Filosofía Fundamental Tomo II by Padre Jaime Luciano Balmes - HTML preview

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[69.] Esta opinion tiene en contra de sí, el que destruye la simplicidadde Dios. Sí el espacio es una propiedad de Dios, es Dios mismo; puestodo lo que hay en Dios, es Dios. Luego, siendo el espacio esencialmenteextenso, Dios será extenso tambien.

Clarke vió la fuerza de este argumento, fuerza que además le haciansentir los argumentos de su adversario Leibnitz; pero responde á él deuna manera muy débil. Dice que el espacio tiene partes, mas nóseparables.

Luego, sean como fueren, las tiene. Es cierto que en la ideadel espacio distinguimos las partes, sin separarlas; pero las concebimosrealmente en él; y sin ellas no concebimos el espacio. En este supuesto,¿á qué se reducirán las pruebas en favor de la inmaterialidad del alma?Si la sabiduría infinita pudiera ser extensa, ¿por qué no podria serlocon mucha mas razon el alma humana?

Empujado por su idea favorita, llegó Clarke á escribir lo que no era deesperar de un hombre como él.

«En cuestiones de esta naturaleza, dice,cuando se habla de partes, se entienden partes separables

,compuestas, y desunidas, tales como las de la materia, que por estarazon es siempre un compuesto, y nó una substancia simple. La materia noes una sola substancia, sino un compuesto de substancias. Por esto,

enmi concepto, la materia es incapaz de pensamiento

. Esta incapacidad nole viene de la extension, sino de que sus partes son substanciasdistintas, desunidas é independientes las unas de las otras» (Fragmentode una carta). Esta explicacion tiende á arruinar la simplicidad del serpensante; pues que por simplicidad siempre se ha entendido la absolutacarencia de partes, nó de tal ó cual especie de partes. Lainseparabilidad no destruye la existencia de las partes, solo afirma lafuerza de su cohesion.

[70.] Tambien seria de temer que esta doctrina abriese la puerta alpanteismo. Al mismo Clarke se le objetó ya el que con ella se hacia áDios alma del mundo; y aunque se defendió de este cargo, no obstantesiempre queda en pié una dificultad que no se le propuso, y que sinembargo no deja de ser grave. Si no hay inconveniente en decir que Dioses el espacio, ó que el espacio es una propiedad de Dios, ¿qué se oponeá que digamos que Dios es el mundo, ó que el mundo es una propiedad deDios? Si el mundo es extenso, tambien lo es el espacio; si pues Dios yespacio no son cosas contradictorias en un mismo ser, ¿por qué lo seránDios y el universo?

Dice Clarke que los cuerpos están compuestos de diferentes substancias;¿pero se sabe de los cuerpos otra cosa sino que son extensos, y que nosproducen ciertas impresiones? claro es que nó. Pues entonces, norepugnando á Dios la extension, y mucho menos la causalidad de lasimpresiones, no habria inconveniente en decir que lo que Clarke llamasubstancias distintas, no son mas que partes, ó si se quierepropiedades, de la substancia infinita. Newton llegó á decir que elespacio era el sensorio de Dios; y aunque Clarke sostiene contraLeibnitz que la expresion de Newton tenia un sentido muy racional, puesno era mas que una comparacion, no obstante el filósofo aleman insistede tal suerte sobre este cargo que bien se deja conocer le habia hechomalísimo efecto una palabra semejante.

[71.] Todo lo que sea mezclar á Dios con la naturaleza, ó ponerle encomunicacion perenne con ella, excepto con actos purísimos deentendimiento y voluntad, nos lleva á una pendiente sumamenteresbaladiza, en la cual es difícil no precipitarse hasta el fondo: y enese fondo está el panteismo, que no es mas que una fase del ateismo(II).

CAPÍTULO XI.

OPINION DE FENELON.

[72.] La opinion de Clarke tiene mucha semejanza con la de Fenelon,quien en su Tratado de la existencia y atributos de Dios

explica el dela inmensidad, de una manera que á primera vista sorprende. Dice así:«Despues de haber considerado la eternidad y la inmutabilidad de Dios,que son una misma cosa, debo examinar su inmensidad. Siendo por símismo, es soberanamente; y siendo soberanamente, tiene todo ser en sí;teniendo todo ser en sí, tiene sin duda la extension; la extension esuna manera de ser de que yo tengo idea. Ya he visto que mis ideas sobrelas esencias de las cosas son grados reales del ser, que existenactualmente en Dios, y son posibles fuera de él, porque él mismo lospuede producir; luego la extension existe en Dios, y él no puedeproducirla á fuera, sino porque la tiene encerrada en la plenitud de suser.»

Hasta cierto punto las palabras de Fenelon pueden ser interpretadas conun sentido que no rechaza el comun de los teólogos. Distinguen estosdos clases de perfecciones: unas que no envuelven ninguna imperfeccion,como la sabiduría, la santidad, la justicia; otras que envuelven algunaimperfeccion, como por ejemplo, las que pertenecen á los cuerpos, laextension, la figura etc. Las primeras que tambien se llamanperfecciones

simpliciter

, se hallan en Dios

formaliter

, esto es,tales como ellas son; pues que su naturaleza propia no incluyeimperfeccion de ninguna clase; y por consiguiente puestas en Dios, nidisminuyen ni afean su perfeccion infinita; las segundas, que tambien sellaman perfecciones

secundum quid

, están en Dios, nó

formaliter,

porque la imperfeccion que envuelven repugna á la perfeccion infinita,sino virtualiter eminenter

, esto es, que todo cuanto ellas encierrande perfeccion, de ser, se encuentra en Dios, perfeccion infinita, serinfinito; que por esta razon, Dios las puede producir en lo exterior,con su omnipotencia creadora; pero en cuanto preexisten en el serinfinito, están depuradas de toda limitacion, de toda imperfeccion, éidentificadas con la esencia infinita, tienen un modo de ser, muysuperior á lo que son en realidad: lo que se ha expresado con la palabra

eminenter

. Entre estas perfecciones

secundum quid

, se ha contadosiempre la extension.

[73.] Si el ilustre arzobispo de Cambrai se ciñese á este sentido, nadatendríamos que observar con respecto á su doctrina; pero las palabrasque siguen parecen indicar que se inclinaba á la opinion de los queafirman que el espacio es la misma inmensidad de Dios, «¿Por qué pues,continúa, no le llamo extenso y corpóreo? porque hay muchísimadiferencia, como yo lo he notado, entre atribuir á Dios todo lo positivode la extension, y atribuírsela con un límite ó una negacion: quienpone la extension sin límites, cambia la extension en inmensidad

; quienpone la extension con un límite, hace la naturaleza corpórea. «Por estaspalabras se podria creer que Fenelon no distingue dos modos de ser de laextension, como lo hacen los teólogos: y que atribuye á Dios todo lopositivo de la extension, solo que se la da sin límite. De esto pareceresultar que Dios es propiamente extenso, bien que con extensioninfinita. Con todo el respeto que se merece la ilustre sombra de uno delos primeros ornamentos de la Iglesia Católica, de uno de los hombresmas grandes de los tiempos modernos, me atrevo á decir que semejanteopinion no me parece sostenible. Un Dios propiamente extenso, aunquefuera con extension infinita, no es Dios; lo extenso es esencialmentecompuesto; Dios es esencialmente simple: estas son cosascontradictorias.

[74.] Pero oigamos al ilustre Prelado que continúa exponiendo ydefendiendo su opinion de la manera siguiente. «Desde que no poneislímite á la extension, le quitais la figura, la divisibilidad, elmovimiento, la impenetrabilidad: la figura, porque esta no es mas queuna manera de ser limitado por una superficie; la divisibilidad, porquelo que es infinito como hemos visto ya, no puede ser disminuido, y porconsiguiente ni dividido, ni compuesto, ni divisible; el movimiento,porque si suponeis un todo que no tiene ni partes ni límites, no puedemoverse de su lugar, pues que no puede haber un lugar fuera delverdadero infinito; tampoco puede cambiarse el arreglo en la situacionde sus partes, pues que no siendo compuesto no las tiene

; laimpenetrabilidad en fin, porque la impenetrabilidad es inconcebible sino se conciben dos cuerpos limitados, de los cuales el uno no es elotro, y no puede ocupar el mismo espacio que el otro. Estos dos cuerposno existen en la CAPÍTULO infinita é indivisible; luego en ella no hayimpenetrabilidad.

Asentados estos principios, se sigue que todo lopositivo de la extension se halla en Dios, sin que sea ni figurado, nicapaz de movimiento, ni divisible, ni impenetrable, ni palpable, nimensurable.»

Por este pasaje se ve con toda claridad que Fenelon estaba muy lejos deimaginar un Dios compuesto, un Dios con partes: repetidas veces, y enpocas líneas, lo niega terminantemente, como era de esperar de su altapenetracion, y pureza de doctrinas. Pero esto, que deja en salvo larectitud de intencion, no satisface las condiciones de la exactitudfilosófica. Por de pronto confieso ingenuamente, que si la extension seha de tomar en el sentido propio, no concibo cómo el quitarle loslímites le quita tambien las partes; por el contrario, me parece que unaextension infinita tendrá partes infinitas. Si es infinita, no tendráfigura; porque en la idea de figura se encierra la de límite; pero si esextension verdadera, será como un fondo inmenso en que se podrán trazartodas las figuras imaginables. Ella en sí no tendrá ninguna figurapropia; pero será el recipiente de todas las figuras; el piélagoinagotable de donde todas surgirán. Lo que en ella se trace, estará enella; los puntos con que las figuras se terminen, en ella estarán.¿Quién no ve en esto, las partes, la composicion? La extension infinitaserá incapaz de figura, nó por su carencia de partes, nó por susimplicidad, sino por sus partes infinitas, por su composicion infinita.

Convengo en que una extension infinita no será divisible, si por dividirentendemos separar; porque en aquella inmensa plenitud todo estaria ensu puesto con una fijeza infinita. Así nos imaginamos el espacio con suspartes inmóviles, lugar de todo movimiento: con sus partes inseparables,campo de todas las separaciones; pero no se trata de separacion sino dedivision; si hay extension verdadera, será divisible: concebimos elespacio con sus partes inseparables, pero divisibles; pues que lasmedimos, las contamos, y con respecto á ellas, nos formamos idea de lamagnitud, distancia y movimiento de los cuerpos.

[75.] Estas reflexiones tan obvias y tan concluyentes, no podianocultarse á la penetracion del ilustre filósofo, que parece preferir lainconsecuencia ó la oscuridad del lenguaje, á los fatales corolarios queemanan de su primera proposicion. Habia dicho sin rodeos nirestricciones, que todo lo positivo de la extension se hallaba en Dios,excepto el límite; habia afirmado que la extension con límite eracorpórea, y que para convertir la extension en inmensidad, bastabaquitarle el límite; por consiguiente atribuia á Dios extensionverdadera, bien que infinita; y luego, queriendo explicar y robustecersu doctrina, nos dice que esa extension no tiene partes. ¿Qué es unaextension sin partes?

¿hay quien pueda concebirla? ¿la extension noenvuelve por necesidad, un órden de cosas de las cuales las unas estánfuera de las otras? Así se ha entendido siempre; hablar pues de unaextension sin partes, es hablar de una extension impropiamente dicha;cuando se habla de semejante extension, no basta decir que no tienelímites, es necesario añadir que es de otra naturaleza; que la palabraextension, se toma en un sentido totalmente diverso. Así parececonocerlo, á pesar de la oscuridad de las anteriores palabras, cuando selevanta en alas de su religion y de su genio, y continúa: «Dios no estáen ningun lugar, ni en ningun tiempo; porque su ser absoluto é infinitono tiene ninguna relacion á los lugares y á los tiempos

, que no sonmas que límites y restricciones del ser. Preguntar si está mas allá deluniverso, si excede de las extremidades de este en longitud, latitud yprofundidad; es proponer una cuestion tan absurda como el preguntar, siera antes que el mundo fuese y si será cuando el mundo no sea. Así comoen Dios no puede haber pasado ni futuro, no puede haber ni mas acá nimas allá; la permanencia excluye toda medida de sucesion, la inmensidadexcluye toda medida de extension; no ha sido, no será, es; no está aquí,no está allá, no está mas allá de ningun límite: es absolutamente, todaslas expresiones que le refieren á algun término, que le fijan en algunlugar, son impropias é indecentes. ¿Dónde está pues? él es; y es de talmodo, que es preciso guardarse de preguntar dónde; lo que no es sino ámedias, con límites, es de tal modo una cierta cosa, que no es sino estamisma cosa; pero Dios no es precisamente una cosa singular yrestringida, es todo, es el ser, ó para decirlo mejor, diciéndolo massencillamente: él es

; cuantas menos palabras se dicen de él, mas cosasse expresan: es

; guardaos de añadir nada.»

[76.] En estas magníficas palabras, y otras que pueden leerse en ellugar citado, la elevacion y el grandor de ideas sobre Dios y suinmensidad, hacen olvidar las dificultades contra la primeraproposicion, que si no es falsa, ó inexacta, no está expresada con todala claridad deseable. Por esto, no me atrevo á sostener que su opinioncoincida con la de Clarke; ya que en el elocuente escritor, el cristianoy el poeta parece que rectifican al filósofo.

CAPÍTULO XII.

SE EXPLICA EN QUÉ CONSISTE EL ESPACIO.

[77.] Ya hemos visto que no está fundada en razon la opinion deDescartes, que confunde enteramente el espacio con el cuerpo, haciendoconsistir la esencia de este en la extension misma, y afirmando quedonde quiera que concebimos espacio, allí hay cuerpo. Pero tal vez seacercaria mas á la verdad quien dijese, que en efecto el espacio no esmas que la extension misma de los cuerpos; prescindiendo de queconstituya ó no la esencia de ellos, y negando además su infinidad.

[78.] Examinemos esta opinion. Analizando la generacion de la idea delespacio, se encuentra que no es mas que la idea de la extension enabstracto. Si tengo ante mis ojos una naranja, puedo llegar por medio deabstracciones á la idea de una extension pura, igual á la de la naranja.Para esto comenzaré por prescindir de su color, sabor, olor, blandura ódureza, y de cuanto pueda afectar mis sentidos. Entonces no me quedamas que un ser extenso: el cual, si le despojo de la movilidad, sereduce á una porcion de espacio igual al volúmen de la naranja.

Claro es que estas abstracciones puedo hacerlas sobre el universoentero: lo que me dará la idea de todo el espacio en que está eluniverso.

[79.] Aquí voy á soltar una dificultad que se puede oponer á estaexplicacion de la idea del espacio; y me aprovecharé de la oportunidadpara aclarar algun tanto el orígen de la idea de un espacio infinito, ósea el espacio imaginario.

La dificultad es la siguiente: formando la idea de un volúmen de espaciopor la simple abstraccion de las calidades que acompañan á la extension,no se concibe mas espacio que un volúmen igual al del cuerpo sobre elcual se ha hecho la abstraccion. Luego la abstraccion hecha sobre unanaranja no nos dará mas que un volúmen de espacio igual al de unanaranja; así como la hecha sobre el universo, no nos dará mas que unvolúmen de espacio igual al que concibamos en el universo. Pero de estojamás resultará la idea de un espacio sin límites, cual se nos ofrecesiempre que pensamos en el espacio considerado en sí mismo.

Solucion. Abstrayendo, prescindimos de lo particular y nos elevamos á locomun. Si en el oro hago abstraccion de las propiedades que leconstituyen oro, y atiendo únicamente á las que posee como metal, mequedo con una idea mucho mas lata, la de

metal

, que conviene no soloal oro, sino tambien á todos los demás metales. Con la abstraccion heborrado el límite que separaba el oro de los demás metales, y me heformado una idea que se extiende á todos, que no especifica ni excluyeninguno. Si de la idea de metal, abstraigo lo que le constituye metal, yme atengo únicamente á lo que le constituye

mineral

, he borrado otrolímite, y la idea es mas general todavía. Y si subiendo por la mismaescala, paso sucesivamente por la idea de inorgánico, cuerpo,substancia, hasta la de ser

, habré llegado á un punto en que la idease extiende á todo[1].

[Nota 1: Prescindo ahora de lo que suele observarse sobre el diferentemodo con que la idea de ser es aplicable á Dios y á las criaturas.]

Con esto se echa de ver que la abstraccion lleva á la generalizacion,borrando sucesivamente los límites que distinguen y como que separan losobjetos. Aplicando esta doctrina á las abstracciones sobre los cuerpos,encontraremos la razon de la ilimitabilidad de la idea del espacio.

Cuando hechas las abstracciones sobre la naranja, me quedo únicamentecon la idea de su extension, no he llevado todavía la abstraccion al masalto punto posible: porque no concibo aun la extension en sí misma, sinola extension de la naranja: concibo

su

extension, nó

la

extension.Pero si prescindo de ese

su

, si me atengo á la extension en sí misma,entonces la idea de figura se desvanece, la extension se dilataindefinidamente; me es imposible señalarle ningun término, porque todolímite me daria una extension determinada, una extension particular, nóla extension en sí misma. Entonces se retiran por decirlo así lasfronteras del universo; pues por grande que este sea, en llegando á unlímite, nos ofrece una extension particular, nó la misma extension. Héaquí como parece que se engendra en nosotros la idea de los espaciosimaginarios.

[80.] Esto que se ha explicado con el simple órden del entendimiento, lopodemos confirmar con la observacion de los fenómenos de la imaginacion.Cuando

imagino

la extension de una naranja, le imagino un límite, deeste ó aquel color, de esta ó aquellas calidades: pues no cabe imaginarfigura sin líneas que la terminen. Este límite en nuestra imaginacion,es distinto en algo de la extension que encierra y de la extension deque separa lo encerrado: pues si no se nos presentase con alguna cosacaracterística, no podríamos imaginarle como límite, no llenaria suobjeto que es hacernos distinguir aquello que limita. Luego laabstraccion no es completa; pues en la imaginacion hay todavía una cosamuy determinada, que son las líneas que constituyen el límite.

Borradestos límites, y la imaginacion se dilata; y á medida que los límites seretiran, ella se dilata mas, hasta sumirse en una especie de abismotenebroso, sin fin, como nos imaginamos mas allá del universo.

Aclararé esta explicacion con un ejemplo muy sencillo. Nuestraimaginacion se parece á un encerado en que está pintada una figura.Cuando en el encerado vemos la línea blanca, que forma la figura, vemostambien la figura; pero si borramos la línea, nos quedamos con la figurauniforme de todo el encerado. Y si suponemos que se retiranindefinidamente las líneas que terminan el encerado, buscaremos en vanouna figura; no tendremos mas que una superficie negra que se vaextendiendo indefinidamente. Hé aquí con bastante semejanza el modo conque nace la imaginacion de un espacio sin fin.

[81.] Cuando pedimos la idea de la extension en abstracto, y sin embargoterminada, pedimos una cosa contradictoria. El límite quita á laextension la generalidad: la generalidad destruye el límite. No cabepues idea abstracta de extension con límite. Luego concibiendo laextension en toda su abstraccion, concebiremos la extension sin límite;y esforzándose la imaginacion en seguir al entendimiento, imaginará unespacio indefinido.

[82.] Resumiendo esta doctrina y deduciendo sus consecuencias, podríamosdecir: 1.º Que el espacio no es mas que la extension misma de los cuerpos.

2.º Que la idea del espacio es la idea de la extension.

3.º Que las diferentes partes concebidas en el espacio, son las ideas deextensiones particulares, en las que no hemos prescindido de suslímites.

4.º Que la idea del espacio infinito, es la idea de la extension entoda su generalidad, y por tanto prescindiendo del límite.

5.º Que la imaginacion de un espacio indefinido nace necesariamente delesfuerzo de la imaginacion que destruye los límites, siguiendo la marchageneralizadora del entendimiento.

6.º Que donde no hay cuerpo no hay espacio.

7.º Que lo que se llama distancia no es otra cosa que la interposicionde un cuerpo.

8.º Que en desapareciendo todo cuerpo intermedio, no hay distancia; haypues inmediacion, hay contacto, por necesidad absoluta.

9.º Que si existiesen dos cuerpos solos en el universo, esmetafísicamente imposible que disten entre sí.

10.º Que el vacío grande ó pequeño, coacervado ó diseminado, esabsolutamente imposible.

[83.] Estas son las consecuencias que se deducen de la doctrina expuestaen este capítulo. Si el lector me pregunta lo que pienso sobre ellas, yel principio en que estriban, confesaré ingenuamente, que si bien elprincipio me parece verdadero, y las consecuencias legítimas, noobstante, la extrañeza de algunas de ellas, y todavía mas las de otrasque haré notar en lo sucesivo, me infunden sospechas de que en elprincipio se oculta algun error, ó que el raciocinio con que se infierenlas consecuencias, adolece de algun vicio que no es fácil notar. Así,mas bien presento una serie de conjeturas, y de raciocinios paraapoyarlas, que no una opinion bien determinada. Con esto, comprenderá ellector lo que quiero significar por la palabra

demostracion

, cuando enlo sucesivo la vea empleada repetidas veces, al tratarse de la deduccionde algunas consecuencias sumamente extrañas; bien que dignas en miconcepto de llamar la atencion. Digo esto, no solo para explicar lo quepasa en mi espíritu, sino tambien para prevenir al lector contra laexcesiva confianza en estas materias, sea cual fuere la opinion que seadopte. Antes de comenzar las investigaciones sobre el espacio ya hicenotar, que en estas cuestiones se ofrecen argumentos en opuesto sentido,que al parecer son igualmente concluyentes: lo que indica que la razonhumana toca á sus límites, y hace sospechar que la investigacion sale dela esfera á que está ceñido el espíritu, por alguna condicion primariade su naturaleza.

Sea como fuere, prosigamos conjeturando: y ya que no podamos traspasarciertos límites, ejercitemos el entendimiento recorriéndolos en toda suextension. Así, cuando nos hallamos sobre un terreno elevado, circuidode insondables abismos, nos complacemos en dar vueltas por lacircunferencia, mirando la inmensa profundidad que hay bajo nuestrospiés.

Voy ahora á deducir otros resultados, soltando en cuanto alcance lasdificultades que se ofrezcan; y haciendo algunas aplicaciones cuyainmensa trascendencia produce incertidumbre é inspira timidez.

CAPÍTULO XIII.

NUEVAS DIFICULTADES.

[84.] Si el espacio no es mas que la extension misma de los cuerpos, seseguirá que la extension carecerá de recipiente; es decir, que no tendrálugar donde colocarse. Esto parece hallarse en contradiccion connuestras ideas mas comunes; pues por lo mismo que concebimos una cosaextensa, concebimos tambien la necesidad de un lugar igual á ella, enque pueda caber y situarse.

Esta dificultad, á primera vista muy grave, se desvanece muy fácilmente,negando que toda cosa extensa necesite un lugar distinto de ella en quecolocarse. ¿Qué es este lugar? Es una extension en que ella cabe.

Ahorabien, ¿esta extension ó lugar, ha menester á su vez otra extension enque colocarse, ó nó? si lo primero, diré lo mismo del nuevo lugar, enque se coloque el primer lugar, y así hasta lo infinito. Esto esevidentemente imposible, y por tanto deberemos convenir en que es falsoque toda extension necesite otra extension en que colocarse. Así como laextension del espacio no habria menester de otra extension, del mismomodo la extension de los cuerpos no necesitará el espacio: no hayninguna diferencia entre los dos casos; luego la necesidad de un lugarpara toda extension, es una cosa imaginaria que la razon contradice.Luego la extension puede existir en sí misma, luego no hay inconvenienteen que la de los cuerpos exista de este modo.

[85.] ¿Qué será pues en tal caso el cambiar de lugar? No otra cosa sinoel cambiar los cuerpos de posicion respectiva. Así se explica elmovimiento.

Supónganse tres cuerpos A, B, C, situados en el espacio: sus distanciasrespectivas no son mas que los otros cuerpos interpuestos. El cambio queproduzca una nueva posicion, será el movimiento.

[86.] Luego un cuerpo solo no puede moverse. Porque el movimientoencierra por necesidad el correr distancia, y no hay distancia cuando nohay mas que un cuerpo.

Este resultado á primera vista parece absurdo, por contrariar nuestromodo de sentir, é imaginar; no obstante, si examinamos con atencion esemismo modo de imaginar y sentir, veremos que los fenómenos de nuestroespíritu se hallan de acuerdo con esta teoría.

El movimiento para nosotros no significa nada, no es sentido, no espercibido de ningun modo, cuando no le podemos referir á la posicion dediferentes cuerpos entre sí. Si recorremos un canal encerrados en ungabinete de la barca que nos lleva, nos movemos realmente, sin que losintamos de ningun modo. Solo conocemos este movimiento cuando mirandolos objetos exteriores, vemos que hay una continua alteracion.

Aun eneste caso, el movimiento nos parece no estar en nosotros, sino en losobjetos que nos rodean; de suerte que el mismo, mismísimo fenómeno severificaria con respecto á nosotros, moviéndose la barca sola, ypermaneciendo inmóviles los objetos, que estando ella inmóvil, ymoviéndose los objetos, con tal que el movimiento de estos se combinasecual conviene. (V. Lib. II. cap. XV).

Luego si se quita el sacudimiento, que es lo único que nos haria conoceralgun movimiento propio, no distinguimos si somos nosotros quien semueve, ó si son los objetos; siendo de notar que naturalmente nosinclinamos á referir el movimiento á ellos, mas bien que á nosotros.Cuando nos alejamos de un puerto, sabemos bien que no es el puerto loque se aleja; y no obstante la ilusion es completa, el puerto huye.

De esto se infiere que el movimiento no es mas para nosotros que elcambio de posicion respectiva de los cuerpos. Si no hubiésemosexperimentado este cambio, no tendríamos idea de movimiento. Así es quenada niega la posibilidad de que los fenómenos del movimiento diurno senos presenten los mismos, sea que el cielo gire al rededor de nosotrosde oriente á occidente, sea que la tierra gire sobre su eje de occidenteá oriente.

Luego el movimiento de un cuerpo solo, es una pura ilusion: y porconsiguiente nada prueba el argumento que en él se funda contra ladoctrina explicada sobre el espacio.

De aquí se infiere tambien, que considerado el universo entero como unsolo cuerpo, no es móvil, y que todos sus movimientos se verifican soloen su interior.

[87.] Pero una de las consecuencias mas curiosas y extrañas que resultande esta teoría, es la demostracion

à priori

de que el universo nopuede estar terminado sino de cierto modo, excluyéndose una muchedumbrede figuras porque le repugnan esencialmente.

En efecto: segun la doctrina que precede, un cuerpo solo, no podriatener ninguna de las partes de su superficie en disposicion tal, que lalínea mas corta de un punto á otro cualquiera, pasase por fuera delcuerpo. Ese

fuera

, existiendo el cuerpo enteramente solo, seria unpuro nada; luego en él no hay distancias que puedan ser medidas porlíneas. Con esto se excluyen una muchedumbre de figuras irregulares, yencontramos la regularidad geométrica brotando en cierto modo una ideametafísica.

Se infiere de lo dicho que un cuerpo con ángulos entrantes, existiendosolo, es un absurdo. Porque su figura exige que el punto A, vértice deun ángulo saliente, diste del punto D, vértice de otro ángulo, ladistancia A D. Esta distancia no puede existir, porque donde no haycuerpo, no hay distancia. Luego existiria y no existiria la distancia áun mismo tiempo, lo que es contradictorio.

Tenemos pues que este cuerpo solo, es un absurdo, en no llenándose elvolúmen indicado por las capacidades contenidas en los ángulosentrantes.

Con el resultado anterior concuerda de un modo particular, lo quenotamos en la naturaleza; la cual parece inclinarse á terminarlo todopor líneas y superficies curvas. Curvas son las órbitas de los astros; ysuperficies curvas terminan tambien los astros mismos. Es verdad que lasgrandes irregularidades que se notan en la superficie de ellos, parecendestruir la conjetura; pero es necesario advertir que en estasirregularidades no está el límite de su figura, sino en la atmósfera quelos rodea; y que siendo un flúido no las tendrá.

[88.] Aquí se ofrece otra consecuencia bastante extraña, y es queestamos precisados á admitir la existencia de una superficie geométricaperfecta: y esto

à priori

.

Si donde no hay cuerpo, la distancia es metafísicamente imposible, estose verificará así en las grandes como en las pequeñas, aun en lasinfinitésimas: por cuya razon se ha dicho que era imposible todo vacíodiseminado. Ahora bien; es evidente que una superficie no es perfecta,si en ella hay puntos que salen mas que otros; de suerte que se vaacercando mas á la perfeccion geométr