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José Yxart, El arte escénico en España, I, Barcelona, 1894, 309 toend, passim. [Objective and historical.]
MARIUCHA
COMEDIA EN CINCO ACTOS
Estrenada en el Teatro Eldorado de Barcelona el 16 de Julio de 1903
PERSONAJES
MARÍA
SRA. GUERRERO
FILOMENA, Marquesa de Alto-Rey
SRTA. CANCIO
VICENTA PULIDO, alcaldesa
SRTA. VILLAR
TEODOLINDA, viuda americana,
SRA. MARTÍNEZ
millonaria
CIRILA, criada
SRA. BUENO
MENGA, jovenzuela, vendedora en la plaza SRTA. BLANCO
SEÑORA de González
SRA. SEGURA
SEÑORITA
SRTA. TORRES
ÍDEM
SRTA. VILLAR (D.)
SR. DÍAZ DE
LEÓN
MENDOZA (D.F.)
D. PEDRO DE GUZMÁN, Marqués de
SR. MEDRANO
Alto-Rey y de San Esteban de Gormaz
SR. DÍAZ DE
CESÁREO, su hijo
MENDOZA (D.M.)
DON RAFAEL, cura párroco
SR. CIRERA
CORRAL, plebeyo enriquecido
SR. GUERRERO
EL ALCALDE de Agramante
SR. JUSTE
EL POCHO, mayoral y alquilador de coches SR. URQUIJO
SR. SORIANO
BRAVO, juez municipal
VIOZCA
ROLDÁN, contratista
SR. MANRIQUE GIL
Villa de Agramante 1903
MARIUCHA
ACTO PRIMERO
Sala en el palacio de Alto-Rey. El soberbio artesonado es el únicovestigio de la antigua magnificencia. Las paredes desnudas;el mueblaje moderno, poco elegante; algunas piezas, ordinarias.Puerta al fondo y a la derecha. A la izquierda, ventana o balcón.Cerca de éste una mesa de escribir. A la derecha, sillón de respeto,sillas. Es de día.
ESCENA PRIMERA
CIRILA, arreglando y limpiando los muebles; CORRAL, EL
POCHO,que entran por el fondo. Corral viste con afectación y mal gusto,ostentando brillantes gordos en la pechera, cadena de reloj muyllamativa y sortijas con piedras de valor.
POCHO. ¿Dan su permiso?
CIRILA. Adelante.
CORRAL. ¿No han vuelto de misa los señores?
CIRILA. No tardarán. ( Displicente. ) ¡Vaya, otravez aquí estos moscones!5
POCHO. Otra vez, y cien más, hasta que...
CORRAL. Perdone la señora Cirila, yo no vengo acobrar.
CIRILA. Viene a fisgonear, que es peor, y a metersus narices en las interioridades de la casa...10
CORRAL. Ea, no despotrique, señora.
CIRILA. ( Aparte. ) ¡Farsante!
POCHO. Yo no hago papeles. Vengo por el aquélde mi propio derecho. ( Saca un papel y lo muestra. )El Sr. D. Pedro de Guzmán, Marqués de Alto-Rey y15de San Esteban de Gormaz, es en deber a FranciscoMuela, apodado El Pocho, la cantidad de...
CIRILA. Basta.
POCHO. Por cuatro servicios de coche...
CIRILA. ¡Agobiar al señor por tal porquería!...20
CORRAL. Ya cobrarás, Pocho. ( Dando largas. ) Tenpaciencia...
POCHO. ¡Paciencia!... que es como decir hambre.
CIRILA. ( Incomodada, señalándoles la puerta. ) Haganel favor... Tengo que hacer...25
POCHO. Yo espero al señor.
CORRAL. Dos preguntas no más, señora Cirila, yperdone. Aún no hace un mes que estos señores Marquesesvinieron acá de Madrid huyendo de la quema.¿Es cierto que se encuentran ya en situación tan precaria30que...?
CIRILA. Para nadie es un secreto que los que ayerfueron poderosos hoy no lo son.
CORRAL. Sí: ya saben hasta los perros de la calleque la casa de Alto-Rey es casa concluida. Hace más35de veinte años que viene cayendo, cayendo, y por fin...( Con afectada pena. ) ¡Las volteretas que de este mundoloco!... En la villa se dice que los señores Marqueseshan llegado a carecer hasta de lo más preciso para lamanutención.40
POCHO. Y que se ven y se desean para poner unpuchero.
CIRILA. ¡Eh... habladurías!
CORRAL.
( Queriendo
internarse
por
la
derecha. )
Déjeme,déjeme ir a la cocina a ver qué es lo que guisan...45
CIRILA. ( Deteniéndole. ) Alto ahí... ¡Quédesvergüenza!
POCHO. ¡Si ni tan siquiera tendrán lumbre!
CORRAL. Hay que ver...
POCHO. ( Por Cirila. ) ¡Cómo les tapa la miseria!50Ésta no les abandona en la desgracia.
CORRAL. Eso es nobleza.
CIRILA. Gratitud. Les quiero...
CORRAL. Particularmente a la señorita María.
CIRILA. ¡Mi niña del alma! Yo la crié; la he servido55desde que vino al mundo. Más que cariño, por ella tengoadoración.
POCHO. Y qué re-bonita, y qué re-maja, y qué re-salerosaes la niña, ¡Cristo con ella! No le faltará unricacho que la saque de pobre. Anímese, don Faustino...60Usted rico, usted el más elegante caballero de nuestravilla... ¡Qué mejor proporción...!
CORRAL. ( Pavoneándose. ) Verdaderamente, no es unosaco de paja... De menos nos hizo Dios.
POCHO. Pues si yo fuera don Faustino del Corral,65cualquiera me quitaba a mí esa niña, ¡Cristo con todos!Si tuviera yo esos diamantes en la pechera, esa cadenade reloj y esos anillos refulgentes, y lo que hay en casa,¡Cristo conmigo! los dinerales que diz que tenemos enel Banco, ¿eh?... aguardando colocación...70
CORRAL. No es tanto, Pocho. Algo se ha trabajadoy no falta para unas sopas. ( A Cirila. ) Ahora, la últimapregunta si usted no se incomoda.
CIRILA. Diga.
CORRAL. ¿Es cierto que el propietario de este palaciote75de Alto-Rey lo cede gratuitamente a los señoresMarqueses?
CIRILA. Así lo entiendo.
POCHO. ¡Y luego dicen...! ¡Vaya, que estos noblestronados siempre caen de pie! Vendió el Marqués este80caserón hace diez años por un pedazo de pan...
CORRAL. ¿Hase visto mayor locura? Si hubieraestado yo en Agramante, no se me escapa esa ganguita...Compró la casa el sastre Diego López, que ha sacado yatriple del coste con el producto de las estancias bajas y85altas que tiene alquiladas. Y
ahora, el hombre puedepermitirse un rasgo: cede al Marqués las habitacionesmejores...
CIRILA. ( Que ha mirado por el fondo. ) Los señoresvienen.90
CORRAL. ( Aparte al Pocho. ) Ten comedimiento,Pocho. Hazte cargo de la pobreza...
POCHO. ¿Pues y la mía? ¡Cristo con...! ( Corralle manda callar. Se apartan a la izquierda. )
ESCENA II
Los mismos; DON PEDRO, cabizbajo: detiénese en la puerta comoesperando a alguien. Conserva en su miseria la nobleza de lafigura. El traje, aunque revelando bastante uso, es de corte ytelas elegantes. Acude Cirila a recogerle el abrigo y sombrero.
CIRILA. ¿Y la señora Marquesa?95
DON PEDRO. Detrás viene con María y el señor Cura.( Entra despacio, abstraído. ) ¿Qué... hay visitas?
CORRAL. ( Oficioso. ) Señor Marqués, ¿cómo va esevalor?
DON PEDRO. Tirando, amigo, tirando... ( Sobresaltado, 100 al ver al Pocho. ) ¡Otra vez este maldito Pocho!
CIRILA. ¡Desdichado señor!... ¡A lo que ha llegado!( Vase por la derecha. )
POCHO. Vuecencia me dijo que hoy...
DON PEDRO. ( Con arrebato de cólera, bastón en
mano. )105Dije a usted que le avisaría...
POCHO. Perdone vuecencia... pero...
DON PEDRO. Es mucho molestar... ¡Es grandeimpertinencia...!
POCHO. Necesidad, señor. Soy un pobre.110
CORRAL. Paciencia, Pocho. Puedes volver...
DON PEDRO. Cuando se le avise... Espere... ( Sesienta en el sillón. )
POCHO. ( Con entereza. ) Podré alimentarme de tronchosde berza, de cortezas de chopo; pero no de las buenas115palabras de vuecencia. Págueme, o de aquí me voy alJuzgado municipal...
CORRAL. ¡Pocho...!
DON PEDRO. ( Variando de tono ante la amenaza. )¡Qué injusta desconfianza!... Pocho, venga usted aquí.120( Llamándole, cariñoso. ) Mi buen amigo... ( Le toma lamano. ) ¿Cómo puede dudar...?
POCHO. No es duda, es pobreza.
DON PEDRO. ( Dolorido, con afectada mansedumbre. )Vaya, vaya, sosiéguese el buen Pocho. ( Dándole palmaditas 125 en la mano. ) Y no dude que, con el pago, tendráuna buena gratificación... Es muy justo. ( Entran porel fondo Filomena y don Rafael. )
POCHO. Yo cedo a vuecencia la propina si hoymismo...130
DON RAFAEL. ¡Pocho...! ( Con un castañeteo delengua como el que se usa para echar a los perros, le despideseñalándole la puerta. )
POCHO. Ya, ya... ( Por D. Pedro. ) ¡Cristo con él,con su madre y con toda su casta! ( Vase rápidamente. )135
ESCENA III
DON PEDRO, CORRAL, FILOMENA, DON RAFAEL. La Marquesa deAlto-Rey revela menos que el Marqués, en su traza y vestimenta,la decadencia social. Viste traje negro elegante; mantilla.
DON PEDRO. ( Inquieto. ) ¿Y María?
DON RAFAEL. En la plaza quedó con las de González.
FILOMENA. Entretenidita, viendo esos tipos de lospueblos, los pintorescos trajes, la animación delmercado...140
CORRAL. ( Saludándola. ) Señora Marquesa, tengo elhonor...
FILOMENA. Señor de Corral, mucho gusto... ( Sequita la mantilla. )
DON
PEDRO.
( Afectuoso,
cogiéndole
la
mano. )
Querido145Corral, sea usted indulgente con mi desgracia, la cualno sólo me aflige a mí, sino a los amigos que vienen averme, pues poco grato ha de serles oír mis lamentos, yver espectáculos como estas embestidas del Pocho...
CORRAL. No se hable más de eso.150
DON RAFAEL. Y sobre todo, no se exaspere, Marqués...Tómelo con calma... Ya vendrán díasmejores...
DON PEDRO. Yo confío en que el Gobierno...
FILOMENA. Por la Virgen, no me hables de155Gobiernos...
DON PEDRO. En la Providencia, sí: a eso voy. Quierodecir que Dios inspirará al Gobierno para que...
DON RAFAEL. ( Aprobando. ) ¡Mucho!
DON PEDRO. También espero auxilio de las personas160de nuestra clase. Imposible que permanezcanindiferentes...
FILOMENA. Bien podrán ser nuestros iguales o elGobierno instrumentos de que Dios se valga para salvarnos.Pero en Dios está toda mi esperanza.165
DON RAFAEL. Sí, sí: Dios...
DON PEDRO. ( Muy nervioso se levanta y se pasea porla escena. ) ¿Pero a qué espera?
FILOMENA. Paciencia, Pedro. Para mirar por nosotros,allá quedó nuestro hijo Cesáreo...170
DON PEDRO. ( Exasperado. ) ¿Pero qué hace enMadrid Cesáreo, pregunto yo, si no revuelve el mundopor sacarnos de este pantano?
CORRAL. ( Recordando. ) Tengo el gusto de anunciar alos señores Marqueses que su hijo D. Cesáreo llegará hoy.175
DON PEDRO. ( Gozoso. ) ¡Mi hijo... aquí!
FILOMENA. ( Gozosa. ) ¡Cesáreo! ¿Cómo lo sabeusted?
CORRAL. Por un telegrama que recibió esta mañanael Alcalde.180
DON PEDRO. Me sorprende mucho.
FILOMENA. A mí no, sabiendo que está aquíTeodolinda.
DON
PEDRO.
La
ricachona
americana,
la
super-
mujer,poseedora, según dicen, de un capital de diez millones185de pesos... No creo en cuentos de hadas; no creo queexistan diez millones de duros, ni que una viuda losposea.
DON RAFAEL. ¿Ni creerá usted que le ha dado laventolera de adquirir las propiedades más valiosas de la190provincia?
DON PEDRO. ( Escéptico. ) Tampoco... Ni creo quecon esa señora, con ese mito, tenga relación el viaje deCesáreo.
CORRAL. Que en Madrid fueron novios o cosa tal,195se ha dicho en Agramante.
FILOMENA. Es cierto: en Madrid, el invierno último.
DON PEDRO. Pero aquello pasó... pura flirtation,galanteo fugaz...
FILOMENA. ¡Ah!... no sabemos...200
DON PEDRO. ( Malhumorado. ) Digo que terminó.
FILOMENA. Muy pronto lo afirmas.
DON RAFAEL. ( Con cierto misterio. ) Yo puedo asegurarque ayer, hablando con Teodolinda...
DON PEDRO. ( Con súbito interés. ) ¿Qué...?205
FILOMENA. ( Lo mismo. ) ¿Qué...?
DON RAFAEL. Pues hablando ayer con ese Potosí enfigura humana... fue a entregarme una cantidad, y nofloja, para los pobres...
DON PEDRO. ¿Y qué dijo?210
DON RAFAEL. No sé cómo ni por qué nombramos alos señores
Marqueses de Alto-Rey... Se habló de...
CORRAL. Estaba yo presente. Se habló del desastrede esta noble familia...
DON RAFAEL. Hizo grandes elogios de Cesáreo, de
su215inteligencia, de su gallardía...
CORRAL. Y al fin dijo que no pensaba volver a casarse.
DON RAFAEL. ( Con viveza y enojo. ) No: no dijo eso,Corral.
CORRAL. Don Rafael, mire que estoy bien seguro...220
DON RAFAEL. ( Con energía. ) No dijo eso, sino todolo contrario. Y yo me permití aconsejarle... vamos, leindiqué...
cuán conveniente le será un sostén... un compañerode la vida que le ayude a llevar la carga de tandesmedidas riquezas.225
DON PEDRO. ( Excitadísimo. ) Mi querido Corral, usted,que es la gaceta de Agramante, hágame el favor deenterarse del telegrama recibido por el Alcalde... si esverdad que viene Cesáreo...
FILOMENA. Y a qué hora...230
CORRAL. Voy al punto.
DON PEDRO. Infórmese también de si esa señora...
CORRAL. Ya saben que alquiló la finca de Lugones,con magnífico parque...
DON RAFAEL. Y esta noche da una fiesta... al aire235libre.
CORRAL. Lo que llamamos garden party, o garden nosé qué, con baile, buffet, farolitos...
FILOMENA. Querido Corral, no se entretenga...
CORRAL. Vuelvo. ( Vase presuroso. )240
ESCENA IV
DON PEDRO, FILOMENA, DON RAFAEL; después CIRILA.
FILOMENA. ¡Qué paso lleva el oficioso señor!
DON PEDRO. Muestrario de pedrería falsa...
DON RAFAEL. Falsa, no: todo lo que lleva al exteriores de ley.
El corazón sí que es falso, y la voluntad purovidrio.245
DON PEDRO. ¿Tiene dinero este hombre?
DON RAFAEL. Don Faustino del Corral, o de los Corrales,no se dejará ahorcar por un milloncejo de pesetas.
FILOMENA. ¡Jesús me valga!
DON PEDRO. Hará préstamos en condiciones250ventajosas.
DON RAFAEL. Suele dar dinero al tres por cientomensual, con garantía hipotecaria.
DON
PEDRO.
Y
a
retro
quizás.
El
hombre
no
quierearriesgarse.255
FILOMENA. ¿Y a los pobres no da?
DON RAFAEL. ¡Oh! sí: en la suscripción para la Casa de Misericordia figura con una suma mensual.
FILOMENA. Será considerable.
DON RAFAEL. Noventa céntimos.260
CIRILA. ( Entrando por el fondo con cartas y periódicos. )El correo. ( Dirígese a la mesa de la izquierda, ala que va también don Pedro. )
FILOMENA. ( A la derecha, con don Rafael. ) La sordidez,ave rastrera, hace casi siempre sus nidos en las265arcas más llenas de caudales.
DON RAFAEL. Así como la caridad, ave del Cielo,suele acomodarse en las arcas vacías. ¡Tristehumanidad!
FILOMENA. Por eso yo, en mis angustias actuales,270me acuerdo de los que aun son más pobres que yo...
DON RAFAEL. ( Elogiando. ) ¡Mucho, mucho!
DON PEDRO. ( A Cirila. ) Aguárdate, que algo hayque llevar al correo. ( En voz alta, mirando el sobre de unacarta. ) Filomena, carta de tu madre. ( La da a Cirila, 275 que la lleva a su señora. ) FILOMENA. ¿Han escrito los niños?
DON PEDRO. No; pero me escribe el Rector que estánbuenos y contentísimos... Perico muy aplicado, Ricardilloun poco travieso...280
FILOMENA. Pero buenos y sanos, que es lo que importa.( Abre la carta de su madre. )
DON PEDRO. ( A Cirila, quitándole una de las cartasque le ha dado. ) ¡Qué cabeza! Ésta, para Cesáreo, nova... Aguarda, voy a concluir ésta.285
FILOMENA. ( Aparte a don Rafael, gozosa, después deleer la carta. ) Para que se vea si tengo razón en ponertoda mi confianza en el auxilio celestial. Mi pobre madre,que hoy sufre también penuria, aunque no tanta comoyo, me manda por segunda vez una corta cantidad.290
DON RAFAEL. ¿También por conducto mío?
FILOMENA. Sí: usted recibirá el libramiento.
DON RAFAEL. Pues mañana mismo...
FILOMENA. No: no me lo traiga usted. Eso queDios me envía, en su culto y en obras de piedad quiero295emplearlo.
DON
RAFAEL.
Fíjese
usted,
amiga
mía,
en
sus
necesidades.( Siguen hablando en voz baja. )
DON PEDRO. ( Cerrada la carta que ha escrito, la daa Cirila. ) Oye: si viene esa señora a invitarnos...300
CIRILA. ¿Qué señora?
DON PEDRO. La super-mujer. ¿Podremos obsequiarlacon un té? Dime, ¿queda algo de aquel Portoriquísimo que trajimos de Madrid?
CIRILA.
Señor,
lo
poco
que
queda
resérvelo...
( Sigue 305 diciéndole que la despensa está poco menos quevacía. ) FILOMENA. ( Aparte a don Rafael. ) Dios cuida denosotros. ¿Por qué conducto? Por éste, por otros queno podemos presumir.
Entre tanto, reúna usted lo que310ahora manda Dios con lo que antes vino, y el totaldivídalo en tres partes: la una sea para sufragios por elalma de mi padre, por la de los hermanos míos y de miesposo. La otra, la distribuye usted entre los pobres.Con la última parte quiero ofrecer a la Santísima Virgen315del Rosario un manto nuevo. ( Concluye don Pedro dehablar con Cirila y ésta se va. )
DON RAFAEL. Ya podrá pasarse por este año con elviejo.
Nuestra Señora es modesta: no se paga deostentaciones...320
FILOMENA. Don Rafael, es mi gusto; es un anheloferviente.
DON RAFAEL. Bueno, bueno. No hablemos más.( Don Pedro, en pie junto a la mesa, reconoce papeles confebril inquietud, irascible. )325
DON PEDRO. Filomena, ¿dónde diablos me habéispuesto...?
FILOMENA. ( Acudiendo a su lado. ) ¿Qué, hijo?
DON PEDRO. Es María la que sabe... ( Llamando. )¡María, Mariucha!330
FILOMENA. ( Mirando por el balcón. ) ¡Esa hija...!En la plaza no la veo.
DON PEDRO. Pues que la busquen, que la traigan.
DON RAFAEL. ( Asomándose por el fondo. ) ¡Si estáaquí, en el patio! Habla con las vecinas que llenan sus335cántaros en la fuente... Hace fiestas a los chiquillos.( La llama por señas. ) Es la bondad misma.
FILOMENA. ( Con profunda tristeza. ) ¡Pobre ángelcaído en este pozo!
ESCENA V
Los mismos; MARÍA por el fondo. Viste con sencilla elegancia, sinque en su atavío se conozca la pobreza de la familia.
MARÍA. ( Serena, risueña. ) Aquí estoy.340
DON PEDRO. Pero, hija de mi alma, ¿qué hacías?
MARÍA. Me entretuve viendo y examinando nuestravecindad.
En el segundo patio he visto unas familiaspobres muy simpáticas, unos chiquillos saladísimos. Hehablado con cuantas mujeres vi, preguntándoles de qué345viven, cómo viven, qué comen... Y sus nombres, edad,familia, todito les pregunté...
Tengo ese defecto: soyuna fisgona insufrible...
FILOMENA. Eres una chiquilla.
MARÍA. Pues en este patio primero tenemos vecinos350de mucha importancia. A esta parte, al extremo de lagalería de cristales por donde salimos al patio, tenemos devecino a un carbonero.