El legado del ignorantismo
Conferencia dada el 23 de abril de 1920 ante laAsamblea de
Maestros en Baguio
Por
T. H. Pardo de Tavera
Manila
Bureau of Printing
1920
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El legado del ignorantismo1
Por T. H. PARDO DETAVERA
Conferencia dada el 23 de abril de 1920 ante
laAsamblea de Maestros en Baguio.
“Desdichados de vosotros, doctores de la ley, quehabéis tomado la llave de la ciencia; vosotros no habéisentrado y habéis impedido entrar a los que queríanentrar.” (Evangelio de San Lucas, Cap. XI, vers. 52.)
Tengo el honor de presentarme ante vosotros aceptando con el mayorplacer una invitación que el Director Sr. Osías ha tenidola atención de hacerme. Habiendo dejado el tema a midiscreción, me ha parecido que merecía la pena de quedisertara sobre la educación laica que funciona en nuestrasescuelas públicas desde la implantación del nuevorégimen que rige los destinos del pueblo filipino. Voy aceñirme estrictamente a los hechos y hablaré con lafranqueza y la lealtad que el caso requiere aunque tenga que lastimarlas susceptibilidades de alguien.
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Movimiento consolador
Desde hace algún tiempo se nota en nuestra sociedad unapreocupación creciente contra la inmoralidad, contra el vicio,contra la pereza, en general, contra los con razón llamadosmales sociales. Tal movimiento es, por cierto, bueno y consolador;síntoma de un notable progreso social aunque para lamayoría sólo hay motivo de alarmarse y condolerse por elaumento de semejantes males. ¿Existe positivamente [46]tal aumento de inmoralidad? ¿Hayrealmente motivo de alarmarse por un retroceso moral de nuestrasociedad?
Después de haberme hecho a mí mismo estas preguntas yconsiderado los fundamentos del clamor público y de laopinión sobresaltada ante la imagen del vicio y la inmoralidadcrecientes, puedo decir que ese movimiento de la opinión esconsolador, es síntoma de mejoramiento, de progreso de la moralgeneral. En otros términos, no es la inmoralidad que crece, nique aumenta, sino el sentido moral que va ganando mayor númerode conciencias individuales, formándose así una opinión pública que antes no existía,completamente consciente de los males sociales que existen y contra loscuales se levanta. No es que la moral social ha decaído; todo locontrario, se ha formado rápidamente en nuestra sociedad unsentido moral que antes no existía sino en una pequeñaminoría, y su efecto ha sido un movimiento nuevo contra losvicios y la inmoralidad.
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La opinión pública prohigiénica
Para mejor comprender este fenómeno y explicarlo segúnes en realidad y no como resulta en apariencia, convienecompararlo con la aparición de un nuevo sentimiento que se haformado desde la implantación del régimen americano; del sentimiento de la higiene. Antes, nadie hablaba de lascondiciones insanitarias de Manila, y solamente tenían unverdadero concepto de su deplorable estado unas muy contadas personasde nuestra sociedad. Ahora, a medida que nuestra educaciónindividual nos ha hecho comprender lo que es la higiene y demostrado suimportancia, no sólo hemos mejorado nuestro estado sanitario,sino que, de pronto, se ha formado un sentimiento colectivo igual a lasuma de los sentimientos individuales sobre la materia, y se haconstituido una opinión pública prohigiénica. Comoesta opinión crece más de prisa que la sanitaciónen Manila, vemos que a cada momento se censura al Buró deSanidad, llegando hasta el punto de acusarle de que por su culpaaumentan las condiciones antihigiénicas, cuando, en realidad, loque sube es el clamor de la opinión prohigienista, en[47]virtud del aumento de los individuos quecomprenden la higiene y exigen la aplicación rigurosa de susleyes y principios.
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Viene de muy lejos
Ahora se denuncian por la opinión pública deficienciashigiénicas incomparablemente menos peligrosas que antes, peroque no las miramos de una manera relativa sino absoluta.Una condición anti-sanitaria se denuncia en absoluto como un malintolerable; relativamente hablando, se calmaría el tono denuestra censura si se tuviera en cuenta que semejante mal viene demás lejos, lo sufríamos en silencio cuando ignorábamos no su existencia, sino sus consecuenciassobre la salud, de manera que para nosotros existía en estadolatente y no la veíamos por falta de preparación.Es idéntico a lo que ocurre cuando al pié de un posteportador de corriente eléctrica se coloca este letrero:“Peligro de muerte.” Tal aviso deja perfectamenteindiferente, y no le sirve para su seguridad, al individuo que no sabeleer. Quien lo pueda leer conoce el peligro; el que no sabe leer no seaprovecha del valor higiénico del letrero.
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Por qué crece la campaña contra la gallera
Contra la gallera ha crecido ahora una campaña que noproviene del aumento de la pasión por esta plaga, sino de unaumento del número de sus enemigos. Nadie puede decir que haaumentado el juego de gallo; es fácil probar que ha disminuido;el número de días permitido por la ley es hoyinsignificante comparado con el de pocos años atrás. Sinembargo, la campaña contra el gallo ha crecido, precisamenteporque disminuían sus partidarios. Absolutamente lo mismo ocurrecon los juegos de cartas y las carreras de caballos.
No habría nada que decir por ese movimiento general en pro dela moralidad social, si tal actitud de la opinión públicano tomara el sesgo equivocado y tendencioso que le quieren dar ciertoselementos, que, de todo tiempo, han sido una rémora para lainstrucción del pueblo filipino. Estos elementos, aprovechandola preocupación que invade la opinión de combatir elvicio y purificar la moral pública, en [48]lugar de apoyar sencillamente este movimientoy de sostener su vigor justificando su utilidad para el bien mismo quepersigue, emprende una campaña política que consiste enalarmar al pueblo haciéndole creer que la inmoralidad crece, quelos males sociales aumentan, que la vida misma nacional estápeligrando por culpa de los reformadores, a causa del nuevorégimen que impera en Filipinas desde la pérdida de lapasada soberanía. Aprovechan el movimiento de la opiniónpública en favor de la moralidad pública, para hacercreer que la forma democrática de gobierno, la lengua inglesa,las escuelas laicas, la coeducación y la civilizaciónanglosajona son los motivos del supuesto aumento de inmoralidad:¡tal es el programa de cierta gente!
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Nuestros enemigos
Aquéllos, en gran parte culpables ante su nación delas desdichas que amagaban al pueblo filipino que recurrió a larevolución y la rebelión para librarse de unrégimen opuesto a su progreso y su felicidad, olvidando suincapacidad de llenar los compromisos que en nombre de su patriatenían contraídos aquí y que fueron causa delfracaso político de la colonización pasada, quieren ahoradefender sus intereses en nuestro país labrando con supolítica lo que únicamente produciría disensionesentre los filipinos. ¡Bajo pretexto de interesarsemás que nosotros mismos en nuestro propio bienestar,suponiéndonos ciegos e incapaces de conocer y discernir el biendel mal, mirándonos como eternos indios de mentalidadinferior, tratan de llevarnos por donde quieran, por donde lesconviene, por el camino oscuro en donde no ven más que ellos,los que conducen o quieren conducir al indio, siempre niño, quedebe dejarse llevar...!
En un semanario extranjero publicado en Manila se lee lo siguiente:“Puestos a buscar enemigos del progreso de los filipinos,los encontramos en cada timba, en cada cabaret; en lainvasión pacífica de Japoneses en Filipinas; en elpanguingue, en los juegos de billar, en la inmoralidad reinante en elteatro, en la novela, en el cinematógrafo y en la tarjetapostal; y sobre todo, en la escuela laica.” Quienasí se expresa tratando de excitar el odio filipino contra losjaponeses,
[49]para crearnos primero desconfianza, luegoconflictos, es un extranjero, y en la lengua en que él mismoescribe están escritas las obras de teatro y las novelasinmorales que vienen a Filipinas;2
en su lengua tambiénse promulgaron en nuestro país las leyes y reglamentosinstituyendo las galleras, la lotería, los juegos de billar,creados como recursos del Estado, como cosa que los filipinos nopodíamos combatir en nuestro antiguo régimenpolítico, sin combatir al mismo tiempo al propio gobierno quehacía del vicio una fuente contributiva y que, para aumentar suingreso en este sentido, tenía que fomentar esos vicios, lomismo que el del opio en los fumaderos oficiales. De la escuela laicahablaremos en seguida.
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La obra de la calumnia y del odio
Considerando el carácter de esa campaña contranuestras instituciones del día, y dolorosamente impresionado porel mal grande que al progreso y tranquilidad de nosotros, filipinos,hace esa obra perturbadora de la calumnia, odio, desconfianza ypesimismo, creo de mi deber hablar cuando entiendo que se ha llegado alcolmo con un documento que ha venido a mis manos. Es nada menos que lacircular que un alto prelado dirige a los curas de las parroquias de sudiócesis, y que trata de la instrucciónpública.3
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Amenaza con el infierno
Todo el documento es un ataque contra las escuelas del gobierno,únicamente porque en ellas no se enseña lareligión católica, amenazando con el infierno a lospadres de familia que envían a ellas a sus hijos. En el finaldice textualmente lo siguiente:
“Como primer paso, después de hacer ustedes ver a lospadres de familia los males sociales que resultan de la escuela sinDios, [50]como los crímenes contra la honestidad,el asesinato, el suicidio, la rapiña y el robo, la desobedienciaa las autoridades civiles y eclesiásticas, en fin, lacorrupción de costumbres, todo fruto sazonado de esasescuelas laicas, insinúenles vuestras reverencias que, enescritos o exposiciones que deben dirigirse a Nos, declaren al gobiernosin eufemismos su inquebrantable y decidida voluntad de que a sus hijosse les dé educación cristiana en sus escuelas. Nosotros,por nuestra parte, nos cuidaremos de enviar a la legislatura estosescritos.
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Una acusación calumniosa
¡“Todo fruto sazonado de esas escuelas laicas”dice el prelado refiriéndose a los crímenes y a lacorrupción de costumbres que antes menciona! Unaacusación de tal naturaleza debe probarse por quien acusa. Lomás grave del caso es que esas afirmaciones se lanzan pararecomendar después a los curas párrocos que las haganpenetrar en la cabeza de los padres de familia. Los fieles debenaceptar como verdaderas las afirmaciones que salen de boca de sussacerdotes, de suerte que tales propagandas fomentan en el másalto grado el sentimiento contra un gobierno acusado de fomentar lacriminalidad en sus escuelas. No aconseja el prelado la violencia;pero, en los tiempos que corren, la violencia resulta naturalmente deuna preparación adecuada de la conciencia popular, y cuando elpueblo supone que su propio gobierno es el causante, el educador nadamenos de los ladrones, los asesinos, los corrompidos, es verdaderamenteun pueblo muerto aquél que no trate de barrer por cualquiermedio al gobierno, máxime si es extranjero, que de tal suertecorrompe a los ciudadanos.
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Colosal transformación
Puede, desde luego, decirse, sin temor a errar, que talesacusaciones son de todo punto falsas, y que si hay en Filipinas algoque merece el aplauso de toda conciencia honrada, algo que impone nosólo la gratitud sino la admiración del pueblo filipino,es la organización de la enseñanza públicaimplantada por el pueblo americano. No hay un filipino capaz de razonarque no vea y comprenda la colosal transformación que todonuestro pueblo ha experimentado en virtud de esa educaciónlaica. No sólo el gobierno ha organizado [51]un sistema de educación eficiente, sinoque lo ha extendido por todo el Archipiélago de una manera tangeneral que algunas naciones de Europa que citan continuamente losfastos de su pasada historia, querrían muy bien para ellas; nosolamente los filipinos encontramos en las escuelas laicas loselementos necesarios para nuestra instrucción y nuestraeducación de manera que podemos ser individuos útiles anosotros mismos y cooperar en la administración de los asuntospúblicos, sino que las escuelas y colegios privados del antiguorégimen han mejorado, se han transformado, se han puesto a laaltura que debían, siguiendo la norma dada por elgobierno; negar esto es declararse ciego.
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Una escuela laica de dominicos
Nada más que el ciego apasionamiento puede lanzar sobre lasescuelas laicas una acusación como la que transcribimos y contrala cual los primeros en protestar serán seguramente los frailesdominicos en Filipinas cuya misión en Formosa tiene una escuelade niñas chinas y japonesas en la capital, Taihoku, que hevisitado en mi viaje a dicha isla. El R. P. Fr.
ClementeFernández, dominico y Vicario Apostólico de Formosa, mehizo el honor de acompañarme a visitar dicho Colegio, llamado dela Beata Imelda, situado en el barrio de Daitotei, en Taihoku.Es un hermoso colegio del que justamente pueden los dominicos sentirseorgullosos, pero no me llamó tanto la atención laorganización material y educativa de esta institución,como la ausencia de toda imagen religiosa en los dormitorios, clases,salas y demás habitaciones usadas para y por las niñas.Al informarme del motivo de cosa tan singular, me hizo saber el R. P.Fernández que, entre las condiciones estipuladas por la ley deenseñanza pública de Formosa, tanto para las escuelas delgobierno como para las privadas, existe la prohibición absolutade educación religiosa y de ostentación deimágenes y objetos de culto. Esta es, pues, una escuela laica, una escuela sin Dios, sobre la cual cae también lasorprendente acusación de un prelado que aprovecha la libertadque nuestro gobierno le concede de enseñar su religión ensus escuelas, para usar de este derecho ¡yempeñarse además en [52]imponer luegosu voluntad al gobierno acusándole de enseñar en lasescuelas el homicidio, el robo, la violación y lacorrupción de costumbres!
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¡Si usáramos el mismo procedimiento!
No hay duda que ya durante la dominación españolaconocíamos en Filipinas la existencia de criminales condenados amuerte y presidio por asesinato, robo, estupro, sacrilegio y toda clasede crímenes, y que la corrupción de costumbres no era nidesconocida ni rara. Como durante todo el tiempo de ladominación española, la enseñanza estuvo alcuidado exclusivo de los sacerdotes de la Iglesia Romana, siusáramos el mismo procedimiento del mencionado prelado,deberíamos acusar a dichos sacerdotes de haber con sueducación instruido a los filipinos en el asesinato y el robo, yque la corrupción de costumbres era “todo fruto sazonadode las escuelas católicas.” Yo no propongo talacusación, me limito a presentarla como lógicaconsecuencia que se sacaría, siguiendo el método empleadopor un prelado hablando nada menos que a sus sacerdotes, en unapastoral destinada a marcar una orientación en la mentalidad desu clero y de sus feligreses.
Pensando sobre la acusación delobispo se me ocurrió que sería provechoso recordar lo quefué la instrucción pública dada anteriormente enFilipinas por las escuelas con Dios y considerar el resultado obtenido.Confiando en el carácter respetable y para muchos sagrado de lossacerdotes, a su testimonio he de recurrir para conocer cómofué aquella educación y qué resultado dióen el pueblo filipino.
No debemos ocultar la verdad cuando pone en evidencia cosas que nohalagan nuestro amor propio. Nadie como los hombres que se dedican a laenseñanza tienen tanto interés en conocer la mentalidadde la sociedad en que viven y a la que tienen el deber de educar. Elexacto conocimiento de los defectos morales, intelectuales yfísicos de un pueblo es el elemento más importante paraorientar su educación, y sería absurdo cerrar los ojosante lo malo, porque el principio de la rectificación de unaacción es conocer si es o no equivocada. No puede corregir unmal quien lo desconoce. [53]
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Lo que fué la educación del pueblo filipino bajo
ladirección religiosa
Antes de atacar o defender la educación laica de las escuelaspúblicas, parece útil conocer lo que fué laeducación del pueblo filipino bajo la dirección religiosay luego saber qué resultado se obtuvo, es decir, cómo setransformó el hombre sometido a tal sistema, después demás de tres siglos de práctica.
De fuentes eclesiásticas he de tomar los datos queaquí consigno, porque aunque contienen alguna exageraciónal tratar de su propia obra que, como es natural, defienden, magnificany alaban, son, al fin, las más útiles para conocer suspropios defectos que entonces resultan verdaderas confesiones.
El P. Santiago Payá, Rector de la Universidad de SantoTomás, dijo, entre otras cosas, lo siguiente, el día1.o de Julio de 1899:
“Toda la instrucción secundaria en las Islas Filipinas, estaba sometida a la Universidad de SantoTomás.
Además de las escuelas privadas en Manila, lashabía en provincias, pero todos los colegios deinstrucción secundaria estaban sujetos a SantoTomás.”
“Había escuelas primarias en casi todos los pueblossostenidas por el gobierno, en las que se daba una instrucciónmuy rudimentaria....leer, escribir, el Catecismo, algo dearitmética....”
“Los filipinos, por regla general, tienen buena memoria, perono gran talento, no tienen buen talento.”
“Casi toda la educación en Filipinas la daban lasórdenes religiosas; es decir, la secundaria y la universitariaestaban sostenidas por las órdenes religiosas, y la primaria porlos sacerdotes curas de los pueblos.”
“En los filipinos, todo es imitación; carecen deoriginalidad. Se les enseñaba a leer y escribir el castellano,pero la mayoría de ellos lo aprendían de una manerapuramente mecánica.”
“Los indios eran muy refractarios a la lengua castellana; losque sabían hablarla, no querían hablarla.
Estoocurría tanto en Manila como en los arrabales. Los que hablancastellano, prefieren hablar su lengua en sus casas.”
Del P. Fray José M. Ruíz, en su memoria presentada ala Exposición de Filipinas en Madrid en 1887, tomamos losiguiente:
“Es el párroco inspector local de Instrucciónpública, consultor del Gobernadorcillo, y Presidente de variasjuntas locales. Los indios [54]ven en ellos un padre,un pastor, y un protector, y como tales han sido siempre reconocidospor el Gobierno de estas Islas.” (Pág. 239.)
“Gran parte de la población filipina, es a saber, laque vive en barrios y lugares apartados y poco accesibles, está casi por civilizar.” (Pág. 247.)
Refiriéndose a esta masa popular dice el mismo Padre:
“Atentos sus amos, salvas algunas honrosas excepciones, a suspropios intereses, descuidan por completo la instrucciónde estos infelices en sus deberes religiosos....y sus hijosdedicados al pastoreo de los animales de labor, se crían en lamás estúpida ignorancia.” (Pág. 254.) Después añade el autor:
“Y aunque son enemigos de ir a la escuela (los indios) y deque vayan sus hijos, es porque no sirve más que para perderel tiempo, pues nada aprenden....Por lo demás, los pueblosestán atestados de maestrillos ignorantes, que sin contar connadie ponen sus escuelas privadas pagadas por los padres de losniños. Así aprenden lo poco bueno y mucho malo quesaben, a quienes enseñan la cartilla, y algo de lectura yescritura, sirviéndoles de texto, para ambas cosas, los librosmanuscritos llamados Corridos, atestados de anacronismos,errores y absurdos de todo género.......También aprendenalgo de Catecismo.” (Pág. 337.)
“Los locales para escuelas eran además de malos,completamente abandonados y muchos de ellos ruinosos.”(Pág. 339.) “Tampoco hay orden en la escuela, y cada unoentra o sale sin permiso cuando le acomoda.” (Pág.440.)
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Reconocimiento leal de un dominico
El R. P. Ruíz, dominico, muy lealmente reconoce el lamentableestado en que se encuentra la llamada instrucción públicaen Filipinas, fuera de Manila en donde las cosas no son tanpésimas.
A su modo de ver:
“Sería necesario que se enseñara el castellanoy, por lo menos, que se les diera a los filipinos libros en su idioma,en que aprendan las cosas más elementales que ignoran, yReligión y Moral. El Rueda,4
traducido, sería lo mejor, añadiendo algo de Filipinas y las[55]gramáticas de su idioma al castellano.(Sin duda quería decir la gramática castellana traducidaa sus dialectos.) Todo lo que nosea así, creemos que es perder tiempo. Con estas medidas, entreinta años está difundido el castellano entre losniños.” (Págs. 440-441.)
“Por las mismas razones (distancias y falta de caminos), losniños y las niñas no asisten a la escuela, y lo poco quesaben lo aprenden de algunos maestrillos, gente por lo común de mal vivir escapada de otros pueblos, algunos de los cuales sontambién curanderos y ensalmadores, que al mismo tiempoque les enseñan la cartilla y algo de Catecismo, les imbuyen enmil supersticiones, y en todos los vicios....”
Elpárroco que solamente algunos veces va por necesidad aadministrar algún enfermo grave, y rara vez avisitarlos (a los indios) exprofeso, pues las parroquias songeneralmente muy grandes y muchísimas y urgentes sus atenciones,no puede remediar sino en parte algunos de estos males.”(Pág. 255.)
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La gente filipina
Ahora veamos qué clase de gente es la filipina. Es esencialreconocer la psicología de la comunidad. Ninguna opinióntan valiosa para el caso actual como la del misionero antes citado, quedice lo siguiente sobre la psicología de los filipinos:
“Como gente ignorante y poco culta, no dejan de tener losindios algunos resabios de supersticiones que practican inconscientemente engañados por los curanderos, que sonlos que mantienen vivas estas ridículas tradiciones de susabuelos, sin que sepan dar razones de porque las hacen.”(Pág. 261.)
“Tienen (los indios) un fondo supersticioso, que se revelabien en todas sus prácticas.”
Citando las palabras del Dr. Lacalle dice el P. Ruíz(pág. 348):
“Pretender que gentes que dan los primeros pasos en el caminode la civilización, se revelen en sus actos religiosos, severos,ilustrados y verdaderamente pensadores, es cosa por todo extremoabsurda.”
Y añade lo que sigue:
“No debe perderse de vista que el indio es un niño maleducado, pero un niño grande y en el completo desarrollo de laspasiones. No obra por conciencia, sino por temor; no se mueve porrazones, sino por impresiones; amigo de novedades y deespectáculos, se mueve al compás de las diferentesimpresiones que recibe. Naturalmente es inconstante y veleidoso, y yaquiere una cosa y ya otra, [56]y vuelve a querer lo queantes no quiso, sin firmeza ni estabilidad en ninguna cosa, sin sabermuchas veces qué querer, ni qué le conviene. Tal es elindio filipino ligeramente bosquejado.”
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Los españoles filipinos
“Los españoles filipinos lo son en dos maneras:unos son descendientes inmediatos de españoles, descienden deespañoles filipinos o también hijos de madre filipina ypadre peninsular.” (Pág. 288.)
“Tienen por desgracia muchas de las malas cualidades delespañol y el indio, y carecen de la docilidad de carácterque en éste se observa, y de la nobleza e hidalguíacaracterística de aquél. Son de poco corazón,cobardes y apocados, mas son altaneros, coléricos, ydescomedidos con los indios, a quienes suelen despreciar y maltratar depalabra y de obra, y frecuentemente estúpidos yempalagosos.”
“De los indios aprenden todas las supersticiones, milfábulas inverosímiles y absurdas que son tradicionales enellos, y en una palabra todos sus usos y costumbres; así comenmorisqueta con los dedos como ellos, y tienen marcada afición asus golosinas y comidillas sucias de los indios.”
“Como se educan con mucho mimo y no se les vá a lamano, son mal criados, desobedientes, caprichosos, insolentes y malhablados. Las mujeres se resienten algo de falta de pudor, y como sehan criado en el abandono y la holgazanería, son inútilespara el gobierno de la casa de familia....” (Págs.289-290.)
“....así los hombres como las mujeres, aunquereligiosos, son crédulos y supersticiosos como los mismosindios.”
“Tal es la idea que de los filipinos se puede dar.”(Pág. 290.) El mestizo chino sale descrito en la misma forma.
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La única literatura para los filipinos
La única literatura accesible a los filipinos de baja culturay también a los de la clase más elevada, consistíaen CORRIDOS que constituía lalectura profana, y la PASIÓN ylas NOVENAS que formaban la lecturareligiosa. Corridos, Pasiones y Novenas se han impreso en abundancia,en ediciones baratas, tanto en castellano como en dialectos delpaís.
Son los CORRIDOS cuentos en versosobre sucesos históricos falseados y fantaseados y tragediasamorosas, llenas de sucesos maravillosos mezclados de prodigios divinosy de magia, todo en estilo ampuloso, exagerado, pueril y absurdo enextremo. Ninguno de los personajes es indígena; todos sonturcos, árabes, caballeros cruzados, embajadores, [57]duques, guerreros con armaduras, provistos dearmas encantadas y de bálsamos como el famoso deFierabrás; los buenos castellanos, los malos extranjeros. Todoslos personajes reñidos con la realidad en Filipinas y conaspecto de reales y efectivos, por ser de tierras desconocidas y derazas prodigiosas. Lo mismo ocurre con el lugar de la escena; tierrasmaravillosas, Palestina, el reino de Navarra, el imperio del Gran Kan,palacio de Macedonia, y no sólo se desconoce y falsifica lasuperficie de la tierra, sino que el sistema planetario sufre asimismoun cambio radical. Crecen las palmeras y el tamarindo en losalrededores de Moscou, Palestina y Macedonia se cubren de praderas comoNoruega o Suiza, y aparecen ballenas en el Mediterráneo. Sucesosque principian una mañana en Macedonia, terminan de la maneramás natural la tarde misma de aquel día, en un palacio deBabilonia, y una princesa de Aragón, cautivada al anochecer enSicilia, discute a media noche y sin intérprete con un moro enSamarcanda.
La PASIÓN, obra en verso endiferentes dialectos filipinos, es no sólo la Pasión deCristo, sino que comprende una especie de abreviado de la historiasagrada.
Las NOVENAS son libritos devotosdedicados a un Santo cuyo favor se invoca para obtener de Dios tales ocuales mercedes. Consisten en un sistema de oraciones, conrelación de milagros y de reflexiones sobre los mismos, que sehacen cada día, durante nueve días consecutivos.“Se atribuye a la Virgen María el origen de las novenas,porque ella venera el número nueve en memoria de habersido nueve los días que fué prevenida para laEncarnación del Divino Verbo, y también por los nuevemeses que le trajo en su vientre virginal.” (Novena aJesús, María y José.
Manila, 1903; en elExordio.)
Las NOVENAS ofrecen un mediosencillísimo de alcanzar del Cielo lo que se pide en ellas a unsanto protector. Si se llega a ganar la simpatía y el apoyo delPatrono o Patrona cuya mediación se implora, se puede conseguirtodo, tanto en lo que conciern