Un Paseo por París Retratos al Natural by Roque Barcia - HTML preview

PLEASE NOTE: This is an HTML preview only and some elements such as links or page numbers may be incorrect.
Download the book in PDF, ePub, Kindle for a complete version.

Mas sin duda en el bosque se ocultaba,

Y luego más allá me aparecia

Y así del pobre niño se burlaba,

Aquí soñé festines y placeres,

Y el rumor de palmeras solitarias,

Y el suspiro de célicas mujeres,

Y tumbas, y osamentas y plegarias.

¡Gloria! ¡Vision cruel! ¡Cruel martirio!

Relámpago que alumbra y deja ciego,

Cardo silvestre bajo hermoso lirio,

Sol que da luz para quemarnos luego.

Por tí pierdo ¡oh rigor! mi fe sencilla,

Por tí me abraso en insondable anhelo,

Por tí dejé mi plácida Sevilla

Y una santa mujer que está en el cielo.

Madre mia, perdon! Mústia la frente,

A ti vuélvome al fin, madre piadosa:

Mírame aquí, poeta penitente

Ceñida el arpa de marchita rosa.

Pero, si, tu verás mi afan prolijo

Aunque á mi estrella tu piedad no cuadre:

Me acusáras tal vez si fueras hijo;

Tú me perdonarás siendo mi madre.

Por tí ¡oh gloria! perdido mi reposo

Y encomendando á Dios la suerte mia,

Del Atlántico mar tempestuoso

A las playas itálicas corria.

Y á lo léjos ví un monte ennegrecido,

Y en la falda del monte vi una roca,

Y un nombre colosal hiere mi oído

Pronunciándolo trémulo mi boca.

¡Roma! Vedla; entre estátuas blanquecinas

Muestra la majestad de su pasado.

¡Tambien tienen su pompa las ruinas!

¡Tambien tiene el silencio su reinado!

¡Roma! ¡Silencio! inmóvil, pavorosa,

Anuncia su altivez en su tristura:

Nadie la ha dado el hoyo en que reposa;

Ella se abrió su propia sepultura.

Vedla reinar en la llanura extensa

Donde Dios entre mármoles la abisma:

Antes del mundo fué la tumba inmensa,

Ahora es la inmensa tumba de sí misma.

II.

Deja que evoque una memoria vaga

Triste recuerdo de una edad querida,

Como en los bordes de la antigua llaga

Un bálsamo se vierte que da vida.

No vengo aquí á buscar flores y aromas;

No demando, Sevilla, tus placeres,

Ni el ardiente arrullar de tus palomas,

Que palomas de amor son tus mujeres.

Cuando á mi sino terrenal sucumba,

Dame una cruz y una silvestre palma;

Dame una cruz y una escondida tumba,

Dame una cruz, Sevilla de mi alma.

Vamos ahora al entremés casero, escrito para el album de nuestra amiga.

ENTREMÉS CASERO.

ESCENA PRIMERA.

LA MADRE Y SU HIJA ROSA.

LA HIJA. Me muero y no sé de qué;

Ya es inútil la cautela….

LA MADRE. Eso dije yo á tu abuela

Que en gloria de Dios esté.

LA HIJA. Parece que estoy maldita!

¿Quién mi desventura labra?

LA MADRE. Con esa misma palabra

Asusté yo á tu abuelita.

LA HIJA. Paso las noches en vela….

Mamá, te burlas de mí?

LA MADRE. Cuando me quejaba asi

Tambien se burló tu abuela.

LA HIJA. No como ni duermo ya:

¿Que es esta pena prolija?

LA MADRE. Cuando tengas una hija

Ella te lo explicará.

ESCENA II.

ROSA Y SU HIJA PAULINA.

LA HIJA. ¡Madre, horrible enfermedad!

Di, qué dolencia me aflige?

LA MADRE. Lo propio á tu abuela dije

Cuando tenia tu edad.

LA HIJA. No paro noche ni dia;

El apetito pasó….

LA MADRE. Tampoco comía yo

Cuando tus años tenia.

LA HIJA. Quién me causa tales daños?

Porque hasta el sueño perdí….

LA MADRE, Bah! yo tampoco dormí

Cuando tenia tus años.

LA HIJA. Yo no sé qué afan me incita….

¿Quién causa este padecer?

LA MADRE. Oye; ¿lo quieres saber?

Vete á hablar con tu abuelita.

ESCENA III.

PAULINA, SU ABUELA.

PAULINA. Abuela, Dios guarde á usté.

ABUELA. Muchacha, tú por aquí?

PAULINA. Hemos de hablar.

ABUELA. Sobre qué?

PAULINA. ¿Sobre qué? ¡Triste de mí!

No sé qué fuego me sube,

Se me oprime el corazon….

ABUELA. Huy! huy! la misma cancion

Que yo con tu abuela tuve.

PAULINA. La paciencia se me acaba.

¿Se rie de mi agonía?

ABUELA. Tambien tu abuela reia

Cuando yo así me quejaba.

PAULINA. Por Dios, venga usted acá:

¿Qué es esto que así me inquieta?

ABUELA. Cuando tengas una nieta …

Tu nieta te lo dirá.

PAULINA. Mi madre al mirar mi tédio,

Me mandó hablar con usté….

ABUELA. Pues, chica, á tu madre vé

Que ella sabe ya el remedio.

No te apesares, Paulina;

Trás esta viene otra edad:

El tiempo es la enfermedad

Y el tiempo es la medicina

Pasemos á la visita de los establecimientos públicos, luego seguirán lascuriosidades estadísticas, y terminarémos este largo dia con la noticiade los monumentos más notables.

Los mataderos nos han dejado atónitos. Para que el lector se forme unaidea del incalculable movimiento que allí debe haber, de la sangre queallí se debe derramar, bastará decir que de allí han salido en el añopasado sobre ciento veintisiete millones de libras de carne. La carne devaca, de ternera, de cerdo y de cabrito, entró en esta cifra por cientotrece millones de libras, ó sea cuatro millones y medio de arrobas.¿Cuántas cabezas de ganado supone aquel guarismo monstruoso? Si elmatar á los animales fuera realmente una culpa, como creian no pocosfilósofos de la antigüedad, los mataderos de Paris serian una herejíatan grande, que bastaran ellos solos para que se condenarairremisiblemente toda la Europa. En fin, sepan, tambien mis lectores,que esta municipalidad recibe de los mataderos y de los mercados unacontribucion anual que no baja de veinte millones de reales.

En el Monte-Pio se han empeñado un millon trescientos mil objetos, y sehan renovado trescientas cuarenta mil papeletas, cuyas operacionessuponen un total de más de millon y medio de artículos.

Los empeños han importado noventa y seis millones, y las renovacionescerca de treinta y tres, de modo que la cifra total de las operacionesno baja de ciento veintinueve, a ciento treinta millones de reales.

Se han vendido setenta y seis mil objetos, por valor de cinco millones.Los sueldos y honorarios de los empleados importan anualmente decincuenta y cinco á sesenta mil duros.

En cuanto á los hospicios y hospitales, nos han asegurado personasfidedignas y autorizadas, que las familias indigentes han sidoveintinueve mil seiscientas, compuestas de más de setenta milindividuos.

El Hospicio de expósitos y huérfanos ha recibido tres mil novecientascuarenta y tres criaturas, de las cuales han muerto setecientas ochentay ocho.

Se han gastado en los hospitales, en el año anterior, sobre sesenta yseis millones de reales, en cuya suma entran los artículos siguientespor las partidas que voy á notar.

Pan; seis millones, ciento noventa mil, setecientos sesenta y cuatroreales.

Vino; cinco millones, veinte mil, cuatrocientos.

Carne; seis millones, ochocientos trece mil, ochocientos veintiocho.

Comestibles; cinco millones, setecientos ochenta y nueve mil, cuarenta ycuatro.

Leña y carbon; tres millones, treinta y nueve mil, setecientos setenta yseis.

Resulta que en los cinco artículos anteriores se ha gastado bastante másde un millon de duros, ó sea veinticuatro millones de reales.

Los establecimientos de locos ofrecen una estadística sorprendente.

En 1º de Enero de 1856 existian, en los dos asilos del Sena, tres miltrescientos cuarenta y un locos.

Además, entraron en el año milquinientos ochenta y nueve, de modo que componían un total de muy cercade cinco mil, ó sea una especie de pequeña ciudad.

En el mismo año salieron de aquellos dos asilos ochocientos cuarenta ynueve, y murieron quinientos setenta y cinco. Quedó, pues, reducidaaquella poblacion á tres mil, quinientos seis.

El estudio de esta materia no deja de tener sus curiosidadesinstructivas, por más que sean tristes y dolorosas, tales como lainfluencia de las profesiones en el desarrollo de la locura. A medidaque se estudia este fenómeno terrible, este, terrible inconveniente dela razón, este negro ocaso del pensamiento, se va comprendiendo que lalocura pertenece tanto á la medicina, como á la filosofía y á la moral.El ejercicio, los hábitos, las profesiones y el género de vida; esdecir, la conducta, influye más tal vez que la disposicionconstitucional de los órganos cerebrales. Me he informado minuciosamenteacerca de esto, y he conseguido averiguar que las industriasmanufactureras son las profesiones que han pagado al extravío mentalmayor contingente; pero en una proporcion que asusta.

Luego siguen las profesiones mercenarias; ó sean criados y dependientesde todas clases.

Despues las profesiones liberales, como la poesía, la pintura, laescultura, la música la declamacion, la plástica y otras.

Despues las profesiones mercantiles.

Luego las gentes que no tienen profesion.

Por fin, las ocupaciones agrícolas. Estas son las menos castigadas poraquel espantoso azote, en la proporcion que vamos á ver.

Las profesiones industriales representan un 37 por ciento.

Los oficios mercenarios un 19

Las profesiones liberales un 9

El comercio un 7

Gentes sin profesion un 3

La industria agrícola un 1-1/2

De modo que las ocupaciones que pagan un tributo más caro á la locurason la fábrica, la servidumbre y el ingenio; despues viene el comercio,luego la vagancia; por fin, la industria de los campos.

El movimiento de la poblacion de esta ciudad, nos ofrece tambien algunasextrañas singularidades.

Han nacido en 1856 treinta y ocho mil criaturas; veintiseis millegítimas, y doce mil de otras procedencias.

Han muerto veintinueve milsetecientas cuarenta y tres; resultando un aumento de más de ocho mil.

Se han contraido doce mil cuatrocientos noventa y tres matrimonios, enla forma siguiente: Entre solteros; diez mil ciento setenta y siete.

Entre viudos y solteras; mil doscientos sesenta y ocho.

Entre solteros y viudas; quinientos noventa y siete.

Entre viudos y viudas; cuatrocientos cincuenta y uno.

Resulta que la cifra menor es la de los viudos y viudas. Quizás se hanacordado de lo que dice cierto adagio:

pan con pan, comida de tontos

.

En la

Caja de ahorros

se han verificado doscientas cuarenta y ochomil, ciento veintidos imposiciones, hechas por doscientos veintiun milimponentes. La Caja ha recibido ciento diez millones; y ha devueltosobre ciento quince, habiéndose operado un movimiento total dedoscientos veinticinco millones, durante el referido año de 1856. En 31de Diciembre del mismo año, debía ciento ochenta y tres millones, ádoscientos veintiun mil trescientos setenta y nueve imponentes.

Las operaciones de la

Caja de descuentos

se han verificado sobresetecientos veintidos mil, doscientos sesenta y cinco efectos, por unvalor de dos mil quinientos millones de reales próximamente.

El presupuesto municipal de Paris es mayor que el de algunas naciones decierta importancia.

La concesion de privilegios

produjo á la villa en 1856 la enorme sumade ciento ochenta y seis millones de reales, cifra que representa trespresupuestos como el de toda la Suiza. Para que se comprenda lomaravilloso de este hecho, sepa el lector que el Austria, toda elAustria, una poblacion de treinta y cinco á cuarenta millones de almas,no recaudó en el mismo año por aquel concepto, más de veintiseismillones de reales, ó sea menos de una sétima parte que la sola ciudadde Paris.

En fin, los ingresos montaron á doscientos ochenta y cuatro millones. Esmuy probable que en el año presente no bajen de trescientos millones,poco menos de lo que pagaba al Erario nuestro país, durante el régimenabsoluto.

En el presupuesto de gastos hallamos las partidas siguientes: Instruccion primaria. 6 millones.

Empedrado. 15

Beneficencia. 32

Policía. 51

Rédito y amortizacion de la deuda municipal. 64

La policía cuesta á Paris más de siete mil duros diarios.

Los consumos ofrecen resultados no menos admirables. Esta ciudadconsumió en 1856 los artículos y cantidades siguientes:

Vinos

; siete millones, trescientas mil arrobas.

Alcohol y aguardiente

; quinientas treinta y nueve mil; idem.

Barniz

; cincuenta y tres mil, idem.

Frutas en conserva

; ciento ochenta mil, idem.

Vinagres

; ciento cincuenta y nueve mil, idem.

Cerveza

; dos millones, treinta y tres mil, idem.

De esta cerveza, se ha fabricado en Paris un millon, doscientas diez ysiete mil arrobas.

Aceites

; ochocientas cincuenta y cuatro mil, idem.

Comestibles

. Carnes de todas clases; ciento cuarenta y tres millonesde libras.

Queso fresco

; tres millones y medio de libras.

Sal

; catorce millones, seiscientas mil setecientas, idem.

Ubas

; siete millones, idem.

Manteca

; seis millones y medio, idem.

Huevos

; ciento cuarenta mil arrobas.

Volatería y caza

; cien mil idem.

Combustibles

. Leña; cuatrocientos setenta y dos mil piés cúbicos.

Carbon vegetal

; veintitres millones de arrobas.

Carbon de tierra

; veinticuatro millones, idem.

Materiales

. Cal; dos millones y medio, idem.

Yeso

; veinticuatro, idem.

Baldosas

; cinco millones y medio. (Unidades,)

Ladrillos

; diez y seis millones, idem.

Alfarería

; ocho millones de metros cúbicos.

Forraje

; ocho millones y medio de haces.

Heno

; quince millones, idem.

Cebada

; ciento sesenta y cuatro mil fanegas.

Avena

; dos y medio millones de idem.

Cera blanca

; ciento treinta y seis mil libras.

Amarilla

; ciento noventa mil, idem.

El importe de las ventas por mayor, verificadas en los mercados,presentan los siguientes guarismos.

Pescado de agua dulce, cerca de 4 millones de reales.

De mar 36 idem.

Ostras, cerca de 8

Volatería y caza 68

Manteca 73

Huevos 35

Estos solos artículos suponen un movimiento comercial de doscientosveinticuatro millones de reales.

Las declaraciones que se han hecho en la Aduana de esta ciudad, en elaño indicado, suben á ciento diez y seis mil, quinientas noventa ysiete. El número de bultos ha sido el de doscientos doce mil,setecientos treinta y ocho.

El valor de las mercancías ha montado á casi mil millones (novecientosochenta y cuatro), cifra á que asciende el comercio general de muchospaíses.

Esto me ha dado la curiosidad de conocer el comercio general y especialde Francia, y las noticias que da la estadística oficial, no han podidomenos de asombrarme.

El importe del comercio general, en 1856, subió á más decinco mil millones de francos 5.399

El comercio especial representó un valor de cerca

de cuatro mil millones de aquella moneda 3.883

———