EL TIEMPO.
CAPÍTULO I.
Importancia y dificultad de la materia.
La idea del tiempo entra en el principio de contradiccion. Tiene mayoramplitud que la del espacio. Encierra sucesion y recíprocamente. No sehalla existente ninguno parte del tiempo por su divisibilidad.
CAPÍTULO II.
Si el tiempo es la medida del movimiento.
Medida del movimiento. La del reloj es arbitraria. Medida de los astros.No es primitiva.
Con referir el tiempo al movimiento no se explicanada.
CAPÍTULO III.
Semejanzas y diferencias entre el tiempo y el espacio.
Nuestro modo de concebir el tiempo. Permanencia é inmutabilidad deltiempo. Lo 266
concebimos antes y despues del mundo. Sospecha de que sea unapura abstraccion.
Parangon entre el espacio y el tiempo. Infinidad.Inmovilidad. Composicion de partes.
Inseparabilidad de estas. Utilidadde este parangon. Diferencias entre el espacio y el tiempo.
CAPÍTULO IV.
Definicion del tiempo.
No hay duracion sin algo que dure. La infinidad del tiempo es unailusion. Profundidad de las doctrinas de los teólogos. No hay tiempo sinmudanza. Definicion del tiempo. En las cosas, es el ser y no ser; en elentendimiento, es la percepcion del ser y no ser.
CAPÍTULO V.
El tiempo no es nada absoluto.
Razon de esto. Su definicion. Medidas primitivas. Supuesto de laalteracion de estas.
Supuesto de la alteracion de nuestraspercepciones.
CAPÍTULO VI.
Dificultades sobre la explicacion de la velocidad.
Se propone la dificultad. La velocidad no es nada absoluto. Fórmula enque se expresa; acorde con la inteligencia comun. Si se puede alterar lavelocidad de todo. Razon de las contradicciones aparentes.
CAPÍTULO VII.
Explicacion fundamental de la sucesion.
Cómo se evita el círculo vicioso con la definicion del tiempo. Sucesion.Antes y despues.
Dificultad contra lo dicho en el cap. IV. Explicacionfundamental de la sucesion: existencia de cosas que se excluyen. Unadificultad. Si todo lo que no se excluye es simultáneo. Lo que noexcluye nada, ni es excluido por nada, es simultáneo con todo. Esto esDios.
CAPÍTULO VIII.
Qué es la coexistencia.
Por la exclusion del capítulo anterior no se entiende solo larepugnancia intrínseca. Con esto se sueltan las dificultades.Aplicaciones. Análisis de la idea de coexistencia. Es simple: va aneja ála del ser. Fecundidad de esta idea. Una observacion sobre el método deesta obra.
CAPÍTULO IX.
Presente, pasado y futuro.
El presente es el solo tiempo absoluto. Qué es pasado. Dificultades ysu solucion. Qué es futuro. Qué es presente. La divisibilidad deltiempo. Consecuencia. El tiempo no es distinto de las cosas.
CAPÍTULO X.
Aplicacion de la doctrina anterior á varias cuestiones importantes.
Si habia transcurrido tiempo antes del mundo. Si era posible otroanterior. Si esta anterioridad consentia intervalo entre los dos.Dificultades. Solucion.
CAPÍTULO XI.
El análisis de la idea del tiempo, confirma la semejanza de esta con ladel espacio.
CAPÍTULO XII.
Relaciones de la idea de tiempo con la experiencia.
Estado de la cuestion. Prioridad de la idea del tiempo. Esta idea nonace de la observacion.
Inconvenientes de la subjetividad pura y de laobjetividad. No es sensacion ni nace de la experiencia sensible.Corolario contra Condillac.
CAPÍTULO XIII.
Opinion de Kant.
Su explicacion no conduce á nada. Se defiende la posibilidad y laobjetividad del tiempo.
Dificultades con que lucha Kant.
CAPÍTULO XIV.
Explicacion fundamental de la posibilidad objetiva, y de la necesidadde la idea del tiempo.
Esta posibilidad debe admitirla el mismo Kant. Razon. Orígen de sunecesidad.
CAPÍTULO XV.
Corolarios importantes.
Cómo la idea del tiempo dimana de la experiencia, y cómo nó. Cómo sehace el tránsito del órden intelectual puro, á la experiencia.
CAPÍTULO XVI.
El tiempo ideal puro y empírico.
Qué es el empírico. Cómo llega á generalizarse. Lo que contiene el idealpuro. Por qué se nos ha dado la facultad de medirle. Tres elementos deesta medida: idea pura de ser y no ser, número y fenómeno sensible. Dedónde resulta la necesidad en las ideas del tiempo empírico.
CAPÍTULO XVII.
Relaciones entre la idea del tiempo y el principio de contradiccion.
Dos conocimientos de los principios: empírico y científico. Si haycírculo vicioso entre el 321
principio de contradiccion y la idea deltiempo. Cómo aquel presupone á esta. Cómo esta presupone á aquel. Aveces hay círculo, mas nó vicioso. Así sucede en este caso. Es prueba deidentidad. Se fija el sentido del principio de contradiccion. Por quéponemos en él la idea de tiempo. Observacion sobre los serescontingentes y necesarios.
CAPÍTULO XVIII.
Resúmen.
CAPÍTULO XIX.
Ojeada sobre las ideas de espacio, número y tiempo.
Son los elementos necesarios de las ciencias naturales y exactas. Cómose reducen á dos primitivos: extension y ser. Las tres ideas son comunesá todos los hombres. Su facilidad en el acto directo y su dificultad enel reflejo.
ÍNDICE DE LAS NOTAS.
(I).
(II).
{5}
LIBRO CUARTO.
DE LAS IDEAS.
CAPÍTULO I.
OJEADA SOBRE EL SENSUALISMO.
[1.] Acabamos de tratar de las sensaciones, y vamos á ocuparnos de lasideas. Para hacer debidamente este tránsito, es necesario investigarantes, si hay en nuestro espíritu algo mas que sensaciones, si todos losfenómenos internos que experimentamos, son algo mas que sensacionestrasformadas.
Salido el hombre de la esfera de las sensaciones, de esos fenómenos quele ponen en relacion con el mundo exterior, se encuentra con otro órdende fenómenos, igualmente presentes á su conciencia. No puede reflexionarsobre las sensaciones mismas, sin tener conciencia de algo que no essensacion; no puede reflexionar sobre el recuerdo de las sensaciones, ósobre la representacion interior de ellas, sin experimentar algo{6}distinto de ese recuerdo y de esa representacion.
[2.] Aristóteles dijo: «nada hay en el entendimiento que antes no hayaestado en el sentido;» y las escuelas han repetido durante largos siglosel pensamiento del filósofo: «nihil est in intellectu quod prius nonfuerit in sensu.» Así los conocimientos humanos procedian de lo exteriorá lo interior. Descartes vino á invertir este órden, pretendiendo quedebia procederse de lo interior á lo exterior; su discípulo Malebranchehizo mas: en su concepto, le conviene al entendimiento encerrarse en lointerior, no comunicar con lo exterior sino lo menos posible; segun él,no hay aliento mas nocivo á la salud intelectual que el del mundo de lossentidos; las sensaciones son un perenne manantial de error; y laimaginacion es una hechicera tanto mas peligrosa cuanto que tiene suhabitacion á la puerta misma del entendimiento, donde le espera paraarrastrarle, con su belleza seductora y brillantes atavíos.
[3.] Locke quiso rehabilitar el principio de Aristóteles sujetándole ála piedra de toque de la observacion: pero á mas de la sensacion admitióla reflexion, y convino en reconocer al alma facultades innatas. Sudiscípulo Condillac no se limitó á esto: segun él, todos los actos denuestra alma no son mas que sensaciones trasformadas; opina que, en vezde distinguir como Locke dos orígenes de nuestras ideas, el sentido y lareflexion, seria mas exacto no reconocer mas que uno; ya porque lareflexion no es en su principio {7}sino la sensacion misma, ya porque lareflexion es mas bien el canal por donde pasan las ideas que vienen delos sentidos, que nó el manantial de ellas. ( Estracto razonado delTratado de las sensaciones. Resúmen de la primera parte).
El juicio, la reflexion, los deseos, las pasiones, no son mas enconcepto de Condillac, que la sensacion trasformada de diferentes modos.Por esta razon, le parece inútil el suponer que el alma recibeinmediatamente de la naturaleza todas las facultades de que está dotada.La naturaleza nos da órganos para advertirnos, por medio del placer, loque debemos buscar, y por el dolor, lo que debemos huir; pero se detieneaquí, y deja á la experiencia el cuidado de hacernos contraer hábitos, yacabar la obra que ella ha comenzado. ( Tratado de las sensaciones.Prefacio).
[4.] A la vista de este sistema, en que no se otorgan al alma nisiquiera facultades naturales, y se consideran las que posee, como unsimple efecto de las sensaciones, se nota desde luego la contradiccionen que incurre su autor, cuando en el mismo lugar se declaraocasionalista, pretendiendo que las impresiones de la organizacion noson mas que la ocasion de nuestras sensaciones. ¿Puede darse facultadnatural mas inexplicable que la de ponerse en relacion con objetos queno producen las sensaciones, y que son con respecto á ellas una meraocasion? Si al alma se le concede esta facultad, ¿qué inconveniente hay{8}en admitir las otras? ¿No es una facultad natural, y muy singular, lade sentir por medio de causas que no pueden obrar sino ocasionalmente?En este caso ¿no se atribuye al alma una facultad natural de producirseella misma las sensaciones, con ocasion de las impresiones orgánicas, óno se la supone en relacion inmediata con otro ser superior que se lasproduzca? ¿Por qué esa actividad interna, ó esa receptividad, no puedeaplicarse á las ideas? ¿Por qué no se han de admitir en el alma otrasfacultades innatas? ó mas bien ¿por qué se dice que no se las supone,cuando se comienza por suponerlas?
Condillac, tan enemigo de hipótesis y sistemas, es eminentementehipotético y sistemático.
Concibe el orígen y la naturaleza de las ideasá su modo; y á este modo de concebirlas quiere que todo se adapte. Paradar una idea de las opiniones de Condillac y combatirlas con buenresultado, al mismo tiempo que con cumplida lealtad, examinarébrevemente los fundamentos de la obra en que mas se complace el autor,lisonjeándose de haber dado á su doctrina el mayor grado de claridad ycerteza: el Tratado de las sensaciones.{9}
CAPÍTULO II.
LA ESTATUA DE CONDILLAC.
[5.] Supone Condillac una estatua á la cual anima sucesivamente,concediéndole un sentido despues de otro; y comenzando por el olfatodice: «Los conocimientos de nuestra estatua, limitada al sentido delolfato, no pueden extenderse sino á los olores: no puede tener ideas deextension, ni de figura, ni de nada que esté fuera de ella, ni otrassensaciones como el color, el sonido, el sabor.» (Cap. 1). Si á laestatua no se le concede, como la hipótesis lo exige, ninguna actividad,ninguna facultad, excepto la de sentir el olor, es cierto que no podrátener ninguna otra idea, ni sensacion; y aun se puede añadir, que lasensacion del olor no será para ella ninguna idea.
«Si le presentamos una rosa, continúa Condillac, será para nosotros unaestatua que siente una rosa; mas para sí misma, solo será el mismo olorde la rosa. Será pues olor de rosa, de clavel, de jazmin, de violeta,segun los objetos que obrarán sobre su órgano; en una palabra; losolores con respecto á ella, no son mas que sus modificaciones propias ómaneras de ser, y no podria creerse otra cosa, siendo estas las únicassensaciones de que es susceptible.»{10}
[6.] Si bien se observa, ya en los primeros pasos, se hace dar á laestatua un gran salto. A vueltas de la aparente simplicidad del fenómenosensible, se introduce ya uno de los actos que suponen el entendimientomuy desarrollado: la reflexion. Ya la estatua se cree algo, se creeolor; ya se le atribuye pues la conciencia del yo, comparativamente ála impresion que recibe; ya se le hace emitir una especie de juicio, enque afirma la identidad del yo con la sensacion. Esto es imposible, sino hay mas que la sensacion enteramente sola. Entonces no hay ni puedehaber nada mas que aquella impresion puramente pasiva. Es un fenómenoaislado, sobre el cual no hay reflexion de ninguna clase; la estatua notiene otra conciencia de sí misma que esta sensacion; pero estaconciencia no es digna de tal nombre en el órden reflexivo. La hipótesisde Condillac, aplicada en todo rigor, no ofrece mas que un fenómeno queno puede conducir á nada; desde el momento en que sale de la sensacionpara desenvolverla, admite en el espíritu una actividad distinta y muydiferente de la sensacion, y arruina todo su sistema.
La estatua limitada á la sensacion del olor, no se creerá olor; estacreencia es un juicio, supone comparacion, y nada de esto se halla en elfenómeno sensible, considerado en toda su pureza, como lo exige lahipótesis de Condillac. Este filósofo comienza sus investigacionesanalíticas, introduciendo condiciones, que él mismo supone {11}eliminadas:quiere explicarlo todo, con la sensacion sola; y desde sus primerospasos, combina esta sensacion con operaciones de un órden diferente.
[7.] La capacidad de sentir aplicada á la impresion recibida, la llamaCondillac atencion. Si no hay mas que una sensacion, no habrá mas queuna atencion; pero si las sensaciones se suceden con variedad dejandorastro en la memoria de la estatua, cuando se presente una nuevasensacion, la atencion se dividirá entre la actual y la pasada. Laatencion dirigida simultáneamente á dos sensaciones, es la comparacion.Con la comparacion se percibirán las semejanzas ó diferencias; estapercepcion es el juicio. Todo esto se hace con sensaciones solas; luegola atencion, la memoria, la comparacion, el juicio, no son mas que lasensacion trasformada. En apariencia nada mas sencillo, mas claro, masverdadero; en realidad nada mas confuso, mas falso.
[8.] Por el pronto, la definicion de la atencion es inexacta. Lacapacidad de sentir, por el mero hecho de estar en ejercicio, se hallaaplicada á la impresion: no se siente, cuando la facultad sensitiva noestá en ejercicio; y no está en ejercicio, si no está aplicada á laimpresion. En este concepto, la atencion no seria mas que el acto desentir: toda sensacion seria atencion; y toda atencion sensacion: nadieha dado jamás á estas palabras semejante significado.
[9.] La atencion es la aplicacion del ánimo á {12}alguna cosa: y estaaplicacion supone el ejercicio de una actividad, concentrada sobre unobjeto. Cuando el espíritu se halla enteramente pasivo, no atiende,hablando con propiedad; y respecto de las sensaciones, hay atencion,cuando por un acto reflejo conocemos que sentimos. Si no hay esteconocimiento, no hay verdadera atencion, y sí únicamente sensacion mas ómenos viva, segun el grado con que está afectada nuestra sensibilidad.Si á las sensaciones muy vivas, se las quiere llamar atencion, el uso dela palabra será impropio; cabalmente, los que sienten con mas viveza,suelen distinguirse por su falta de atencion. La sensacion es laafeccion de una facultad pasiva; la atencion es el ejercicio de unaactividad; y así es que los brutos no participan de ella, sino en cuantoencierran un principio de actividad para dirigir á un objeto determinadosus facultades sensitivas.
[10.] La percepcion de la diferencia de los olores de rosa y de clavel,¿es una sensacion? Si se me dice que nó, infiero que el juicio no es lasensacion trasformada; pues no es ni siquiera sensacion; si lo es,entonces observo que si es la del clavel, ó la de la rosa, se sigue quecon una sola de estas sensaciones, tendré la percepcion comparativa, loque es absurdo. Si se me dice que es las dos juntas, contesto que esto,ó no significa nada para la cuestion, ó expresa un absurdo. Porque, sial decir que es las dos sensaciones juntas, se quiere dar á entender loque {13}significan las palabras en su rigor, tendremos una sensacion queserá al mismo tiempo la de clavel y la de rosa, permaneciendo aquelladistinta de esta, por exigirlo así la comparacion. Pero si se quiere dará entender que las dos sensaciones existen juntas, nada adelantamos,pues esto lo dábamos ya por supuesto; y la dificultad estaba en explicarcómo la coexistencia producia la comparacion y el juicio, ó sea lapercepcion de la diferencia.
La sensacion de clavel no es mas que sensacion de clavel, y la de rosa,de rosa. Desde el momento que se las compara, y se supone en el espírituun acto por el cual percibe la diferencia, se le atribuye algo mas quela pura sensacion, se le añade una facultad distinta de la de sentir,esto es, la de comparar las sensaciones y apreciar sus semejanzas ydiferencias.
[11.] Esa comparacion, esa fuerza intelectual que lleva los dos extremosá un terreno comun, sin confundirlos; que ve el punto en que se tocan, yel en que se separan, que falla por decirlo así entre ellos, es distintode la sensacion; es efecto de una actividad de otro órden: su desarrollodependerá de las sensaciones como de una condicion sine qua non, comode causas excitantes; pero nada tiene que ver con las sensacionesmismas, es esencialmente distinta de ellas, no puede confundirse conellas, sin destruir la idea de la comparacion, sin hacerla imposible.
No hay juicio posible, sin las ideas de identidad {14}ó semejanza; y estasideas no son sensaciones. Las sensaciones son hechos particulares que nosalen de su esfera, que no se aplican de un caso á otro; las ideas deidentidad y semejanza envuelven algo de comun, que se aplica á muchos.
[12.] ¿Qué le sucederá pues á un ser limitado á la facultad deexperimentar varias sensaciones?
Las tendrá sin compararlas. Cuandosentirá de un modo, no sentirá de otro, la una sensacion no será laotra, es cierto; pero el ser sensible no se dará cuenta de la variedad.Las unas sensaciones vendrán en pos de las otras, sin ser comparadasentre sí. Aun suponiendo la memoria de ellas, esa memoria no será masque una repeticion de las mismas, con menos intensidad. Si se admite queel ser sensible las compara, y que percibe sus relaciones de identidad ódistincion, de semejanza ó diferencia; se admiten ya una serie de actosreflejos, que no son sensaciones.
[13.] Ni la memoria de las sensaciones propiamente dicha, puedeexplicarse por ellas solas; y en esto se equivoca tambien Condillac. Lasensacion de olor de rosa que la estatua recibió ayer, puede
recordarlahoy;
pero
este
recuerdo
puede
ser
de
dos
maneras:
1.º
reproduciéndoseinteriormente la sensacion sin ninguna causa externa, y sin ningunarelacion á tiempo pasado, ni por consiguiente á la existencia anteriorde una sensacion semejante; entonces el recuerdo no es para la estatuaun recuerdo propiamente dicho, solo es una sensacion mas ó menos viva;2.º{15} reproduciéndose con relacion á una existencia de la misma, ú otrasemejante en un tiempo anterior, en lo que consiste esencialmente elrecuerdo; y entonces ya hay algo mas que sensacion: hay las ideas desucesion, de tiempo, de anterioridad, de identidad ó semejanza, todasmuy distintas de la sensacion, y no solo distintas sino separables.
Dos sensaciones enteramente distintas pueden referirse á un mismo tiempoen la memoria; el tiempo pues será idéntico y las sensaciones distintas.La sensacion puede existir sin recuerdo del tiempo en que antes existia,y hasta sin ningun recuerdo de que haya existido; luego la sensacion noenvuelve la relacion del tiempo; luego estas son cosas distintas, muydiferentes; luego se engaña Condillac, cuando quiere explicar la memoriade las sensaciones por sensaciones puras.
[14.] Las reflexiones anteriores arruinan enteramente el sistema deCondillac. O admite algo mas que sensaciones ó nó; si lo primero, pecacontra su supuesto principal; si lo segundo, no le es posible explicarninguna idea abstracta, ni aun la memoria sensitiva; se verá puesreducido á admitir con Locke la reflexion sobre las sensaciones, y porla misma razon, otras facultades del alma.
[15.] Compréndese fácilmente lo que han sostenido algunos filósofos deque todas nuestras ideas vienen de los sentidos, entendiéndose que lassensaciones despiertan nuestra actividad interior,
{16}y ofrecen pordecirlo así, los materiales á la inteligencia; pero no se comprende cómose ha podido dar por cosa cierta, clara, sumamente sencilla, que ennuestro espíritu no hay mas que esos materiales, las sensaciones. Bastafijar un momento la atencion sobre nuestro interior para descubrirmuchos fenómenos distintos de la sensacion, y varias facultades que nadatienen que ver con la sensitiva. Si Condillac se hubiese limitado ásostener que esas facultades para desenvolverse, han menester el sentircomo una especie de excitacion, nada hubiera dicho que no fuera muyconforme á la sana filosofía; pero pretender que todo lo excitado, quetodo lo desenvuelto, no es mas que el mismo principio excitante, y estoempeñarse en confirmarlo con la observacion, es contrariar abiertamentela observacion misma, es condenarse á no poder dar un paso en laexplicacion de la actividad intelectual, so pena de apartarse delsupuesto en que se estriba. Sin embargo, el autor del Tratado de lassensaciones parece estar muy satisfecho de su sistema: impresionactual, hé aquí la sensacion; recuerdo de la sensacion, hé aquí la ideaintelectual: esto si no es sólido es alucinador; con la apariencia deuna observacion delicada, se detiene en la superficie de las cosas, y nofatiga al discípulo. Todo sale de la sensacion: pero es porque Condillachace hablar á la estatua, del modo que á él le parece bien, sin atenerseá la hipótesis de la sensacion sola.{17}
[16.] Este sistema, á mas de su flaqueza filosófica, es funesto á lasideas morales. ¿Qué es la moral, si no hay mas ideas que lassensaciones? ¿Qué son los deberes, si todo se reduce á necesidadessensibles, á placer ó dolor? ¿Qué es de Dios, qué es de todas lasrelaciones del hombre para con Dios?
CAPÍTULO III.
DIFERENCIA ENTRE LAS IDEAS GEOMÉTRICAS Y LAS
REPRESENTACIONES SENSIBLESQUE LAS ACOMPAÑAN.
[17.] Nuestras ideas intelectuales andan siempre acompañadas derepresentaciones sensibles. Esto hace que al reflexionar sobre aquellas,las confundimos con estas. Digo al reflexionar sobre ellas, mas nó alservirnos de ellas. Todos nos servimos muy bien de cada idea segun lascircunstancias: el error está en el acto reflejo, nó en el directo.Conviene no perder de vista esta última observacion.
[18.] Es poco menos que imposible que el geómetra piense en eltriángulo, sin que divague por su imaginacion la semejanza deltriángulo, tal como le ha visto mil veces en las láminas: y por estemotivo, estará el geómetra inclinado á creer que la idea del triángulono es mas que
{18}aquella representacion sensible. Si así fuese, severificaria en la idea del triángulo lo que afirma Condillac, de que laidea no es mas que el recuerdo de la sensacion. En efecto, aquellarepresentacion es la sensacion repetida; no hay entre las dos afeccionesdel alma mas diferencia, sino que la sensacion actual es causada por lapresencia actual del objeto, y por tanto es mas fija y mas viva. Enprueba de que la diferencia no es esencial, sino que solo está en el masó en el menos, se puede notar, que si la representacion imaginaria llegaá un grado muy alto de viveza, no la distinguimos de la sensacion, comoles sucede á los visionarios, y como todos lo experimentamos durante elsueño.
[19.] No será difícil demostrar cuán diferentes son la idea deltriángulo y su representacion imaginaria, si se atiende á los hechossiguientes.
1.º La idea del triángulo es una: conviene á todos los triángulos detodos tamaños, y de todas especies. La representacion es múltipla, yvaría en tamaño y en forma.
2.º Mientras raciocinamos sobre las propiedades del triángulo,estribamos sobre una idea fija, necesaria; la representacion cambiaincesantemente, sin alterarse la unidad de la idea.
3.º La idea del triángulo de cada especie en particular, es clara,evidente, en ella vemos del modo mas luminoso sus propiedades; por elcontrario la representacion sensible, es vaga, confusa; así apenasdistinguimos el triángulo rectángulo {19}del acutángulo ú obtusángulo depoca inclinacion.
La idea corrige estos errores, ó mas bien prescinde deellos; si se sirve de la figura imaginaria es como de un auxiliar: delmismo modo que al trazar las figuras en el papel, damos la demostracion,prescindiendo de que sean ó nó bien exactas, y hasta sabiendo que no loson, y que es imposible que lo sean del todo.
4.º La idea del triángulo es la misma para el ciego de nacimiento quepara el hombre con vista: como lo prueba el que los dos la desenvuelvendel mismo modo, en sus raciocinios y usos geométricos. La representaciones diferente; pues para nosotros, es una imágen de lo visto, lo que esimposible en el ciego. Este, al pensar en el triángulo, no tiene en suimaginacion la misma representacion sensible que nosotros, ni la puedetener; pues carece de todo lo que se refiere á la sensacion de la vista.Si el ciego tiene alguna representacion concomitante de la idea, ha devenirle del solo tacto; y para los triángulos de alguna extension cuyastres líneas no pueden ser tocadas juntas, la representacion ha de seruna serie sucesiva de sensaciones del tacto, como el recuerdo de unpasaje de música es esencialmente una representacion sucesiva. Ennosotros la representacion del triángulo es casi siempre simultánea;excepto el caso de triángulos muy grandes, mucho mayores que los queacostumbramos á ver; pues en este caso, particularmente cuando
no
haycostumbre
de