Filosofía Fundamental Tomo II by Padre Jaime Luciano Balmes - HTML preview

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[107.] Decir como Kant, que el espacio es la forma bajo la cual se nospresentan los fenómenos, y que es una condicion subjetiva necesaria parala percepcion de ellos, equivale á decir que los fenómenos,presentándose como extensos, necesitan que el espíritu sea capaz depercibir la extension; lo que es mucha verdad; pero nada explica sobrela naturaleza de la idea del espacio ni en sí, ni en su objeto.

«Elespacio, dice Kant, no es un concepto empírico derivado de lasintuiciones exteriores: pues para que ciertas sensaciones sean referidasá objetos externos, es decir, á alguna cosa que está en un lugardiferente del que yo ocupo, y hasta para que yo pueda representarme lascosas como exteriores unas á otras, esto es, no solo como diferentes,sino como ocupando lugares distintos, la representacion del espacio debeestar ya puesta en principio. De donde se sigue que la representaciondel espacio no puede derivarse de las relaciones del fenómeno exteriorpor la experiencia, y que antes bien la experiencia misma no es jamásposible sino por esta representacion» (Esthetica trascendental, Seccion1).

[108.] Aquí hay una confusion de ideas que conviene aclarar. ¿Qué senecesita para el fenómeno de la sensacion de lo extenso? Adviértase queno trato de la apreciacion de las dimensiones, sino simplemente de laextension representada, sea como fuere. Para este fenómeno, no veo yoque se necesite nada

à priori

; á no ser que se entienda la facultad desentir, la que en efecto existe à priori

, es decir que es un hechoprimitivo de nuestra alma en sus relaciones con la organizacion delcuerpo que le está unido, y de los demás que le rodean. Bajo ciertascondiciones de nuestra organizacion, y de los cuerpos que la afectan, elalma recibe las impresiones de ver ó tocar, y con ellas la de laextension.

Esta no se presenta en abstracto, ni como separada de lasdemás sensaciones que la acompañan, sino en confuso con ellas. El almano reflexiona entonces para considerar lo uno puesto aquí, lo otro allá,lo demás acullá, sino que tiene una intuicion de esta disposicion de laspartes, nada mas. Mientras el hecho se limita á la pura sensacion, escomun al sabio, al ignorante, al adulto, al niño, y hasta á todos losanimales. Esto, no necesita nada

à priori

, si por tal no se entiende,la facultad de sentir: lo que no significando otra cosa sino que un serpara sentir, es necesario que tenga la facultad de sentir, no se debeanunciar como un descubrimiento filosófico.

[109.] No hay tal descubrimiento en la doctrina de Kant sobre elespacio: no hay mas que, por una parte, la consignacion de un hecho muysabido; y por otra, la renovacion del idealismo. La consignacion de unhecho muy sabido: pues á esto equivale el hacer notar que la intuiciondel espacio es una condicion subjetiva necesaria para que podamospercibir las cosas unas fuera

de otras. La renovacion del idealismo;en cuanto se niega á esta extension toda realidad, considerando lascosas, y su disposicion en el espacio, como puros

fenómenos

, ó seameras apariencias. La parte de observacion es verdadera en el fondo;porque en efecto, nos es imposible percibir la exterioridad de las cosasentre sí, y con respecto á nosotros, sin la intuicion del espacio; perotal vez no está expresada con bastante exactitud, porque esta intuiciondel espacio es la misma percepcion de la exterioridad; y porconsiguiente, mas bien debiera decirse que la intuicion del espacio yesta percepcion son cosas idénticas, que no que la primera sea unacondicion indispensable para la segunda.

[110.] Anteriormente á las impresiones, no hay semejante intuicion; yreflexionando bien sobre ella, en cuanto es pura intuicion, y separadade los conceptos intelectuales, no es concebible sin andar acompañada dealguna representacion de los cinco sentidos. Imaginémonos el espaciopuro, sin ninguna de estas representaciones, sin dejarle siquiera esavaguedad sombría que fingimos en las regiones de mas allá del universo;¿qué nos resta? La imaginacion se encuentra sin objeto: la intuicioncesa; y solo nos quedan los conceptos puramente intelectuales, que nosformamos de la extension; las ideas de un órden de seres posibles, laafirmacion ó la negacion de la existencia de este órden; segun sean lasopiniones que profesemos sobre la realidad ó no realidad del espacio.

[111.] Es claro que de una serie de puras sensaciones, nada resultageneral, nada que pueda servir de fundamento á una ciencia. Son unconjunto de fenómenos que dejarán huella en la memoria del ser sensible,que se enlazarán de cierto modo, para que en repitiéndose larepresentacion del uno, se excite la del otro; pero no darán ningunresultado general, que sirva de fundamento á la geometría. El perrohabrá visto á un hombre que se inclinaba hácia el suelo, que despues semovia, y le arrojaba una piedra; y á consecuencia habrá experimentadouna sensacion dolorosa; cuando vea pues á otro hombre en la actitud deinclinarse, y en seguida tomando el ademan de la otra vez, echará ácorrer; porque enlazadas en su memoria las sensaciones de inclinarse,del ademan, y del dolor, se excitará la tercera con la presencia de lasdos primeras: y el instinto de preservarse del daño, le inspirará lafuga.

[112.] Cuando estas sensaciones se hallan en un ser inteligente, excitanotros fenómenos internos, distintos de la mera intuicion sensitiva. Seaque en nuestro espíritu se hallen las ideas generales, sea que se formencon el auxilio de la sensacion, lo cierto es que se desarrollan enpresencia de ella. Así en el caso presente, no solo tenemos la intuicionsensitiva de la extension, sino que percibimos algo comun á todas lascosas extensas: la extension deja de ser un objeto particular, y pasa áser como una forma general aplicable á todas las cosas extensas.Entonces, ya no hay la intuicion de lo extenso, hay la percepcion de laextension en sí; entonces, comienza la reflexion sobre la idea, y suconsiguiente descomposicion; de lo cual brotan como fecundos gérmenesalgunos principios, que se desarrollan hasta lo infinito, formando eseinmenso árbol de ciencia que se apellida geometría.

[113.] El tránsito de la sensacion á la idea, de lo contingente á lonecesario, del hecho particular á la ciencia general, ofrece importantesconsideraciones sobre el orígen y naturaleza de las ideas, y elevadocarácter del espíritu humano.

Kant parece haber confundido la imaginacion del espacio con la idea: ápesar de sus esfuerzos analíticos, no ha profundizado tanto como él sefigura, cuando considera el espacio como un receptáculo de losfenómenos; esta, repito, es una idea muy comun; solo que Kant le hadestruido la objetividad, haciendo del espacio una condicion puramentesubjetiva. Segun este filósofo, el mundo es el conjunto de lasapariencias que se presentan á nuestro espíritu: y así como nosimaginamos en lo externo, un receptáculo sin límites que lo contengatodo, y no sea nada de lo contenido, así él ha colocado en nuestrointerior el espacio, como una condicion preliminar, como una forma delos fenómenos, como una capacidad en la cual los pudiéramos distribuir yordenar.

[114.] En esto ha confundido Kant la imaginacion vaga, con la idea. Héaquí los límites de estas cosas.

Vemos un objeto: tenemos la sensacion,y la intuicion de la extension. El espacio percibido ó sentido, es eneste caso la extension misma sentida. Imaginamos muchos objetosextensos, y una capacidad en que todo está contenido. Ella se nospresenta en nuestra imaginacion, como la inmensidad de las regionesetéreas, como abismos insondables, como regiones tenebrosas, mas allá delos límites de la creacion. Hasta aquí no hay idea, no hay mas queimaginacion, nacida de que al comenzar á ver los cuerpos, no vemos elaire que los rodea, y la trasparencia de este nos permite ver objetoslejanos, y así desde nuestra infancia nos acostumbramos á imaginar unacapacidad vacía, donde están situados todos los cuerpos y distinta deellos.

Hasta aquí no hay idea del espacio, no hay sino imaginacion de él;especie de idea sensible, tosca, comun probablemente al hombre y albruto. La verdadera idea, la digna únicamente de este nombre, es la quetiene el espíritu cuando concibe la extension en sí misma, sin ningunamezcla de sensacion, y que es como la semilla de toda la cienciageométrica.

[115.] Y aquí es menester observar que la palabra representacion,aplicada á las ideas puramente intelectuales, debe ser tomada en sentidometafórico, á no ser que eliminemos de su significado todo cuanto sepuede referir al órden sensible. Por las ideas conocemos los objetos;pero no se nos representan los objetos. La representacion propiamentedicha, no tiene lugar sino en la imaginacion, que por necesidad serefiere á cosas sensibles. Si demuestro las propiedades del triángulo,claro es que le conozco, que tengo una idea de él; pero esta idea no esaquella representacion interior que se me ofrece como en un encerado.Esta representacion la tiene todo el mundo, la tienen los mismosirracionales; y sin embargo no se puede decir que los brutos tengan ideadel triángulo. Aquella representacion es igualmente perfecta en todos;no hay en ella mas y menos; quien se imagina tres líneas, cerrando unaárea, posee la representacion del triángulo con tanta perfeccion comoArquímedes; lo que no puede verificarse de la misma idea del triángulo,que evidentemente es susceptible de muchos grados de perfeccion.

[116.] La representacion del triángulo está siempre limitada á ciertotamaño y figura. Cuando imaginamos un triángulo, se nos ofrecen suslados con tal ó cual extension, y sus ángulos mas ó menos grandes.

Laimaginacion, al representársele un triángulo obtusángulo, ve una cosamuy diferente de uno rectángulo ó acutángulo; mas la idea del triánguloen sí, no está sujeta ni á tamaños ni á figuras particulares; seextiende á todas las figuras triangulares de todos los tamaños. La ideageneral de triángulo prescinde por necesidad de todas las especies detriángulos; y la imaginacion del triángulo es por necesidad larepresentacion de un triángulo de tal ó cual especie. Luego larepresentacion y la idea son cosas muy diversas, aun refiriéndose áobjetos sensibles.

[117.] Lo propio sucede con el espacio. La representacion de él no es suidea. En esa representacion se nos ofrece siempre algo determinado: unaclaridad como la del aire iluminado por el sol; una negrura como la delmismo aire en una noche tenebrosa. En la idea, no hay nada de esto:cuando se raciocina sobre la extension, sobre las distancias, no debeentrar nada de esto.

La idea del espacio es una; las representaciones son muchas; la idea escomun al ciego como al que tiene vista; para ambos es igualmente elfundamento de la geometría; pero la representacion es muy diferente enellos. El que tiene vista se representa el espacio como una reproduccionconfusa de las sensaciones de este sentido; el ciego, solo se le puederepresentar como una repeticion confusa de las sensaciones del tacto.

La representacion del espacio es solo indefinida, y estoprogresivamente: la imaginacion recorre un espacio tras de otro; pero nose representa de un golpe un espacio sin límites: esto le es imposible:si se esfuerza por lograrlo, le sucede lo mismo que á la vista siquisiera abarcar un objeto sin fin. La imaginacion es una especie devista interior, se extiende hasta cierto punto; pero allí encuentra untérmino. Puede, es verdad, retirar este término, y dilatarse mas allá,pero sucesivamente, y siempre con la condicion de encontrar otro.

Elespacio no se le representa infinito, sino indefinido; es decir quedespues de un límite dado encuentra todavía mas espacio; sin que nuncaalcance á imaginar una totalidad infinita. Lo contrario sucede en laidea: instantáneamente, concebimos lo que se entiende por espacioinfinito: disputamos desde luego sobre su posibilidad ó imposibilidad,le distinguimos perfectamente del indefinido, preguntando de este si enrealidad tiene límites ó no; llamándole finito en el primer caso, éinfinito en el segundo. Vemos en la palabra indefinido, la expresion dela impotencia de encontrar límites; pero distinguimos muy bien entre elexistir esos límites y el ser encontrados. Con lo cual se ve que la ideanos ofrece cosas muy diferentes de la representacion.

El mirar el espacio como una simple condicion de la sensibilidad, esconfundir los dos aspectos bajo los cuales se debe considerar laextension: como base de las sensaciones, y como idea; como el campo detodas las representaciones sensibles, y como el orígen de la geometría.Repetidas veces he insistido sobre esta distincion, y no me cansaré derecordarla; porque en ella se encuentra la línea que separa el órdensensible, del órden intelectual puro, las sensaciones, de las ideas.

CAPÍTULO XVII.

INUTILIDAD DE LA DOCTRINA DE KANT, PARA RESOLVER EL PROBLEMA DE

LAPOSIBILIDAD DE LA EXPERIENCIA.

[118.] Creo que la

Estética trascendental

, ó sea la teoría de lasensibilidad, de Kant, no es bastante trascendental, pues se ciñedemasiado á la parte empírica, y no se eleva á la altura que su títulohacia esperar. El problema de la posibilidad de la experiencia, que Kantse proponia resolver, ó queda absolutamente intacto con su doctrina, óestá resuelto en un sentido rigurosamente idealista. Queda intacto, sinos atenemos á la parte de observacion; pues no se hace mas que repetirlo que ya sabíamos, consignándose el hecho de la percepcion de la

exterioridad

de las cosas; está resuelto en un sentido rigurosamenteidealista, en cuanto estas cosas son consideradas solo como fenómenos óapariencias.

[119.] El espacio puramente subjetivo, ó no explica nada sobre losproblemas del mundo externo, ó los niega, negando toda realidad. ¿Quéadelanta la filosofía con afirmar que el espacio es una condicionpuramente subjetiva? Antes de Kant, ¿se ignoraba por ventura, queteníamos la percepcion de la exterioridad de los fenómenos? Nó porcierto: la dificultad no estaba en la existencia de esta percepcionatestiguada por el sentido íntimo; sino en su valor para inferir laexistencia de un mundo externo, en sus relaciones con él; la dificultadestaba, nó en la parte subjetiva de la percepcion, sino en la objetiva.

[120.] Decir que no hay mas en esta percepcion, que una condicion desubjetividad, es cortar el nudo en vez de desatarle; no es explicar elmodo de la posibilidad de la experiencia, sino negar la posibilidad deesta experiencia.

¿Qué significa la experiencia, si no hay mas que lo subjetivo?Enhorabuena que haya el fenómeno

de la objetividad, es decir, la

apariencia

; pero entonces la naturaleza no es mas que pura apariencia:y á nuestras percepciones experimentales no corresponde nada en larealidad. Tenemos pues reducida la experiencia á la percepcion de lasapariencias; y como aun esta misma experiencia puramente fenomenal, noes posible, sino por una condicion puramente subjetiva, la intuicion delespacio, tendremos que toda la experiencia se refunde en lo puramentesubjetivo; y nos hallamos en el sistema de Fichte, admitiendo el yo

como el hecho primitivo, cuyo desarrollo constituye el universo. Así elsistema de Kant da orígen al de Fichte; el discípulo no hace mas quesacar la consecuencia de los principios de su maestro.

[121.] Para la mayor inteligencia del enlace de dichas doctrinas,reflexionemos sobre el sistema de Kant. Si el espacio no es mas que unacosa puramente subjetiva, una condicion de la sensibilidad, y de laposibilidad de la experiencia, se sigue que el espíritu lejos de recibirnada del objeto, hace todo lo que hay en el objeto, ó mas bien lo queconsideramos en él. Las cosas en sí no son extensas, sino que laextension es una forma de que las reviste el espíritu: á la manera queno son coloradas, ni sabrosas, ni olorosas, ni sonoras, sino en cuantotrasladamos á ellas, lo que solo está en nosotros. Reducido todo á merasapariencias, no queda en lo externo, ni aun el principio de causalidadde la extension subjetiva; el espíritu no la recibe, la da á losobjetos. Estos no son mas que fenómenos; y por consiguiente el alma nove nada mas que lo que hay en ella, ni conoce otro mundo que el que ellamisma construye: asi vemos surgir del

yo

el mundo real, ó mas bien,este mundo real no es mas que el ideal construido por el mismoespíritu. En este supuesto, las leyes de la naturaleza son las leyes denuestro mismo espíritu; y en vez de que debamos buscar en aquella losseres, tipo de nuestras ideas; debemos mirar á estas como el principiogenerador de todo lo que existe, ó parece existir; y las leyes deluniverso no serán mas que las condiciones subjetivas del

yo

aplicadasá los fenómenos.

[122.] Algunos discípulos de Kant, no se asustan con las consecuenciasidealistas; las comparaciones de que se valen para exponer su doctrina,indican que las aceptan sin sobresalto. Si se aplica un sello á unpedazo de cera blanda, el sello se grabará en la cera: si suponemos alsello capaz de percepcion, verá en la cera la marca propia, y atribuiráal objeto lo que él mismo le ha dado. Si un vaso lleno de agua fuesecapaz de percepcion, atribuiria al agua la forma, que en realidad no esmas que la forma del vaso mismo, del cual se comunica al agua. De unamanera semejante, el alma construye el mundo externo: aplicándole sussellos y sus formas, y creyendo luego que le viene á ella de fuera, loque de ella misma se ha comunicado á lo de fuera.

[123.] Menester es confesar que Kant, en la segunda edicion de su Crítica de la razon pura

, rechaza las consecuencias indicadas, ycombate expresamente el idealismo. Hasta qué punto contradiga lasegunda edicion á la primera, no hay necesidad de examinarlo aquí: soloobservaré que esta contradiccion le ha sido echada en cara al filósofoaleman; y que en su primera edicion se hallan palabras tan terminantesen favor del idealismo, que no deja uno de sorprenderse cuando en lasegunda se encuentra con el mismo autor, combatiendo vigorosamente elsistema de los idealistas. Como quiera, me basta haber manifestado lasconsecuencias de la doctrina: si el autor la entendia de un mododiferente del que expresaban sus palabras, esto es una cuestion mas bienpersonal que filosófica (III.)

CAPÍTULO XVIII.

EL PROBLEMA DE LA EXPERIENCIA SENSIBLE.

[124.] El gran problema de la filosofía no está en explicar laposibilidad de la experiencia; sino en señalar la razon de la concienciade la experiencia, en cuanto experiencia. Esta en sí, es un hecho denuestra alma, atestiguado por el sentido íntimo; pero el saber

queeste hecho es de experiencia, es una cosa muy distinta de la mismaexperiencia; pues que con saber esto, hacemos el tránsito de losubjetivo á lo objetivo, refiriendo á lo exterior lo que experimentamosen lo inferior.

Referimos los objetos á diferentes puntos del espacio; los consideramosunos fuera de otros: decir que este instinto de referencia es unacondicion de nuestro sujeto y de la experiencia sensible, es consignarun hecho estéril. La dificultad está en saber, por qué tenemos elinstinto de semejante referencia: por qué la representacion de unaextension se halla en nuestra alma; por qué esa CAPÍTULO subjetiva quereside en un ser simple, se ha de ofrecer á nuestra percepcion como laimágen de una cosa exterior realmente extensa.

[125.] La Estética trascendental puede proponerse los problemassiguientes: 1.º Explicar lo que es la representacion subjetiva de la extension,prescindiendo absolutamente de toda objetividad.

2.º Por qué esta representacion se halla en nuestra alma.

3.º Por qué un ser uno, ha de contener en sí la representacion de lamultiplicidad; y un ser inextenso, la de la extension.

4.º Por qué pasamos de la extension ideal á la real.

5.º Determinar hasta qué punto se puede aplicar á la extension lo que sedice de las demás sensaciones: á las cuales se las considera comofenómenos de nuestra alma, sin objeto semejante

en lo exterior, y sinmas correspondencia con el mundo externo que la relacion de efectos ácausas.

[126.] ¿Qué es la representacion subjetiva de la extension,prescindiendo de toda objetividad? Un hecho de nuestra alma: no cabemas explicacion: quien lo tenga sabe lo que es; quien no lo tenga, nó;exceptuando las inteligencias superiores, las cuales podrán conocer loque es dicha representacion, sin experimentarla tal como nosotros.

[127.] No alcanzo que se pueda explicar el por qué se halla en nuestraalma la representacion de la extension; tanto valdria preguntar por quésomos inteligentes y sensibles. Para nosotros no hay otra razon

àpriori

, sino que tales nos ha hecho el Criador. Dicha representacion sepuede hallar en nosotros, y se halla en efecto, pues que así loexperimentamos: pero esa experiencia interna es el límite de lafilosofía: mas arriba no hay nada para nosotros que sea objeto deobservacion inmediata. El raciocinio nos lleva al descubrimiento de unacausa que nos ha criado; mas nó á un fenómeno raíz del fenómeno de laexperiencia.

[128.] ¿Por qué un ser uno, ha de contener la representacion de lamultiplicidad; y un ser inextenso, la de la extension? Esto equivale áplantear el problema de la inteligencia; que por lo mismo que esinteligencia, es una y simple, y capaz de percibir la multiplicidad y lacomposicion.

[129.] ¿Por qué pasamos de la extension ideal á la real? por un impulsonatural irresistible, confirmado con el asentimiento de la razon, comolo he demostrado en el tomo I, y tambien en este, al tratar de laobjetividad de las sensaciones.

[130.] De los cinco problemas nos falta resolver el último: determinarhasta qué punto se puede aplicar á la extension lo que se dice de lasdemás sensaciones, á las cuales se las considera como fenómenos denuestra alma, sin objeto

semejante

en lo exterior, y sin mascorrespondencia con el mundo externo que la relacion de efectos ácausas.

[131.] Segun se resuelva este último problema, queda resuelta lacuestion en pro ó en contra de los idealistas. Si es aplicable á laextension, lo que se dice de las demás sensaciones, el idealismotriunfa; el mundo real, si existe, es un ser que nada tiene de parecidoá lo que nosotros pensamos.

Por lo dicho al tratar de las sensaciones (Lib. II, capítulos VII, VIIIy IX, y Lib. III, cap. IV) resulta probado que la extension es una cosareal, independiente de nuestras sensaciones; y además llevo explicado(Lib. II, cap. VIII, y Lib. III, cap. VI) que nos representa lamultiplicidad y la continuidad: esto basta para combatir el idealismo,como y tambien para que se entienda hasta cierto punto, en qué consistela extension; pero como en los citados lugares no se habia analizado aunla idea del espacio, íntimamente ligada con la de extension, no ha sidoposible entrar en otro linaje de consideraciones en que elevándosesobre el órden fenomenal, se mire á la extension bajo un aspectotrascendental, examinándola en sí, prescindiendo de todas sus relacionescon el mundo de las apariencias. Esto es lo que me propongo hacer en loscapítulos siguientes.

[132.] Entramos en un terreno sumamente escabroso: se trata dedistinguir en las cosas lo que tienen de aparente de lo que encierran dereal; el entendimiento, que en nosotros siempre anda acompañado derepresentaciones sensibles, debe prescindir de ellas; lo que equivale áponerse en cierta lucha con una condicion á que se halla sometidonaturalmente en el ejercicio de sus funciones.

CAPÍTULO XIX.

CONSIDERACIONES SOBRE LA EXTENSION, ABSTRAIDA DE LOS FENÓMENOS.

[133.] Lo extenso no es un ser solo; sino un conjunto de seres: laextension contiene por necesidad partes, unas fuera de otras, y porconsiguiente distintas; la union entre ellas no es la identidad; por lomismo que se unen, se suponen distintas, porque nada se une consigomismo.

Segun esto parece que la extension en sí misma, y como distinta de lascosas extensas, no es nada; fingir la extension como un ser cuyanaturaleza propia se puede investigar, es entregarse á un juego deimaginacion.

La extension no se identifica con ninguno de los seres unidos,considerado en particular; mas bien parece el

resultado

de su union.Esto se verifica, ya supongamos la extension engendrada por puntosinextensos, ó por puntos extensos, pero divisibles hasta lo infinito. Sise suponen puntos inextensos, es evidente que la extension no es ellos;pues que extenso é inextenso, son cosas contradictorias. Si se lossupone extensos, tampoco se identifican con la extension: porque estaincluye la idea de un todo; y ningun todo es idéntico con ninguna de suspartes: en una línea de cuatro piés de extension, no hay identidad entrela misma línea y cada una de sus partes igual á un pié. Así comoconsideramos estas partes de un pié, podemos fingirlas de una pulgada, ydividirlas hasta lo infinito; en ningun caso se verificará que una partesea igual con otra de las menores de que se compone; luego ningunaextension es idéntica con los seres extensos tomados en particular.

[134.] Envolviéndose en la idea de extension la de multiplicidad, pareceque la extension debe mirarse, no como un ser en sí, sino como unresultado de la union de muchos seres; pero ¿qué es semejante resultado?es lo que llamamos continuidad; ya hemos visto (Lib. II, Cap. VIII),que para constituir la extension no basta la multiplicidad. Esta entraen la idea de número, y sin embargo el número no nos representa una cosaextensa.

Concebimos tambien un conjunto de actos, de facultades, deactividades, de substancias, de seres de varias clases, sin queconcibamos extension; no obstante de que en dichos conceptos entra lamultiplicidad.

[135.] Luego la continuidad es necesaria para completar la idea de laextension. ¿Qué es la continuidad?

el estar unas partes fuera de otras;pero juntas. Mas ¿qué significa fuera

, qué significa

juntas

? Dentroy fuera, junto y separado, implican extension; presuponen lo mismo quese quiere explicar; la cosa definida entra en la definicion, bajo elmismo concepto que necesita ser definida. Precisamente, cuando se buscalo que es la continuidad de la extension, se pregunta, qué es el estardentro y fuera, y junto y separado.

[136.] Conviene no olvidar esta observacion para no satisfacerse con lasexplicaciones que se hallan en casi todos los libros. Definir laextension por las palabras dentro

y

fuera

, no es decir nada bajo elaspecto filosófico; es expresar con distintas palabras una misma cosa.Sin duda, que si se trata de consignar simplemente el fenómeno, es lomas sencillo emplear este lenguaje; pero la filosofía queda muy pocosatisfecha. Esta es una explicacion práctica; mas nó especulativa.

Lopropio se puede decir de la definicion de la extension por el espacio ólos lugares. ¿Qué es la extension? la ocupacion de un lugar:—pero ¿quées el lugar?—una porcion del espacio terminado por ciertassuperficies:—¿qué es el espacio?—esa extension en que consideramoscolocados los cuerpos, ó la capacidad de recibirlos.—Pero, aun dandopor supuesta la existencia del espacio como una cosa absoluta, ¿qué esen los mismos cuerpos la capacidad para

llenar

el espacio? ¿Quién nove que se explica una cosa por sí misma, que hay un círculo de que no sesale? La extension del espacio se explica por la capacidad de

recibir

;la extension de los cuerpos por la capacidad de

llenar

: siempre quedaintacta la idea de extension: no se la define: se la expresa condistintas palabras, que significan una misma cosa.

Con suponer la existencia del espacio, como una cosa absoluta, nada seadelanta; pero además, esta suposicion es enteramente gratúita. El tomarla extension del espacio como un término de referencia por el cual sepueda explicar la extension de los cuerpos, equivale tambien ápresuponer hallado lo que se ha de buscar.

Si estas palabras, dentro y fuera, queremos explicarlas refiriéndonos ádistintos puntos designados ó designables en el espacio, incurrimos enel mismo error, definimos la cosa por sí propia; porque la mismadificultad tenemos con respecto al espacio para saber lo que es dentro yfuera, y junto y separado, ó contiguo y distante. Si presuponemos puesla extension del espacio como una cosa absoluta, y con respecto á ellapretendemos explicar las demás extensiones, nos hacemos la ilusion mascompleta: se trata de explicar la extension en sí misma, la del espacionecesita ser explicada como las demás: presuponerla es dar por resueltala cuestion que se ha de resolver.

[137.] La extension con respecto á sus dimensiones, parece independientede la cosa extensa, en un mismo lugar. Con absoluta fijeza, puedepresentársenos una extension con idénticas dimensiones, á pesar delcambio continuo de la cosa extensa. Si suponemos el tránsito de unaserie de objetos por un campo visual fijo, las cosas extensas varian sincesar, y la extension es la misma. Supongamos un lienzo que vacorriéndose detrás de una ventana que tenemos á la vista: la cosaextensa es diferente de continuo, pues que la parte del lienzo que vemosen el instante A, es distinta de la que vemos en el instante B; y sinembargo la extension en sus dimensiones, no ha variado. Esto en cuanto álas superficies; no es difícil aplicar la misma doctrina á losvolúmenes. Un lugar puede llenarse sucesivamente de infinitas materias,permaneciendo el mismo volúmen de su capacidad. En la identidad de laextension concebida, no tienen ninguna parte las paredes del vaso:porque en el mis