sociales deben expresar las tendencias de esa lucha. Con esto no quiero decir que las
luchas de clase no sean significativas para las luchas GLBTT. Más bien lo contrario, han
tendido extrañas relaciones de amor y odio, siendo perseguidas las personas GLBTT en
regímenes o períodos estalinistas, y siendo promovidas por las izquierdas progresistas,
oportunistas o antidogmáticas29.
Dejar esta noción clásica nos ofrece un espectro más amplio y complejo, no solo
para estudiar los derechos por los que luchan los movimientos sociales GLBTT, sino
también para identificar otras organizaciones y otros movimientos sociales que
29 Al respecto, señala Viana Machado (2008 p.86): “Los movimientos sociales desafiaron la noción de clases, apuntando que la política no puede ser reducida a sus aspectos estructurales, lo que nos lleva a percibir los actores políticos como agentes dinámicos que operan en la interrelación entre estructuras y significados sociales, o entre economía y cultura. Los movimientos sociales en América Latina apuntaron a “modernidades alternativas”, por medio de “políticas culturales” o “nuevas culturas políticas” que hicieron percibir que si nos quedamos prisioneros en las dimensiones institucionales de la política, no seremos capaces de percibir la dinámica de los antagonismos sociales y también los embates que impulsan la transformación social, además de no permitirnos interferir en el redimensionamiento de la propia política institucional”.
29
reaccionan a las demandas de los movimientos GLBTT, como movimientos sociales de
apoyo o de odio. De esta forma es importante la integración, la interlocución de las comunidades GLBTT de América Latina, entre ellas y con los organismos
internacionales, a niveles nacionales con las diferentes entidades del gobierno, así
como con sectores y grupos políticos y sociales, defensores y promotores de derechos
humanos. ¿Qué tienen en común las luchas de, por ejemplo: indígenas del Matto Groso
o de Térraba; jóvenes de Sao Paulo o de San José que luchan por la liberación gay; o
personas adultas mayores o adolescentes? Comparten lo complejo, lo diverso y la
condición autocrítica de “negación de derechos”. Sus diferencias les permiten
acercarse entre sí, desarrollar capacidad intercultural del conocimiento sobre
diferentes territorios políticos y filosóficos en los que se viven las diferentes
liberaciones latinoamericanas. ¿Si es que las hay?
Integración de las luchas
Los movimientos sociales también se han desarrollado vigorosamente en los
países metropolitanos. Los efectos de la globalización neoliberal también excluyen
crecientes porciones sociales de las sociedades desarrolladas.
En los procesos políticos de los movimientos GLBTT existen luchas específicas
(oposiciones y resistencias), que nos llegan a América Latina como movimientos
provenientes del exterior, sobre todo Estados Unidos30 y Europa, pero que comienzan a
ser asumidas y adaptadas por grupos particulares de nuestras sociedades. Los
principales son los grupos ambientalistas (ecologistas) y las luchas de las mujeres
(feminismos). Y, desde luego, deben agregarse los actores y movimientos que ya
existían: indígenas, obreros, pobladores, jóvenes, cristianos, gays y lesbianas, y otros.
Esas nuevas sensibilidades, esas políticas y actividades GLBTT privilegian su raíz social y
su identidad. Quienes participan han encontrado que tal sensibilidad nueva puede
manifestarse, solamente si el grupo o movimiento se desenvuelve con autonomía
respecto de los partidos políticos, el Estado, las iglesias y especialmente las grandes empresas privadas.
Estos procesos de emancipación y resistencia GLBTT que venimos analizando en
la región latinoamericana, inevitablemente van encontrándose con otros nuevos o
antiguos actores sociales. Como vimos anteriormente, los movimientos sociales
latinoamericanos están hoy vinculados con los movimientos sociales de resistencia en
las metrópolis31. La lucha política de estos movimientos sociales debe romper el 30 Al respecto Maximo Prado y Viana Machado (2008) explican que: “En la década de 1970, las raíces del movimiento homosexual estadounidense contemporáneo se fueron constituyendo, se fortalecieron y fueron exportadas a otros diferentes países del mundo. En ese período surgieron muchas organizaciones que entraron en la lucha en busca de derechos civiles para homosexuales, y el contexto que engendraron esas nuevas formas de militancia nos lleva a considerar las profundas interrelaciones entre política y cultura” (Maximo Prado y Viana Macahado p.102).
31 Los movimientos gays en América Latina representan uno de los casos más típicos de esta tendencia.
Están vinculados con organizaciones y otros movimientos en Estados Unidos y Europa. La internacionalización de las luchas gays ha enriquecido y fortalecido a estas organizaciones. Es fundamental destacar que ILGA, por ejemplo, y el movimiento GBLTT de España representan para 30
autoritarismo social, el racismo establecido y la injusta distribución de la riqueza. Su lucha es por el derecho a tener derechos; a constituir una cultura política desde la acción social, desde la participación. Es pensar en una nueva forma de vivir la
ciudadanía, como una categoría que implica la garantía y la vivencia de derechos
humanos.
Para los movimientos GLBTT, ha resultado necesario pensar en sí mismos, es
decir, el/a otro/a, no en el sentido de la eliminación y exclusión, sino en el sentido de la
participación y de las relaciones interculturales que pueden ser construidas en las
sociedades.
La interculturalidad es una propuesta política que nos permite mirar al/a otro/a
y construir conjuntamente una democracia equitativa. Es pensar en edificar nuevos
significados32.
Quienes luchan desde los movimientos sociales, viven y piensan en el poder y el
cambio social, desde una nueva cultura política.
Movimientos sociales GLBTT
El contexto mundial de la última década del siglo XX y las primeras del XXI,
muestra un creciente protagonismo social y político de las luchas GLBTT, similar al que
tuviera lugar durante las décadas de 1960-1980 con las luchas por la liberación de las
mujeres. Recordemos que el antecedente feminista es fundamental para comprender
las tendencias y relevancia política de las luchas GLBTT en nuestra región. Los
movimientos por la liberación GLBTT aparecen ya en el siglo XVIII y durante el XIX se fortalecen y surgen experiencias de pioneros y pioneras. Con el avance del siglo XX se
alcanza, durante su segunda mitad, una militancia que excede las fronteras de Europa y
América del Norte, extendiéndose posteriormente a América Latina.
En los estudios nacionales que aparecen en los próximos capítulos, se puede
notar la tendencia creciente a no postergar más el asunto. Al contrario, tiende a
convertirse en uno de los principales temas de debates personales, sociales, locales,
nacionales e internacionales. El asunto GLBTT se considera una urgencia social y una
deuda ético jurídica, y por consiguiente ha venido adquiriendo perfiles cada vez más
destacados, con crecientes olas de incidencia política. Por ejemplo, en la región
latinoamericana, recientemente MERCOSUR, UNASUR y ALBA promueven activamente
el debate e involucran a las organizaciones GLBTT regionales. Buscan combatir la
discriminación basada en la orientación sexual y el género, y formular políticas
regionales que contemplen los derechos sexuales, reproductivos, los derechos a la libre
orientación sexual, como aspectos relevantes en la construcción de ciudadanías. En
movimientos GBLTT en la región, mapas para posibles estrategias y políticas. La internacionalización de las luchas se refleja en la complejidad de las redes sociales de solidaridad y de lucha por derechos humanos.
32 Véase, por ejemplo, Fornet-Betancourt, Raúl (1994) y Fornet-Betancourt Raúl. y Senent,Juan Antonio (2004).
31
México, el movimiento GLBTT logra derechos sobre la base de demostrar el carácter
discriminatorio de las instituciones tradicionales, en esta oportunidad, el matrimonio.
Estos sujetos o grupos son diversos, representan una fuente innovadora para la
consecución de luchas y estrategias alternativas de cambios sociales. De lo que se trata
es de ver estos movimientos sociales, como sujetos que de una u otra forma realizan
cambios y proponen metas para las políticas de derechos humanos de los países, de la
región y del mundo. Y además surgen y toman fuerza creciente.
El objetivo que hace fundamental conocer estas agrupaciones políticas, es su
acción concertada y organizada en procesos locales, nacionales, internacionales. A
través de la historia reciente de los movimientos sociales GLBTT, se pueden perfilar
transiciones, desde un sujeto homosexual políticamente anulado a un sujeto gay o
lesbiano militante, y todo este logro en tan solo unos 50 años. Por ejemplo, en el caso
de España, uno de los países más adelantados y muchas veces referente para grupos y
movimientos GLBTT en la región latinoamericana, los cambios se dieron con gran
rapidez, yendo de la mano con el proceso de democratización tras el fin de la dictadura.
En ese país, indica Martínez Vergel,
La historia del movimiento homosexual es muy corta en el tiempo. No podemos
olvidar que en la dictadura franquista prácticamente no existió, porque, como
mínimo, a sus miembros se les encarcelaba; y tampoco hay evidencias de su
existencia durante la Segunda República. El movimiento real surge en el año
1980. Pero en solo veinticuatro años ha sido capaz de que este país cambie su
concepción de los homosexuales de una manera tan rápida que no se conoce
ninguna experiencia similar ni en la historia de España ni en ningún otro país del
mundo. De cero a ochenta grados”. (Martínez Vergel, 2005 p.88).
En Estados Unidos, España, Canadá Argentina y Brasil, entre otros países, son
muchos los espacios ganados donde se hablan y revindican las libertades sexuales, la
igualdad y el respeto. Representan una historia especial, unos logros extraordinarios y
muchas vidas. Son líderes mundiales en las luchas GLBTT.
En los movimientos sociales GLBTT hay una característica que vale la pena
extrapolar: el gran número de personas, desconocidas en su mayoría, que han
enfrentado sus experiencias vitales como personas y han trabajado inagotablemente,
para construir vidas GLBTT habitables: dignidad de la persona humana, igualdad,
sueños, intimidad, amor, liberación:
Los impulsores de esta lucha no han sido los políticos ni los curas ni los militares.
Los que se merecen la medalla son los cientos y cientos de militantes que, en los
momentos más duros, ya se organizaron para luchar por sus derechos. Ellos
fueron los que elaboraron el discurso, los que fueron calando en la sociedad con
su mensaje, los que convencieron a los partidos, los que propiciaron la salida del
armario de nuevos referentes, los que se defendieron con uñas y dientes ante el
SIDA y la muerte. (Martínez Vergel, 2005, p.87).
Es decir, las sinergias de muchos y muchas anónimamente, posibilitan las luchas
con su iniciativa, su respaldo y su presencia, descartando y adquiriendo identificaciones
e identidades mediante esa participación reflexión.
32
El surgimiento de iniciativas de organización y consolidación de movimientos
sociales GLBTT, implica inventar métodos de identificación entre nosotros mismos
como grupo. De lo contrario, la situación es un estatuto político discapacitado y
fragmentado. Esta fue una dificultad que se resolvió y se está resolviendo todavía en
toda la región latinoamericana y a nivel mundial. Se convirtió, para los gays, en un desafío inicial:
Antes que se desarrollara la sensibilidad gay, los homosexuales constituían una
diáspora alienada de individuos dispersados, quienes vivían una existencia
fracturada en determinados nichos, en los que luchaban por borrar cualquier
marca de identificación que los pudiera comprometer ante los ojos de extraños,
rompiéndoles su cobertura y por tanto conduciéndolos a su caída profesional y
a la humillación personal. Para una minoría que intentaba tan vigorosamente
borrarse a sí misma, la unidad política resultaba una contradicción en los
términos. (Harris, 1997 p.16).
Las transiciones desde ese homosexual del armario hasta las militancias gays,
lesbianas y queer, nos presentan una parte de la historia del movimiento GLBTT de
Europa y América del Norte, que también se ha venido dando en América Latina. Han
sido procesos propios, pero se ha internalizado y replicado con gran éxito, las luchas emprendidas en esas otras latitudes. Los movimientos GLBTT en América Latina, por
ejemplo, tienen muy claro, entre sus íconos de lucha, los históricos momentos de la
lucha callejera en Stonewall, cuando se articula y organiza el movimiento gay militante
de EE.UU. Es la fecha equilavente al primero de mayo para los movimientos obreros.
Las luchas GLBTT no son recientes
Si se quisiera trazar un itinerario de lo que actualmente conocemos como
homosexualidades y, por extensión, de la sexualidad humana, esa ruta es tan larga
como la misma historia de la humanidad y de los mismos mamíferos. Y si se trata de
trazar la historia de un movimiento político que lucha en la actualidad contra un tipo de
discriminación con antecedentes de más de 2.000 años en la cultura judeo cristiana,
esa historia ha querido ser borrada pero permanece. En los efebos griegos; en los
sodomitas medievales quemados por la iglesia; en los berdaches indígenas americanos;
en los homosexuales de Europa encarcelados por los comunistas, los fascistas, los nazis
y los franquistas durante la primera mitad del siglo XX; en los gay/queers de Sao Paulo
y Bahía que han sido asesinados por odio; en los castigos policiales a los travestis y sus
clientes en Perú; y en un sinnúmero adicional de personas y acontecimientos, que llena
la cotidianeidad total de nuestras sociedades.
De forma similar a la historia de la esclavitud, de los negros, de las mujeres, de
los indios, la historia de las personas y grupos GLBTT es necesariamente la historia de
las violaciones y de la violencia que hemos sufrido. Al igual que con esas otras
colectividades, la historia GLBTT, nuestra historia, está cambiando. Nosotros y nosotras
también pertenecemos al futuro.
El movimiento GLBTT tiene por antecedente la historia humana entera, plena de
vivencias, vidas y experiencias. Al igual que la historia de las mujeres anteriormente, 33
aún hoy la historia GLBTT sigue estando negada, invisibilizada, o prohibida. De esta
forma, la historia de la homosexualidad en Occidente es una raíz que fortalece las
posiciones políticas y las demandas de estas personas y grupos (que actualmente se
organizan y luchan). Estas luchas son por: la dignidad de la persona humana, el derecho
a la pluralidad familiar y la intimidad, la igualdad y la libertad.
Ya lo señalaba André Gide en 1910, cuán difundida estaba lo que hoy se conoce
como homosexualidad, entre los animales y entre la mayoría de las culturas conocidas
cuando publicaba su Corydon33.
En la observación de otras culturas podemos trazar las formas históricas
adquiridas por la homosexualidad. En la cultura Occidental, en su fundamento griego,
encontramos un fuerte componente homosexual, como puede constatarse en las
lecturas de Homero ( Ilíada) o Platón ( Simposio), o en las ilustraciones de su cerámica34.
Durante el imperio romano la homosexualidad fue socialmente aceptable, y
Julio César o Adriano fueron abiertamente homosexuales o por lo menos bisexuales35.
Se trata de un pasado que, aunque no se debe idealizar por su violencia patriarcal
extrema y el régimen de opresión esclavista, no obstante se aleja mucho de esas
visiones en las que se relaciona la “decadencia romana” o el “paganismo” con el
“pecado nefando”. En la antigüedad griega y romana, decía un inteligente y anónimo
comentario en el Gay Community News de octubre de 1980:
La homosexualidad en el mundo greco romano era practicada casi
universalmente y casi universalmente aceptada como parte de la vida cotidiana.
Y sin embargo no existía en el sentido en que hoy la entendemos. Ni en Grecia
ni en Roma existían grupos de personas que se clasificaban a sí mismos o unos a
otros, como “homosexuales” o “heterosexuales” y se consideraban
recíprocamente con rechazo o incomprensión. Esta bisección del potencial
sexual humano parece ser una invención moderna. Tanto hombres como
mujeres en Grecia y Roma practicaban la homosexualidad y la heterosexualidad
en diferentes circunstancias sociales, en diferentes momentos en sus vidas, y
según distintas obligaciones religiosas, políticas y rituales, sin por ello establecer
ninguna distinción ética entre ellas.
Al final de la antigüedad europea, el hundimiento del imperio romano culminó
con la adopción de la religión cristiana como religión oficial. Ya desde Pablo de Tarso, el
cristianismo inicial era homofóbico y pronto esta tendencia dominó en el imperio
romano, conforme se obligaba a su población a abandonar el paganismo y a
convertirse en cristianos. Esta situación en Europa continuó durante la Edad Media,
donde se llegó a castigar la sodomía con la hoguera.
33 Gide (1971), Corydon. Publicado originalmente en 1910. Véase también D. Halperin, (1990), o F.M.
Mondimore (2005).
34 El análisis hoy clásico, que sacó del armario a la homosexualidad en los estudios sobre la Grecia antigua, fue el de Kenneth Dover (2008).
35 Véase el reconocido trabajo de Eve Keuls (1993). También, Eslava Galán (1997)
34
Occidente descubrió, con su proceso colonizador moderno, otras formas
sociales de sexualidades que hoy día relacionaríamos con lo queer o lo GLBTT36. La reacción fue la eliminación y la anulación. De este proceso, por ejemplo, nos queda la
información sobre un fenómeno que los colonizadores europeos de América del Norte,
llamaron el “berdache”. Como señala Mondimore:
Los europeos describieron a los hombres berdaches como “sodomitas
dedicados a prácticas infames” que “se abandonaban a las pasiones más
odiosas”. Les horrorizó saber que la conducta sexual cruzada y homosexual
entre los indios no era solo tolerada, sino respetada, e incluso reverenciada por
algunos grupos indios (Mondimore 2005 p.30).
Estos sujetos elegían parejas sexuales y matrimoniales de su mismo sexo
biológico. Algunos eran célibes y todos tenían acceso a los mundos de los espíritus. Se
les consideraba incluso héroes culturales. Algunos pueblos tenían mitos de castigo a
quienes quisieran impedir que alguna persona se hiciera berdache. En las culturas de
las praderas de América del Norte, los berdaches eran las parejas preferidas por
muchos guerreros, ya que aunaban las características de las mujeres con las de los
hombres, y además tenían acceso a los espíritus. Cumplían un papel que no lograban ni
el hombre ni la mujer. Existían berdaches en casi todo el continente americano, y
también sujetos similares en Asia. Eran chamanes y sacerdotes dotados de cualidades
excepcionales37.
Hoy ya nos resulta incongruente considerar a esas personas en aquellas
culturas, según los términos sociales y sexuales de nuestra propia cultura, pero en los
casos de Grecia antigua o los berdaches, la imposición de una visión homofóbica los
destruyó.
Extrapolar la raíz histórica del movimiento social GLBTT de esta forma tan
general, nos permite construir un fuerte argumento político para hacer valer, hoy en
día, el respeto de la dignidad humana de las personas GLBTT. Estos antecedentes
históricos hacen que, como sociedad, debamos reflexionar sobre lo que significamos
cuando nos referimos a la homosexualidad. Se pueden resumir algunos hechos sobre
la sexualidad humana. Los antecedentes históricos, incluyendo los dos citados,
confirman la existencia del erotismo entre personas del mismo sexo (homosexualidad),
durante miles de años hasta hoy y en épocas y culturas diferentes. También, en
algunas culturas como la Sambia de Nueva Guinea, o las culturas visitadas por Margaret
Mead en esas regiones del Pacífico, y en muchas otras culturas, la homosexualidad ha
36 Véase por ejemplo Bleys (1995).
37 Debido a su relación especial con los dioses y los espíritus, el hombre berdache era a menudo el chamán del grupo o el “hechicero”. Al combinar las funciones de cura y médico, el chamán atendía a los enfermos y oficiaba en las ceremonias religiosas organizadas para asegurar el éxito en la cacería y en la guerra, y se creía que tenía el don de la adivinación y de la interpretación de los sueños. Además de sus poderes sobrenaturales, los hombres berdache eran adorados como artistas, y se creía que su habilidad para hacer cerámica y para bordar era excepcional (Mondimore, 2005 p.32).
35
sido aceptada como aspecto normal de la sexualidad humana, y fue practicada en algún
momento por la mayoría de las personas en determinadas sociedades38.
Durante la modernidad, encontramos antecedentes de organización y liberación
en Europa, durante el siglo XVIII, cuando con la Revolución Francesa y el Código
Napoleónico se abolieron las discriminaciones y persecuciones contra personas que
practicasen la sodomía (hoy homosexualidad). Esto se logró por presiones de grupos de
sodomitas.
A partir de la segunda mitad del siglo XIX es posible señalar un conjunto de
pioneros de los estudios y movimientos homosexuales en Europa y Estados Unidos.
Entre estos primeros teóricos y luchadores destaco a Karl Heinz Ulrichs, quien logró
(…) conceptualizar por primera vez a las personas que sienten atracción por
otras de su mismo sexo como un grupo claramente definido, así como el haber
propuesto una teoría para explicar el fenómeno y haber iniciado una lucha
política por la despenalización sobre la base de que no hay responsabilidad
moral de ningún tipo en el hecho de sentir atracción por personas del mismo
sexo (Herrero Brasas, 2001 p.248).
Otros señalados autores y activistas de la liberación gay durante los siglos XIX y
XX incluyen a K.M.Kertbeny (1824-1882) , quien escribiera por la liberación e inventara la misma palabra homosexual en 186939 . El notable escritor y dramaturgo inglés Oscar Wilde (1854-1900) se convirtió en el símbolo de la persecución homofóbica que
caracterizaría al imperio británico en su Era Victoriana, y que se extendería
posteriormente por otros países . En Alemania, paralelamente a la tendencia homosexual de la sociedad masculina en la institución militar y en la nobleza
(incluyendo a Luis de Baviera y desde la alta oficialidad militar llegando hasta el mismo
Kaiser) Magnus Hirschfeld