En la Mesa del Señor Biblia y Homosexualidad by Jácobo Schifter Sikora - HTML preview

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Pablo

Latín

1.

Fornicadores

Pórnoi

Impudes

2.

Idólatras

Eidololátrai

(No está en la ficha)

3.

Adúlteros

Moichoí

Moice, moese

4.

Afeminados

Malakoí

Patice

5.

Abusadores de sí

mismos con su género

Arsenokoítai

Cinaidus, cinaedus

6.

Ladrones

Kléptai

Fur

7.

Avaros

Pleonétai

(No está en la ficha)

8.

Borrachos

Méthusoi

Ebiose

9.

Difamadores

Loídoroi

Trico?

10. Extorsionadores

Hárpages

Arpax34

34Paul R. Johnson. Gays and Fundamentalism . P. R. Johnson. Texas, 1981, p.16.

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Recordemos el pasaje de la 1a. Corintios 6:9 de Pablo de Tarso, en el cual aparecen varias palabras que también se encuentran en el juego:

¿No sabéis acaso que los injustos no heredarán el Reino de Dios?

¡No os engañéis! Ni los impuros, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados (malakoí), ni los homosexuales (arsenokoítai), ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los chismosos, ni los tramposos heredarán el Reino de Dios.35

(ENTONCES TAMBIEN CAMBIAN EN EL JUEGO PAGINA

ANTERIOR? PERO ULTRAJADORES (CHISMOSOS) NO ESTA

Estamos ante un texto de los que mejor reflejan las distorsiones que se le han hecho a la Biblia. Algunos traducen el término

“malakoí”, que en griego significa “blandengue”, “blando”, “sin criterio”, “pelele”, por “afeminado”. Es claro que un “malakoí”

puede ser un homosexual o un heterosexual y también un prostituto sagrado, como se explicó anteriormente. Con respecto a la palabra que se traduce por homosexual veamos dos aspectos: a) “Homosexual” es una palabra que vio la luz en el siglo pasado (1869). ¿Cómo es posible que Pablo de Tarso la conociera? ¿No será más bien el fiel reflejo de una distorsión del traductor? Pablo no conocía en sus tiempos la homosexualidad tal como la conocemos hoy, como una orientación de carácter permanente, involuntaria e irreversible.

35 La Santa Biblia. Antigua versión de Casiodoro Reina. Sociedad Bíblica Trinitaria, Londres, 1977.

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b) La otra palabra griega es “arsenokoítai” . Es difícil saber a ciencia cierta a lo que se refiere, porque no conocemos el contexto en el cual se utilizó. “Arseno” significa “hombre” y “Koítai”

dormitorio o cama y se refiere a acostarse, en otras palabras, a un

“hombre que duerme con otro”, a un “penetrador masculino” o a un hombre activo en su relación sexual. Boswell cree que se refiere a prostitutos cúlticos36. Countryman está de acuerdo, pero estima que se refiere a jóvenes que duermen con hombres mayores para quedarse con sus fortunas37. Scroggs considera que se refiere a la prostitución de un muchacho con un viejo38. Otros estudiosos indican que se refiere a pervertidos sexuales, ya sean homosexuales o heterosexuales, a personas que cometen actos deshumanizantes, sin amor, lujuriosos.

Es muy importante preguntarse por qué Pablo de Tarso no utilizó otras palabras griegas que sí tenían una connotación relacionada específicamente con las relaciones entre personas de un mismo género, como “paiderástes” o “pallakos”. Si su intención primordial era censurar estas actividades, habría utilizado las palabras antes mencionadas. Pero en este caso, lo que se condena no es la homosexualidad per se sino la explotación sexual.

Pablo de Tarso pudo haber sido influenciado por este juego romano al escribir su carta, ya que aparentemente copió los vicios de manera literal para atacar una serie de prácticas extendidas entre los griegos -y consideradas vicios por los romanos-, pero teniendo en mente su relevancia para la ciudad de Corinto. Las palabras claves “malakoí” y “arsenokoítai”, las cuales se han traducido ideológicamente como “homosexuales” o “afeminados”, no reflejan el sentido que él les dio. Pablo quería atacar las prácticas sexuales vinculadas con la adoración de dioses 36 John Boswell. Christianity, Social Tolerance and Homosexuality: Gay People in Western Europe from the Beginning of the Christian Era to the Fourteenth Century. University of Chicago Press.

Chicago, 1980.

37 L. William, Countryman. Dirt, Greed and Sex: Sexual Ethics in the New Testament and their Implications for Today. Fortress Press. Filadelfia, 1988.

38 Robin Scroggs. Homosexuality in the New Testament: Contextual Background for Contemporary Debate. Fortress Press. Filadelfia, 1983.

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paganos, como el culto a la diosa Afrodita Urania, generalizado en Corinto. En el templo de Corinto, como en otros de la época, era común la presencia de prostitutos y prostitutas que, como parte del rito de la fertilidad, realizaban orgías con los creyentes. Los que Pablo tiene en mente en su carta a Corinto eran seres dedicados a la prostitución:

La evidencia es clara. “Arsenokoíte” no significa homosexualidad para Pablo ni para sus contemporáneos, sino más bien “prostituto masculino” hasta el siglo IV de la era cristiana, cuando empezó a confundirse con otra serie de palabras para desaprobar varias actividades sexuales. 39

Helminiac, por su parte, considera que la palabra es la traducción literal del hebreo del pasaje del Levítico que analizamos anteriormente40. Su significado sería el mismo que tenía para los judíos: una práctica impura por vincularse con ritos no judíos.

De este acercamiento a los textos bíblicos cuyas interpretaciones se han esgrimido para marginar al homosexual, y sin ser éste un estudio exhaustivo, se infiere que las iglesias han repetido una interpretación tergiversada de las Escrituras.

Es necesario ver la Biblia como lo que es: un libro que contiene pautas divinas para el hombre y la mujer, a fin de que sus vidas estén enmarcadas en una dinámica de justicia, equidad, paz, amor y libertad, en su relación con Dios y con sus congéneres. Es imprescindible también ver y comprender lo que no es la Biblia: no es un libro de historia, aunque cuenta algunos hechos históricos; no es un libro de ciencia, aunque interpreta teológicamente algunos hechos de ésta; no es un libro de psicología o de sexualidad, aunque toca temas relacionados con el sexo, éticos y psicológicos, pero circunscritos a un momento 39 T. Horner. Jonathan... .26. (IBID, OJO OJO

40 Daniel A. Helminiak. What the Bible Really Says About Homosexuality. Alamo Square Press. San Francisco, 1995. (IBID, OJO)

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histórico, a una situación específica, a una cultura dada, y todos ellos con perspectiva de fe.

Es sorprendente darse cuenta de que se pueden analizar otros textos de la Biblia que, lejos de rechazar, envilecer o anatemizar el amor entre dos hombres, podrían más bien servir de modelos del concepto de amor, de renunciamiento y de entrega. Es lógico pensar que si Dios hubiera tenido la intención de condenar los actos homosexuales de todo tipo, no habría permitido que se incluyera en la Biblia el relato del amor homosexual entre David y Jonathan.

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