pecho
sus
grandezas
caben.
No
son
los
capitanes
Cipiones
Ni
Alejandros
los
reyes,
si
no
saben
Vencer
sus
apetitos
y
pasiones.[46]
Salen los soldados PERALTA, ORTUÑO, ALVARADO, ESPINOSA y CABRERA.
PER.
¡Albricias!
NARV.
Yo
te
las
mando.
ORTUÑ.
¡Ea,
fiestas
y
alegría!
PER.
Dos
mil
ducados
te
envía
De
socorro
el
rey
Fernando.[47]
NARV.
Dios
guarde
al
Rey
mi
señor.
Esta
tarde
hay
paga.
ALVAR.
Vivas
Mil
años,
y
dél
recibas
Premio
igual
a
tu
valor.
NARV.
Ea,
poned
mesas
luego;
Todo
os
lo
he
de
dar,
¡por
Dios!,
Y
a
ser
diez
mil,
como
dos.
ESPIN.
Peralta,
mis
pagas
juego.
PÁEZ.
¿Quién
habrá
que
eso
no
haga?
NARV.
Llama
aquesas
cajas,
Páez.
CABR.
¡Vivan
Fernando
y
Narváez!
ALVAR.
¡Paga!
CABR.
¡Paga!
ORTUÑ.
¡Paga!
ESPIN.
¡Paga!
[ Vanse. ]
ABINDARRÁEZ,
solo.
ABIND.
Esperanza
entretenida,
Mal
nos
llevamos
los
dos:
No
hay
quien
lleve
como
vos
Hasta
la
muerte
la
vida.
Sois
una
vela
encendida
Que
va
ardiendo
hasta
acabarse;
Pues
también,
si
ha
de
matarse,
Quedaráse
el
alma
a
escuras,
Y
entre
tantas
desventuras,
Bueno
es
vivir
y
quemarse.
Por
ti,
esperanza,
el
cuidado
Entretiene
de
una
suerte
Al
soldado
entre
la
muerte,
Y
en
el
palo
al
sentenciado;
En
el
mar
al
que
va
a
nado,
Al
peregrino
en
el
yermo,
En
el
peligro
al
enfermo:
Y
ansí
yo
por
ti
en
la
guerra,
Cordel,
peligro,
mar,
tierra,
Hablo,
vivo,
como
y
duermo.
Todo
se
finge
por
ti,
Dudosa
y
tarda
esperanza;
Por
ti
lo
imposible
alcanza
Quien
tiene
esperanza
en
ti.
Si
se
pasa
el
mar
ansí,
La
enfermedad,
el
cordel,
En
esta
ausencia
cruel
De
mi
Jarifa
querida
Pasa
hasta
el
fin
de
mi
vida,
Pues
está
el
remedio
en
él.
Y
vos,
hermosa
señora,
Acordaos
que
aquí
los
dos
Vivimos,
queriendo
Dios,
Con
más
regalo
que
agora.
Desde
la
noche
a
la
aurora,
En
este
jardín
hermoso
Pasábamos
el
gozoso
Tiempo
que
agora
nos
falta,
Porque
la
gloria
más
alta
Tiene
su
fin
más
dudoso.
Mas
ya
estaréis,
por
ventura,
Destos
tiempos
olvidada,
Porque
la
gloria
pasada
Poco
en
la
memoria
dura
De
quien
olvidar
procura
Para
vivir
sin
tormento.
Bien
lloré
mi
apartamiento,
Que
bien
echaba
de
ver
Que
palabras
de
mujer
Tienen
la
firma
de
viento.
Bellas
flores
y
jazmines,
Que
hurtábades
por
favor
A
su
aliento
vuestro
olor
En
estos
frescos
jardines,
¡Mirad
a
qué
tristes
fines
Han
venido
mis
vitorias!
¡Mirad
cuáles
son
las
glorias,
Y
los
tormentos
qué
tales!
Pues
no
me
mataron
males,
Y
me
han
de
matar
memorias.
Sale
MANILORO,
criado.
MANIL.
Ya,
señor,
las
tres
han
dado:
Hora
será
de
comer,
Si
por
dicha,
como
ayer,
No
te
quedas
olvidado.
Deja
la
melancolía,
Come
y
desecha
la
pena;
Que
aunque
comas,
será
cena,
Pasado
lo
más
del
día.
Aunque
a
Jarifa
aguardaras
Con
la
mesa
puesta
ansí,
Era
ya
tarde.
ABIND.
¡Ay
de
mí!
Que
en
sólo
el
cuerpo
reparas;
Déjale
al
alma
comer
Suspiros,
lágrimas,
quejas.
MANIL.
¡Por
Dios,
que
si
al
cuerpo
dejas,
Que
ella
le
venga
a
perder!
No
te
digo
que
no
penes,
Mas
que
para
poder
dar
Fuerzas
a
tan
buen
penar,
Tendrás
más
si
a
comer
vienes;
Porque
el
que
bien
ha
comido,
Más
peso
llevará
a
cuestas.
ABIND.
Tu
inocencia
manifiestas,
Tu
libertad
y
tu
olvido.
Vete
con
Dios,
Maniloro,
Y
déjame
aquí
morir.
MANIL.
Mucho
ese
tierno
sentir
Hace
ofensa
a
tu
decoro;
Y
aun
a
tu
Jarifa
ofende,
Que
tanto
tu
vida
estima.
ABIND.
¿La
estima?
MANIL.
Sí,
pues
la
anima,
Y
que
se
aumente
pretende.
Y
pues
tu
pecho
recibe
Su
alma,
y
casa
le
has
hecho,
¿Por
qué
maltratas
el
pecho
Adonde
Jarifa
vive?
ABIND.
¡Ay,
Maniloro!
¿Qué
intento?
Mal
hago
en
querer
morir
Si
el
huésped
ha
de
salir
Del
pecho
en
que
le
aposento.
Viva
yo;
sustento
venga;
Viva
Jarifa.
MANIL.
Eso
sí.
ABIND.
Mas
¿no
es
engaño,
no,
sí,
Que
vida
en
ausencia
tenga?
Si
muero,
mi
alma
irá
A
ver
a
Jarifa
luego.
Vete
con
Dios.
Sale
CELINDO,
moro,
con
una
carta.
CELIND.
Creo
que
llego
A
buen
tiempo.
MANIL.
¿Quién
va
allá?
CELIND.
Celindo,
soy,
Maniloro.
¿Y
Abindarráez?
MANIL.
¡Oh
Celindo!
Aguarda.
ABIND.
A
morir
me
rindo:
Tanto,
ausente,
peno
y
lloro.
MANIL.
¿Qué
me
darás,
y
tendrás
Nuevas
de
Jarifa
y
cartas?
ABIND.
La
vida,
el
alma
que
partas.
MANIL.
Celindo.
ABIND.
¡Amigo!
¿Aquí
estás?
CELIND.
Dame
tus
pies,
y
ésta
toma.
ABIND.
¡Que
tal
bien
se
me
conceda!
¿Cómo
mi
Jarifa
queda?
CELIND.
Buena,
gracias
a
Mahoma.
ABIND.
Mil
besos
doy
a
su
firma,
Que
hasta
el
alma
me
penetra:
¿Qué
hará
el
sentido?
La
letra
Sola
mi
gloria
confirma.
Lea.
"Esposo:
Mi
padre
es
ido
A
Granada
desde
ayer.
Venme
aquesta
noche
a
ver."
¡Cielos,
yo
pierdo
el
sentido!
En
el
camino
podré
Leer,
amigos,
lo
demás.
Maniloro,
¿no
me
das
Caballo?
¿Heme
de
ir
a
pie?
Mi
vida,
¿que
podré
veros?
Mi
alma,
¿que
podré
hablaros?
Mis
ojos,
¿que
he
de
gozaros
Y
en
estos
brazos
teneros?
Ea,
loco
estoy
del
todo.
Celindo,
ésta
toma,
ten;
Y
tú
estas
joyas
también:
Vuestro
soy
y
vuestro
es
todo.
Dame
una
marlota
rica,
Llena
de
aljófar
y
perlas,
Que
ha
de
verme
y
ha
de
verlas
Quien
al
sol
su
lumbre
aplica.
Dame
un
hermoso
alquicel
O
bordado
capellar,
Y
también
me
puedes
dar
Alguna
banda
con
él.
Dame
bonete
compuesto
De
mil
tocas
y
bengalas
Y
plumas,
porque
no
hay
galas
Que
luzgan
sin
plumas:
presto.
Dame
una
manga
bordada[48]
De
aljófar
y
oro,
a
dos
haces.
Los
amores
son
rapaces:
Con
rapacejos
me
agrada.
Dame
borceguí
de
lazo
Y
acicate
de
oro
puro,
Y
porque
vaya
seguro,
Ensillarásme
el
picazo.[49]
Ponle
una
mochila
azul
Y
un
freno
de
campanillas,
La
más
fuerte
de
mis
sillas
Y
una
adarga
de
Gazul;
Una
lanza
de
dos
hierros,
Que
los
estremos
se
igualen,
Por
si
al
camino
me
salen
¿Esos
eran
los
consejos
De
caballero
y
de
noble?
¡Buenas
tretas
son,
Alcaide!
Quien
no
te
entiende,
te
compre.
Apenas
entré
en
mi
casa,
De
donde
pensaba
entonces
Enviarte
un
rico
presente,
Cuando
entiendo
tus
traiciones.
Iba
yo
por