[52.] Esta dificultad es bastante especiosa, si no se ha comprendidoperfectamente el sentido de la palabra, exclusion. Cuando digoexclusion, no entiendo únicamente la repugnancia intrínseca de los seresentre sí; y solo quiero significar, que por una ú otra razon, intrínsecaó extrínseca, al poner la existencia del uno, se ponga la negacion {289}dela existencia del otro. Esta aclaracion basta para soltar la dificultad.
[53.] Dos mundos totalmente independientes, pueden estar sometidos áesta exclusion por la voluntad de Dios. Dios puede crear el uno, sincrear el otro: hé aquí puesta la existencia del primero, y la negaciondel segundo: Dios puede dejar de conservar el primero, y crear elsegundo: hé aquí la existencia del segundo y la negacion del primero: héaquí un antes y despues, una sucesion en la existencia. Dios puedecrear los dos; podemos concebir existentes los dos, sin negacion de laexistencia de ninguno de ellos: hé aquí la coexistencia.
[54.] Para profundizar mas esta cuestion, detengámonos un momento encomprender qué es la coexistencia. ¿Cuándo se dirá que dos serescoexisten, ó que existen á un mismo tiempo? Cuando no hay sucesion entreellos; cuando los dos existen: cuando no hay la existencia del uno y lanegacion del otro. Para concebir la coexistencia, no necesitamos mas queconcebir simplemente la existencia de los seres; la idea de sucesion seforma, cuando con la idea de la existencia del uno, combinamos la ideade la negacion del otro. Coexistir pues los seres, es existir;sucederse, es ser los unos y no ser los otros: el ser se refiere solo álo presente; lo pasado y lo futuro no es ser; solo es lo que es; nó loque fué ó será. Aquellas palabras del sagrado texto: «Yo soy el que soy;el que es, me envió á vosotros;»{290} envuelven una verdad profunda, unafilosofía asombrosa, una ontología admirable.
[55.] Donde no hay ser y no ser, no hay pues sucesion; no hay tiempo; nohay mas que presente; hay la eternidad. Concebid un ser inmutable en síy en todos sus actos; concebid su inteligencia una, su voluntad una;siempre con el mismo objeto; siempre inalterable, siempre con laplenitud de ser; sin negacion de ninguna clase; para este ser, no hayantes ni despues; no hay sino ahora; sí le atribuis la sucesion deinstantes, le aplicais la obra de vuestra imaginacion, pero sinfundamento alguno. Reflexionad bien lo que quiere decir antes y despues, en lo que no se muda ni se puede mudar, en nada, por nada nipara nada; y veréis que la sucesion es en tal caso una palabra sinsentido. ¿Y por qué le atribuimos esta sucesion? Porque juzgamos delobjeto por nuestras percepciones: y estas percepciones se suceden,tienen una alternativa de ser y no ser, aun cuando versan sobre unobjeto inmutable.
[56.] Haga cada cual la prueba en su interior: conciba dos seresexistentes, sin añadir á este pensamiento nada accesorio, ni de negacionde ser, ni de tiempo, ni de otra cosa; perciba simplemente la existenciade los dos seres; y vea si le falta nada para tener idea de sucoexistencia. Por el contrario; quiera percibir la sucesion, diferenciade instantes; es necesario que perciba la existencia del uno, y lanegacion de la existencia {291}del otro. Luego la idea de coexistencia essimple; nada envuelve sino existencia de los seres: luego la de sucesiones compuesta de la combinacion del ser con el no ser.
[57.] No puedo menos de hacer notar aquí, la fecundidad de la idea delser, la cual combinada con la de no ser, nos suministra la del tiempo.Hemos visto en el libro anterior, que las de unidad y número se formabande una manera semejante; y en lo sucesivo tendremos ocasiones deobservar, que brotan de las ideas de ser y de no ser, algunas otras, queaunque secundarias con respecto á las que las engendran, son sin embargade las mas capitales que posee el espíritu humano. Llamo sobre esteparticular la atencion, deseoso de que el lector vaya acostumbrándose áreferir todas las ideas á pocos puntos, en que todas se enlacen, nó conun vínculo facticio, producto de métodos arbitrarios, sino por la íntimanaturaleza de las cosas. Lo que es la extension para las intuicionessensibles, es la idea de ente para los conceptos, intuicion de laextension; idea del ente: estos son dos puntos fundamentales en toda laciencia ideológica y ontológica: dos datos primitivos que posee elespíritu humano para resolver todos los problemas, así en el órdensensible como en el intelectual puro. Situándose en este punto de vistatodo se esclarece, y se dispone en un órden sumamente lógico, porque esnatural.
[58.] Permítaseme una observacion sobre el {292}método que voy siguiendo. Hecreido que no era conveniente desenvolver por separado mi opinion sobreestos vínculos generales, de todas las ideas; en cuyo caso, hubiera sidopreciso tratar la filosofía por un órden sistemático, poniendo alprincipio lo que solo debe hallarse al fin, y queriendo establecer comodoctrina preliminar lo que solo debe ser el resultado de un conjunto dedoctrinas. Para conseguir mi objeto era indispensable ir analizandosucesivamente las ideas y los hechos, prescindiendo de todo sistema; noviolentándolos para que se acomodasen á este, sino examinándolos paraver lo que de ellos resultaba. Este es sin duda el mejor método; así sealcanza el conocimiento de la verdad como un fruto del trabajo sobre loshechos; y no se alteran los objetos para forzarlos á plegarse á laopinion del autor. Cuando acabamos de experimentar la aplicacion quetienen, las ideas de ser y de no ser á uno de los puntos mas abstrusosde la metafísica, no habrá sido inoportuno el llamar un momento laatencion del lector para que eche de ver la trabazon de las doctrinas.{293}
CAPÍTULO IX.
PRESENTE, PASADO Y FUTURO.
[59.] Explicada la idea de coexistencia, vamos á definir las variasrelaciones que nos ofrece el tiempo. Las principales son tres: presente,pasado y futuro: todas las demás son combinaciones de estas entre sí.
[60.] El presente es el único tiempo absoluto; quiero decir, que nonecesita de ninguna relacion para ser concebido. Lo presente se concibesin relacion á lo pasado ni á lo futuro. Lo pasado ni lo futuro, nopueden concebirse sino con relacion á lo presente.
[61.] Pasado: esta es una idea esencialmente relativa. Cuando se hablade pasado, se ha de tomar siempre un punto á que se refiera, y conrespecto al cual se diga que pasó. Este punto es presente en la realidadó en el órden ideal; esto es, que con el entendimiento nos colocamos endicho punto, nos le hacemos presente por decirlo así, y con respecto áél hablamos de lo pasado.
En prueba de que la idea de pasado es esencialmente relativa, se puedeobservar, que variando los puntos de referencia, lo pasado deja deconsiderarse como tal y se ofrece como presente ó futuro.
Hablandoactualmente de los {294}acontecimientos del tiempo de Alejandro, se nospresentan como cosas pasadas, porque las referimos al momento presente;peco si hablamos por ejemplo del imperio de Sesostris, la época deAlejandro deja de ser pasada y se convierte en futura. Si tratásemos desucesos contemporáneos á aquellos, dicha época dejaría de ser pasada yfutura, y se convertiria en presente.
Lo pasado pues se refiere siempre á un punto presente tomado en lacadena de los tiempos; y con respecto á este, se dice que una cosa fué ópasó: sin esta relacion es imposible concebir la idea de pasado; esabsurda.
[62.] ¿Qué es la relacion de pasado? Ateniéndonos á la definicion quehemos dado del tiempo, diremos que cuando percibimos el ser de una cosa,y luego su no ser y el ser de otra, aquella es pasada con respecto áesta.
[63.] ¿Qué sucederia pues si percibiésemos el ser de una cosa, y luegosu no ser, sin relacion á otro ser? Esta es una hipótesis absurda:porque este otro ser lo hemos de hallar siempre, siquiera en nosotrosque percibimos el ser y el no ser.
Se replicará que podemos suponer la completa desaparicion de nosotrosmismos, y que entonces queda en pié la dificultad. Aunque nosotrosdesapareciésemos, habria inteligencias capaces de percibir el ser y elno ser. Cuando no hubiese ninguna inteligencia finita, permaneceria lainfinita.
[64.] Aquí surge una nueva dificultad: porque se {295}puede preguntar, sicon relacion á la inteligencia infinita, la cosa seria pasada.Admitiendo que sí, parece que introducimos el tiempo en la duracion deDios, con lo cual destruimos su eternidad que excluye toda sucesion. Sidecimos que á los ojos de la inteligencia infinita la cosa no es pasada,no lo será realmente, porque las cosas son tales como Dios las conoce.Entonces resulta la idea de ser y no ser, y sin embargo no resulta laidea de pasado. Esta dificultad se funda en la confusion de lostérminos.
Supongamos que Dios no hubiese criado mas que un ser solo, y que estehubiese dejado de existir: y examinemos los resultados de estahipótesis. Dios conoce la existencia del objeto y la no existencia. Esteacto intelectual, es simplicísimo: en él no ha habido ni podido habersucesion alguna. Con respecto á Dios no hay propiamente pasado; y siesta idea se quiere aplicar al objeto, significa simplemente su noexistencia con relacion á su existencia destruida ya. Presentadas lasideas bajo este punto de vista se comprende perfectamente como en Diosno hay pasado, pero sí conocimiento de las cosas pasadas.
[65.] En esta hipótesis ¿cómo se mediria el tiempo de la criatura única?por sus mudanzas; ¿y si estas no existiesen? en esta suposicionimaginaria, no habria tiempo.
Aunque á primera vista esta consecuencia parezca extraña, es necesariaabsolutamente: ó se debe desechar la definicion que hemos dado del{296}tiempo, ó es preciso admitir que no hay tiempo cuando no hay mudanza.
[66.] Sea lo que fuere de estas cuestiones fundadas en hipótesisimaginarias, siempre resulta cierto que la idea de pasado esesencialmente relativa; y que en ninguna suposicion podemos concebir lopasado despojándole de toda relacion. La palabra fué recuerda el ser yel no ser: la sucesion constitutiva del tiempo. En esta relacion, elórden es de tal naturaleza que el no ser es percibido despues del ser;por esto se llama pasado.
[67.] La idea de futuro es tambien relativa á lo presente. Sin estarelacion, el futuro es inconcebible. Futuro es lo que ha de venir, loque ha de ser con respecto á un ahora real ó hipotético; porque de lofuturo se verifica lo mismo que observamos de lo pasado (61), esto es,que se le hace cambiar mudando el punto de su referencia: lo futuro paranosotros será pasado para los que vengan despues: lo que era futuro paralos pasados, es presente ó pasado para nosotros.
El punto de referencia de lo futuro es siempre un presente: no puedereferirse á lo pasado como á último término, porque este en sí, serefiere tambien á lo presente.
[68.] Luego lo único que se encuentra absoluto en la idea del tiempo, eslo presente: este no necesita de ninguna relacion; y no solo no lanecesita, pero ni la consiente; pues que no lo
{297}podemos referir á lopasado ni á lo futuro, ya que estos dos tiempos presuponen la idea depresente, sin la cual no se pueden ni siquiera concebir.
[69.] El tiempo es una cadena cuyas partes son divisibles hasta loinfinito: no hay tiempo que no podamos dividir en otros tiempos: elinstante indivisible nos representa una cosa análoga al puntoindivisible: un límite al cual nos aproximamos, sin poderle alcanzarnunca: un elemento inextenso generador de la extension. El puntogeométrico para engendrar una línea, necesita moverse; y no concebimosposible el movimiento, sin presuponer espacio en el cual el punto semueva; es decir, que tratamos de engendrar la extension, y comenzamospor presuponerla. Una cosa semejante nos sucede con el tiempo.Imaginamos un instante indivisible, de cuya fluxion resulta esacontinuidad de duracion que llamamos tiempo; pero esta fluxion esimposible, si no suponemos un tiempo en que fluya. Queremos pues asistirá la generacion del tiempo, y le suponemos ya existente, prolongandohasta lo infinito, como en una línea inmensa en la cual se realice lafluxion del instante. ¿Qué debemos inferir de estas contradiccionesaparentes? nada menos que una robusta confirmacion de la doctrinaestablecida.
El tiempo no es nada distinto de las cosas: la duracion en abstracto,distinta de la cosa que dura, es un ente de razon, una obra que nuestro{298}entendimiento elabora aprovechando los elementos que le suministra larealidad. Todo ser es presente; lo que no es presente no es ser; elinstante actual, el nunc, es la realidad misma de la cosa; no bastapara constituir el tiempo, pero es indispensable para el tiempo; puedehaber presente sin pasado ni futuro; no puede haber pasado ni futuro sino hay presente. Cuando á mas de ser hay no ser, y se percibe estarelacion, el tiempo comienza; concebir pasado y futuro sin laalternativa de ser y no ser, como una especie de línea que se prolongahasta lo infinito en dos direcciones opuestas, es tomar por ideafilosófica un vano juego de la fantasía, es aplicar al tiempo la ilusionde los espacios imaginarios.
[70.] Luego si no hay mas que ser, solo hay duracion absoluta, presente;entonces no hay pasado ni futuro, y por consiguiente no hay tiempo. Estees por esencia una cantidad sucesiva, fluyente; no se la puedesorprender en su actualidad; porque esta es siempre divisible, y todadivision en el tiempo constituye pasado y futuro: lo cual es unademostracion de que el tiempo es una pura relacion, y de que en cuantoestá en las cosas, solo expresa ser y no ser.{299}
CAPÍTULO X.
APLICACION DE LA DOCTRINA ANTERIOR Á VARIAS CUESTIONES
IMPORTANTES.
[71.] Se comprenderá mejor esta teoría, haciendo aplicacion á laresolucion de varias cuestiones.
1.º Antes de la creacion del mundo, ¿cuánto tiempo habia trascurrido?ninguno. No habiendo sucesion, no habia mas que presente: la eternidadde Dios. Lo demás que imaginamos, es una pura ilusion, combatida por labuena filosofía.
2.º ¿Era posible que al comenzar la existencia de este mundo, hubieseexistido otro? Sin duda: para esto bastaba que Dios le hubiese criado,sin criar el actual; bastaba el ser del uno; con el no ser del otro. Ycomo el no ser lo hay, con solo no poner la creacion, resulta que siDios hubiese criado el uno sin criar el otro, y dejado de conservar elprimero criando el segundo, habria sucesion, habria anterioridad detiempo.
3.º Hay aquí otra cuestion curiosa, algo extraña, y que á primera vistaofrece bastante dificultad.
¿Era posible la existencia de un mundo anterior á este, en algun tiempo? ó en otros términos: en el momentode principiar el actual, ¿podría haber cesado de existir otro mundo algun tiempo antes?—Si bien se observa, esta cuestion {300}implica unacontradiccion: supone un intervalo de tiempo, es decir de sucesion, sinnada que se pueda suceder. Si habia dejado de existir un mundo, y noexistia el nuevo, no habia nada sino Dios: luego no habia sucesion; nohabia mas que eternidad. Preguntar pues cuánto tiempo distaron las dosexistencias, es suponer que hay tiempo, cuando no le hay; la respuestadebe ser, que la cuestion es absurda.
Pero se nos dirá: ¿distaron ó no distaron?—No hay distancia de tiempo,cuando no hay tiempo; esta distancia es una pura ilusion, con queimaginamos tiempo, mientras por el estado de la cuestion suponemos queno hay tiempo.
Entonces se nos objetará: los dos mundos sucesivos serán inmediatos pornecesidad; es decir que el primer instante de la existencia del uno,será inmediato al último instante de la existencia del otro. Lo niego:la inmediacion de instantes supone la sucesion de seres enlazados entresí con cierto órden, como los fenómenos del mundo actual: los dos mundosen cuestion, no tendrian entre sí relacion alguna; no habria pues entreellos, ni distancia ni inmediacion.
Se replicará que no hay medio entre el ser y el no ser; que siendo ladistancia la negacion de la inmediacion, y esta la negacion de ladistancia, negando la una ponemos la otra y viceversa: ó estarán puesdistantes ó inmediatos.—Esta réplica supone tambien una cosa quenegamos; habla de la distancia y de la inmediacion, es decir {301}deltiempo, como si este fuera una cosa positiva, distinta de los mismosseres. El principio de que cualquiera cosa es ó no es, «quodlibet estvel non est», es aplicable cuando hay una cosa, pero cuando no hay nada,no hay disyuntiva. El tiempo de los dos mundos no es nada distinto deellos; es la sucesion de sus respectivos fenómenos; la sucesion de losdos entre sí, tampoco es nada distinto de ellos; es el ser del uno y lanegacion del otro; y despues, el ser de este y la negacion de aquel.Dios veria esto; y lo podria ver una criatura inteligente quesobreviviese al anonadamiento del primer mundo. A los ojos de Dios, queveria la realidad, la sucesion seria simplemente la existencia y la noexistencia respectiva de los dos objetos; en cuanto á la criaturainteligente, diria que los dos mundos son inmediatos, si á la percepciondel último instante del mundo anonadado, hubiese seguido sin otrapercepcion intermedia, la del nuevo mundo existente; y diria que haydistancia, si entre el anonadamiento, y la percepcion de la nuevacreacion, hubiese experimentado varias percepciones. La medida de estetiempo, se hubiera tomado del único ser que sentia en sí las mudanzas depercepciones, y hubiera sido mas ó menos largo, segun que estas habriansido en mayor ó menor número.
[72.] La idea del tiempo es esencialmente relativa; como que es lapercepcion ordenada del ser y del no ser. La simple percepcion de uno delos dos extremos no basta para engendrar en
{302}nuestro espíritu la ideadel tiempo, esta encierra pues por necesidad la comparacion. Lo mismo severifica en la del espacio, que en casi todo, tiene con la del tiemponotable semejanza.
No concebimos espacio, ni extension de ninguna clase,sin yuxtaposicion; es decir, sin relacion de varios objetos. Lamultiplicidad pues, entra necesariamente en las ideas de espacio ytiempo: de donde se infiere que concibiendo un ser absolutamente simple,que no contenga multiplicidad, ni en su esencia ni en sus actos, en quetodo esté identificado con su esencia, no caben las ideas de espacio ytiempo; y asi son meras ficciones de la imaginacion, cuando lesatribuimos algo de real mas allá del mundo corpóreo, y anteriormente ála existencia de lo criado.
CAPÍTULO XI.
EL ANÁLISIS DE LA IDEA DEL TIEMPO, CONFIRMA LA SEMEJANZA
DE ESTA CON LADEL ESPACIO.
[73.] Explicada ya la idea del tiempo, y hecha aplicacion de la misma álas cuestiones mas difíciles, podremos aclarar esta doctrina, haciendonotar lo que ya habíamos indicado (cap. III), sobre la semejanza que hayentre el tiempo y el espacio. Análogas son las dificultades;
{303}análoga ladefinicion de ambas ideas; análogos los resultados; análogas lasilusiones que nos impiden el conocimiento de la verdad. Lo que antes seanunciaba con respecto á las dos ideas, considerada la del tiempo por loque á primera vista presentaba, ahora podemos consignarlo como un seguroresultado de las investigaciones analíticas. Llamo muy particularmentela atencion sobre el siguiente paralelo, porque esclarece sumamente lasideas.
[74.] El espacio en sí no es nada distinto de los cuerpos: es la mismaextension de los cuerpos; el tiempo en sí, no es nada distinto de lascosas: es la misma sucesion de las cosas.
[75.] La idea de espacio es la idea de la extension, en toda sugeneralidad; la idea del tiempo es la idea de la sucesion, en toda sugeneralidad.
[76.] Cuando no hay cuerpos, no hay espacio; cuando no hay cosas que sesuceden, no hay tiempo.
[77.] Un espacio infinito anterior á los cuerpos, ó fuera de loscuerpos, es una ilusion de la fantasía; un tiempo infinito, un tiempoanterior á las cosas, ó fuera de las cosas, es tambien una ilusion de lafantasía.
[78.] El espacio es continuo; el tiempo tambien lo es.
[79.] Una parte del espacio excluye la otra; una parte del tiempoexcluye tambien la otra.
[80.] Un espacio puro en que se hayan de situar {304}los cuerpos, es unjuego de la imaginacion; una sucesion, un tiempo, en que se hayan desuceder las cosas, es tambien un juego de la imaginacion.
[81.] Lo puramente simple no necesita para nada el espacio; puedeexistir sin él; lo inmutable no necesita para nada el tiempo, puedeexistir sin él.
[82.] Lo simple é infinito, está presente á todos los puntos delespacio, sin perder su simplicidad; lo inmutable é infinito, estápresente á todos los instantes del tiempo, sin alterar su eternidad.
[83.] Dos cosas distan en el espacio, porque hay cuerpos interpuestos;esta distancia no es mas que la extension de los mismos cuerpos; dosseres distan en el tiempo, porque hay otros seres interpuestos: estadistancia es la misma existencia de los seres que se interponen.
[84.] La extension no necesita otra extension donde colocarse, pues delo contrario resultaria un processus in infinitum; la sucesion de lascosas tampoco necesita otra sucesion, donde suceder.
[85.] Así como nos formamos idea de la sucesion continua en el espacio,distinguiendo varias partes de la extension y percibiendo que la unaexcluye á la otra; así nos formamos idea de la sucesion continua deltiempo, distinguiendo los varios hechos, y percibiendo que el unoexcluye al otro.
[86.] Para formarnos ideas determinadas de {305}las partes del espacio,necesitamos tomar una medida y referirnos á ella; para formarnos idea delas partes del tiempo, necesitamos tambien tomar una medida. La delespacio es la extension de algun cuerpo que conocemos; la del tiempo esde algun conjunto de mudanzas que conocemos. Para medir el espacio,buscamos cosas fijas en cuanto cabe; á falta de mejor, recorrieron loshombres á partes de su cuerpo, palmos, piés, codos, pasos, que lesdiesen aproximacion, ya que nó exactitud, y habiendo adelantado lasciencias exactas, se ha tomado el metro, que es un 1/40.000.000. delmeridiano de la tierra; para el tiempo se ha recorrido tambien almovimiento de los cuerpos celestes, al movimiento diurno, al año lunar,al solar, al sideral.
[87.] La idea del número es necesaria para determinar el espacio ycomparar sus partes diferentes; la misma idea es necesaria del mismomodo al tiempo. La cantidad discreta es la luz de la continua.{306}
CAPÍTULO XII.
RELACIONES DE LA IDEA DEL TIEMPO CON LA EXPERIENCIA.
[88.] Si el tiempo no es nada distinto de las cosas ¿cómo es quenosotros le concebimos en abstracto, independientemente de las mismascosas? ¿cómo es que se nos ofrece cual un ser absoluto, en el que todose mueve, todo se transforma, sin que él sufra transformacion nimovimiento? Si es un hecho subjetivo, ¿por qué le aplicamos á las cosas?Si es objetivo, ¿por qué se mezcla en todas nuestras percepciones?porque entraña necesidad suficiente para ser objeto de la ciencia.
La idea del tiempo, sea lo que fuere, parece anterior á la percepcion detodas las transformaciones; inclusa la conciencia de todos los actosinternos. Nada de esto podemos conocer, si el tiempo no nos sirve comode un recipiente en el cual coloquemos las mudanzas propias y lasajenas.
[89.] La idea del tiempo no nace de la observacion; porque en tal casoseria la expresion de un hecho contingente, que no podria dar orígen ála ciencia. Medimos el tiempo con la misma exactitud que el espacio; ysu idea es una de las {307}mas fundamentales en las ciencias exactas, encuanto tienen alguna aplicacion á los objetos de la naturaleza.
[90.] De esto parece inferirse que la idea del tiempo es innata ennuestro espíritu; y que es anterior á todas las ideas y aun á lassensaciones; pues que ni estas ni aquellas pueden eximirse de estarcontenidas en la duracion sucesiva.
[91.] La necesidad entrañada por la idea del tiempo, parece indicar queel tiempo es independiente de las cosas transitorias; en cuyo caso, nosvemos precisados, ó á convertirle en un hecho puramente subjetivo, ó áotorgarle una realidad objetiva, independiente de todo lo mudable. Conlo primero le destruimos; con lo segundo, le damos el carácter de unatributo de la divinidad. Negar el tiempo, es negar la luz del sol;elevarle al rango de atributo de la divinidad, es admitir mudanza en elser inmutable. La pura subjetividad nos conduce á la negacion; laobjetividad á la divinizacion: ¿no habrá un camino medio?
[92.] Convengo sin dificultad en que la idea del tiempo no es de puraexperiencia. Esta, por si sola no es capaz de proporcionarnos unelemento tan sólido y fijo, sobre el cual descansamos con enteraseguridad, en todas las observaciones científicas. Mucho menos puedesostenerse que la idea del tiempo nazca de la experiencia puramentesensible, ni que en si misma sea una sensacion.{308}
[93.] La idea del tiempo no es una sensacion: aquella es relativa; estaes una afeccion de nuestro ser; todo lo que sea referir ó comparar, noentra para nada en ella. Cuando experimentamos la sensacion, si notuviésemos una facultad distinta de la de sentir, nos quedaríamoslimitados á la sensacion pura, sin considerar ni antes ni despues, nirelacion de ninguna clase. La sensacion, estando limitada á determinadasespecies de objetos, no puede extenderse á todos, como lo hace la ideadel tiempo. Con este medimos no solo el mundo externo, sino el interno;no solo las afecciones corporales, sino las mas recónditas y masabstractas acciones de nuestro espíritu.
Siendo el tiempo, en sí, lasucesion misma; y en nuestro entendimiento, la percepcion de estasucesion, no ofrece al espíritu ningun objeto sensible; aun cuando eltiempo se refiera á ellos, y sea como el lazo de ellos, no es ellosmismos, ni la intuicion de ninguno de ellos por sí solo. En el tiempoque mide la sucesion de un sonido y de una vision, claro es que la ideadel tiempo no puede ser ni la vision, ni el sonido, sino la percepcionde su sucesion, de su enlace. Si fuera la vision sola, ó la audicionsola, bastaria una de ellas para percibir el tiempo, lo que es absurdo,pues no hay tiempo sin sucesion, y de consiguiente no habrá tiempomedidor de las dos sensaciones, si no las hay. Esta idea de tiempo esindependiente de cualquiera de las dos; es algo superior á las mismas;es una especie de {309}forma universal, independiente de esta ó aquellamateria; por manera que, si despues del sonido, en lugar de la vision,se nos ofrece inopinadamente otro sonido, la medida de la sucesion seráidéntica, y esta medida no es mas que la idea del tiempo. Lassensaciones, como simples hechos contingentes, no fundan verdadesnecesarias y universales, no sirven de cimiento á una ciencia: pero laidea del tiempo es una de las mas capitales de todas las cienciasfísicas, y que se somete á riguroso cálculo, como la extension; luego noes una sensacion, ni puede nacer de ella.
[94.] Los conocimientos puramente experimentales, se limitan á la esferade la experiencia; la idea del tiempo, se extiende al órden real y alposible: no solo enseña lo que hay, sino lo que puede y debe haber; todo en relaciones de necesidad absoluta, capaces de sersometidas á riguroso cálculo; luego encierra algo mas que los elementossuministrados por la experiencia, tanto sensible como insensible. Sinesto, no es posible explicar la necesidad que entraña, ni salir de unacoleccion de hechos contingentes, llegando á la posesion de un elementocientífico.
[95.] Observemos de paso que aquí encontramos otra prueba de cuáninsubsistente y errado es el sistema de Condillac. Hasta ahora, no hemospodido explicar con dicho sistema ninguna de las ideas fundamentales; ylo mismo se manifiesta en la del tiempo, que por su naturaleza
{310}pareciadeber estar en relaciones mas íntimas en el órden sensible.
[96.] Si la idea del tiempo no es meramente experimental, ¿de quéespecie son su prioridad y necesidad?
CAPÍTULO XIII.
OPINION DE KANT.
[97.] Kant pretendiendo explicar el tiempo se sirve de la misma teoríaque ha empleado para el espacio. El tiempo, segun él, no es nad