora no basta para deslindaresas relaciones, ni conocer su orígen; por lo tanto, todas lascongeturas á este respecto son muy susceptibles de grandesmodificaciones, como lo indican los nuevos descubrimientos.

Aun cuando en estos últimos cincuenta años se han agregadomuchos nuevos elementos de investigacion sobre este pasado,á los que encontramos en las obras mas ó menos verídicas ómas ó menos ingénuas ó interesadas, del tiempo de la conquista,fáltannos en la República Argentina monografías de cierta estensionó estudios que se aparten del «Diario» del viajero, y que ála manera de las investigaciones practicadas en los centros decivilizacion del mundo bíblico, detallen lo que son y contienenlas viejas ruinas sud-americanas, rehaciendo así la historia delos pueblos que dejaron esos portentosos vestigios y el mediofísico en que actuaron.

Méjico, además de poseer de su gran pasado obras de largoaliento y fruto de pacientes esploraciones, acaba de publicar oficialmenteun verdadero monumento monográfico sobre sus antigüedades.Puede estudiarse á Yucatan y á sus maravillosas ruinasen el Museo del Trocadero, en Paris, por todos los interesados enla vieja historia de América. Nicaragua, las regiones del Istmo,Nueva Granada, Venezuela, Ecuador, han sido pacientementeinvestigadas en estos últimos tiempos, y Estados-Unidos, Franciay Alemania sobre todo, ostentan en sus museos materiales paraprincipiar á reconstruir el pasado de esos países americanos.Mas próximos á nosotros y mas ligados en el pasado que elpresente con lo que es hoy República Argentina y cuyo estudiotiene por lo tanto mayor interés para nosotros, el Perú yBolivia han tenido entre otros investigadores de sus misteriosasruinas, quizá mas importantes para el conocimiento del masremoto pasado de América, que Yucatan ó Méjico, á D'ORBIGNY,CASTELNAU, RIVERO, TSCHUDI, ANGRAND, MITRE, SQUIER, WIENER,STUBEL, WEISS y FALB.

El primero, nos ha dado una buena série de observacionessobre Tiahuanaco, pero disponiendo de reducidos elementos deconsulta, ignorando los otros grandes vestigios de viejas sociedadesde los valles centrales ó de la costa del Perú y los esparcidosen la República Argentina, con la única base de sus observacionesen la meseta del Lago Titicaca, se concretó á la descripcion de loque había esplorado, considerando á esas ruinas como vestigios{5}del arte aimará, anteriores á la dominacion incásica, dinastía queempieza, segun D'Orbigny, con la fundacion del Cuzco por Manco-Capac,salido del Titicaca en el siglo XI. Incurrió con esto, siguiendoá Garcilaso, en la creencia errónea de la modernidad de la dinastía,sin detenerse á pensar que es imposible que naciones como laQuichúa y la Aimará, que profesaban el culto de la tradicion,olvidaran tan pronto el esplendor de una civilizacion como ladel Titicaca y sus inmediaciones, que debía todavía existir en laépoca de la aparicion de Manco-Capac, porque un legisladorcomo éste no brota del desierto, ni que tal civilizacion se destruyeratan rápidamente que sus vestigios fueran consideradoscomo antiguallas de tiempo desconocido por los mismos indígenas,al llegar los Españoles.

Castelnau, que recorrió mayor estension de Bolivia y Perúque D'Orbigny, describió mas estensamente las mismas ruinas,pero sin adelantar nada sobre su orígen. Se ocupó con detalle delas ruinas del Cuzco, que considera incásicas, y entrando enconsideraciones sobre la antigüedad de la civilizacion del Perú,que es «bien anterior á la especie de renacimiento á la cuallos Incas dieron su nombre», se resolvió por el orígen semíticode los habitantes de América, y por el contacto con las civilizacionesdel Mundo Antíguo, presentando interesantes analogíasen apoyo de sus ideas, pero descuidando lo que mas debió investigar:las naciones que produjeron las construcciones gigantescasque admira.

Rivero y Tschudi no las descuidaron, y fueron los primeros autoresque con una masa considerable de materiales, distinguieron,aunque á grandes rasgos, los centros civilizados y las razasdel Perú antíguo, antes de la fundacion del reino incásico,refiriendo el orígen de este reino á la raza que llaman Aimará.Dividen en dos épocas el arte peruano anterior á los incas,pero, adoptando la genealogía de éstos, dada por Garcilaso,repudian la mas lógica, la de Montesinos, y encierran en uncuadro estrecho, lo que es resultado de la evolucion social devarias razas durante decenas de siglos. Poco interés prestan,y la mencionan como simple curiosidad, á la igualdad que hayentre algunas clavas de madera de chonta, encontradas por ellosen Colombia y en el Perú, y las de Nueva-Zelandia, y figuranen la misma plancha que una de esas clavas, sin mayormencion que la de «hacha de piedra verdosa anfibólica encontradaen las huacas del Cuzco», una verdadera maza de guerraneo-zelandesa, el característico Patoo-Patoo, peculiar á la consideradacomo pátria de los Maories.{6}

Angrand, en su importantísima carta sobre las antigüedades deTiahuanaco, les atribuye un remotísimo orígen, con razon, yse inclina tambien á admitir una mayor duracion á la dinastíaincásica, que la asignada generalmente. Supone que la civilizacionde Tiahuanaco vino del Norte, como la Quichúa, considerandode un mismo orígen á ambas, aunque desarrolladasseparadamente desde muy remota antigüedad. Dice: «el puebloque ha elevado los monumentos de Tiahuanaco, es de unarama de la gran familia Tolteca Occidental, de orígen Nahuatló Californiano, de cabeza recta, que descendió hácia el Sud enla época de las mas antíguas migraciones».

El General Bartolomé Mitre ha publicado un importanteestudio sobre Tiahuanaco, que contiene observaciones propiashechas durante su viaje á esas ruinas, pero las difíciles condicionesen que realizó su visita, no lo permitieron entrarentonces en mayores consideraciones sobre el orígen de esamisteriosa civilizacion.

Squier abrió la era de los verdaderos esploradores arqueólogos;su libro titulado «Viajes y esploraciones en la tierra de losIncas», es una revelacion. Por primera vez preséntanse allí concaracteres definidos las viejas sociedades Chimus y del Titicaca,corroborando, en mucha parte, las deducciones geniales denuestro ilustre historiador doctor don Vicente Fidel Lopez, sobrelos Atumurunas, contenidas en su libro «Las razas arianasdel Perú».

La obra de Squier, como la de Wiener, de igual índole sobre«Perú y Bolivia», son material inagotable de consulta, y agregándoleslos trabajos mencionados y las bellísimas ilustraciones publicadaspor Reiss y Stubel, como resultados de sus esploracionesen el cementerio de Ancon, inmediato á Lima, y las publicadasúltimamente por el Museo de Berlin, forman un material inapreciable.Y sin embargo, todas estas obras reunidas, no dan todavíauna idea exacta del pasado del Perú. Son una acumulacion inmensade datos mas ó menos completos, pero, ó son simples mencionesde ruinas ó de objetos examinados de paso, ó descripcionessin suficientes indicaciones del medio físico y social en que seencuentran esos objetos y esas ruinas, dificultando el poderformar un conjunto de observaciones que permita rehacer lahistoria de los pueblos que dejaron esos vestigios, sus orígenes,sus usos, costumbres, lenguas, relaciones entre ellos, mediosfísicos en que se desarrollaron, vivieron y murieron, observacionesque son las que deben hacer que la pre-historia seaproxime á la historia.{7}

Pues bien, si apesar de los elementos enumerados, no sepuede tener aun una idea exacta del pasado peruano-boliviano,¿qué diremos sobre el de los territorios que hoy componen laRepública Argentina, en la que recien empiezan los estudiosarqueológicos?

No tenemos viejas crónicas que nos cuenten las tradicionespre-colombianas. Apenas los primeros cronistas se refieren ála conquista del Tucuman por los Incas, y esto incidentalmente.

Los autores mas antíguos que hayan escrito sobre las nacionesindígenas, sedentarias, de las faldas andinas, pertenecentodos al siglo XVII y poco cuentan del estado de aquellas poblacionesal pasar de la suave dominacion quichúa á la cruelde los españoles. Poco sacamos todavía en limpio de losrelatos de los conquistadores del Plata y del Paraná, y seránecesario un paciente estudio de ellos para ver claro en esaconfusion de nombres de tribus, de parages y de patrañas.

Sin embargo, qué inmensa importancia tienen las relíquiasescondidas en estas vastas tierras, para el conocimiento dela pre-historia americana! Tanta, que sin su exámen noserá posible encontrar la verdad sobre el pasado humano deeste continente. Y es esta abundancia de material que sepierde si una vez que se le descubre no se le recoje con criterioé inteligencia, la que me hace sentir mas la falta de elementospara continuar con actividad las investigaciones iniciadaspor este Museo. Muy prolijas deben ser éstas, ya que nos faltala mejor clave para conocer la historia de las civilizaciones—lalengua escrita.

No es creíble que los anales de esa historia estén consignadosen los signos aun indescifrados, figurados, en todo el territoriosud-americano, en los monolitos tallados por el hombre, ó pulidospor las fuerzas naturales en las heladas mesetas, en losdesiertos sin agua, ó entre las selvas vírgenes, y en el centro delos torrentes, pero, si los sud-americanos no podemos desvelarnuestros oscuros orígenes, resucitando el pasado, en la mismaforma con que se ha

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conseguido restaurar el viejo Egipto, trabajemospara tener siquiera un bosquejo de lo que fueron lascivilizaciones que se consumieron en este suelo. Hagamos paraello mas que observaciones de paso; principiemos metódicamentela reconstruccion de esos orígenes, cooperando alobjeto cada una de las repúblicas en que está dividido el continente,organizando trabajos en ese sentido y agregando alesfuerzo individual los elementos oficiales. Tratemos de que losvestigios que deben servir de base á nuestra historia, no salgan{8}del suelo americano, como desgraciadamente ha sucedido hastaahora. Reunámonos los que amamos el pasado; hagamosconocer lo que resulte de los reconocimientos en el terreno yde su estudio, á medida que pueda condensarse en cualquierforma gráfica, para que cada uno los aproveche en sus investigaciones,y así, en corto tiempo podremos, todos, reunir unmonumento que sirva de pedestal á nuestra grande historiafutura.

ROCA TRAQUÍTICA CON INSCRIPCIONES GRABADAS. (BAJO DE CANOTA. MENDOZA).Segun fotografía de F. P.

Moreno—1,30 del tamaño natural

Nosotros los argentinos que pretendemos marchar á la cabezadel movimiento intelectual en este continente, estamos, en lo quese relaciona con los estudios arqueológicos, recien en el principio.Aun cuando fué en Buenos Aires que se fundó el primer MuseoAntropológico, cabiéndome el honor de hacerlo, la actividadde un hombre solo no bastaba para llevar adelante, con rapidez,una institucion semejante, y hemos visto con tristeza queel Brasil nos aventajara, abriendo su Esposicion Antropológicaen 1882, y emprendiendo oficialmente la esploracion delos parages donde se señalaban restos de sociedades pre-históricas,{9}trabajos que han producido monografías de singularvalor para los que estudiamos las antigüedades argentinas,por las comparaciones que pueden hacerse entre nuestroshallazgos y los que casi pudieran llamarse idénticos, realizadosen la desembocadura del Amazonas.

Estas y otras semejanzas con regiones aun mas distantes,hacen necesaria cuanto antes, la esploracion bajo este puntode vista de toda la América austral, desde Panamá hasta el Cabode Hornos, y, cuán fácil sería para los gobiernos, proceder deacuerdo para llevar adelante tales trabajos! Aislados, los estudiososde cada país, solo podremos divulgar lo que resultedel trabajo en el terreno y en el laboratorio, dentro de estrechoslímites, y estos trabajos aislados no llegarán en ningun caso alfin buscado, salvo que algunos felices puedan disponer de mediospropios para estender el campo de investigacion fuera deesos límites.

No debemos olvidar que las divisiones geográficas actualesno son las mismas que separaban á las antíguas sociedades pre-colombianas.El pasado del Perú está íntimamente ligado con elEcuador y Bolivia, hasta con la República Argentina, Chiley Brasil, y casi seguramente con las regiones al Norte delEcuador. Nosotros los argentinos solo podremos hacer observacionesde detalle, si es que debemos concretarnos ánuestros actuales territorios. El orígen de nuestras tribusnómades, y de las sociedades sedentarias que actuaron aquí, entiempos ante-colombianos, es el mismo de otros hombres depátria lejana, porque, conviene repetirlo hasta que el público seconvenza del interés que tienen esta clase de estudios: nuestrassociedades pre-históricas tuvieron contacto con otras de ambasAméricas. No es posible examinar los descubrimientos hechosen la parte Sud-Oeste de Estados-Unidos sin compararlos conlos materiales argentinos reunidos en este Museo. ¡Cuántasanalogías entre las industrias y el tipo físico de hombresdesaparecidos en medios tan distantes entre sí! En ocasionpróxima hemos de dar la demostracion gráfica de estos hechos.

Importancia igual tienen otros hallazgos que se relacionan conMéjico. ¿Cómo han llegado á las pampas de Buenos Aires las figurasde barro cocido, que tanto abundan en las ruinas aztecas?El espíritu asombrado no nota la menor diferencia entre unasy otras; parecen salidas de los mismos moldes. Un viajero áquien durante su visita á este establecimiento, mostré esosobjetos, sin indicarle su orígen, me aseguró que había recojidocompletamente iguales en las ruinas de Teotihuacan. Grande{10}fué su asombro al conocer su procedencia,—Laguna de Lobos,—Provinciade Buenos Aires.

Por una feliz coincidencia y gracias á la intervencion amistosade mi amigo Cárlos Wiener, el sábio autor de «Perú yBolivia», poseemos en el Museo una espléndida coleccion devasos exhumados de las necrópolis de la costa del Perú, enlas inmediaciones de Trujillo y principalmente del Gran Chimu,y en esa coleccion que cuenta cerca de mil piezas, hay suficienteselementos para conocer la vida diaria de una sociedadcivilizada. No son raras las piezas que tienen analogía completacon las del Ecuador, Chiriqui y aun de mas al Norte; algunospríncipes prisioneros, atados, nos dicen que los Chimusguerrearon y salieron mas de una vez triunfantes con nacionesque no fueron las llamadas incásicas.

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URNA FUNERARIA.—BELEN

(CATAMARCA).—Donacion Moreno.1/10 del tamaño natural Si describiéramos aquí las antigüedades de la República Argentina,se presentarían otros hechos que no dan lugar á dudassobro las relaciones que existieron entre éstos y otros pueblosmuy lejanos, al mismo tiempo que demuestran una civilizacionpeculiar á estas regiones.{11}

He encontrado á orillas del Rio Dulce, próximo á Santiagodel Estero, un antíguo enterratorio y en él, urnas toscamentemodeladas conteniendo restos humanos, y con éstos, moluscosde especies que actualmente viven en el Océano Pacífico.Hallazgo parecido he hecho en otros enterratorios pertenecientesá un pueblo distinto, en la provincia de San Juan; uno deesos moluscos cubría el pubis de una mujer. Y comparandola industria de estos hombres con la de los Changos del Atacama,he encontrado, no analogía, sinó igualdad completa entreobjetos y usos.

Cuántos pueblos y razas distintas se observanen los restos que hemos reunido!

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URNA FUNERARIA.—SANTA MARIA

(CATAMARCA).—Donacion Moreno.1/10 del tamaño natural Las enigmáticas ruinas calchaquíes que revelan el paso ydominacion de varias razas, á través de los siglos, han de daralgun dia luz suficiente para rehacer las sociedades cuya existenciay poderío indican, precediéndose en ese teatro tan tristehoy y que en edades remotas presentó sin duda alguna un{12}fertil y risueño panorama donde se hizo la fusion de las razaspre-históricas, como lo prueban los cráneos exhumados y losrestos de industria. ¿Quiénes fueron los hombres que trazaronel grandioso camino llamado del Inca? ¿Fueron éstos, fueronotros príncipes anteriores? Me inclino á lo último, teniendo encuenta que es á la orilla de estos caminos donde he encontradoen mas abundancia las rocas cubiertas de inscripciones enigmáticasque no usaron los Quichúas. Caminos son éstos que,atravesando el Perú y distribuyendo ramales donde la poblacionera posible, llegaban hasta Chile por la quebrada de Uspallata,hasta donde los he seguido en un centenar de leguas, rectoscomo el trazado de una línea férrea en la pampa horizontal.

La industria del cobre y del bronce, en estos lugares, muydistinta de la exhumada en el Perú, es otro tema de gran importancia,y conviene hacer notar aquí la igualdad que existeentre algunas piezas de Atacama publicadas en la obra U. S.Naval Astronomical Expedition (pl. VII, tomo III) y las encontradasen Catamarca y conservadas en este Museo. Hasta ahora no sehan señalado discos de cobre, como el figurado mas adelante,ni en Bolivia ni en el Perú.

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El pueblo ó la raza que enterraba sus muertos en urnas,tenía representantes en toda América.

Que las relacionesentre sus ramas desmembradas se interrumpieron en remotostiempos, lo indica la variedad de formas adoptadas paraesa fúnebre costumbre. Y á estos pueblos pertenecen quizálos curiosos objetos de piedra tallada con formas animales quese han descubierto desde el Istmo hasta el Amazonas y Provinciade Córdoba en la República Argentina. Quizá tambienpodamos referir al mismo pueblo las inscripciones citadas, pintadasó labradas en las rocas hasta el Estrecho de Magallanes,de las que posee el Museo un centenar de facsímiles.

Estacostumbre de enterrar en urnas, parece que en el tiempo de laconquista solo se practicaba para los cadáveres de niños, enlos pueblos de Catamarca. Raro es el caso en que allí se encuentrenrestos de adultos en esas condiciones, y cuando estosucede, las urnas son de tipos mas primitivos, é indudablementede época mas antígua.

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CUÑA DE COBRE.—VALLE DE CATAMARCA

HACHA DE COBRE.—CAFAYATE (SALTA)

HACHA DE COBRE.—VALLE DE CATAMARCA

3/4 del tamaño natural

Donacion Moreno—3/4 del tamaño natural

3/4 del tamaño natural

Dejemos las sociedades constituidas y lleguemos á las tribusnómades. Posee el Museo algunos centenares de cráneosantíguos y modernos de las tribus que han habitado esteestremo austral, y de su comparacion resulta que varias delas razas que se han estinguido en el suelo argentino, vinierondel centro y del norte de esta América, unas, y que otras son{14}de orígen aun desconocido, como ser los patagones ó verdaderosTehuelches. Los Yahgan habitan hoy el estremo de laTierra del Fuego. La carne de las ballenas que á la costaarrojan las tormentas polares, es uno de los manjares masdeseados por ellos, tanta es la miseria en que viven.

Sinembargo, algunas de sus costumbres contrastan con ese tristemedio. El Yahgan, desnudo, apenas cubierta la espalda con unfragmento de piel de otaria, baila entre la nieve, se adorna deplumas y se cubre la cabeza con una máscara. A uno de ellos,á quien la civilizacion no ha dañado, que ha llegado á serun hábil buscador de fósiles y que es quien pone el pliego en laprensa tipográfica que imprime este informe, acabo de mostrarleuna lámina de la obra de Castelnau que representa un bailede enmascarados entre los indios Garajas. Es análoga su fiesta,salvo, que en vez de la vegetacion tropical del Brasil, el pobrefueguino baila sobre el suelo helado. He presenciado al pié delos Andes, en las tribus mapuches, en Patagonia, un baile encelebracion de la primera menstruacion de una jóven india.Había allí un bailarin enmascarado y de las averiguaciones quehice, resultó que tales máscaras eran raras, siendo restos deuna antígua costumbre.

¡A cuántas observaciones y deducciones se prestan estoshechos! Qué inmensidad de tiempo se ha necesitado para quelos nómades de hoy, evocando costumbres casi perdidas y cuyoorígen ignoran, revelen una comunidad de orígen, ó un contactoinmediato entre sus antepasados!

Últimamente se han encontradoen paraderos antíguos, en la Costa Atlántica, restos deindustria humana, objetos de piedra pulida, asociados con animalesestinguidos, en los médanos conchíferos prehistóricos, peroposteriores á la formacion del terreno pampeano y de época enque la costa marina era la misma que hoy; y el Museo poseeparte del esqueleto de un hombre, encontrado en terreno mas antíguo,pampeano, junto con gran parte del de un Scelidotherium.El tipo craneológico es muy parecido al de los actuales Alakalufde la Tierra del Fuego, que parece ser el mismo de losBotocudos del Brasil.

Sonríen la mayoría de los etnólogos, cuando se les habla deque las relaciones entre las razas antíguas americanas y polinésicas,han sido mayores que las admitidas generalmente,pero no es posible olvidar las mazas de piedra encontradas enColombia y en el Perú, y casi indudablemente, en la RepúblicaArgentina, pues durante mi visita á Santiago del Estero, en1876, se me habló y se me hizo el diseño de una maza de piedra{15}verdosa, que no era otra que una maza neo-zelandesa.Además, el Museo posee, entre otras piezas de un orígen parecido,dos grandes mazas de madera: la una encontrada en unaescavacion en Copiapó y la otra en Quillota, ambas en Chile.La última me fué obsequiada, allí, en 1885, por mi malogradoamigo don Benjamin Vicuña Makenna, dias despues de haberseefectuado su descubrimiento. Estas dos piezas son polinesas,completamente iguales á las que usan los habitantes de lasNuevas-Hebridas.

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HACHA DE PIEDRA,

IMITANDO EL MISMO OBJETODE COBRE. VALLE DE

CATAMARCA.Donacion Moreno.3/4 del tamaño natural

HACHA DE

PIEDRASINGUIL. CATAMARCA—Donacion Moreno.3/4 del tamaño natural

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Todo lo espuesto muestra lo importante de las investigacionesantropológicas en este estremo austral y la imprescindiblenecesidad de darles mayor amplitud. De desear es que encontremoscooperadores que nos faciliten los medios, y es anteeste deseo que se ha deslizado la pluma mas de lo conveniente,tratándose de una simple noticia que dá cuenta en general dela importancia de las adquisiciones hechas para nuestras colecciones,durante la larga escursion de nuestro naturalistaviajero.

Los resultados generales de la mision confiada al señorMethfessel, que han sido catalogados durante el año 1890,son los siguientes:

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TUMBA INDÍGENA.—

ANDALGUALA (CATAMARCA).—Esploracion Methfessel

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ANTROPOLOGÍA

RESTOS HUMANOS

Ochenta y siete cráneos, exhumados en Santa Maria, Valledel Cajon, Andalguala y Siquivil.

Además, un buen númerode otras partes del esqueleto que se restauran en este momento.

Los esqueletos á que corresponden estos restos, han sidohallados en muy distintas condiciones de yacimiento y posicion;á unos se les ha encontrado aislados, acostados, encojidos, sinpiedra alguna que indicara el sitio en que fueron depositadoslos cuerpos á que pertenecían, y sin que los acompañara ningunresto de industria; otros estaban acostados, encojidos, separadospor pequeñas murallas, inmediatos á centros de poblacionantígua, y otros, enterrados en verdaderas sepulturas,

«enmurallados»,cubiertas éstas por grandespiedras; algunos de estos cuerpos estabansin cabeza, colocadas éstas fuera de lassepulturas, las que no presentan signos dehaber sido abiertas posteriormente al depósitodel cadáver. Un buen número de restos,proceden de verdaderos Abris sous roche,cubiertos los esqueletospor grandespiedras. Lamayor parte de loscráneos

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juvenilesproceden de cuerposque estaban encerradosen urnasde tierra cocida,pintadas generalmentecon complicadasfiguras.

SEPULTURA DE LOS ANTÍGUOS CALCHAQUÍES,

DESCUBIERTA AL REPARODE UNA ROCA.—Esp. Methfessel.

Aun no me ha sido posible hacer una investigacion prolija deestos restos, pero puedo adelantar que pertenecen á varias razas{18}y á distintas épocas. La mayor parte son cráneos deformados;la braquicefalia predomina y ninguno de ellos se acerca porsu dolicocefalia al tipo antíguo exhumado en la Provincia deBuenos Aires y en Patagonia. Los enterratorios mas modernospresentan un tipo mezclado, con caracteres del tipo peruanollamado de Ancon. Otros cráneos se asemejan á tipos del Sur,de la Provincia de San Juan, Patagonia y del Chaco, y éstosproceden, la mayor parte, de las tumbas mas antíguas.

Las observaciones del señor Methfessel corroboran lo queya se deducía de las de otros viajeros, y las que me había sugeridouna escursion á esos puntos en 1876.

En ellos, florecieron en otro tiempo pueblos bastante adelantados,que se desarrollaron antes de la invasion incásica.Estos vestigios no revisten las proporciones imponentes de losque dejaron los hombres de Tiahuanaco y del Cuzco; mas biense asemejan á los descubiertos al S. O. de Estados-Unidos yal N. O. de Méjico. La industria y edificacion recuerda la delos Pueblos, aunque mas avanzada que la de éstos.

Las ruinas son muy abundantes, indicando una poblacionmucho mas numerosa é industriosa que la actual; y las construccionesdefensivas que el señor Meth