Los Traileros y la Vida Loca by Jácobo Schifter Sikora - HTML preview

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XI.

ENFERMEDADES VENÉREAS Y CONDONES

Otra de las conductas asociadas con el machismo es argüir que los hombres rehúsan usar el condón y protegerse de las enfermedades venéreas como señal de hombría 94. La

interpretación tradicional es que los varones están permanentemente demostrando su capacidad de tener relaciones sexuales a los demás y que una forma es enseñando sus

“consecuencias”. Si se toma en cuenta que el consumo de alcohol y la sexualidad activa y variada ponen en riesgo a las personas, no es de extrañar que las ETS formen parte de su menú. Sin embargo, veremos a continuación, la falta de prevención es más el resultado de la compartimentalización que una forma de demostrar la hombría. Las extrañas teorías acerca del carácter no venéreo de las ETS, las consultas entre compañeros y la vergüenza de ser vistos con trabajadoras del sexo, sugieren que los traileros no se ufanan de su actividad sexual ni de sus venéreas.

Ellos conocen bien las enfermedades de transmisión sexual. Las más señaladas en la región son, en orden de importancia, la gonorrea, el sida y el chancro, con porcentajes superiores al 90%. Otra bastante conocida es la sífilis (76%) y el herpes genital es conocido por la mitad. La opción “otras” fue mencionada por el 30%. Ellos también saben los principales síntomas. Por ejemplo, la salida de pus y el ardor al orinar, que se presentan típicamente en la gonorrea, son las más conocidas (92 y 89% respectivamente)

95. Las llagas o lesiones (presentes en la sífilis, el chancro y el herpes), el mal olor (presente en el chancro y la gonorrea) y el comezón (presente en el chancro) también fueron síntomas mencionados por magnitudes importantes (70, 75 y 74%

respectivamente). Otros síntomas fueron mencionados en menor grado 96.

Al parecer, el alto conocimiento científico de estos síntomas se explica no solo por la posible información que han recibido al respecto, sino por la experiencia con la enfermedad. Por ejemplo, el 67% conoce a algún trailero que se haya infectado y el 73%

opina que es común o muy común que los traileros se contagien con alguna. Cuando se les preguntó por su experiencia individual, el 43% admitió haber estado infectado alguna vez en su vida y de la que más se han infectado es la gonorrea (el 71% de los alguna vez infectados la mencionó).

Durante las entrevistas a profundidad también se obtuvo evidencia de que el grado de infección con este tipo de enfermedades no era despreciable. Carlos nos dijo que “una vez tuve mucho ardor en el pene y resultó que era una venérea”. Juancho admitió que

“padecí gonorrea una vez”. Enrique dijo “a mí varias veces me han pegado gonorrea”.

Juan fue más amplio en su explicación:

Conozco la sífilis, la gonorrea y el chancro. Hay muchas enfermedades venéreas que te pueden destruir si no las detienes a tiempo. Cuando a mí me dio, me 94 Rafael M. Diaz, Latino Men and HIV

95 El ardor o dolor al orinar también se presenta en el herpes y en la uretritis. Sin embargo, ésta última no fue incluida en el cuestionario.

96 Los síntomas relacionados con el VIH/sida no fueron incluídos como preguntas, pues se hizo énfasis en otras ETS.

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supuraba el pene, cuando orinaba era un castigo, era echarle sal a una herida, ardía demasiado y si te excitabas era otro problema porque también dolía.

José también nos explicó qué fue lo que le sucedió.

Una vez me fregaron con una gonorrea. Me acosté con una tipa un sábado en la tarde y el domingo en la mañana amanecí con fiebre. Entonces le comenté a un compañero que andaba un gran dolor de cuerpo, con calentura y todo. Él me dijo que era gripe y cuando le dije que me dolía mucho al orinar, me respondió

“¡Hombre te pegaron!”

Resulta de interés mencionar que cuando se les preguntó por la percepción de su riesgo, fueron pocos los traileros que consideraron alta la probabilidad de tener una enfermedad ahora o en el futuro. Por lo general, ellos consideran que esta posibilidad es baja (59%

afirmó que es baja en la actualidad y 41% respondió así cuando se hizo referencia al futuro).

Una evidencia de que los traileros no se enorgullecen de las ETS y que no les sirven para incrementar su hombría es la creencia de que éstas no siempre se transmiten por la vía sexual. Ésto contribuye a que, aún padeciéndolas, puedan atribuirle la infección a otros factores. Víctor dijo que “he tenido purgación varias veces, pero unas veces me apareció sin tener relaciones sexuales, con nada se me apareció eso”. Aunque Víctor afirma que la purgación le apareció de la nada, Barbas menciona formas concretas.

Nunca he padecido de eso, pero dicen que los resfriados pueden producir una enfermedad venérea. Además, tuve un compañero que de repente apareció con purgación y no era porque había tenido sexo con una mujer infectada. A veces es por un refresco que uno se toma o la comida, cuando algo le cae mal al estómago.

Los refrescos o la comida son ejemplos que se mencionan como formas de transmisión de las enfermedades. José nos explicó más por qué sucede eso con las comidas.

A mí me han pegado dos veces durante mi trabajo sin haber usado mujer. Se lo digo honestamente, porque no tengo por qué mentir. La sangre tiene sus debilidades y a veces hay descontroles en el cuerpo por asuntos químicos que producen las comidas, entonces sale uno con una enfermedad venérea. A mí me ha pasado sin usar mujer y me ha extrañado.

Bañarse estando caluroso, según algunos, es otra forma de infectarse, aunque también los microbios pueden estar en los servicios sanitarios. Roberto expuso este tema brevemente.

Hay situaciones en las que uno suda mucho, vienes con el cuerpo todo caliente y te bañas. Así se puede transmitir una venérea como la gonorrea. Pero ésta también la puedes agarrar en un servicio, porque allí está el microbio y se te penetra sin tener relaciones sexuales.

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Los resfriados son eventos que también producen la infección. Ésto se liga a los baños que se administran estando calurosos. Carlos explica cómo se infectó de purgación.

Tuve purgación, pero esa la adquirí sin tener relaciones sexuales. A mí me dijeron que era por un resfriado. Resulta que después de hacer un viaje de más de trescientos kilómetros, el calor era intenso y me bañé y me acosté. Eso fue un domingo y el jueves vi que el calzoncillo estaba manchado, me apreté y vi que salía pus. Entonces me di cuenta que estaba enfermo. Como en ese tiempo no era casado le platiqué a mi papá, él me llevó donde un médico y me recetó penicilina.

Luego se me quitó. Desde entonces no me baño caluroso.

A Mario le ha sucedido dos veces, una cuando era joven y otra más viejo, cuando estaba casado. El poder de convencimiento de Mario es tal que hasta su esposa lo creyó.

Nunca he usado condón y he tenido gonorrea solo dos veces, pero no fue por un asunto de mujeres, sino por resfriados. La primera vez tenía 14 años y la segunda estaba casado. Cuando tenía 14 trabajaba en el campo, entraba muy temprano en la mañana y salía a las dos de la tarde. Una vez me bañé caluroso con agua fría y me dio gonorrea. La segunda vez, estando casado, tuve que trabajar para hacer un pozo negro y un día que salí de trabajar como a las cuatro de la tarde me fui a bañar. Después tuve relaciones sexuales con mi mujer y me volvió a dar eso. Me curé con unas inyecciones y ni mi esposa ni yo pudimos explicarnos cómo sucedió.

Un último aspecto que cabe mencionar es que muchos tienen vergüenza de consultar a un médico y lo hacen entre sí. En ocasiones, la cura es inmediata, como cuando padecen piojillo (ladilla). Carlos relata el caso de un ayudante que tuvo.

Tuve un ayudante que tenía ladilla. Cuando vi que se rascaba mucho le pregunté por qué se tocaba tanto el pene. Él me contó y me pidió que lo ayudara. Le bajamos los pantalones y le echamos diesel. Ésto lo hicimos tres o cuatro veces hasta que se le desapareció.

Si las enfermedades venéreas son vistas como la lógica consecuencia del uso del órgano-vehículo, no es de extrañar que también algunos antídotos. El uso del diesel para eliminar el piojillo, por ejemplo, es mencionado con bastante frecuencia. Vito no ha padecido de enfermedades de transmisión sexual, según comentó, solo ha tenido ladilla tres veces.

Nunca he tenido esas enfermedades, he sido suertudo, solo me han dado pasajeras, como esa que le dicen ladilla. Esa me ha dado tres veces. Tengo el remedio para exterminarlas. Para eso está el diesel.

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Para Juancho, su padecimiento requirió de la mentira con su esposa.

Juancho:

Una vez sentía ardor al orinar y recurrí a un amigo trailero con experiencia, ya viejo, para que me orientara. Nosotros tenemos más confianza entre nosotros porque andamos en la misma jugada y él me acompañó a la farmacia

Entrevistador:

¿Y la esposa? ¿No se dio cuenta?

Juancho:

¡Jamás! No fui a mi casa. La excusa era que me habían enviado a un viaje de emergencia. Uno tiene que evitar la esposa hasta curarse, pero eso lo sabíamos mi otro compañero y yo. Por ese lado no había preocupación. Nosotros nos ayudamos en ese sentido.

El condón

Nos interesa analizar el uso del condón: ¿cuáles son las actitudes hacia éste?, ¿cuánto se usa?, ¿cuándo?, ¿por qué no se usa?

Cuando a ellos se les preguntó sobre el uso del dispositivo, se encontraron diversas posiciones. Unos dan a entender que los condones no son parte de su cultura, como es el caso de Enrique.

Dudo mucho que los traileros anden preservativos. Las mujeres de la calle tampoco. Cuando pasan un mes fuera de la casa no se ponen a pensar en eso, cuando sienten mucho deseo, se les olvida.

Paul, incluso, hace una estimación personal de lo poco que se utiliza dentro del gremio.

La mayoría de choferes está casada, pero cuando sale una mujer se va con todo.

Creo que del 100% se preocupará y el 2% usará el condón nada más. En dos platos, a nadie le interesa el sida o las enfermedades venéreas. Los que se cuidan son pocos.

Y Carlos nos revela que, aunque muchos saben que usar el condón previene las enfermedades de transmisión sexual, ésto no se practica.

Todos sabemos que hay que usarlos, creo que la mayoría sabe que hay que protegerse de las enfermedades, pero a la hora de la verdad no le interesa mucho, solo piensa en el momento, los ojos se le cierran y ahí va, como cordero al matadero.

En el otro extremo se encuentran Marvin y Paul como representantes de los que dan a entender que los condones sí forman parte de la cultura del trailero. Marvin explica que una persona puede llegar a los cabezales “y si le pide un condón a cualquier chofer y éste siempre anda, puede quedarse sin diesel, pero sin condones no”. Paul explica algo 108

similar: “si vos te montás a revisar los camiones con una orden de cateo o con un permiso especial, en cada uno vas a encontrar preservativos”.

En una posición intermedia se encuentran los que, como Mario, afirman “hay algunos que sí, pero otros no”. Víctor también nos da una estimación de cuánto se usa: Hay unos que sí, otros que no. Creo que más o menos la mitad. El problema es que el placer es diferente. Sin condón se siente rico, pero cuando se usa es como ponerse un forro y quita la sensación. Por eso es que muchos no usan el condón, porque no les gusta eso.

Una idea más exacta sobre la presencia del condón en el gremio la proporciona el cuestionario que se administró a los 400 traileros. Ahí encontramos que el 18% cargaba un condón al momento de la entrevista. Este porcentaje indica que, aproximadamente, una quinta parte de ellos tiene acceso inmediato al dispositivo. Es decir, que si al momento de la entrevista se hubiera presentado la oportunidad de una relación sexual, uno de cada cinco tendría la posibilidad, si así lo decide, de usar el condón inmediatamente.

Un dato más preciso indica que el 40% utiliza el dispositivo actualmente y una cantidad similar lo ha usado alguna vez. El 20% restante respondió que nunca lo había usado. Con base en este dato se podría afirmar que el uso del condón en el medio es regular. Sin embargo, la frecuencia con que se usa indica que solamente el 15% lo utiliza siempre, es decir, un nivel relativamente bajo. El resto lo usa con una frecuencia irregular y se sabe que para prevenir las enfermedades de transmisión sexual se debe usar siempre, en forma consistente.

Los motivos para usarlo siempre son la protección contra las enfermedades de transmisión sexual y para evitar infectar a su compañera. Marvin afirmó que usa el preservativo “todo el tiempo, todas las veces, para evitar una enfermedad”. Andrés dice que él es quien ha tomado la decisión de usarlo siempre, aunque no es de su agrado.

Cuando tengo un lance siempre lo uso, pues de lo contrario prefiero, como dicen, tocar retirada. Pero no es igual, jamás va a ser igual. Es mejor tener sexo así, a pura carne, pero si lo hago así voy a caer como los otros, con una venérea o con el sida. (Andrés)

Otros traileros afirmaron que dejan de usarlo con la compañera, pero cuando se trata de alguna aventura optan por usarlo siempre. Ésto significa que cuando hay confianza se deja de usar. Rafael es uno de estos casos:

Rafael:

Siempre, siempre utilizo el preservativo, sea como sea la mujer. Sí, los compro por cajas.

Entrevistador:

¿Y lo usas con tu esposa?

Rafael:

No, con ella no.

Entrevistador:

¿Y con tu querida?

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Rafael:

Con

ella

sí.

Entrevistador:

¿Por qué?

Rafael:

No sé, porque la conocí en la calle y siempre uso el preservativo.

Enrique:

¿Y con los levantes?

Rafael:

Sí, incluso a veces ellas cargan su preservativo.

Otros nos corroboran el fenómeno de la confianza.

Uso el condón, pero con mujeres que no conozco. Uno tiene que conocer la trayectoria de la mujer para tenerle confianza. Claro que no es lo mismo usar condón que carnalmente, pero ni modo así se evitan las enfermedades. Claro en mi casa no voy a usar eso porque tengo quince años de vivir con ella y gracias a Dios no ha habido problemas.(Miguel)

Sí he usado el condón con mujeres con las que siento desconfianza. Pero cuando miro que es una mujer de hogar, que se separa del hombre por algún motivo y el matrimonio no marcha bien, entonces me tiro al acecho. Si uso preservativo con ellas, se van a sentir una persona de la calle, no aseada. Pero al tener la relación con una mujer de la calle que no conozco, me lo pongo. (José)

Javier admite que casi nunca lo usa, pero es que casi nunca lo ocupa. Veamos la estrategia que utiliza para llegar a su decisión.

Si tuviera que usarlo lo uso y a veces lo uso, pero casi nunca lo ocupo. Me siento seguro de con quién ando. Tienes que estudiar su forma de mirar, sus cambios en la forma de pensar, en la forma de ver. Siempre las estoy examinando.

Napo es uno de los que solo lo usa con prostitutas a las que no les tiene confianza. Él ha llegado al punto de creer que las trabajadoras sexuales que son conocidas usan el condón con otros, pero como él es su amigo, no corre ningún riesgo.

Entrevistador:

¿Y con cuáles usa preservativo?

Napo:

Cuando a uno le salen lances. En la frontera salen muchos lances.

Entrevistador:

¿Con cuáles no usa preservativo?

Napo:

No lo uso con mi esposa ni con mi novia, pero con los lances sí. Al menos en la frontera también llegan al camión unas que son amigas, yo las conozco. Yo se que ellas andan en algo raro, pero me tienen confianza y me dicen que siempre usan el condón.

Entonces una se sube, le hago “chas chas” y se va. No tengo que usar el condón porque la conozco.

La confianza llega a convertirse así en una decisión peligrosa que favorece las infecciones.

Otro factor por el que se deja de usar el condón es por el placer. Según Carlos, los traileros que desprecian su uso pagan más a la trabajadora sexual para que no lo use.

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Rodrigo asegura que los traileros son muy mañosos en este asunto y además que ellas suben el precio para dejar de usarlo.

La prostituta puede decirles Ńo lo hago sin condón´, pero a veces ellas tienen la necesidad de ganarse esa platita que el hombre les va a dar y lo hacen sin eso.

Otras que están menos necesitadas y cobran más por hacerlo sin condón.

El aspecto de la pérdida de placer es tan arraigado en algunos traileros que simplemente prefieren no usarlo. En el estudio se encontró que el 66% de los traileros opina que disminuye el placer sexual y el 42% que puede ocasionar la pérdida de erección.

Producto de estas creencias Napoleón nos dijo que “es mejor sin condón, con el condón es feo”. Paul confiesa que nunca lo ha usado porque “es incómodo”. Vargas dice que “me siento mal, lo he probado tres veces en mi vida y me siento mal”. Julio explicó que la mejor forma de protegerse es teniendo relaciones sexuales con la esposa, pero sabemos que eso no se da “de todas maneras no lo uso porque con el condón no siento nada”.

Pablo nos ofreció un relato en el que, entre otras cosas, nos dice por qué nunca lo ha usado.

Tuve una relación con una mujer que era viuda. Ella era mayor y me llamó la atención por cuatro largos meses. Cuando decidí hablarle, una vez en un supermercado, le conté que era trailero. Se impactó tanto que se le cayeron unas galletas que estaba comprando y vi que ella se había aburrido un poco por mi profesión. Entonces decidí apartarme, porque me hizo sentirme mal. El cuento es que dos días después me buscó y me dijo que era diferente a los demás y que me veía educado. Imagínese, a la hora aquello parecía no se ni qué...., tuvimos sexo por un gran rato. Antes de irse para su casa me dijo que creía que me iba a poner un condón y le respondí que nunca los había usado ni los he tenido en mi mano, porque esa era la verdad. Entonces me dijo que si hubiera usado un condón le habría dado la impresión de que me acostaba con cualquiera. Ella estaba contenta porque no lo había usado. Hasta la fecha nunca he usado eso, porque no me meto con cualquiera. Tuve mucho sexo con ella en dos o tres meses que estuvimos juntos, pero luego me cambió por otro.

Otro de los argumentos que utilizan aquellos traileros que nunca han usado el condón o no lo usan actualmente, es la posición extrema de que la muerte acecha por todas partes y

¿entonces para qué protegerse? Julio sostuvo que nunca había usado el preservativo y que

“no le temo a la muerte”. Para Antonio el condón no pertenece a su mundo y dijo “¿Para qué? ese es el destino y de algo hay que morir”. Ramiro fue más filosófico, aunque también más explícito.

En este mundo lo único que sabemos es que no sabemos nada. No sabemos de qué nos vamos a morir. Puedo tener un accidente mortal mañana y resulta que no quiero morir en un accidente. Tampoco quiero morir de cáncer, pero mañana en el hospital me pueden decir que tengo uno. ¿Quién quiere tener sida? ¿el condón 111

me asegura que no me voy a infectar?¡Pamplinas!, en cualquier momento me pueden decir que tengo eso. Entonces es mejor vivir la vida...

Existen otras razones para no usar el condón. El examen físico fue el que más mencionaron. Rodrigo lo explica.

No uso el condón pero sé cuando una mujer es de la calle. Lo que yo hago es que primero tengo que sentir un aroma. Eso lo hago disimuladamente introduciendo mi dedo en su vagina. Para mí es prohibido introducir algo (el pene) si no está bien revisado. Si huelo o veo algo malo, entonces no, me levanto y me largo.

Otros mencionaron otras formas de realizar el examen físico, como por ejemplo las manchas en la piel, los tatuajes y las ojeras. Roberto no solo les hace el examen físico sino que las “examino psicológicamente, analizo su vida pasada y su récord sexual”. La creatividad es amplia. José dice conocer un tipo que también tiene su estilo de hacer las cosas.

Un tipo me dijo que después de haber usado una mujer se echaba cinco o seis cervezas para prevenir cualquier cosa. Él piensa que adquiriendo agua suficiente en el organismo puede orinar bastante y con los mismos orines se lava. Además, me dijo que de esa manera se limpiaba el conducto y que nunca había estado infectado. La verdad es que no sé ni qué pensar sobre eso.

Prevención y masculinidad

Los traileros, como muchos otros grupos de la población, conocen sobre las ventajas de usar el condón pero la mayoría no lo hace. Las razones tradicionales para explicar este fenómeno han sido ya enunciadas. Sin embargo, hemos querido indagar sobre la relación que existe entre una cultura masculina compartimentalizada y la prevención.

Con tal de profundizar en el tema, le preguntamos a Cirino si él nos pudiera decir qué siente cuando está erecto y se pone un condón. El hombre confiesa que el problema para él no es tanto la sensación sino el cambio de un “módulo erótico” hacia un “módulo preventivo”. Según él, la prevención es una actividad que asocia con las mujeres. Ellas son las que usualmente se encargan de la salud de la familia. Cuando él está erecto suele pensar en actividades “totalmente masculinas” como la penetración y no puede detenerse a “mostrar una preocupación por la salud” porque pierde así la erección. Carlos admite que lo que más le molesta es incluir en su acto sexual “algo que tiene que ver con la medicina” como es un condón. “Estar pensando en meterla, nos dice y tener que ponerse a pensar en “enfermedades” lo hace perder el gusto del sexo, nos confiesa. Lo mismo siente Luis quien tiene dificultades de mantener la erección cuando debe pensar “en cosas de laboratorio”. Para él pasar del discurso erótico al científico lo hace perder el interés.

La compartimentalización también incluye a las personas. Heriberto considera que su novia y sus amigas son parte de su mundo “romántico” y que los ligues casuales del

“erótico”. En el mundo del romance y la pasión, no existen las enfermedades venéreas.

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De ahí que él no tenga problema en ponerse el condón con una prostituta pero que lo ve mal con su novia, a la que quiere. Pedro siente también que el sida pertenece al mundo de lo “pasional” y jamás de lo doméstico. De ahí que él sí lo usa con su amante pero nunca con su mujer.

Ervin lleva esta polarización a sus extremos. Una vez tenía relaciones sexuales con dos amigas, su novia y dos traileros. Con su novia, no utilizaba el condón aunque la mujer participaba en la orgía. Pero con las dos amigas, sí lo hacía. El hombre se quitaba y ponía el condón de acuerdo con a cuál de las tres penetraba. Le preguntamos acerca de esta contradicción y nos respondió que él sabía que no te