tablas
de
la
Ley;
Para
postrar
esclavos
y
tiranos,
Para
afirmar
los
vínculos
de
hermanos,
Y
atarlos
con
cadenas
de
laurel.
Tuvo
ejércitos,
grandes
generales,
Que
pasearon
gloriosas
y
triunfales
Sus
banderas,
del
pueblo
paladion;
Y
de
los
Andes
en
la
blanca
cima,
En
Chile
hermoso
y
opulenta
Lima
Postraron
al
ibérico
leon.
Legisladores
de
alta
inteligencia
Que encendieron la luz de la esperiencia
Para
legar
un
pacto
al
porvenir,
De
Independencia
el
acta
formularon
Y
entre
rayos
y
truenos
proclamaron
Decálogo
del
nuevo
Sinaí.
Sol
de
Mayo,
que
entonces
refulgente
Suspendido
por
Dios
en
el
oriente
Alumbraste
la
gran
Revolucion,
Al
fecundar
su
universal
semilla
Hoy
te
doblan
humildes
la
rodilla
Los
nietos
de
esa
audaz
generacion.
Mira
el
árbol
sembrado
por
sus
manos,
Que
enarbola
sus
gajos
soberanos
Sombreando el Sud, el Norte y Ecuador;
A
cuyo
pié
la
Libertad
divina
Vagando
por
el
mundo
peregrina
La
tienda
americana
levantó.
En
vano
las
segures
cortadoras
En
su
tronco
se
hundieron
destructoras
Sin
conseguir
sus
ramas
marchitar;
Y
aunque
hollado
por
hondas
cicatrices
Estiende
poderoso
sus
raices
La
América
abarcando
cual
titan.
Contempla al Norte, en trece fajas bellas
Como
flamea
el
pabellon
de
estrellas
Simbolizando
libertad
y
union;
Y
en
la
torre
de
su
alto
Capitolio
La democracia antigua en su gran solio
Con
mas
justicia
y
con
mejor
razon.
De
allí
voló
de
Mayo
la
simiente,
De
allí
de
Libertad
el
soplo
ardiente
Que
la
mente
del
pueblo
calentó;
Como
se
esparcen
jugos
y
colores
En
el
fecundo
polen
de
las
flores,
Que
la
brisa
en
sus
alas
derramó.
Contempla al pueblo libre que en el Istmo
Defendió
con
intrépido
heroismo
El
suelo
que
dos
mundos
ha
de
atar;
Al
formarle
parece
que
Dios
quiso
Dar
á
su
Americano
paraíso
Vínculo
de
eternal
fraternidad.
Al
Sud,
siete
Repúblicas
hermanas
Enarbolan
banderas
soberanas
En
vez
del
estandarte
colonial,
Y
al
soplo
tempestuoso
de
la
guerra
Fortalecen
sus
astas
en
la
tierra
Como
árbol
que
sacude
el
vendabal.
Las
Repúblicas
hijas
de
Bolívar
Beben
en
copa
de
oro
miel
y
acíbar
Caminando
á
un
hermoso
porvenir,
Y
Chile
cual
fanal
del
marinero
Nos
muestra
mas
seguro
derrotero
Porque
debe
la
América
seguir.
¿Y qué es de la República que un dia
Hizo
surgir
de
entre
la
noche
fria
De
esclavitud,
un
mundo
colosal;
La
que
dando
patrióticas
lecciones
Fundó
en
el
Continente
tres
Naciones
Sobre
el
polvo
del
trono
colonial?
De
aquella
que
con
brazos
vigorosos
Derribó
los
guerreros
orgullosos
Del
Brasil,
de
la
Iberia
y
Albión;
La
que
abatió
la
cima
de
los
Andes,
Y dió á la historia de los hombres grandes
Páginas
inmortales
de
esplendor?
La que envuelta en el manto de la gloria
Sobre
el
carro
triunfal
de
la
victoria
Se
coronó
la
frente
de
laurel;
Y en vez del negro trono de los reyes
Supo
elevar
el
ara
de
las
leyes
Y
derramó
sobre
ella
mirra
y
miel?
La
que
libre,
feliz
y
soberana
Bebia
la
virtud
republicana
En
el
soplo
viril
del
huracan;
La
que
en
alas
del
rápido
pampero
Parecía
decir
al
mundo
entero:
«Adonde
vá
mi
viento
el
brazo
vá.»
La
que
Atenas
del
mundo
Americano
Distribuyó
con
generosa
mano
De
ilustracion
y
de
verdad
el
pan,
Y en la mente sin luz de la criatura
Encerraba
la
ardiente
levadura
Que
con
la
edad
debia
fermentar?
Ahí la teneis en lo alto de un calvario,
Envuelta
por
el
fúnebre
sudario
Que
le
arrojó
la
torpe
esclavitud;
Reina
con
el
cabello
pisoteado,
Laurel
al
que
la
lluvia
no
ha
regado
Y
se
marchita
en
flor
de
juventud.
Su
sociedad
sin
leyes,
desquiciada,
Y
bajo
férrea
mano
nivelada,
Tiembla
ante
la
cuchilla
del
terror;
Los
nombres
de
patriotas
eminentes,
No
gravados
en
bronces
relucientes
Sino
en
tablas
de
ingrata
proscripcion.
Los
principios
de
Mayo
conculcados,
Los
derechos
del
hombre
pisoteados,
Sin que pueda decir: «yo tengo un pan»;
Un
pueblo
destinado
al
sacrificio
Sobre
el
horrendo
tajo
del
suplicio
Que
sangre
pura
destilando
está.
Al
deshonor
sus
hijas
entregadas,
Las
madres
en
los
templos
azotadas
Coronadas
del
moño
de
irrision,
Arrastrando
cual
mulas
torpe
carro
Donde
llevan
un
ídolo
de
barro
Que
colocan
al
lado
del
Señor!!
La
tribuna
de
Agüero
y
de
Dorrego,
Cuya
palabra
descendió
cual
riego
En
medio
de
la
barra
popular,
Hoy
la
ocupan
estúpidos
sectarios
Donde
leen
un
papel
sin
comentarios
En
defensa
del
crímen
y
maldad.
La
bandera
que
guiaba
al
combatiente
Despojada
del
sol
resplandeciente,
Y
ennegrecido
su
divino
azul;
Desterrado
el
honor
de
su
milicia,
Derrumbado
el
altar
de
la
justicia,
Sus
poetas
sin
patria
ni
laud.
En
todo
impreso
del
demonio
el
sello:
El
robo,
la
injusticia
y
el
degüello
Sancionados
en
ley
y
religion;
Coágulo
de
los
vicios
mas
inmundos
Que emponzoñara el aire de mil mundos
Si
no
se
contuviese
su
espansion.
El
genio
que
preside
esta
anarquía
Entre
el
vapor
espeso
de
la
orgía
Desparrama
en
su
aliento
corrupcion:
Aborto
abominable
del
infierno,
Ó
maldicion
tremenda
del
Eterno
Porque
el
lazo
rompimos
de
la
union.
Salvage
que
en
sus
raptos
de demencia
Volcó la hermosa antorcha de la ciencia
Para
encender
con
ella
su
fogon,
Donde
quemó
del
pueblo
los
derechos,
Y el bello libro de los grandes hechos...
Mas
¡ah!
su
cifra
está
en
el
corazon.
Entonces
en
demanda
tuya,
¡oh
Mayo!
Armamos
nuestra
diestra
con
tu
rayo
Para
acorrer
la
patria
en
su
orfandad,
Dando
al
viento
de
nuevo
los
colores
Que
engalanó
en
los
nítidos
albores
De
nuestra
patria
el
sol
de
libertad.
Pero
la
diestra
que
mi
patria
azota
La
revolcó
en
el
campo
de
la
rota,
Y
vió
abatido
su
inmortal
pendon;
Los
cruzados
de
Mayo
sucumbieron
Y á las playas de Oriente se acojieron
Cual
la
paloma
que
huye
del
halcon.
Hijo
del
pabellon
del
Argentino
Su
bandera
dió
sombra
al
peregrino
Como
el
palmero
al
pobre
viajador;
Pero
el
feroz
tirano,
en
torvo
ceño,
Los
despertó
de
su
ajitado
sueño
En
la
tierra
de
lenta
proscripcion.
Al
mirar
levantarse
agigantado
Un
pueblo
por
las
leyes
gobernado,
Vió
su
trono
sangriento
bambolear;
Ante
la
ley
retrocedió
el
salvage
Y
sus
hordas
hambrientas
de
pillage
Bajo
rojo
pendon
hizo
juntar.
Y
dijo:—«Al
otro
lado
de
este
rio
«Se
levanta
con
fuerte
poderío
«El
odiado
pendon
de
libertad;
«Corred
allí,
mis
bravos
federales,
«Y
quemad
esos
libros
infernales
«En que se habla de Patria y de Igualdad.
«A
la
carga!
á
degüello!
mis
sicarios,
«Que
mueran
los
salvages
unitarios
«Por
mi
mazhorca
á
filo
de
puñal;
«Despedazad
sus
cráneos
con
la
bola
«Y
arrastrad
de
los
potros
á
la
cola
«Sus
cabezas
en
medio
de
un
cardal!
«Que
vista
en
pocos
dias
triste
luto
«Y que me pague en llanto su tributo
«La
que
llaman
República
Oriental:
«Atádmela
á
la
cincha
con
un
lazo
«Que dando espuela y rienda á mi picazo
«La
vereis