Filosofía Fundamental, Tomo III by Padre Jaime Luciano Balmes - HTML preview

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{226}enseña sobre los conceptos intelectuales puros, distintos de lasrepresentaciones sensibles.

Refiriendo las ideas de realidad y denegacion á la idea del tiempo, como forma primitiva del sentido íntimo,deja fuera de la idea de realidad lo que no puede menos de pertenecer áella; y presenta la del tiempo bajo un punto de vista totalmenteequivocado.

[115.] Así como la representacion sensible tiene por base la intuicionprimitiva de la extension, así las facultades perceptivas delentendimiento puro, reconocen por base la idea de ser; y de la propiasuerte que la extension se ofrece á la sensibilidad, como limitable, yde la limitabilidad resulta la figurabilidad, y por consiguiente, todoslos objetos de la ciencia geométrica, así tambien la idea del no ser, secombina con la del ser, y fecundiza en cierto modo las cienciasmetafísicas.

[116.] Ese paralelismo de las dos ideas extension y ser, no es de talnaturaleza, que la primera sea independiente de la segunda. La idea deextension es estéril para la ciencia, si no se combina con las ideasgenerales de ser y no ser. Esto podria manifestarse de varias maneras;pero basta recordar que la geometría á cada paso echa mano del principiode contradiccion; en el cual entran las ideas de ser y no ser (V. lib.IV, cap. V).

[117.] De las ideas de ser y de no ser, combinadas con las intuitivas,nacen todos nuestros

{227}conocimientos. En los libros siguientes tendremosocasion de observar esa admirable fecundidad de una idea que aunque porsí sola no enseñaria nada positivo, no obstante unida con otras ymodificada ella misma de varias maneras, ilumina de tal modo el mundointelectual, que con razon ha podido llamarse el objeto delentendimiento.

FIN DEL LIBRO QUINTO.

{229}

LIBRO SEXTO.

UNIDAD Y NUMERO.

CAPÍTULO I.

CONSIDERACIONES PRELIMINARES SOBRE LA IDEA DE UNIDAD.

[1.] Antes de analizar la idea del número, comencemos por su elementomas simple, la unidad. El número es un conjunto de unidades; siignoramos lo que es la unidad, no podremos saber lo que es el número (V.lib. V, cap. X).

[2.] ¿Qué es la unidad? ¿Cuándo una cosa es una? Parece que todossabemos lo que es la unidad, pues con ella construimos el edificio denuestros conocimientos aritméticos. Todos sabemos cuándo una cosa esuna, sin que nos equivoquemos jamás sobre el significado de la palabra.En esto no hay diferencia entre el sabio y el rudo. La voz uno, ennuestra lengua, significa lo mismo para todos los que la comprenden; lopropio sucede á los demás pueblos con respecto {230}á la palabra con queexpresan la misma idea. Cuando se ha encontrado el guarismo 1 quecorresponde á esta idea, y que la expresa de un modo general,prescindiendo de las diferencias de idiomas, todos los hombres le hanentendido y aplicado de la misma manera.

[3.] La idea de la unidad, es la misma en todos los hombres; es unpatrimonio comun del género humano. No se liga á este ó aquel objeto; niá este ó aquel acto del espíritu; se extiende á todo de la misma manera.Aun las cosas compuestas, las cosas múltiplas, no llegan á ser llamadasunas, sino en cuanto participan de la idea general. El punto indivisiblees uno. La línea que consta de muchos puntos, no seria una, si estospuntos no tuviesen enlace de contigüidad, sí no contribuyesen á formar un objeto que nos causa una impresion, que está sometido á un actode nuestro entendimiento.

[4.] La idea de unidad no es ninguna sensacion particular, pues convieneá todas; no es la sensacion en general, pues conviene á lo que no essensacion: una es la sensacion del color, pero una es tambien laconciencia del yo, que no es ninguna sensacion; uno es el tamaño delrectángulo que tengo á la vista, que siento, y una es la relacion deigualdad de sus ángulos, que no es sensacion.

[5.] La idea de unidad, es una idea simple, que acompaña á nuestroespíritu desde sus primeros pasos: la hallamos en todo, la comprendemos{231}bien; no la explicamos como desearíamos, porque es simple, y no puededescomponerse expresándose con varias palabras. No quiero decir conesto, que sea necesario renunciar á toda explicacion de la idea de launidad; solo me propongo advertir al lector de la clase de explicacionque debe prometerse; la cual no puede ser otra que el análisis del hechoen cuanto está en los objetos, y del fenómeno en cuanto se presenta ánuestro espíritu.

CAPÍTULO II.

QUÉ ES LA UNIDAD.

[6.] Los escolásticos han dicho con verdad que todo ser es uno, y quetodo lo uno es ser. La unidad es un atributo general á todo ser, pero nódistinto del mismo. Por poco que se reflexione, salta á los ojos que launidad y el ser no se distinguen, la idea de unidad por sí sola, no nosofrece nada real, ni aun posible: ¿qué seria la unidad que no fuese masque unidad? Esta idea va envuelta en la de ser, es un aspecto del mismo,una razon bajo la cual se presenta el ser al entendimiento.

[7.] Pero ¿qué es el concepto de unidad, bajo el cual se nos ofrecen losseres? Decimos que hay

{232}unidad en el objeto, cuando no hay distincion enel concepto que le presenta; y no hay distincion, cuando la percepciondel no ser relativo no se combina en el objeto con la del ser.

Dondequiera que hay percepcion de un objeto simplemente, hay unidad. Perciboel objeto B. Sea lo que fuere B, será uno para mí, si no le percibocompuesto de c, d, de los cuales el uno no sea el otro. Si en elobjeto B percibo la distincion entre c y d, la unidad desaparece.

Es evidente que aun cuando conozca esta composicion, puedo prescindir deella y considerar simplemente el resultado, el todo, B; entonces launidad aparece de nuevo.

[8.] Por lo dicho se ve que la unidad es de dos maneras, real yfacticia. La real existe, cuando en la cosa no solo no se percibe ladistincion, sino que no la hay; la facticia se halla en los compuestos,que en sí mismos encierran cosas distintas, las que pueden ofrecerse alentendimiento, en cuanto subordinadas á una unidad de órden yprescindiendo de la distincion real que contienen.

[9.] En las escuelas se definia algunas veces lo uno, ens indivisum inse, et divisum ab aliis: la primera parte parece muy exacta con tal quepor indivision, no se entienda no separacion, sino indistincion;pero la segunda la considero cuando menos redundante. Si no existiesemas que un ser solo y simplicísimo; no dejaría de ser uno; y sinembargo, no se le podria aplicar el que estuviese {233}dividido de losotros: divisum ab aliis. No habiendo otros, no habria la division deellos. Luego este miembro de la definicion es redundante.

[10.] Se dirá que el ser uno está dividido de los otros reales óposibles; y que en el supuesto de un ser solo, si bien no habria seresreales, los habria posibles; pero esto no deshace la dificultad. El sersolo, seria uno realmente, y la division de los otros, seria solo posible: pues que la division de dos extremos no puede ser real cuandouno de ellos no es mas que posible; luego la division de los otros, divisio ab aliis, no es un constitutivo necesario de la unidad: porqueesta es ya real, cuando el constitutivo es solo posible.

[11.] Todavía se puede hacer otra observacion que confirma estadoctrina. En el uso comun, la unidad se opone á la distincion: en nohabiendo distincion, hay unidad. Para que no haya distincion, basta queel ser uno no sea concebido como múltiplo; y esto se consigue,independientemente de su comparacion con los demás. Las palabras otros,demás, suponen seres unos; la idea de unidad precede á la dedistincion: los seres no se consideran distintos entre sí, sino despuesque se los concibe, como unos, cada cual de por sí.

[12.] Me parece pues que el ser uno está definido con decir ensindivisum in se; ó un ser que en sí no tiene division. Segun sea laindivision, será la unidad. Si la indivision significa indistincion,la unidad será real; pero si solo significa,{234} no separacion, ó seareunion, la unidad será facticia.

Las moléculas inextensas de quealgunos suponen compuesta la materia, serian unas realmente; porque enellas no habria distincion. Los cuerpos son unos facticiamente, porquesus partes son realmente distintas, aunque estén reunidas.

[13.] Puede proponerse la dificultad de si seria uno el ser, indiviso ensí, y no dividido de los otros; porque si no fuese uno, se infeririaque la definicion no ha sido justamente censurada: puesto que no seriauno lo que careciese de la segunda propiedad señalada en la definicion.A esto respondo que el ser que no encerrase distincion en sí, y no sedistinguiese de los otros, seria tambien uno: y que en dicho caso, nohabrá otros, pues no los hay cuando no hay distincion. En estesupuesto, solo habria una unidad, la unidad del panteismo, el grantodo, el absoluto, en que todo se identificaria.

[14.] Se ha dicho que la unidad que se confundia con el ente, eradistinta de la unidad que da orígen al número. En efecto, se encuentranaquí dos conceptos diferentes de la unidad, en cuanto la primerasignifica solamente indistincion, y la otra expresa la relacion áengendrar cantidad. Mas de esto no se infiere que lo uno que seidentifica con el ente se distinga del que engendra el número. Todos losseres unos en sí, pero distintos entre sí, sean cuales fueren, puedenser concebidos bajo la idea de número. En {235}el augusto misterio de laTrinidad, entra el número tres; y decimos con mucha verdad, que enDios hay tres personas.

[15.] La unidad que engendra el número no es necesario que sea real;basta que sea facticia.

Tomando por unidad el pié, nos servimos de unaunidad facticia, pues que el pié consta de partes; y sin embargo elnúmero que resulta es un verdadero número.

CAPÍTULO III.

UNIDAD Y SIMPLICIDAD.

[16.] La unidad real, se confunde con la simplicidad. Lo realmente unocarece de distincion en sí mismo; no consta de partes de las cuales sepueda decir: esta no es aquella. Es evidente que nada mas se requierepara que haya simplicidad; lo simple se opone á lo compuesto; á lo queestá formado de varios seres, de los cuales el uno no es el otro.

[17.] Esta simplicidad no la encontramos en ninguno de los objetossometidos á nuestra intuicion, excepto en los actos de nuestra alma. Pormanera que, aun cuando conocemos por el discurso que hay substanciasrealmente unas, ó simples, no las vemos en sí mismas.{236}

Lo extenso consta esencialmente de partes: de donde resulta que launidad real, ó la simplicidad, no la hallamos en el mundo corpóreo, encuanto es objeto de nuestra sensibilidad. Pero como lo compuesto se hade resolver en lo simple, y no es dable proceder hasta lo infinito; seinfiere tambien que el mismo universo corpóreo es un conjunto desubstancias, que, llámense puntos inextensos ó como se quiera, pareceque no pueden descomponerse en otras, y por consiguiente son realmenteunas, ó simples.

[18.] De esto se infiere, que en cierto modo podria decirse que lassubstancias son realmente simples; y que los llamados compuestos, sonconjuntos de substancias, que á su vez forman una tercera substancia,reuniéndose bajo una cierta ley que las preside, y que les da la unidadque he llamado facticia.

[19.] Aquí no puedo menos de hacer observar como el análisistrascendental confunde á los que no admiten la simplicidad en los serespensantes; pues que encontramos que la simplicidad es primero que lacomposicion, y que esta no puede ni aun concebirse, si no presuponemosaquella.

La simplicidad es una ley necesaria de todo ser: un sercompuesto, mas bien que un ser, debe llamarse un conjunto de seres.

[20.] He dicho que las substancias simples no se ofrecian á nuestraintuicion; y que esta no tenia mas objetos que mereciesen el nombre desimples que los actos de nuestra alma. Esto {237}dimana de que el principalmedio de intuicion para nosotros es la sensibilidad; la cual estriba enrepresentaciones basadas sobre la extension. Tocante á los actos denuestra alma, que nos son dados en intuicion, en el sentido íntimo, nocabe duda de que son perfectamente simples. ¿Quién es capaz dedescomponer una percepcion, un juicio, un raciocinio, un acto devoluntad?

[21.] La percepcion de ciertos objetos necesita de actos preparatorios,y lo mismo puede decirse del juicio y del raciocinio; pero estasoperaciones en sí mismas, son sumamente simples, y es imposibledividirlas en varias partes. La simplicidad se encuentra igualmente enlos actos de la voluntad, ya sean de la voluntad pura, ó intelectual, yade la sensible. ¿Cómo se pueden dividir en partes estos actos, quiero,no quiero, amo, aborrezco, gozo, sufro?

[22.] Conviene no confundir la multiplicidad de los actos con los actos:no niego que estos sean muchos, solo digo que estos son simples en símismos. En nuestro espíritu se suceden continuamente pensamientos,impresiones, afecciones de varias clases: estos fenómenos son distintosentre sí, como lo prueba, el que existen en tiempos diferentes, y en unmismo tiempo existen los unos sin los otros, y algunos de ellos sonincompatibles porque se contradicen: pero cada fenómeno de por sí, esincapaz de ser descompuesto, no admite dentro de sí la distincion

{238}envarias partes, y por consiguiente es simple.

[23.] La verdadera unidad solo se encuentra pues en la simplicidad:donde no hay verdadera simplicidad, hay unidad facticia, nó real; puesaun cuando no haya separacion, hay distincion entre las varias partes deque el compuesto se forma.

[24.] Se infiere de esto que en la definicion del ser uno, en vez de indivisum, quizás deberia ponerse indistinctum; porque la distincionse opone á la unidad de identidad, la division á la union. A la unidadfacticia, le basta la indivision; pero la unidad real, necesita laindistincion. Por mas unidas que estén dos cosas, si la una no es laotra, son distintas, y no se pueden llamar unas en todo rigormetafísico.

[25.] Estas observaciones solo van dirigidas á fijar bien las ideas, nóá modificar el lenguaje. En el uso comun, se aplica la idea de unidad enun sentido menos riguroso; y lejos de oponerme á este uso, convengo enque está fundado en razon. De la union de cosas realmente distintasresulta un conjunto que puede llamarse uno, en cuanto está sometidotambien á cierta unidad; y si no fuese permitido el emplear esta palabraen una acepcion menos rigurosa de lo que exige el análisis metafísico,seria preciso desterrar la unidad de la mayor parte de los objetos. Yahe dicho que las substancias simples no se nos ofrecen en intuicioninmediata; y que vemos {239}mas bien los conjuntos que los elementos de quese componen; si solo pudiésemos aplicar la unidad á los elementossimples, las ciencias se estrecharian sobre manera; el lenguaje seempobreceria; y la literatura y las bellas artes se verian despojadas deuna de sus perfecciones características: la unidad.

CAPÍTULO IV.

ORÍGEN DE LA TENDENCIA DE NUESTRO ESPÍRITU HÁCIA LA

UNIDAD.

[26.] Encontrando la multiplicidad en todos los objetos sensibles, queson los que llaman mas principalmente nuestra atencion, ¿cómo adquierenuestro espíritu la idea de unidad? Buscamos la unidad en las ciencias,la unidad en la literatura, la unidad en las artes, la unidad en todo.¿De dónde nace esa irresistible tendencia hácia la unidad, que nos lahace buscar facticia, cuando no la encontramos real; y esto, á pesar dela multiplicidad que se nos ofrece en los objetos de nuestra percepcion?

[27.] Si no me engaño, se pueden señalar dos orígenes de esta tendenciaá la unidad: uno objetivo, otro subjetivo. El primero consiste en elmismo carácter de la unidad, en la cual está

{240}entrañado principalmenteel objeto del entendimiento; el otro es la unidad que se halla en el serinteligente, y que este experimenta en el fondo de sí mismo. Estas ideasnecesitan mayor explicacion.

[28.] La unidad es el ser: todo ser es uno: y propiamente hablando, elser no se halla sino en la unidad. Tomemos un objeto compuesto: en élhallamos dos cosas: los elementos simples de que se compone, y lareunion de los mismos. El ser propiamente dicho, no está en la union,sino en los elementos unidos. La union es una mera relacion, que no esni siquiera posible, cuando no hay elementos que se hayan de unir. Porel contrario, estos elementos en sí mismos, prescindiendo de la union,son verdaderos seres, que existian antes de la union y que existendespues. ¿Qué es un cuerpo organizado? Un conjunto de moléculas unidasbajo cierta ley, segun es el principio que preside á la organizacion.Las partes existian antes de que esta se formase; y cuando seadestruida, continuarán existiendo. Luego el ser se hallaba propiamenteen los elementos; y la organizacion era una relacion de estos entre sí.

[29.] La organizacion necesita un principio que la domine, sujetando susfunciones á leyes determinadas para llenar su objeto. Por donde se veque aun la misma relacion está sometida á la unidad; esto es, á launidad de fin y á la unidad del principio que la domina y dirige.{241}

[30.] No se concibe que la union de cosas distintas pueda significarnada ni conducir á nada, sino en cuanto preside á ella la unidad. En losobjetos sometidos á nuestra experiencia, las cosas se unen de tresmaneras: por yuxtaposicion en el espacio; por coexistencia en el tiempo;y por asociacion en el ejercicio de su actividad. Del primer modo, estánunidos los elementos que constituyen la extension; del segundo todos losobjetos que pertenecen á un mismo tiempo; y del tercero todos los quereunen sus fuerzas dirigiéndolas á un mismo fin.

[31.] La union que consiste en la continuidad de los elementos en elespacio, no tiene un valor, á los ojos de la ciencia, sino en cuanto hayun ser inteligente que percibe las formas que resultan de lacontinuidad, reduciéndolas á principios de unidad en tipos ideales.Cuatro líneas de puntos dispuestas de manera que formen un cuadrilátero,no significan nada científico, hasta que hay una inteligencia quepercibe bajo la unidad, la forma de cuadrilátero. No niego la existenciadel cuadrilátero independientemente de la percepcion intelectual;prescindiendo de la inteligencia, existirian ciertamente aquellas líneasdispuestas de la misma manera; pero esta disposicion en forma decuadrilátero, es una relacion, no es un ser distinto del conjunto de loselementos dispuestos; y por sí sola no ofrece objeto á la inteligencia,sino en cuanto se presenta bajo la unidad de la forma de cuadrilátero.{242}

Cuando la inteligencia busca un verdadero ser, no lo encuentra sino enlos elementos; y al querer percibir la relacion de estos, se veprecisada á echar mano de la unidad de forma.

[32.] La coexistencia en el tiempo es una relacion que por sí sola, noda ni quita nada á los objetos. Estos tienen su existencia independientede dicha relacion: para que coexistan es necesario que existan. Larelacion solo significa algo perceptible por el entendimiento, en cuantose presenta á este bajo la unidad: que en tal caso es unidad de tiempo,así como en el anterior, era unidad de espacio.

[33.] La asociacion de actividades tampoco significa nada concebible,sino en cuanto expresa la convergencia de las fuerzas hácia un mismoobjeto. Si faltase la unidad del punto de direccion, la reunion noespresaria nada; y la inteligencia tendria por objeto las actividadesdispersas sin ninguna relacion.

[34.] Queda pues demostrado que la unidad es una ley de nuestroentendimiento, fundada en la misma naturaleza de las cosas. El serabsoluto no se encuentra en lo compuesto sino en lo simple; y el serrelativo no es ni siquiera concebible, sino en cuanto está sometido á launidad.

[35.] El otro orígen de la tendencia de nuestro espíritu hácia launidad, le encontramos en la naturaleza del mismo. Él en sí, es uno,simple, y por consiguiente procura asimilárselo todo

{243}en

esa unidad ysimplicidad. Bajo la variedad inmensa de los fenómenos sensibles,intelectuales y morales, que experimenta sin cesar, se siente uno enmedio de la multiplicidad, permanente al través de la sucesion. Laidentidad del yo le está atestiguada por el sentido íntimo con unacerteza irresistible. Esa unidad, esa identidad, es tan cierta, tanevidente para el niño que comienza á sentir dolor ó placer, y que estáseguro de que es él mismo quien experimenta ambas impresiones, como parael filósofo que ha invertido largos años en investigaciones profundassobre la idea del yo y la unidad de la conciencia.

La unidad y simplicidad que experimentamos en nosotros, nos obligan áreducir lo compuesto á lo simple, y lo múltiplo á lo uno. La percepcionde las cosas mas compuestas se refiere á una conciencia esencialmenteuna: aun cuando percibiésemos con un solo acto toda la complicacion quehay en el universo, este acto seria simplicísimo, pues que nó de otromodo podria el yo decir: yo percibo.

[36.] Existen pues dos razones para que nuestro espíritu busque en todola unidad. La inteligibilidad de los objetos no existe sino en cuantoestán sometidos á una cierta unidad perceptible, á una forma bajo lacual lo múltiplo se haga uno y lo compuesto simple. El objeto delentendimiento es el ser; y el ser está en lo simple. Lo compuestoenvuelve un conjunto de elementos simples, con la relacion que se llama union: pero {244}esta no forma objeto perceptible, sino en cuanto sepresenta bajo cierta unidad.

La inteligencia es inconcebible en el sujeto, sin la indivisible unidadde la conciencia. Todo ser inteligente necesita este vínculo que une lavariedad de los fenómenos, de que es sujeto: si llegase á faltar dichaunidad, estos fenómenos serian un conjunto informe, sin ninguna relacionentre sí; serian actos intelectuales sin un ser inteligente.

La tendencia á la unidad nace de la perfeccion de nuestro espíritu, y esen sí misma una perfeccion: pero es necesario guardarse de extraviarla,buscando una unidad real, donde solo podemos encontrarla facticia. Deesta exageracion dimana un error funesto, el error de nuestra época, elpanteismo. La unidad está en nuestro espíritu; está en la esenciainfinita, causa de todos los seres finitos; pero no está en el conjuntode estos seres, que aunque unidos por muchos lazos, no dejan de serdistintos. En el mundo hay unidad de órden, unidad de armonía, unidad deorígen, unidad de fin; pero no hay unidad absoluta. En la unidadarmónica entra tambien el número, el cual es incompatible con esa unidadabsoluta, que combaten á un mismo tiempo la experiencia y la razon.{245}

CAPÍTULO V.

GENERACION DE LA IDEA DEL NÚMERO.

[37.] La unidad es el primer elemento del número, mas por sí sola noconstituye el número: este no es la unidad, sino la coleccion deunidades.

[38.] El dos, ya es número. ¿Qué es la idea del dos? Salta á la vistaque esta idea no se confunde con su signo: los signos son muchos y muydiferentes; ella es una, y siempre la misma.

[39.] A primera vista parece que la idea del dos es independiente delmodo de su generacion; y que siendo única se puede formar por adicion ósustraccion; sumando uno con uno; ó restando uno de tres. 1+1=2; 3-1=2.Pero reflexionando sobre estas dos expresiones se descubre que lasegunda es imposible sin la primera. No sabríamos que 3-1=2, si nosupiéramos que el dos entra en la composicion del tres, y de qué modo;nada de esto puede sernos conocido, si no tenemos de antemano idea deldos. La idea de suma es pues esencial á la idea del dos: y esta no esmas que la percepcion de dicha suma.

[40.] La idea del dos no es sensacion, pues que se extiende á losensible como á lo insensible, á lo simultáneo como á lo sucesivo. Suobjeto es compuesto; ella en sí, es simple.{246}

[41.] Como en el dos la coleccion es de pocos objetos, la imaginacionpuede representarse lo que el entendimiento percibe; así la idea nosparece mas clara, porque tiene delante una representacion, en que puedesensibilizarse. La idea de adicion hecha in facto, es decir la desuma, entra en la idea del dos; mas nó la adicion in fieri. Tenemos deeste número una idea clarísima, sin pensar en uno mas uno,sucesivamente.

[42.] La idea del dos se refiere así á lo simultáneo como á lo sucesivo;pero nuestro espíritu no la descubre en las cosas hasta que se ha puestola última. Esta percepcion tiene por objeto la relacion de las cosasreunidas; el entendimiento las percibe como tales, y solo entonces tieneidea del dos.

[43.] La percepcion sucesiva, ó simultánea de dos objetos, si no estáacompañada de relacion, no es idea del dos. En esto se funda lo quesuele decirse de que un hombre y un caballo no hacen dos, sino uno yuno: porque entonces se presentan al entendimiento el hombre y elcaballo, nó por lo que se parecen, sino por lo que se diferencian; ysolo forman número cuando se ofrecen al espíritu bajo una idea comun.Así, prescindiendo de su diferencia, y considerados solo como animales,ó seres corpóreos, ó seres, ó cosas, forman dos.

[44.] No hay pues número cuando entre los objetos no hay semejanza, ó noestán comprendidos de algun modo bajo una idea comun. El número {247}porexcelencia es el abstracto; porque prescindiendo de lo que distingue lascosas numeradas, las considera únicamente como seres, y por tanto comosemejantes, como contenidas bajo la idea general de ser. Los númerosconcretos, no son números, sino cuando participan de esta propiedad. Dos, que puede aplicarse á un caballo y un caballo, no es aplicable áun caballo y un hombre; pero lo es, si no pensando en la diferencia deracional é irracional, los confundo en la idea de animal. El númeroconcreto necesita una denominacion comun; de lo contrario no es número.

[45.] En la idea del dos, entra la de distincion; es decir la de que unobjeto no sea otro: por manera que envuelve por necesidad una afirmaciony una negacion. Afirmacion de la existencia, real, ó posible, óimaginada, de los objetos contados; negacion del uno con respecto alotro. La afirmacion, sin distincion, sin negacion, envuelve laidentidad. Las dos ideas de identidad y de distincion entran en la deldos, y de todo número. Identidad de cada extremo para consigo;distincion de ellos entre sí. La identidad en la cosa es la cosa misma;la identidad en la idea es la simple percepcion de la cosa. Ladistincion en la cosa es la negacion con respecto á otra; la distincionen la idea, es la percepcion de la negacion. Cuando percibimos una cosasiempre la percibimos idéntica: y por tanto la idea de unidad estácontenida en toda percepcion. Cuando percibimos una cosa, no siempreatendemos á su negacion {248}con respecto á otra, y por tanto no siemprepercibimos el número. La idea de este nace al hacer la comparacion;cuando vemos un objeto que no es otro.

[46.] En la idea del dos entran las siguientes: ser, distincion,semejanza. Ser, porque la nada no se cuenta. Distincion, ó negacion deque uno sea otro; porque lo idéntico no forma número.

Semejanza; porquesolo se numeran las cosas, en cuanto se prescinde de su diferencia. Elser es la base de la percepcion. La distincion es la base de lacomparacion. La semejanza es la base de la reunion. La percepcioncomienza por la unidad, sigue por la distincion, y acaba por lasemejanza, que es una especie de unidad. La percepcion de esta semejanzahace reunir lo distinto. La reunion no siempre está en las cosas, bastaque se halle en la idea que las comprende. Los polos del mundo son dos,y no están reunidos. Para la percepcion del número dos, no bastapercibir simplemente los objetos, es necesario poder c