Segunda Parte de la Crónica del Perú, que Trata del Señorio de los Incas Yupanquis y de sus Grandes Hechos y Gobernación by Pedro de Cieza de León - HTML preview

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dicen todos, que yendo Guayna Capac acabando deasentar aquellas tierras por donde su padre pasó y que habia sojuzgado,supo de cómo en los Bracamoros habia muchos hombres y mujeres que teniantierras fértiles, y que bien adentro de la tierra habia una laguna ymuchos rios, llenos de grandes poblaciones. Cobdicioso de descubrir yganoso de señorear, tomando la gente que le paresció, con poco bagaje,mandó caminar para allá, dejando el campo alojado por los tambos reales,y encomendado á su capitan general. Entrando en la tierra, ibanabriendo[199] el camino con asaz trabajo, porque pasada la cordillerade los promontorios nevados, dieron en la montaña de los Andes yhallaron rios furiosos que pasar, y caian muchas aguas del cielo. Todono fué parte para que el Inca dejase de llegar á donde los naturales pormuchas partes puestos en sus fuertes le estaban aguardando, desde dondele mostraban sus vergüenzas, afeándole su venida; y comenzaron la guerraunos y otros, y tantos de los bárbaros se juntaron, los más desnudos sintraer ropas, á lo que se afirmaba, que el Inca determinó de se retirar,y lo hizo sin ganar nada en aquella tierra. Y los naturales que losintieron, le dieron tal priesa, que á paso largo, á veces haciendorostro, á veces enviando presentes, se descabulló dellos y volvióhuyendo á su reino, afirmando que se habia de vengar de los rabudos; locual decia, porque algunos traian las maures[200]

largas que lescolgaban por encima de las piernas.

Desde estas tierras, donde ya habia reformado, se afirma tambien queenvió capitanes con gente la que bastó, á que viesen la costa de la marlo que habia á la parte del Norte, y que procurasen de atraer á suservicio los naturales de Guayaquil y Puerto Viejo; y que estosanduvieron por aquellas comarcas, en las cuales tuvieron guerra yalgunas batallas, y en unos casos quedaban vencedores, y en otros no deltodo; y ansí anduvieron hasta Collique, donde toparon con gentes queandaban desnudas y comian carne humana, y tenian las costumbres que hoytienen y usan los comarcanos al rio de Sant Juan; de donde dieron lavuelta, sin querer pasar adelante, á dar aviso á su rey, que con toda sugente habia llegado á los Cañares; á donde se holgó en estremo, porquedicen nacer[201] allí, y que halló hechos grandes aposentos y tambos, ymucho proveimiento, y envio embajadas á que le viniesen á ver de lascomarcas; y de muchos lugares le vinieron embajadores con presentes.

Tengo entendido que, por cierto alboroto que intentaron ciertos pueblosde la comarca del Cuzco, lo sintió tanto, que, despues de haber quitadolas cabezas á los principales, mandó expresamente que los indios deaquellos lugares trajiesen de las piedras del Cuzco la cantidad queseñaló, para hacer en Tomebamba unos aposentos de mucho primor, y quecon maromas las trujiesen; y se cumplió su mandamiento. Y decia muchasveces Guayna Capac, que las gentes destos reinos, para tenellos biensojuzgados, convenia, cuando no tuviesen que hacer ni que entender,hacerles pasar un monte de un lugar á otro; y áun del Cuzco mandó llevarpiedras y losas para edificios del Quito, que hoy dia tienen en losedificios que las pusieron.

De Tomebamba salió Guayna Capac y pasó por los Puruaes, y descansóalgunos dias en Riobamba, y en Mocha y en La Tacunga descansaron susgentes y tuvieron bien que beber del mucho brebaje que para ellosestaba aparejado y recogido de todas partes. Aquí fué saludado yvisitado de muchos señores y capitanes de la comarca, y envió orejonesfué el de su linaje[202] á que fuesen por la costa de Los Llanos y porla serranía á tomar cuenta de los quiposcamayos, que son sus contadores,de lo que habia en los depósitos, y á que supiesen cómo se habian conlos naturales los quel tenia puestos por gobernadores, y si eran bienproveidos los templos del sol y los oráculos y guacas que habia en todolugar; y al Cuzco envió sus mensajeros para que ordenasen las cosas quedejaba mandadas y en todo se cumpliese su voluntad. Y no habia dia queno le venian correos, no uno ni pocos, sino muchos, del Cuzco, delCollao, de Chile y de todo su reino.

De La Tacunga anduvo hasta que allegó á Quito, donde fué recebido, á sumodo y usanza, con grandes fiestas, y le entregó el gobernador de supadre los tesoros, que eran muchos, con la ropa fina y cosas más que ásu cargo eran; y honróle con palabras, loando su fidelidad, llamándolepadre y que siempre le estimaria conforme á lo mucho que á su padre y áél habia servido. Los pueblos comarcanos á Quito enviaron muchospresentes y bastimento para el rey, y mandó que en el Quito se hiciesenmás aposentos y más fuertes de los que habia; y púsose luego por obra, yfueron hechos los que los nuestros hallaron cuando aquella tierraganaron.

CAP. LXV.—De cómo Guayna Capac anduvo por los valles de Los Llanos, ylo

que hizo.

UNOS de los orejones afirman, que Guayna Capac desde el Quito volvió alCuzco por Los Llanos hasta Pachacama, y otros que no, pues quedó en elQuito hasta que murió. En esto, inquerido lo que es más cierto, lo pornéconforme á como lo oí á algunos principales que se hallaron por suspersonas con él en esta guerra; que dicen, que estando en el Quito, levinieron de muchas partes embajadores á congratularse con él en nombrede sus tierras; que teniendo, y habiendo tomado [de] seguro y por muypacífico [modo] á las provincias de la serranía, pensó que sería bienhacer jornada á las provincias de Puerto Viejo y á lo que llamamosGuayaquil, y á los Yuncas, y tomando su consejo con sus capitanes yprincipales, aprobaron su pensamiento y aconsejaron que lo pusiera porobra. Quedaron en el Quito muchas de sus gentes; con la que convinosalió, y entró por aquellas tierras, en donde tuvo con algunos moradoresdellas algunas refriegas; pero, al fin, unos y otros quedaron en suservicio y puestos en ellas gobernadores y mitimaes.

La Puná tenia recia guerra con Túmbez, y el Inca habia mandado cesar lascontiendas y que le recebiesen en la Puná, lo cual Tumbalá sintiómucho, porque era Señor della; mas, no se atrevió á ponerse contra elInca, ántes lo recebió y hizo presentes con fingida paz; porque, comosalió, procurándolo con los naturales de la tierra firme, trataron dematar muchos orejones con sus capitanes que con unas balsas iban á salirá un rio para tomar la tierra firme; mas Guayna Capac lo supo y sobreello hizo lo que yo tengo escripto en la Primera parte en el capítuloLIII; y hecho grand castigo, y mandando hacer la calzada, ó paso fuerte,que llaman de Guayna Capac[203], volvió y paró en Túmbez, donde estabanhechos edificios y templo del sol; y vinieron de las comarcas á le hacerreverencia con mucha humildad. Fué por los valles de Los Llanosponiéndolos en razon, repartiéndoles los términos y aguas, mandándolesque no se diesen guerra, y haciendo lo que en otros lugares se haescripto. Y dicen dél, que yendo por el hermoso valle de Chayanta, cercade Chimo, que es donde agora está la ciudad de Trujillo, estaba un indioviejo en una sementera, y como oyó que pasaba el rey por allí cerca, quecogió tres ó cuatro pepinos que con su tierra y todo se los llevó, y ledijo:— Ancha Atunapu micucampa; que quiere decir: "Muy gran Señor,come tú esto."—Y que delante de los señores y más gente, tomó lospepinos, y comiendo de uno de ellos, dijo delante de todos, por agradaral viejo: Xuylluy, ancha mizqui cay; que en nuestra lengua quieredecir: "En verdad que es muy dulce esto." De que todos recebierongrandísimo placer.

Pues pasando adelante, hizo en Chimo y en Guañape, Guarmey, Guaura, Limay en los más valles, lo quél era servido que hiciesen; y como llegase áPachacama, hizo grandes fiestas y muchos bailes y borracheras; y lossacerdotes, con sus mentiras, le decian las maldades que solian,inventadas con su astucia, y aún algunas por boca del mesmo Demonio, queen aquellos tiempos es público hablaba á estos tales; y Guayna Capac lesdió, á lo que dicen, más de cient arrobas de oro y mill de plata y otrasjoyas y esmeraldas, con que se adornó más de lo que estaba el templo delsol y el antiguo de Pachacama.

De aquí, dicen algunos de los indios que subió al Cuzco, otros quevolvió al Quito. En fin, sea desta vez, ó que haya sido primero, que vápoco, él visitó todos Los Llanos, y para él se hizo el grand camino quepor ellos vémos hecho, y ansí, sabemos que en Chincha y en otras partesdestos valles, hizo grandes aposentos y depósitos y templo del sol. Ypuesto todo en razon, lo de Los Llanos y lo de la sierra, y teniendotodo el reino pacífico, revolvió sobre el Quito y movió la guerra á lospadres de los que agora llaman Huambracunas[204], y descubrió á la partedel Sur hasta el rio de Augasmayu.

CAP. LXVI.—De cómo saliendo Guayna Capac de Quito, envió delanteciertos

capitanes suyos, los cuales volvieron huyendo de los enemigos, ylo que sobre

ello hizo.

ESTANDO en Quito Guayna Capac con todos los capitanes y soldados viejosque con él estaban, cuentan por muy averiguado, que mandó que saliesende sus capitanes con gente de guerra á sojuzgar ciertas naciones que nohabian querido jamás tener su amistad; los cuales, como ya supiesen suestada en el Quito, recelándose dello, se habian apercebido y buscadofavores de sus vecinos y parientes para resistir á quien á buscarlosviniese; y tenian hechos fuertes y albarradas é muchas armas de las queellos usan; y como salieron, Guayna Capac fué tras ellos para revolver áotra tierra que confinaba con ella, que toda debia de ser la comarca delo que llamamos Quito; y como sus capitanes y gentes salieron á dondeiban encaminados, teniendo en poco á los que iban á buscar, creyendo quecon facilidad serian señores de sus campos y haciendas, se daban prisaandar; mas, de otra suerte les avino de lo que pensaban; porque alcamino les salieron con grande vocería y alarido y dieron de tropel enellos con tal denuedo, que mataron y cautivaron muchos dellos, y asílos trataron, que los desbarataron de todo punto y les constriñeronvolver las espaldas, y á toda furia dieron la vuelta huyendo, y losenemigos vencedores tras ellos, matando y prendiendo todos los quepodian.

Algunos de los más sueltos anduvieron mucho en grand manera, hasta quetoparon con el Inca, á quien solamente dieron cuenta de la desgraciasucedida, que no poco le fatigó, y mirándolo discretamente, hizo unhecho de gran varon, que fué, mandar á los que se habian venido quecallasen y á ninguna persona contasen lo que ya él sabia, ántesvolviesen al camino y avisasen á todos los que venian desbaratados, quehiciesen en el primero cerro que topasen, cuando á él viesen, unescuadron, sin temor de morir el que la suerte les cayere; porque él,con gente de refresco, daria en los enemigos y los vengaría; y con estose volvieron. Y no mostró turbacion, porque consideró que si en el lugarquel estaba sabian la nueva, todos se juntarian y darian en él, y severia en mayor aprieto; y con disimulacion les dijo que se aparejasen,que queria ir á dar en cierta gente que verian cuando á ella llegasen. Ydejando las andas adelante de todos salió y caminó dia y medio, y losque venian huyendo, que eran muchos,

[como] vieron la gente que venia,que era suya, á mal de su grado pararon en una ladera, y los enemigosque los venian siguiendo, comenzaron de dar en ellos, y mataron muchos;mas Guayna Capac, por tres partes dió en ellos, que no poco se turbaronde verse cercados, y de los que ya ellos tenian vencidos, aunqueprocuraron de se juntar y pelear, tal mano les dieron, que los campos sehinchian de los muertos, y queriendo huir, les tenia tomado el paso; ymataron tantos, que pocos escaparon vivos, sino fueron los cautivos, quefueron muchos; y por donde venian estaba todo alterado, creyendo que almismo Inca habian de matar y desbaratar los que ya por él eran muertos ypresos. Y

como se supo el fin dello, asentaron el pié llano, mostrandotodos grand placer.

Guayna Capac recobró los suyos que eran vivos, y á los que eran muertosmandó hacer sepolturas y sus honras, conforme á su gentilidad, porqueellos todos conocen que hay en las ánimas inmortalidad; y tambien sehicieron, en donde esta batalla se dió, bultos de piedra y padrones paramemoria de lo que se habia hecho; y Guayna Capac envió aviso de todoesto hasta el Cuzco, y se reformó su gente, y fué adelante de Caranque.

Y los de Otavalo, Cayanbi, Cochasqui, Pifo[205], con otros pueblos,habian hecho liga todos juntos y con otros muchos, de no dejarsesojuzgar del Inca, sino ántes morir que perder su libertad y que en sustierras se hiciesen casas fuertes, ni ellos ser obligados de tributarcon sus presentes ir al Cuzco, tierra tan léjos como habian oido. Yhablado entre ellos esto, y tenido sus consideraciones, aguardaron á elInca, que sabian que venia á les dar guerra; el cual con los suyosanduvo hasta la comarca destos, donde mandó hacer sus albarradas ycercas fuertes, que llaman pucaraes, donde mandó meter su gente yservicio. Envió mensajeros á aquellas gentes con grandes presentes,rogándoles que no le diesen guerra, porque él no queria sino paz concondiciones honestas, y que en él siempre hallarian favor, como supadre, y que no quería tomalles nada, sino dalles de lo que traia. Masestas palabras tan blandas aprovecharon poco, porque la respuesta que ledieron fué, que luego de su tierra saliese, donde no, que por fuerza leechaban della; y así, en escuadrones vinieron para el Inca, que muyenojado, habia puesto su gente en campaña; y dieron los enemigos en élde tal manera, que se afirma, sino fuera por la fortaleza que para seguarescer se habia hecho, lo llevaran y de todo punto lo rompieran; mas,conociendo el daño que recebia, se retiró lo mejor que pudo al pucará,donde todos se metieron los que en el campo no quedaron muertos, ó, enpoder de los enemigos, presos.

CAP. LXVII.—Cómo, juntando todo el poder de Guayna Capac, dió batallaá los

enemigos y los venció y de la grand crueldad que usó con ellos.

COMO aquellas gentes vieron como habian bastado á encerrar al Inca en sufuerza, y que habian muerto á muchos de los orejones del Cuzco, muyalegres, hacian muy grand ruido con sus propias voces, tanto, que ellosmismos no se oian; y traidos atabales, cantaban y bebian enviandomensajeros por toda la tierra, publicando que tenian al Inca cercado contodos los suyos; y muchos lo creyeron y se alegraron y aún vinieron áfavorescer á sus amigos.

Guayna Capac tenia en su fuerte bastimentos, y habia enviado á llamar álos gobernadores de Quito con parte de la gente que á su cargo tenian, yestaba con mucha saña, porque los enemigos no querian dejar las armas; álos cuales muchas veces intentó, con embajadas que les envió y dones ypresentes, atraerlos á sí; mas, era en vano pensar tal cosa. El Incaengrosó su ejército, y los enemigos hecho lo mesmo, los cualesdeterminadamente acordaron de dar en el Inca y desbaratarlo, ó morirsobre el caso en el campo; y así lo pusieron por obra, y rompieron doscercas de la fortaleza, que á no haber otras que iban rodeando uncerro, sin duda por ellos quedara la victoria; mas, como su usanza eshacer un cercado con dos puertas, y más alto otro tanto, y así hacer enun cerro siete u ocho fuerzas, para si la una perdieren, subirse á laotra, el Inca con su gente se guaresció en la más fuerte del cerro,donde, al cabo de algunos dias, salió y dió en los enemigos con grancoraje.

Y afirman, que llegados sus capitanes y gente, les hizo la guerra, lacual fué cruel, y estuvo la victoria dudosa; mas, al fin, los del Cuzcose dieron tal maña, que mataron, grand número de los enemigos, y los quequedaron fueron huyendo. Y tan enojado estaba dellos el rey tirano, quede enojo, porque se pusieron en arma, porque querian defender su tierrasin reconocer subjecion, mandó á todos los suyos que buscasen todos losmás que pudiesen ser habidos; y con grand diligencia los buscaron yprendieron á todos, que pocos se pudieron dellos descabullir; y junto áuna laguna, que allí estaba, en su presencia, mandó que los degollasen yechasen dentro; y tanta fué la sangre de los muchos que mataron, que elagua perdió su color, y no [se] via otra cosa que espesura de sangre.Hecha esta crueldad y gran maldad, mandó Guayna Capac parecer delante desí á los hijos de los muertos, y mirándoles, dijo: Campa mana, puculatucuy huambracuna[206]. Que quiere decir: "Vosotros no me hareisguerra, porque sois todos muchachos agora". Y desde entonces se lesquedó por nombre hasta hoy á esta gente los Guambracunas[207], yfueron muy valientes; y á la laguna le quedó por nombre el que hoytiene, que es Yaguarcocha, que quiere decir "lago de sangre". Y en lospueblos destos Guambracunas se pusieron mitimaes y gobernadores comoen las más partes.

Y despues de se haber reformado el campo, el Inca pasó adelante hácia laparte del Sur, con gran reputacion por la victoria pasada, y anduvodescubriendo hasta el rio de Angasmayo, que fueron los límites de suimperio. Y supo de los naturales cómo adelante habia muchas gentes, yque todos andaban desnudos sin ninguna vergüenza, y que todos comiancarne humana, todos en general, y hacian algunas fuerzas en la comarcade los Pastos; y mandó á los principales que le tributasen, y dijieronque no tenian que le dar, y por los componer, mandó que cada casa de latierra fuese obligada á le dar tributo, cada tantas lunas, de un canutode piojos algo grande.

Al principio, riéronse del mandamiento; mas,despues, por muchos quellos tenian, no podian enchir tantos canutos.Criaron con el ganado que el Inca les mandó dejar, y tributaban de loque se multiplicaba, y de la comida y raíces que hay en sus tierras.

Ypor algunas causas que para ello tuvo, Guayna Capac volvió al Quito, ymandó que en Caranqui estuviese templo del sol y guarnicion de gente conmitimaes y capitan general con su gobernador, para frontera de aquellastierras y para guarda dellas.

CAP. LXVIII.—De cómo el rey Guayna Capac volvió á Quito, y de cómosupo de

los españoles que andaban por la costa, y de su muerte.

EN este mesmo año andaba Francisco Pizarro con trece chripstianos poresta costa[208], y habia dellos ido al Quito aviso á Guayna Capac, áquien contaron el traje que traian, y la manera del navio, y cómo eranbarbados y blancos y hablaban poco y no eran tan amigos de beber comoellos, y otras cosas de las que ellos pudieron saber. Y cudicioso de vertal gente, dicen que mandó con brevedad le trujiesen uno de dos quedecian haber quedado de aquellos hombres, porque los demás eran yavueltos con su capitan á la Gorgona, donde habian dejado ciertosespañoles con los indios é indias que tenian, como en su lugarcontaremos[209]. Y dicen unos destos indios, que despues de idos, áestos dos, que los mataron, de que recebió mucho enojo Guayna Capac.Otros cuentan que soñó que los traian, y como supieron en el camino sumuerte[210], los mataron. Sin esto, dicen otros que ellos se murieron.Lo que tenemos por más cierto es, que los mataron los indios dende ápoco que ellos en su tierra quedaron[211].

Pues, estando Guayna Capac en el Quito con grandes compañas de gentesque tenia, y los demás señores de su tierra, viéndose tan poderoso, puesmandaba desde el rio de Angasmayo al de Maule, que hay mas de mill ydoscientas leguas, y estando tan crecido en riquezas, que afirman quehabia hecho traer á Quito más de quinientas cargas de oro, y más de millde plata, y mucha pedrería y ropa fina, siendo temido de todos lossuyos, porque no se le osaban desmandar, cuando luego hacia justicia;cuentan que vino una gran pestilencia de viruelas tan contagiosa, quemurieron mas de doscientas mill ánimas en todas las comarcas, porque fuégeneral; y dándole á él el mal, no fué parte todo lo dicho paralibrarlo de la muerte, porquel gran Dios no era dello servido. Y como sesintió tocado de la enfermedad, mandó se hiciesen grandes sacrificiospor su salud en toda la tierra, y por todas las guacas y templos delsol; mas yéndole agraviando, llamó á sus capitanes y parientes, y leshabló algunas cosas, entre las cuales les dijo, á lo que algunos dellosdicen, que él sabia que la gente que habian visto en el navio, volveriacon potencia grande y que ganaria la tierra. Esto podria ser fábula, ysi lo dijo, que fuese por boca del Demonio, como quien sabia que losespañoles iban para procurar de volver á señorear. Dicen otros destosmismos, que conociendo la gran tierra que habia en los Quillacingas[212]y Popayaneses, y que era mucho mandarlo uno, y que dijo que desde Quitopara aquellas partes fuese de Atahuallpa, su hijo, á quien queria mucho,porque habia andado con él siempre en la guerra; y que lo demás mandóque señorease y gobernase Guascar, único heredero del imperio. Otrosindios dicen que no dividió el reino, ántes dicen que dijo á los queestaban presentes, que bien sabian cómo se habian holgado que fueseSeñor, despues de sus dias, su hijo Guascar, y de Chincha[213] Ocllo, suhermana, con quien todos los del Cuzco mostraban contento; y puesto quesi él tenia otros hijos de grand valor, entre los cuales estaban NanqueYupanqui, Tupac

Inca,

Guanca

Auqui,

Tupac

Gualpa,

Titu[214],

GuamanGualpa, Manco Inca, Guascar, Cusi Hualpa[215], Paullu Tupac[216]Yupanqui, Conono, Atahuallpa, quiso no dalles nada de lo mucho quedejaba, sino que todo lo heredase dél, como él lo heredó de su padre, yconfiaba mucho guardaria su palabra, y que cumpliria lo que su corazonqueria, aunque era muchacho; y que les rogó lo amasen y mirasen como erajusto, y que hasta que tuviese edad perfeta y gobernase, fuese su ayoColla Tupac[217], su tio. Y como esto hobo dicho, murió.

Y luego que fué muerto Guayna Capac, fueron tan grandes los lloros, queponian los alaridos que daban en las nubes, y hacian caer las avesaturdidas de lo muy alto hasta el suelo. Y por todas parte se divulgó lanueva, y no habia parte ninguna donde no se hiciese sentimiento notable.En Quito lo lloraron, á lo que dicen, diez dias arreo; y dende allí lollevaron á los Cañares, donde le lloraron una luna entera; y fueronacompañando el cuerpo muchos señores principales hasta el Cuzco,saliendo por los caminos los hombres y mujeres llorando y dandoaullidos. En el Cuzco se hicieron más lloros, y fueron hechossacrificios en los templos, y aderezaron de le enterrar conforme á sucostumbre, creyendo que su ánima estaba en el cielo. Mataron, para metercon él en su sepoltura y en otras, más de cuatro mill ánimas, entremujeres y pajes y otros criados, tesoros, pedreria, y fina ropa. Decreer es que seria suma grande la que pornian con él. No dicen en dóndeni cómo está enterrado, mas de que concuerdan que su sepoltura se hizoen el Cuzco. Algunos indios me dijeron á mí que lo enterraron en el riode Angasmayo, sacándolo de su natural para hacer la sepoltura; mas no locreo, y lo que dicen de que se enterró en el Cuzco, sí[218].

De las cosas deste rey dicen tanto los indios, que no es nada lo que yoescribo ni cuento; y cierto, creo que dél y de sus padres y abuelos sedejan tantas cosas de escrebir, por no los alcanzar por entero, quefuera otro compendio mayor que el que se ha hecho.

CAP. LXIX.—Del linaje y condiciones de Guascar y de Atahuallpa.

ESTABA el imperio de los Incas tan pacífico cuando Guayna Capac murió,que no se halla que en tierra tan grande hobiese quien osase alzar lacabeza para mover guerra ni dejar de obedecer, así por el temor quetenian á Guayna Capac, como porque los mitimaes eran puestos de su mano,y estaba la fuerza en ellos. Y así como muerto Alexandre en Babilonia,muchos de sus criados y capitanes allegaron á colocarse por reyes ymandar grandes tierras, así, muerto Guayna Capac, como ( así) luegohobo entre los dos hermanos hijos suyos guerras y diferencias; y trasellas entraron los españoles. Muchos de estos mitimaes se quedaron porseñores, porque siendo en las guerras y debates muertos los naturales,pudieron ellos granjear la gracia de los pueblos para que en su lugarlos recibiesen de los pueblos ( así).

Bien tenía que decir en contar menudamente las condiciones destos tanpoderosos Señores, mas no saldré de mi brevedad, por las causas tanjustas que otras veces he dicho tener.—Guascar era hijo de GuaynaCapac, y Atahuallpa tambien. Guascar de menos dias; Atahuallpa de másaños. Guascar, hijo de la Coya, hermana de su padre, señora principal;Atahuallpa, hijo de una india Quilaco, llamada Tupac Palla[219]. El unoy el otro nacieron en el Cuzco, y no en Quito, como algunos han dicho yaun escripto para esto, sin lo haber entendido como ello es razon.

Lomuestra, porque Guayna Capac estaba [estuvo?] en la conquista de Quito ypor aquellas tierras aun nó doce años, y era Atahuallpa, cuando murió,[de] más de treinta años; y señora de Quito, para decir lo que yacuentan que era su madre, no habia ninguna, porque los mesmos Incas eranreyes y señores del Quito;[220] y Guascar nació en el Cuzco, yAtahuallpa era de cuatro ó cinco años de más edad que no él. Y esto eslo cierto, y lo que yo creo.—Guascar era querido en el Cuzco, y en todoel reino, por los naturales, por ser el heredero de drecho; Atahuallpaera bien quisto de los capitanes viejos de su padre y de los soldados,porque anduvo en la guerra en su niñez, y porque él en vida le mostrótanto amor, que no le dejaba comer otra cosa que lo que él le daba de suplato. Guascar era clemente y piadoso; Atahuallpa, cruel y vengativo:entrambos eran liberales, y el Atahuallpa hombre de más ánimo yesfuerzo, y Guascar de más presuncion y valor. El uno pretendió serúnico Señor y mandar sin tener igual: el otro se determinó de reinar, ypor ello quebrantar

las

leyes

que

sobre

ello

á

su

usanza

estabanestablecidas por los Incas, que era que no podia ser rey sino hijo mayordel Señor y de su hermana, aunque otros de más edad hobiesen habido enotras mujeres y mancebas. Guascar deseoso [deseaba?] de tener consigo elejército de su padre; Atahuallpa se congojó porque no estaba cerca delCuzco, para en la mesma ciudad hacer el ayuno y salir con la borla parapor todos ser recebido por rey.

CAP. LXX.—De cómo Guascar fué alzado por rey en el Cuzco, despues

demuerto su padre.

COMO fuese muerto Guayna Capac y por él hechos los lloros y sentimientodicho, aunque habia en el Cuzco más de cuarenta hijos suyos, ningunointentó salir de la obediencia de Guascar, á quien sabian pertenecian elreino; y aunque se entendió lo que Guayna Capac mandó, que su tiogobernase, no faltó quien aconsejó á Guascar saliese con la borla enpúblico y mandase por todo el reino como rey. Y como para las honras deGuayna Capac habian venido al Cuzco los más de los señores naturales delas provincias, pudo ser la