Eso significa también que nuestros sentidos (vista, oído, olfato, gusto, tacto, etc.) no sienten realmente una “realidad” independiente “ahí fuera”, sino que, en efecto, proyectan esa realidad de manera que aparenta estar “ahí fuera”. Nuestros ojos, además de ser “receptores”, son también “proyectores”, puesto que tu cerebro sabe lo que estás a punto de experimentar antes de que lo percibas con tus sentidos.
Aparentemente, una vez que nuestro cerebro convierte las frecuencias de onda desde El Campo, las proyecta “ahí fuera” y lo hace aparecer como que estamos rodeados por una “película de inmersión total”. Entonces, y sólo entonces, nuestros sentidos “leen” lo que ha sido proyectado “ahí fuera” y traen esa información de vuelta al cerebro.
«David Bohm ha sugerido que si viésemos el cosmos sin las lentes que equipan nuestros telescopios, el Universo nos aparecería como un holograma. Pribram amplió este conocimiento apuntando que si nos viésemos privados de las lentes de nuestros ojos y de los procesos similares a lentes de los otros receptores sensoriales que tenemos, nos veríamos inmersos en experiencias holográficas.»11
No creo que nadie sepa ahora mismo cómo funciona esto exactamente, pero tengo confianza en que a medida que siga la investigación en física cuántica alguien descubrirá el proceso. Mientras tanto, se nos ha dado una gran pista (uno de esos “indicios” de los que hablaba en el capítulo anterior) en forma de ordenador moderno....
La mayoría de los ordenadores usan actualmente lo que se llama “código binario”, que no está hecho nada más que de ceros y unos.12 Si lo miras, los ceros y unos mismos parecen aleatorios y caóticos, como las imágenes en 3D.
Pero dentro de cada ordenador hay una UCP (Unidad Central de Proceso, o Procesador) que funciona como el “cerebro” del ordenador. Esta UCP recibe el código binario en secuencias de ceros y unos, traduce ese código binario, y proyecta los resultados en la pantalla del ordenador, donde podemos verlos en una forma que tiene sentido para nosotros.
Un ordenador también tiene sus propias percepciones sensoriales, cosas como ratón, pantalla táctil, micrófono, cámara de vídeo, etc. Cuando interactuamos con el ordenador a través de uno de sus sentidos (como pulsar el ratón) ese mensaje se envía a la UCP para procesos adicionales.
Por lo tanto, de la misma manera que la UCP del ordenador recibe su código binario, lo traduce, proyecta los resultados en la pantalla y entonces procesa la información que le vuelve del ratón y otras percepciones sensoriales, nuestro cerebro humano recibe frecuencias de onda desde El Campo, las traduce en partículas colapsando la función de onda, proyecta los resultados “ahí fuera” y entonces procesa la información que le vuelve a través de nuestros propias percepciones sensoriales.
Te invito a que intentes tú mismo un experimento. Sal fuera, o simplemente mira a tu alrededor donde quiera que estés, e imagina por un momento que no miras a ninguna realidad independiente u objetiva “ahí fuera”, sino que proyectas esa realidad “ahí fuera” muy de la misma manera que un proyector pone una película en la pantalla del cine.
«Si el modelo holográfico del cerebro se lleva a sus conclusiones lógicas, eso abre la puerta a la posibilidad de que la realidad objetiva (el mundo de tazas de café, panorámicas de montaña, árboles y mesitas de noche) pudiera no existir siquiera… ¿Es posible que lo que hay “ahí fuera” sea realmente una vasta y resonante sinfonía de formas de onda, un “dominio de frecuencias” que se transforma en el mundo tal como lo conocemos sólo después de que entre en nuestro cerebro?»13
David Bohm dijo: «La realidad tangible de nuestra vida diaria es realmente una especie de ilusión, como una imagen holográfica. Por debajo de ella hay un orden más profundo de existencia, un nivel vasto y más primario de realidad que genera todos los objetos y apariencias de nuestro mundo físico, de la misma manera que una pieza de película holográfica genera un holograma».14
«Si la especificidad del mundo no es más que una realidad secundaria y lo que hay “ahí fuera” es realmente un borrón holográfico de frecuencias, y si el cerebro es también un holograma y sólo procesa algunas de las frecuencias de ese borrón, ¿qué pasa con la realidad objetiva? Dicho muy simplemente: deja de existir. A pesar de que podemos creer que somos seres físicos moviéndonos en un mundo físico, eso es una ilusión. Nosotros somos realmente “receptores” flotando en un caleidoscópico mar de frecuencias.»15
Puesto en otras palabras, como dicen Fred Alan Wolf y Lynne McTaggert: «Ahí fuera no hay un “ahí” independiente de lo que pasa “aquí”.»16 (Mira el vídeo de ellos en ¡¿Qué coj…!? - En la guarida del conejo pinchando aquí.)
«Lo que hay “ahí fuera”-dice Michael Talbot- es un vasto océano de ondas y frecuencias, y la realidad nos parece concreta sólo porque nuestros cerebros son capaces de tomar este borrón holográfico y convertirlo en los palos y las piedras y los otros objetos conocidos que forman nuestro mundo.»17
«¿Qué es real?, ¿cómo defines lo “real”? Si hablas de lo que puedes sentir, lo que puedes oler, lo que puedes saborear y ver, entonces lo “real” es simplemente señales eléctricas interpretadas por tu cerebro.»
~ Morfeo, de Matrix
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Es hora de resumir todo esto en un bonito párrafo final....
Lo que siempre hemos creído que era nuestra vida, nuestra realidad, no es real (según la física cuántica) sino verdaderamente una película holográfica en 3D en la que estamos inmersos, cuyas frecuencias de onda se han descargado desde El Campo en nuestro cerebro, donde se traducen en partículas situadas en el tiempo y el espacio y se proyectan “ahí fuera” para que las percibamos con nuestros sentidos.
Lo que significa que no hay una realidad independiente y objetiva “ahí fuera”, sino una realidad enteramente subjetiva, creada dependiendo totalmente de lo que hay “aquí”.
En breve: no hay un “fuera” ahí fuera.
«Hay evidencias que insinúan que nuestro mundo, con todo lo que contiene (de los copos de nieve a los arces, las estrellas fugaces y los electrones giratorios), consiste sólo en imágenes espectrales, proyecciones de un nivel de realidad tan más allá del nuestro que está literalmente más allá del tiempo y del espacio.»18
Se cita que también Einstein dijo: «La realidad es meramente una ilusión, aunque muy persistente».
«Este es el único pensamiento radical que tienes que hacer. Pero es muy radical y muy difícil porque nuestra tendencia es a creer que el mundo ya está “ahí fuera”, independiente de nuestra experiencia. No lo está, la Física Cuántica ha sido muy clara respecto a ello.»19
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SUGERENCIA DE PELÍCULA: Nivel trece, protagonizada por Craig Bierko (1999)