En febrero de 1994, el Departamento de Investigación del Instituto Latinoamericano de Prevención y Educación en Salud, ILPES, dio inicio al proyecto denominado "Construcción de la sexualidad en jóvenes costarricenses y su impacto con el riesgo de infección del VIH/SIDA". El aporte financiero fue brindado por el A Social and Behavioral Studies and Support Unit del Programa Global del SIDA de la Organización Mundial de la Salud y tuvo una duración aproximada de dos años.
En términos generales, el proyecto consistió en analizar, por medio de un estudio cualitativo, la cultura sexual que aprenden e internalizan los(as) jóvenes y su impacto en la práctica sexual, particularmente, sobre el riesgo de infección con el VIH. Como cultura sexual entendemos todos los discursos (mensajes) que sobre el sexo reciben los(as) jóvenes, las contradicciones que éstos presentan, las resistencias que originan y la compartimentaiización de sentimientos y pensamientos. Estos aspectos se relacionaron entonces, con el riesgo de infección con el VIH. Para ello, y con el fin de comparar, se escogió una muestra de cuota en dos comunidades: una fue "Villa del Mar", una comunidad marginal y, la otra, "Villa del Sol" que posee las características típicas de la clase media costarricense. Por esta razón, la variable "clase" está representada por las comunidades. Estas también representan dos culturas sexuales diferentes. Con el fin de proteger la verdadera identidad de los entrevistados y de las comunidades de estudio, se decidió cambiar el nombre original a las comunidades; "Villa del Mar" y "Villa del Sol" son, entonces, nombres ficticios usados para evitar cualquier tipo de represalia a la juventud de las comunidades por los resultados de esta investigación. Finalmente se entrevistaron 56 jóvenes de ambos sexos, con edades comprendidas entre los 12 y 19 años.
Se ha dividido este informe de investigación en 13 capítulos. Los cuatro primeros constituyen una introducción al estudio. En el primero, se sintetizan los resultados más importantes y otros aspectos que se consideran de interés para el lector. En el segundo, se escriben los antecedentes del estudio, haciendo referencia a la educación sexual, la práctica sexual y los conocimientos de los jóvenes costarricenses sobre el SIDA, así como una descripción de las comunidades estudiadas, con sus características y formas de vida. En el tercero se presenta la metodología utilizada para la investigación. Se incluyen los objetivos específicos, algunos detalles de la muestra de estudio, las técnicas de investigación, los principios establecidos para la construcción de la guía de investigación utilizada durante las entrevistas y características del personal contratado para el estudio. El capítulo cuarto establece el marco conceptual de la investigación para estudiar la cultura sexual. Se parte del construccionismo social como la base del trabajo y sus principios, así como la importancia de los discursos sexuales como instrumento de análisis. Se incluyen en este apartado las características de los discursos, su lugar en la cultura sexual y el impacto en la prevención. Se presta atención hacia los orígenes, los mecanismos de imposición, las contradicciones y resistencias y a los resultados de éstas: la compartimentalización.
El capítulo 5 estudia los discursos sexuales predominantes: religioso, género, ciencia, tal como se les enseña a los jóvenes. Estos son los discursos ortodoxos. En los capítulos 6, 7 y 8 se analizan estos discursos en la forma en que son asimilados y transformados por los jóvenes, de acuerdo con los factores de género y clase. El capítulo 9 analiza la manera en que los discursos se imponen y se fortalecen por medio de una serie de actores e instrumentos de coacción. Las contradicciones en los discursos, tanto por factores de clase como género, son presentadas en el capítulo 10, así como la convivencia de los jóvenes con estas contradicciones. En el capítulo 11 se estudian las resistencias formales a los discursos y en el 12 las informales, tanto por clase como por género. En el capítulo 13 se analizan las principales barreras para la prevención que impone la cultura sexual como producto de los discursos, sus contradicciones y resistencias. Se plantea, para finalizar, las bases de un modelo de prevención alternativo con base en esta cultura sexual.
Existen en Costa Rica, al menos, seis discursos sexuales de gran importancia: religioso, género, científico (predominantes) y erótico, romántico y feminista (discursos de resistencia). En vista de que los discursos no son propiedad exclusiva de ningún grupo de la población, aunque benefician a unos grupos más que a otros, las contradicciones y las resistencias son inevitables. Los jóvenes no los asimilan mecánicamente, sino que los transforman de acuerdo con sus privilegios de género y de clase (o comunidad). De ahí que éstos son negociados todos los días, por todos los actores involucrados. De estas negociaciones, surge la cultura sexual de los jóvenes costarricenses. Esta cultura debe verse no como una cultura, sino como varias culturas, afectadas por diversos factores, como la clase y el género, entre otros.
Aunque los discursos tienden a ser universales, la realidad es que se convierten en particulares. Las tesis que sostienen, así como los instrumentos de implantación, se modifican de acuerdo con la realidad particular. De esta manera, conceptos generales como el matrimonio, la adolescencia, la virginidad, la homofobia, el machismo, la religión y otros, adquieren connotaciones distintas en comunidades distintas, con base en factores como el género o la clase. Aunque estos dos últimos conceptos son los que hemos prestado atención en el análisis, es de suponer que otros factores como la identidad sexual, la edad, la educación y muchos otros más, tengan un impacto similar.
En vista de que no existe una cultura universal de los jóvenes costarricenses, tampoco se justifica una política de prevención universal. Sin embargo, algunos fenómenos como la compartimentalización, la censura y la autocensura, la violencia sexual y económica, el género, los mecanismos de convivencia y de escape, producto de los discursos y las resistencias, deben ser tomados en cuenta para cualquier campaña de prevención.
)Qué se pretende con este estudio?
Con el advenimiento de la epidemia del SIDA, la vulnerabilidad de los sectores jóvenes de la población se ha hecho evidente. Sabemos que son los más desinformados y los más expuestos a prácticas riesgosas de infección con el VIH. La respuesta del Estado ante este peligro ha sido la promoción del uso del condón en los medios de información. Sin embargo, la Iglesia Católica ha objetado esta campaña por considerarla inmoral. En vista de que la religión católica es oficial en el país, el Estado se ha visto paralizado en sus esfuerzos de hacer una amplia prevención en escuelas y en colegios.
Nuestro estudio tiene como objetivo dar a conocer la cultura sexual de dos comunidades costarricenses por medio del análisis de sus culturas sexuales y proponer una alternativa ante este Aimpase entre religión y prevención científica.
En nuestro trabajo anterior sobre la conducta sexual de los costarricenses, cuyos resultados se encuentran en la Primera Encuesta Nacional Sobre SIDA, habíamos identificado que la población no cambia su conducta sexual solamente por recibir información sobre el SIDA y sus formas de contagio y de prevención. Otros factores resultaron más importantes.
Entre éstos estaban el consumo de alcohol, las actitudes machistas y homofóbicas, la manera de experimentar el uso del condón, el fatalismo y la conducta sexual distinta de hombres y de mujeres. Estos factores sirven como obstáculos para la prevención. Las personas Acuelan A la información que reciben de acuerdo con sus actitudes. La pregunta que deberíamos hacernos es no lo que la información hace con la gente, sino lo que ésta hace con ella. Las personas Amachistas, por ejemplo, aprenden menos del SIDA porque como creen que éste afecta solo a los homosexuales, no es de su interés prestar atención a la información. Lo mismo sucede con la población fatalista y de grupos fundamentalistas, según nos dice el estudio en mención. En vista de que tienen la creencia de que un Dios determina la salud y la enfermedad, tampoco le prestan tanta atención a los mensajes preventivos.
En este trabajo hemos corroborado el mismo fenómeno. Los jóvenes asimilan los discursos universales de acuerdo con sus posibilidades, personalidad y creencias. Aunque los seis discursos estudiados tienen un carácter universal, o sea que prescriben los mismos principios para todos, la realidad es que su impacto es distinto de acuerdo con los factores de género, religión y clase.
Conceptos universales como los de mujer y hombre, adolescencia, homosexualidad, virginidad, prevención y otros varían de la misma manera. Ser adolescente en una comunidad pobre está relacionado con cambios físicos reproductivos; en una rica, con el tiempo de espera mientras se obtiene una profesión. Una mujer en una sociedad de clase media o con recursos económicos más estables es aquella que complementa al hombre y lo ayuda a mejorar su calidad de vida. En una marginal, es la compañera que provee cuidados y servicios a la familia. Un homosexual en una comunidad marginal es un hombre o una mujer que invierte los roles sexuales; en una de clase media, una persona que cambia el objeto de su atracción. Como veremos en el trabajo, estas diferencias tienen implicaciones enormes en la vida de las culturas sexuales.
En vista de que las culturas sexuales distintas cambian su interpretación de los mensajes y los asimilan también de manera distinta, es de esperar que las campañas masivas de información sobre el SIDA corran igual suerte. Los jóvenes las aprenderán de acuerdo con la comunidad en que vivan y los recursos que tengan para hacerlo. De ahí que una alternativa de prevención sea adaptar toda campaña de prevención a la población meta y a la cultura sexual particular.
Otra alternativa sería trabajar más con los factores que caracterizan a una cultura sexual. En este caso, con las contradicciones y resistencias que producen los discursos universales. En lugar de prevenir solo con mensajes sobre el preservativo, sería más oportuno enseñar a los jóvenes a tomar conciencia de las contradicciones y resistencias que viven y ayudarlos a escoger alternativas de manera racional. Este enfoque de empoderizar a los jóvenes para que tomen las decisiones más adecuadas, resultaría menos polémico que impartir lecciones sobre el uso del condón. A la vez, trabajaría mejor con los obstáculos a la prevención. Temas como el género, el concepto religioso de la sexualidad y la marginalidad y la baja autoestima, serían más pertinentes que miles de anuncios sobre el preservativo.
La religión cristiana y su visión de la sexualidad
En un país predominantemente católico y en el que esta religión es oficial, son pocos los investigadores que han podido, o se han atrevido, a analizar su impacto en la cultura costarricense. En nuestro caso particular, ha sido impostergable no hacerlo, ya que los discursos cristianos sobre la sexualidad son de los más importantes y de los que más han influido en los demás.
Cuesta muchas veces aprehender cuándo terminan los discursos religiosos y cuándo se inicia el de la ciencia. Los costarricenses están impregnados de la visión cristiana del mundo y aún cuando pretenden ser Aobjetivos y Acientíficos, repiten premisas cristianas. Resulta sorprendente ver cómo en los espacios Acientíficos sobre sexualidad, i.e. algunos programas de televisión de sexólogos, o revistas especializadas, se tratan los temas de acuerdo con los mandatos de la Iglesia. Aunque disfrazados de objetividad y de imparcialidad, sus conductores suelen atacar a las minorías sexuales, a la sexualidad no reproductiva y al aborto. La propensión a tratar los temas en blanco o negro, de dividir a la gente en categorías de buenos y malos, de buscar culpables a todos los problemas, es otro legado del pensamiento religioso.
No solo el pensamiento religioso reina en el país de manera oficial, sino que sus instrumentos de imposición han sido tomados prestados por los otros discursos. La vigilancia, la confesión, la admisión de culpa, los exámenes de conciencia, el castigo, la expulsión del paraíso y otros, se han convertido en los mecanismos favoritos de control. La madre que escrutina qué juguetes utiliza su crío, el maestro que se fija en los gestos de sus estudiantes, el patrono que pregunta sobre la orientación sexual, son todos prestados de la Iglesia Católica y sus formas de coacción y conversión.
De ahí que no es posible autocensurarnos y analizar a las iglesias cristianas sin aparentar compromiso. Nuestra visión de ellas es que, con respecto a la sexualidad, producen un daño enorme a la población. Su insistencia en mirar el cuerpo como la casa del pecado, el sexo como una actividad capaz de determinar nuestra vida eterna, la virginidad como una virtud sagrada y toda la sexualidad no procreativa como sucia, mala y pecaminosa, nos parece totalmente contraproducente y uno de los obstáculos más grandes a la prevención. De ahí que en el análisis de la información se le preste gran importancia.
Esta investigación ha sido posible gracias a la participación de varias personas e instituciones. En primer lugar, se agradece al Dr. Peter Aggleton, Jefe del "Social and Behavioral Studies and Support Unit", del Programa Global del SIDA de la Organización Mundial de la Salud. El Dr. Aggleton asesoró técnicamente el estudio y facilitó el aporte financiero por parte de la OMS.
En segundo lugar, el Instituto Latinoamericano de Prevención y Educación en Salud, ILPES, fue la institución local escogida para hacer la investigación. La doctora Ellyn Kashak de la Universidad Estatal de San José, California, sirvió como apoyo académico al equipo de investigadores, así como la doctora Sara Sharratt de la Universidad de California en Sonoma. La doctora Sharratt ayudó a confeccionar la guía de preguntas y el entrenamiento a los entrevistadores. También participaron la Màster Anna Arroba, coordinadora de los programas de género de ILPES y la doctora Doris Sosa. La doctora Sosa ayudó a interpretar la información y a revisar el informe final.
La especialista en traducciones y edición, la señora Pilar Saavedra, ayudó a traducir los materiales bibliográficos del inglés al español para la lectura de los entrevistadores y a revisar la redacción en español y en inglés.
Por parte de ILPES, varias personas merecen una mención especial. El director administrativo del proyecto, Bachiller Rodrigo Vargas, fue el coordinador de todos los aspectos logísticos del proyecto, de las transcripciones del material y de su preparación para ingresarla a la base de datos. Esta última fue diseñada por Rolando Guevara, quien generosamente aportó un programa especial para la lectura y análisis de la información conocido como SAP AC. En vista de la gran cantidad de información, sin este programa hubiese sido imposible ordenar y leer tan largas entrevistas en el corto tiempo disponible.
Se agradece a las comunidades de "Villa del Mar" y de "Villa del Sol" la acogida que brindaron al proyecto, así como a los(as) jóvenes participantes, pues sin su generosa cooperación hubiese sido imposible realizar esta investigación.
El grupo de entrevistadores estuvo compuesto por las siguientes personas:
Abelardo Araya
Kattia Castellón
Jenny Castro
Kattia Chinchilla
Larissa Fallas
Glenn Fonseca
Tatiana Fonseca
Tamara Fuster
Carmen Gutiérrez
Allan Guzmán
Marla Hernández
Patricia Jones
Carmen León
Kattia López
Erick Quesada
César Rodríguez
Indira Rodríguez
Fresia Romero
Edgar Salgado
Vanessa Smith
Viria Solís
Luis Villalta
Las personas de ILPES que transcribieron las entrevistas fueron:
Víctor Calderón
Shirley Garbanzo
Marielos Gómez
Maritza Gómez
Carmen Gutiérrez
Grettel Gutiérrez
Guiselle Gutiérrez
Ester Jara
Natasha Jiménez
Mayela La Touche
Ana Yancy Madrigal
Hanny Martínez
Maureen Medrano
Randall Medrano
Marco Quirós
Indira Rodríguez
Vanessa Rojas
Maricela Rueda
Ana Lorena Sánchez
Emilia Sancho
Graciela Vásquez
Lucía Zamora
Finalmente, los autores desean aclarar que todas las opiniones e interpretaciones de este trabajo son de su entera responsabilidad.