Historia de los Judíos en España desde los Tiempos de su Establecimiento hasta Principios del Prsesente Siglo by Adolfo de Castro - HTML preview

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Y como de diversas yerbas por fuerza de alambique se destila y saca talagua, que es poderosa á curar y sanar una mortal llaga; y como dediversas flores van las abejas chupando la miel; así de las relacionestan puntuales que tienen estos padres, de todos los intereses depríncipes y de todos los accidentes que suceden en cualquiera estado,sacan ellos con la fuerza del discurso su propio interés para sanar lallaga casi incurable del deseo de engrandecerse, y sacan una ciertaciencia de su aprovechamiento propio, con que tanto del bien de este,como del mal del otro y mas de ordinario del mal que del bien, consiguensu intento y pretension. Tras esto suelen poner en dudas sus esperanzasá los príncipes cuyos ánimos tienen ya penetrados, diciéndoles quetienen escogidos medios para conseguir sus intentos, y que tengan efectosus pensamientos; pero cuando ya ellos han sacado su interés propio,considerando que la demasiada grandeza de aquel príncipe les pudiera seralgun dia de perjuicio y daño, alargan lo mas que pueden la práctica deaquel negocio, como hacen los abogados en los pleitos, y despues condestreza y maravilloso artificio, volviendo la hoja, deshacen y arruinantotalmente aquel negocio al cual ellos habian dado principio.

La liga de Francia tratada y concluida de estos padres, y despuesdesamparada y dejada de ellos mismos, cuando vieron que iban masprósperamente las cosas de Enrique IV, la Inglaterra.... permitidamuchas veces de estos padres á los españoles, y otros cien casos talesconfirman este mi discurso, de manera que no tienen necesidad de mayorprueba.

De lo dicho se sigue que los padres de la Compañia no tienen buena nirecta intencion con ningun príncipe eclesiástico, ni secular; perosírvenles tanto, cuanto conviene á sus intereses; antes se sigue queningun príncipe y mucho menos señores particulares se pueden fiar deellos, porque mostrándose estos padres en un mismo tiempo afectosigualmente á todos, haciéndose españoles con los españoles, francesescon los franceses, y lo mismo con las demás naciones, cuando lo pide laocasion parece que solo cuidan y miran á su propio interés, sin repararen perjudicar á este mas que al otro; por lo que las empresas y negociosen que estos padres se han entremetido, raras veces han tenido buen fin,por no tener ellos ánimo de servir ni ayudar mas de aquello que lesdicta su propio interés, en que tienen grandisimo artificio, fingiéndosealgunos parcialisimos de la corona de España, otros de Francia, otrosdel emperador, y lo mismo de otros príncipes de quien desean serfavorecidos y ayudados. Y si alguno de estos príncipes se quiere valerdel medio de algun jesuita, que tienen por confidente suyo, escribe estetal el negocio que se ha de tratar, y con la respuesta espera, y si elórden que su general le ha dado es conforme á la intencion y fin delpríncipe que le cometió el cuidado del negocio, así que como la Compañíaquede servida, poco cuidado da el servicio ó negocio del príncipe.

Fuera de esto, como conocen estos padres en lo que son interesados todoslos príncipes, están bien informados de casi todo lo que cada dia setrata en sus mas secretos consejos, aquellos que fingen ser parciales óconfidentes de España, proponen al rei y sus principales ministrosciertas condiciones y consideraciones de estado muy importantes, que selas han enviado de Roma algunos padres políticos. Lo mismo hacen enFrancia aquellos que muestran ser devotos y confidentes de aquellacorona y así los demás, de lo que nacen tales sospechas en el ánimo delos príncipes que no se fia nada uno de otro, que es de grandisimoperjuicio á la quietud, y paz pública, y al bien universal de lacristiandad, haciéndose con esto dificultosisima la conclusion de unaliga contra el enemigo comun y poco segura la paz entre los príncipescristianos.

Demos que con este modo artificioso han abierto de tal manera los ojosal mundo, adelgazándole en materia de estado, que hoy con notableperjuicio de la Iglesia no se atiende ni trata de otra cosa, pesandocada uno con ese peso sus acciones todas, y lo que peor es tambien quelos herejes han conocido el artificio de estos padres, y ahora con hartodaño nuestro se valen de él con aquellos príncipes que les hacenproteccion; de manera que donde primero sabian algunas letras, y sepodia esperar que algun dia conociesen sus errores, ahora han salidoateistas y políticos, dificultosisimos de convertirse, si Diosmilagrosamente no los reduce.

No quiero callar aquí para que se conozca el artificio jesuítico, y elmodo con que procuran ganar y prender los príncipes, como algunos añoshá un padre asistente de Inglaterra, llamado el padre Personio, escribióun libro contra la sucesion del rey de Escocia al reino de Inglaterra. Yotro padre llamado Cristonio, con otros de su misma religion,defendieron en otro libro que imprimieron, el derecho que el rei deEscocia tenia á aquella corona opugnando el parecer de dicho padrePersonio, fingiendo entre sí estar desunidos, si bien se hacia todo conparticular artificio y voluntad, y parecer de su general para que concualquiera que sucediese en el reino de Inglaterra, pudiesen tenerentrada y medio con que poder engrandecer su religion y sacar su propiointerés; de donde se ve claro que los príncipes son el objeto de todassus acciones y determinaciones de estos padres, y que por consecuenciase verifica lo que de ordinario dicen que es su religion una granmonarquía.

Que sea verdad que estos padres no acuden á dar gusto ni disgusto áningun príncipe cuando se trata de su propio interés, aunque laesperiencia de casos infinitos que han sucedido lo descubra y pruebe masclaro que el sol, con todo de lo que diré aquí se hará evidente no haypersona en el mundo á quien deban obedecer mas que al Sumo Pontífice,así por la gracia de ser cristianos, como por el voto particular quehacen de obedecerle: y con todo á Pio V, Sumo Pontífice de quien no haybastantes alabanzas que decir, que iluminado del Espíritu Santo quisoreformar á estos padres, reduciéndoles á tener coro y hacer susprofesiones como las hacen las demás religiones, no le quisieronobedecer, pareciéndoles que esto les seria de notable perjuicio; antesalgunos pocos, que obedecieron al Sumo Pontífice, é hicieron susprofesiones, los llamaron estos padres (como por desprecio) Quintinos,y jamás alguno de estos ha podido obtener beneficio alguno. De la mismamanera se opusieron al glorioso San Cárlos, arzobispo de Milan, que comolegado ad látere de su Santidad deseó reducirlos á una disciplinareligiosa. Pero qué menos obedecen á los sagrados Cánones, ni á susdecretos? haciendo mercancías de perlas, rubíes y diamantes, que setraen de las Indias, porque es opinion evidente que la mayor parte delas perlas preciosas que se venden en Venecia son de estos padres, loque se ha sabido de aquellos de quien se han servido y sirven decorredores.

Que no sirvan al Sumo Pontífice, lo saben aquellos mismos padres quepara este fin fueron llamados de Roma, y procesados, que ni quiero nipuedo nombrarlos, ni estenderme mas en esto, por no verme obligado áhablar de algun príncipe á quien no da mucho gusto este mi discurso. Yodeseo servirlos á todos sin ofender á ninguno, y porque no es mi intentohacer aquí una invectiva contra estos padres (á quien fuera de estoobservo y reverencio) sino de apuntar brevemente sus caminos ycostumbres.

Véase á las veces que afligida una persona de alguna enfermedadpeligrosa, se queja tan lastimosamente, que al cielo llegan sus voces,pero sin conocer la causa i origen de su mal; así todo el mundo sequeja de estos padres, quién perseguido de ellos, y quién por sercorrespondido con poca fidelidad; y el mal todavia continúa sin podersepenetrar y conocer la raiz de él, que es el deseo é intento que tienende engrandecerse; por cuyo respecto no lo tienen de disgustar mas á esteque á aquel, de engañar los principes, de oprimir los pobres, de sacarcon su artificio las haciendas de las viudas, arruinando familiasnobilisimas, i ordinariamente ser causa de sospechas i disgustos entreprincipes cristianos, por quererse ingerir y meter en los mas grandesnegocios que tratan: ahora como seria inconveniente que la parteúltimamente formada en el principio de la naturaleza atrajese y quitasela sangre mas pura que las partes vitales del compuesto, para quesirviese de instrumento á las otras menos principales, pues con estoquedaría acabada; de la misma manera desdecia que la religion de estospadres puesta en la Iglesia para convencer herejías y reducir pecadoresá penitencia, atraiga y lleve á sí los negocios mas graves é importantesde príncipes y prelados, sacando los espíritus vitales de sus intereses,aplicándolos todos á si, porque de aquí nace el turbarse la paz públicay privada, y se oprimen muchos sugetos dignos de ser elevados, se elevanotros dignos de ser oprimidos con otros mil inconvenientes que de estacausa nacen.

Para hacer demostracion de cuan grande sea la ambicion de engrandecerseestos padres, podia traer infinitas razones sacadas de la esperiencia,pero bastaráme aquí probarlas con las palabras mismas del Personio, delos graves que han tenido estos padres, escrita en un libro suyocompuesto en lengua inglesa, intitulado LA REFORMACION DE INGLATERRA,donde despues de haber dicho mucho mal del cardenal Paulo, prelado quepor su virtud y santidad, y por lo benemérito que fué de la iglesia, esdigno de eterna memoria, y despues de haber notado ciertas faltas éimperfecciones del Santo Concilio de Trento, finalmente concluyó quecuando la Inglaterra torne á la verdadera fe católica convendráreducirla á la forma y estado de la primitiva Iglesia, poniendo en comunlos bienes eclesiásticos, dando el cuidado y administracion de ellos ásiete sabios, los cuales sean de la Compañia, para que como mas bien lespareciere los distribuyan: ni quiere, antes veda con gravisimas penas,que ningun religioso de cualquiera órden que sea sin licencia de estospadres pueda volver á Inglaterra, con fin y ánimo de no dejar á otrosque aquellos que se sustentan de limosnas. Pero porque el amor propiociega, y por prudente que uno sea le hace imprudentisimo, es cosaridícula, lo que este padre añade, reducida (dice él) que sea Inglaterraá la fe verdadera, no es bien que el Papa á lo menos por cinco años semeta en la provision y distribucion de los beneficios eclesiásticos deaquel reino, sino que todo quede en las manos de aquellos siete sabios,que ellos los distribuirán segun juzgaren ser mas conveniente á laIglesia, con fin y ánimo de que pasados aquellos cinco años con sustrazas, de que son abundantisimos, podrán hacerse prorogar el mismoprivilegio por otros cinco años, y proseguir hasta tanto que totalmenteescluyan á su Santidad de Inglaterra. ¿Quién ahora no ve, como en uncuadro natural, pintada la codicia y ambicion jesuítica juntamente conel deseo que tienen de hacerse monarcas?

¿quién no conoce con cuantoartificio van procurando su interés, cuidando poco del aprovechamiento ydaño de los demás?

Mas en tiempo de Gregorio XIII le pidieron é instaron les invistiese, ydiese todas las iglesias parroquiales de Roma para que allí dieseprincipio su monarquia, y esto que no pudieron conseguir en Roma, hanconseguido en Inglaterra, donde últimamente han hecho elegir un arcipreste, jesuita in voto, que en lugar de hacer la proteccion alclero persigue como rabioso lobo todos los sacerdotes que no sondependientes suyos, reduciéndolos á estado de desesperacion, privándolescon graves penas no puedan hablar entre sí; con que hoy casi todo elclero inglés es jesuita in voto, ni se recibe ya ninguno en loscolegios que no haya dado palabra de ser jesuita: así, cuando aquelreino volviese á la antigua verdadera fe, daria Inglaterra principio áuna monarquía jesuítica, porque todas las rentas eclesiásticas, todaslas abadias y otras dignidades serán dadas á jesuitas.

Ello es cierto (que aun lo digo llorando) que hoy se conviertenpoquisimos herejes particularmente en Inglaterra, porque como dije no haquedado ninguno del clero antiguo, el cual hacia grandisimo bien, locual se atribuye á estos padres, que atienden y cuidan harto mas de suinterés, que de la salud y aprovechamiento de las almas; fuera de quelos mismos herejes conocen la opresion que padecen los sacerdotescatólicos de los jesuitas, y el artificio con que proceden, y de talmanera los aborrecen que muchos no se convierten por no ser tiranizadosde estos padres; dejo aquí muchas cosas de las pretensiones que tienensobre los estados de otros, mostrándose celosos de ellos y de sugrandeza, como de la gracia que suelen ganar de un príncipe conpersuadirles á que ellos tienen el pueblo á su devocion y que le hacenesté muy afecto á su persona, dejando que cada uno lo considere comocosa evidente y clara, concluiré este discurso con cuatro brevesrazones.

La primera: que hombres de espíritu tan levantado y de pensamientos tangrandes desean siempre novedades y las buscan y causan, porque solo conel medio de nuevos movimientos suelen conseguir los intentos, abriendocamino con las armas de su industria y trazas en que los hemos visto tanbien ejercitados, porque á un príncipe que desee y ame la paz yconservacion de su estado, no solamente estos padres no le pueden ser deprovecho para este fin, antes de daño, causando alborotos, y poniéndoleen compromiso su estado, si teniéndolos en él no los favorece, ó sifavoreciéndoles se gobierna por sus consejos.

La segunda: si no teniendo estos padres jurisdiccion alguna temporal,causan al mundo tan graves y tantas inquietudes, ¿qué seria si porventura hiciesen Papa á alguno de ellos? Lo primero llenaría el Colegiode Cardenales de su religion, y por este camino se perpetuaría en ellasel pontificado: secundariamente, gobernándose ellos por sus intereses yteniendo el apoyo y brazo del Papa, podian poner en peligro los estadosde muchos príncipes, particularmente de los mas vecinos.

La tercera: procurarian por todos caminos que el Papa les diese algunaciudad ó jurisdicción temporal, con la cual se harian camino para otrasmil pretensiones, que no se podian conseguir sin daño de otrospríncipes.

La cuarta: cuando el Colegio fuese renovado de estos padres, todo elpatrimonio de Cristo estaria en sus manos, y como el hidrópico mientrasmas bebe tanto es mayor su sed, así estos creciendo en su codicia con lagrandeza, serian ocasion de mil alborotos; y porque no hay cosa massujeta á mudanza que los estados, procuran estos padres con todas susfuerzas y artificios alterar las cosas mas que nunca para poder mejorpor este camino introducir la forma de su dominio; entre tanto van ahorabuscando y procurando reducir á su religion á algun primogénito dealgun principe, que les haga donacion de su estado; y hubieran yaconseguido este su intento, si algunos habiéndoles entendido supensamiento y traza, no se les hubieran opuesto; pero en el caso dearriba, sin dificultad se señorearian del estado eclesiástico; y comoson sagaces y advertidos intentarian mil pretensiones para ensancharse,y no les faltarian medios para conseguir sus intentos, y cuando de estono se siguiera otra cosa que los medios y sospechas en que vivieran lospríncipes, y particularmente los mas vecinos, no seria inconveniente depoca consideracion.

Ello es necesario que para la conservacion de la quietud pública y para,los sosiegos de los estados de cada uno, para aumento de la Iglesia ybien del mundo, que la Santidad de Urbano VII, juntamente con la ayudade otros príncipes cristianos, pongan algun freno á esta Compañía, queen los efectos anda sumamente desconcertada, para que despues no lessuceda lo que les sucedió antiguamente á los de la familia de Dabio(cuyos pasos parece que imitan estos padres) que fueron destruidos entiempo del emperador Claudio.

Cuando me sea mandado que escriba, y dé mi parecer acerca del remedioque se podia poner para regular estos padres sin ofensa ni daño suyo,antes con grandisimo útil, deseándoles hacer monarcas de las almas queson el verdadero tesoro de Cristo, y no del mundo y de sus intereses quees cieno vilisimo, me ofrezco á hacerlo con toda caridad y con lasfuerzas que mas se sirviese darme su Divina Magestad.— Unum pro cunctissufficiat opus.

CARTA escrita al rey Felipe II en 18 de Febrero de 1571 en Amberes porBenito Arias Montano.

S. C. R. M.

Como leal criado y obligado por simplicidad cristiana y por fe deafectuoso servicio á todas las cosas que tocaren al de Dios y de V. M. ydesembarazada administracion de las repúblicas que á V. M. son sujetas,haciendo en razon de esto, lo que en mí fuere, digo: Que una de lascosas que V. M. ha de mandar encarecidamente al gobernador y ministrosque en estos estados están, ó á los que de nuevo vinieren, es que no seembaracen con los Teatinos ni les den mano alguna en los negocios, nilos adelanten en autoridad ó hacienda, mas de aquello en que al presenteestán en estos estados, y especialmente que el gobernador no se encarguede predicador ni confesor de ellos, porque en Dios y en mi conciencia,sé que esto cumple tanto como lo que mas al servicio de Dios, de V. M. ylibre ejecucion del buen gobierno de estos estados; y V.

M. tenga porcierto que de sus pretensiones y fines y del ingenio y fuerzas que ponenpara conseguirlos, y de otras cosas particulares suyas, hay pocos enEspaña (que no sean de su Compañía) que tengan cogidas en mas número ymas ciertas prendas, que yo, y no de un año sino de mas de quince áesta parte.

El duque de Alba he entendido ha estado algo tibio en las cosas que hanpretendido conseguir aquí en su tiempo, y creo ha tenido causas paraellos concernientes al servicio de V. M., de que ellos han hecho grandesquejas en secreto al principio y despues en público, y al presente conla noticia del nuevo gobernador triunfan y jactan que tendrán masautoridad y comunidad de la que querrán, y demandarán; porque dicen(segun su lenguaje) es todo suyo, y entiendo bien que en cuanto pudierenprocurarán salir con lo que tratan y pregonan; quise (segun mi debido)dar noticia de ello á V. M. con carta propia, enviada por mano deGaztelú sin que él entienda el argumento de ella, porque sé bien lasespías que tienen en todas partes para saber cuanto pasa acerca de susnegocios y de los ajenos, y cuanto dañosas y disimuladas enemistadesejercitan contra las personas de menor autoridad, que por alguna maneraentienden tocan en sus cosas fuera de su gusto. Las cosas particularespuestas en carta cansarán á V. M. y no deseo ni pretendo mas que servirá V. M. evitando todo género de pesadumbre en V. R. P. y corona.—Diosprospere la vida de V. M. por muchos años para gloria de su SantoNombre—En Amberes 18 de Febrero de 1571.—B. L. P. de V. M. su capellany criado:— Benito Montano.

Noticias de Arias Montano.

Ya que se ha visto la severidad con que juzgaba Arias Montano á losjesuitas, no será fuera de razon trasladar á este lugar untrozo[94] de la obra inédita intitulada Memorias de lo sucedido yperteneciente á este Real Monasterio de San Lorenzo, desde, que sepuso su primera piedra en 23 de Abril de 1563 y vinieron losprimeros monges hasta su conclusion, y hasta el año de 1591, conlos mas particulares sucesos de dentro y fuera de España que poraquellos tiempos sucedieron, escrito por mano de fray Juan de SanGerónimo, que asistió á todo desde el principio y á quien Felipe IIle encargó el libro de asiento de los gastos que se hiciesen entoda la obra. Murió el año de 1591.—Patris Josephi de Sigüenza:Continuacion de estas memorias hasta el siguiente año de 1592,escrita por mano del mismo Sigüenza.

«En 1.º de Marzo de 1577 años por mandado del Rey nuestro señor vino áeste monasterio el Doctor Benedicto Arias Montano, Capellan de S. M. yComendador de la Orden de Santiago &c. á visitar, expurgar y ordenar lalibrería Real de San Lorenzo, como persona que tiene las partesnecesarias para empresa tan principal y de tanta confianza como es esta.Y las cosas que concurrieron en este Doctor son estas: La primera serbuen letrado y grande theólogo y muy visto en todo género de sciencias ylenguas hebrea y caldea, griega y latina, siríaca y arábiga, alemana,francesa y flamenca, toscana, portuguesa y castellana, y todas las sabiay entendia como si en estas naciones se oviera criado. Este Doctor fuéel que por mandado de S. M. el Rey don Felipe nuestro señor fué áFlandes á imprimir la Biblia Regia de cinco lenguas, en Amberes, porPlantino impresor, como se entenderá por ella y por los prólogos queallí escribió.

Era este Doctor natural de Fregenal junto á Sevilla, y tenia tantaabstinencia que al dia no comia mas que una sola vez de veinticuatro enveinticuatro horas, y en esta vez no comia carne ni pescado, sinolegumbres, frutas y el caldo de la olla, ora fuese de carne, ora fuesede aceite. Su dormir era sobre unas tablas, en las cuales ponia unaestera y una manta de Bernia, y allí dormia. Su trato y conversacion erade un santo. Su humildad sobrepujaba á la de todos cuantos con éltrataban. Era tan afable, que necesitaba á todos á que le quisiesenbien y le amasen. Los hombres doctos procuraban su amistad, y loscaballeros hallaban en él cosas de edificacion. Los oficiales,arquitectos y pintores y personas hábiles hallaban en él cosas quedeprender.

Estuvo el dicho Doctor en esta casa diez meses expurgando lalibrería, y haciendo el catálogo, ansí griego, como latino en lalibrería y lo distribuyó por sesenta y cuatro disciplinas, poniendo áparte lo impreso y á la otra parte lo manuscrito. Dió órden en que sepusiesen en la librería estatuas romanas y retratos de Sumos Pontífices,emperadores y reyes y de personas doctas.

En el principio del mes de Setiembre de dicho año de 79, vino á estacasa por mandado de S. M. el Doctor Arias Montano á visitar la librería,y le mandó que viviese en el Escurial en casa de Santoyo.»

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