[33.] La posibilidad de lo no existente, ha de tener unfundamento (Lib. IV, desde el Cap. XXIII hasta el XXVIII, y Lib. V,Caps. VII y VIII); las perfeccionesposibles han de existir en un ser real, si la idea de ellas ha deser posible; luego la escala infinita de las perfecciones, ámas de las existentes, que concebimos en el órden de laposibilidad pura, se hallan realizadas en el ser necesario éincondicional. {250}
CAPÍTULO IV.
IDEAS DE CAUSA Y EFECTO.
[34.] Nosotros tenemos la idea de causa: así lo muestrael uso continuo que estamos haciendo de la misma. Esta idea no laposeen solos los filósofos, es patrimonio de la humanidad.Pero ¿qué entendemos por causa? Todo aquello que hacepasar algo del no ser al ser; así como efecto es todoaquello que pasa del no ser al ser. Prescindo ahora de si lo quepasa del no ser al ser, es substancia ó accidente, y delmodo con que la causa influye en este tránsito: asíse comprende en la definicion toda clase de causas y toda especiede causalidad.
[35.] En la idea de causa entra:
1.° La idea de ser.
2.° La relacion á lo que pasa del no ser al ser, comode condicion á condicional.
En la de efecto entran:
1.° La de ser.
2.° La del tránsito del no ser al ser.
3.° La relacion á la causa, como de lo condicionalá la condicion.
[36.] Axioma I: La nada, no puede ser causa; ó en otrostérminos: toda causa es un ser, ó existe.
[37.] Digo que esto es un axioma; porque no {251} sepuede demostrar, por qué el predicado de existenciaestá contenido evidentemente en la idea de causa. Lo que escausa, es; si no es, no es causa. Afirmar la causa, y negar quesea, es afirmar y negar á un mismo tiempo. Luego laproposicion establecida es un axioma. Para convencernos de suverdad, nos basta atender á las ideas de causa y de ser, yvemos evidentemente la de ser contenida en la de causa. Laexplicacion que he dado no debe ser mirada como una demostracion,sino como una aclaracion, para que se comparasen mejor las dosideas. Quien las compare como es debido, no necesitarádemostracion, lo verá por intuicion; lo que constituye elcarácter del axioma.
[38.] Axioma II: No hay efecto sin causa.
[39.] Para comprender el sentido de este axioma convieneadvertir que aquí la palabra efecto, significaúnicamente lo que pasa del no ser al ser, prescindiendo deque sea causado ó nó; pues si por efecto seentendiese aquí una cosa causada, el axioma seria unaproposicion idéntica é inútil.
Asísustituyendo en vez de efecto su significado, diria: «No haycosa causada sin ser causada:» lo que es mucha verdad, perode nada sirve. El sentido pues, es el siguiente: «Todo lo quepasa del no ser al ser, necesita algo distinto de sí, queproduzca este tránsito.»
[40.] Digo que esta proposicion es un axioma, y bastarápara convencernos de ello el fijar la atencion sobre las ideas queen la misma se contienen. {252} Consideremos una cosa que es, ytrasladémonos al tiempo en que no fué. Prescindamosde todo lo que no sea ella misma, no supongamos ningun otro ser quela pueda haber producido, ó que tome parte en su produccion;yo afirmo que vemos evidentemente que el tránsito al ser, nose hará jamás. De la idea pura del no ser del objeto,no solo nos es imposible hacer salir el objeto, sino que vemosevidentemente que no saldrá jamás. No hay ser, no hayaccion, no hay produccion de ninguna clase: hay la pura nada;¿de dónde saldrá el ser? Intuitivamente se nospresenta pues la verdad de la proposicion: en la pura idea del noser por sí sola, no solo no vemos la posible aparicion delser, sino que vemos la imposibilidad de la aparicion. Son ideas quese excluyen: el no ser no es posible, sino con la exclusion delser, y viceversa.
[41.] Si pensamos una accion productiva, ó la referimosá la cosa que del no ser ha de pasar al ser, óá otra distinta de ella. Si lo primero, caemos encontradiccion; suponemos accion y no la suponemos, porque no hayaccion en el puro nada. Suponemos que la cosa es causa antes deser; y nos hallamos en contradiccion con el Axioma I (36). Si losegundo, pensamos ya la causa: pues causa no es otra cosa que loque produce el tránsito del no ser al ser.
[42.] El dicho comun «ex nihilo nihil fit,» es unaverdad, si se la entiende en el sentido del Axioma 2.°{253}
CAPÍTULO V.
ORÍGEN DE LA NOCION DE CAUSALIDAD.
[43.] ¿Hay en el mundo alguna causa, y algun efecto? Estoequivale á preguntar si en el mundo hay alguna mudanza. Todamudanza envuelve un tránsito del no ser al ser. La masligera mudanza no es concebible sin este tránsito. Todo loque se muda, es de otra manera despues de mudado que antesde mudarse; luego tiene este modo de ser que antes no tenia. Estemodo, antes no existia, ahora existe: ha pasado puesdel no ser al ser.
[44.] Aun cuando no estuviéramos en relacion con el mundoexterno, y se limitara nuestro espíritu á los soloshechos internos, á la sola conciencia del yo y de susmodificaciones, sabríamos que hay tránsito del no seral ser, por el testimonio de la sucesiva aparicion de nuevaspercepciones, de nuevos afectos. Dentro de nosotros mismosexperimentamos ese flujo y reflujo de modificaciones que pasan delno ser al ser, del ser al no ser.
[45.] Por lo dicho se ve que las ideas de causa y efecto suponenun órden de seres contingentes, real ó posible. Si nohubiese mas que seres necesarios é inmutables, no habriacausas y efectos.
{254}
[46.] He dicho (Cap. IV) que en la idea de causa entran la deser, y la de la relacion con el no ser que ha pasado ó pasaal ser. La idea de causa pues no es idea simple, es compuesta delas dos indicadas. Para constituirla no basta la de ser; puespodemos concebir ser, sin concebir causa. Lo que la idea de causaañade á la de ser, es algo distinto de la idea deser, algo no incluido en ella; y se llama causalidad, fuerza,virtud productiva, actividad, ú otros nombres semejantes;todos expresan la relacion de un ser para realizar en otro eltránsito de un no ser al ser.
[47.] En la idea de causalidad se incluye otra idea simple, quesi bien acompaña la idea de ser, no se confunde con ella. Sise la quiere apellidar una modificacion de la misma idea de ser, nome opondré á ello.
[48.] ¿De dónde nace la idea de causalidad? Pareceque la sola intuicion de la idea del ser no basta áengendrarla. La idea de ser es simple, nada expresa sino ser; enella pues no encontramos ninguna relacion con el tránsitodel no ser al ser.
[49.] ¿Nace tal vez de la experiencia? Aquí esnecesario distinguir entre la idea misma de la causalidad y elconocimiento de la existencia de la causa. La experiencia nosmanifiesta la sucesion de los seres, es decir, su tránsitodel no ser al ser y viceversa. Hemos notado que en la intuicion delno ser, con relacion al ser, vemos la imposibilidad de untránsito, á no mediar un ser
{255} que loejecute; luego la certeza de la existencia de la causa nace de laexperiencia combinada con la intuicion de las ideas de no ser yser.
[50.] Si esta experiencia no existiese, no sabríamos sila causalidad es posible; porque en la idea del ser, tal comonosotros la tenemos, no vemos la de fuerza: podríamosconcebir tal vez la fuerza, pero ignorando si le corresponde algunarealidad. Así tendríamos la nocion de lafuerza, mas nó la noticia de su existencia, ni aun laseguridad de su posibilidad.
[51.] Pero si bien se considera, esta falta de experiencia es unsupuesto imposible; pues un ser inteligente limitado, por lo mismoque reune la inteligencia con la limitacion, siente la sucesion desus percepciones, y por tanto experimenta en sí propio eltránsito de un no ser al ser. Y como por otra parte, sientetambien su fuerza de combinar las ideas, siente en sí mismola existencia de la causalidad, de una fuerza productiva de susreflexiones.
[52.] El ejercicio de nuestra voluntad, así con respectoá los actos internos como externos, nos da tambienconocimiento de la dependencia de unas cosas respecto de otras;así como las impresiones que recibimos sin nuestra voluntady á pesar de ella, nos confirman en la misma conviccion. Sinesta experiencia, veríamos la sucesion de losfenómenos, mas no conoceríamos sus relaciones decausalidad; porque es claro que la inclinacion áseñalar como causa de un fenómeno {256} lo queha sucedido antes que él, supone la idea de causa y elconocimiento de la dependencia de los fenómenos en larelacion de causas y efectos.
[53.] Dicen algunos que el hombre no tiene ninguna idea de lacreacion; y con esto, sin advertirlo, vienen á suponer quetampoco la tenemos de ninguna causa. Por creacion se entiende eltránsito de una substancia del no ser al ser, en virtud dela accion productiva de otra substancia. Yo sostengo que esto no esmas que la idea de causalidad en su grado superior, es decir,aplicada á la produccion de la substancia; es así quela idea de causa la tenemos, luego la idea de creacion no es unaidea nueva, inconcebible, sino una perfeccion de una idea comuná toda la humanidad.
Hemos visto que en la idea de causaentra el producir un tránsito del no ser al ser; átodos los seres activos se les atribuye esta virtud, pero con ladiferencia que en tratándose de las causas finitas, solo seles concede una fuerza productiva de modificaciones, asícomo al ser infinito se le reconoce la fuerza productiva de lassubstancias.
[54.] Aquí parece verificarse lo mismo que en losdemás ramos de los conocimientos filosóficos: la ideade la esencia pertenece á la razon, la noticia de laexistencia depende de la experiencia. La primera es independientede la segunda; y se puede discurrir sobre ella, con sola lacondicion de la existencia, es decir, con un postulado {257} (Lib.V, Cap.s VII y VIII). Este postulado, lotenemos siempre, cuando nó en otra cosa, en losfenómenos de nuestra conciencia.
CAPÍTULO VI.
SE FORMULA Y DEMUESTRA EL PRINCIPIO DE CAUSALIDAD.
[55.] El principio de causalidad, ó sea esta proposicion:todo lo que comienza ha de tener una causa; ha sido puesto en dudaen los últimos tiempos; por lo cual es necesario dejarleá cubierto de todo género de ataques. Creo posibleconseguirlo, presentando la doctrina de los capítulosanteriores bajo un punto de vista luminoso, que destierre todas lasdudas y acabe con todas las dificultades. Ruego al lector que mesiga con atencion por algunos momentos en el raciocinio que voyá presentarle.
[56.] Tomemos un ser cualquiera que llamaremos A. Para que se lepueda aplicar el principio de causalidad, es preciso que hayacomenzado á ser, y que antes no existiese; porque si nosuponemos este comienzo, A debiera haber existido siempre.
Tenemos pues, que hay una duracion asignable en que no habia A;y en que habia no A. Y {258}
que así en elórden de la duracion ha habido una pequeña serie dedos términos: no A, A.
Comenzar es pasar del primer término no A, al A.El principio de causalidad dice: que no es posible eltránsito del primer término al segundo, sin queintervenga un tercer término, B, que debe ser algo real.
[57.] ¿Qué representa el término no A, por sí solo? la pura negacion del A; el puro nada de A.En el concepto del no A, en vez de encontrar el A, vemos sutérmino contradictorio; por manera que lejos de estarincluido el segundo en el primero, se excluyen, y hacen verdaderaabsolutamente esta proposicion: Es imposible que no A, y A, existaná un mismo tiempo. Así, del concepto no A, esimposible que salga jamás el A; y por consiguiente, si nohay un término real, para hacer el tránsito, nunca sepuede pasar del no A, al A, ni aun en el órden puramenteideal.
[58.] Nótese bien que no quiero decir que concibiendo elno A, de suerte que se negase el A, como conocido, fuera imposibleconcebir el A; pues es evidente, que quien concibiese el no A, ya concebiria el A, y aun podria concebirle, enteramente solo,con solo quitar la negacion; sino que en el supuesto de que hubieseun concepto del no A, absoluto, acomodado al no A, absolutoobjetivo, jamás saldria de este concepto el A; y si bien sereflexiona, no habria ni siquiera concepto; pues que el pensamientode negacion {259} pura, no es pensamiento, no esconcepto. Así, habria una ausencia absoluta de concepto; yen el órden puramente ideal nos hallaríamos en elprimer término de la serie, en la negacion pura: no A, sin ningun medio para pasar al segundo: A.
[59.] Los que niegan pues el principio de causalidad, concibenel tránsito del no A, al A, sin ninguna razon, sin ningunintermedio: ellos que niegan la creacion, admiten una cosa milveces mas incomprensible que la creacion. ¿De dóndeinfieren la posibilidad de este tránsito? Nó de laexperiencia, porque esta no les ofrece sino sucesion, y por tantoninguna aparicion absoluta, á la manera que ellos fingen;nó de la razon, pues que esta no alcanza á hacersalir de una pura negacion un concepto positivo.
[60.] ¿Cómo se pasa del no A, al A? Los quereconocen el principio de causalidad dicen que se pasa con laaccion de B, que llaman causa. Si se trata de producir unasubstancia, hacen intervenir la accion de un ser en quien suponenun poder infinito. Pero los que niegan el principio de causalidad,no pueden responder nada á dicha pregunta; sino que se pasadel no A, al A, absolutamente. Fingen el instante M, en que A noexistia; y luego el instante N, en que A existe.
¿Porqué? no alegan razon ninguna: sin saber cómo, hasurgido de la nada el A, sin la accion de nada. Esto es unacontradiccion manifiesta.
[61.] El principio de causalidad se funda en las {260} ideaspuras de ser y no ser. Puesto el no ser solo, vemosevidentemente que no puede comenzar el ser. El principio es puespuramente ontológico: los que apelan á solas razones de experiencia para establecerle ó combatirle,plantean mal la cuestion: la sacan de su verdadero terreno:confunden la noticia de la causalidad con la nocionó idea de la causalidad.
Los filósofos que no salgan del órden sensible, nopueden afianzar sólidamente este principio: por cuya razon,solo han caido en el error ó en la duda sobre este punto,los que no admiten mas ideas que las sensaciones; y debieran habercaido en la misma duda todos los sensualistas, si hubiesen sidobastante lógicos para sacar las últimas consecuenciasde su doctrina.
CAPÍTULO VII.
EL PRINCIPIO DE LA PRECEDENCIA.
[62.] El tránsito del no ser al ser implica sucesion:para concebir que algo comienza, es preciso concebir queeste algo no existia. La serie
no A, A,
carece de sentido en faltando uno cualquiera de lostérminos: y estos, como contradictorios, no pueden existirá un mismo tiempo. {261}
[63.] Imaginemos la nada absoluta. El primer término, noA, está solo. Toda existencia está negada: nada sepuede afirmar, sin contradecir al supuesto. Entonces, no haytiempo; porque siendo este la sucesion de las cosas, ó delser y no ser (Lib. VII) no puede existir, cuando no se puedesuceder nada, por no haber nada. Si suponemos que algo comienza,establecemos la serie no A, A; en cuyo caso imaginamos dosinstantes diferentes M, N, á que correspondenrespectivamente los términos de la serie, en esta forma: no A, A.
M,
N.
Y se podrá decir con verdad: M no es N.¿Qué significa esta proposicion? Ya que el tiempo, yen general ninguna duracion se distingue de las cosas que duran(Lib. VII, Cap.s IV y V), N no puederepresentar sino la existencia de A, con relacion á no A;así como M, tampoco representará sino el no A, conrelacion al A. De esto se sigue que en el concepto de A, en cuantocomienza, se incluye la relacion al no A, sin lo cual no puede serconcebido como comenzado.
[64.] Suponiendo al menos una inteligencia para conocer estarelacion, es concebible lo que se acaba de explicar; porque estainteligencia, referiria el no A y el A, á su duracionpropia, sucesivamente, si esta duracion fuese sucesiva, como lanuestra; de otro modo, si esta duracion no fuese sucesiva. Pero sino hay nada absolutamente, {262} la serie no A, A, es inconcebible,pues la relacion del A, en cuanto comienza carece de términode comparacion, real ó pensado, á no ser que finjamosun tiempo puro, enteramente vacío, donde imaginemoscolocados los términos de la serie.
[65.] Así parece, que por el mero hecho de pensar el A,en cuanto comenzado, pensamos tambien una existenciaprecedente; pues no hay comienzo, si al A no le ha precedido el no A; y esta precedencia no significa nada, si no hay unaexistencia á que se refiera, ya sea como á seriesucesiva, ya como á duracion inmutable.
[66.] Si A, debe ser precedido de una existencia B, tenemos quenada puede comenzar absolutamente, sin que algo exista; y que en elsimple concepto de la sucesion hallamos la necesidad de algoexistente siempre, para que algo pueda comenzar.
[67.] Como la duracion no es nada distinto de las cosas; los dostérminos de la serie, B, A, de los cuales el uno precede alotro, no pueden ser colocados en una duracion absoluta, distinta delas mismas cosas; ó en dos instantes distintos,independientemente de las cosas. Esa relacion pues, que existeentre A y B, no es relacion de instante á instante, ya quelos instantes en sí no son nada, sino de cosa á cosa;luego, por lo mismo que A comienza, tiene relacion necesaria con B.Por lo dicho, A no podria comenzar sin existir B; luego B, escondicion necesaria {263} para la existencia de A. Luego resultademostrado que todo ser que comienza, depende de un serexistente.
[68.] Esta demostracion se halla, bien que nó desenvueltade este modo, en las obras del baron Pascual Galluppi, profesor defilosofía en la universidad de Nápoles (Cartasfilosóficas sobre las vicisitudes de la filosofía,carta XIV); y aunque no se le puede negar que encierra muchaprofundidad, sin embargo parece que no deja el entendimientosatisfecho del todo. Hé aquí las palabras delfilósofo italiano.
«Esta proposicion, no hay efecto sin causa, ¿es unaproposicion idéntica? Yo he demostrado su identidad de lamanera que sigue. Lo que tiene un comienzo de existencia debe habersido precedido ó de un tiempo vacío ó de unser; porque de otro modo la cosa de que se trata seria la primeraexistencia y la primera letra del alfabeto de los seres, y no sepodria decir que ella comienza á ser; porque esta nocion de comienzo de existencia implica en sí una prioridadcon relacion al ser que comienza. Estas dos nociones existenciacomenzada y existencia precedida de otro cosa, son puesidénticas; pero ¿es posible que una existencia seaprecedida de un tiempo vacío? Yo he demostrado que unaduracion vacía es una quimera, un producto de laimaginacion, falto de toda realidad. El desarrollo de esta pruebaque no puedo exponer aquí, se hallará en mis Ensayos sobre la crítica del conocimiento.Allí tengo {264} establecido que el tiempo no es otracosa que el número de las producciones.Aristóteles ha dicho que el tiempo es el númerodel movimiento. Luego la existencia comenzada es unaexistencia precedida de otra existencia. Esta proposicion esidéntica; pero ¿cómo puede una existencia serprecedida de otra? La que precede
¿se halla por ventura enun instante de tiempo anterior al en que se encuentra la precedida?en este caso se recae en la doctrina del tiempo distinto de lascosas existentes. Así es menester admitir que la existenciaque precede es tal que hace la existencia precedida existenciacomenzada. Esta no es comenzada sino porque es precedida; la anterioridad de la existencia que precede es unaanterioridad de naturaleza; una anterioridad objetiva, unaanterioridad que hace el comienzo de la existencia precedida; ellaes pues la causa eficiente de esta existencia. Así elgran principio de la causalidad resulta invenciblemente demostrado:es una proposicion idéntica.»
[69.] Repito que esta demostracion no deja del todo satisfecho;nó porque ella en sí misma no sea concluyente, sinoporque necesita mas desarrollo. El nervio de la prueba estáen la imposibilidad de concebir un comienzo, sin concebiralgo preexistente; y de concebir precedencia, sin relacion de loque comienza á lo que preexiste. No se comprendefácilmente, cómo de esta razon, se infiere ladependencia intrínseca de las cosas; y hasta el fundarse elargumento {265} en una idea tan difícil como ladel tiempo, aumenta mucho las dudas.
[70.] Supongamos que el mundo existe, y que algo comienza ahora.Entonces se concibe la precedencia sin la dependencia. Si bien sereflexiona, esto sucede á cada paso; pues que en realidadcomienzan de continuo muchos seres, precedidos por otros de loscuales no dependen. Se dirá que no dependen de todos, sinode uno, pero esto mismo es lo que se busca. Para probar que elprincipio de causalidad está demostrado por la simple ideadel órden de la duracion, es necesario probar que larelacion de precedencia es relacion de dependencia. Lo quecomienza, supone algo; ciertamente; pero falta probar si depende deeste algo, como de una cosa producente, ó tan solo como deuna condicion, que nos haga posible el concepto delcomienzo.
Hasta que se haya probado que para el tránsito delno ser al ser, es indispensable la accion de un ser, pareceno quedar probado el principio de la causalidad, sino el de laprecedencia; y como el órden de las cosas en la duracion,ó sea la anterioridad y posterioridad, no nos representa masdependencia que la de pura sucesion, resultaria que si noslimitásemos á la precedencia, no habríamosprobado que todo lo que comienza debe depender de otro, sino quetodo lo que comienza debe suceder á otro; estoúltimo no es el principio de causalidad, sino de sucesion.
[71.] Aclaremos algo mas estas ideas. {266}
Para que se comprenda mejor la dificultad que milita contra lademostracion anterior, observaré que para los que no admitenel principio de causalidad, no es imposible que comience cualquiera cosa, en cualquiera momento, sin ningunacausa. Representemos los seres sucesivos del universo por la serie... A, B, C, D, E, ... y los tiempos en que existen, por la serie..... a, b, c, d, e, ... Segun la demostracion que examinamos,ningun término ha podido comenzar, sin que le haya precedidootro; por manera que el D, comenzado, significa lo mismo queel D, precedido. Luego el D, tiene una relacion necesariacon el C, por la razon de que los instantes d y c, no son nada ensí mismos, en cuanto distintos de D y C.
Quien no admita el principio de causalidad, dirá que elD, puede comenzar sin ninguna dependencia del C; y que para hacerposible el concepto del comienzo, basta que haya existido siempre algo, aunque los términos precedentes y precedidos no tengan entre sí ninguna relacion.Así como el órden de los seres estárepresentado por la serie..... A, B, C, D, E, se podráimaginar otra serie.. M, N, P, Q, R, de modo que á las dosles corresponda la misma serie de tiempo..... a, b, c, d, e.Entonces el D, puede comenzar sin dependencia necesaria delC, porque basta que preexista P, en el instante c, para que se noshaga posible el concepto del comienzo; en cuyo caso, el D, no{267} tendrá ninguna relacion necesaria con C, ni con P; bastándole la precedenciade uno ú otro. Y como es evidente que lo que se dice de C yde P, se podrá decir de otros cualesquiera términosde las mismas series ó de otras, resulta que la demostracionno conduce sino á la necesidad de concebir algo preexistente; y esto solamente para hacer posible elconcepto de un comienzo. Y si á esto se añade ladificultad que de suyo ofrece la naturaleza de las ideas de tiempoy de toda duracion, parece que deberemos inferir que lademostracion no es tan satisfactoria como seria de desear. Los queno profundicen mucho en la idea del tiempo, apenasentenderán el sentido de la prueba; y los demásverán demostrada la contradiccion que se encierra en uncomienzo absoluto; y por tanto la necesidad de que haya existido siempre algo; mas nó la dependencia intrínsecaque se implica en la relacion de un efecto á su causa.
Estasdificultades obligan á un exámen mas riguroso yprofundo.
[72.] El principio de la precedencia nos conduce á unresultado importante. Nuestro entendimiento concibe absolutamenteuna existencia como eterna; pues que le es imposible el concebir uncomienzo absoluto, sin un ser anterior.
[73.] El concepto de lanada absoluta nos es imposible. 1.° Porque este seria unconcepto completamente vacío; ó mas bien la ausenciade todo concepto. La negacion, la concebimos relativamente áuna existencia (Lib. V, cap. IX); {268} pero nóabsolutamente. 2.° Porque no es posible el concepto sinconciencia; y en esta, se halla implicada la idea de ser, de algo,la cual es contradictoria con la nada absoluta.
[74.] No pudiendo concebir la nada absoluta, concebimos siemprealgo existente; y como por lo demostrado anteriormente, no podemosconcebir un comienzo absoluto, resulta que no podemos pensar sinque nuestro pensamiento implique el concepto de una existenciaeterna.
¡Que verdad tan luminosa! ¡Cuántasreflexiones inspira! Sigamos meditando.
[75.] Resulta pues que es un hecho primitivo de nuestroespíritu la necesidad de pensar lo necesario y eterno; y quela confusion que sentimos al pensar en la duracion en abstracto, yesa inclinacion á fingir tiempos, antes que existiera elmundo, nace de la necesidad de concebir lo eterno, necesidad de quenuestro espíritu no puede emanciparse, supuesto quepiense.
[76.] La basa del principio de contradiccion: la idea deser, se halla en nuestros conceptos de una manera absoluta; suopuesta la de no ser, se halla tan solo con respectoá lo contingente; es una especie de condicion implicada enla contingencia.
[77.] Todo lo contingente incluye algo de no ser; por lo mismoque es contingente, puede no ser, y por tanto su no ser,está cuando menos en el órden de la posibilidad. Peroesos tránsitos del no ser al ser, no son ni siquieraconcebibles, {269} sino presuponiendo algo existente,necesario y eterno.
[78.] Así, hallamos en nuestras ideas el ser comoabsoluto, y el no ser como relativo; y el ser que ha salido del noser, ó que ha comenzado, no lo podemos concebir sinocon relacion á un ser absoluto.
[79.] Esta relacion objetivamente considerada, no nos pareceá primera vista la de causalidad, sino la de sucesion; peronos ofrece un hecho subjetivo que nos lleva al conocimiento de laverdad objetiva. En efecto: ya que nuestros conceptos de no ser yser, están ligados de tal suerte que no podemos concebir eltránsito del no ser al ser, sin concebir un serpreexistente: hallamos aquí un reflejo de la causalidadobjetiva, que se nos revela en los hechos subjetivos. La duracion,como distinta de las cosas, es una pura imaginacion; la relacionpues de las duraciones es la relacion de los seres. Es verdad quepor lo dicho, en esta relacion de duraciones descubrimos solo lasucesion, y nó la dependencia intrínseca; pero estadependencia, aunque no conocida intuitivamente, se hallarepresentada en el mismo enlace con que concebimos los seres en laduracion. Es cierto que podemos imaginar diferentes series; pero lade los tiempos, es una pura imaginacion, en cuanto la concebimosdistinta de los demás. Si la serie de los tiemposdesaparece, solo restan las series de las cosas: la relacion entrelos términos será la relacion entre {270} lascosas; y la dependencia llamada de sucesion, será unadependencia de realidad