—Todo sea que se le ponga en la cabeza. A bien que él es hombre y hacelo que quiere. Y aunque no, estoy segura que cumplirá la palabra que meha dado.
—No podrá cumplirla, niña. Desengáñese, no podrá cumplirla aunquequiera.
—¿Por qué no?
—Porque no. A su tiempo lo sabrá su merced. Ese casamiento es un sueño,no se verificará...
—Luego Vd. se opone. No comprendo la razón.
—Yo no me opongo, niña mía. No soy yo quien se opone, es otro, es lanaturaleza, son las leyes divinas y humanas. Sería un sacrilegio...Pero, ¿qué es lo que digo? Cuando menos ya es tarde. Dígame, niña, ¿quétiene en los ojos?
—Nada tengo en los ojos, repuso Cecilia restregándoselos inocentemente.
—Sí, veo algo en ellos que es mala señal. Me parece que tiene amarilloel globo del ojo. No cabe duda. Esas ojeras, esa palidez, ese rostrodesencajado... ¡Pobrecita! Su merced está enferma.
—¡Yo enferma! No, no, dijo ella muy apurada.
—Su merced ya es mujer del niño Leonardo.
—No entiendo lo que Vd. dice.
—¿Ha sentido su merced náuseas? ¿Así como ganas de provocar?
—Sí, varias veces. Más a menudo desde que estoy en esta casa. Loatribuyo a los sustos y pesares de mi injusta prisión.
—Tate. Cierto son los toros. ¿No lo dije? La causa de la enfermedad desu merced es otra. Yo la sé, la adivino. ¿No sabe la niña que he sidoenfermera por muchos años? ¿Qué soy casada? Ya no hay remedio.Ninguno... ¡Pobre niña! ¡Inocente!
¡Desgraciada! A su merced le ha hechomucho daño esa carita tan linda que Dios le ha dado. Si su mercedhubiera nacido fea, tal vez no le pasara lo que le pasa ahora. Estaríalibre y sería feliz. Mas... lo que remedio no tiene, olvidarlo es lomejor. En fin, diré al niño Leonardo el estado de su merced y seguritoque se apresurará a sacar a la niña de esta maldita casa.
Afectaron fuertemente a Leonardo Gamboa las últimas nuevas que deCecilia le trajo la esclava. Sin pérdida de tiempo, como lo habíaprevisto ésta, se abocó con su condiscípulo y amigo el Alcalde Mayor,que había decretado la orden arbitraria de prisión, ante el cual hizovaler aquellos títulos, junto con esta circunstancia. Le revelóigualmente en secreto el estado delicado de la muchacha. Derramó portodas partes el oro a manos llenas y tuvo la inefable satisfacción dever coronados sus esfuerzos con el éxito más completo hacia lospostrimeros días del mes de abril.
Fue al cabo suya Cecilia, a pesar de la tenaz oposición de su padre. Dela prisión la condujo a la casa que habían alquilado en la calle de lasDamas, dándole por cocinera, sirviente de confianza y dueña a la Maríade Regla de siempre. No parecía que hubiese hombre más feliz sobre lahaz de la tierra.
Aún cuando todo esto se ejecutó con entera reserva de don Cándido, nadaocultó Leonardo de doña Rosa. Desde el principio al fin la mantuvoinformada de los pasos que daba, a medida que se daban. Y, sentimosdecirlo, no sabemos en quién produjo más regocijo el desenlace deldrama, si en su hijo o en la madre. Así se alzaba una barrerainsuperable, creía ella sinceramente, entre la muchacha y lasimprudentes pretensiones de su marido.
En medio de estas escenas, desplegó Leonardo tino y fuerza de voluntadsin ejemplo, poniendo el mayor esmero en llenar las condiciones delcontrato secreto celebrado con su madre. Asistió a las clases de derechoregularmente, y cuando llegó la hora de graduarse, visitó uno por uno alos doctores que debían examinarle, principalmente a don Diego de laTorre, que gozaba de fama de muy rígido con los graduados; le pasó lamano a Fray Ambrosio
Herrera,
secretario
de
la
Universidad,
a
quiencomunicó en secreto que en vez de los tres duros de las propinas decostumbre, se proponía meter tres onzas de oro en cada cartucho. Asíallanó el camino de la recepción; así logró calarse la muceta deordenanza, ascender a la cátedra del aula magna, ponerse en la coronillade la cabeza la birreta colorada, pronunciar un ininteligible discursoen latín, y obtener el título de Bachiller en Leyes «néminedissentiente»[60] el 12 de abril de 1831.
Satisfechos por este lado sus compromisos, todavía tuvo tiempo paratomar formal posesión del palacio que le había regalado su padre.Enseguida, con el ánimo de adormecer la vigilancia de éste, corrió adarle una «caradita» a Isabel en su paraíso de Alquízar, y ver deconcertar con ella, si era posible, la manera y la época del casamiento.
La encontró bastante fría y desanimada. Repugnábale en alto grado laidea de presenciar, por segunda vez, las escenas horrorosas del ingenio.Como visita, porque faltaría la ocasión juntamente con el deseo; comoama, porque si de amante no logró suspender los terribles castigosimpuestos allí a los negros, por una necesidad fatal de la institución,mal podía prometerse que de casada se aboliesen. Y ora tomase Leonardoestas razones de su amiga cual meros escrúpulos monjiles, ora sepersuadiese que ellas quizás le relevarían de una promesa en que ya nose interesaba mucho su corazón, tornó a La Habana sin haber tratado deallanar el inesperado inconveniente.
Volado había el tiempo con inconcebible rapidez. A fines de agosto tuvoCecilia una hermosa niña; suceso que, lejos de alegrar a Leonardo,parece que sólo le hizo sentir todo el peso de la grave responsabilidadque se había echado encima en un momento de amoroso arrebato. Aquella noera su esposa, mucho menos su igual. ¿Podría presentarla sin sonrojo,magüer que bella como un sol, en ninguna parte? No había él descendidotanto todavía por la cuesta suave del vicio, que hiciese del sambenitogala.
Se desvanecía, sin duda, la ilusión con la fácil posesión del objetocodiciado que consistía tan sólo en la cualidad deleznable antesmencionada. Al amor hizo en breve lugar la vergüenza.
Tras ésta debíapresentarse el arrepentimiento, y se presentó al galope, mucho antes delo que era de esperarse, supuestas las condiciones de alma fría y morallaxa de que había dado pruebas el joven Gamboa.
Los primeros síntomas del cambio no tardó Cecilia en descubrirlos condolor; en pos vino el tropel de los celos a complicar la situación delas cosas. A los tres o cuatro meses de unión ilícita fueron menosfrecuentes y menos prolongadas las visitas de Leonardo a la casa de lacalle de las Damas. ¿De qué valía que él colmase de regalos a laquerida, que se adelantase a todos sus gustos y aun caprichos, si eracada vez más frío y reservado con ella, si no mostraba orgullo nialegría por la hija, si no pudo lograr jamás que trocara siquiera poruna noche la casa de los padres por la suya propia?
Explícase la extraña conducta de Leonardo con Cecilia, por la grandeinfluencia que sobre él ejercía su enérgica madre. Porque era cosacierta que si del mozo habían huido todas las virtudes a la tempranaedad de 22 años, como huyen las tímidas palomas del palomar herido porel rayo, no era menos cierto que aún calentaba su corazón marmóreo eldulce amor filial.
Doña Rosa, además, había averiguado por aquellos días la historiaverdadera del nacimiento, bautizo, crianza y paternidad de CeciliaValdés, contado ahora por María de Regla con el objeto de obtener elcompleto perdón de sus pecados y alguna ayuda en favor de Dionisio, queseguía en estrecha prisión.
Espantada dicha señora del abismo a quehabía empujado a su hijo, le dijo con aparente calma:
—Estaba pensando, Leonardito, que es hora de que sueltes el peruétanode la muchachuela... ¿Qué te parece?
—¡Jesús, mamá! replicó escandalizado el joven. Sería una atrocidad.
—Sí, es preciso, añadió la madre en tono resuelto. Ahora, a casarte conIsabel.
—¿También ésa? Isabel ya no me quiere. Tú has leído sus últimas cartas.En ellas no habla de amores, habla únicamente de monjío.
—¡Disparate! No hagas caso. Yo arreglo el negocio en dos palotadas. Hancambiado las cosas. Conviene que se case temprano el mayorazgo, siquierano sea con otro fin que el de asegurar sucesión legítima para el título.A casarte con Isabel, digo.
Por carta de don Cándido a don Tomás Ilincheta, pidió doña Rosa la manode Isabel para su hijo Leonardo, heredero presunto del condado de CasaGamboa.
En respuesta, la presunta novia, acompañada de su padre, hermana y tía,vino a su tiempo a La Habana y se desmontó en casa de sus primas, lasseñoritas Gámez. Quedó, pues, aplazado el matrimonio para los primerosdías de noviembre, en la pintoresca iglesia del Ángel, por ser la másdecente, si no la más cercana a la feligresía propia. La primera de lastres velaciones regulares se corrió el último domingo del mes deoctubre, pasadas las ferias de San Rafael.
No faltó quien comunicara a Cecilia la nueva del próximo enlace de suamante con Isabel Ilincheta. Renunciamos a pintar el tumulto de pasionesque despertó en el pecho de la orgullosa y vengativa mulata. Baste decirque la oveja, de hecho, se transformó en leona.
Al oscurecer del 10 de noviembre llamó a la puerta de Cecilia un antiguoamigo suyo, a quien no veía desde su concubinaje con Leonardo.
—¡José Dolores! exclamó ella echándole los brazos al cuello, anegada enlágrimas. ¿Qué buen ángel te envía a mí?
—Vengo, repuso él con hosco semblante y tono de voz terrible, porque medio el corazón que Celia podía necesitarme.
—¡José Dolores! ¡José Dolores de mi alma! Ese casamiento no debeefectuarse.
—¿No?
—No.
—Pues cuente mi Celia que no se efectuará.
—Sin más se desprendió él de sus brazos y salió a la calle.
Cecilia, apoco, con el pelo desmadejado y el traje suelto, corrió a la puerta ygritó de nuevo: ¡José! ¡José Dolores! ¡A ella, a él no!
Inútil advertencia. El músico ya había doblado la esquina de la calle delas Damas.
Ardían numerosos cirios y bujías en el altar mayor de la iglesia delSanto Ángel Custodio. Algunas personas se veían de pie, apoyadas en elpretil de la ancha meseta en que terminan las dos escalinatas de piedra.Por la mira a la calle de Compostela subía un grupo numeroso de señorasy caballeros cuyos carruajes quedaban abajo. Ponían los novios el pie enel último escalón, cuando un hombre que venía por la parte contraria,con el sombrero calado hasta las orejas, cruzó la meseta en sentidodiagonal y tropezó con Leonardo, un el esfuerzo de ganar antes que ésteel costado del sur de la iglesia, por donde al fin desapareció.
Llevose el joven la mano al lado izquierdo, dio un gemido sordo, quisoapoyarse en el brazo de Isabel, rodó y cayó a sus pies, salpicándole desangre el brillante traje de seda blanco.
Rozándole el brazo a la altura de la telilla, le entró la punta delcuchillo camino derecho al corazón.
CONCLUSIÓN
Lejos de aplacar a doña Rosa el convencimiento de que Cecilia Valdés erahija adúltera de su marido y medio hermana por ende de su desgraciadohijo, eso mismo pareció encenderla en ira y en el deseo desapoderado devenganza. Persiguió, pues, a la muchacha con verdadero encarnizamiento,y no le fue difícil hacer que la condenaran como cómplice en elasesinato de Leonardo, a un año de encierro en el hospital de Paula. Porestos caminos llegaron a reconocerse y abrazarse la hija y la madre,habiendo ésta recobrado el juicio, como suelen los locos, pocos momentosantes de que su espíritu abandonase la mísera envoltura humana.
Por lo que hace a Isabel Ilincheta, desengañada de que no encontraría ladicha ni la quietud del alma en la sociedad dentro de la cual le tocónacer, se retiró al convento de las monjas Teresas o carmelitas, y allíprofesó al cabo de un año de noviciado.
Casada Rosa con Diego Metieses, se esforzó en reemplazar a la hermanamayor en el cariño del padre y de la tía, yendo a morar con ellos en eledén de Alquízar.
La causa criminal formada a Dionisio por el homicidio de Tondá, no vinoa fallarse sino cinco años después de los sucesos aquí relatados. Eltribunal le condenó a diez de cadena y el célebre don Miguel Tacón ledestinó al presidio de La Habana para la composición de calles.
FIN
GLOSARIO
A
abarca: calzado rústico de cuero de buey que cubre la planta, losdedos o la mayor parte del pie y se sujeta con cuerdas o correas.
Agramante, campo de: lugar de mucha confusión, donde nadie seentiende.
Agua de Lonja: agualoja, aloja, bebida refrescante preparada con agua,azúcar o miel, canela, clavo y algún otro ingrediente.
aguaitar: acechar.
alcándara: percha o varal donde se ponían las aves de cetrería.
alcarraza: vasija de barro poroso, que por evaporación del agua querezuma, enfría la que queda dentro.
alcorza: pasta blanca de azúcar y almidón con la cual se suelen cubrirvarios géneros de dulces y se hacen en confiterías diversas figurillas.
aljófar: perla de forma irregular y comúnmente pequeña; cosasparecidas al aljófar, como las gotas de rocío.
almo: nutricio, vivificante.
amarilla: moneda de oro y especialmente onza.
ambigú: comida, por lo regular nocturna, compuesta de manjarescalientes y fríos con que se cubre a una vez la mesa.
armella: anillo de metal con espiga o tornillo para clavarlo en uncuerpo sólido.
arrente: a raíz del casco.
asendereado: agobiado de trabajo.
aspillera: abertura larga y estrecha en un muro para disparar porella.
azuela: herramienta de carpintería compuesta de una plancha de hierroacerada y cortante, con mango corto de madera.
B
badulaque: persona necia e informal.
ballesta: arma para disparar flechas y saetas.
banqueta: acera de calle.
belfo: cualquiera de los labios del caballo y otros animales.
bilorta: vilorta, pequeñas arandelas de hierro que se usaban en el ejede los carruajes para impedir que el cubo de la rueda se saliera de susitio.
bocabajo: castigo de azotes que se aplicaba a los negros esclavoshaciéndolos acostar boca abajo.
bocín: pieza redonda de esparto que se pone por defensa alrededor delos cubos de las ruedas de carros.
bozal: negro recién sacado de su país.
bronco: dícese de la voz y de los instrumentos que tienen sonidodesagradable y áspero; tupido, áspero.
broza: desperdicio de alguna cosa.
C
cabio: travesaño superior e inferior que con los largueros forman elmarco de las puertas y ventanas.
cachucha: moño o peinado para el cual se necesita algún relleno opostizo, que se usaba en la época y todavía hoy en varias provinciasespañolas.
caja: tambor.
calamón: clavo de cabeza en forma de botón que se usa para tapizar yadornar.
cambalachar: hacer trueque de objetos de poco valor.
camueso: hombre muy necio e ignorante.
cañón: caño o conducto grande de aguas.
carabela: nombre que daban los esclavos a sus compañeros o camaradasque habían venido de África en el mismo barco negrero, fueran hombres omujeres.
caradita: caricia, palmadita en la cara.
caritate, dar: causar envidia o celos.
carranclán: paño de lana.
catar: ver, examinar.
caudinas, horcas; pasar uno por las: someterse al más fuerte.
ciar: andar hacia atrás, retroceder.
cicerone: persona que enseña y explica las curiosidades de unalocalidad, edificio, etc.
ciudadela: modernamente se le llama solar.
cochiherviti: atropelladamente, con precipitación.
coleto: interior de una persona.
columpio: balance, mecedora, sillón.
contralor: oficio honorífico de la casa real equivalente a lo que enCastilla llamaban veedor. Intervenía las cuentas, los gastos y ejercíaotras funciones importantes.
correr la tuna: correrla, divertirse, gozar la vida vagando de aquípara allá en fiestas, rumbas y jolgorios.
cortar un traje: murmurar de otro, censurar veladamente.
crujía: tránsito largo en los edificios en cuyos lados hay piezas,para las cuales sirve de paso.
cuarta: látigo.
currutaco: muy afectado en el uso riguroso de las modas.
CH
chicote: látigo.
china pelona: piedra muy dura que abunda en los ríos y arroyos queservía como balas de todos los calibres y para empedrar las calles.
chupa: casaca de lienzo muy usada a principios del siglo XIX en Cuba.
D
dianche: diantre, diablo.
dragón: soldado que hace el servicio alternativamente a pie o acaballo.
E
escabel: tarima pequeña para que descansen los pies del que se sienta.
escarzo: especie vegetal muy común en España, que crece al pie de losrobles y encinas, de donde se saca yesca.
escuadría: las dos dimensiones de la sección transversal de una piezade madera labrada a escuadra.
esguazar: vadear.
espiritada: endemoniada, poseída por el demonio.
esquifaciones: ropas y objetos con que se proveía a los esclavos paracubrir sus necesidades.
estrado: conjunto de muebles en la pieza en que las señoras recibíanlas visitas y por extensión, la pieza.
G
gañote: gaznate.
garzota: plumaje o penacho que se usa para adorno de los sombreros oturbantes y en los jaeces de los caballos.
gayola: cárcel.
gazuza: hambre.
gaza: lazo que se hace en un cabo.
gerifalte, como un: muy bien, de una manera superior.
gigote: guisado de carne picada rehogada en manteca.
glacis: explanada, declive que se continúa desde el camino cubiertohacia la montaña.
guadaño: bote pequeño usado en los puertos.
guardabrisa: cilindro de cristal más o menos abombado al centro, conque se cubría la vela para proteger del viento la llama.
guiñarse: irse, huir, marcharse.
H
hembrilla: piececita pequeña en que otra se introduce o asegura.
hormilla: pieza circular y pequeña de madera u otra materia.
J
jarrero: mueble no sólo para colocar los jarros, sino también losvasos y otras vasijas para tomar agua, como la tinaja donde sedepositaba el líquido.
L
ladino, negro: aquel esclavo que hablaba ya el español, por hacertiempo que se encontraba en América.
lechuguina, o: persona joven que se compone mucho y siguerigurosamente la moda.
lesna: instrumento punzante que usan los zapateros y otros artesanospara agujerear, coser y pespuntar. Se compone de un hierrecillo conpunta muy sutil y un mango de madera.
lebrillo: vasija de boca ancha.
ludibrio: escarnio, desprecio, burla.
lunita: juego infantil en que las niñas gritaban dando saltos: lunita, lunera, / cascabelera, / cinco toritos / y una ternera.
M
magüer: aunque, a pesar de.
manducar: comer.
manteniente: en el momento, al instante.
mastelero de gavia: palo que va sobre el palo mayor de lasembarcaciones de vela.
monacillo: niño que sirve en los monasterios e iglesias para ayudar amisa y otros ministerios del altar.
monis: dinero.
muceta: capa corta que cubre el pecho y la espalda; suele ser insigniade
prelados,
doctores,
licenciados
y
ciertos
eclesiásticos.
mujeriega, a la: cabalgando como ordinariamente lo hacen las mujeres,sentadas en la silla y no a horcajadas como los hombres.
mulecón: dícese del negro que ya pasa de la infancia, sin llegar a lapubertad.
muleque: nombre que se daba a los esclavos entre siete y doce años deedad.
muñidor: persona que gestiona activamente para concertar tratos;criado de cofradía que sirve para avisar a los hermanos las fiestas,entierros y otros ejercicios a que deben concurrir.
N
no embargante: no obstante, sin embargo.
novenario: castigo que se aplicaba a los esclavos negros que consistíaen nueve azotes diarios por espacio de nueve días.
O
obrador: taller.
opiata: medicina en la que entra como uno de sus ingredientes el opio.
P
papalina: cofia de mujer, generalmente de tela ligera y con adornos.
penates:
dioses
domésticos
de
los
etruscos
y
los
romanos.Pertenencias, habitación, vivienda.
peruétano: porción saliente y puntiaguda de una cosa.
petar: agradar, complacer.
picolete: grapa dentro de la cerradura para sostener el pestillo.
picotear: chacharear, darle mucho al pico, hablar de cosasinsubstanciales.
ponina: diversiones en que se distribuían los gastos entre losconcurrentes.
potala o potada: tipo de embarcaciones pesadas, de poco andar.
poterna: puerta más pequeña que las principales en el sistema defortificaciones.
pretina: parte de los pantalones que ajusta a la cintura.
pringue: grasa.
Q
quinar: vencer al contrario con argumentos y razones definitivas.
quipo: ramales de cuerdas con nudos en las cuales llevaban sus cuentaslos aborígenes.
R
rastrillo: compuerta formada por una reja o verja fuerte y espesa quese echa en las puertas de las plazas de armas para defender la entrada yque, por estar afianzada en unas cuerdas fuertes o cadenas, se levantancuando se quiere dejar libre el paso.
realce, bordar de: hacer un bordado que sobresale de la superficie dela tela.
refacción: toda cantidad que en dinero o efectos se ofrece comoauxilio o ayuda anticipada para un negocio o para reparaciones, mejoras,etc.
regatón: casquillo que se pone en el extremo inferior de las lanzas,bastones, etc.
rengue liso, escapar de: irse de modo oculto o disimuladamente.
retrechería: artificio disimulado y mañoso para eludir la confesión dela verdad.
rinconera: mesita, armario o estante pequeños, comúnmente de figuratriangular, que se colocaban en un rincón o ángulo de una sala ohabitación.
romper el baile: dar comienzo al baile.
S
sambumbia: bebida cubana hecha con miel de caña, agua y ají.
Sanfrancia o San Francia: pelea, trifulca, pendencia, reyerta.
setena: pena o castigo que consistía en pagar el séptuplo de unacantidad determinada.
sollado: pisos y cubiertas inferiores de las embarcaciones.
sopanda: cada una de las correas anchas y gruesas empleadas parasuspender la caja de los coches antiguos.
sotrozo: pasador de hierro que atravesaba un eje del carruaje paracontener o impedir que se saliera la rueda que giraba del mismo.
sudadero: manta pequeña que se pone a las cabalgaduras debajo de lasilla o aparejo.
suspiro: dulce hecho de harina, az?