Según lo que cuentas, deduzco que uno puede tener parejas diferentes en cada encarnación, ¿no?
Sí, claro. Suele ser lo normal en los mundos de vuestro nivel evolutivo y además muchas veces es necesario para la evolución espiritual, o es la consecuencia de los actos de otras vidas.
¿Qué quieres decir?
Que incluso aun tratándose de almas gemelas, espíritus totalmente afines, si les pueden más los defectos que los sentimientos, pueden acabar separándose, aunque sea sólo temporalmente, por no querer reconocer ni modificar los malos hábitos espirituales. A veces solo se aprecia lo que se tiene cuando se pierde. De ahí que para otras vidas elijan a otras parejas con menor afinidad, pero que les pueden ayudar a modificar estos hábitos. En vuestro mundo hay muy pocas parejas que se unan por amor, porque la mayoría hace poco caso del interior. La gran mayoría lo hace por necesidad o conveniencia material o afectiva, o atracción sexual, y solo una pequeña parte se une en función de las necesidades espirituales. En los mundos más avanzados, donde los espíritus ya han eliminando gran parte del egoísmo y son más consecuentes con sus sentimientos, la mayoría de uniones se dan por amor, porque los espíritus afines se reconocen inequívocamente y porque saben que la satisfacción de ningún anhelo material les puede hacer más felices que el sentimiento mutuo que experimentan. Encontrarás pocas parejas que no sean almas gemelas y ninguna que haya sido elegida en función de intereses egoístas.
Siempre nos han dicho que lo más espiritual era tener una pareja para siempre, por aquella frase de “lo que ha unido Dios, que no lo separe el hombre”, pero ahora tú me dices que tener más parejas es “lo normal” y que puede ser beneficioso espiritualmente. ¿No existe aquí una contradicción? Es que una cosa son los lazos de amor y otra los del matrimonio. En el 90% de los matrimonios de la Tierra no hay amor verdadero, aunque esto no puede ser evidente para los cónyuges hasta pasado un tiempo. Pero parece ser que por haber firmado un papel uno no tiene derecho a cambiar de opinión. Cuando vosotros elijáis vuestras relaciones en función de vuestros sentimientos, entonces vuestras relaciones serán duraderas, como lo son las de los mundos avanzados. Pero tened en cuenta que lo que une a estas parejas no es la obligación, sino el sentimiento. Cada uno mantiene su libertad tanto para elegir a la pareja como para decidir separarse si así lo decide por propia voluntad, sin tener que rendir cuentas a nadie de su decisión. Tened clara una cosa: Es el amor mutuo lo que hace que dos seres estén unidos, manteniendo cada uno su libertad individual intacta, no ningún contrato firmado, aunque sea delante de un sacerdote, o de un altar lleno de reliquias religiosas y flores, porque no es Dios el que os está uniendo sino vosotros mismos, y las leyes y costumbres que habéis querido inventar. Lo que sí os ha dado Dios es la capacidad de amar, un alma gemela para que experimentéis ese amor y seáis felices, y la libertad de decidir vuestro destino. Pero como ya he dicho, en vuestro mundo, las pocas parejas que se unen por los sentimientos todavía han de vencer el propio egoísmo, que muchas veces puede más y consigue imponerse a los sentimientos. Por ello la lapidaria frase “Lo que ha unido Dios que no lo separe el hombre” la podríais sustituir por la siguiente, mucho más apropiada y que resulta un buen consejo a seguir para aquellos que buscan experimentar la auténtica felicidad “Lo que ha unido el amor, que no lo separe el egoísmo”.
¿Entonces el divorcio es algo positivo desde el punto de vista espiritual? Siempre me pareció lo contrario, ya que la mayoría de religiones cristianas son contrarias al divorcio.
Una cosa es la religión y otra la espiritualidad. El tener la libertad de elegir con quién estar o no estar es siempre es positivo. Es positivo porque permite ejercer el libre albedrío y el mundo espiritual siempre está a favor del libre albedrío. Forzar a una persona a estar con alguien por el que no siente, o, aunque sienta, le es imposible convivir por la razón que sea, solo por haber firmado un papel, es vulnerar su libre albedrío. Y es que vosotros todavía creéis que el estar unido a una pareja implícitamente implica a renunciar a una parte del libre albedrío y esto no es así. Por ejemplo, creéis por que el hecho de estar casado o viviendo en pareja con alguien, esto le obliga a uno a mantener relaciones sexuales con la pareja, como si fuera un deber que se ha de cumplir por encima de todo y esto no es así. Uno no esta obligado a mantener relación sexual con su pareja solo por el hecho de estar casados, si no lo quiere o desea. Ni a unirse a otra persona sólo porque haya mantenido relaciones sexuales con ella. Ni está obligado a sentir lo que no siente, aunque por las circunstancias que sea se haya unido a ella.. Y lo más importante, no se ha de sentir culpable por ello, porque los sentimientos no pueden ser forzados, sino que han de emanar espontáneamente. Desde el punto de vista espiritual, por encima de todo está la libertad individual que prevalece sobre cualquier otra cosa. Mientras no os desprendáis del apego no podréis experimentar la felicidad del amor, porque el apego es al amor como la jaula para el pájaro.
¿Entonces cuando las personas que mantienen relaciones no se quieren sino que solo lo hacen por pasar un buen rato están transgrediendo alguna ley espiritual?
No. Si las personas lo han elegido libremente no hay ningún problema. Lo que ocurre es que cuando el espíritu avanza espera algo más de la relación sexual y una relación puramente física le dejara insatisfecho y le hará sentir vacío, además de que cuando dos personas que se unen en la relación, aunque sexualmente se atraigan, no son afines espiritualmente, y no sienten desde el interior, la relación exclusivamente sexual acaba por hastiar. Por eso no suele durar mucho. Si se prolonga será una relación inestable, siempre en conflicto permanente, ya que los lazos que la unen son muy débiles.
A medida que el espíritu evoluciona su sexualidad pasa de ser un instinto, una necesidad biológica, para ser un instrumento de expresión del sentimiento. Para los humanos primitivos la sexualidad era básicamente instintiva y no podía haber un vacío del sentimiento cuando se apareaban con alguien a quien no querían, porque su sentimiento estaba todavía escasamente desarrollado. Pero un espíritu más evolucionado, con mayor capacidad de amar, sentirá un gran vacío si en sus relaciones sexuales sólo busca satisfacer su instinto. La relación sexual para el espíritu avanzado es una manifestación de amor íntimo. Cuando los espíritus que mantienen una relación sexual son espiritualmente afines y se aman mutuamente, el sentimiento de amor profundo se manifiesta en la relación sexual, produciéndose simultáneamente al intercambio de los cuerpos físicos, un intercambio energético entre ellos que los revitaliza y los llena y que surge de la interpenetración de los cuerpos astral, mental y espiritual. Por el contrario, en una relación puramente sexual, es decir en la que las personas que practican el sexo no sienten amor la una por la otra, pudiendo haber una satisfacción del cuerpo físico, faltará la compenetración de los cuerpos más sutiles, astral mental y espiritual, dando como resultado la sensación de vacío e insatisfacción. En los mundos avanzados lo que mueve a los espíritus a unirse como pareja es exclusivamente el amor interior que sienten, y por tanto es muy raro que se unan las parejas por algún otro motivo. Como allí la percepción esta muy desarrollada no hay lugar a engaños ni decepciones, que en la Tierra suelen ocurrir al encontrar que la pareja no es como uno creía, porque hasta ese momento mostraba sólo una apariencia para conquistar.
¿Y cómo se pueden resolver los problemas de sexualidad?
Vuestros problemas con la sexualidad son en su mayoría debidos a que mantenéis relaciones sexuales con personas por las que no sentís prácticamente nada de amor. Todavía continuáis mirando sólo la parte física y creéis que la culminación del placer sexual es mantener relaciones con personas físicamente muy atractivas. No queréis reconocer la parte de los sentimientos, y puesto que la mayoría de vosotros no estáis emparejados con las personas amadas espiritualmente afines, el problema viene de no sentir. Viene de no sentir un llenado del interior. Los espíritus más avanzados son los que más sufrirán por mantener relaciones sexuales sin amor. En vez de reconocer que el problema está en la ausencia de sentimientos y que lo que hay que hacer es empezar actuar más conforme a lo que uno siente, os empeñáis en buscar experiencias sexuales con otras personas igualmente por las que no sentís nada, o en añadir al sexo otros componentes que supuestamente lo hacen más atractivo, pero igualmente vacío. Entonces se cae en un círculo vicioso, ya que se busca llenar con materia lo que sólo podría llenarse con sentimiento.
Entonces, ¿me quieres decir que el amor romántico, esas relaciones que vemos en las películas, son algo que escasea en nuestro mundo?
Lo que ocurre es que vuestro concepto de lo que es el amor, en este caso, el amor de pareja, esta distorsionado respecto a lo que es el amor desde el punto de vista espiritual.
No escasean las relaciones por intensa atracción física, qué vosotros llamáis erróneamente amor “pasional o “romántico”, que son como la luz de una bengala, muy intensa en un instante y que luego se apaga para siempre, y que se intenta vanamente prolongar a base de superexcitar los sentidos con aderezos materiales (una cena en un restaurante caro, un regalo llamativo, una la noche en la suite de un hotel de cinco estrellas o unas vacaciones en una isla paradisíaca). Y a todo esto le llamáis amor romántico, cuando en realidad no deja de ser una fuerte atracción sexual que se va difuminando una vez el deseo sexual ha quedado satisfecho. Respecto a las pasiones, muchas veces no tienen nada que ver con el amor, sino sólo con el deseo insatisfecho de poseer a alguien, que es la manifestación del egoísmo que hemos llamado apego. Las personas no son objetos, no pueden ser poseídos y no pertenecen a nadie más que a sí mismos. No confundáis el querer con el querer poseer, el amor con el apego. Tened clara una cosa: No se puede obligar a nadie a querer, porque si el amor no es libre, entonces no es amor. Los sentimientos no se pueden forzar. Los sentimientos no obedecen a sugestiones, manipulaciones, imposiciones ni mandatos. Si queréis ser amados, entonces amad incondicionalmente, sin esperar nada a cambio, y, entonces algún día, la ley de causa efecto os traerá aquello que vosotros habéis dado.
LA ENFERMEDAD A LA LUZ DE LA LEY DEL AMOR
Has mencionado en diversas ocasiones que hay enfermedades físicas que tienen que ver con determinados sentimientos o con su represión. Me gustaría profundizar ahora en ello.
Sí. Existe mucha gente enferma del espíritu precisamente porque han anulado sus sentimientos y cuando el espíritu enferma también lo hace el cuerpo, ya que está íntimamente ligado a él.
¿Quieres decir entonces, que una enfermedad física puede tener un origen emocional?
Efectivamente. La represión de los sentimientos es la mayor causa de enfermedad en vuestro mundo, tanto enfermedad psicológica como física.
Esto lo puedo aceptar respecto a las enfermedades mentales... pero ¿y el cáncer? ¿Acaso no ha demostrado la ciencia que el cáncer se produce debido a alteraciones genéticas?
Las alteraciones genéticas están en todos los casos, pero en muchos de ellos no son la causa primera.
¿Y cuál es la causa primera?
Cómo te he dicho, la causa es anímica y tiene que ver con la represión del interior espiritual. Ocurre que cuando la persona no actúa ni vive de acuerdo con sus sentimientos, se produce un malestar interno profundo en la que persona que lo padece. Eso genera egosentimientos psíquicamente dañinos como miedo, rabia, odio, tristeza etc. que, son los causantes de la enfermedad. Este malestar puede ser estimulado por una causa externa, algún tipo de circunstancia en la vida que a la persona le resulte realmente difícil de afrontar. Llamémosle a esta circunstancia conflicto emocional.
¿Y como se transmite el malestar emocional al cuerpo físico para acabar generando una enfermedad?
Cuando la persona se encuentra mal emocionalmente existe un cortocircuito entre los niveles espiritual y mental que se transmite al cuerpo energético o astral, sufriendo este una alteración en su configuración, un descenso en el nivel vibratorio, una “bajada de energía”, que afectará a una región concreta del cuerpo astral, como una especie de apagón que afectara a una parte del tendido eléctrico, la cual deja de vitalizar correctamente la zona del cuerpo a la que está conectada. La falta de energía vital provoca una desconexión de la región desvitalizada respecto al resto del cuerpo, y, como consecuencia de ello, el tejido desvitalizado deja de actuar en armonía con el resto. Al perder su patrón energético, el funcionamiento normal de las células se ve afectado y comienzan a aparecer alteraciones genéticas que pueden bien destruirlas, provocando así una enfermedad degenerativa, o bien hacer que empiecen a crecer descontroladamente, provocando así un cáncer.
Todo esto me recuerda a lo que dice la Dra. en Física Barbara Ann Brenan en sus libros “Manos que curan” y “Hágase la luz”, respecto a la enfermedad y que me recomendaste cuando hablamos sobre el cuerpo astral. Según ella los problemas psicológicos y emocionales se manifiestan en el cuerpo astral como zonas oscuras o de diversos tonos turbios, cuyo origen radica en las ideas negativas que mantiene una persona en un momento dado. Si estas persisten en el cuerpo astral sin resolverse, tarde o temprano ocasionan una manifestación en el cuerpo físico de la persona causando una enfermedad. Entonces ¿está en lo cierto?
Efectivamente, así es.
También me recuerda a los postulados de “la Nueva Medicina”, que enunció el médico alemán Ryke Geerd Hamer. Según el Dr. Hamer, todo cáncer o enfermedad equivalente al cáncer empieza por un conflicto emocional extremadamente brutal, vivido en soledad, y que dependiendo del tipo de conflicto, el cáncer se desarrollará en un órgano u otro. Además dice que el conflicto emocional afecta primero al cerebro, provocando una especie de cortocircuito, y que la región del cuerpo que está conectada con esa parte del cerebro es la que sufre posteriormente la enfermedad. Postula también que la curación de la enfermedad pasa por la solución del conflicto emocional que la origina ¿Está en lo cierto este médico?
Lo que dice es bastante correcto, aunque no al cien por cien, porque no todas las enfermedades, se originan por conflictos emocionales. Pero sí la mayoría.
¿Y es cierto que si se soluciona el conflicto emocional se puede lograr la curación de la enfermedad?
Sí. Pero para resolver el conflicto debe haber en la persona un cambio bastante profundo, porque si la persona persiste en aferrarse a sus egosentimientos y reprimir sus sentimientos, detrás de una enfermedad vendrá otra, porque aún cuando ciertos conflictos se hayan podido resolver, aparecerán otros que activarán los mismos egosentimientos. Por tanto llegamos a la raíz del problema: Lo que es realmente patogénico, y causante de enfermedad es el egoísmo y sus manifestaciones, y lo que es curativo y saludable es el amor y su expresión. Y esto se cumple siempre.
¿Pero acaso no nos pasa eso a todos en mayor o menor medida? Quiero decir, ¿no nos ocurren a casi todos cosas en la vida que nos generan disgustos de todo tipo, y que nos despiertan rabia, tristeza, agresividad? Porque yo me identifico bastante con la descripción que has hecho respecto a la represión de los sentimientos y sin embargo no tengo cáncer.
Cierto, y por eso casi todos enfermáis de vez en cuando. Pero para que se produzca una enfermedad realmente grave, como el cáncer, debe ocurrir que la persona quede emocionalmente “atrapada” por el malestar emocional, en el sentido de que este se convierta una obsesión permanente, dejándose dominar por los egosentimientos y persistiendo en esta actitud durante un tiempo relativamente largo, hasta el punto que le impida conciliar el sueño durante un periodo prolongado. Se debe dar además que la persona reprima toda forma de desahogo y exteriorización de estos egosentimientos.
¿Entonces existe una personalidad susceptible al cáncer?
Sí. La de aquellas personas que se dejan arrastrar por los egosentimientos (rabia, odio, tristeza, miedo) y/o las que se sienten reprimidas en la percepción y/o manifestación de los sentimientos.
¿Entonces debo llegar a la conclusión que la enfermedad es un castigo por no hacer bien las cosas?
Un castigo no. Es una consecuencia del dolor emocional interno. Es la misma persona la que se lo provoca y también la que puede remediarlo, haciendo un cambio en sí misma, del egoísmo hacia el amor, de la represión hacia la exteriorización de su auténtica personalidad espiritual.
¿Y qué sentido tiene que una persona que está sufriendo ya tanto le venga una enfermedad tan fuerte como esa? ¿Acaso no tenía bastante con lo primero? Ten en cuenta que el que el malestar físico es consecuencia de malestar interior. En este caso la enfermedad física actúa como señal de alarma para que la persona se dé cuenta de la enfermedad del interior que padece y la motive a cambiar.
Ya, pero si una persona no asocia que la enfermedad física tiene que ver con enfermedad del interior ¿cómo la puede ayudar esto cambiar?
La enfermedad física debilita las barreras mentales que aprisionan la manifestación del interior espiritual y por tanto, ayuda a adquirir mayor grado de sensibilidad, tanto respecto a nuestros propios sentimientos como respecto a los sentimientos y sufrimientos de los demás. Esto es lo que puede motivar a la persona cambiar.
¿Y si cambia acabaría curándose?
La mayoría sí, pero no en todos los casos. Hay daños a nivel físico que no se pueden reparar.
¿Entonces qué sentido tiene la enfermedad, si aunque hagas el cambio no te curas y puedes morir igualmente?
Ten en cuenta que desde el punto de vista espiritual la vida física no es más que un instante de la vida real, que la muerte del cuerpo no es el fin, ni algo malo, sino que es una etapa de transición hacia otra existencia menos limitada. La enfermedad es un instrumento de ayuda para la progresión del ser hacia mayor nivel de compresión amor y sabiduría. Como ya he dicho antes, la enfermedad física debilita las barreras mentales que oprimen la manifestación sensibilidad interior esto lo que nos sirve realmente para evolucionar. El cambio que puedas haber hecho en ti mismo, respecto a la evolución en el amor, no se pierde. Te lo llevas contigo allá donde vayas, y es lo más valioso que puedes sacar de tu vida. Puede ser el objetivo de toda una encarnación, por lo que una vez se ha conseguido, el espíritu puede retornar al mundo espiritual tranquilamente satisfecho de su trabajo. En realidad es lo único que nos llevamos cuando morimos, los cambios que podamos haber hecho en nosotros mismos, en nuestro espíritu, porque todo lo que sean logros materiales se quedan en el mundo material. A esto se refería Jesús cuando decía: “No acumuléis para vosotros tesoros en la tierra, donde la polilla y el óxido corrompen, y donde los ladrones se meten y roban. Más bien, acumulad para vosotros tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el óxido corrompen, y donde los ladrones no se meten ni roban. Porque donde esté tu tesoro, allí también estará tu corazón. Mateo (40:6:19
- 40:6:21)”
Ya pero si la persona se muere, ¿cómo va a poner en práctica lo que ha aprendido?
Ten en cuenta que espíritu va a continuar viviendo de todas formas, sea ligado al cuerpo, o desligado de este y en ambos casos lo que haya aprendido formará parte de él y le servirá para seguir evolucionando.
Ya pero ¿y para los familiares y seres queridos? ¿No será un golpe muy fuerte que después de pasar una enfermedad tan terrible, de haber luchado y cambiado, aun así se pueda perder a la persona querida?
Sea en caso de enfermedad o de muerte natural, la separación de los seres amados es solo temporal. Todos nos volveremos a reencontrar con los seres queridos al otro lado. Ten en cuenta que cuando alguien nace el mundo físico también se está separando de los seres queridos que no encarnan en ese momento. Sin embargo, para ellos eso no es un trauma, ya que entienden que es una separación temporal y que el espíritu que encarna lo hace con motivo de progresar espiritualmente. Por ello no tienen sensación de pérdida, como vosotros. Cuando vosotros queráis interiorizar que la vida no termina nunca y que la muerte del cuerpo físico no es el final, sino sólo un estado de transición para pasar al plano espiritual, muchos de los problemas, traumas y depresiones que son consecuencia de la muerte del ser querido desaparecerán.
¿Y qué pasa con los que no resuelven su conflicto y mueren a consecuencia de la enfermedad?
Se han estancado espiritualmente, por no haber realizado el cambio que necesitaban para superar su prueba y superarse a sí mismos. Son los que han “tirado la toalla” en el combate por la superación espiritual, es decir, en vista de que no avanzaban espiritualmente, ellos mismos han activado su regreso al mundo espiritual. Vendrán con las mismas pruebas para intentar superarlas en próximas vidas.
Volviendo al tema del origen de la enfermedad, ¿acaso no ocurre que hay personas que no tienen aparentemente ningún conflicto emocional y son relativamente felices que también padecen enfermedades como el cáncer? Y qué me dirás de un niño recién nacido con una enfermedad congénita que todavía no tiene conciencia suficiente como para experimentar un trauma emocional.
Muy buena pregunta. Respecto a los recién nacidos ten en cuenta que a partir de que el espíritu se liga al embrión, siente y percibe todo aquello que ocurre en torno a este, y también lo que siente la madre, y, por tanto, es susceptible de desarrollar un trauma emocional durante el periodo de gestación, que puede ser motivo del desarrollo de una enfermedad física. Pero es cierto que hay enfermedades que no están asociadas a ningún conflicto emocional y por tanto no es este el origen en todos los casos. Son aquellas que llamamos enfermedades congénitas, es decir tienen un origen genético, habiendo otras son una mezcla de componente emocional y susceptibilidad genética.
¿De dónde viene en este caso la enfermedad?
Su origen se encuentra en los actos que realizamos en otras vidas. Se trata de pruebas para eliminar deudas acumuladas, actos contra la ley del amor, cometidos por impulso del egoísmo.
No entiendo lo que quieres decir ¿Qué tiene que ver una enfermedad con un acto del pasado?¿Cómo se puede transmitir una enfermedad de una vida a otra? ¿Podrías explicarte mejor?
Cuando alguien comete algún acto contra la ley del amor, por la ley de acción y reacción espiritual, este acto queda impregnado en su espíritu en forma de tóxico psíquico, bajando su nivel vibratorio y alterando su configuración.
Esta alteración, por correspondencia vibratoria, acaba alterando también los cuerpos más densos, el cuerpo mental y por ende el cuerpo astral, que es el modelo del futuro cuerpo físico. Si el cuerpo astral todavía mantiene esta alteración al encarnar, puede provocar una alteración en el código genético del cuerpo físico y provocar así una enfermedad congénita. Por lo tanto, sigue siendo cierto que el causante de la enfermedad es el egoísmo, aunque sea una el egoísmo de una vida anterior.
Ya pero hay alteraciones genéticas que se sabe que son heredadas, es decir que ya vienen en la herencia genética de los padres. Es decir, que no parece que sean generadas del cuerpo astral del encarnante ¿Qué me tienes que decir al respecto?
Es muy cierto que la predisposición a ciertas enfermedades se hereda genéticamente de los padres. Pero sabed que el espíritu encarnante es conocedor de esta circunstancia y lo acepta, sabiendo que es una prueba, la de la discapacidad física o psíquica que le corresponde pasar, a consecuencia de los actos de otras vidas. También es una prueba para los padres, que también consintieron en su día venir a pasar por este tipo de trances.
Pues creo que si a unas personas que estén viviendo esta situación en ellos mismos o en algún ser querido les dices esto no lo van a aceptar. Seguramente pensarán: ¿que he hecho yo o que hemos hecho nosotros para merecer esto? Es muy normal que piensen así, porque para poder comprenderlo en su magnitud primero habría que admitir que existe la vida antes del nacimiento y que durante ese tiempo los espíritus han creado las circunstancias que ahora se encuentran en las vidas siguientes. Al fin y al cabo se trata de una situación transitoria, porque la vida continua más allá de esa encarnación, y del trance por el que están pasando se puede sacar un aprendizaje en el amor, que es lo que se pretende.
¿Pero qué se puede aprender de esto?
A sensibilizarse con el sufrimiento propio y el de los demás, porque seguramente en otra vida esas mismas personas que sufren han causado un sufrimiento semejante en los demás y no han querido ser conscientes del daño que estaban haciendo. Este es el primer paso para amar, tomar conciencia de que los demás sienten igual que nosotros y sufren por lo mismo que sufrimos nosotros.
¿Y cuál es el significado espiritual de una enfermedad congénita si es que lo tiene?
En este caso la enfermedad es un proceso mediante el cual el espíritu transfiere al cuerpo físico los tóxicos psíquicos que le impiden elevarse hacia mayor grado de evolución espiritual. El cuerpo, a través de la enfermedad, absorbe el impacto del tóxico psíquico y realiza como una especie de drenaje, como si fuera una esponja que lo absorbe, contribuyendo así a su eliminación. Es decir, el espíritu transfiere la carga tóxica al cuerpo físico que actúa como una especie de paño absorbe la suciedad. Esta “suciedad” es la que provoca la enfermedad a nivel físico, pero contribuye a limpiar los cuerpos más sutiles, al igual que si de un sistema de alcantarillado se tratara. También hay espíritus que eligen utilizar la enfermedad en su vertiente de sistema de drenaje de tóxicos en la parte final de su vida. Es decir, aunque no hayan sufrido ninguna enfermedad grave durante la vida, cuando se acerca el momento de la desencarnación, puesto que ya no van a utilizar más ese cuerpo, aprovechan para transferirle una parte de la carga de tóxicos psíquicos que acumulan en los cuerpos más sutiles, y así se limpian. Este caso es muy frecuente, y por mucho que se intente hacer por evitar la desencarnación es totalmente imposible, ya que no se trata de ningún conflicto emocional en marcha, sino una depuración espiritual.
¿Y si el espíritu comete un acto contra la ley del amor, vendrá en la vida siguiente obligado a pasar por una enfermedad?
No. Como he dicho hay diversas formas de eliminar el toxico psíquico. Con los actos de amor, empezando por la reparación del mal que se hizo, se elimina el tóxico del espíritu sin necesidad de pasar por una enfermedad. Por eso dije antes que si el causante de enfermedad es el egoísmo, el amor es el antídoto y el remedio de todos los males. Por tanto no tiene que ser a través de las enfermedades, que uno se deshaga de ellos. Pero debido a que esta es una forma rápida de desprenderse de ellos, muchos espíritus la eligen. Lo que está claro es que mientras no se haga algo por eliminarla, la carga tóxica sigue ahí, obstaculizando el progreso del espíritu hacia mayores cotas de amor y felicidad.
Has dicho también que hay enfermedades que son una mezcla de componente emocional y susceptibilidad genética.
Sí.
¿Te podrías explicar mejor?
Hay espíritus que vienen a afrontar ciertas pruebas. Para evitar dejarse llevar por el materialismo y recodar el propósito espiritual que les llevó a encarnar, utilizan la enfermedad como recordatorio. Es decir, la enfermedad se activa sólo si el espíritu se desvía del camino que previamente se ha trazado, como si se tratara de las bandas sonoras que hay al lado de la carretera, que sirven para avisar al conductor que se está saliendo de su carril. Mientras que otras personas en sus mismas circunstancias no desarrollarían una enfermedad importante, la persona con susceptibilidad o predisposición genética a una determinada enfermedad, tiene un umbral de activación más bajo, es decir, que un estimulo emocional de menor intensidad es suficiente para activar la enfermedad.
Pues si, como dices la enfermedad es causada bien por conflictos emocionales de esta vida y se resuelve en este caso con la solución del conflicto, o en el caso de enfermedades congénitas si se trata de un proceso depurativo y no se puede curar la enfermedad, me pregunto: ¿Los tratamientos farmacológicos que se utilizan actualmente, por ejemplo para el cáncer, sirven para algo? Los tratamientos actuales, es decir, la quimioterapia y la radioterapia, intentan eliminar el síntoma, que es la proliferación celular, pero no atajan la enfermedad, porque no actúan sobre el origen. Al dañar el ADN generan lesiones celulares muy profundas que en muchos casos son permanentes y no se pueden regenerar. Es difícil entender como si creéis que el cáncer se origina por las