(La Tierra-2011)
Se abrió la puerta y entró Tonny. Un tipo alto, fibroso con su típico peinado para atrás untado con mucha gomina barata.
-Hola, tronco - saludó. -¿Cómo estamos hoy?
-Todo bien, ¿lo tienes, tío?- le preguntó algo nervioso Josh. Tonny era su mejor y probablemente único verdadero amigo que tenía.
-Tranqui, lo tengo aquí – le respondió y golpeteó su bolsillo de la camiseta negra que llevaba puesta como siempre un poco desaliñada.-
Aunque por los pelos, pues mi madre ayer estuvo husmeando en mi cuarto casi una hora. No sé qué mosca le ha picado últimamente.
Seguramente tiene la regla. Siempre se pone bastante pesada en este periodo de rojo. Anteayer casi le pegué una hostia por haberme prohibido salir con Julia. La pelirroja con la que estuve el miércoles en el cine.
-¿Te refieres a la que tiene las berzas tan turgentes y el culo tan voluptuoso? - curioseó Josh riéndose.
-Sí, esa. Pero ojo, amigo, estás hablando de mi novia-le replicó Tonny también riéndose a mandíbula abierta.- Bueno, se acabó la cháchara, vamos a coger un pedal que flipas. Este material es de los mejores que hay en el mercado escolar. Recuerdas que te conté el otro día que lo había probado Jack, el tío de segundo que siempre lleva esa horrible chaqueta al estilo maricón con un cigarrillo metido en la boca pero nunca encendido.
-Sí, claro, es un gilipollas que sólo sabe pavonearse en el recreo molestando a los empollones marginados ya que no tiene cojones de enfrentarse con alguien de su tamaño.- Josh se sentó en una butaca algo destartalada y puso las piernas sobre la mesa.
-Pues ese tío lo compró hace dos semanas a un tipo y me confesó que había estado más de tres horas en trance y no sabía que estaba pasando. Se había despertado en un parque a la otra parte de la ciudad totalmente sucio y empapado de su pis-dijo Tonny algo serio y divertido al mismo tiempo.
-Es un mentiroso de mierda. Y tú lo sabes muy bien. No creo que te dijera la verdad menos lo del pis, eso sí lo creo. Para mí, lo más probable que hubiera pasado fue que se habría colocado en ese parque y luego se quedó dormido hasta mearse encima-terminó Josh un poco disgustado por esta imaginación.
-Ya lo sé-dijo Tonny. -Pero se rumorea que este material es realmente una bomba. Y he conseguido cinco gramos.
Miró su reloj, eran casi las ocho de la tarde y fuera ya empezaba a oscurecer. Tuvo que regresar a casa antes de las once si no quería que su madre se pusiera medio loca y llamara a la policía. Y luego tendría que vérselas con su padrastro y eso no quería. Él era un hijo de puta que le maltrataba cuando podía.
Su verdadero padre murió hace tres años en un accidente de coche, la culpa la tuvo la botella. Se chocó contra un árbol a la velocidad de casi a cien por hora. Los bomberos literalmente tuvieron que raspar su cara del salpicadero. Tres semanas después del funeral su madre decidió mudarse a Penisburg. Tonny protestaba mucho pero eso no le sirvió para nada.
Tenía por aquel entonces 14 años.
Luego vino Roger. Tonny no sabía que era lo que su madre veía en aquel tipo. Pero lo que sí sabía, era que a Roger le gustaban las torturas. Muchas veces cuando su madre no estaba en casa le castigaba de unas maneras muy raras. Tonny recordaba que un día cuando regresó a casa de la escuela, su padrastro de pronto, se levantó del sofá, lo cogió del hombro y lo ató con un cinturón, que normalmente llevaba puesto en su pantalón vaquero, a la tubería del radiador del comedor y lo dejó así más de una hora. Luego vino, abrió la cremallera y se orinó encima de él, ordenándole con un tono burlón que límpiese esa mierda antes de que llegase su madre y advirtiéndole a su vez que si le mencionaba una palabra sobre eso que le arrancaría los huevos. Tonny no dudaba que le decía la verdad, puesto que las amenazas eran una de las pocas cosas que a su padrastro se le daban realmente bien.
Pero en ese momento, estaba con Josh. De forma que sacó la bolsita de su bolsillo y la puso en la mesa. Josh la abrió despacio. El polvo era algo amarilloso.
-Joder, tío, ¿estás seguro de que esta mierda está limpia? No me gusta nada el color. Parece como si estuviera cortada con el polvo para cocinar.
No tengo ganas de despertarme en un hospital medio retrasado con la baba cayéndome por mi barbilla.
-Que tenga un color de mierda no quiere decir que sea una mierda.
¡Cálmate! - le respondió Tonny. Sin embargo, se notaba en su voz un rasgo de desconfianza. El tipo que le vendió la mercancía parecía legal pero con un aspecto bastante raro.
-Dame un trapo que hay que limpiar la mesa. No quiero esnifar los restos de los cuerpos secos de las cucarachas que hay aquí por todas las partes. ¿Por cierto, ya has escuchado que va a venir a nuestra clase una tía nueva? Así que quizás, por fin, puedas meterla en algún agujero y no quitarte cada mañana los gayumbos manchados por haber soñado con nuestra maestra - estalló Tonny en carcajadas.
-¡Cierra el pico, cabrón! Si no fuera por Julia tendrías que hacerte una manuela diariamente, me parece - replicó Josh.
-Oye, ¿dónde están tus modales? Era una broma. Y no te mosquees como un niñato. Me la suda si te gusta más la mano diestra que los chochitos.
¿Acaso no has escuchado lo que se dice sobre ti a tus espaldas?- continuó Tonny un poco malévolamente.
-¿De qué coño me estás hablando? Que yo sepa, no se dice nada sobre mí a mis espaldas. Deja de fastidiarme ya, memo - espetó Josh ya bastante cabreado.
-Vale, vale. Parece que hoy has dormido un poquito mal, ¿no? Bueno, vamos tío, no puedo quedarme hasta las tantas ya sabes cómo son las cosas entre Roger y yo. Me la tiene jurada y no quiero que me haga otra de sus aberraciones-terminó Tonny y separó hábilmente un pequeño montón del polvo en dos finas líneas. Luego enrolló un trozo de papel que le había pasado Josh. -¿Estás listo para dejarte lanzar hasta las estrellas, colega?
-Para eso, siempre, ya me conoces-rió Josh y se agachó un poco para poder esnifar mejor.
-¡Entonces, a la de tres!
Cuando el polvo voló por los orificios nasales de Tonny y aterrizó en su cerebro, sintió como le comenzaba a latir el corazón. Las pupilas se le dilataron casi inmediatamente y luego, como siempre, vino un momento cuando se hundió en una especie de laguna mental…
(aquel dolor intolerable; algo drástico y radical se estaba cambiando dentro de él, lo trasformaba)
…y se despertó en el desierto. O por lo menos eso pensó al principio por la abundancia de arena y por el calor tremendo y abrasador que hacía.
Miró alrededor e intentó llamar a Josh. Sin embargo, no podía abrir la boca. No la podía abrir porque simplemente no la tenía. Tampoco tenía manos, ni piernas. Sólo algo que parecía un cuerpo cilíndrico verdusco, cubierto por unas escamas grisáceas y cuatro tentáculos flexibles.
´¿Qué, demonios, me está pasando?´ procuró preguntarse. Pero su atrofiado cerebro no era capaz de descifrar esa pregunta. Se le borraron sucesivamente todos los pensamientos y los recuerdos sobre su vida humana y sólo se quedó una única: alimentarse.
El ser, que antes se llamaba Tonny y era un chico de 17 años, comenzó a arrastrarse por la superficie árida utilizando sus tentáculos como una clase de palanca, olfateando olores a su alrededor que podrían significar la posible presencia de unas formas vivas y tal vez comestibles. El aire era denso pero él no lo respiraba sino recibía de él sólo el metano que fraccionaba a través de unos poros especiales que tenía en su cuerpo.
Tampoco le faltaba el agua, por ahora.
Levantó su cabeza extraña y si hubiera tenido la vista tan eficaz y nítida como el olfato habría podido distinguir en el firmamento nocturno tres lunas alineadas que gravitaban alrededor del planeta Rhod, donde ahora se hallaba.
/
Josh no se despertó. Simplemente escuchó un disparo de un arma sofisticada y luego su cuerpo se cayó sin vida alguna a la tierra rojiza que estaba esparcida por un acantilado rocoso sobre el mar negro en alguna parte muy alejada del sistema solar. Se encontraba en la nebulosa Groch a 30 mil millones años luz de la Tierra y no más a 60 kilómetros de su antiguo amigo Tonny que ahora trataba de alcanzar su primera presa.