Don Francisco de Quevedo - Drama en Cuatro Actos by Eulogio Florentino Sanz - HTML preview

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perdidos,

un

deber

santo

nos

resta:

poner

en

salvo

a

su

majestad.

Id,

que

esa

prueba

sangrienta

guarde

ella

misma....

QUEVEDO

Sí,

sí...2605

pero

ella

viene

hacia

aquí.

ESCENA

X

QUEVEDO, MARGARITA, LA REINA; después OLIVARES,

MENDAÑA,

CASTILLA

y

GRANA

por

la

puerta

secreta

REINA

Ya

partió

el

rey.

MARGARITA

La

tormenta

sobre

nosotros

avanza....

Perdidos

Quevedo

y

yo...

REINA

Todo

se

ha

perdido...

MARGARITA

¡No!2610

¡Todo

menos

tu

esperanza!

QUEVEDO

Y

pues

sólo

en

vuestra

mano

estará

sin

riesgo

ahora,

vos...

guardadla

vos,

señora....

REINA

¡Sangre!

No...

vos....

QUEVEDO

¿Y

el

tirano?2615

Ved

que

estoy

bajo

su

ley.

REINA

(a

MARGARITA)

Guárdala

tú.

MARGARITA

¿Cómo,

en

dónde?

QUEVEDO

Tomad

la

carta

del

conde.

OLIVARES (Apareciendo por la puerta secreta con MENDAÑA, CASTILLA

y

GRANA)

Ésta

primero....

Es

del

rey.

(LA REINA que iba ya a tomar la carta de QUEVEDO, toma la que le

ofrece OLIVARES. QUEVEDO guarda la suya con despecho) Al

entrar

en

la

carroza,

2620

«Para

la

reina»,

me

dijo.

REINA

(después

de

leer

un

momento)

No

estuvo

el

rey

muy

prolijo.

(¡Cuánto

en

mi

dolor

se

goza!)

Órdenes

son

que

en

su

ausencia

el

rey

me

encomienda

a

mí.

2625

OLIVARES

Señora,

todos

aquí

os

debemos

obediencia.

Con

la

puerta

principal

hice

abrir

hará

un

momento

la

que

une

vuestro

aposento

2630

a

la

cámara

real.

REINA

Cuanto

al

dejar

su

morada

mandó

el

rey...

OLIVARES

En

cierto

modo

fué

para

la

reina

todo.

REINA

(¡Y

para

la

esposa

nada!)

2635

OLIVARES

Hoy,

humildes

servidores,

al

rey

miramos

en

vos.

REINA

Basta,

Olivares.

Adiós.

(Despidiéndose)

OLIVARES

Saludo...

a

mi

rey.

Señores,

id....

Muy

contentos

y

ufanos

2640

hoy

con

un

rey

de

ese

porte,

pienso

que

le

haréis

la

corte

como

buenos

cortesanos.

(LA REINA entra en su cámara acompañada de MARGARITA y

seguida

de

MENDAÑA,

CASTILLA

y

GRANA)

ESCENA

XI

QUEVEDO,

OLIVARES

OLIVARES

Vos,

¿no

vais?...

QUEVEDO

Porque

me

quedo.

OLIVARES

(señalando

los

pedazos

de

papel)

Ved...

trocitos

de

esperanza...

2645

¿no

los

unisteis,

Quevedo?

(QUEVEDO

se

siente

en

un

sillón)

¡Cómo!

¿Os

sentáis?

Yo

no

puedo

permitir...

QUEVEDO

Parece

chanza,

y

así

estoy

más

descansado.

OLIVARES

Venzo

al

fin,

y

estáis

perdido.

2650

QUEVEDO

Pues

me

perderé

sentado.

Mas

si

venzo,

estoy

ganado...

OLIVARES

¿Cómo

vos

ganaréis?

QUEVEDO

Tendido.

OLIVARES

¡Al

respeto

me

faltáis!

QUEVEDO

Nada

temo

si

perdéis;

2655

nada

espero

si

ganáis;

y

en

mí,

ganéis

o

perdáis,

ya

no

quitáis

ni

ponéis.

OLIVARES

Parece

que

estáis

de

humor.

QUEVEDO

¡Mucho!

OLIVARES

Os

le

quiero

seguir.2660

QUEVEDO

¡Bravo!...

Mejor

que

mejor,

como

en

placer

y

en

dolor

suele

Mendaña

decir.

OLIVARES

La

esperanza

que

os

rasgué

y

ahí

en

trocitos

está...

2665

la

de

la

espalda...

QUEVEDO

Ya

sé...

OLIVARES

Cayó

en

mis

manos...

a

fe,

que

el

cómo

gracia

os

hará:

el

buen

rey

se

paseaba,

y

yo

en

su

mesa

escribía;

2670

pero

él,

que

a

mi

espalda

estaba,

muy

curioso

me

miraba,

y

al

fin

con

sorpresa

mía,

«¿Quién

a

mi

buen

favorito

pone

mazas

sin

respeto?»,

2675

dijo,

y

me

dió

el

papelito.

QUEVEDO

¡Cómo!

¿El

rey

os

dió

el

escrito?

OLIVARES

Sí.

QUEVEDO

Pues...

anduvo

discreto.

OLIVARES

¿Suponéis?...

QUEVEDO

Que

lo

leyó.

OLIVARES

Eso

al

pronto

me

temí;

2680

mas

conmigo

se

rió

de

la

gracia

y...

que

no.

QUEVEDO

Pues

luego

veréis

que

sí.

OLIVARES

No;

al

partir

muy

lisonjero

me

habló

el

rey....

Besé

su

mano...

2685

QUEVEDO

Pues

así

besa

el

cordero

la

mano

del

carnicero.

OLIVARES

Deliráis....

El

soberano

con

su

real

mano

después

puso

una

carta

en

las

mías

2690

para

la

reina...

QUEVEDO

Eso

es...

¿Y

no

os

ha

ocurrido,

pues,

que

era

la

carta

de

Urías?

OLIVARES

¿Eso

pensáis?

QUEVEDO

¡Sí,

por

Dios!

Todo

el

rey

lo

sabe

ya.

2695

Ya

no

sois

uno

los

dos;

ya

el

rey

os

execra

a

vos,

y

en

su

carta...

OLIVARES

Claro

está:

prevendrá

el

rey,

Dios

le

guarde,

a

la

reina

con

decoro,

2700

que

ella

misma

en

regio

alarde

a

las

cinco

de

esta

tarde

me

ofrezca

la

copa

de

oro.

QUEVEDO

No.

OLIVARES

Las

cinco

van

a

dar.

El

rey

a

la

reina

ha

escrito,

2705

y

hoy

la

reina,

a

su

pesar,

debe

al

favorito

honrar...

QUEVEDO

O

perder

al

favorito.

Ya

no

hay

copa

de

oro...

no.

(Da

la

primera

campanada

de

las

cinco)

OLIVARES

Escuchad...

llegó

el

momento.

2710

QUEVEDO

(Me

asesina

ese

reloj.)

(Pausa)

Cinco

campanadas...

OLIVARES

¡Oh!

QUEVEDO

¡No

hay

copa!

OLIVARES

(¡Estoy

sin

aliento!)

QUEVEDO

Dió

la

postrer

campanada...

mas

no

se

abre

aquella

puerta...

2715

¡No...

no

se

abre...

nada...

nada...

Mirad...

cerrada...

cerrada!...

(La

puerta

se

abre)

¡Oh!

OLIVARES

¡Mirad...

abierta...

abierta!...

ESCENA

XII

Dichos, y al abrirse la hojas del fondo aparece MENDAÑA trayendo

en

una bandeja una copa de oro con un billete cerrado en el fondo.

Al

lado de MENDAÑA salen GRANA y CASTILLA. Durante los versos

que

siguen el primero baja la gradería del centro seguido de un UJIER,

y

los

otros dos por los ramales de derecha a izquierda, abriendo la marcha

a dos filas de caballeros, pajes, damas y meninas, que se colocan luego

en semicírculo, dejando en el centro a MENDAÑA con un UJIER a la

espalda. Al bajar la comitiva LA REINA aparece en la galería entre

MARGARITA

y

DOÑA

INÉS

QUEVEDO

Siempre

la

loca

fortuna

mala

fué

para

los

buenos...

2720

El

cielo...

allí

está

la

luna,

y

ésa

no

da

luz

ninguna

cuando

la

noche

es

de

truenos.

OLIVARES

Mato,

al

fin,

vuestra

esperanza.

En

San

Marcos

de

León

2725

será

horrible

mi

venganza....

QUEVEDO

Tenéis...

OLIVARES

Poder

y

privanza....

¡Mirad!...

UJIER

¡Silencio,

atención!

REINA

Conde-duque,

sentáos

y

cubríos.

(¿Me

querrá

ver

el

rey

más

humillada?)

2730

Gozáis

de

tan

cumplida

preeminencia

desde

que

el

rey

os

concedió

esa

gracia.

Hoy

al

partir

el

rey

a

San

Lorenzo,

para

la

reina

os

entregó

una

carta;

me

la

disteis;

en

ella

me

previene

2735

el

rey,

bajo

su

firma

soberana,

que

en

honor

vuestro

y

en

servicio

suyo,

yo,

que

la

reina

soy

de

las

Españas,

solemnice

también

la

ceremonia

que

él

dejó

a

su

partida

preparada;

2740

y

así,

con

mi

presencia

enalteciendo

una

regia

merced

que

es

ya

tan

alta,

yo,