XIII. CULTURA SEXUAL Y UN NUEVO MODELO DE PREVENCIÓN
Los discursos tienen gran impacto en la cultura sexual. Dan las reglas, las normas, las explicaciones, las expectativas y los objetivos de la sexualidad. Con base en los discursos, los(as) jóvenes aprenden su género, su práctica y orientación sexual y la manera en que se relacionarán con los demás, desde su niñez hasta la muerte. Cuando los discursos presentan contradicciones entre sí y demandas imposibles de complacer, la realidad de los jóvenes se ve amenazada. Tendrán que escoger entre alternativas diferentes, algunas opuestas a creencias y conductas aceptables para otro discurso. Tendrán también que cuestionar las premisas de alguno de los discursos u optar por detener el cuestionamiento e ignorar el problema.
Hemos demostrado cómo los discursos son fuerzas vivas que son negociadas todos los días, vulnerables a cambios constantes. Los factores de género y clase afectan la forma en que los discursos son asimilados y reformulados. Otros factores como cambios demográficos, económicos, políticos, religiosos y epidémicos, afectan y cambian también los discursos. Ninguna institución o grupo de personas, por más poder que sustenten, tiene control total de los discursos .
Los discursos, sin embargo, tienen sus propias formas de perpetuarse. A pesar de las múltiples transformaciones de los discursos religiosos, no podríamos sostener que todas sus premisas y mandatos están para ser renegociadas. Tampoco sucede lo mismo con el género, cuyos aspectos claves como los roles sexuales o la orientación sexual son difíciles de modificar. Los discursos principales se mantienen con tesis imponentes como aducir que sus mandatos son de origen divino o naturales y que su cuestionamiento deparará la condenación perpetua.
Cuando existen contradicciones y tensiones entre los discursos y las personas no tienen el poder de renegociarlas, abandonarlas o desecharlas, las opciones se limitan a conductas de convivencia. Por conductas de convivencia nos referimos a todas las estrategias de solución de conflictos que no llegan a las bases del problema. Estas conductas de convivencia con las contradicciones son las que forman una cultura sexual particular.
En el caso costarricense, hemos identificado una serie de conductas de convivencia que son producto de las contradicciones y las resistencias discursivas o conductuales que son relevantes a la problemática de la prevención. Estas conductas deben interpretarse como soluciones temporales a problemas de larga historia y de difícil arreglo. Entre otras están la censura, la policía interna, la compartimentalización, el pensamiento mágico-religioso, la violencia sexual y económica y los mecanismos de escape. Cada una de ellas tiene como fin dar un respiro temporal a una situación de conflicto por la presión que ejercen sobre los(as) jóvenes los distintos discursos. Su característica principal es servir como un remedio a un problema ocasionado por los discursos.
Cuando los mensajes de una cultura están cargados de contradicciones y se producen resistencias por doquier, una manera en que los sectores beneficiados suspenden las tensiones es por medio de la censura de los discursos alternativos y de las formas de resistencia.
Foucault en su estudio de la sexualidad nos dice que contrario a la creencia popular, durante la era victoriana, a partir del siglo XIX, existe una proliferación de los discursos sobre sexualidad en Occidente. Por un lado, se prohibe la discusión del tema en algunos círculos como en el sistema educativo, pero por otro, proliferan los estudios por parte de las nuevas disciplinas emergentes como la psiquiatría y la demografía.
Con respecto a Costa Rica, podríamos cometer el mismo error de creer que existe una censura sobre el tema, en vista de la imposibilidad del Estado de imponer unas guías de educación sexual en los colegios. Dada la oposición de la Iglesia Católica en contra de la discusión de temas como la planificación familiar artificial y el uso del condón, ha sido imposible introducir estos temas en la enseñanza pública. Sin embargo, esta censura oficial se ve neutralizada por una serie de discusiones en los medios de comunicación y en los distintos círculos sociales, que -como hemos visto- difunden discursos y mensajes distintos sobre sexualidad.
En realidad, existen en el país una serie de discursos distintos sobre sexualidad que compiten por las almas de los jóvenes y que realizan una campaña de proselitización permanente. Sin embargo, esta diseminación de temas sobre la sexualidad no debe tampoco hacernos ignorar que existe una prohibición oficial de discutirlos. El que el Estado no haya podido incorporar una discusión científica de la sexualidad en la escuela es un aspecto importante de escudriñar. La polarización entre Iglesia y Estado sobre los temas a cubrir en la instrucción de la sexualidad va más allá de la disyuntiva de la planificación familiar. En realidad, lo que la Iglesia ha logrado es silenciar a la ciencia y al pensamiento racional de la discusión sobre la sexualidad. No hablar de sexo en el colegio no significa que no se hable de sexo; la misma Iglesia y los sacerdotes están conscientes de la proliferación de mensajes distintos sobre sexualidad que los jóvenes aprenden de otras fuentes. Pero no hacerlo en el colegio significa silenciar la voz de la ciencia y la razón e impedir que los jóvenes cuestionen y analicen las contradicciones. También es una forma de silenciar las resistencias al modelo religioso.
Menos interés ha demostrado la Iglesia en silenciar a los discursos románticos o del género sobre la sexualidad. La proliferación de novelas y películas románticas, o la misma pornografía, refleja que éstos representan un temor menor para los discursos religiosos. Ya que los discursos románticos o los del género son también hostiles al análisis, no representan un peligro para la religión.
La censura de la discusión sobre sexualidad en la escuela es una manera de impedir que las contradicciones entre los discursos y la compartimentaiización que producen sea resuelta de manera racional. El temor de los religiosos es que si el sexo pasa al análisis por parte de la ciencia, y su representante física en el país, que es la escuela, otros discursos y tesis, como el religioso, pudieran pasar también por un escrutinio similar. Los Aactos de fe que exige la Iglesia podrían así ser cuestionados, con la consecuente pérdida de poder.
El divorcio entre el pensamiento científico y la sexualidad crea una situación muy grave para los jóvenes. La información sobre los peligros como el SIDA, los embarazos no deseados y las alternativas racionales para prevenirlos no es discutida en el lugar en que impera el modelo científico y racional. En vista de esta censura, la obtención de la información se hará de otras fuentes, menos caracterizadas por la razón y más influidas por el pensamiento mágico y las emociones. De ahí que mucha de la información llegue Aviciada por la cultura de donde se aprende. Muchos varones creen, por ejemplo, que si son activos sexualmente, no se contagiarán de SIDA. La razón de esta información incorrecta es que la aprendieron de sus amigos, en la calle y con la influencia de los discursos del género que miran la penetración activa como superior a la pasiva. Más que dar una visión científica de la transmisión del virus, los jóvenes están promoviendo su perspectiva machista de la práctica sexual. Lo mismo sucede con jóvenes que aprenden que el SIDA es un castigo divino de sus iglesias, lo que los hace creer que si son buenos cristianos, no serán castigados por su Dios y que esto es todo lo que necesitan saber sobre prevención.
Otra forma de acallar las contradicciones y las resistencias es por medio de la disciplina. Esta busca que los jóvenes aprendan a imponer sus normas de manera voluntaria, sin necesidad de ejercer el poder de coacción. Esto es lo que Foucault llama Ael poder disciplinario y que nosotros hemos calificado como la policía interna.
La mente Adisciplinada ejerce una función evaluadora de pensamientos y conductas Acorrectas e Aine orre ctas. Aquellas que contradigan los principios de un discurso importante para los(as) jóvenes serán reprimidas, negadas, bloqueadas o transformadas. Hasta la misma memoria sufre esta autocensura. Recuerdos de juegos infantiles interpretados como contrarios a las reglas del género son Aolvidados; prácticas homosexuales con compañeros o compañeras son Areprimidas; deseos distintos a los que toleran los discursos son bloqueados o transformados en otras cosas. Los varones, por ejemplo, suelen Asublimar sus deseos homosexuales por juegos varoniles en que, con la excusa de una celebración o de una borrachera en un bar, se tolera que los hombres se abracen y se besen. Las mujeres racionalizan los enamoramientos con otras mujeres como Ajuegos o Aamistades femeninas.
Esta capacidad de auto regulamiento tiene sus consecuencias negativas en el campo de la sexualidad. Una de ellas es la facilidad con que las experiencias son olvidadas o negadas. Las personas necesitan aprender de sus acciones y también de sus errores. Sin embargo, una cultura que estimula el bloqueo y la desaparición de experiencias y deseos, promueve una desvinculación con el pasado. Muchos jóvenes encuentran que pierden el control porque Adescubren deseos de los que no estaban conscientes y que los llevan a tener relaciones sin preparación. El Adescubrimiento no es otra cosa que la conciencia de un deseo reprimido u olvidado. Este es el caso de muchos de los jóvenes Acacheros que practican la homosexualidad sin considerarse ellos mismos homosexuales. Debido a que niegan su deseo, no se consideran en riesgo de tener relaciones con hombres y no están preparados para ellas. En el caso de las mujeres, la autocensura que deben ejercer sobre sus deseos sexuales las mantiene permanentemente desvinculadas de la prevención y del planeamiento de sus relaciones sexuales.
Los instrumentos que utilizamos para ejercer la autocensura son el miedo, la culpa, el asco y la vergüenza. La asociación de estos deseos y prácticas sexuales a estas reacciones físicas crea, a la vez un sinnúmero de problemas para la prevención. A los jóvenes se les enseña a sentir asco y vergüenza hacia partes del cuerpo, prácticas sexuales e incluso objetos. Es evidente en el estudio la vergüenza que sienten los jóvenes de ambos sexos cuando se les plantea la posibilidad de ir a comprar condones. Algunas regiones son prohibidas para el descubrimiento, como lo es el caso del clitoris y la vulva de las mujeres. Otros deseos se asocian con la culpa y el castigo, como lo son todas aquellos que no concuerdan con los discursos religiosos.
Estos instrumentos complican la prevención porque hacen rígidas a las personas. Ya que por años a las mujeres se les entrena a tener asco del sexo oral, hace que ellas tengan dificultades en adoptar prácticas sexuales más seguras. La vergüenza que sienten los jóvenes de sus cuerpos hace que mirar, tocar y besar -todas prácticas seguras- sean menos preferidas que la penetración. Las interdicciones y castigos asociados con la masturbación hacen que una de las formas más seguras de gozar la sexualidad sea vista como un pecado, una anormalidad. El que hablar de sexo sea asociado con la vergüenza hace casi imposible una buena comunicación sexual.
La manera en que muchos discursos borran las contradicciones es por medio de los Aactos de fe, o sea la solicitud de que se acepten sus premisas sin cuestionamiento.
Una sociedad que profesa el pensamiento religioso y que da explicaciones sobrenaturales sobre los orígenes y fines de la vida humana está promoviendo, al mismo tiempo, el pensamiento mágico-religioso. Como pensamiento mágico-religioso nos referimos a todas aquellas explicaciones sobrenaturales que se dan sobre hechos naturales. El pensamiento mágico-religioso Aresuelve contradicciones y tensiones discursivas al invocar a fuerzas sobrenaturales como responsables de éstas.
En el caso del pensamiento religioso cristiano, las tesis sobre la impregnación de la virgen María o la resurrección de Jesucristo, son ejemplos de interpretaciones sobrenaturales. Para que las personas acepten estas explicaciones que contradicen la información de los sentidos y de la observación científica (hasta la fecha estos hechos no pueden explicarse por ellos) es necesario que suspendan su pensamiento lógico. Por medio de la Afe las personas religiosas están dispuestas a Acreer que existe un Dios capaz de vencer los obstáculos de la materia y las leyes de la física. Las personas que aceptan estas explicaciones pueden resolver las tensiones que perciben entre los discursos al culparlas en dioses o en demonios. De esta manera, si un sacerdote ha cometido un acto inmoral y alguien no quiere perder su fe en la Iglesia, lo excusa porque fue el demonio quien lo tentó.
Cada sociedad tiene un espacio y una utilización distinta del pensamiento mágico-religioso en las diversas esferas que la componen. Las sociedades industriales occidentales se caracterizan porque el pensamiento mágico-religioso ha ido reduciendo su campo de acción a lo meramente espiritual. Aunque la religión ocupa aún un lugar importante en la vida de Occidente, los individuos están cada vez menos propensos a aceptar explicaciones sobrenaturales en otros aspectos de la vida diaria, como la sexualidad.
En una cultura como la costarricense, sin embargo, en que los discursos son más antagónicos y contradictorios entre sí, el pensamiento mágico-religioso aún ocupa espacios amplios del pensamiento cotidiano. Las personas están más dispuestas a creer que existen fuerzas sobrenaturales que ejercen poder sobre diversos aspectos de sus vidas. Más se da ésto en aquellos sectores fundamentalistas, cuya religión acentúa el pensamiento mágico-religioso y la hostilidad hacia la ciencia.
Algunos de los jóvenes entrevistados, por ejemplo, creen que un dios o un demonio desempeñan un control minucioso de sus vidas y que existen decisiones que han sido de antemano decididas por ellos. Este pensamiento no solo es compartido por los que son más apegados a la religión. Aquellos que no lo son, también creen que muchas de sus acciones están determinadas por fuerzas sobrenaturales. De esta manera, los jóvenes creen que algunas de sus decisiones, como las de tener o no relaciones sexuales, ejercer violencia sexual, usar o no el condón, mirar o no la pornografía, participar o no en relaciones múltiples, son decisiones en que dioses y diablos intervienen también.
El pensamiento mágico libra de responsabilidad por las decisiones personales. Cuando uno comete un Aerror o hace algo que contradice sus principios y creencias, puede excusarse aduciendo que la decisión estuvo influida, o del todo ejercida, por un dios o un demonio. Debido a que se aprende que las decisiones personales pueden ser excusadas en razón de fuerzas sobrenaturales, los jóvenes intuyen que éstas son poco importantes.
Los jóvenes aprenden así que el pensamiento científico no es el único ni la mejor forma de tomar decisiones. Es más, ellos se acostumbran a mirar ciertas situaciones como Aespacios mágicos en que el pensamiento científico no es conveniente. Un ejemplo de ésto es el amor y el romanticismo. Los jóvenes han aprendido a concebir estas situaciones como dominadas por fuerzas divinas o maléficas, en que las personas no pueden, ni deben, ejercer control racional. Si uno tiene relaciones sexuales cuando está enamorado, lo ha hecho porque un dios así lo determinó y no debe buscar explicaciones para sus acciones. En el caso de una violación o un abuso sexual, las personas aprenden a excusarlas, explicando que el demonio los dominó.
El pensamiento mágico-religioso sirve no solo para librar de responsabilidad las decisiones propias, sino para poner en el mundo de lo mágico a esferas completas de la vida de las personas. Los jóvenes aprenden, por ejemplo, que el pensamiento científico es inapropiado en el campo de sus relaciones más íntimas. Las personas que están enamoradas, o que sienten deseos sexuales, no Apiensan ni Arazonan. Los que lo hacen son mirados como poco románticos o sinceros. Si uno escoge a su pareja por un interés económico, intelectual o social, es mal visto. Algunos jóvenes creen que las decisiones en este campo deben ser Asobrenaturales como un Aflechazo de amor, un Ademonio que se me metió adentro o Aun aviso del Señor A . El que esferas completas de la vida de los jóvenes pasen a la categoría de espacios mágicos promueve que el pensamiento lógico sea de s ine enti vado. Esto a la vez hace que los jóvenes no aprendan a usar el pensamiento científico cuando más lo necesitan. En el caso del SIDA, no pensar racionalmente cuando se toman las decisiones más importantes sobre la vida sexual es un peligro obvio. Si uno practica las relaciones sexuales y las define como un Aespacio mágico en que dioses y demonios intervienen, y que éstos protegen del peligro, o lo incentivan, tenderá entonces a dejar a un lado la información Acientífica, o sea los principios básicos de la protección.
Cuando existen mensajes contradictorios y la teoría y la práctica son distintas, como sucede con la cultura sexual de los jóvenes, una forma de resolverlas es analizarlas por medio del intelecto y escoger unas y rechazar otras, para que el pensamiento y la conducta tengan una lógica interna. Sin embargo, otra manera de resolver conflictos y contradicciones es por medio de la compartimentalización, o sea la división mental en Acompartimentos de ideas y conductas contradictorias u opuestas. En esta otra opción, las personas no rechazan ninguna de las creencias o las conductas, sino que permiten que éstas vivan unas con otras, sin integrarlas. Ciertas ideas o conductas se mantienen ante ciertos individuos o en ciertas situaciones o instituciones y en otras se hace lo contrario. Los individuos Apierden conciencia de que tienen o actúan con contradicciones o simplemente le restan importancia.
En culturas en que las personas sienten un gran temor a rechazar ideas muy arraigadas e impuestas rigurosamente, se da la compartimentalización como la forma preferida de resolver el conflicto. De esta manera, se conservan ideas o conductas que contradicen otras, sin necesidad de escoger o descartar ninguna de ellas. Estos individuos establecen así verdaderos Amuseos mentales, en que ideas y conductas opuestas conviven sin que el conflicto que producen sea Apercibido por ellos mismos.
Los discursos religiosos son uno de los orígenes de la compartimentaliz ación de las mentes. La religión sostiene una serie de creencias y le pide a los individuos que suspendan su pensamiento lógico y su observación de la Naturaleza. Esto incentiva a pensar "por fe", no aplicando la razón cuando se desea actuar de alguna manera específica. El divorcio con el uso de la razón hace a los individuos adoptar comportamientos diferentes ante ciertas circunstancias. El castigo para quienes cuestionan sus tesis es imponente: el fuego y la condena eterna.
Otro posible origen es el papel predominante que juega todavía la familia en Costa Rica como fuente de apoyo económico y social. Esta desempeña un papel más importante que en otros países industrializados para resolver las aspiraciones de los jóvenes. Se espera que los hijos no se vayan de sus hogares hasta el matrimonio y muchos de ellos dependerán de sus padres para conseguir empleo y dinero para sostener a sus familias. De ahí que la lealtad a las ideas familiares es crucial para sobrevivir. A cambio de amor, respeto y solidaridad con la familia se les incentiva un doble estándar: la necesidad de vivir para ellos mismos y la necesidad de vivir para los demás.
Otro posible origen de la compartimentaliz ación es histórico. Costa Rica, por ejemplo, nunca fue un centro de importancia económico o social durante la Colonia. Su relativo abandono hizo que la cristianización se estableciera con menos rigidez que en otros países como México o Perú. La famosa Inquisición de la Iglesia para hacer que sus mandatos religiosos se cumplieran, fue insignificante en el país. La mayor independencia de los centros del poder colonial permitió que los costarricenses vivieran por siglos con menor represión religiosa. Muchas de las prohibiciones fueron poco observadas, ya que no existían mecanismos de control. La necesidad de mano de obra para la actividad agrícola hizo que los preceptos cristianos de fidelidad conyugal y de monogamia toparan con una realidad que demandaba lo contrario: mano de obra producida por medio de la multiplicidad de parejas sexuales.
Esta contradicción histórica entre las demandas de una economía y sus mandatos religiosos, hizo que la gente aprendiera a vivir con una realidad que contradecía sus creencias. Para resolver las contradicciones, las personas aprendieron que la teoría y la práctica son realidades distintas. Uno puede creer una cosa y practicar otra. En el ámbito sexual ésto es muy evidente. Más del 40% de los nacimientos en 1995 son de madres solteras y el matrimonio monogâmico es una "reliquia de museo" (Dirección General de Estadística y Censos, 1995) Sin embargo, la mayoría de los costarricenses profesa creencias cristianas conservadoras. Se ha vuelto tan común este fenómeno que la gente lo acepta sin analizar sus implicaciones.
El número y la intensidad de las ideas contradictorias aumenta también la proliferación de las compartimentalizaciones. El que los costarricenses hayan heredado los principios del machismo islámico, al mismo tiempo que el ascetismo cristiano, implicaba dos sistemas antagónicos y opuestos de pensamiento. Por un lado, se aprendía que el sexo era una forma en que los hombres mostraran su hombría, y por otro, se veía como uno de los pecados principales.
No es de extrañar que la cultura sexual de los jóvenes esté compartimentai izada. Sus padres hablan de la importancia de la virginidad y de la fidelidad, cuando la realidad muestra una sociedad en que la infidelidad y la precocidad sexual es la norma. Las personas profesan ideas rígidas sobre la religión mientras al mismo tiempo incumplen la mayoría de los mandatos.
La compartimentalización hace que distintas esferas de la vida de las personas estén Adesconectadas entre sí. Por estar Adesconectadas nos referimos al fenómeno de que no existe diálogo ni análisis entre ideas y creencias, o entre conductas y creencias distintas. También cuando los individuos dividen los sentimientos de los pensamientos en situaciones distintas.
La esfera Areligiosa de las personas se encuentra Adesconectada del pensamiento científico, ya que ésta exige que no se cuestionen sus principios por medios racionales y de observación. La esfera sentimental se desconecta también del raciocinio, ya que el amor se define como ajeno a la razón. La sexualidad se desconecta de la esfera religiosa, porque ésta ha sido tan hostil y represiva de ella que no tiene nada que decir acerca de su práctica. El mismo género tiene que desconectarse del romance, porque los mensajes machistas, en el caso de los hombres, son tan negativos con las mujeres que para poder amarlas y relacionarse con ellas, ellos deben rechazar los consejos y presiones de otros hombres.
La compartimentalización de las mentes hace que los mismos espacios reflejen el fenómeno. Los jóvenes dividen el espacio físico de sus comunidades de acuerdo con sus mismas categorías mentales. Los bares, por ejemplo, son los espacios donde el deseo y la sexualidad se expresan. La Iglesia, el espacio religioso; la escuela, el científico; el hogar, el sentimental. Los jóvenes viven en comunidades compartimentai izadas que responden a la vez a mentes igualmente compartimentalizadas.
Uno de los peligros de este fenómeno es que los jóvenes sufren transformaciones radicales y cambios de sus estados de ánimo con solo cruzar la barrera física de un espacio para ingresar a otro. Algunos Aestados mentales son ajenos al pensamiento racional y otros están desprovistos de consideraciones emocionales. Muchachas que son recatadas y pasivas en la Iglesia se tornan en asertivas y hasta abusivas en un paseo de campo. Muchachos que son sumisos en el hogar se transforman en líderes de pandillas que acosan y abusan de las mujeres. Novios amorosos evolucionan en violadores cuando se encuentran solos en espacios erotizados, como son la playa, las cabinas o los cafetales. Jóvenes estudiosos y racionales participan en una orgía cuando toman algunos tragos en una fiesta privada.
Si consideramos que sentimientos y pensamientos son dos formas distintas de recibir información que nos ayude a tomar nuestras decisiones, el que éstos estén desconectados en situaciones diversas es un peligro para la prevención. Los jóvenes necesitan el pensamiento racional en toda situación, así como los sentimientos. Si están en una situación erótica, no existe razón para desconectar el pensamiento lógico; si están ante una situación violenta, no hay razón para silenciar los sentimientos. Los jóvenes pueden aprender a planear sus relaciones sexuales sin que el ir a comprar un preservativo signifique frialdad y cálculo, o que implique que no se deja uno llevar por el amor. Si una "barra de machos acosa a una mujer, el varón debería poder sentir solidaridad en vez de dejar, por presión del grupo, los sentimientos a un lado.
Las contradicciones profundas entre los discursos del género, los científicos y los religiosos y la construcción de hombres y mujeres con mensajes tan antagónicos, crea las condiciones para que afloren tensiones y no encuentren otra forma de resolución que por medio de la violencia, principalmente contra la mujer y las minorías sexuales. La violencia tiene como fin acallar los discursos alternativos de resistencia y las conductas que prometen liberar a los oprimidos del poder de los dominadores.
Existe evidencia de la violencia que caracteriza a la cultura sexual de los jóvenes en Costa Rica. Según los mismos líderes comunales, las muchachas son violadas con bastante facilidad. El día que siguió a la primera parte de la entrevista realizada a una joven, ésta sufrió una violación de su mismo novio. Otras admitieron haber sufrido lo mismo anteriormente. El orientador del colegio narra muchos casos de violaciones y abusos e indica que los que se detectan son apenas Ala punta del iceberg porque son los casos que presentan violencia extrema. El abuso sexual y el incesto son también evidenciados. Una de las entrevistadas sufrió de abuso y violación de su mismo padre. Ella informa que conoce otras amigas en su comunidad que han sufrido lo mismo. Otra es Aenamorada por un profesor que tiene más de 10 años que ella. Los maestros de la comunidad reconocen que muchos profesores abusan de sus alumnas. Una de ellas admite haber visto a un padre llevar a su hija a una cantina en el centro de la ciudad para prostituirla.
Algunos varones admiten tocar, forzar, intimidar, engañar y emborrachar a las compañeras para tener relaciones sexuales.
La violencia física es muy frecuente. Las jóvenes admiten ser golpeadas tanto por sus madres como por sus padres, hermanos y novios. Si no son agredidas físicamente, lo son a nivel psicológico. La mayoría están siempre encerradas en sus hogares y su movilidad física es mínima. Ellas tienen menos acceso a la información y la educación. No solo les censuran más que a los varones a aprender sobre sexualidad, sino que las castigan más severamente por romper con las reglas establecidas. Las mujeres son forzadas a controlar sus cuerpos y sus deseos de una manera distinta que los hombres. Deben maquillarse, pintarse, vestirse, lucirse para agradar los gustos de ellos. El vivir para complacer a los demás es una característica que se asocia con la feminidad y que todos esperan de las mujeres.
La función de la violencia es Aponer en su lugar a las mujeres y a las minorías. Las muchachas que se atreven a cuestionar los mandatos del género son las que sufren de más agresiones. Aquellas que osan caminar en la calle de noche, ir solas a la playa, asistir sin un hombre a un baile, irse de paseo con otras mujeres, son las víctimas preferidas. La violencia cumple así su función de callar las resistencias: ellas deben depender de un hombre o ser víctimas de la violencia de todos.
La lucha contra las resistencias de las mujeres se hace también por medio de la violencia social en contra de las que quedan embarazadas y que son desvalorizadas, por la ausencia de información de anticoncepción, por la discriminación en el trabajo, por la persecución de las lesbianas y los hombres que se catalogan como Afemeninos y por un sinnúmero de medidas que tienden a silenciar las miles de contradicciones e injusticias que deben afrontar las mujeres.
Es evidente que una cultura que trata así a la mitad de su población no es ideal para la prevención del SIDA. La violencia es uno de los peligros más serios para la propagación de la epidemia porque abusa de cuerpos sin ninguna consideración moral. Al mismo tiempo va creando una población traumatizada sexualmente que tiene menos posibilidades de defenderse. El mismo orientador del colegio reconoce que la manera en que las muchachas son abordadas sexualmente las Atraumatiza porque los jóvenes se les Amontan como perros y las dejan sangrando y adoloridas.
Las personas que han sufrido traumas pueden padecer de síndromes como el del estrés pos traumático o el de la desesperanza aprendida, que tienen en común la incapacidad de responder ante nuevas crisis. Las personas traumatizadas se tornan más vulnerables a nuevas agresiones, porque el mismo trauma ha erosionado la capacidad de detener el abuso. Aquellas que viven para complacer a los demás, se tornan más vulnerables ante sus exigencias.
El sistema de género también crea peligros para los dominadores. El que el alcohol sea asociado con la masculinidad hace que los jóvenes tomen excesivamente licor y que se encuentren muchas veces totalmente intoxicados. Según una funcionaria de una institución estatal entrevistada en Villa del Mar, los hombres de su comunidad son Asub hombres porque se han acostumbrado Apor machistas a las borracheras y a vivir de la caridad gubernamental. La definición de todo lo que tiene que ver con el cuidado como algo femenino, hace que los hombres se sientan incapaces de cuidar sus cuerpos y practicar la prevención porque hacerlo es algo Afemenino. Parte del mensaje de la masculinidad es que el varón debe Adominar su cuerpo y sus temores. De ahí que entre más dolor y golpes, se le m