Un análisis más minucioso de la información recolectada muestra que ellos niegan su fuerte relación con este grupo. Los traileros suelen esconder sus relaciones y no hacer los ligues de forma abierta. Otra manera es convertirlas de putas a amigas.
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No existe un consenso sobre quién es la “puta”. Para unos, es la mujer que cobra por sus servicios sexuales. Para otros, es la que tiene que dar de comer a sus hijos, porque la guerra los dejó sin padre. Otros la miran como amiga. Los traileros aplican estos conceptos de manera diferente. Aunque inicialmente las llaman “prostitutas”, llegan a establecer relaciones de amistad e interactúan socialmente para llamarlas “amigas” y en raras oportunidades, “novias”. Enrique nos ilustra esta situación cuando nos cuenta que:
Digamos que pasan mucho por un lugar y empiezan a conocer a la muchacha, la mujer empieza a reconocer el camión y hasta la forma en que su trailero toca el pito. Ellos a veces le llevan obsequios de las fronteras, que son más baratos, y hacen amistad. Después de un tiempo no les cobran, porque ellos mismos me lo han contado.
En entrevistas informales realizadas a algunas trabajadoras sexuales, ellas admitieron que, en ocasiones, establecen fuertes vínculos de amistad. La relación puede llegar a un punto en el que ellas no siguen cobrando sus favores sexuales.
¿Quiénes son las putas?
Con tal de profundizar en las características de las trabajadoras del sexo, realizamos solo en Costa Rica un estudio sobre los principales determinantes que incentivan la práctica del sexo vaginal sin condón con algún cliente (sexo inseguro) 98. Queríamos saber si 98 Para realizar el estudio se decidió seleccionar una muestra de 80 trabajadoras del sexo en el Area Metropolitana de San José. Con el objeto de seleccionar una cuota controlada, antes del procedimiento de selección se decidió tener una lista de las mujeres de acuerdo a su lugar de trabajo y al nivel socioeconómico de esos lugares. Los diferentes lugares considerados fueron: bares de citas, clubes nocturnos (night club), casas de citas, hoteles, salas de masaje y pensiones. Cada uno de estos lugares fue clasificado por tres niveles socioeconómicos: alto, medio y bajo. Posteriormente, se hizo un conteo del número de mujeres que trabajaban en cada lugar y se procedió a distribuir las 80 entrevistas requeridas de manera proporcional a estas características.
De ésta manera, 8 entrevistadoras fueron adiestradas en el cuestionario. Su función fue seleccionar las mujeres, proporcionar el cuestionario a llenar (autoadministrado) y, en caso necesario, evacuar cualquier duda. Ninguna entrevistadora podía hacer más de 10 contactos. Como se puede deducir, la clasificación de la muestra de acuerdo a una matriz 7*3 (7 lugares y 3 niveles) y, posteriormente, la restricción del número de cuestionario por entrevistadora, permite al menos minimizar los posibles sesgos de selección que se pueden presentar en las muestras por couta.
La duración del cuestionario varió principalmente entre 1 hora y más/menos 20 minutos. Este contenía, en adición a la temática del sida, la práctica sexual y las características sociodemográficas básicas, otros aspectos de interés tales como: constitución del núcleo familiar, educación en sexualidad, roles sexuales, machismo sexual, abuso sexual infantil-juvenil y efectos post trauma, castigos durante la niñez y actitud hacia la religión.
La recolección de la información tuvo una duración de dos meses y no se reportó resistencia por parte de las trabajadoras del sexo seleccionadas para llenar el cuestionario. La duración total del estudio fue de 5
meses, empezando en abril y terminando en agosto de 1993.
También es necesario mencionar que se utilizó como variable de estudio (dependiente) la práctica del sexo vaginal sin condón. Ésta se midió para los 30 días anteriores al momento de la entrevista y solamente será 119
existía alguna relación entre la violencia física y emocional y la capacidad de disociación.
En otras palabras, hipotetizamos que el comercio sexual podría ser más fácil para las mujeres con capacidad de "disociarse" de la experiencia 99 o por lo que se conoce como
"desesperanza aprendida" 100. Las mujeres, pensamos, que sufrieron traumas en su niñez
o adolescencia 101 y aprendieron a realizar el "numbing" asociado con éstas, podrían experimentar más fácil tener relaciones sexuales con varios hombres 102.
Estudiamos una serie de factores socio demográficos, psicológicos y culturales que creímos podían incentivar las práctica sexual insegura en las trabajadoras del sexo. Los factores que fueron sometidos al análisis fueron:
-Nivel socioeconómico 103
-Educación sexual 104
reportada la práctica con los clientes. De esta manera, la práctica riesgosa se clasificó como 0=NO y 1=SI, motivo por el se utilizó como técnica de análisis de datos un modelo de regresión logística multivariable
[20]. Esta técnica no solo representa un procedimiento apropiado de análisis de variables dependientes dicotómicas, sino que permite utilizar como variables independientes, las discretas y/o contínuas.
99 Ver Raymond B. Flannery, Jr. Post- Traumatic Stress Disorder. The victims' guide to healing and recovery. New York: The Crossroad Publishing Company, 1992.
100 Este término denota la pérdida de la capacidad de hacer algo para detener los eventos indeseables como consecuencia de desarrollarse en un ambiente hostil. La desesperanza que aprenden las hace creer que ellas no poseen un razonable control sobre sus vidas. La pasividad, la rutina, la depresión, la falta de control y la adquisición de hábitos indeseables como las drogas, entre otros, son el resultado esperado. De esta manera, una cadena de eventos cuyo principio es de difícil detección, termina sometiendo a las trabajadoras del sexo a un elevado riesgo de infección.
101 El INDICE DE CASTIGOS DURANTE LA NIÑEZ se construyó con base en las respuestas a: Cuando la criaron, ¿acostumbraban a castigarla físicamente por medio de...
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¿Golpes fuertes con las manos?
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¿Golpes con los pies?
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¿Golpes con objetos como palos, cuchillos, chilillos?
- ¿Quemaduras?
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¿La encerraban en su casa, armario o dormitorio?
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¿Le decían vulgaridades?
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¿Le amenazaban con palabras?
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¿La dejaban sin comer?
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¿La obligaban a trabajar en exceso?
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¿La obligaban a realizar actos sexuales?
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¿La ridiculizaban antes tus amigas y amigos?
102 La asociación entre "numbing" y el estrés postraumático ha sido asociada por decenas de psicólogos.
Ver Mike Lew, Victims no longer. Men recovering from incest and other sexual child abuse. New York: Harper Collins Publihers, 1988.
103 Se refiere a la situación socioeconómica de la trabajadora del sexo según se deduce de su lugar de trabajo. Se supone que las mujeres con menor nivel socioeconómico poseen menos recursos individuales (económicos, sociales y psicológicos) para exigir la práctica del sexo más seguro y, por lo tanto, se someten más al riesgo de infección que las de nivel medio o alto.
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-Actitud hacia el condón 105
-Índice de estrés post-trauma 107
-Índice de castigos en la niñez 108
-Índice de roles sexuales 109
-Índice de machismo sexual 110
-Índice de control sobre la salud 111
-Conocimiento sobre el sida 112
La mayoría de estos tópicos fueron reducidos por medio de índices. Para evaluar la confiabilidad de éstos se utilizó el Alfa de Cronbach 113. En total se contó con 12
104 Indica si ha recibido clases, cursos o charlas sobre sexo, sexualidad o educación sexual. Se espera que las que han estado expuestas a estos programas presenten prácticas riesgosas en menor magnitud 105 Constituído por dos preguntas que fueron analizadas en forma independiente: "¿El condón se deja de usar cuando se quiere a la pareja?" y "¿Es rico usar el condón?". Se supone que una actitud más positiva hacia el condón deshinibe las prácticas riesgosas.
106 Medido antes de los 12 años y entre los 12 y los 18 años. Incluye una serie de abusos sexuales, desde la obligación de dar o recibir besos o caricias de una manera sexual hasta la penetración. Se hipotetiza que una de las secuelas del abuso sexual, tanto en la infancia como en la adolescencia, es un mayor riesgo de prácticas sexuales inseguras.
107 Como consecuencia del abuso sexual, la violación y otras manifestaciones de violencia sexuales y no sexuales, no solo producto de su familia de origen sino también de sus clientes, las trabajadoras del sexo presentan síntomas de crisis, tanto físicas como psicológicas, que contribuyen a eliminar el autocontrol. Se supone que un mayor grado de estrés post trauma contribuirá a que ellas tengan menos control sobre su cuerpo y, por tanto, incurrirán en mayores riesgos de infección con el VIH.
108 Relacionado con el tópico anterior, proporciona una idea del grado de violencia que padeció la trabajadora del sexo durante su época de crianza. Se hipotetiza que un mayor indice de castigos en la niñez contribuye a afectar la autoestima, el control sobre su cuerpo y, por este motivo, incurrirá en prácticas más riesgosas.
109 Se mide con el grado en que ellas apoyan las actividades típicas de la mujeres en la sociedad, tales como la crianza de los niños y su permanencia en el hogar. Se considera que las mujeres que presentan roles más tradicionales también tendrán menos control sobre su vida y, por lo tanto, incurrirán con mayor frecuencia en situaciones de riesgo.
110 Se mide como aquellas actividades sexuales de índole sexual que se le permiten al hombre, pero no a la mujer. Se hipotetiza que un mayor grado de machismo sexual le otorga menos poder a la trabajadora del sexo para exigir prácticas sexuales seguras.
111 Mide la capacidad que ella posee para controlar aspectos relacionados con su salud, sin dejarlos en manos del destino. Se supone que un mayor control sobre su salud incentivará el cuidado permanente con respecto a las prácticas sexuales inseguras.
112 Establece que un mayor conocimiento de diversos aspectos de la enfermedad, como las formas de prevención y de transmisión, fortalecerán la capacidad de practicar el sexo más seguro.
113 Lord F, Novick M. Statistical Theories of Mental Tests. Reading, MA: Addison-Wesley, 1968.
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variables independientes, motivo por el que se aplicó, después de varios ensayos, el procedimiento de selección de variables "forward stepwise" con el criterio la razón de verosimilitud. Dado el carácter exploratorio del análisis, se estableció un nivel del 10%
para probar la significancia de cada parámetro estimado.
Por último debe mencionarse que, una vez construido el modelo, se estimó la probabilidad de practicar el sexo vaginal sin condón con los clientes durante el último mes, para correlacionar esta variable con otras que proporcionan importante evidencia de la complejidad del fenómeno en estudio.
Los resultados con respecto al abuso sexual indican que durante su infancia el 32% fue víctima de algún tipo de abuso sexual y, en su adolescencia, el 44% lo padeció. Como comparación se puede citar el caso de los Estados Unidos, donde las cifras indican que entre las prostitutas jóvenes el 70% ha sido molestada sexualmente durante su niñez 114.
Determinantes de la práctica sexual insegura
Los resultados señalan, en primera instancia, que el modelo resultante excluye una variable relacionada con la actitud hacia el condón, las que miden el abuso sexual y los siguientes índices: padecimientos post trauma, roles sexuales, machismo sexual, control sobre su salud y conocimientos sobre el Sida.
También, se puede concluir que el modelo logístico resultante es altamente significativo, es decir, los factores seleccionados explican satisfactoriamente la práctica sexual vaginal sin condón 115. Información que no se muestra en el cuadro indica que las variables que el modelo considera más importantes logran predecir correctamente el comportamiento
sexual de las trabajadoras del sexo en el 84% de los casos 116.
Se pueden identificar las variables que más contribuyen a la explicación de la práctica sexual insegura: el nivel socioeconómico, la exposición a programas de educación sexual, la actitud hacia el preservativo y el grado de castigos recibidos durante la niñez.
El grado de castigos durante la niñez indica que un mayor grado de esta variable, contribuirá a una mayor frecuencia de la práctica vaginal sin condón. Específicamente, la adición de un tipo de castigo durante la niñez al índice, contribuye a aumentar la práctica sexual insegura en un 38%.
114 D. Finkelhor, Child sexual abuse. New York: Free Press. 1984.
115 Ésto se deduce al comprobar que existe una probabilidad alta de que los resultados observados sean proporcionados por los parámetros estimados en el modelo (valor indicado al pie del Cuadro 4, -
2*LL=0.8363).
116 Con respecto a las variables seleccionadas y su relación con la práctica sexual en estudio, se pueden deducir varios resultados importantes. En primer lugar, todos los valores estimados de B tienen un signo acorde a lo esperado (Cuadro 4, columna 1). El significado de este parámetro puede interpretarse más claramente si se analizan las razones de ventaja (odds ratio) dadas por exp(B) (Cuadro 4, columna 4).
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Debido a la contribución de esta variable para fomentar la práctica sexual insegura, amerita un comentario adicional. Ésta proporciona una idea del grado de violencia que padeció la trabajadora del sexo durante su época de crianza. Específicamente, se midió el maltrato físico, psicológico y sexual durante la niñez. Al encontrarse que este factor es significativo, se puede deducir que las diversas manifestaciones de violencia a que son sometidas las trabajadoras del sexo durante su infancia produce secuelas diversas. En el campo de la prevención, contribuye a que ella aumente su probabilidad de tener prácticas sexuales que conlleva un elevado riesgo de infección con el VIH.