Las Mariposas Vuelan Libres: Un Acercamiento Innovador y Radical a la Evolución Espiritual by Stephen Davis - HTML preview

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Así pues, de ahora en adelante me referiré al Yo Infinito como el que escoge las frecuencias de onda precisas en el Campo y las descarga en un cerebro humano, que a su vez las convierte en partículas de espacio/tiempo y hace surgir nuestra “realidad”.

 

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Antes de proseguir, quiero ser muy claro sobre ese Yo Infinito, porque no quiero confusión alguna con otros conceptos que puedas haber desarrollado en la sala de cine.

El Yo Infinito no es tu “yo superior”, ni tu “yo expandido”. Hay dos cosas erróneas en el término “yo superior”: una es la palabra “superior”, y la otra es la palabra “yo”.

Primeramente, “superior” no es relevante aquí. Es una palabra para expresar un juicio, una comparación. Veremos pronto que el juicio es el pegamento que mantiene unidas las ilusiones en la sala de cine. La palabra “yo” implica que lo que pensamos como nuestro “yo” tiene una versión superior. Pero lo que pensamos como nuestro “yo” no es cierto, no es cierto para nada. De hecho, a lo que vamos con todo esto es al “no-yo”, así que lo último que queremos pensar en términos del Yo Infinito es que sea alguna clase de versión expandida de nosotros mismos, no lo es.

Tampoco es el Yo Infinito ninguna versión “avanzada”, o “espiritualizada”, o “ascendida”, o “purificada”, o “mejor” de tí mismo. Como tampoco es ninguna versión “iluminada”, o “evolucionada”, o “avatar”, o “sagrada” de ti. No es algo que llegarás a ser si creces. Tú nunca te “convertirás” en tu Yo Infinito, hagas lo que hagas, o cómo de “bueno” seas, o cuánto medites, o comas sólo comida ecológica, o reces, o lleves a cabo ciertas ceremonias o liturgias.

No es “Dios”, ni “Todo lo que Es”, ni Alá, ni Jehová, ni Yaveh, ni “El Origen”, tampoco.

Tampoco es tu súper consciencia, consciencia objetiva, consciencia Búdica, consciencia de Dios, consciencia de Cristo, consciencia universal, o consciencia cósmica. Todo eso son versiones de la verdad en la sala de cine y, por lo tanto, sesgadas. Es consciencia, sí, tu consciencia, pero no la consciencia que experimentas como ser humano, que es la autoconsciencia.

Aunque estás en comunicación constante con tu Yo Infinito (tanto si te das cuenta como si no), tú y él existís en dos mundos enteramente distintos, en lados diferentes de El Campo. La mejor analogía que puedo pensar es en la de un astronauta en la Luna, que te representa a ti, y el Control de la Misión en Houston, que representa a tu Yo Infinito, con todo ese espacio (El Campo) entre los dos. Me gusta esta analogía porque, para empezar, no sólo tu Yo Infinito te ha mandado a la Luna, sino que es tu mejor amigo y compañero en esta aventura.

Pero entonces, ¿qué es el Yo Infinito?, me dices. Buena pregunta.

No lo sé. Por la experiencia de examinar y poner a prueba el modelo, sé que mi Yo Infinito existe, que me creó a mí y que tu Yo Infinito te creó a ti. Puedo decirte lo que no es, pero no puedo decirte aún lo que es. Como he dicho, no creo que sea posible que nadie te diga lo que es en realidad mientras estemos en este lado de El Campo. Lo único que puedo decir tras todas mis relaciones y contactos con mi propio Yo Infinito, es que es algo que estaría orgulloso de presentar a mis padres.

 

* * *

 

En resumen, he aquí el “Modelo de la Consciencia”:

Tu Yo Infinito elige una experiencia para ti en forma de frecuencias de onda entre un número infinito de posibilidades en El Campo y las descarga en tu cerebro. Tu cerebro recibe esas frecuencias de onda, las traduce en la “realidad” física, y las envía “ahí fuera” para que las perciban tus sentidos. Tú le concedes poder al universo holográfico que percibes para hacerlo “real”, lo mismo que a las personas, lugares y cosas que ves.

Pero esto indica que no hay nada que tú puedas ver, oír, saborear, sentir, oler o experimentar en cualquier forma, que tu Yo Infinito no haya escogido para que tú lo experimentes y que después haya enviado para que tu cerebro lo procese como “realidad”. Cada momento de cada experiencia que ahora tienes (o que has tenido, o que tendrás jamás) ha sido cuidadosamente elegido para ti por tu Yo Infinito, exactamente de la manera que es y en la forma exacta que tu Yo Infinito quiere que sea, hasta el más mínimo detalle. Recuerda:

 

¡NO HAY UN “AHÍ FUERA” AHÍ FUERA!