Hace cuatrocientos años, Shakespeare nos dijo: «Todo el mundo es un escenario, y todos los hombres y mujeres son simplemente actores».2 (N. del T. La misma idea expresaron Pedro Calderón de la Barca en su obra “El gran teatro del mundo” y muchos otros autores) A lo mejor deberíamos haber hecho caso.
He insinuado, como haré a menudo, que hay “indicios” y “pistas” a nuestro alrededor, a plena luz, sobre cómo funciona este universo holográfico. Uno de esos indicios son los videojuegos de ordenador que se han hecho tan populares.
Si nunca has jugado a un videojuego, deberías hacerlo. Pueden proporcionar algunos conocimientos junto con una buena diversión. Recomiendo que vayas a Piratas del Caribe Online, que es un juego gratuito de Disney y un buen ejemplo de lo que hablo.
Los videojuegos más sofisticados, como Piratas, empiezan por crear un Jugador que te represente en el juego. En Piratas puedes crear un jugador nuevo desde cero, escogiendo el sexo; la estructura corporal; la altura; el color de la piel; toda clase de diseños de cara: la forma de la mandíbula, los labios y las mejillas; el color y forma de los ojos, las cejas; muchas posibilidades para la nariz y orejas; el peinado y el color del pelo, incluyendo barba y bigote; y además todas las combinaciones de vestimenta. Lo último que haces es escoger un nombre para tu Jugador.
¡Aún me maravillo de esta tecnología! Parece como si se pudiera crear un número infinito de variaciones de Jugadores con todas estas posibilidades diferentes.
Vuelve ahora a Piratas y crea otro jugador (te dejan crear dos gratis). Sin embargo, imagina que esta vez eres un Yo Infinito que quiere jugar y expresarse creativamente, y que quieres diseñar un jugador que sea tu representante en esta aventura, ya que tú mismo no puedes meterte en el juego y jugarlo.
[Revisión del autor: desgraciadamente, el 19 de septiembre de 2013 Disney cerró Pirates of the Caribbean Online, y de momento no hay otro sitio web de juegos que pueda recomendar para esta experiencia.]
La idea es que tú y yo fuimos creados a medida por nuestros Yo Infinito con el aspecto que querían que tuviéramos, hasta en detalles como el puente de nuestra nariz. Incluso nos dieron nuestros nombres. (Para aquellos que aún creen lo que nos enseñaron en el colegio de que nuestro aspecto es únicamente el resultado de nuestro ADN, heredado de nuestros padres, les recomiendo La Biología de la Creencia, del doctor Bruce Lipton.)
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¿Estoy diciendo que tú estás totalmente “separado” de tu Yo Infinito? No, no, para nada, no más de lo que un dedo gordo está “separado” del resto del cuerpo.
Un dedo gordo tiene su función aparte, su trabajo concreto que hacer, pero es parte del todo. Sin embargo, un dedo gordo no creería nunca que él fuese el cuerpo entero. Eso sería un engaño, que es de lo que padecen todos los Jugadores en la sala de cine.
En lugar de eso, un dedo gordo está conectado constantemente con su cuerpo y recibe feliz y voluntariamente las órdenes del cerebro. De la misma manera tú, como Jugador, estás constantemente conectado con tu Yo Infinito. Tan pronto come dejes de intentar ser algo que no eres, tu conexión con tu Yo Infinito será mucho más clara.
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A estas alturas sabes que me gusta hacerte leer citas de otra gente, citas que dicen esencialmente lo mismo pero con palabras diferentes, para darte otra perspectiva. En este caso voy a rodear la física cuántica y en su lugar voy a ir a la metafísica.
Darryl Anka es un canalizador, y la entidad que supuestamente habla a través de él es llamada “Bashar”. He aquí lo que Bashar tiene que decir sobre este asunto. Lo que dice me gusta mucho, aunque utilice el término “yo superior”…
«La mayoría de vosotros estáis acostumbrados a la idea de que tenéis una consciencia física, una personalidad como ser físico, a la que os referís como “uno mismo”. Pero entonces aparece esa idea misteriosa del “yo superior”. Dicho sencillamente, la mayoría de vosotros comprendéis, o al menos intuís, que ese llamado “yo superior” es... no físico. Aún más simplemente, podríais decir que hay una frecuencia vibratoria que está sobre la realidad física, más allá de la realidad física, en la cual reside aquello a lo que podríais referiros como “plantilla” de la realidad física, o aquella en la que se construye vuestra realidad física.»
«Podría sorprenderos saber que, como concepto de la personalidad (como mentes físicas), vosotros no concebís idea alguna. La personalidad no concibe los conceptos. Percibe conceptos, no los concibe… El “yo superior” concibe, el cerebro físico recibe, la mente de la personalidad percibe. Eso es todo lo que hace. Cualquier idea, cualquier inspiración, cualquier imaginación que “vosotros” hayáis tenido alguna vez no proviene de vuestra parte de mente física; proviene de vuestra parte “yo superior” a través del receptor (el cerebro) y se traduce por el cerebro en una vibración que la mente física percibe entonces como una realidad reflejada.»
«Esto podría parecer en principio un tanto limitador, pero de hecho es muy liberador, ¡porque todos podéis dejar de pensar! Todos vosotros podéis dejar de pensar que estáis al cargo. Todos podéis dejar de pensar que tenéis que pensar en todo. Todos vosotros podéis dejar de pensar que sois los conductores de la nave. No lo sois. Vosotros simplemente miráis la carretera, sólo experimentáis el camino…»
«La razón de que os metáis en líos, la razón de que os sintáis varados como mentes físicas es que os han enseñado a creer que la mente física es la que se encarga de estas cosas, y no lo es. Así que cuando tratáis de manipularla no funciona, porque la mente física no se ha hecho para crear esos conceptos. Se ha concebido sólo para percibir el efecto de la creación de vuestro “yo superior” a través del receptor, el cerebro físico.»
«Eso os permite aligerar vuestra carga, os permite dejar de llevar tanta impedimenta, os permite dejar de intentar hacer el trabajo de vuestro “yo superior” para hacer sólo el vuestro. Por eso tantos de vosotros estáis tan cansados, porque intentáis hacer un trabajo para el que no estáis hechos. ¡Eso es agotador!, ¡deteneos! No se os ha contratado para hacer ese trabajo. Vuestro “yo superior” tiene ya ese trabajo y os funciona perfectamente… Haced sólo el trabajo para el que fuisteis creados, que es percibir.»3
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¡Aparentemente, Bashar, o Darryl, puede mezclar metáforas tanto como yo! «Todos vosotros podéis dejar de pensar que sois los conductores de la nave. No lo sois. Vosotros simplemente miráis la carretera, sólo experimentáis el camino…» Nave, carretera, camino…
Dejadme que lo diga de esta forma: vosotros no sois quien conduce el autobús. Vuestro Yo Infinito os ha “contratado” (os ha creado) para que os sentéis atrás en el autobús y percibáis y reaccionéis ante los paisajes que van pasando, nada más. Y tampoco habéis hecho el mejor trabajo posible, puesto que habéis empleado mucho tiempo al frente del autobús intentando quitarle el trabajo al conductor.
Vosotros no creáis el paisaje (vuestras experiencias holográficas), vosotros no elegís a qué paisajes mirar, vosotros no decidís en qué dirección viajará el autobús. Todos esos trabajos le tocan al conductor del autobús, a vuestro Yo Infinito.