Manfredo-Drama en Tres Actos by Lord Byron - HTML preview

PLEASE NOTE: This is an HTML preview only and some elements such as links or page numbers may be incorrect.
Download the book in PDF, ePub, Kindle for a complete version.

MANFREDO

solo

.

Somos la victima del tiempo y denuestros terrores; cada dia se nospresentan nuevas penas; vivimossin embargo maldiciendo la vida ytemiendo la muerte. Gimiendo bajoel yugo que nos oprime, y cargadocon el peso de la vida, nuestro corazonno late sino en las ocasionesque esperimentamos alguna contrariedad,o algun goce perfido quefinaliza por crueles angustias y porla estenuacion y la debilidad. ?Enel numero de nuestros dias pasadosy por venir (porque lo presente noexiste en la vida) no hay algunos,no hay uno solo en el que el almano deje de desear la muerte, y noobstante de huirla, como un rio heladopor el invierno cuya fria impresionbastaria el arrostrarla unmomento?

Mi ciencia me ofrece todavia algunrecurso. Puedo invocar losmuertos y preguntarles cual es elobjeto de nuestros terrores. La nadade los sepulcros quizas me responderan…?Y si no responden?… iElprofeta sepultado respondio a la encantadorade Endor! y el rey deEsparta supo su destino futuro porlas sombras de la virgen de Bizancio.Habia quitado la vida a la queamaba sin conocer que era su victima,y murio sin obtener perdon.Fue en vano que invocase a Jupiter,y que por la voz de los magicos dela Arcadia suplicase a la sombrairritada el ceder o a lo menos el fijarun termino a su venganza. Obtuvouna respuesta oscura, pero que fuedemasiado cierta[3].

Si yo no hubiese vivido nunca,lo que amo viviria todavia; si nohubiera amado nunca, lo que amoaun conservaria la hermosura, lafelicidad y el don de poder hacerdichosos. ?Que se ha hecho la victimade mis maldades?… Un objetoen el cual no me atrevo a pensar…Nada quizas… De aqui a algunashoras habre salido de misdudas… Sin embargo tiemblo al verllegar el momento deseado… Hastaahora jamas me ha hecho temblarel acercarse un espiritu bueno ouno malo… Me estremezco… Sientoun peso de hielo sobre mi corazon.Pero puedo atreverme a lo que temoy desafiar los recelos de la materia.La noche llega….

[Se va.]

ESCENA III.

[La cumbre del monte Jungfro.]

EL PRIMER DESTINO.

El disco plateado de la luna empiezaa brillar en los cielos. Nuncael pie de un mortal vulgar ha manchadolas nieves sobre las cualesandamos durante la noche sin dejarninguna huella. Apenas rozamos ligeramenteesta mar de escarchasque cubre las montanas con sus olasinmoviles, semejantes a la espumade las aguas que el frio ha heladorepentinamente despues de una tempestad;imagen de un abismo reducidoal silencio de la muerte. Estacumbre fantastica, obra de algunterremoto, y sobre la cual descansanlas nubes de sus viages vagamundos,esta consagrada a nuestros misteriosy a nuestras vigilias: yo espero enella a mis hermanos que deben venirconmigo al palacio de Ariman;esta noche se celebra nuestra grandefiesta… ?Porque tardan en venir?

[Una voz canta a lo lejos.]

El usurpador cautivo, precipitadodel trono, sepultado en uninfame reposo, estaba olvidado ysolitario: yo he interrumpido susueno, le he dado el socorro de unamultitud de traidores; el tiranoesta todavia coronado.

Pagara miscuidados con la sangre de un millonde hombres, con la ruina de unanacion, y yo le abandonare denuevo a la huida y a la desesperacion.

[Una segunda voz.]

Un navio bogaba rapidamente sobrelas aguas, impulsado por losvientos propicios: he rasgado todassus velas y roto todos sus masteleros,no ha quedado ni una sola tabla deesta ciudad flotante; no ha sobrevividoun solo hombre para llorar sunaufragio… Me engano, hay unoque yo mismo he sostenido sobrelas aguas por un mechon de sus cabellos …era un sugeto muy dignode mis cuidados, un traidor en latierra y un pirata en el Oceano. Sabrareconocer mis bondades pormedio de nuevos crimenes.

EL PRIMER DESTINO.

[Respondiendo a sus hermanos.]

Una ciudad floreciente esta sumergidaen el sueno, la auroraalumbrara su desolacion: la horriblepeste ha caido de repente sobrelos habitantes durante su descanso.Pereceran a millares. Los vivos huirande los moribundos que deberianconsolar; pero nada podra defenderlosde los tiros crueles de lamuerte. El dolor y la desesperacion,la enfermedad y el terror envuelvena toda una nacion. iDichosos losmuertos de no ser testigos del espantosoespectaculo de tantos males!La ruina de todo un pueblo es parami la obra de una noche; la he verificadoen todos los siglos, y nosera todavia la ultima vez.

[Llegan el segundo y el tercer Destino.]

LOS TRES DESTINOS JUNTOS.

Nuestras manos encierran los corazonesde los hombres, sus sepulcrosnos sirven de tarima. No damosla vida a nuestros esclavos sino paravolversela a quitar.

EL PRIMER DESTINO.

Salud, hermanos mios. ?En dondeesta Nemesis?

EL SEGUNDO DESTINO.

Prepara sin duda alguna grandeobra, pero lo ignoro porque meencuentro demasiado ocupado.

EL TERCER DESTINO.

Vedle aqui.

EL PRIMER DESTINO.

?De adonde vienes Nemesis? tuy mis hermanos habeis tardado muchoesta noche.

NEMESIS.

Estaba ocupada en levantar lostronos abatidos, en componer himnosfunestos, en volver la corona alos reyes desterrados, en vengar alos hombres de sus enemigos a finde hacerlos arrepentir de sus venganzas.He castigado con la locuraa los que estaban detenidos por sabios,los gefes inhabiles han sidoproclamados por mi, dignos de gobernarel mundo … los mortalesempezaban a disgustarse de los tiranos,se atrevian a pensar por simismos, a poner los reyes en equilibrio,y a hablar de la libertad,que para ellos es el fruto vedado…Pero esta tarde … montemos en nuestrasnubes.

[Desaparecen.]

ESCENA IV.

[El palacio de Ariman.—Ariman esta sobre un globo de fuego que le sirve de trono, rodeado por los Espiritus.]

HIMNO DE LOS ESPIRITUS.

iSalud a nuestro monarca! alprincipe de la tierra y de los aires,que vuela sobre las nubes y sobrelas aguas.

En su mano se halla elcetro de los elementos, quienes, a susordenes, se confunden como el tiempodel caos.

Sopla, y una tempestadalborota los mares; habla, y lasnubes le responden por la voz delos truenos; mira, y los rayos deldia desaparecen, anda, los terremotosconmueven el mundo. Losvolcanes se forman bajo sus pasos.Su sombra es la verdadera peste; loscometas le preceden en los ardientessenderos de los cielos, y se reducena cenizas al menor de sus deseos. Laguerra le ofrece sus sacrificios, lamuerte le paga su tributo; la vidade los hombres y sus innumerablesdolores le pertenecen: es el almade todo lo que existe.

[Entrada de los Destinos y de Nemesis.]

EL PRIMER DESTINO.

Gloria al grande Ariman. Su poderse estiende cada dia mas sobrela tierra: mis dos hermanos hanejecutado fielmente sus ordenes, yyo no he descuidado mi deber.

EL SEGUNDO DESTINO.

Gloria al grande Ariman, nosotrosdoblamos la rodilla a su presencia,nosotros, que pisamos lascabezas de los hombres.

EL TERCER DESTINO.

Gloria al grande Ariman; nosotrosesperamos la senal de su voluntad.

NEMESIS.

Rey de los reyes, nosotros somostus vasallos, y todos los seres quetienen vida lo son nuestros.

Aumentarnuestro poder seria aumentar eltuyo; no olvidamos nada para conseguirlo.Tus ultimas ordenes quedanfielmente ejecutadas.

[Entra Manfredo.]

UN ESPIRITU.

?Quien es este audaz? iun mortal!itemeraria criatura, pon la rodillaen tierra y adora!

SEGUNDO ESPIRITU.

Este hombre no me es desconocido,es un poderoso magico cuyaciencia es temible.

TERCER ESPIRITU.

Arrodillate y adora a Ariman, vilesclavo, ?no reconoces a nuestrosenor y al tuyo? Tiembla y obedece.

TODOS LOS ESPIRITUS.

Arrodillate, hijo del polvo vil, yteme nuestra venganza.

MANFREDO.

Conozco vuestro poder, y sin embargoya veis que no obedezco.

UN CUARTO ESPIRITU.

Nosotros te ensenaremos a humillarte.

MANFREDO.

No tengo necesidad de aprenderlo.iCuantas noches tendido sobrela arida arena y con la cabezacubierta de ceniza, me he prosternadoponiendo mi cara sobre la tierra!He caido en la ultima de las humillaciones;porque me he sometidoa mi vana desesperacion y a mi propiamiseria.

QUINTO ESPIRITU.

?Te atreves a negar al grandeAriman hallandose sobre su trono,lo que le concede toda la tierra, sinhaber visto el terror de su gran poder?Prosternate te digo.

MANFREDO.

Que Ariman se prosterne delantedel que es superior a el, delante delEterno e Infinito, delante del soberanoCriador, que no le ha destinadoa que se le de adoracion; queel se arrodille, y yo lo ejecutareigualmente.

LOS ESPIRITUS.

Confundamos a este gusanillo;aniquilemosle.

EL PRIMER DESTINO.

Retiraos; este hombre es mio.Principe de las divinidades invisibles,este hombre no es de una naturalezacomun, como lo atestiguansu aspecto y el encontrarse en estoslugares. Sus sufrimientos han sidode una naturaleza inmortal como lanuestra. Su ciencia, su poder y suambicion, tanto como lo ha podidopermitir su esterior grosero que encierrauna esencia eterea, le han elevadosobre todas las criaturas formadasde un barro impuro. No haaprendido en los secretos que haquerido penetrar sino lo que conocemostodos nosotros, esto es, quela ciencia no es una felicidad y queno conduce sino a otra especie deignorancia. Pero no es esto todo…Las pasiones, atributos de la tierray del cielo, y de las cuales ningunpoder, ningun ser esta esento, desdeel gusano hasta las sustancias celestes,las pasiones han devorado y hanhecho de el un objeto tan miserable,que yo, que no puedo esperimentarla piedad, perdono a los que la sientenen su favor. Este hombre esmio, y tambien puede ser tuyo todavia;pero en estas regiones ningunespiritu tiene un alma como lasuya, y no puede tener el derechode mandarle.

NEMESIS.

?Que viene a buscar aqui?

EL PRIMER DESTINO.

El es quien debe responder.

MANFREDO.

Vosotros sabeis hasta donde lleganmis conocimientos magicos, ysin un poder sobrenatural no hubierapodido hallarme aqui; peroaun hay poderes superiores, y vengoa preguntar sobre lo que busco.

NEMESIS.

?Que pides?

MANFREDO.

Tu no puedes responderme: llamaa los muertos; a ellos se dirigiranmis preguntas.

NEMESIS.

Gran Ariman, ?permites que sesatisfagan los deseos de este mortal?

ARIMAN.

Si.

NEMESIS.

?A quien quieres sacar del sepulcro?

MANFREDO.

A un muerto que estuvo privadode sepultura: llama a Astarte.

NEMESIS.

Sombra o espiritu, sea lo queseas, que conservas todavia una partede tu primera forma, o tu formaentera, sal de la tierra y vuelve aver el dia. Vuelve con las mismasfacciones, el mismo aspecto y el mismocorazon, huye de los gusanos dela tumba y vuelve a aparecer en estoslugares: el que puso un terminoa tus dias es quien te llama.

[La sombra de Astarte comparece en medio de los

Espiritus.]

MANFREDO.

?Es la muerte la que veo? aunbrillan los colores en sus megillas;pero reconozco demasiado que noson colores vivientes. El encarnadono es natural, se parece al que produceel otono sobre las hojas marchitas.Ella es ciertamente, io cielo!y yo itiemblo al mirarla, al mirarAstarte! No, no puedo hablarle,pero quiero que ella hable, que mecondene o me perdone.

NEMESIS.

Por el poder que te ha hecho salirde la sepultura que te servia deprision, habla al que acabas de oir,o a aquellos que te han invocado.

MANFREDO.

Guarda silencio; y para mi es unarespuesta cruel.

NEMESIS.

Mi poder no va mas lejos. Principedel aire, tu solo puedes ordenarleel hacer oir su voz.

ARIMAN.

Espiritu obedece a este espectro.

NEMESIS.

iTodavia calla! no esta pues bajonuestro imperio, pero pertenece aotros poderes. Mortal, tu preguntaes escusada, y nosotros estamos confusosigualmente que tu.

MANFREDO.

iEscuchame! iAstarte, mi querida,oyeme y dignate hablarme!He sufrido tanto, sufro todavia tancruelmente imirame! ila muerte note ha cambiado tanto, como yo deboparecerlo a tu vista! tu me amaste demasiadotiernamente y mi amor eradigno del tuyo. No hemos nacido paraatormentarnos uno y otro de estemodo por culpable que haya sidonuestro amor. Dime que no me detestas,que yo solo sea castigado porlos dos, que tu seras recibida en elnumero de los bienaventurados y queyo debo morir. Porque hasta ahoratodo lo que hay de mas odioso conspiraa encadenarme con la existencia,a una existencia que me hacever con terror la inmortalidad, yun porvenir semejante a lo pasado.No puedo encontrar ningun descanso.Ignoro yo mismo lo que deseoy lo que busco, y no siento sinolo que tu eres y lo que soy.

Quisieraoir tu voz todavia una vez antes demorir, la voz que para mi oido erala mas dulce melodia.

Respondeme,io querida mia! te he llamado enlas sombras de la noche; he asustadoa los pajaros dormidos bajo lashojas silenciosas, he despertado allobo en las montanas, y he hechoconocer tu nombre a los ecos de lascavernas mas sombrias. El eco meha respondido, los espiritus y loshombres tambien me han respondido,tu sola has permanecido muda.He visto sucederse el giro de lasestrellas en la boveda celeste; hedirigido mi vista hacia ellas paraver si podia descubrirte; he recorridola tierra para ver si encontrabaalguna cosa que se te pareciese:dignate de hablarme finalmente;mira a esos espiritus que nos rodeanque se enternecen al oir misquejas; yo los miro sin terror y sololo tengo por ti; dignate de hablarmeaunque no sea sino para manifestartu enojo; dime a lo menos…Yo no se lo que deseo; pero dejametodavia oir tu voz por la ultima vez.

LA SOMBRA DE ASTARTE.

iManfredo!

MANFREDO.

iAh! prosigue por favor: estavoz me reanima; es la tuya seguramente.

LA SOMBRA.

iManfredo! manana se acabarantus dolores terrestres. iA Dios!

MANFREDO.

Todavia una palabra iuna solapalabra! ?estoy perdonado?

LA SOMBRA.

iA Dios!

MANFREDO.

?No nos veremos mas?

LA SOMBRA.

iA Dios!

MANFREDO.

iAh! por compasion, todaviauna palabra; dime si me amas.

LA SOMBRA.

iManfredo!

[Desaparece.]

NEMESIS.

Se ha ido y no volvera a aparecer:sus palabras se cumpliran;vuelvete a la tierra.

UN ESPIRITU.

Se encuentra en las convulsionesde la desesperacion; ved los mortales:quieren penetrar los secretosque son superiores a su naturaleza.

OTRO ESPIRITU.

iPero ved como se domina a simismo, y como somete sus tormentosa su voluntad! si hubiese sido unespiritu como nosotros hubiera sobrepujadoa todas las otras inteligenciascelestes.

NEMESIS.

?Tienes todavia que hacer algunapregunta a nuestro augustomonarca o a sus vasallos?

MANFREDO.

Ninguna.

NEMESIS.

A Dios hasta la vista.

MANFREDO.

?Nosotros volveremos pues a vernos?

?Pero en donde, sobre la tierra?

No importa; adonde tu quieras.

A Dios, te doy gracias por el

favor que acabas de concederme.

FIN DEL ACTO SEGUNDO.

ACTO III, ESCENA PRIMERA.

[Una habitacion del castillo de Manfredo.]

MANFREDO Y HERMAN.

MANFREDO.

?Se acabara bien pronto el dia?

HERMAN.

Todavia falta una hora, y el solva a ocultarse; todo nos anunciauna hermosa noche.

MANFREDO.

?Lo has dispuesto todo en latorre, segun lo he ordenado?

HERMAN.

Todo esta pronto, senor, ved lallave y la arquilla.

MANFREDO.

Esta bien, puedes retirarte.

[Herman se va.]