ACTAS CAPITULARES
DESDE
EL 21 HASTA EL 25
DE MAYO DE 1810,
EN
BUENOS-AIRES.
Primera Edicion.
BUENOS-AIRES.
IMPRENTA DEL ESTADO,
1836.
PROLOGO
A LAS ACTAS CAPITULARES DEL MES DE MAYO
DE 1810.
El primer monumento histórico de la República Argentina se echaba menosen sus anales, por haberse omitido su publicacion cuando mas importabadivulgarlo. Se ignoran los motivos que influyeron en este descuido, niqueremos indagarlos, por respecto á la memoria de los que,inconsideradamente ó por cálculo, relegaron al olvido tan clásicodocumento.
Un pueblo oprimido, que sacude con dignidsus cadenas, respetando losúltimos mandatarios de un poder expirante, presenta un fenómeno, talvezúnico, en la série de los grandes acontecimientos que han conmovido elmundo.
Las agresiones y los tumultos, que suelen ser los precursores de estasmudanzas, no prepararon la que se efectuó en Buenos Aires en los últimosdias de Mayo de 1810. El virey Cisneros, en el pleno egercicio de suautoridad, manifestó los desastres de la península, y el peligro en quese hallaba la nacion española de perder su libertad é independencia.Desesperando de la conservacion de la monarquia, invocó voluntariamenteel auxilio de
un
cuerpo
deliberante,
al
que
debian
concurrir
losrepresentantes de la ciudad y de las provincias del vireinato, paraestablecer una representacion de la soberanía del Señor D.
FernandoVII.[1]
En un pueblo turbulento é indócil, este solo anuncio hubiera producidoun alboroto, y arrastrado el país al borde de un abismo. Pero la buenaíndole de sus habitantes, y la prudencia del Cabildo, les hicieronmarchar con acierto en una senda nueva y peligrosa. Los miembros de estailustre corporacion, que hubieran podido asumir un poder que casi abdicóel Virey, le rodearon
de
consideraciones,
y
se
mantuvieron
en
sudependencia, hasta que el pueblo, legalmente convocado, se decidió áreemplazarle por otra autoridad, que aunque bien definida
en
losprimeros
comicios,
sufrió
notables
modificaciones en los subsiguientes.
Las actas de estas asambleas, en que el pueblo tomó por primera vez laactitud de un soberano, atestiguan su noble y juiciosa comportacion.¡Cuan pocos monumentos de esta clase nos ofrece la história! Estostránsitos repentinos de la servidumbre á la libertad están trazados concaractéres de sangre en los fastos de todas las naciones, sin excluirlas mas ilustradas.
En Inglaterra, en Italia, en Francia, cuando elpueblo recuperaba sus derechos, se entregaba á los mayores excesos, yreemplazaba la tiranía de un solo, por la aun mas insoportable demuchos.
El cambio de las instituciones en Buenos Aires no hizo estragos, á pesarde ser brusco: y si los que se apoderaron despues de los destinos delpaís, se hubiesen conservado en la senda que les señaló el voto de suscomitentes, muchas lágrimas se ahorráran, y el aniversario del gran diade la Pátria se hubiera celebrado siempre con igual entusiasmo.
Lo que mas se recomendó en aquellos dias de agitacion y sorpresa, fué:"precaver toda division, radicar la confianza, cimentar la union, notocar los extremos, &a"...Estos eran los consejos que daba una autoridadprevisora,[2] y con los que simpatizó el pueblo, mientras estuvo bajo suinflujo. Pero estos principios, que debian afianzar el órden y librar ála sociedad de los embates de la anarquia, fueron calificados deanti-patrióticos, como si el patriotismo consistiese en la exaltacion yel frenesí; y los que los profesaban, no tardaron á ser el blanco de lasmas torpes calumnias. Al espíritu de conservacion, sucedió el desórden,y Buenos Aires tuvo tambien que lamentar sus víctimas.
La nueva Junta se instaló con los mas felices auspicios, y á egemplo delCabildo, inculcó tambien obediencia á las leyes, respeto á losmagistrados, union entre todos, y (lo que mas honra sus miembros)deferencia y veneracion á la persona del Virey,
"dispensándole lasconsideraciones correspondientes á su carácter y al distinguidopatriotismo con que, en favor de este país, se ha ofrecido á repetir encualquier destino sus importantes servicios. "[3] Estos actos songenerosos, y hacen mas injustificables las medidas que se tomaron pocodespues contra el Señor Cisneros.
No nos compete rasgar el velo que encubre los manejos ocultos de los quelas aconsejaron: pero su responsabilidad es inmensa, porque imprimieroná los sucesos de aquella época un carácter que no tuvieron al principio.¡De la expulsion del Virey y de la Audiencia se pasó á la tragedia de la Cabeza del Tigre, que se continuó en Potosi! Se quiso ensangrentar lapalestra, y se sembró de cadaveres un campo que pudo haberse cubierto deflores. El pueblo no participó de estos desvarios, y se le debe hacer lajusticia de decir, que nunca se dejó pervertir por tan deplorablesegemplos.
En las páginas que publicamos por primera vez, se hallan inscriptos losnombres de los principales ciudadanos, que han figurado despues ennuestra escena política; y el cotejo entre sus opiniones de entonces ysu conducta posterior, puede ser tema de sérias consideraciones.
La rapidez con que se suceden los acontecimientos habia hecho perder devista este documento, cuando el Señor Gobernador actual de la Provinciaponderó su mérito en el último aniversario del dia 25 de Mayo. Suspalabras estimularon la curiosidad pública, y nos decidieron ásatisfacerla, solicitando de la generosidad del Señor Dr. D. TomasManuel de Anchorena el único testimonio auténtico que talvez exista deestas actas capitulares, y que él conserva como un título honroso de suconducta en aquellas dificiles transaciones.
Buenos Aires, Noviembre de 1836.
PEDRO DE ANGELIS.
ACTAS CAPITULARES.
En la muy Noble y muy Leal Ciudad de la Santísima Trinidad, Puerto deSanta Maria de Buenos Aires, á veinte y uno de Mayo de mil ochocientosdiez: estando juntos y congregados en la Sala de sus acuerdos á tratarlo conveniente á la república, los Señores del Exmo. Ayuntamiento: ásaber, D. Juan José de Lezica y D.
Martin Gregorio Yaniz, Alcaldesordinarios de primero y segundo voto; y Regidores D. Manuel Mancilla,Alguacil mayor, D. Manuel José de Ocampo, D. Juan de Llano, D. JaimeNadal y Guarda, D. Andres Dominguez, D. Tomas Manuel de Anchorena y D.Santiago Gutierrez, con asistencia del caballero Síndico Procuradorgeneral, Dr. D. Julian de Leiva: hicieron presente el Sr. Alcalde deprimero voto y el caballero Síndico, que algunos de los Comandantes delos cuerpos de esta guarnicion, y varios individuos particulares habianocurrido á manifestarles, que este pueblo leal y patriota, sabedor delos funestos acaecimientos de la península, por los impresos publicadosen esta ciudad con permiso del Superior Gobierno, vacila sobre su actualsituacion y sobre su suerte futura, y que el deseo de que sea la masconforme á su felicidad y al objeto inalterable de conservar íntegrosestos dominios bajo la dominacion del Sr. D. Fernando VII, le hacezozobrar en un conjunto de ideas difíciles de combinar, y que sino sellegan á fijar cuanto antes, pueden causar la mas lastimosafermentacion.
Todo lo cual hacian presente á este Exmo. Cabildo, envirtud de haberlo
así
ofrecido
á
dichos
Comandantes
é
individuosparticulares, para que se resuelva lo mas acertado y conveniente en unasunto que, por su gravedad y circunstancias, exije las mayoresatenciones: agregando el Sr. Alcalde de primero voto que ayer número, ála hora de mediodia, se habia esplicado con el Exmo. Señor Virey sobreel particular, y significádole,
que
sin
embargo
de
haber
insistido
losComandantes y particulares en que para el efecto se hiciese acuerdo eldia de ayer, habia podido suspenderlo hasta hoy; que S. E. le habiaprevenido pasase á verle el caballero Síndico para tratar sobre lamateria; y este espresó haberlo realizado y propuesto á S. E. se lepediría permiso por el Exmo.
Ayuntamiento para celebrar un Cabildoabierto, ó Congreso general, en que se oyese al pueblo, y tomasenprovidencias; convidando por esquelas á la parte principal y mas sana deél.
Que habiendo indicado este arbitrio á presencia del Señor Fiscal delo civil, D. Manuel Genaro Villota, y del Capitan de fragata, D. Juan deBargas, habia instado al mismo tiempo en que se meditase y propusiesecualquiera otro, que desde luego estaba pronto á proponerlo y promoverloen el Ayuntamiento: que no se habia meditado otro alguno, y solo sí,conformádose S. E. con el propuesto por el esponente. En este estadoagolpó un número considerable de gentes á la plaza mayor, esplicando ávoces el mismo concepto que habian manifestado el Señor Alcalde deprimero voto y el caballero Síndico. Y los Señores, persuadidos de lanecesidad que hay de poner prontas precauciones á los males que seanuncian, convencidos de que deben tomarse providencias con la mayorbrevedad, por el hecho mismo de haber agolpado la gente á la plaza,espresando á voces sus deseos, y afianzados en la esposicion del Sr.Alcalde y caballero Síndico, acordaron se pase oficio en el acto alExmo.
Señor Virey, suplicándole se digne conceder á este Cabildo permisofranco para convocar, por medio de esquelas, la principal y mas sanaparte del vecindario, á fin de que, en un congreso público, esprese lavoluntad del pueblo, y acordar en vista de ello las medidas masoportunas para evitar toda desgracia, y asegurar nuestra suerte futura.Que al propio tiempo se sirva disponer, que en el dia del Congreso seponga una reforzada guarnicion en las avenidas, ó bocas calles de laplaza, para que contenga todo tumulto, y solo permita entrar en ella álos que con la esquela de convocacion acrediten haber sido llamados. Seformó el oficio en los términos siguientes.—
OFICIO A SU EXCELENCIA.
EXCELENTÍSIMO SEÑOR:—
"Sabedor el pueblo de los funestos acaecimientos de nuestra península,por los impresos publicados en esta ciudad de órden de V. E., y animadode su innata lealtad á nuestro Soberano, y de los sentimientospatrióticos con que siempre se ha distinguido, vacila sobre su suertefutura; y el deseo de que sea la mas conforme á su felicidad y al objetoinalterable de conservar íntegros estos dominios, bajo la dominacion delSr. D. Fernando VII, le hace zozobrar en un conjunto de ideas dificilesde combinar, y que si no se llegan á fijar cuanto antes, pueden causarla mas lastimosa fermentacion. Este Ayuntamiento, que vela sobre suprosperidad y se interesa en gran manera por la union, el órden y latranquilidad, lo hace presente á V. E., y para evitar los desastres deuna convulsion popular, desea tener de V.
E., un permiso franco paraconvocar, por medio de esquelas, la principal y mas sana parte de estevecindario, y que en un congreso público exprese la voluntad del pueblo,y acuerde las medidas mas oportunas para evitar toda desgracia yasegurar nuestra suerte venidera. Sirviéndose V. E. disponer que en eldia del Congreso se ponga una reforzada guarnicion en todas lasavenidas, ó bocas calles de la plaza, para que contenga todo tumulto, yque solo permita entrar en ella los que con la esquela de convocacionacrediten haber sido llamados.
Dios guarde á V. E. muchos años. Sala capitular de Buenos Aires, 21 deMayo de 1810.
EXCELENTÍSIMO SEÑOR.
Juan
José
Lezica—Martin
Gregorio
Yaniz—Manuel
Mancilla—Manuel Joséde Ocampo—Juan de Llano—Jaime Nadal y Guarda—Andres Dominguez—TomasManuel de Anchorena—Santiago Gutierrez—Dr. Julian de Leiva.
Excelentísimo Señor Virey D. Baltazar de Hidalgo de Cisneros."
Y los Señores mandaron se ponga en limpio, y se pase en el momento pormedio de una diputacion, que deberá componerse de los Señores, D. ManuelJosé de Ocampo y D. Andres Dominguez; á quienes encargaron muyeficazmente obtuviesen de S. E. pronta contestacion, por la cualidad delcaso y sus circunstancias;
quedando
abierto
el
acuerdo
hasta
queregresasen.
Volvieron los Ses. Diputados, y dieron cuenta de que habiendomanifestado al Exmo. Sr. Virey el objeto de la diputacion y entregádoloel oficio, habia repuesto S. E., que el asunto era delicado, ynecesitaba meditacion: que sin embargo habia entrado á su despacho yentregádoles al cabo de un buen rato la contestacion, que era la mismaque ponian en manos del Exmo. Cabildo. La cual se leyó, y es del tenorseguiente.—
CONTESTACION DE SU EXCELENCIA.
EXCELENTÍSIMO SEÑOR:—
"Acabo de recibir el oficio de V. E. de esta fecha, ahora que son lasdiez de la mañana, por medio de sus dos Diputados á efecto de ponerloen mis manos, y enterado de su contesto, estoy desde luego pronto áacordar á V. E., como lo egecuto, el permiso que solicite para el fin ycon las condiciones que me indica en su citado: mediante lo que, luegoque V. E. me participe el dia en que ha de celebrarse el Congreso que seha propuesto, dispondré que se aposten las partidas que V. E.
solicita,en las avenidas de las bocas calles de la plaza, con los fines deevitar, segun corresponde al mejor servicio de S. M. y tranquilidadpública de esta ciudad, cualquier tumulto ó conmocion que pudieraocurrir; como igualmente para que solo permitan entrar en ella á losvecinos de distincion, que por medio de la esquela de convocacionacrediten en debida forma haber sido llamados por V. E. al efecto: yespero del discernimiento constante y acreditada fidelidad de V. E. éinteres que siempre ha manifestado por el bien público de esta ciudad,que como su representante, esforzará todo el celo que lo caracteriza ydistingue, á fin de que nada se egecute ni acuerde que no sea enobsequio del mejor servicio de nuestro amado Soberano, el Sr. D.Fernando VII, integridad de estos sus dominios, y completa obediencia alsupremo gobierno nacional que lo represente durante su cautividad: puesque, como V. E. sabe bien, es la monarquía una é indivisible, y por lotanto debe obrarse con arreglo á nuestras leyes, y en su caso, conconocimiento ó acuerdo de todas las partes que la constituyen, aun en lahipótesis arbitraria de que la España se hubiese perdido enteramente, yfaltase en ella el gobierno supremo representativo de nuestro legítimoSoberano.
Dios guarde á V. E. muchos años. Buenos Aires, 21 de Mayo de 1810.
BALTAZAR HIDALGO DE CISNEROS.
Exmo. Cabildo, Justicia y Regimiento de esta ciudad."
Y enterados los Señores, acordaron que el Sr. D. Andres Dominguez paseen el acto á solicitar del Comandante de Patricios, D. Cornelio deSaavedra, á nombre de este Cabildo, el que se persone en la Sala, á finde encargarle que aplique su celo á evitar todo tumulto, y conservar elórden y la tranquilidad pública.
En este estado, y habiendo salido el Sr. Diputado, se oyeron nuevasvoces del pueblo, reducidas á que se presentase en los balcones elcaballero Síndico: quien, despues de haberse repetido aquellas voces porvarias ocasiones, se presentó en efecto, y el pueblo en grita lesignificó, queria saber lo que se habia contestado á la diputacion delExmo. Cabildo. El caballero Síndico les hizo entender, que S. E. habiaprestado conformidad en todo á las solicitudes del Ayuntamiento, y queéste se hallaba trabajando por el bien y felicidad pública: que era denecesidad forzosa el que todos se retirasen á sus casas para noperturbar la tranquilidad y el sosiego: que se aquietasen, pues que elExmo.
Cabildo no omitiria medio de cuantos estimase conducentes al mayorbien.
Clamaron entonces de nuevo, que lo que se queria era la deposicion delExmo. Señor Virey; y habiendo el caballero Síndico tratado depersuadirlos, esforzando mas y mas las insinuaciones que anteriormentetenia hechas, se retiró á la Sala.
En cuyo acto compareció D. CornelioSaavedra, y los Señores suplicaron encarecidamente pusiese en planta,sin la menor demora, los medios todos de su prudencia y celo, para hacerque se retirase de la plaza aquella gente, y que velase con los demasComandantes sobre el órden público, quietud y sosiego del vecindario, áfin de precaver toda conmocion, y evitar cualquiera novedad y desgraciaque pudiera esperimentarse en circunstancias tan arriesgadas; hastatanto se resolvia lo mas conveniente al bien público.
D. Cornelio Saavedra ofreció que nada se omitiria de su parte, y de lade los demas Comandantes, al indicado fin, saliendo por garante de laseguridad pública. Se despidió, y significando al pueblo que el Exmo.Cabildo meditaba, trataba y acordaba cuanto creia conducente á lafelicidad del pais, consiguió que la gente toda se retirase de la plaza.Y los Señores determinaron se celebre el Cabildo abierto, ó congresogeneral el dia de mañana 22, á las 9 de ella, y que al efecto se convidepor esquela á la parte principal y mas sana del pueblo. Se formó laesquela, que es del tener siguiente:—
ESQUELA.
"El Exmo. Cabildo convoca á Vd. para que se sirva asistir precisamentemañana, 22 del corriente á las 9, sin etiqueta alguna, y en clase devecino, al Cabildo abierto, que con avenencia del Exmo. Señor Virey haacordado celebrar, debiendo manifestar esta esquela á las tropas queguarnescan las avenidas de esta plaza, para que se le permita pasarlibremente."
"SEÑOR D........."
Y mandaron se imprima en el dia y se reparta sin pérdida de instantes,arreglándose lista de los individuos, en la que deberán sercomprendidos el Reverendo Obispo, el Exmo. Sr. D. Pascual RuizHuidobro, Señores de la Real Audiencia y del Tribunal de cuentas,Ministros de Real Hacienda, y Gefes de oficinas, Cabildo Eclesiástico,Curas y Prelados de las religiones, Real Consulado, Comandantes, Gefes,y algunos oficiales de los cuerpos de esta guarnicion, Alcaldes debarrios y vecinos, Catedráticos y profesores del derecho; compartiendosepor barrios los encargados de distribuir las esquelas: y ordenaron porúltimo se disponga proclama enérgica, con la cual haya de darseprincipio á la sesion el dia de mañana. Y con esto se concluyó elacuerdo, que firmaron dichos Señores, de que doy fé.
Juan
José
Lezica—Martin
Gregorio
Yanis—Manuel
Mancilla—Manuel Joséde Ocampo—Juan de Llano—Jaime Nadal y Guarda—Andres Dominguez—TomasManuel de Anchorena—Santiago
Gutierrez—Dr.
Julian
deLeiva—
Licenciado D. Justo José Nuñez, Escribano público y deCabildo.
ACTA DEL CONGRESO GENERAL.
En la muy Noble y muy Leal Ciudad de la Santísima Trinidad, Puerto deSanta Maria de Buenos Aires, á 22 dias del mes de Mayo del año de 1810,habiendo situádose en la galeria principal de las casas capitulares losSeñores que componen este Exmo.
Ayuntamiento, para presidir el CongresoGeneral á que se convocó por esquelas, ayer 21 del corriente, en virtudde la facultad que para el efecto concedió el Exmo. Sr. Virey, D.Baltazar Hidalgo de Cisneros, por oficio de la misma fecha: á saber,los. Señores D. Juan José de Lezica y D. Martin Gregorio Yaniz, Alcaldesde primero y segundo voto, y Regidores D.
Manuel Mancilla, Alguacilmayor, D. Manuel José de Ocampo, D. Juan de Llano, D. Jaime Nadal yGuarda, D. Andres Dominguez, Juez diputado de policía, D. Tomas Manuelde Anchorena, Defensor general de pobres y Fiel Ejecutor, y D.
SantiagoGutierrez, Defensor general de menores, con asistencia del caballeroSíndico Procurador general, Dr. D. Julian de Leiva; y concurrido paraeste acto, en virtud de la citada convocatoria; á saber, el Ilmo. Sr.Dr. D. Benito de Lue y Riega, el Exmo. Sr. D.
Pascual Ruiz Huidobro,Teniente General, el Sr. D. Manuel José de Reyes, Oidor de esta RealAudiencia, el Sr. D. Diego de la Vega, Contador mayor, Décano del RealTribunal de cuentas, el Sr. D. Pedro Viguera, Tesorero de esta RealAudiencia, el Sr. D.
Juan Andres de Arroyo, Contador mayor del RealTribunal de cuentas, el Sr. Brigadier D. Bernardo Lecog, Sub-inspector yDirector general del real cuerpo de ingenieros, el Sr. D.
JoaquinMosquera, Coronel retirado del mismo real cuerpo, el Sr. D. EugenioBalbastro, vecino y de este comercio; el Sr. D.
Joaquin Madariaga, deesto vecindario y comercio; el Sr. D. José Maria Balbastro, Capitan demilicias regladas de caballeria; el Sr. D. José Cerra y Valle, Alcaldedel barrio número 3, cuartel segundo; el Sr. D. Ventura de Haedo,Alcalde del barrio número 8, en el mismo cuartel; el Sr. D. AntonioLuciano Ballesteros; el Sr. D. Manuel Antonio Bas; el Sr. D. FranciscoXavier Riglos; el Sr. D. Roman Ramon Diaz; el Sr. Dr. D. FelicianoAntonio Chiclana; el Sr. D. Hipólito Vietes; el Sr. D. Juan JoséViamont, Capitan graduado del regimiento fijo de infantería, y Sargentomayor de los batallones primero y segundo de Patricios; el Sr. D.Nicolas Peña, Oficial de blandenguez de estas fronteras; el Sr. D. JuanJosé Rocha, Escribano público y del número; el Sr. Teniente Coronelurbano, D. Juan Antonio Pereira, Capitan de granaderos del segundobatallon de Patricios; el Sr. D. Estevan Romero, Teniente Coronel urbanoy Comandante del mismo batallon; el Sr. D. Juan Ramon Balcarce, Sargentomayor del batallon de granaderos de Fernando VII; el Sr. D. Simon Rejas,de este vecindario y comercio; el Sr. D. Cornelio Saavedra, TenienteCoronel y Comandante del primer batallon de Patricios; el Sr. D.Cristoval de Aguirre, vecino y de este comercio; el Sr. D. Pedro AndresGarcia, Teniente Coronel y Comandante del batallon de infantería número4; el Sr. D. Francisco Antonio Ortiz de Ocampo, Teniente Coronel yComandante del batallon de infantería número 3; el Sr. D. Manuel deAndres de Pinedo y Arroyo, vecino y de este comercio; el Sr. D. ManuelLuzuriaga, de este vecindario; el Sr. D. Martin José de Ochoteco,Capitan graduado del ejército; el Sr. D. Ulpiano Barrera; el Sr.
D.Antonio Ortiz de Alcalde; el Sr. D. Juan Canaveris; el Sr. D.
HilarioRamos, el Sr. D. Justo Pastor Linch, Contador de la Real Aduana, yactualmente su Administrador interino; el Sr. D.
Manuel José de Lavalle,Director General de la Real Renta de tabacos; el Sr. D. Miguel deIrigoyen, Caballero del Orden de Alcántara, y Teniente Coronel decaballeria; el Sr. D. Vicente Caudevilla, Contador interino de la RealRenta de tabacos; el Sr.
D. Diego Herrera, Teniente Coronel urbano; elSr. Dr. D.
Gregorio Tagle, Abogado de esta Real Audiencia; el Sr.Coronel D. Agustin de Pinedo, Sargento Mayor del regimiento de dragones;el Sr. Teniente Coronel D. Mariano Larrazabal, Capitan del mismo; el Sr.D. Martin de Arandia; el Sr. Teniente Coronel urbano D. Rodrigo Muñoz yRábago; el Sr. D. Francisco de la Peña Fernandez, vecino y de estecomercio; el Sr. Capitan de milicias D. Antonio Villamil; el Sr. Dr. D.Agustin Fabre, profesor
en
medicina;
el
Sr.
Ministro
de
Real
Haciendahonorario, D. Joaquin Belgrano; el Sr. D. Julián del Molino Torres,vecino y de este comercio; el Sr. D. Jacinto de Castro, de este comercioy vecindario; el Sr. D. Mariano Echaburu, Escribano público y delnúmero; el Sr. D. Ildefonso Ramos; el Sr. Coronel D. Francisco XavierPizarro, Capitan, comandante del real cuerpo de artilleria; el Sr. D.José Maria Cabrer, Coronel de ejército, y Sargento mayor de esta plaza;el Sr. Teniente Coronel urbano D. Miguel Gerónimo Garmendia; el Sr. D.Jose Soliveri, Contador de retasas; el Sr. D. José Superi, Sargentomayor del batallon de castas; el Sr. D. Felipe Castilla, Capitan demilicias regladas de caballeria; el Sr. D. Antonio Ruiz, Alcalde delbarrio número 11, cuartel quinto; el Sr. D. José Botello, Alcalde delbarrio número 16, cuartel cuarto; el Sr. D.
Fermin de Tocornal, Alcaldedel barrio número 20, cuartel quinto; el Sr. Capitan urbano D. FranciscoMansilla, Ayudante mayor interino de esta plaza; el Sr. D. Francisco dePrieto y Quevedo, vecino y de este comercio; el Sr. Teniente coronel deejército, D. Alonso Quesada, Sargento mayor de milicias regladas deinfantería; el Sr. D. Vicente Carvallo y Goyeneche, Capitan delregimiento de dragones; el Sr. D. José Martinez de Hoz, de este comercioy vecindario; el Sr. D. José Barrera, Oficial primero de la Secretaríade Gobierno y Guerra del Vireinato; el Sr. Alferez de fragata, D. MartinThompson, Capitan de este puerto; el Sr. Capitan graduado, D.
GregorioBelgrano, Ayudante mayor de esta plaza; el Sr.
Teniente Coronel urbano,D. Fernando Diaz, Capitan de granaderos del batallon número 4; el Sr. D.Ambrosio Lezica, de este comercio; el Sr. D. Estevan Fernandez, Capitande Blandenguez de esta frontera; el Sr. D. José María Morell y Perez,vecino y de este comercio; el Sr. D. Juan Bautista de Elorríaga, de estecomercio y vecindario; el Sr. D. José Pastor Lezica, vecino y delcomercio; el Sr. Dr. D. Juan Nepomuceno Sola, Cura rector de laparroquia de Monserrat; el Sr. D. Juan Bautista Castro, vecino y de estecomercio; el Sr. D. José Francisco Vidal, Capitan de milicias deinfanteria; el Sr. D.
Saturnino Alvarez, Tesorero del Real Consulado; elSr. Dr. D.
Agustin Pio de Elia, Abogado de esta Real Audiencia; el Sr.D.
Miguel de Escuti, vecino y del comercio; el Sr. D. Pedro de Arteaga,Oficial segundo de la Secretaría de Gobierno y Guerra del Vireinato; elSr. D. José María de las Carreras, vecino y del comercio; el Sr. D.Francisco Antonio de Letamendi, de este comercio y vecindario; el Sr. D.José Moll, Alcalde de hermandad de la banda del sud en esta capital; elSr. D.
Sebastian de Torres, vecino y de este comercio; el Sr. D.
JoséMaria Calderon, Vista de la Real Aduana; el Sr. D. José Riera, vecino ydel comercio; el Sr. D. Raimundo Rial, Alcalde del barrio número 19,cuartel quinto; el Sr. D. Domingo Lopez, de este vecindario; el Sr. D.José Nadal y Ca