Viajes por Filipinas: De Manila á Tayabas by Juan Álvarez Guerra - HTML preview

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CHAPTER VI

CAPÍTULO VI.

Tayabas.—Su antigüedad,—Situación.—Estadística.—Pureza deraza—El bambán grande.—Fiebres palúdicas.—Su remedio.—Casareal, tribunal, iglesia y convento.—Una Semana Santa enTayabas.—

Riqueza de ornamentación.—Correría históricaalrededor de un escribano de Pilatos.—Fisonomías de lospueblos.—Comparaciones.—Indolencia.—Supersticiones.

Tayabas es pueblo de muchísima antigüedad; hoy es cabecera dela provincia á la que da nombre, habiéndolo sido anteriormenteCalilayan. Se encuentra bajo la influencia del Banajao y á dos leguasdel estrecho, cuyas aguas se divisan perfectamente á virtud de la granaltura en que dicho pueblo está situado.

Confina con Pagbilao, Lucbany Sariaya. Tiene, según los padrones del año 1875, 125 cabeceríasrepartidas en 156 barrios, componiendo un total de población de22.337 almas, de las que tributan 12.176. Acaecieron en dicho año810 defunciones, igual número de nacimientos, y 311 casamientos;se sortearon 1.132 mozos, sacándose 17 soldados; concurrieron á lasescuelas por término medio 150 niños de ambos sexos, vacunándose 1.109;se sustanciaron en el juzgado 23 causas correspondientes á delitoscometidos en su demarcación, y por último, tiene 71 cuadrilleros á másdel puesto de la guardia civil al mando del capitán, jefe de la línea.

La situación de Tayabas, según el Padre Buceta, es 14° 50' lat. y 128°30' long.

Tayabas, como toda la provincia á que da nombre, es el centro de lapureza de la raza india y la buena dicción del tagalo; por lo tanto,allí es donde puede estudiarse con gran resultado al indio y suscostumbres.

El pueblo es muy limpio, corriendo por sus principales callesabundantes aguas encauzadas en bambanes

. La que lleva el de lallamada del

bambán grande

, hace mover una pesadísima máquina paradescascarillar palay, que se asienta al final de aquella.

Dichosencáuces no solo constituyen un poderoso elemento de limpieza, sinoque también se utilizan para todo género de necesidades domésticas,siendo sus cristalinas aguas que vienen desde las vertientes del SanCristóbal y el Banajao, un abasto para Tayabas, esparciéndose luego porcientos de canales que riegan los extensos campos escalonados de palay.

El foco de la insalubridad de Tayabas, está precisamente en su mismariqueza; sus productivos regadíos, llamados

tubiganes

, alientanel virus palúdico que emponzoña la atmósfera, originando las tanconocidas y temidas calenturas que tantísimas víctimas hacen, sobretodo de Julio á Octubre, meses en los que la tierra descansa y hacepudrir con la ayuda del agua estancada, las raíces y demás hierbas quedeja tras sí la siega del palay. Estamos seguros que desapareciendolos tubiganes, se concluirían las fiebres; pero el remedio salubre,está en la ruina de Tayabas, cuya principal riqueza la tiene en susarrozales. El paludismo de Tayabas constituye la desesperación de laciencia. Jóvenes ilustradísimos, avezados á la clínica y á estudiarla dolencia á la cabecera del enfermo hemos visto desconcertarseante el extraño y mortífero desarrollo de aquellas fiebres, en lasque las intermitencias unas veces, son verdaderamente locas, y otraspasan completamente desapercibidas, sucediéndose una fiebre á otraen la generalidad de los casos, sin dar lugar á poder emplear laquinina. Aparte de los meses citados en que las calenturas toman uncarácter verdaderamente epidémico, la salubridad no es mala.

Las construcciones que componen el pueblo en su mayoría son de tablacon techo de cabo negro.

Descuellan entre aquellas la Casa Real,la iglesia y el tribunal [11]. La primera, aunque pequeña, llenatodas las necesidades oficiales y personales del Alcalde mayor, que lahabita. El tribunal es sin disputa uno de los mejores de Filipinas, yno decimos el mejor, porque no conocemos todos los de las islas. Tieneespaciosos salones, magnífico decorado y ricos muebles. En uno delos ángulos del tribunal está la estación telegráfica.

La iglesia mide 113 varas y 2 palmos de longitud, siendo de 53con 9 pulgadas de latitud de su crucero

. Estas dimensionesque guardan relación con el edificio, forman una grandiosa masa,á cuya contemplación se aquilata cuanto puede hacer la fe de unpueblo. Aquella magnífica obra, y aquellos miles de sillares, sumanun total de trabajo que nada más que la fe puede acumular. A lagrandiosidad del edificio, no desmerece la suntuosidad y riqueza delos ornamentos que guarda, y la solemnidad con que en ella se practicael culto y se hacen las funciones religiosas. Lámparas de plata,pesados candelabros, riquísimos altares, moquetas, damascos, broncesy dorados se ven en el espacioso presbiterio. En los días solemnes, seluce un antiguo terno bordado de oro, procedente de Toledo, que llamagrandemente la atención. Las procesiones se hacen con un orden y unamagnificencia tal, que nos permite recomendar á nuestros lectores una

Semana Santa

en Tayabas. Los

pasos

que se exhiben en la semanadel dolor, no serán de gran gusto, sus combinaciones resultaránchurriguerescas, incorrecta la talla de sus figuras, impropios sustrajes, la verdad histórica falseada y el arte muy mal parado; perolo que falta de arte, lo suple la riqueza. El armazón de uno de loscarros es todo de plata. En la última procesión que vimos el año 1876,contamos 19 pasos, conteniendo algunos de ellos en sus plataformashasta 12 figuras de tamaño natural profusamente recargadas de valiososmetales y preciosas telas. La verdad histórica, volvemos á repetir,está completamente olvidada en aquellas figuras. En uno de los pasoscampea en primer término un escribano con sus correspondientes anteojosy su indispensable legajo, recordando en las prendas de su traje todaslas épocas conocidas, haciendo sus gregüescos acuchillados dar unagalopada de más de dos siglos, hasta llegar á su abotonado chaleco. El

acuchillado

escribano de Pilatos, no causó en nosotros extrañeza,puesto que ya habíamos visto á un personaje de las cruzadas luciendo undescomunal morrión de la milicia nacional, traído por un cabanista.

Para muestra, creemos basta con ese … morrión.

Parece imposible que las fisonomías de los pueblos varíen tanen absoluto, mediando entre sí cortas distancias. Decimos estoal recordar á Lucban. Poco más de dos leguas separa este pueblode Tayabas, y sin embargo las costumbres y manera de ser del uno,son casi la antítesis del otro. En el primero, el gusto y el artesuplen muchas veces á la riqueza; en el segundo, al contrario; eneste, el rico amontona y entierra los antiguos pesos de

dos mundos

;en el otro, la vida activa y comercial baraja continuamente su poconumerario. En Tayabas no busquéis ni petacas, ni petates, ni tejidos,ni bolos, ni trabajos de palmas, ni ninguna de las múltiples y variadasproducciones que hemos visto en Lucban. En Tayabas, el hombre no sabemás que cultivar el campo; en cuanto á la mujer, francamente, todavíano hemos podido averiguar lo que hace y en qué se ocupa. De esa mismaindolencia y ese perpetuo reposo, nacen sin duda alguna el sin númerode abusiones

, ó sean supersticiones de que está llena la tayabense,y de las que nos ocuparemos en los capítulos siguientes, en los quetrataremos de describir lo mejor posible al indio y sus costumbres.