READER
BY
E. S. HARRISON
FIRST ASSISTANT IN MODERN LANGUAGES INTHE
COMMERCIAL HIGH SCHOOL, BROOKLYN, NEW YORK
GINN AND COMPANY
BOSTON—NEW YORK—CHICAGO—LONDON
ATLANTA—DALLAS—COLUMBUS—SAN FRANCISCO
COPYRIGHT, 1912, BY
E. S. HARRISON
ALL RIGHTS RESERVED
917.6
The Athenæum Press
GINN AND COMPANY—PROPRIETORS
BOSTON—U.S.A.
PREFACE
The increasing study of Spanish in high schools and collegeshas made necessary the preparation of a text of a simpler characterthan those now in common use.
In the present text, especially in the first selections, thelanguage has been simplified so that reading may be begun ata very early stage in the pupil's work. It has not been considerednecessary to supply notes, as the matter is simple and thevocabulary furnishes all necessary information. All verb formsoccurring in the text, whether regular or irregular, are given inthe vocabulary.
There is constant repetition of common words and expressions,so that comparatively long lessons may be assigned andthe pupil may be enabled to acquire an extensive knowledge ofuseful every-day Spanish and become familiar with the structureof the Spanish sentence at an earlier period than has beenpossible heretofore.
Selection XII is taken from "Tradiciones y leyendas españolas"by Don Luciano García de Real (Barcelona, 1898).Selections IV, VI, IX, X, XIII, are taken from the
"Bibliotecade las tradiciones populares españolas" (Madrid, 1886). Theremaining selections are taken from various sources or adaptedfrom English or German.
Many changes have been made in all the selections, exceptin the fables of Iriarte and the story by Fernán Caballero, inorder to render the material suitable for beginners.
E. S. H.
CONTENTS
III. LOS TRES OSOS
IV. LOS TRES BARCOS
VII. BUENA GANGA
VIII. EL MÉDICO TUNANTE
XI. LAS METAMORFOSIS DEL PICAPEDRERO
XIII. EL PRÍNCIPE OSO
XIV. ADIVINANZAS
XV. ANÉCDOTAS
XVI. EL BURRO FLAUTISTA Tom ás de Iriarte XVII. EL OSO, LA MONA Y EL CERDO Tom ás de Iriarte XVIII. EL PATO Y LA SERPIENTE Tom ás de Iriarte XIX. LOS DOS CONEJOS Tom ás de Iriarte XX. LA ABEJA Y EL CUCLILLO Tom ás de Iriarte XXI. LA ARDILLA Y EL CABALLO Tomás de Iriarte
EL RICO EXTREMEÑO Y EL EXTRANJERO
ELEMENTARY SPANISH
READER
EL CUENTO DEL POLLO
Un día un pollo entra en un bosque. Una bellota cae ensu cabeza. El pobre pollo cree que el cielo ha caído sobreél. Corre para informar al rey.
En el camino encuentra una gallina.
—¿A dónde vas?—pregunta la gallina. 5
—¡Oh!—dice el pollo,—el cielo ha caído en mi cabezay voy a informar al rey.
—Yo voy también, si quieres,—responde la gallina y semarchan juntos el pollo y la gallina al palacio del rey.
En el camino encuentran un gallo. 10
—¿A dónde vas?—pregunta el gallo a la gallina.
—¡Oh!—dice la gallina—el cielo ha caído sobre lacabeza del pobre pollo y vamos a informar al rey.
—Yo voy también, si quieres,—responde el gallo y semarchan juntos el pollo, la gallina y el gallo al palacio del rey. 15
En el camino encuentran un pato.
—¿A dónde vas?—pregunta el pato al gallo.
—¡Oh!—dice el gallo,—el cielo ha caído en la cabezadel pobre pollo y vamos a informar al rey.
—Yo voy también, si quieres—responde el pato y se 20marchan juntos el pollo, la gallina, el gallo y el pato al palaciodel rey.
En el camino encuentran un ganso.
—¿A dónde vas?—pregunta el ganso al pato.
—¡Oh!—dice el pato,—el cielo ha caído en la cabezadel pobre pollo y vamos a informar al rey.
—Yo voy también, si quieres,—responde el ganso y semarchan juntos el pollo, la gallina, el gallo, el pato y el gansoal palacio del rey. 25
En el camino encuentran un pavo. El pavo quiere ir conellos a informar al rey que el cielo ha caído. Ninguno delos pobres animales sabe el camino.
En este momento encuentran una zorra. La zorra dice quequiere enseñarles el camino al palacio del rey. Todos van 30con ella; pero ella los conduce a su cubil. Aquí la zorra ysus cachorros se comen el pobre pollo y la gallina y elgallo y el pato y el ganso y el pavo. Los pobres no van alpalacio y no pueden informar al rey que el cielo ha caídosobre la cabeza del pobre pollo. 35
UN HOMBRE INSACIABLE
En Extremadura vivía un hombre. El hombre era rico.Era muy rico. Tenía casas y viñas, vacas y ovejas, caballosy cerdos. Las casas eran grandes y nuevas. Las viñas teníanmuchas uvas. Las vacas, las ovejas y los cerdos estaban muygordos. Los caballos eran los más hermosos de Extremadura. 5
El hombre tenía todavía más. Tenía una buena mujery buenos hijos. Tenía todo lo que podía desear; pero elhombre no estaba satisfecho. No estaba satisfecho con Diosni con su mujer ni con sus hijos. Tampoco estaba satisfechodel tiempo. 10
Cuando hacía frío decía:—Hace frío; este tiempo no esbueno para mis viñas.
Cuando llovía, exclamaba:—Llueve demasiado; el tiempoestá muy húmedo. Debemos tener sol.
Cuando hacía sol, tampoco estaba satisfecho. Hoy hacía 15mucho frío, mañana mucho calor; ora el tiempo era muyhúmedo, ora muy seco.
Un día entró en su viña. Allí estaban las hermosas uvas.Tenía más uvas que todas las otras personas de Extremadura;pero no estaba satisfecho.—Estas uvas son muy pequeñas—dijo.—
Hace20mal tiempo; hace mucho frío. No hacebastante calor.
En este momento se presentó en la viña un hombre alto yhermoso. Este hombre dijo:—Nunca está Vd. satisfecho deltiempo. Siempre hace frío o calor, es muy húmedo o muy 25seco. ¿Puede Vd. hacer un tiempo mejor?—Sí,—respondióel hombre rico,—yo puedo hacer mejor tiempo.—Puesbien,—dijo el extranjero,—el año que viene debeVd. hacer el tiempo para sus viñas.
Entonces el extranjero desapareció. 30
El año próximo llegó. Era el mes de marzo.—Quieronieve,—
dijo el hombre rico. Entonces empezó a nevar.Llegó el mes de abril.—Ahora quiero lluvia,—dijo el hombrerico. Entonces empezó a llover.—Muy bien,—dijoel hombre,—pero ahora quiero un tiempo caluroso. Entonces 35hacía sol y el hombre estaba satisfecho con sus viñasy con el tiempo.
Así el hombre hacía el tiempo todo el verano. Llovíacuando quería y hacía sol cuando quería. Tenía en la viñamuchas hermosas uvas. Entonces dijo:—Mis uvas son las 40más hermosas de Extremadura. Nunca he visto uvas tanhermosas.
Al fin llegó el otoño y empezó la vendimia. El hombrecogió algunas uvas pero eran ácidas como el vinagre. Nuncahabía visto uvas tan agrias. En este momento llegó el extranjero.—
Este45año,—dijo—hace Vd. el tiempo. ¿Cómoencuentra las uvas?—Malas, muy malas,—respondió elhombre rico,—son ácidas como el vinagre.
Entonces dijo el extranjero,—Ya lo comprendo. Vd.ha dado a la viña nieve, lluvia, sol, calor y frío, pero ha 50olvidado el viento.
LOS TRES OSOS
Cerca de un bosque hermoso vivían tres osos. Estososos eran muy buenos y amables. Habían construido una 5casa cómoda solamente con una puerta y una ventana. Unode los osos era muy pequeño, uno de tamaño mediano y elotro muy grande.
Tenían en la casa todo lo necesario. Tenían un platopequeño para el oso pequeño, un plato mediano para el oso 10mediano, y un plato grande para el oso grande. Tenían unasilla pequeña para el oso pequeño, una silla mediana para eloso mediano, y una silla grande para el oso grande. Teníanuna cama pequeña para el oso pequeño, una cama medianapara el oso mediano, y una cama grande para el oso grande. 15Y esto era todo.
Una mañana tenían sopa para el almuerzo. Echaron lasopa en los platos. Pero la sopa estaba tan caliente que nopodían tocarla con la lengua. Los osos, como Vds. saben, noemplean ni cucharas, ni cuchillos, ni tenedores. Los platos 20de sopa estaban en el suelo, porque los osos no emplean mesas.
—Vamos a dar un paseo,—dijo el oso grande;—y cuandovolvamos podemos tomar la sopa.
Los osos tenían hambre, mucha hambre, pero eran muypacientes y salieron todos a dar un paseo por el bosque; primero 25el oso grande, después el oso mediano y por último el osopequeño.
Poco después entró una niña en el bosque. Vio la pequeñacasa pero no sabía de quién era. Pensaba que la casa eramuy hermosa y quería entrar para verla. Así, llamó a la 30puerta.
Nadie respondió. Ella creía que todas las personas de lacasa estaban dormidas. Llamó otra vez, pero nadie respondió.Ahora creía la niña que nadie estaba en la casa. Abrióla puerta y entró.
Todo parecía tan cómodo que queríaquedarse allí algunos minutos. Estaba muy cansada y 35quería descansar.
Vio la niña los tres platos en el suelo. Tenía mucha hambrey quería probar la sopa. Probó la sopa que estaba en el platogrande. Estaba muy fría. Entonces probó la sopa que estabaen el plato mediano; pero estaba muy caliente. Entonces 40probó la sopa que estaba en el plato pequeño y legustó tanto que se la tomó toda.
Al otro lado del cuarto estaban las tres sillas. La niñaquería descansar antes de ir a casa.
Primero probó la silla grande; pero era muy alta. Después 45probó la silla mediana; pero era muy ancha. Por último probóla silla pequeña; pero al sentarse en ella la hizo pedazos.
Luego vio las camas en la alcoba, y quería dormir la siestaantes de ir a casa.
Primero probó la cama grande; pero era demasiado 50blanda.
Después probó la cama mediana; pero era demasiadodura. Por último probó la cama pequeña y como era muycómoda y le gustó, se echó en ella y se durmió.
Mientras dormía los tres osos volvieron a casa. Teníanhambre después de su paseo y querían tomar la sopa. El oso 55grande levantó su plato y bramó:
—¡Alguien ha probado mi sopa!
Entonces el oso mediano levantó su plato y gruñó:
—¡Alguien ha probado mi sopa también!
Por último el oso pequeño levantó su plato y gritó: 60
—¡Alguien ha probado mi sopa y se la ha tomado!
Entonces fueron todos al otro lado del cuarto a sentarse ensus sillas. Primero el oso grande probó su silla y bramó:
—¡Alguien se ha sentado en mi silla!
Entonces el oso mediano probó su silla y gruñó: 65
—¡Alguien se ha sentado en mi silla también!
Entonces el oso pequeño probó su silla y gritó:
—¡Alguien se ha sentado en mi silla y la ha hecho pedazos! 70
Después entraron todos en la alcoba. El oso grande fue elprimero que vio su cama y bramó:
—¡Alguien ha dormido en mi cama!
Entonces el oso mediano vio su cama y gruñó:
—¡Alguien ha dormido en mi cama también! 75
Por último vio su cama el oso pequeño y gritó con vozaguda:
—¡Alguien ha dormido en mi cama y aquí está!
Este ruido despertó a la niña. Cuando abrió los ojos y vio alos osos, estaba muy asustada. Se levantó y huyó de la casa. 80Los tres osos fueron a la puerta para mirar tras ella. Vieronque ella corría por el bosque hacia su casa. No la persiguieron,porque eran buenos y amables. Y eso es todo lo quesé acerca de la niña y de los tres osos que vivían en el hermosobosque en la pequeña casa con solamente una ventana y una 85puerta.
LOS TRES BARCOS
Cierto hombre rico tenía tres hijos. El hijo mayor noquería quedarse en casa; quería ver el mundo. Su padre diósu consentimiento. Una mañana salió el joven de la casa desu padre. El padre le dió su bendición. También le regaló 5mucho dinero y un barco de oro. El joven se metió en elbarco y se marchó. Llegó a una ciudad y fue a una posada.Los mozos de la posada pusieron el barco en una sala cerca desu alcoba.
Entonces el joven salió a ver la ciudad.
Cuando pasó por el palacio vio un letrero en la puerta que 10decía:
—Dentro del palacio está escondida la hija del rey. El quela encuentre puede casarse con ella.
Él entró para buscarla; pero el rey le dijo que si no podíaencontrarla dentro de tres días sería encerrado en el palacio.Él la buscó, pero no podía encontrarla y le encerraron en un 15cuarto del palacio.
Como el hijo mayor no volvió a casa, el segundo hijo salió abuscarle. Su padre le dió su bendición y le regaló un barcode plata. Se metió en el barco y se marchó. Después dealgunos días llegó a la misma ciudad y a la misma posada que 20su hermano.
Los mozos de la posada pusieron el barco deplata en la misma sala con el barco de oro. Vio el jovenel barco de oro y conoció que su hermano estaba en laciudad.
Salió a ver la ciudad, pasó por el palacio y vio el letrero en 25la puerta. Entró para buscar a la princesa. El rey dijo queallí estaba un joven encerrado porque no podía encontrarla.La misma suerte le esperaba si no podía encontrarla dentro detres días. Él se decidió a buscarla pero tampoco la halló yle encerraron. 30
Como los dos hijos no volvieron a casa, el hijo menor queríair a buscarlos. Su padre le dió su bendición y le regaló unbarco de seda. Se metió en el barco y se marchó. Llegó a lamisma ciudad y a la misma posada que sus hermanos. Losmozos pusieron su barco con los otros dos. Cuando vio el 35barco de oro y el de plata conoció que sus hermanos estabanen la ciudad.
También salió este joven a ver la ciudad. Vio el letrero enla puerta del palacio del rey. Se sentó en una piedra cerca dela puerta pensando si entraría o no. Después de algunos 40momentos se presentó una vieja que ofreció ayudarle.
Ellapreguntó si era rico. El contestó que tenía tres barcos, unode oro, uno de plata y otro de seda. La vieja respondió:—
Debe Vd. mandar hacer un loro grande de oro con peanade plata. En vez de ojos debe tener agujeros. 45
Colocóse este hermoso pájaro de oro y plata cerca delpalacio.
Cuando lo vio el rey, quería examinarlo. Lo llevaronseis hombres al palacio. Le gustó mucho al rey esteloro grande y creía que también gustaría a su hija. Por esodijo a los seis hombres que llevasen el pájaro a la princesa. 50El joven, que estaba dentro del loro, miraba por los agujerosque tenía en vez de ojos. Él notó que levantaron una baldosadetrás de una cama; que bajaron una escalera; quellegaron a un patio; que abrieron la entrada a otra escalera;que bajaron ésta y llegaron a otro patio; que abrieron una 55puerta y allí estaba la princesa con dos compañeras. Las tresjóvenes estaban vestidas de la misma manera. Los seishombres pusieron el loro en la alcoba de la princesa. Durantela noche el joven tenía sed y salió del loro para beber. Cuandocogió el vaso de agua tocó la mano de la princesa que también 60tenía sed. La princesa estaba muy asustada pero el joven ledijo que iba a librarla de aquel encierro. Ella se tranquilizó yle dijo que llevaría en el dedo una cinta roja. Como sus compañerastendrían cintas azules, él la conocería de esta manera.
Por la mañana sacaron el loro. Entonces el joven se presentó 65en el palacio para buscar a la princesa. El rey le dijoque era necesario encontrarla dentro de tres días. Si no podíahacer esto le encerrarían con sus dos hermanos. Él insistió enentrar y comenzó a buscar. El primer día fingió no poderencontrarla. El segundo día sucedió lo mismo. El tercer 70día, levantó la baldosa detrás de la cama, bajó la escalera,llegó al patio, abrió la entrada a la otra escalera, la bajó yllegó al otro patio, abrió la puerta y vio las tres jóvenes. Elrey creía que no le era posible reconocer a la princesa entresus compañeras. Pero él la escogió porque vio la cinta roja 75en su dedo. Entonces el rey dijo:
—No tengo más remedio que darle mi hija por esposa,porque la ha encontrado Vd. dentro de tres días.
El rey puso en libertad a los dos hermanos del joven.
Ésteenvió por su padre, y con mucho regocijo se celebraron las 80bodas del hijo menor con la hermosa princesa.
EL TESTAMENTO
Cierto lugareño estaba a punto de morir. No era muy rico.Sólo tenía un perro y un caballo. No tenía hijos pero teníauna mujer.
Poco antes de morir, llamó a su mujer y le dijo:
—Ya sabes que voy a morir. No te he olvidado en mi 5testamento; pero no soy rico y no tengo más bienes que unperro y un caballo.
—Yo apreciaré tu recuerdo, marido mío,—dijo la mujerllorando.
—Después de mi muerte,—continuó el marido,—debes 10vender el caballo y entregar el dinero a mis parientes.
—¡Cómo! ¿debo entregar el dinero a tus parientes?
—Sí; pero espera. Te regalo generosamente el perro.Puedes venderlo, si quieres, o puedes conservarlo paraguardar la casa.
Es un animal fiel. Te servirá de gran consuelo. 15
El lugareño se murió. La mujer quería obedecer a sumarido.
Una mañana cogió el caballo y el perro y los llevóa la feria.
—¿Cuánto quiere Vd. por ese caballo? preguntó un hombre. 20
—Quiero vender el caballo y el perro juntos,—respondióla mujer.—Quiero por el perro cien duros y por el caballo diezreales.
—Acepto,—dijo el hombre,—porque el precio de los dosjuntos es razonable. 30
La buena mujer dió a los parientes de su marido los diezreales que recibió por el caballo y conservó los cien duros querecibió por el perro. Así obedeció a su marido.
DON JUAN BOLONDRÓN
Una vez había un pobre zapatero llamado Juan Bolondrón.Un día estaba sentado en un banco tomando una taza de 5leche.
Había varias moscas en el banco cerca de algunasgotas de leche.
Don Juan mató siete de ellas de un golpe.Entonces gritó:
—Yo soy muy valiente, y desde hoy me llamo Don JuanBolondrón Matasiete. 10
Había cerca de la ciudad un bosque. Dentro del bosquehabía un jabalí que hacía mucho mal a los habitantes. Ya sehabía comido a muchos de ellos. El rey había enviadomucha gente para matarlo. Algunos de estos hombres sehabían fugado por miedo; el jabalí se había comido a los 15otros. Dijeron al rey que había en la ciudad un hombre muyvaliente que se llamaba Don Juan Bolondrón Matasiete.
—¡Oh!—dijo el rey.—Debo conocer a este hombre.Díganle que venga al palacio al instante.
Le llevaron al palacio y cuando le vio el rey, le dijo: 20
—Hombre, dicen que eres muy valiente. ¿Es verdad quematas siete de un golpe?
—Sí, Vuestra Majestad;—le contestó.
—Pues bien—le dijo el rey—Tengo una hija muy bonitay te la doy por esposa si matas el jabalí que hace tanto mal a 25los habitantes de la ciudad. ¿Tienes bastante valor?
—Sí, Vuestra Majestad—respondió el zapatero.
—Está bien; pero si no lo matas, perderás la cabeza.
Al día siguiente Don Juan Bolondrón se preparó bien ysalió a buscar el jabalí. Estaba tiritando de miedo. Era 30bastante valiente para matar moscas pero no para matarjabalíes. Este día el jabalí era más feroz que nunca, porqueen tres días no había comido nada. Juan empezó a pensaren el mejor modo de matar el animal. Creía que era muyprobable que el animal le matara a él. Nunca había tenido 35en las manos más armas que las de su zapatería. Cuandollegó al bosque, salió el jabalí, furioso de rabia y de hambre.Cuando Don Juan lo vio, empezó a correr en la dirección delpalacio, y tras él, el jabalí. Don Juan llegó al palacio y semetió detrás de la puerta de la calle. El jabalí entró en el 40patio, donde fue matado por los soldados del rey. En estemomento Don Juan corrió al patio con la espada en mano.Reprendió a los soldados por haber matado el animal.
Despuésfue derecha al rey que había salido para saber la causadel ruido. 45
—¿Qué es esto, Don Juan?—preguntó el rey.
—Vuestra Majestad,—respondió Don Juan,—no hequerido matar el jabalí; he querido traerlo vivo al palacio;pero esos soldados lo han matado cobardemente.
—Eres muy valiente, Don Juan, y mereces por esposa la 50princesa mi hija.
Le dieron un cuarto en el palacio y después de algunos díasse celebraron las bodas. La princesa no sabía que se casabacon un pobre zapatero.
Pensaba Don Juan muchas veces en las miserias de 55su vida pasada, y hacía comparación con su dicha presente.En consecuencia de esto, una noche soñó con su zapatería yhabló de sus hormas y de su lesna.
La princesa oyó estas palabras y estaba muy triste. Creíaque tal vez se había casado con un zapatero. Al día siguiente 60fue a su padre y le dijo:
—Señor padre, tal vez me he casado con un zapatero porqueanoche en sueños ha hablado de sus hormas y de su lesna.
El rey llamó a su presencia a Don Juan Bolondrón Matasietey le preguntó: 65
—¿Hombre, eres zapatero y te has atrevido a casarte conmi hija?
—Señor,—dijo Don Juan,—la señora princesa no comprendióbien lo que yo decía. Yo soñaba que estaba luchandocon el jabalí y decía a mi esposa que el animal tenía la cara de 70horma y los colmillos de lesna, y esto es todo.
El rey estaba satisfecho y su hija también y los dos espososvivieron felices muchos años.
BUENA GANGA
Una mañana entró un caballero en la tienda de un prendero.Él sacó un cuadro y dijo con cortesía:
—Voy ahora a la oficina. ¿Hará Vd. el favor de guardarmeeste cuadro? Lo recogeré por la tarde cuando vuelva acasa. 5
—Con mucho gusto, caballero,—respondió el prendero.
—Espero que no lo toque nadie, porque es un cuadro degran valor. Mi abuelo lo compró hace muchos años y loapreciamos mucho.
El prendero examinó el cuadro, luego empezó a arreglar sus 15muebles.
Después
de
una
hora
se
presentó
otro
caballero.Quería comprar una mesa y algunas sillas. No le gustaron losmuebles pero antes de marcharse vio el cuadro. Lo examinócon cuidado y luego preguntó el precio.
—No puedo venderlo,—contestó el prendero—no es 30mío.
El caballero lo volvió a examinar y dijo:
—Le ofrezco cien duros además del precio del cuadro siquiere Vd. venderlo.
—Ya he dicho que no puedo venderlo, pues no es mío. 35
El caballero se marchó y después de algunos minutos volviócon otro hombre. Dijo que éste era pintor.
Los dos hombres examinaron el cuadro con cuidado, hablaronen secreto algunos minutos y después el comprador dijoal prendero: 40
—Doy cuarenta mil reales por el cuadro y cuatro mil realespara Vd., si quiere venderlo.
—Caballero,—dijo el prendero—si quiere Vd. volvermañana, tal vez pueda yo vender el cuadro; pero ahora nopuedo prometer nada. 45
Cuando se marcharon los dos, el prendero escondió elcuadro.
A las cuatro de la tarde volvió el dueño.
—¿En dónde está mi cuadro?
—Tengo que hablar con Vd.
—Bien, hable Vd., pero tengo prisa y quiero el cuadro.
50¿Dónde está?
—¿Quiere Vd. venderlo?
—No, señor.
—Le doy cien duros por él.
—No quiero venderlo. 55
—Doscientos.
—Nada.
—Quinientos.
—Nada, nada.
—¿Quiere Vd. mil? 60
—No, señor.
—Pues debo confesar la verdad. Me han robado el cuadroy no puedo devolvérselo.
—¡Desgraciado de Vd.! ¿Qué ha hecho?—dijo