Llegose en esto á mí disimulado
Un mi amigo, llamado Promontorio,
Mancebo en dias, pero gran soldado.
Creció la admiracion viendo notorio
Y palpable, que en Napoles estaba,
Espanto á los pasados acesorio.
Mi amigo tiernamente me abrazaba,
Y con tenerme entre sus brazos, dixo:
Que del estar yo alli muchodudaba.
Llamóme padre, y yo llamele hijo.
Quedó con esto la verdad en punto,
Que aqui puede llamarse punto fijo.
Dixome Promontorio: yo barrunto,
Padre, que algun gran caso á vuestras canas
Las trae tan lejos ya semidifunto.
En mis horas mas frescas y tempranas
Esta tierra habité, hijo, le dixe,
Con fuerzas mas briosas y lozanas.
Pero la voluntad que á todos rige,
Digo el querer del cielo, me ha traido
A parte que me alegra mas que aflige.
Dixera mas, sino que un gran ruido
De pifaros, clarines y tambores
Me azoró el alma, y alegró el oido.
Volví la vista al són, vi los mayores
Aparatos de fiesta que vió Roma
En sus felices tiempos, y mejores.
Dixo mi amigo: Aquel, que ves que asoma
Por aquella montaña contrahecha,
Cuyo brio al de Marte oprime y doma,
Es un alto sugeto, que deshecha
Tiene á la envidia en rabia, porque pisa
De la virtud la senda mas derecha.
De gravedad y condicion tan lisa,
Que suspende y alegra á unmismo instante,
Y con su aviso al mismo aviso avisa.
Mas quiero antes que pases adelante
En ver lo que verás si estas atento,
Darte del caso relacion bastante.
Será DON JUAN DE TASIS de mi cuento
Principio, porque sea memorable,
Y lleguen mis palabras á mi intento.
Este varon en liberal notable,
Que una mediana Villa le hace Conde,
Siendo rey en sus obras admirable.
Este, que sus haberes nunca esconde,
Pues siempre los reparte, ó los derrama,
Ya sepa adonde, ó ya no sepa adonde:
Este, á quien tiene tan en fil la fama,
Puesta la alteza de su nombre claro,
Que liberal y prodigo le llama:
Quiso prodigo aqui, y alli no avaro,
Primer mantenedor ser de un torneo,
Que á fiestas sobrehumanas le comparo.
Responden sus grandezas al deseo
Que tiene de mostrarse alegre, viendo
De España y Francia el regio himeneo.
Y este que escuchas, duro, alegre estruendo,
Es señal que el torneo se comienza,
Que admira por lo rico y estupendo.
Arquímedes el grande se averguenza
De ver que este teatro milagroso
Su ingenio apoque, y á sus trazas venza.
Digo pues que el mancebo generoso,
Que alli deciende de encarnado y plata,
Sobre todo mortal curso brioso,
Es el CONDE DE LEMOS, que dilata
Su fama con sus obras por el mundo,
Y que lleguen al cielo en tierra trata:
Y aunque sale el primero, es el segundo
Mantenedor, y en buena cortesia
Esta ventaja califico y fundo.
El DUQUE DE NOCERA, luz y guia
Del arte militar, es el tercero
Mantenedor de este festivo dia.
El quarto, que pudiera ser primero,
Es DE SANTELMO el fuerte CASTELLANO,
Que al mesmo Marte en el valor prefiero.
El quinto es otro Eneas el Troyano,
Arrociolo, que gana en ser valiente
Al que fue verdadero, por la mano.
El gran concurso y numero de gente
Estorbó que adelante prosiguiese
La comenzada relacion prudente.
Por esto le pedí que me pusiese
Adonde sin ningun impedimento
El gran progreso de las fiestasviese.
Porque luego me vino al pensamiento
De ponerlas en verso numeroso,
Favorecido del Febeo aliento.
Hizolo asi, y yo vi lo que no oso
Pensar, no que decir, que aqui se acorta
La lengua y el ingenio mas curioso.
Que se pase en silencio es lo que importa,
Y que la admiracion supla esta falta
El mesmo grandioso caso exôrta.
Puesto que despues supe que con alta
Magnifica elegancia y milagrosa,
Donde ni sobra punto ni le falta,
El curioso DON JUAN DE OQUINA en prosa
La puso, y dió á la estampa para gloria
De nuestra edad, por esto venturosa.
Ni en fabulosa, ó verdadera historia
Se halla que otras fiestas hayan sido,
Ni puedan ser mas dignas de memoria.
Desde alli, y no sé como, fui traido
Adonde vi al gran DUQUE DE PASTRANA
Mil parabienes dar de bien venido:
Y que la fama en la verdad ufana
Contaba que agradó con su presencia,
Y con su cortesia sobrehumana:
Que fue nuevo Alexandro en la excelencia
Del dar, que satisfizo á todoquanto
Puede mostrar real magnificencia:
Colmó de admiracion, llenó de espanto.
Entré en Madrid en trage de romero,
Que es grangeria el parecer ser santo.
Y desde lexos me quitó el sombrero
El famoso ACEVEDO, y dixo: á Dio,
Voi siate il ben venuto, cabaliero;
So parlar Zenoese, & Tusco anchio.
Y respondi: la vostra signoria
Sia la ben trovata, patron mio.
Topé á LUIS VELEZ, lustre y alegria,
Y discrecion del trato cortesano,
Y abracéle en la calle á medio dia.
El pecho, el alma, el corazon, la mano
Di á PEDRO DE MORALES y un abrazo,
Y alegre recebi á JUSTINIANO.
Al volver de una esquina sentí un brazo
Que el cuello me ceñia, miré cuyo,
Y mas que gusto me causó embarazo:
Por ser uno de aquellos (no rehuyo
Decirlo) que al contrario se pasaron,
Llevados del cobarde intento suyo.
Otros dos al del Layo se llegaron,
Y con la risa falsa del conejo,
Y con muchas zalemas me hablaron.
Yo socarron, yo poeton ya viejo
Volviles á lo tierno las saludes,
Sin mostrar mal talante, ó sobrecejo.
No dudes, ó letor caro, no dudes,
Sino que suele el disimulo á veces
Servir de aumento á las demas virtudes.
Dinoslo tú, David, que aunque pareces
Loco en poder de Aquis, de tu cordura,
Fingiendo el loco, la grandeza ofreces.
Dexélos esperando coyuntura
Y ocasion mas secreta para dalles
Vejamen de su miedo, ó su locura.
Si encontraba poetas por las calles,
Me ponia á pensar, si eran de aquellos
Huidos, y pasaba sin hablalles.
Ponianseme yertos los cabellos
De temor no encontrase algun poeta,
De tantos que no pude conocellos;
Que con puñal buido, ó con secreta
Almarada me hiciese un abugero
Que fuese al corazon por via reta.
Aunque no es este el premio que yo espero
De la fama, que á tantos he adquirido
Con alma grata, y corazon sincero.
Un cierto mancebito cuellierguido,
En profesion poeta, y en el trage
A mil leguas por Godo conocido:
Lleno de presuncion y de corage
Me dixo: bien sé yo, señor Cervantes,
Que puedo ser poeta, aunque soy page.
Cargastes de poetas ignorantes,
Y dexastesme á mí, que ver deseo
Del Parnaso las fuentes elegantes.
Que caducais sin duda alguna creo:
Creo, no digo bien: mejor diria
Que toco esta verdad, y que la veo.
Otro, que al parecer de argenteria,
De nacar, de cristal, de perlas y oro
Sus infinitos versos componia,
Me dixo bravo, qual corrido toro:
No sé yo para que nadie me puso
En lista con tan barbaro decoro.
Asi el discreto Apolo lo dispuso,
A los dos respondí, y en este hecho
De ignorancia ó malicia no me acuso.
Fuime con esto, y lleno de despecho
Busqué mi antigua y lobrega posada,
Y arrogéme molido sobre el lecho:
Que cansa quando es larga una jornada.
Algunos dias estuve reparandome de tan largo viage, al cabo delos quales salí á ver y á ser visto, yá recebir parabienes de mis amigos, y malas vistas de misenemigos, que puesto que pienso que no tengo ninguno, todavia no measeguro de la comun suerte. Sucedió pues que saliendo unamañana del monesterio de Atocha, se llegó ámí un mancebo al parecer de veinte y quatro años,poco mas ó menos, todo limpio, todo aseado y todo crugiendogorgoranes, pero con un cuello tan grande y tan almidonado, quecreí que para llevarle fueran menester los hombros de otroAdlante. Hijos deste cuello eran dos puños chatos, quecomenzando de las muñecas, subian y trepaban por lascanillas del brazo arriba, que parecia que iban á dar asaltoá las barbas. No he visto yo yedra tan codiciosa de subirdesde el pie de la muralla donde se arrima, hasta las almenas, comoel ahinco que llevaban estospuños á ir á darse de puñadas con loscodos.
Finalmente la exôrbitancia del cuello y puñosera tal, que en el cuello se escondia y sepultaba el rostro, y enlos puños los brazos. Digo pues que el tal mancebo sellegó á mí, y con voz grave y reposada medixo: es por ventura vm. el señor Miguel de CervantesSaavedra, el que ha pocos dias que vino del Parnaso? A estapregunta creo sin duda, que perdí la color del rostro,porque en un instante imaginé y dixe entre mí: si eseste alguno de los poetas que puse, ó dexé de poneren mi Viage, y viene ahora á darme el pago que él se imaginase me debe? Pero sacando fuerzas de flaqueza, le respondí:yo, señor, soy el mesmo que vm. dice: qué es lo quese me manda? El luego en oyendo esto, abrió los brazos, y melos echó al cuello, y sin duda me besára en lafrente, si la grandeza del cuello no lo impidiera, y dixome: vm.señor Cervantes, me tenga por su servidor y por su amigo,porque ha muchos dias que le soy muy aficionado asi por sus obras,como por la fama de su apacible condicion. Oyendo lo qualrespiré, y los espiritus que andaban al borotados se sosegaron: y abrazandole yo tambien conrecato de no ajarle el cuello, le dixe: yo no conozco á vm.sino es para servirle; pero por las muestras bien se me trasluceque vm. es muy discreto y muy principal: calidades que obliganá tener en veneracion á la persona que las tiene. Conestas pasamos otras corteses razones, y anduvieron por alto losofrecimientos, y de lance en lance me dixo: vm. sabrá,señor Cervantes, que yo por la gracia de Apolo soy poeta,ó á lo menos deseo serlo, y mi nombre es Pancracio deRoncesvalles. Miguel. Nunca tal creyera, si vm. no me lohubiera dicho por su mesma boca. Pancracio. Puesporqué no lo creyera vm? Mig. Porque los poetas pormarabilla andan tan atildados como vm. y es la causa, que como sonde ingenio tan altaneros y remontados, antes atienden á lascosas del espiritu, que á las del cuerpo. Yo, señor,dixo él, soy mozo, soy rico, y soy enamorado: partes quedeshacen en mí la flogedad que infunde la poesia: por lamocedad tengo brio; con la riqueza con que mostrarle: y con el amorcon que no parecer descuidado. Las tres partes del camino, le dixeyo, se tiene vm. andadas para llegará ser buen poeta. Pan. Quales son? Mig. La dela riqueza y la del amor. Porque los partos de los ingenios de lapersona rica y enamorada son asombros de la avaricia, y estimulosde la liberalidad, y en el poeta pobre la mitad de sus divinospartos y pensamientos se los llevan los cuidados de buscar elordinario sustento. Pero digame vm. por su vida: de quésuerte de menestra poetica gasta ó gusta mas? A lo querespondió: no entiendo eso de menestra poetica. Mig.Quiero decir que á qué genero de poesia es vm. masinclinado? al lirico, al heroico, ó al comico? A todosestilos me amaño, respondió él; pero en el quemas me ocupo, es en el comico. Mig. Desa manera habrávm. compuesto algunas comedias. Pan. Muchas, pero solo unase ha representado.
Mig. Pareció bien? Pan. Alvulgo no. Mig. Y á los discretos? Pan.Tampoco. Mig. La causa? Pan.
La causa fue, que laachacaron que era larga en los razonamientos, no muy pura en losversos, y desmayada en la invencion. Tachas son estas,respondí yo, que pudieran hacer parecer mal á las delmesmo Plauto. Y mas, dixo él, que no pudieron juzgalla,porque no la dexaron acabar segun lagritaron. Con todo esto la echó el autor para otro dia: peroporfiar, que porfiar: cinco personas vinieron apenas. Creame vm.dixe yo, que las comedias tienen dias, como algunas mugereshermosas: y que esto de acertarlas bien, va tanto en la ventura,como en el ingenio: comedia he visto yo apedreada en Madrid, que lahan laureado en Toledo: y no por esta primer desgracia dexe vm. deproseguir en componerlas, que podrá ser que quando menos lopiense, acierte con alguna que le dé credito y dineros. Delos dineros no hago caso, respondió él; mas preciariala fama, que quanto hay: porque es cosa de grandisimo gusto, y deno menos importancia ver salir mucha gente de la comedia, todoscontentos, y estar el poeta que la compuso á la puerta delteatro, recibiendo parabienes de todos. Sus descuentos tienen esasalegrias, le dixe yo, que tal vez suele ser la comedia tan pesima,que no hay quien alce los ojos á mirar al poeta, ni aunél pára quatro calles del coliseo, ni aun los alzanlos que la recitaron, avergonzados y corridos de haverseengañado y escogidola por buena. Y vm. señorCervantes, dixo él, ha sidoaficionado á la caratula? ha compuesto alguna comedia?Sí, dixe yo: muchas, y á no ser mias, me parecierandignas de alabanza, como lo fueron: Los Tratos de Argel: LaNumancia: La gran Turquesca: La Batalla Naval: La Gerusalen: LaAmaranta ó La del Mayo: El Bosque amoroso: La Unica y lavizarra Arsinda, y otras muchas de que no me acuerdo; mas laque yo mas estimo, y de la que mas me precio, fue y es, de unallamada La Confusa, la qual, con paz sea dicho de quantascomedias de capa y espada hasta hoy se han representado, bien puedetener lugar señalado por buena entre las mejores. Pan. Y agora tiene vm. algunas?
Mig. Seis tengo conotros seis entremeses. Pan. Pues porqué no serepresentan? Mig. Porque ni los autores me buscan, ni yo lesvoy á buscar á ellos. Pan. No deben de saberque vm. las tiene.
Mig. Sí saben, pero como tienensus poetas paniaguados, y les va bien con ellos, no buscan pan detrastrigo; pero yo pienso darlas á la estampa, para que sevea de espacio lo que pasa apriesa, y se disimula, ó no seentiende quando las representan; y las comedias tienen sus sazonesy tiempos coma los cantares. Aquillegabamos con nuestra platica, quando Pancracio puso la mano en elseno, y sacó dél una carta con su cubierta, ybesandola, me la puso en la mano: leí el sobrescrito y vique decia desta manera.
A Miguel de Cervantes Saavedra, en la calle de las Huertas,frontero de las casas donde solia vivir el Principe de Marruecos,en Madrid. Al porte: medio real, digo diez y siete maravedis.
Escandalizome el porte, y de la declaracion del medio real, digodiez y siete. Y volviendosela le dixe: estando yo en Valladolidllevaron una carta á mi casa para mí, con un real deporte: recibióla y pagó el porte una sobrina mia, quenunca ella le pagára; pero dióme por disculpa, quemuchas veces me havia oido decir que en tres cosas era bien gastadoel dinero: en dar limosna, en pagar al buen medico, y en el portede las cartas ora sean de amigos, ó de enemigos, que las delos amigos avisan, y de las de los enemigos se puede tomar algunindicio de sus pensamientos.
Dieronmela, y venia en ella un sonetomalo, desmayado, sin garbo, ni agudeza alguna, diciendo mal del Don Quixote, y de lo que mepesó, fue del real, y propuse desde entonces de no tomarcarta con porte: asi que, si vm. le quiere llevar desta, bien se lapuede volver, que yo sé que no me puede importar tanto comoel medio real que se me pide. Riose muy de gana el señorRoncesvalles, y dixome: aunque soy poeta, no soy tan misero que meaficionen diez y siete maravedis. Advierta vm. señorCervantes, que esta carta por lo menos es del mesmo Apolo:él la escribió no ha veinte dias en el Parnaso, y mela dió para que á vm. la diese. vm. la lea, que yosé que le ha de dar gusto. Haré lo que vm. me manda,respondí yo: pero quiero que antes de leerla, vm. me le hagade decirme, como, quando, y á qué fue al Parnaso? Yél respondió: como fui, fue por mar, y en una fragataque yo y otros diez poetas fletamos en Bercelona: quando fui, fueseis dias despues de la batalla que se dió entre los buenosy los malos poetas: a que fui, fue á hallarme en ella porobligarme á ello la profesion mia. A buen seguro, dixe yo,que fueron vms. bien recebidos del señor Apolo. Pan.Sí fuimos, aunque le hallamos muy ocupado á él, y á lasseñoras Pierides, arando y sembrando de sal todo aqueltermino del campo donde se dió la batalla.
Preguntélepara qué se hacia aquello, y respondióme, que asicomo de los dientes de la serpiente de Cadmo havian nacido hombresarmados, y de cada cabeza cortada de la Hidra que matóHercules, habian renacido otras siete, y de las gotas de la sangrede la cabeza de Medusa se havia llenado de serpientes toda laLibia; de la mesma manera de la sangre podrida de los malos poetasque en aquel sitio havian sido muertos, comenzaban á nacerdel tamaño de ratones otros poetillas rateros, que llevabancamino de henchir toda la tierra de aquella mala simiente, y quepor esto se araba aquel lugar, y se sembraba de sal, como si fueracasa de traidores. En oyendo esto, abri luego la carta, y vi quedecia.
A MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA.
SALUD.
El señor Pancracio de Roncesvalles, llevador desta,dirá á vm. señor Miguel de Cervantes, enqué me halló ocupado el dia que llegó áverme con sus amigos. Y yo digo, que estoy muy quejoso de ladescortesia que conmigo se usó en partirse vm. deste montesin despedirse de mí, ni de mis hijas, sabiendo quanto lesoy aficionado, y las musas por el consiguiente; pero si se medá por disculpa que le llevó el deseo de ver ásu Mecenas el gran conde de Lemos en las fiestas famosas deNapoles, yo la acepto y le perdono.
Despues que vm. partió deste lugar, me han sucedidomuchas desgracias, y me he visto en grandes aprietos, especialmentepor consumir y acabar los poetas que iban naciendo de la sangre delos malos que aqui murieron, aunqueya, gracias al cielo y á mi industria, este dañoestá remediado.
No sé si del ruido de la batalla, ó del vapor quearrojó de sí la tierra, empapada en la sangre de loscontrarios, me han dado unos vaguidos de cabeza, que verdaderamenteme tienen como tonto, y no acierto á escribir cosa que seade gusto, ni de provecho: asi, si vm. viere por allá quealgunos poetas, aunque sean de los mas famosos, escriben y componenimpertinencias y cosas de poco fruto, no los culpe, ni los tenga enmenos, sino que disimule con ellos; que pues yo que soy el padre yel inventor de la poesia, deliro y parezco mentecato, no es muchoque lo parezcan ellos.
Envio á vm. unos privilegios, ordenanzas yadvertimientos, tocantes á los poetas: vm. los haga guardary cumplir al pie de la letra, que para todo ello doy á vm.mi poder cumplido quanto de derecho se requiere.
Entre los poetas que aqui vinieron con el señor Pancraciode Roncesvalles, se quejaron algunos de que no iban en la lista delos que Mercurio llevó á España, y que asi vm.no los havia puesto en su Viage. Yo les dixe, que la culpa era mia y no de Vm. pero que el remediodeste daño estaba en que procurasen ellos ser famosos porsus obras, que ellas por sí mismas les darian fama y clarorenombre, sin andar mendigando agenas alabanzas.
De mano en mano, si se ofreciere ocasion de mensagero, ireenviando mas privilegios, y avisando de lo que en este montepasare. Vm. haga lo mesmo, avisandome de su salud, y de la de todoslos amigos.
Al famoso Vicente Espinel dará vm. mis encomiendas, comoá uno de los mas antiguos y verdaderos amigos que yotengo.
Si D. Francisco de Quevedo no huviere partido para venirá Sicilia, donde le esperan, toquele vm.
la mano, y digaleque no dexe de llegar á verme, pues estaremos tan cerca; quequando aqui vino, por la subita partida no tuve lugar dehablarle.
Si vm. encontrare por allá algun transfuga de los veinteque se pasaron al vando contrario, no les diga nada, ni los aflija,que harta mala ventura tienen, pues son como demonios, que sellevan la pena y la confusion con ellos mesmos, do quiera quevayan.
Vm. tenga cuenta con su salud, y mire por sí, y guardese de mí, especialmente enlos caniculares, que aunque le soy amigo, en tales dias no va en mimano, ni miro en obligaciones, ni en amistades.
Al señor Pancracio de Roncesvalles tengale vm. por amigo,y comuniquelo; y pues es rico no se le dé nada que sea malpoeta. Y con esto nuestro señor guarde á vm. comopuede y yo deseo. Del Parnaso á 22. de Julio, el dia que mecalzo las espuelas para subirme sobre la Canicula, 1614.
Servidorde Vm.
Apolo Lucido
En acabando la Carta, vi que en un papel aparte venia escrito.
PRIVILEGIOS,ORDENANZAS, y advertencias, que Apolo
Es el primero, que algunos poetas sean conocidos tanto por eldesaliño de sus personas, como por la fama de susversos.
Item, que si algun poeta dixere que es pobre, sea luego creidopor su simple palabra, sin otro juramento ò averiguacionalguna.
Ordenase, que todo poeta sea de blanda y de suave condicion, yque no mire en puntos, aunque los traiga sueltos en sus medias.
Item, que si algun poeta llegáre á casa de algunsu amigo ò conocido, y estuviere comiendo y le convidare,que aunque él jure que ya ha comido, no se le crea enninguna manera, sino que le hagan comer por fuerza, que en tal casono se le hara muy grande.
Item, que el mas pobre poeta del mundo, como no sea de losAdanes y Matusalenes, pueda decir quees enamorado, aunque no lo esté, y poner el nombre ásu dama como mas le viniere á cuento, ora llamandolaAmarili, ora Anarda, ora Clori, ora Filis, ora Filida, ò yaJuana Tellez, ò como mas gustare, sin que desto se le puedapedir ni pida razon alguna.
Item, se ordena que todo poeta de qualquier calidad y condicionque sea, sea tenido y le tengan por hijodalgo en razon del generosoexercicio en que se ocupa, como son tenidos por cristianos viejoslos niños que llaman de la piedra.
Item, se advierte que ningun poeta sea osado de escribir versosen alabanzas de principes y señores, por ser mi intencion yadvertida voluntad, que la lisonja ni la adulacion no atraviesenlos umbrales de mi casa.
Item, que todo poeta comico, que felizmente huviere sacadoá luz tres comedias, pueda entrar sin pagar en los teatros,si ya no fuere la limosna de la segunda puerta, y aun esta, sipudiese ser, la escuse.
Item, se advierte que si algun poeta quisiere dar á laestampa algun libro que él huviere compuesto, no sedé á entender que por dirigirle á algun Monarca, el tal libro ha de serestimado, porque si él no es bueno, no le adobará ladireccion, aunque sea hecha al prior de Guadalupe.
Item, se advierte que todo poeta no se desprecie de decir que loes, que si fuere bueno, será digno de alabanza, y si malo,no faltará quien lo alabe, que quando nace la escoba&c.
Item, que todo buen poeta pueda disponer de mí, y de loque hay en el cielo á su beneplacito: conviene ásaber, que los rayos de mi cabellera los pueda trasladar y aplicará los cabellos de su dama, y hacer dos soles sus ojos, queconmigo serán tres, y asi andará el mundo masalumbrado; y de las estrellas, signos y planetas puede servirse demodo, que quando menos lo piense, la tenga hecha una esferaceleste.
Item, que todo poeta á quien sus versos le huvieren dadoá entender que lo es, se estime y tenga en mucho,ateniendose á aquel refran: ruin sea el que por ruin setiene.
Item, se ordena que ningun poeta grave haga corrillo en lugarespúblicos, recitando sus versos, que los que son buenos enlas aulas de Atenas se havian derecitar, que no en las plazas.
Item, se da por aviso particular que si alguna madre tuvierehijos pequeñuelos, traviesos y llorones, los pueda amenazary espantar con el coco, diciendoles: guardaos, niños, queviene el poeta fulano, que os echará con sus malos versos enla sima de Cabra, ò en el pozo Airon.
Item, que los dias de ayuno no se entienda que los haquebrantado el poeta que aquella mañana se ha comido lasuñas al hacer de sus versos.
Item