Este libro es producto de todo el equipo de ILPES más que de una persona. Si tengo que firmar como autor es porque las tesis más radicales sobre los traileros son de mi propia cosecha y no sería justo condenar al resto a compartirlas y a sufrirlas todas.
Varias personas fueron claves en suministrar la información para su elaboración. La investigación sobre los traileros de Johnny Madrigal,
Al vaivén de un cabezal. Un estudio sobre los traileros en América
Central y su relación con el sida (San José, Costa Rica: Editorial ILPES, 1998), financiada por la Embajada Real de los Países Bajos e ILPES, sirvió de primer borrador y propuesta para este trabajo. Con base en éste, varios compañeros de ILPES optamos por participar en distintas formas.
Dino Starcevic estuvo a cargo de muchas de las observaciones etnográficas y realizó aportes de gran calidad al trabajo. Varios de los capítulos fueron escritos con base en sus reportes y mis propias observaciones y entrevistas. Katia Castellón hizo, entre otros aportes, un excelente análisis del predio de Paso Canoas y escribió el Capítulo V.
Luis Villalta hizo lo suyo en su estudio sobre los burdeles. Una trabajadora del sexo, que llamaremos Anita, realizó las entrevistas adicionales con sus compañeras y presentó una defensa de su profesión y su capacidad artística en el Capítulo XIII.
La colaboración del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad Nacional (IDELA), además, fue determinante para realizar este trabajo. Por el tiempo concedido para la investigación, mi agradecimiento.
Mi trabajo también se basa en los relatos de Bolívar, amigo que ha sido un experto en traileros y quien ha tenido diversas relaciones emocionales y sexuales con ellos. Su relación con Luis me ha servido de guía para entender lo que es y no es el machismo.
A pesar del trabajo en grupo, la responsabilidad final de lo que aquí se escribe es mía. Con el fin de proteger su identidad, los nombres de todos 4
fueron cambiados y algunas historias alteradas con el fin de evitar su identificación, tanto por parte de los entrevistados como de los investigadores. Como instituto que lucha por los derechos de las minorías sexuales, estamos conscientes de que no podemos dejar pistas a seguir en países tan pequeños y a veces intolerantes. También hemos visto cómo el simple cambio de nombre no es suficiente para evitar la identificación de las personas.
De ahí que el lector no debería interpretar que algunas de las relaciones aquí consignadas, aunque verídicas, vayan a poder asociarse con ninguno del equipo, inclusive quien escribe. Mucho menos con los entrevistados.
Jacobo Schifter Sikora
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INTRODUCCIÓN
Éste es un estudio sobre una cultura sexual particular de hombres traileros centroamericanos. Como hombres latinos, los traileros son asociados con una cultura machista. Deseamos averiguar cuáles son las características de esta cultura y cómo funciona en la práctica. Además, queremos estudiar cómo esta cultura está influida por los cambios sociales y cómo reacciona ante ellos.
Esperamos que el análisis de una cultura sexual particular y afamada de machista contribuya a la polémica que existe. La discusión es si la cultura machista es positiva o negativa (entendiéndose ésto por si es sexista o no) o si es algo esencial o más bien construido en la cultura latina.
Buscamos hacer una contribución en ambos frentes. Por un lado queremos demostrar que el machismo es un discurso, no una cultura sexual, que trata a las mujeres como seres inferiores y dependientes pero que no logra imponerse sin resistencia. Este discurso fomenta una doble moralidad sexual en la región, diferenciando y categorizando las cosas que están permitidas a hombres y a mujeres. Sin embargo, la realidad material, la competencia de otros discursos, las contradicciones y las resistencias que fomenta, neutralizan su imposición. La cultura que se crea es un híbrido de varios discursos y de personajes que cambian de acuerdo con la situación. Ésto es lo que calificamos una
“cultura sexual compartimentalizada”.
Por otro lado, postulamos que el machismo es, a la vez, una construcción histórica que cambia en el espacio y en el tiempo. El machismo se modifica no solo cuando hay variaciones en la realidad material, social o política, sino que lo hace durante períodos particulares. En otras palabras, aparece y desaparece con gran facilidad en la cabeza de sus practicantes. Deseamos analizar entonces cómo y por qué los traileros toman
“vacaciones” del discurso machista y realizan “viajes” hacia otras culturas sexuales. Al realizar esta nueva interpretación, cuestionaremos las asociaciones más tradicionales que nos dicen que los machos son siempre sexistas y homofóbicos. Esperamos probar cómo las relaciones que ellos tienen con prostitutas y homosexuales reflejan algo más que explotación y desprecio.
La confusión que existe sobre el fenómeno es consecuencia, según nuestro punto de vista, de que la cultura sexual no es producto de un solo discurso, sino que interactúa con otros y con la realidad material en que se desarrolla. Creemos, a la vez, que la cultura sexual latina se caracteriza por una mayor “compartimentalización” entre la teoría y la práctica y que los individuos aprenden a expresar distintos puntos de vista de acuerdo con el espacio, la persona y los ambientes distintos. De ahí que los hombres en algunos momentos nos digan preceptos de un discurso y, en otros, ideas totalmente opuestas. Los traileros, como hombres machos latinos, construyen una cultura en que prevalecen valores sexuales distintos y en las que cada esfera o “gaveta” se mantiene desconectada 6
de la otra. Ésto es lo que ha llevado a mucha de la confusión que se encuentra en la literatura actual.
Este trabajo es también un estudio de las relaciones que existen entre la cultura sexual de los camioneros y el riesgo de infección con el VIH. En vista de que estos camioneros viajan por toda Centroamérica y México y que un 12% llega hasta los Estados Unidos, la región es vulnerable, de no incluir en esta cultura la prevención, a un aumento de la infección con el VIH. Como pretendemos probar en este libro, el gran nivel de sexo inseguro y la gran cantidad de compañeras sexuales que tienen, hacen de los camioneros un grupo de alto riesgo de contagio y diseminación.
Las investigaciones realizadas en otras partes del mundo contribuyen a comprender la necesidad de conocer más sobre el fenómeno. En un estudio publicado por Bwayo y colaboradores, en 970 traileros de largas distancias y sus asistentes, que recorren la carretera entre Mombasa y Nairobi, en Kenya, se encontró que el 27% (257) tenía anticuerpos del VIH. En este estudio se demuestra que, entre otros, los portadores del virus presentaron una frecuencia menor de visitas a sus esposas y una mayor a las trabajadoras sexuales 1. Mutere y colaboradores informan que en un estudio realizado con traileros en Kenya (Machakos), el 38% de los ruandeses, el 36% de los ugandeses y el 22% de los kenianos resultaron VIH positivos 2.
Bwayo y colaboradores también informan de la seroprevalencia en traileros del África del Este y África Central. Los resultados indican que el 18% de los participantes era positivo a la prueba que detecta el virus. También, que el 4.6% resultó positivo en la prueba de sífilis 3. Singh y Malaviya, en un estudio realizado en la India, encontraron que el 78% de
los traileros reconoció que sostenía relaciones sexuales con múltiples parejas, incluyendo trabajadoras comerciales del sexo, y el 5% admitió que sostenía encuentros homosexuales regularmente. Esta investigación enfatizó que el uso del condón y el conocimiento sobre el VIH/sida eran pobres 4. Además, Wilson y otros colaboradores informan que en África el uso de los condones es limitado. De acuerdo con los resultados, en varias compañías de transporte visitadas, los condones estaban a la disposición de los traileros, pero su uso no era promovido de una manera efectiva. Los participantes en el estudio citaron espontáneamente que las condiciones de trabajo deberían ser mejoradas para permitirles pasar más tiempo con sus familias, como una forma de evitar el contagio con el VIH/sida, pero pocos mencionaron el uso del condón como la principal forma de prevención 5.
1 Bwayo, J., Plummer, F., Omari, M., Mutere, A., Moses, S., Ndinya-Achola, J., Velentgas, P. and Kreiss, J. (1994). Human inmunodeficiency virus infection in logn-distance truck drivers ineast Africa. Archives of Internal Medicine. (154)12:1391-6.
2 Mutere, A.N., Bwayo, J.J. and Ngugi, E.N. (1991). Controlling HIV in Africa: Effectiveness and cost of an intervention in a high risk-frequency STD transmitter core group. AIDS. 5, 407-411.
3 Bwayo, J., Omari, A.M., Mutere, A.N., Jaoko, W., Sekkade-Kigondu, E., Kreiss, J. and Plummer, F.A.
(1991). Long distance truck-drivers: 1.Prevalence of sexually transmitted diseases (STDs). Eastern African Medical Journal. 68(6), 425-29.
4 Singh, U.N. and Malaviya, A.N. (1994). Long-distance truck-drivers and their possible role in disseminating HIV into rural areas. International Journal of STS/AIDS. 5(2):137-8.
5 Wilson, D., Lamson N.; Nyathi, B.; Sibanda A; Sibanda, T. “Ethnographic and quantitative research to design an intervention for truckers in Africa”. International Conference on AIDS 1991 June (1621); 7
(11): 49.
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Finalmente, queremos indagar acerca de cómo debería hacerse investigación y prevención en una cultura sexual como la de los traileros. Es dudoso que ellos respondan con toda franqueza ante las preguntas de “profesionales” de la salud o de la academia y que se dejen influir por las expectativas de los investigadores y educadores. Uno de los errores en la literatura sobre la masculinidad latina es precisamente que acepta las respuestas ante preguntas sexuales sin cuestionar el contexto. Lo mismo sucede con los programas de prevención tradicionales, que se basan en la utilización de trabajadores de salud para que impartan información sobre el contagio y la prevención del VIH.
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