RIMAS
DE
BARTOLOMÉ MITRE
CON
UN PREFACIO DEL AUTOR
SEGUNDA EDICION, CORREGIDA Y AUMENTADA
BUENOS AIRES
CARLOS CARAVALLE, EDITOR
Imprenta y Librerías de MAYO, Moreno 337 y Potosí 189
1876
Puedan estos cantos encontrar un alma sensible que goce en susacordes, despertando en ella risueñas fantasías ó elevándola ánobles sentimientos, aunque en seguida mueran! No aspirando áconmover á la posteridad lejana, deben resonar y apagarse al mismotiempo. La inspiracion de un momento les dió vida, por eso huyenmezclados á la ligera danza de las horas.
SCHILLER.
ADVERTENCIA DEL EDITOR
Á ESTA SEGUNDA EDICION
Hace treinta años que el ilustre poeta D. Estéban Echeverría consignóestas palabras en un libro dedicado á la jóven generacion de sus dias:«El señor Mitre, artillero científico, soldado en Cagancha y en el sitiode Montevideo, ha adquirido, aunque muy jóven, títulos bastantes comopensador y poeta. Su musa se distingue de los contemporáneos por lafranqueza varonil de sus movimientos, y por cierto temple de voz marcialque nos recuerda la entonacion robusta de Calímaco y Tirteo. Se ocupaactualmente de trabajos históricos que le granjearán, sin duda, nuevoslauros.»
Precisamente en la época en que las líneas que acaban de leerse sepublicaban, (año de 1846) la musa del señor Mitre enmudecía, pues, comoél lo ha dicho en su conocida Carta-Prefacio, casi todas las poesíaslíricas que forman su coleccion fueron escritas por él á la edad deveinte años.
Estas poesías, reunidas por la primera vez en un volúmen, se publicaronen Buenos Aires en 1854, precisamente por la imprenta en que hoy se daesta nueva edicion, siendo su editor el mismo que firma estaadvertencia.
Aunque se hizo un tiraje bastante copioso para la época, la edicion seagotó muy luego, al punto que á los pocos meses nos fué imposibleatender á la demanda creciente de la obra. La demanda, lejos dedisminuir ha ido creciendo cada vez mas, como hemos podido cerciorarnospor nosotros mismos en el comercio de libros de que hace veinte años quenos ocupamos, obteniendo precios subidos, que no ha alcanzado entrenosotros ningun libro, los pocos ejemplares que por casualidad seofrecen en venta.
Esta circunstancia nos ha determinado á hacer de las Rimas de donBartolomé Mitre una edicion mas completa y correcta que la anterior, ála vez que mas lujosa, satisfaciendo así la demanda del público yenriqueciendo con ella la Biblioteca de Escritores Argentinos que hemosemprendido y de que llevamos publicados ya algunos volúmenes.
Para el efecto, hemos obtenido la colaboracion de un joven literato,quien teniendo á la vista un ejemplar de la edicion de 1854 anotado porel mismo autor, se ha prestado gustoso á dirijir este trabajo,encargándose de su clasificacion y correccion.
A esto se deberá poder incluir en este tomo varias composiciones que notuvieron cabida en la primera edicion, y que publicadas anónimas andabandispersas en los diarios; así como el poder presentar algunas otras contoda correccion en su forma definitiva.
Aun cuando el señor Mitre no ha hecho profesion de poeta, como él mismolo ha dicho, y dejó de escribir versos muy temprano, como todos suscontemporáneos, Mármol, Gutierrez, Dominguez, Rivera Indarte, Irigoyen,Thompson, Balcarce, Cuenca y otros para quienes la lira fué mas bien unarma de combate que un instrumento artístico, precisamente por esto suobra poética es una página de nuestra historia revolucionaria, siéndoloá la vez de la literatura nacional.
Para hacer resaltar este carácter especial de sus poesías, han sidoclasificadas bajo un órden metódico, dividiéndolas en cinco libros yagrupándolas por séries segun sus afinidades.
El «Libro Primero», comprende sus poesías patrióticas, escritas casitodas durante la gloriosa lucha de la libertad contra la tiranía, en laque el autor manejó al mismo tiempo la lira y la espada. Entre ellas el Canto á la derrota del Quebracho, la Muerte de Zacarias Alvarez, la Elegía á Lavalle, El Grito de Alarma en 1841 y su composicion Al 25de Mayo en 1844, durante el sitio de Montevideo, son verdaderas páginashistóricas llenas de vida, en que las heróicas pasiones de suscontemporáneos acompañan el canto varonil del poeta. Los Recuerdos deBuenos Aires, en que el proscripto rememora sus bellezas, sus glorias ysus desgracias, el Himno á los Mártires de la Libertad y supopularísima cancion del Inválido, pertenecen tambien á esta série, ytanto ellas como las anteriores justifican el juicio aventajado que á surespecto hizo Echeverría en 1846.
El «Libro Segundo», contiene bajo el epígrafe de ARMONÍAS DE LA PAMPA,algunas composiciones, que segun el mismo autor lo ha dicho en una notapuesta al pié de una de ellas, pertenecen á un género esencialmentenacional, que puede llamarse nuevo, así por los asuntos como por elestilo, segun la teoría que él mismo ha desenvuelto sobre este tema. Aeste género pertenece Santos Vega, El Caballo del Gaucho y ElPato. Por razon del escenario y aun del asunto, hemos creido deberincluir entre ellas la Revolucion del Sud y El Ombú en medio de laPampa, bien que la primera corresponda mas á las poesías patrióticas yla segunda á las de diverso género reunidas en otro libro.
El «Libro Tercero», comprende bajo la denominacion de POESÍAS DIVERSAS,los asuntos morales, sentimentales, fantásticos ó de caprichosa yfugitiva inspiracion, que corresponden á varios géneros y asuntos.Señalaremos entre ellas la que se titula En la Tumba de un Poeta, ElValz, La Despedida, La Agonía del Poeta, La Desesperacion, las Noches de Diciembre y los Dos Pensamientos, en que no obstante susvariados tonos, predomina un tinte melancólico que les da un aire defamilia.
El «Libro Cuarto», bajo el rubro de POESÍAS FAMILIARES, comprende lascomposiciones inspiradas por los afectos íntimos del hogar y de laamistad espansiva, descollando entre todas ellas la que lleva por título A mi hija Delfina.
Por último, en el «Libro Quinto» están coleccionadas todas lasimitaciones y traducciones poéticas del autor. Entre ellas sobresalen El Cementerio de Campaña de Grey, El Salmo de la Vida de Longfelowy El Apóstol de Beranger, que así por la celebridad universal de lostestos, como por la manera magistral con que están manejados, jueces muycompetentes estiman como los trabajos mas notables que encierra estelibro.
Tal es la edicion que presentamos y que viene á agregar un volúmen mas ánuestra Biblioteca de Escritores Argentinos, de la cual forma parteintegrante, habiendo por consiguiente adoptado el mismo formato y papelde los ya publicados, continuando nuestro propósito.
C. C.
CARTA-PREFACIO
DE LA PRIMERA EDICION
Buenos Aires, Marzo 1º de 1854.
Recuerdo que en uno de los mas bellos capítulos de sus Impresiones deViage, me llamó «poeta por vocacion».
Hoy, al tiempo de publicar mis poesías, se me ocurre retribuir á Vd.aquella fineza, colocando esta carta al frente de su primera edicion. Enel mismo capítulo en que me hacía el agradable cumplimiento que hecitado, decía Vd., hablando del sitio de Montevideo, de que yo erasoldado en aquella época:—«En medio de este caos de intereses,respirando la atmósfera cargada de humo, y encerradas en un horizonteque á cada punto tiene aparejadas tormentas que de una hora á otrapueden descargar sobre sus cabezas, las musas argentinas, cualquiera quesea la ribera donde les sea permitido entregarse á sus sueños, lodivinizan todo, hasta la desesperacion y el desencanto. Me parece queuna causa profunda hace al pueblo español por todas partes poeta:inteligencias caidas, como aquellos nobles de otro tiempo descendidos ála plebe, con organizaciones é instintos desenvueltos; mentes elevadas yociosas que se remueven y agitan én su nada, revelando su elevadacondicion por entre los harapos que las cubren. El español, inhábil parael comercio, que esplotan á sus ojos, naves, hombres y caudales de otrasnaciones, negado para la industria, la maquinaria y las artes;destituido de luces para hacer andar la ciencias, ó mantenerlassiquiera, rechazado por la vida moderna para que no está preparado, elespañol se encierra en sí mismo y hace versos; monólogo sublime á veces, estéril siempre, que le hace sentirse ser inteligente y capaz sipudiera, de accion y de vida, por las transformaciones que haceesperimentar á la naturaleza que engalana en su gabinete, como lo hariael norte-americano con el hacha de los campos, aquel poeta práctico quehace una pastoral de un desierto inculto, é inventa pueblos y maravillasde la civilizacion, cuando del bosque asoma su cabeza á la márgen delrio aun no ocupado. ¡Yo os disculpo, poetas argentinos! Vuestrasendechas protestarán por mucho tiempo contra la suerte de vuestrapatria. Haced versos y poblad el rio de seres fantásticos, ya que lasnaves no vienen á turbar el terso espejo de sus aguas. Y mientras otrosfecundan la tierra, y cruzan á vuestros ojos con sus naves cargadas el almo rio, cantad vosotros como la cigarra; contad sílabas, mientraslos recien venidos cuentan patacones; pintad las bellezas del rio queotros navegan; describid las florestas y campiñas, los sotos ybosquecillos de vuestra patria; mientras el teodolito y el grafómetro,prosáicos en demasía, describen á su modo y para otros fines, losaccidentes del terreno.—¡Qué de riquezas de inteligencia, y cuántafecundidad de imaginacion perdidas! ¡Cuántos progresos para laindustria, y qué saltos daria la ciencia si esta fuerza de voluntad, siaquel trabajo de horas de contraccion intensa en que el espíritu delpoeta está exaltado hasta hacerle chispear los ojos, clavado en suasiento, encendido su cerebro y agitándose todas sus fibras, se emplearaen encontrar una aplicacion de las fuerzas físicas para producir unresultado útil!»
La diatriva es un poco fuerte, y aunque algo merecida, hace tiempo quele guardo rencor por la parte que me toca como soldado raso en lafalange de poetas del Rio de la Plata, que ha divinizado hasta ladesesperacion y el desencanto. Monólogo estéril, mentes
decaidas,hombres
incapaces
para
la
accion,
inhábiles
para
el
trabajo,derrochadores de la inteligencia, tales son los calificativos queprodiga á la poesía y á los poetas, deplorando que la fuerza creadoraaplicada á ensanchar los límites del mundo inmaterial no se hubieseaplicado esclusivamente á hacer alguna nueva conquista sobre el mundomaterial. Para confusion de sus detractores y para honor de la poesía,ha tenido que valerse de su propio lenguaje al atacarla, como esoscaudillos de la montonera, que al mismo tiempo que procurabandesacreditar la táctica europea, se servian para contrarrestarla de suspropias maniobras mal aprendidas y peor enseñadas.
Ya veo, que si le diesen á organizar el mundo, desterraría como Platon,á los poetas de su república, sin embargo de que Vd., lo mismo que aquelgrande hombre, tiene mas de poeta que de filósofo, y solo le falta paracomplementar su inteligencia privilegiada, iluminar la parte tenebrosade su mente con la luz resplandeciente de la poesia.
Tal es el objeto que me propongo en esta carta, y creo que loconseguiré, haciendo resonar en el fondo de su conciencia aquella vozmisteriosa que gritó á San Pablo, perseguidor de loscristianos:—«Saulo, ¿por qué me persigues?»
Habiendo V. estudiado filosofía sin maestro, como yo, debe haber leido áHerder, Bouterweck, Richter, Jouffroi, Schlegel, Burke, Winckelman ytantos otros, y por consecuencia debe saber lo que es estética, palabraderivada del griego, que, si hemos de dar crédito á los que comprendeneste idioma, significa sensacion, sentido, facultad de sentir; ypor medio de la cual se designa la parte de aquella ciencia que esplicay analiza la teoría de lo bello, de lo agradable y lo sublime. Asunto eseste que ha inspirado á Kant uno de sus libros mas serios y bienpensados, libro que obligó á los espíritus mas austeros á dar carta deciudadanía en los dominios filosóficos á la ciencia de la estética, queya Baumgarten habia bautizado con el nombre alambicado de
«Filosofía delas Gracias y de las Musas».
Sabiendo todo esto, debe saber tambien que la estética divide el imperiode las artes en dos; artes de espacio, y artes de tiempo, es decir,artes que se ven ó que se palpan, ó artes que se oyen ó se sienten. Alas primeras corresponden la pintura, la escultura y la arquitectura; yá las segundas, la música y la poesía, division con la cual yo no estoydel todo conforme, por las razones que paso á esponer.
Yo considero la poesía como un arte sintético, ó lo que es lo mismo, unarte que obra sobre la imaginacion y sobre los sentidos á la vez, por ladoble combinacion de las formas materiales é inmateriales del espacio ydel tiempo. Así ha observado Sismondi con mucha propiedad que «la poesíaes una feliz combinacion de dos de las mas bellas artes: música por lossonidos y pintura por las imágenes.» Esto se comprueba con la profundaobservacion hecha por todos los críticos de que, los mas grandes poetasson precisamente aquellos cuyas ideas poéticas son susceptibles derepresentarse por medio de la pintura, como se vé leyendo con atencionlas obras del Dante ó de Milton; habiendo el primero inspirado á MiguelAngel los famosos frescos, cuyos dibujos ornados por la mano del Giotto,habrá podido ver en la biblioteca del Vaticano; y habiendo sidopropuesto el segundo como modelo á los pintores por uno de los grandesprosadores de nuestra época, por Guizot. D'Ampere, un espíritu no menossério, ni menos profundo ha dicho á este respecto: «La grande esculturagriega, tal como se muestra en la Niobe de Florencia ó en las estátuasdel Partenon, es la poesía homérica traducida en mármol. El Dantedibuja sus figuras á la manera enérjica, atrevida y grandiosa de MiguelAngel; y el fresco del Juicio final es un canto del Dante.»
No puede negarse que la línea, el colorido y la palabra tiene suslímites, y que á la pintura y á la escultura les está vedado lo que espermitido á la poesía, pero esto no destruye la regla general de que,para escitar la admiracion, la pintura necesita ser poética, así como lapoesía necesita ser pintoresca. La razon de esto es muy clara: la ideaque escapa á la pintura, es decir, la idea que no es pintoresca ó que notiene cierto movimiento dramático, se presenta confusamente á laimaginacion.
Toda esta disertacion metafísica—que vá á hacerme pasar la plaza depedante—no tiene mas objeto que crearme un punto de apoyo para repetirlo que se ha dicho tantas veces, que «algo le falta al hombre que esinsensible á los encantos de la música ó de la pintura» y que porconsecuencia le falta todo al que no es susceptible de comprender todaslas bellezas de la poesía, que condensa á la vez la imágen y la armonía.
Y á propósito, ya que hablamos de música, ¿sabe V. quien fué el inventorde la lira?
Segun dice Apoliodoro, (aun cuando los descubrimientos deChampollion parecen desmentirlo, pues solo se ha encontrado el arpa enlos monumentos egipcios) su inventor fué Hermes Trimegisto, secretariode Osiris, quien habiendo encontrado en las riberas del Nilo una tortugamuerta, cuyos nérvios resecos por los rayos del sol se habian convertidoen cuerdas sonoras, tomó de aquí la idea del instrumento que hoysimboliza la poesía y al son del cual bailaba el hierofanta egipcio,espresando simbólicamente las revoluciones de los astros y el órdenaparente del universo. A esta escuela musical perteneció Moises, y elladió orígen al arpa hebráica, á los salmos de David, á los cantares deSalomon y á las lamentaciones de Jeremías.—Algun tiempo despues,inventó Hiagnis la flauta frigia, que acompañó los primeros himnos quese cantaron en honor de Baco y de Pan. Estos dos instrumentos (poniendo,si se quiere, el arpa en vez de la lira) tomados de la naturaleza,compusieron la primera orquesta de los tiempos primitivos, y de la liraó arpa egipcia y de la flauta frigia, ha nacido ese lenguaje universalque cuenta hoy mas de ochenta sonidos, y que segun me lo aseguró un diael gran pianista Hertz, puede dar mas de cien sonidos distintos en elpiano; mientras que los idiomas mas ricos de nuestros dias no pueden darni la mitad. ¿Cómo esplica Vd. este misterio? Es que la música, masfilosófica que los filósofos, y menos desdeñosa que los hombres deletras, ha recojido en su seno todas las modulaciones de todos losidiomas antiguos y modernos del norte y del mediodia, con las cuales seha enriquecido, en la misma proporcion en que se ha empobrecido elidioma hablado, por el radicalismo exagerado de hombres que á título deespíritus sérios y positivos, pretenden desalojar á la armonía poéticadel último atrincheramiento en que se defiende aun con heroismo,rechazando los ataques violentos de los prosistas iconoclastas, cuyobello ideal es un lenguaje sin símbolos y sin música, y para quienes laestructura del verso no es una forma tomada de la naturaleza misma, comola lira egipcia, (ó griega segun otros) sinó una combinacion feliz delcapricho humano—«un ingenioso contrasentido», como decía Newton. Poreso el verso se le presenta á Vd.
como la prision del pensamiento; poreso vé en él un obstáculo mas bien que un punto de apoyo; por eso, enfin, cree que una idea pierde en profundidad todo cuanto gana ensonoridad; y esto esplica, ya que no disculpa, su juicio desventajososobre la poesía.
Si Vd. hubiese hecho un estudio detenido de las leyes de laversificacion, si se hubiera propuesto darse cuenta de la razon delyambo, del dáctilo, del troquéo y del espondéo, habría visto que todo sumecanismo reposa sobre la combinacion de las sílabas agudas y gravescaracterizadas por los acentos; y que el movimiento del verso, su númeroy sus pausas, obedecen á reglas constantes que tienen su orígen en lanaturaleza de los idiomas, y en la organizacion humana, siendo la rima yla cantidad de sílabas, lo mas secundario que hay en la estructura delverso. Así vemos que el francés, que es el único idioma moderno que nohaya adoptado para su versificacion la prosodia poética inventada porlos provenzales,—de que hablaremos mas adelante—es en manos de sus masgrandes poetas, un instrumento pobre é insonoro, por no contar con masrecursos métricos que con los que le presta el número de sílabas y larepeticion de la rima, lo que hace que los franceses hayan llegado hastael grado de negar que exista una armonía poética fuera de estas doscondiciones materiales. Por eso la lengua francesa es la lengua masprosáica del mundo, segun lo han reconocido sus grandes hablistas, yentre ellos Cárlos Nodier y Michelet; lo cual esplica porque la Franciano haya producido un gran poeta, digno de rivalizar con Homero, conVirgilio, con el Dante, con Byron, con Goethe, con Camoens ó conCalderon, y la razon porque no lo producirá jamás. Aquí tiene Vd.demostrado hasta la evidencia la importancia de la forma métrica, y lainfluencia que ella ha ejercido y ejerce en el desenvolvimiento delentendimiento humano.
No estrañe que entre en estos detalles minuciosos sobre la cadenciapoética en sus relaciones con la música y con la naturaleza humana,desde que ellos me sirven tan eficazmente al objeto que me he propuestoen esta carta. Ademas, como lo ha dicho Sismondi, «la estructura delverso, esta parte en cierto modo mecánica de la poesía, está ligada poracordes misteriosos y secretos, con nuestras sensaciones, con nuestrasemociones, con todo aquello que habla á nuestro corazon y á nuestraimaginacion, y seria conocer muy mal el lenguaje divino de los poetas,considerarla solamente como una traba impuesta al pensamiento. Losversos no conmueven nuestras almas, no cautivan nuestras pasiones, sinóporque tienen algo de mas íntimo que la prosa, algo que se apodera detodo nuestro ser, encontrando mas directamente el camino del espíritu yde los sentidos, y trayéndonos impresiones mas completas que las que ellenguaje por sí solo y desprovisto de estos accesorios puede despertar.»Y mas adelante agrega: «La rima es una especie de llamamiento alrecuerdo y á la esperanza, ella despierta una sensacion pasada y hacedesear una nueva, realza la importancia de los sonidos, y dá en ciertomodo una especie de colorido á las palabras.»
Nada de estraño sería que los poetas elogiasen su lenguaje, pero cuandolos mas eminentes prosistas proclaman su superioridad, preciso esreconocer que hay en él algo de verdaderamente sublime, y que por lomenos, no se le debe juzgar sin haberle estudiado antes.
Si del lenguaje poético, considerado en sus relaciones con la música ycon la organizacion humana, la mente se eleva hasta la contemplacion dela idea abstracta, y penetra en los dominios de la psicología, se veráque, siendo la poesía á la prosa, lo que el drama lírico es al dramarecitado, ella no es otra cosa que el lenguaje á toda orquesta, lapalabra que se acompaña con la música del ritmo y de la rima, que seimpregna de ella, que la asimila á su ser, que funde en un todo compactola idea y la armonía al fuego inestinguible de la inspiracion que ardeen la cabeza del poeta. Así es como la poesía, á la manera de una ondasonora, penetra en lo mas hondo de la imaginacion y de la conciencia,apoderándose al mismo tiempo de los sentidos, despertando suavemente lasemociones perezosas que dormitan, haciendo sentir al hombre la unidad desu ser, formando en el fondo del alma un acorde sublime, y dominando consu canto las emociones disonantes del corazon humano.
Suprimid la poesía, y las relaciones del hombre con la naturalezaquedan interrumpidas, mientras que nuestras facultades, funcionandoaisladamente como en sueños, jamás producirán ese acorde sublime que esel resultado de la imágen, del sonido, del movimiento y de laabstraccion; que son las cuatro grandes manifestaciones de la vida, loscuatro principios constitutivos de las bellas artes, los cuatroelementos de cuya combinacion se forman todos los productosintelectuales, y que la poesía es la única que condensa y reduce á unasola fórmula.
La poesía es el puente misterioso que une al hombre físico con el hombremoral, y que pone en contacto todas sus facultades; por eso deciaSchiller:—«Para filosofar, basta la mitad del hombre mientras que laotra mitad puede descansar: pero las musas lo absorben todo.» Para serpoeta, se necesita sentir y pensar á un mismo tiempo, y poner enejercicio el poder de abstraccion á la vez que la imaginacion, porque loque no conmueve y convence, no merece el nombre de poesía. Las cienciasy las artes no tienen alas para volar mas allá de las fronteras delmundo material, ni ojos para objetos que se hallen fuera del alcance deltelescopio. La poesía ademas de tener alas y de tener ojos para recorrerel universo y contemplar en él cuanto hay de grande y de bello, puedelanzarse á los espacios infinitos de la creacion, penetrar en losdominios del mundo inmaterial, poner al hombre en relacion con Dios, yestablecer entre el cielo y la tierra aquella cadena de oro, que segunlos antiguos, ligaba á la criatura con su Criador.
Esto es la poesía, esto es el arte divino, del cual ha dicho Vd. quesolo tiene sacerdotes entre los hombres incapaces de accion, esto es loque Vd. ha llamado
«monólogo sublime á veces, estéril siempre».
Una república prosáica, tal cual Vd. parece desearla, tendria muchasemejanza con aquella pálida mansion de los héroes de la antigüedad, queel Dante nos describe en su Infierno: imágen debilitada de la vida, enque las sombras vagan sin esperanzas de un bien mejor, llorando lapérdida de una felicidad que nunca conocieron. Sería un cuerpo sin alma;sería la bella estátua de Prometeo sin el fuego sagrado que la dió viday movimiento. Desheredados de la poesía, ¿qué voz simpática responderiaá las armonías secretas del corazon? ¿qué potencia sobrenatural noselevaria á la contemplacion de lo infinito? ¿qué relámpago iluminariacon sus resplandores pasageros las profundidades de nuestro ser? ¿porqué medio se dirigirian los instintos, una vez quebrado el instrumentousual con que se forma y desarrolla el sentimiento y la inteligencia delo bello? Preguntas son estas que pondrian en bárbaros aprietos allegislador en teoría de esa soñada república platónica.
No sé por qué me parece encontrar cierta analogía entre su idea y lasasociaciones de las abejas, de las hormigas y de los castores. Hé aquítres repúblicas que realizan el bello ideal de los positivistas, y quellenan todas las condiciones pedidas por Vd.: repúblicas de matemáticos,de ingenieros, de químicos y de industriales, que pasan la vida cavandola tierra, edificando y destilando, «aplicando al trabajo todas lasfuerzas físicas sin «malgastar sus fuerzas intelectuales enornamentaciones inútiles, ni en monólogos sublimes, pero estériles»; ydeshojando las flores para arrojar sus perfumes en el gran alambique dela fábrica comunista! Hé aquí su bello ideal: el hombre menos la ideadel progreso, menos la aspiracion á lo infinito, menos la condicion dela perfectibilidad; porque, desengáñese, sin la poesía bajo alguna desus formas, el progreso, la abstraccion y la perfectibilidad sonimposibles. Así se vé que los castores, las hormigas y las abejasfabrican sus casas, hacen sus provisiones, trazan sus exágonos ydestilan la miel lo mismo hoy que al principio del mundo, lo mismomañana que hoy, sin dar un paso adelante. ¿Por qué? Porque les falta lapoesía que satisface á la aspiracion de lo mejor, de lo ideal, que es elresorte poderoso de la perfectibilidad humana. Su aspiracion prosáica metrae á la memoria en este momento los versos de un poeta español delsiglo pasado:
Dura
resolucion
desesperada
Labrarse un molde en qué vaciar la vida,
Sin que se altere de la estampa nada.
Los espartanos pretendieron tambien estirpar la poesía del corazon, ylograron fabricar un molde artificial para dar una nueva forma á lanaturaleza humana, ¿y qué consiguieron? destruir el libre albedrío,arrebatar á la inteligencia el atributo mas bello de la divinidad,despojar á la humanidad de sus amables virtudes, sin estirpar sinembargo esa poesía colectiva, á despecho del mismo pueblo que larechazaba, que, como lo ha observado Tocqueville, es el signocaracterístico de la poesía democrática.
La república de Esparta no es,por otra parte, sino un engendro de la imaginacion poética de Licurgo,que concibió una asociacion en su cabeza, la formuló en un poema quellamó leyes, y fanatizado por su idea, como Saint-Simon y Fourrier ennuestros dias, dió su vida á trueque de ver realizada su teoría, hijamas bien de la fantasía que de la observacion de la naturaleza humana.
Apesar de tantas precauciones, la música y la poesía tenian un cultosecreto en el corazon de aquellos austeros ciudadanos, dispuestos ámorir por sus santas leyes; y la prueba de esto es, que allí fué dondese añadió una cuerda mas á la lira, lo que le valió un destierroperpétuo al inventor, bajo el pretesto de que tales armonías convidabanal pueblo á la molicie.
La lira se encargó de su venganza.
Años despues, los de Esparta en guerra con los Mesenianos, pidieronauxil