Así lo leemos en el capítulo CCXII (‘De las señales y planetas que hubo en el cielo de la Nueva España antes de que en ella entrásemos, y pronós�cos de declaración que los indios mexicanos hicieron, diciendo sobre ellos y de una señal que hubo en el cielo, y otras cosas que son de traer a la memoria’) de la misma obra de Bernal Díaz del Cas�llo:
«Dijeron los indios mexicanos, que poco �empo había, antes que viniésemos a la Nueva España, que vieron una señal en el cielo que era como verde y colorado y redonda como una rueda de carreta» —el cronista español está empleando exactamente la misma expresión que para dicho fenómeno emplearon el historiador italiano Leone Cobelli para el objeto que sobrevoló en agosto de 1487 la villa de Forli, y el autor chino de la obra Notas sobre el cielo para los objetos que los días 16 y 17 de julio del año Dingchou sobrevolaron las regiones orientales del imperio de los hijos del cielo—«y junto a la señal vino otra raya y camino de hacia donde sale el Sol y se venía a juntar con la raya colorada; y Montezuma, gran cacique de México, mandó llamar a sus papas y adivinos, para que mirasen aquella cosa y señal.» Más adelante, con�núa: «Nosotros nunca las vimos, sino por dicho de mexicanos lo pongo aquí, porque así lo �enen en sus pinturas, las cuales hallamos verdaderas. Lo que yo vi y todos
DANIEL LAPAZANO
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cuantos quisieron ver, en el año veinte y siete» —1527— «estaba una señal del cielo de noche a manera de espada larga, como entre la provincia de Pánuco y la ciudad de Tezcuco, y no se mudaba del cielo, a una parte ni a otra, en más de veinte días.»
¿Me quieren explicar los doctores de la ciencia, que tanto gustan de atribuir los avistamientos de OVNIs a fenómenos atmosféricos inusuales y globos sonda (en el mejor de los casos) a qué �po de fenómeno atmosférico inusual obedece la presencia de una forma de espada larga a rela�vamente baja altura (localizada entre dos puntos geográficos concretos de México) y en posición fija durante más de veinte días?
Porque globos-sonda y chatarra de satélites en el siglo XVI, no cuela. Y
meteoritos en posición fija, menos. Pero no cierren los ojos, porque ahí está el tes�monio. Por favor, una respuesta coherente de la comunidad cien�fica académica. Si la �enen, �enen también la obligación de comunicarla. Y si no la �enen, deberían de poseer la suficiente humildad y rigor cien�fico como para abstenerse de negar aquello que no han inves�gado. Por ende, quiero recordar que esta misma espada aérea fue lo que ya no�ficó —encima de Jerusalén y fija durante un período de un año entero— el historiador Flavio Josefo, amén de otros casos históricos en que se vieron formas de cruces (=espadas) en el cielo.