EL DESAPEGO Y LA “CARENCIA DE DESEOS”
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Dije en el capítulo anterior que “el desapego no siempre es sólo de las cosas que no queremos o no nos gustan, sino también de las cosas que queremos y amamos”.
Eso podría sonar a que uno tiene que renunciar a todo para convertirse en mariposa, lo que haría que a mucha gente eso le resultase mucho menos atractivo. Pero no es verdad, así que déjame que te explique el “desapego” un poco más y, como de costumbre, vamos a mirar lo que el “desapego” no es…
El “desapego”,a veces llamado “no-apego” o “carencia de deseos”, es un concepto que puede encontrarse en todas las religiones importantes dentro de la sala de cine y que, aunque sea necesario, ha sido tan alterado y retorcido que ya no funciona para los Humanos-Adultos que lo intentan.
«El desapego, como renuncia del deseo y, por consiguiente, del sufrimiento, es un importante principio, o incluso un ideal de la fe Baha’i, el Budismo, el Cristianismo, el Hinduísmo, el Judaísmo, la Cábala y el Taoísmo… En los textos religiosos del Budismo y del Hinduísmo, el concepto contrario se expresa como upādāna, traducido como “apego”. El apego, como incapacidad de practicar o acoger el desapego, se ve como el obstáculo principal hacia una vida serena y completa. Muchas otras tradiciones espirituales identifican la falta de desapego con las continuas preocupaciones e inquietudes producidas por el deseo y las ambiciones personales.»1
«Una de las enseñanzas más importantes del Budismo Zen es el no-apego. La enseñanza del no-apego es quizá fácil de comprender, pero no es fácil de practicar. Sin embargo, es imprescindible cultivar el no-apego si queremos vivir una vida serena y feliz en un mundo en constante cambio… Nuestro mundo es un mundo de deseos. Todos los seres vivos provienen del deseo y perduran como una combinación de deseos. Nosotros nacemos del deseo entre nuestro padre y nuestra madre. Luego, cuando salimos al mundo, nos encaprichamos de muchas cosas y nos transformamos nosotros mismos en una fuente constante de deseo. A través del deseo hacemos que surjan los apegos. Por cada deseo hay un apego correspondiente, concretamente, al objeto del deseo. Por ejemplo, nosotros estamos apegados muy evidentemente a nuestros cuerpos. Cuando algo amenaza a nuestro cuerpo nos ponemos nerviosos y tratamos de protegerlo. Nos deleitamos en las comodidades físicas y en el disfrute de los sentidos. Por lo tanto, estamos apegados al cuerpo muy fuertemente. Pero si consideramos este apego veremos que es una fuente potencial de sufrimiento.»2
Una de las razones principales por las que no funciona este concepto es que está basado en el juicio, el juicio de que el deseo es “malo” y que la falta de deseo es “buena”. También contiene resistencia al deseo y, como muchos otros han señalado, desear la falta de deseos es un deseo en sí mismo.
La verdad es que no hay nada “erróneo” en los deseos y no hay motivo para resistirse a ellos o para intentar vivir sin ellos. Somos libres de desear todo lo que queramos. Nuestros deseos hacen que la vida sea interesante y atractiva. El problema sólo comienza cuando nos apegamos a tener cumplidos esos deseos. En otras palabras, tú no puedes estar apegado a completar o realizar tus deseos, de manera que si esos deseos se llevan o no a cabo, eso no tenga efecto en tu felicidad ni tu estado mental. No es el deseo al que no tenemos que apegarnos, es al apego a su realización.
Me imagino que Buda sabía esto y lo enseñaba, pero sus seguidores o bien no lo comprendieron, o bien no podían hacerlo. Así que hicieron al “deseo” el foco del desapego más que de desapegarse del resultado del deseo. Como se cita arriba…
«Por cada deseo hay un apego correspondiente, concretamente, al objeto del deseo».
¡No, no y no, el apego es a la realización del deseo, no al deseo mismo! Todo sufrimiento viene de estar apegado a la realización del deseo y de decepcionarse cuando el deseo no se realiza a pesar de todas las meditaciones, oraciones, visualizaciones y todo el duro trabajo. El sufrimiento no ocurre por culpa del deseo mismo. Jed McKenna lo dice muy sencillamente…
«Todos los apegos al estado de sueño están hechos de energía. Esa energía se llama emoción. Todas las emociones, positivas y negativas, son apegos.»3
Yo tengo gran cantidad de deseos a los que no estoy apegado. Por ejemplo, tengo un deseo muy grande de construir un velero catamarán de 20 metros4 en el que pueda pasarme mis días de mariposa navegando los océanos, haciendo submarinismo y disfrutando de la compañía de ballenas y delfines; pero no estoy apegado a tener cumplido ese deseo, eso dependerá enteramente de lo que mi Yo Infinito quiera que yo experimente. Tampoco tengo al catamarán como un plan, objetivo u orden del día, ni hago nada por intentar que ocurra más que lo que me entusiasme hacer en el momento. Sencillamente, el deseo me divierte, sueño con ello, disfruto dibujando diseños del barco y me siento curioso por ver si las ondas de mi universo fluyen en esa dirección.
«Ninguna enseñanza espiritual que hable del no-apego tiene derecho alguno a hacerlo. Ninguna de ellas habla de esto. “Cultiva un sentido del desapego”, dicen. ¿Un sentido del desapego?, ¿de qué planeta son? No tienen ni idea de lo que significa el desapego. Parece que hablen de desapegarte de tu deseo de tener un BMW, o de encontrar al novio ideal. ¡Intenta desapegarte de lo que amas, del lugar de donde vienes, de todo lo que caracteriza tu pertenencia a la especie humana! Y eso son sólo los entremeses».5
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Muy brevemente, puedes darte por “apegado” a alguien o a algo cuando ese alguien o ese algo pueden afectar la manera en que te sientes. O dicho de otra manera…
… estás apegado a otra persona si algo de lo que dice o hace condiciona tu felicidad o falta de ella.
… estás apegado a algo cuando ese algo tiene que estar “bien” para que tú te sientas “bien”.
… estás apegado a una capa falsa del ego cuando define quien tú crees que eres.
El desapego que más nos interesa más es el de desapegarse de esas capas del ego que han llevado a la confusión de quienes somos realmente. Ese desapego ocurre automáticamente según hacemos nuestra autolisis espiritual y descubrimos quienes no somos. No tenemos que buscar o practicar activamente el desapego; esas capas de identidad falsa simplemente se caerán, se pelarán de la cebolla y se tirarán a la basura. Según vayamos encontrando quienes no somos en nuestro camino a encontrar quienes somos realmente, nos desapegaremos de esas identidades en el proceso. Eso es el desapego.
«Olvídate del no-apego… Estás poniendo el carro delante de los bueyes. El no-apego no es la clave de la liberación, es una consecuencia de ella.»6
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Uno de los muchos regalos maravillosos que he recibido de otros Jugadores en mi vida ocurrió cuando a mis cincuenta y cinco años me enamoré de una mujer que pronto comenzó a actuar como mi madre. Por primera vez en mi vida, ella me permitió que examinara los apegos que yo tenía aún con mis padres, aunque ya estaban muertos por entonces. No hay que decir que fueron recuerdos desagradables, de hecho lloré casi cada día durante un año entero cuando asimilaba esa parte de mi niñez.
Además de amar a esta mujer me apegué mucho a ella, hasta el punto de que cómo me sentía dependía totalmente de lo que ella hiciera o dijera cada minuto del día. Llegó a ser tan así que si no me besaba de una forma concreta cuando nos despedíamos por la mañana, yo me quedaba destrozado y mi día se estropeaba.
Fue el programa de Alcohólicos Anónimos7 el que me ayudó a romper con esos apegos. Los Alcohólicos Anónimos no te enseñan que tengas que dejar a los alcohólicos que amas, sino a que puedas desapegarte de ellos y de los efectos de su alcoholismo y aún así amarlos, vivir con ellos y ser felices, independientemente de lo que digan o hagan. Una vez que fui capaz de desapegarme de mis padres y de mi novia, mi felicidad ya no dependía de lo que hacía o decía, o de cómo me besaba, y llegué a amar a esa mujer incondicionalmente.
De modo que cuando hablamos de “desapego” no quiere decir que tengas que dejar nada más que tu apego. No significa que no puedas seguir amando a alguien, significa que ya no puedes estar apegado a ese amor, ni a ese alguien tampoco. No significa que no puedas seguir deseando cosas bonitas en tu vida, significa que tu alegría en la vida no puede estar apegada a tener esas cosas bonitas. No significa que ya no encuentres un gran placer en tu comida preferida con un buen vaso de vino, significa que tu felicidad no puede depender de que la tengas o no.
Significa abandonar la caverna y a tus compañeros de prisión para experimentar cómo son las cosas fuera de la caverna. Significa abandonar la sala de cine y a tus compañeros Humanos-Niños y Humanos-Adultos para averiguar qué es verdad y quién eres tú realmente.
«Parece como si el proceso de despertar tuviese que ver con destruir al ego, pero eso no es realmente acertado. Tú no te librarás nunca completamente del ego (el falso yo) mientras estés vivo, y no tiene importancia que lo hagas. Lo que importa son las ataduras emocionales que nos anclan al estado de sueño, que nos mantienen inmóviles y nos hacen sentir que somos parte de algo real. Enviamos nuestros zarcillos energéticos desde el nexo del ego como raíces para apegarnos a al estado de sueño, y para desapegarnos de ese estado debemos cortarlas. La energía de una emoción es nuestra fuerza vital y la cantidad de fuerza vital establece el poder que tenga la emoción. Si le quitas energía a una emoción, ¿qué queda? Un pensamiento estéril; una cáscara. En este sentido, liberarnos del apego es ciertamente el proceso del despertar, pero tales apegos no son lo que tenemos, ellos son lo que somos.»8
Piénsalo de esta manera: para convertirse en mariposa una oruga tiene que abandonar el apego a su cuerpo, abandonar el sentir la tierra cuando reptaba por ella, las hojas que disfrutaba comiendo, los 4.000 músculos que tenía, el pelo que usaba como defensa y demás. Pero soltar esos apegos vale bien la pena cuando el resultado final es una mariposa, con brillantes colores, cuerpo ligero, alas para volar y el magnífico sabor del néctar de las flores.
Ser una oruga es una experiencia maravillosa, ser una mariposa es la libertad total.
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En el libro segundo de su Trilogía de la Iluminación, llamado Iluminación Espiritualmente Incorrecta, Jed McKenna incluye los escritos de autolisis espiritual de Julie, una de sus alumnas…
«Mi mente está embrujada, mis pensamientos están embrujados. ¡Estoy embrujada, poseída, plagada de demonios! ¡Mi madre está aquí! Mis hijos no nacidos están aquí. Mi futuro está aquí, mis sueños. Todos los que para mí significan algo, placentero o no, están aquí. ¿Cómo caben todos ellos?, ¿cómo es posible que no les haya visto enseguida? Por supuesto que están aquí; es aquí donde están. Mi desván soy yo, no hay ningún otro lugar. No tiene sentido para mí si tienen o no contrapartes físicas en el mundo real, como el hecho de que yo pueda ser una persona real en el mundo real no tiene sentido para ellos. La percepción es la realidad. Estoy poseída por mis propias percepciones, no por las cosas o las gentes, futuras o pasadas, sino por mis percepciones de ellos. Estas son mis conexiones, mis apegos. Quizá todo lo que yo soy sea la suma de todas esas conexiones, de esos temerosos anhelos y codicias. De todas formas, ¿qué es un apego? Es una creencia, nada más. Una muy fuerte quizá, pero sólo una creencia. Y sí, Jed, lo sé: ninguna creencia es verdad. La pluma es más fuerte que la espada, ¿verdad Jed? Tú escribiste sobre una espada, pero eso era sólo una metáfora. Es la pluma. La Autolisis Espiritual es el poder de la pluma, que es el poder de la mente; el poder de ver, de ver claramente. Sí, mataré a toda esa gente que habita en mi mente. Los mataré al ver claramente los apegos que los mantienen aquí. Ahora ya puedo ver esos apegos; puedo ver cómo funcionan las emociones y empiezo a verlas como lo que son. Comienzo a comprender de qué está hecha realmente la prisión del yo.»9
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Espero que ahora esté claro lo que vas a hacer en tu vida diaria ya en la crisálida. Primeramente, asimilar todo malestar físico o emocional que surja en tus interacciones con los demás y con el mundo “ahí fuera,” y después investigar para encontrar y abandonar los falsos conocimientos y los apegos emocionales que han formado capa sobre capa de tu ego, que definen quien tú creías que eras, hasta que descubras quién eres realmente.
«La búsqueda externa es sólo una parte de la historia. La otra parte es la interna, el lento y penoso descamarse del ego, capa a capa, trozo a trozo. La extracción quirúrgica espiritual. Algunas capas de la individualidad se caen solas, otras se arrancan en tiras largas o flácidos pedazos, y algunas tienen que ser extirpadas quirúrgicamente, meticulosa y concienzudamente. Todo aquello en que me había convertido tras muchos años de vida, ahora tenía que deshacerlo. Todo yo era creencia, de manera que ahora todo lo que creía tenía que descreerlo. Mi nuevo mundo era frío, luminoso y sincero, pero mi mente antigua estaba aún llena de una vida entera de acumular creencias, opiniones, falsos conocimientos y apegos emocionales (todos los escombros dañinos y las basuras tóxicas que conforman el ego), todo eso tenía que desaparecer. Es un proceso y necesita tiempo. El mundo puede ser aniquilado en un destello, pero se necesita más tiempo para quemar el ego. No hay bombas para eso. No hay ninguna bonita frase latina, ningún mantra sánscrito que aniquile el yo rápidamente, o sin dolor. No hay comprensión, ni percepción, ni revelación que borre el falso yo en un destello. Aquellos que proclaman que se han despertado en un destello son los más engañados de todos…»
«Ahora debería ser fácil comprender que una enseñanza espiritual completa puede expresarse en tres palabras (¿quién soy yo?), mientras que aquellas que requieren bibliotecas llenas de libros y legiones de viejos sabios para descifrarlas sólo pueden tener éxito en producir cada vez más oscuridad y confusión. Ahora debería estar claro que no hay casos de iluminación instantánea, que el despertar no es el resultado de una sola revelación, sino el de una travesía larga y ardua, en la que cada paso es en sí mismo una travesía larga y ardua. Ahora debería ser obvio que todos los dogmas, creencias, doctrinas y filosofías son estrictamente fenómenos del estado de sueño, sin existencia independiente en realidad. Ahora debería ser fácil mirar a cualquier maestro o enseñanza, a cualquier libro, a cualquier aseveración espiritual o religiosa, y saber instantáneamente su valor cierto y exacto. Ahora debería ser fácil mirar a todo pensamiento, creencia y opinión internos, y saber sin posibilidad de error qué es real y qué es imaginario. Ahora debería estar claro que no ha lugar al debate u opinión con respecto a lo que es verdadero y lo que es falso. La diferencia es absoluta: la verdad existe, la no verdad, no.»10
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El Proceso de Robert y la Autolisis Espiritual. Personalmente, no conozco ningún otro proceso de otros exploradores que yo esté seguro de que funcione en tu transformación en mariposa. Pero, por supuesto, siempre eres libre de elaborar tu propio proceso si crees que has encontrado algo “mejor”. Te prevengo que recuerdes que cualquier proceso desarrollado en la sala de cine no funcionará dentro de la crisálida, simplemente porque se basa en hipótesis incorrectas (es decir, que las películas son reales). Ahora bien, lo contrario de todo es lo cierto, así que sería más sabio que no intentases traerte contigo proceso alguno dentro de la crisálida.
Es más, cualquier proceso que elabores dentro de la crisálida tiene que incluir ciertos elementos específicos, como son:
… reconocer que no hay una realidad independiente y objetiva “ahí fuera,” y que la experiencia que estás asimilando no es real
… situar y abandonar todos los juicios, prejuicios, creencias, opiniones y miedos
… retirar, desconectar o apagar cualquier poder cedido a una persona, lugar o cosa dentro del holograma
… expresar agradecimiento a la gente, los lugares y las cosas de tu holograma por su papel en tu proceso, y a tu Yo Infinito por sus creaciones
… identificar y desapegarse de las capas del ego que se crearon estando en la sala de cine, siempre con el propósito de encontrar la verdadera respuesta a “¿quién soy yo?”.
Además, cualquier proceso debe ser llevado a cabo unilateralmente y en solitario, o sea, no puede depender en absoluto de lo que diga o haga nadie ni nada fuera de ti. Tú inicias y pones en marcha el proceso independientemente de lo que cualquier otra persona haga en tu experiencia. Nadie tiene que cambiar nada, eres tú sólo quien cambia tus propias reacciones y respuestas.
Asimismo, merece repetir y hacer hincapié que mientras que puedes hacer el Proceso de Robert en tu cabeza, la autolisis espiritual sólo funcionará bien si la escribes. El problema de hacer las cosas en tu cabeza en lo que se refiere a enfrentarse a tus miedos, y a las capas de tu ego, es que el ego, amenazado de aniquilación, comenzará a defenderse y encontrará maneras de justificar tus miedos, engañándote para que pienses que la capa de ego que has encontrado es verdadera y necesaria para mantenerse. De manera que si vas a desarrollar tu propio proceso, tendrás que encontrar una forma de sacar todo de tu cabeza, de establecer una distancia física entre tú y aquello a lo que miras.
¿Quién sabe?, de hecho, cuando exploras un paso nuevo a través de las Montañas Rocosas, podrías desarrollar un proceso nuevo que puede beneficiar también a otros. ¡Entonces, escribe un libro sobre ello! Mientras tanto, los procesos de Robert Scheinfeld y Jed McKenna tienen un historial probado, de manera que sabemos que funcionan, y eso ya es decir algo. Utilizando esta combinación del Proceso de Robert y la autolisis espiritual de Jed, en sólo dos años he visto la clase de resultados que mucha gente que se pasa la vida entera meditando y visualizando no consigue nunca.
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Si te aplicas diligente y fielmente a cualquier proceso practicable que escojas, yo puedo decirte dónde acabarás.
Dejarás caer todos los juicios y prejuicios sobre cualquiera y sobre cualquier cosa. Ya no verás nada como “bueno” o “malo”, “mejor” o “peor”, “correcto” o “equivocado”, “bien” o “mal”.
Abandonarás todas las creencias que hayas tenido jamás, incluyendo la creencia de quien creías que eras.
Tus opiniones dejarán de existir y no serán reemplazadas.
Eliminarás el miedo de tu vida, incluido el miedo a la muerte y a la no-existencia, sabiendo que todo es perfecto exactamente de la forma que es y que nunca hay nada a lo que temer.
En breve, tú te convertirás en…
… nada (un no-yo completamente realizado11, como otros lo han llamado), nada más que alegría, agradecimiento y serenidad de ser.
«Verdaderamente, no he alcanzado nada que provenga de la iluminación total», dijo Buda.
Una mariposa no es nada y, como la mariposa, serás libre al fin, libre de los juicios, los prejuicios, las creencias, las opiniones, el falso conocimiento, los apegos al ego; libre del drama y el conflicto, del dolor y el sufrimiento: «libre para volar, al viento, arriba al viento, adiós, adiós».