Filosofía Fundamental Tomo IV by Padre Jaime Luciano Balmes - HTML preview

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Permítaseme llamar muy particularmente la atencion de loslectores sobre la teoría que voy á

{360}desenvolver. Despues de tantas dificultades como hemos amontonadohasta aquí, sobre el fundamento del órden moral,necesario es que procuremos adquirir alguna luz sobre un objeto tanimportante. Esta luz nos confirmará mas y mas una verdad quela ciencia nos pone de manifiesto repetidas veces: cuando se llegaá los principios de las ciencias, ó á susúltimos resultados, estad seguros de que las ideascristianas no os serán inútiles, y que oscomunicarán alguna leccion de trascendencia; en el edificiode los conocimientos humanos las hallaréis iluminando elcimiento y la cúpula.

No se imagine el lector, que en vez de una teoríacientífica, voy á ofrecerle un capítulo demística: estoy seguro de que al concluir la lectura, sehallará convencido, de que aun bajo el aspecto puramentecientífico, hay en esta doctrina mucha mas exactitud yprofundidad que en otras cuyos autores se guardan de emplear lapalabra Dios, como si este nombre augusto manchase laspáginas de la ciencia.

[227.] La moralidad absoluta es el amor de Dios; todas las ideasy sentimientos morales son aplicaciones y participaciones de esteamor.

Hagamos la prueba llevando este principio fecundo á todaslas regiones del mundo moral.

¿Qué es la moralidad absoluta en Dios?¿cuál es el atributo del ser infinito que llamamossantidad? El amor de sí mismo, de su perfeccion infinita. EnDios no hay deber propiamente dicho, {361} hay necesidad absoluta deser santo; porque tiene necesidad absoluta de amar su perfeccioninfinita. Así la moralidad en su sentido mas absoluto, en sugrado mas alto, esto es la santidad infinita, es independiente detodo libre albedrío. Dios no puede dejar de ser santo.

[228.] Pero se preguntará por qué Dios se hade amar á sí mismo? esta cuestion carece desentido cuando se profundiza la materia sobre que versa; porquesupone que se puede expresar exactamente en términosrelativos lo que es enteramente absoluto. La proposicion: Dios se ha de amar á sí mismo no es exacta; larigurosa exactitud solo se halla en esta otra: Dios se ama ásí mismo; porque expresa de una manera absoluta, un hechoabsoluto. Si ahora se pregunta ¿por qué Dios se amaá sí mismo? responderemos que tanto valdriapreguntar: por qué Dios se conoce á sí mismo;ó por qué entiende la verdad, ó por quéexiste; en llegando á estas cuestiones nos encontramos en elorígen primitivo, con cosas absolutas, incondicionales;entonces, todo porque es absurdo.

[229.] Infiérese de esta doctrina que no es exacto que lamoralidad no pueda ser expresada en una proposicion absoluta. Ellaen sí misma, en su grado infinito, es una verdad absoluta;implica una identidad cuyo opuesto es contradictorio; por maneraque considerada en su mayor altura, está no menos ligada conel principio de contradiccion, que todas las verdasmetafísicas {362} y geométricas. Héaquí su fórmula mas simple: El ser infinito se amaá sí mismo.

[230.] Continuemos desenvolviendo esta doctrina.

Dios, en las profundidades de su inteligencia, ve desde toda laeternidad una infinidad de criaturas posibles. Encerrando ensí propio el fundamento de la posibilidad de las mismas y detodas las relaciones que las pueden enlazar entre síó con su Criador, nada puede existir independiente de Dios;así, no es posible que ningun ser deje de ordenarse áDios. El fin que Dios se ha propuesto en la creacion, no puede serotro que el mismo Dios; pues que antes de la creacion nada existiasino él, y despues de la creacion todas cuantas perfeccionesse hallan en las criaturas, las tiene Dios formal óvirtualmente en un grado infinito. Luego este órden de todaslas criaturas á Dios como á ultimo fin, es unacondicion inseparable de las mismas; condicion vista por Dios desdetoda la eternidad, en todos los mundos posibles. Todo lo que hasido criado y todo lo que puede serlo, es la realizacion de unaidea divina, de lo que está representado en el entendimientoinfinito, y con las propiedades absolutas ó relativas que sehallen preexistentes en aquella representacion. Así, todocuanto existe y puede existir, debe hallarse sometido á lacondicion de ordenarse á Dios, sin lo cual su existenciaseria imposible.

[231.] Entre las criaturas en que se realiza la {363}representacion preexistente en el entendimiento divino, las haydotadas de voluntad; esta es la inclinacion á lo conocido; ysignifica un principio de las determinaciones propias, mediante unacto de inteligencia. Si la criatura conociese intuitivamenteá Dios, su acto de voluntad seria necesariamente moral,porque seria necesariamente un acto de amor de Dios. La rectitud dela voluntad criada seria entonces un incesante reflejo de lasantidad infinita, ó del amor que Dios se tiene ásí propio. En tal caso, la perfeccion moral de la criaturatampoco seria libre; mas no dejaria por esto de ser perfeccionmoral y en un grado eminente. Habria entonces una perpetuaconformidad de la voluntad criada con la voluntad infinita; porquela criatura amando á Dios con una feliz necesidad, noquerria, ni podria querer otra cosa que lo que quisiese el mismoDios. La moralidad de la voluntad criada seria esta conformidadperenne con la voluntad divina; conformidad que no se distinguiriadel acto moral y santo por esencia: el amor de la criatura al serinfinito.

Pero cuando el conocimiento de Dios no es intuitivo, cuando laidea que de él tiene la criatura es un concepto incompleto yque encierra varias nociones indeterminadas, el bien infinito ensí mismo, no es amado por necesidad, porque no es conocidocomo es en sí mismo. La voluntad tiene una inclinacion albien, pero al bien indeterminadamente; y por tanto no siente unainclinacion {364} necesaria hácia ningun objetoreal. El bien se le ofrece bajo una idea general éindeterminada, con aplicaciones muy varias, y hácia ningunade ellas se inclina con necesidad absoluta; de aquí dimanasu libertad para salirse del órden visto por Dios, comoconforme á sus soberanos designios: en lo cual la libertadlejos de ser una perfeccion, es un defecto, que nace de ladebilidad del conocimiento del ser que la posee.

[232.] La criatura racional conformándose en sus actoscon la voluntad de Dios, realiza el órden que Dios quiere;amando este órden, ama lo que Dios ama. Si aunque realiceeste órden, la criatura en su libertad no ama el mismoórden, y procede por motivos independientes de él, suvoluntad, ejecutando materialmente el acto, no ama lo que Dios ama;y hé aquí la linea divisoria de la moralidad y de lainmoralidad. La moralidad del acto propiamente dicha, consiste enla conformidad explícita ó implícita de lavoluntad criada con la voluntad divina; y esa perfeccion misteriosaque descubrimos en los actos morales, esa hermosura que nos encantay atrae, no es otra cosa que la conformidad con la voluntad divina;el carácter absoluto que encontramos en la moralidad, es elamor explícito ó implícito de Dios; y porconsiguiente un reflejo de la santidad infinita, ó del amorcon que Dios se ama á sí mismo.

Hagamos aplicaciones de esta doctrina que se {365} muestratanto mas exacta cuanto mas se la hace descender al terreno de loshechos.

[233.] El amar á Dios es un acto bueno moralmente; elaborrecer á Dios es un acto malo moralmente, y de unafealdad la mas detestable. ¿Dónde está lamoralidad del acto del amor de Dios? en el acto mismo, reflejo dela moralidad absoluta, ó de la santidad infinita, queconsiste en el amor que Dios tiene á su perfeccion infinita;hé aquí una prueba palpable de la verdad de lateoría que estamos exponiendo. El amor de la criatura alCriador, ha sido siempre mirado como un acto esencialmente moral;como lo mas puro de la moralidad; en lo que se manifiesta que en elórden secundario y finito, este acto es la mas pura y fielexpresion de la moralidad absoluta.

[234.] Al preguntarse la razon de por qué debemos amará Dios, se suelen recordar los beneficios que nos dispensa,el amor que nos tiene; y hasta se suele aducir el ejemplo del amorque debemos á nuestros amigos y bienhechores, y sobre todoá nuestros padres; estas razones son ciertamente muy buenaspara hacer palpable en cierto modo la moralidad del acto, yconmover nuestro corazon; pero no satisfacen completamente en elterreno de la ciencia. Porque, si pudiésemos dudar de quedebemos amar al ser infinito, autor de todas las cosas, claro esque dudaríamos tambien de que debiésemos amará los padres, á los amigos y bienhechores. Luego elamor á estos se ha de fundar en algo mas elevado,{366} si no queremos que alpreguntársenos, por qué debemos amarlos, nos quedemossin ninguna respuesta.

[235.] El querer perfeccionar el entendimiento es un acto moralen sí mismo. ¿De dónde nace la moralidad delacto? hélo aquí. Dios, al dotarnos de inteligencia haquerido evidentemente que usásemos de ella. El uso de lamisma pues, entra en el órden conocido y querido por Dios;al querer esto queremos lo que Dios quiere; amamos esteórden que Dios amaba desde toda la eternidad, como unarealizacion de sus soberanos designios; por el contrario, si lacriatura no perfecciona sus facultades intelectuales, y en uso desu libertad las deja sin ejercicio, se aparta del órdenestablecido por Dios; no quiere lo que Dios quiere, no ama lo queDios ama.

[236.] Al perfeccionar estas facultades, puede el hombre hacerlomeramente para proporcionarse el goce que le produce la alabanza desus semejantes; en este caso realiza el órden de laperfeccion del entendimiento, pero no lo realiza amando esteórden en sí mismo, sino por amor de una cosa distintaque no entra en el órden querido por Dios; porque esevidente que Dios no nos ha dotado de facultades intelectuales parael estéril objeto de alabarnos unos á otros.Hé aquí pues la diferencia que conocemos, quesentimos, entre dos acciones iguales, hechas con fines diferentes:la voluntad del uno perfecciona el entendimiento como una simplerealizacion {367} del órden divino: no acertamostal vez á explicar lo que encontramos allí, pero decierto sabemos que aquella voluntad es recta; el otro hace lomismo, quiere lo mismo, pero deja mezclar un motivo ajeno áeste órden; y el entendimiento y el corazon nos dicen: esteacto con que se hace un bien, no es bueno; esto no esvirtud, es miseria.

[237.] Hay una persona necesitada, que sin embargo, tiene muchasprobabilidades de mejorar pronto de fortuna. Léntulo yJulio, le dan cada cual una limosna. Léntulo da su limosna,solo con el fin de que el socorrido cuando mejore de fortuna, seacuerde del bienhechor, y le favorezca si este lo necesita. Laaccion de Léntulo no tiene ningun valor moral: al juzgarlase ve una combinacion de cálculo, nó un actovirtuoso. Julio da la limosna, solo por socorrer al infeliz que leinspira lástima, sin pensar en la retribucion con que elsocorrido le pueda corresponder: la accion de Julio es bellamoralmente, es virtuosa. ¿De dónde la diferencia?Léntulo hace el bien, aliviando al necesitado; peronó con el amor del órden íntimo que hay en suacto; sino torciendo este órden hácia símismo. Dios, queriendo que los hombres necesitasen unos de otros,ha querido tambien que se socorrieran; el socorrer pues simplementepara aliviar al necesitado, es realizar simplemente el órdenquerido por Dios; el aliviar para un fin particular, es realizareste órden, nó como se halla establecido {368} porDios, sino como le combina el hombre. Hay complicacion demiras: falta la sencillez de intencion; esa sencillez tanrecomendada por el cristianismo, y que aun en la region de lafilosofia encierra un sentido tan profundo.

[238.] Atendiendo al órden puramente natural, sedescubre, que todas las obligaciones morales, tienen enúltimo resultado un objeto útil; asícomo todas las prohibiciones, se dirigen á prevenir un daño; mas para la moralidad, no basta el querer lautilidad de ella, se necesita querer el órden mismo, dedonde la utilidad resulta; siendo de notar que con cuanta masreflexion, con cuanto mas amor se quiere este órden, sinmezcla de miras heterogéneas, tanto mas moral es elacto.

Socorrer al pobre, con la simple mira de aliviarle, conamor hácia el pobre, es un acto virtuoso; socorrerle coneste amor, y con la reflexion explícita de que secumple con un deber de humanidad, es todavía masvirtuoso; socorrerle con el pensamiento en Dios, viendo en el pobreá un hombre, imágen de Dios, y á quien Diosnos manda amar, es un acto todavía mas virtuoso: socorrerle,aun contra los impulsos del propio corazon, agriado quizáspor un resentimiento, ó agitado por otras pasiones, ydominarse á sí mismo con una voluntad firme por amorde Dios; es ya un acto de virtud heróica. Nótesebien: la perfeccion moral del acto se aumenta á proporcionde que se quiere la cosa {369} en sí misma con mas reflexiony amor; y llega al mas alto punto cuando en la cosa amada, se amaal mismo Dios. Si las miras son egoistas, el órden sepervierte, y la moralidad se disipa; cuando no hay miras deegoismo, y se obra principalmente á impulsos delsentimiento, la accion ya es bella, pero su carácter es masbien de sensibilidad que de moralidad; mas cuando, con el corazondesgarrado por el dolor del sacrificio, la voluntad, precedida porla reflexion, manda este sacrificio, y se cumple el deber, porquees un deber; ó quizá se hace un acto no obligatorio, por el amor á su bondad moral, y porque el actoes agradable á Dios, vemos en la accion, algo tan bello, tanamable, tan digno de alabanza, que nos quedaríamosdesconcertados si se nos preguntase entonces la razon delsentimiento respetuoso que experimentamos hácia la personaque por tan nobles motivos se sacrifica por sus semejantes.

Con arreglo á estos principios, podemos fijar clara yexactamente las ideas morales.

[239.] La moralidad absoluta, y por consiguiente elorígen y tipo de todo el órden moral, es el acto conque el ser infinito ama su perfeccion infinita. Este es un hechoabsoluto, del cual no podemos señalar ninguna razon à priori.

En Dios no hay deber propiamente dicho; hay necesidadabsoluta de ser santo.

[240.] El acto esencialmente moral en toda criatura es el amará Dios. Es imposible, fundar {370}

la moralidad de esteacto, en la moralidad de otro acto.

[241.] Los actos de la criatura son morales, en cuantoparticipan explícita ó implícitamente, de esteamor.

[242.] Cuando la criatura ve intuitivamente á Dios, leama necesariamente; y así todos sus actos, llevando esteaugusto sello, son necesariamente morales.

[243.] Cuando la criatura no ve intuitivamente á Dios,ama necesariamente el bien en comun, ó sea bajo una ideaindeterminada: pero no ama necesariamente, ningun objeto enparticular.

[244.] En este amor hácia el bien en comun, sus actoslibres son morales, cuando su voluntad quiere el órden queDios ha querido, sin mezclar combinaciones ajenas ócontrarias á este órden.

[245.] Para ser moral un acto, no es necesario que el que lohace piense explícitamente en Dios, ni que su voluntad, leame explícitamente.

[246.] El acto será tanto mas moral, cuanto vayaacompañado de mas reflexion sobre su moralidad, y sobre suconformidad con la voluntad de Dios.

[247.] El sentimiento moral, es un sentimiento que se nos hadado para percibir la belleza del órden querido por Dios: espor decirlo así un instinto de amor de Dios.

[248.] Como este sentimiento es innato, indeleble, {371}é independiente de la reflexion, lo experimentan hasta losateos.

[249.] La idea de obligacion moral ó deber, resulta dedos ideas: órden querido por Dios; libertad física deapartarse de este órden. Dios otorgándonos la vida,ha querido que procurásemos conservarla; pero el hombre eslibre, y á veces se suicida. El que conserva su vida cumplecon un deber; el que se mata, le infringe. Así en la ideadel deber, entra la de libertad física, que no puedeejercerse en cierto sentido, sin salir del órden querido porDios.

[250.] La pena es una sancion del órden moral; sirve parasuplir la necesidad imposible para los seres libres. Las criaturasque obran sin conocimiento, cumplen su destino por necesidadabsoluta; los seres libres, cumplen su destino, nó pornecesidad absoluta, sino por la especie de necesidad producida porla vista de un resultado doloroso.

[251.] Aquí se palpa la diferencia entre el malfísico y el mal moral, aun en el mismo ser libre: elfísico es el dolor; el moral, es el desviarse delórden querido por Dios.

[252.] Ilícito es lo contrario á un deber.

[253.] Lícito es todo lo que no se opone á ningundeber.

[254.] Ley eterna es el órden de los seres inteligentesquerido por Dios, con arreglo á su santidad infinita.

[255.] Acciones intrínsecamente morales, son {372} las queforman parte del órden que Dios, (supuesta la voluntad decriar tales ó cuales seres), ha querido por necesidad, enfuerza del amor de su perfeccion infinita. Semejantes acciones,están mandadas porque son buenas.

[256.] Las acciones que son buenas porque están mandadas,son las que forman parte del órden querido por Dioslibremente, y del cual ha dado conocimiento á suscriaturas.

[257.] El mandato de Dios, es su voluntad comunicada á lacriatura. Si esta voluntad es necesaria, el precepto es natural; siesta voluntad es libre, es positivo.

[258.] Atendiendo á lo puramente natural, el órdenquerido por Dios, es el que conduce á la conservacion yperfeccion de los seres criados. Las acciones serán moralescuando se conformen con este órden.

[259.] La perfeccion natural de los seres consiste en el uso desus facultades acomodado al fin á que su misma naturalezalos muestra destinados.

[260.] La naturaleza ha encargado á cada individuo elcuidado de su propia conservacion y perfeccion.

[261.] La imposibilidad natural de que el hombre viva solo,indica que la conservacion y perfeccion de los individuos, se ha deconseguir en sociedad.

[262.] La primera sociedad, es la de familia.

[263.] Los padres deben alimentar y educar á {373} sushijos; porque sin esto no puede conservarse el linaje humano.

[264.] Los deberes conyugales, nacen del órden necesariopara la conservacion y perfeccion de la sociedad de familia,indispensable para la conservacion del humano linaje.

[265.] Cuanto mas necesario es el enlace de un acto con laconservacion y perfeccion de la familia, mas necesaria es sumoralidad, y por consiguiente menos sujeta ámodificaciones.

[266.] La inmoralidad de los actos contrarios al pudor, y muyespecialmente los contrarios á la naturaleza, se funda engrandes razones de un órden indispensable para laconservacion del individuo y de la especie.

[267.] Las pasiones, por lo mismo que son ciegas, es evidenteque nos han sido dadas como medios, nó como fines.

[268.] Luego cuando la satisfaccion de las pasiones se tomanó como un medio, sino como un fin, el acto es inmoral. Unejemplo sencillo aclarará esta idea. El placer de la comidatiene un objeto muy útil para la conservacion del individuo;así el comer con placer, no es nada malo, sino bueno;pero el comer por el placer de la comida, es invertir elórden: el acto no es bueno. La misma accion que en el primercaso es muy racional, en el segundo es un acto de glotonería. Así lo juzga el sentido comun sinnecesitar de análisis.

[269.] Viviendo el hombre solo, el uso de su {374}libertad física, no perjudicaria jamás sino ásí mismo; el límite moral de su libertad seria el desatisfacer sus necesidades y deseos, con arreglo al dictámende la razon. Pero viviendo los hombres en sociedad, el ejercicio dela libertad física del uno, tropieza por necesidad con eldel otro; para impedir el desórden es necesario restringirun poco la libertad física de cada uno, y someterlosá todos á un órden conforme á razon, yconducente al bien general: hé aquí la necesidad deuna legislacion civil. Esta no puede establecerse, ni conservarse,por sí sola: hé aquí la necesidad de un poderpúblico. El objeto de la sociedad, es el bien general, consujecion á los principios de la moral eterna; este mismo esel objeto del poder público.

[270.] Con la teoría que precede, se explicasatisfactoriamente el doble carácter que presenta elórden moral: lo absoluto y lo relativo. La razon, el sentidocomun, el corazon, nos obligan á reconocer en elórden moral algo absoluto, independiente de la consideracionde la utilidad: esto se explica, elevándose á un actoabsoluto, de perfeccion absoluta; y mirando la moralidad de lascriaturas, como una participacion de aquel acto. La razon y laexperiencia nos enseñan que la moralidad de las accionestiene resultados útiles; esto se explica, observando,que en aquel acto absoluto, está comprendido el amor delórden que habia de reinar entre los seres criados, paracumplir sus destinos. Este órden pues, era á un{375} tiempo querido por Dios, y conducente al fin especial de cada criatura; serápues á un mismo tiempo moral y útil.

[271.] Pero los dos caractéres se conservan siempreesencialmente distintos: el primero, lo sentimos; el segundolo calculamos. Cuando nos falta el primero, somos malos; cuando el segundo, somos desgraciados. Elresultado doloroso, es pena, si nuestra voluntad hainfringido á sabiendas el órden; cuando nó, essimplemente desdicha.

[272.] Permítaseme lisonjearme con la idea de que estateoría es algo mas satisfactoria, que las que han excogitadoalgunos filósofos modernos, para explicar la naturalezaabsoluta de la moralidad. He necesitado de la idea de Dios, escierto; porque no concibo órden moral, en quitando áDios del mundo. Sin la idea de Dios, la moralidad no puede ser otracosa que un sentimiento ciego, tan absurdo en su objeto, como ensí mismo; la filosofía que no lo funde en Dios, nopodrá llegar jamás á una explicacioncientífica: deberá limitarse á consignar elhecho como una necesidad, cuyo carácter y orígen seignoran del todo.

[273.] Añadiré una observacion que compendia todami teoría, y que pone de manifiesto lo que la diferencia delas otras, que reconocen en Dios el fundamento del órdenmoral, y el amor de Dios, por el primero de los deberes. Lossistemas á que me refiero suponen la idea de moralidad{376}

distinta de la del amor de Dios, peroyo digo que la esencia de la moralidad es el mismo amor deDios. Así afirmo que la santidad infinita, es esencialmente el amor con que Dios se ama á símismo; que el acto primitivo y esencialmente moral de la criaturaes el amor á Dios; que la moralidad de todas sus acciones,consiste en conformarse explícita óimplícitamente con la voluntad de Dios; lo que equivaleá un amor explícito ó implícito deDios.

Uno de los resultados mas notables de esta teoría quepone la esencia de la moralidad en el amor de Dios ó delbien infinito, es el que hace desaparecer la diferencia entre laforma de las proposiciones metafísicas y las morales,manifestando como el se debe y se ha, que seencuentra en estas, se reduce al es absoluto de aquellas (V.210, 211, 212 y 213). Hé aquí la aplicacion de esteimportante resultado.

La proposicion: El amar á Dios es buenomoralmente; es una proposicion absoluta é idéntica,porque la bondad moral no es otra cosa que el amor de Dios.

La proposicion: El amar al prójimo es bueno; se reduceá la primera, porque amar al prójimo es un ciertomodo de amar á Dios.

La proposicion: el socorrer al prójimo es bueno: sereduce á la anterior, porque socorrer es amar.

La proposicion: El hombre debe conservar su vida, seexplica por esta otra absoluta: la conservacion {377} de lavida del hombre, es querida por Dios. Así la palabra debe, significa la necesidad de que el hombre conserve suvida, si no quiere oponerse al órden querido por Dios.

Estos ejemplos bastan para que se vea con cuántafacilidad pueden reducirse á una forma absoluta, lasproposiciones morales. Esto, no alcanzo de qué manera sepodrá conseguir, si en vez de decirse: el amor de Dios es lamisma moralidad; se dijese: el amor de Dios es un acto moral,distinguiendo entre el amor y la moralidad.

[274.] Sea cual fuere el juicio que se forme de estaexplicacion, no puede negarse que con ella, se reconoce unasabiduría profunda, aun ateniéndonos al soloórden natural y filosófico, en aquella admirabledoctrina del Divino Maestro, en que llama al amor de Dios el mayory el primero de los mandamientos, y en que, cuando quiereseñalar el carácter del bien moral, recuerda, muyespecialmente, el cumplimiento de la voluntad divina.

[275.] Puesta la esencia de la moralidad en el amor, lo moraldebe parecernos bello, porque nada mas bello que el amor; debe seragradable al alma, porque nada mas grato que el amor. Entonces secomprende tambien por qué las ideas de desinterés, desacrificio, se nos presentan tan bellas en el órden moral, ynos hacen rechazar instintivamente la teoría delinterés propio: nada mas desinteresado, que el amor;{378} nada mas capaz de grandes sacrificiosque el amor.

[276.] Así el egoismo queda desterrado del órdenmoral: Dios se ama á sí mismo, porque esinfinitamente perfecto; fuera de sí no encuentra nada queamar, que él no haya criado. El amor que tiene á lascriaturas es completamente desinteresado, porque nada puede recibirde las mismas. La criatura se ama á sí propia y amatambien á las demás; pero este amor, no es de unegoismo estrecho, sino que ama en sí misma, y en sussemejantes, el reflejo del bien infinito.

Desea unirse con el biensupremo, y en esto pone su última felicidad; pero este deseolo enlaza con el amor del bien supremo en sí mismo, y no leama precisamente porque de ello deba resultar su propiafelicidad.

CAPÍTULO XXI.

OJEADA SOBRE LA OBRA.

[277.] Llego al término de mi trabajo; y asíconviene echar una ojeada sobre el largo camino que acabo derecorrer.

Me habia propuesto examinar las ideas fundamentales de nuestroespíritu, ya considerado en sí mismo, ya en susrelaciones con el mundo. {379}

[278.] Con relacion á los objetos, hemos encontrado ennuestro espíritu dos hechos primitivos: la intuicion de laextension; la idea del ente. En la intuicion de la extension sefunda toda la sensibilidad objetiva; en la idea del ente se fundatodo el órden intelectual puro en lo tocante á lasideas indeterminadas. De la idea del ente, hemos visto salir las deidentidad, distincion, unidad, número, duracion, tiempo,simplicidad, composicion, finito, infinito, necesario, contingente,mutable, inmutable, substancia, accidente, causa, efecto.

[279.] En el órden subjetivo, hallamos como hechos deconciencia, la sensibilidad, ó el ser sensitivo (incluyendoen esto no solo la sensacion, sino tambien el sentimiento); lainteligencia y la voluntad; lo que nos da ideas intuitivas de modosde ser determinados, y distintos del de los seres extensos.

[280.] Así todos los elementos de nuestro espírituse reducen á las ideas intuitivas de extension, desensibilidad, inteligencia y voluntad, y á las ideasindeterminadas, que á su vez se fundan todas en la idea deser.

[281.] De la idea de ser, combinada con la del no ser, nace elprincipio de contradiccion: que por sí, da orígensolamente á conocimientos indeterminados. Para que laciencia tenga un objeto realizable, es necesario que el ser se lepresente bajo alguna forma. Nuestra intuicion nos ofrece dos:extension y conciencia. {380}

[282.] La conciencia nos ofrece tres modos de ser: sensibilidad,ó el ser sensitivo, inteligencia y voluntad.

[283.] La extension considerada en toda su pureza, cual laimaginamos en el espacio, es la base de la geometría.

[284.] La misma extension modificada de varias maneras, y puestaen relacion con nuestra sensibilidad, es la base de todas lasciencias naturales, ó que tienen por objeto el universocorpóreo.

[285.] La inteligencia da orígen á laideología y á la psicología.

[286.] La voluntad, en cuanto movida por fines, da