Taller Para Prevención del Sida Para Hombres Latinos by Jacobo Schifter - HTML preview

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La importancia de expresar sentimientos

Introducción

Los sentimientos son una respuesta interna emocional que nos permite percibir el valor que tiene para uno algún estímulo externo. En otras palabras, los sentimientos son evaluaciones que hacemos de cómo nos afectan las distintas experiencias.

En general, los sentimientos son descritos con palabras como miedo, tristeza, felicidad, cólera, depresión.

Algunas describen grados de sentimientos como, por ejemplo, "irritado" que significa muy enojado. Otras combinan dos sentimientos, como en el caso de "disgustados", que significa que uno está enojado y herido a la vez.

Es común que a los hombres se nos enseñe a evaluar estas experiencias con pensamientos, o sea de forma racional. Estudiamos la situación y la calificamos de acuerdo con sus ventajas y desventajas. Por ejemplo, si se nos presenta un problema familiar, preferimos sentarnos a pensar cómo lo resolveremos en vez de sentir su impacto. Diríamos cosas como "es injusto que yo tenga que ir a trabajar los domingos", en vez de expresar el sentimiento de que "me duele tener que ir a trabajar los domingos".

Pensar y sentir son cosas muy distintas, aunque ambas evalúan una misma cosa, persona o situación.

En ocasiones solemos decir frases como "yo siento que vos estás equivocado", sin embargo, no estamos expresando sentimientos, sino analizando la situación. Estar equivocado no es un sentimiento sino un juicio. No le estamos diciendo al otro cómo nos sentimos al respecto. Este tipo de frase se conoce como "sentir-pensar"

en vez de las "sentir-sentir".

Es fácil reconocer cuáles frases son de pensamientos y cuáles son de sentimiento. Si puedes cambiar la frase

"Yo pienso", y el sentido queda igual, es que estás en una de puro pensamiento. Por ejemplo, si en vez de decir "Yo siento que estás haciendo mal" puedes decir "Yo pienso que estás haciendo mal", y la frase no pierde sentido, estás ante duna de pensamiento.

En cambio, si tratas de cambiar "Yo pienso que estás haciendo mal", y la frase no pierde sentido, estás ante una de pensamiento.

En cambio, si tratas de cambiar "Yo me siento triste" por una que diga "Yo pienso que estoy triste", verás que no significan lo mismo y por eso estás ante una que expresa sentimientos.

A los hombres, en nuestra sociedad, se nos enseña a ocultar y a desconfiar de los sentimientos fuertes. Se nos dice que, para ser verdaderos hombres, debemos reprimir las emociones y peor aún, que éstas son cosas de mujeres. Si un hombre expresa mucho cariño se le tilda de afeminado; si siente mucha cólera, de hombre peligroso; si de deprime mucho, de debilucho.

Más problemas tienen los gais que, debido a los estereotipos culturales establecidos, son asociados con las mujeres y a quienes se les acusa de ser muy delicadas y emocionales. De ahí que una forma en que los gais luchan en contra de este estereotipo es precisamente tratando de emular al macho, quien en teoría, no debe expresar sus sentimientos abiertamente. Estas razones hacen que los gais duden también de los sentimientos y traten de no expresarlos.

También tratamos de reprimir los sentimientos porque si no lo hacemos, tendríamos que enfrentarnos a sus consecuencias. A veces, una persona nos está haciendo la vida imposible y nos sentimos mal con el a, pero si lo reconocemos tendríamos que dejarla y quedarnos solos y eso nos puede asustar.

Entonces, negamos los sentimientos y hacemos como que el problema no existe. Lo mismo sucede cuando nos gusta alguien mucho, pero somos tímidos y nos da miedo ir a hablarle; preferimos entonces engañarnos y decirnos que el tipo, en realidad, no es lo que buscamos.

Los gais tenemos que desasociarnos de lo que sentimos porque generalmente no podemos compartir nuestros deseos y nuestra identidad con los demás. Tener que esconder lo que somos nos dificultad compartir nuestros sentimientos, ni siquiera con las personas más cercanas.

Desconfiamos, a veces, de otros gais porque no estamos acostumbrados a ser solidarios. También lo hacemos porque si cada vez que oímos una crítica o burla contra los homosexuales, admitiéramos que nos duele, creemos que estaríamos todo el tiempo deprimidos.

Tratamos de no expresar los sentimientos porque a veces nos asusta la respuesta de la gente.

Quizás nos guste mucho la persona, pero si se lo demostramos, tenemos que la atracción no sea correspondida.

Tal vez alguien se enoje si le admitimos que nos molesta que fume en el salón. Puede ser que decirle al jefe que no nos cae nada bien, nos haga perder el trabajo. Estas situaciones pueden, en realidad, ser peligrosas y no siempre es necesario expresar lo que uno siente. Pero usted puede escoger la ocasión para expresarlo. El que reconozca cómo se siente no significa que tiene que verbalizarlo. Son sus sentimientos y usted está en control de expresarlos cuando quiera.

¿Para qué entonces debemos hacernos más conscientes de nuestros sentimientos?

Porque tanto los sentimientos como los pensamientos nos están dando información valiosa acerca de lo que experimentamos. Si no le prestamos atención a cómo nos sentimos, nos podemos enfrascar en situaciones perjudiciales.

Y vamos a un bar, por ejemplo y tenemos un problema con la bebida, es importante estar muy conscientes de cómo nos sentimos esa noche ya que si estamos tensos, o deprimidos, podríamos empezar a tomar. Si conocemos a alguien que nos gusta pero ignoramos el sentimiento de que nos provoca desconfianza, podríamos irnos con un maleante a la casa y terminar mal la noche. Si estamos muy excitados sexualmente, y lo podemos reconocer a tiempo, quizás podríamos evitar ir a una fiesta en la que sabemos se consume mucha droga.

Otra razón para estar conscientes de lo que sentimos fuertes causan por sí mismos mucha tensión y ésta se reduce si podemos reconocerlos y expresarlos. Si terminaste con tu amante, por ejemplo, es lógico que estés muy triste y que lo expreses, pero si, por el contrario, tratas de suprimirlo y le pones una carta bonita a todo el mundo, esta tristeza aumentarás más y más. Cuando te das cuenta, estás muy deprimido y quizás bebiendo o tomando drogas.

Si estamos conscientes de lo que sentimos, también mejoraremos la comunicación con la pareja. Cuando no tratamos de negar nuestros sentimientos estamos en mejor posición para pedir lo que nos gusta y estar más atento a las necesidades del otro.

Si una noche, por ejemplo, estamos aburridos, y lo sentimos y expresamos, podríamos cambiar de planes y hacer algo distinto con la pareja. Si no lo hacemos, terminaríamos haciendo lo mismo de siempre y posiblemente, en un pleito. Si no hay no quieres tener relaciones sexuales, podrías evitar forzarte a tenerlas y evitar así una mala experiencia.

Los hombres gais tenemos que aprender a estar conscientes de nuestros sentimientos y a expresarlos, cuando la situación lo amerita, porque vivimos en una época de tremenda tensión. Muchos de nuestros amigos se han infectado o muerto de Sida, los riesgos en que se incurre ahora no tener prácticas sexuales no son los mismos que antes de la aparición del virus, el acoso y la discriminación de la sociedad ha aumentado. Si no logramos identificar cómo nos sentimos y buscar amigos con quien compartirlo, nuestra salud física y mental se afectará y podríamos incurrir en el alcohol, las drogas, o el sexo compulsivo, factores que favorecen la infección con el virus del Sida por la vía sexual.