Comunicación Politica Y Sus Repercusiones Sociales by Jorge Poveda - HTML preview

PLEASE NOTE: This is an HTML preview only and some elements such as links or page numbers may be incorrect.
Download the book in PDF, ePub, Kindle for a complete version.

VALORES

1 La libertad. 11 El derecho del trabajo

2 La paz 12 El derecho a la educación

3 La seguridad personal y familiar 13 La búsqueda de formas de convivencia humana.

4 La justicia 14 La lucha contra la miseria

5 La democracia 15 El nacionalismo

6 La soberanía nacional 16 La búsqueda de una ideología nacional, es decir, la adecuación de las grandes corrientes ideológicas a una realidad nacional determinada.

7 El amor 17 La honestidad

8 La alegría 18 El respeto a las minorías.

9 El respeto entre los hombres 19 El desarrollo económico, social y político 10 La fraternidad y el sacrificio por los demás 20 El derecho a la vida y a la felicidad (28)

DINÁMICA PROPAGANDÍSTICA

El especialista electoral Tapia hace una serie de observaciones acerca de las condiciones que en la dinámica de una campaña, son básicas para las acciones de propaganda. A criterio de Tapia, esas son condiciones fundamentales y, por lo tanto, deben realizarse con criterio ofensivo, evitando que el “adversario” tome la delantera. A continuación da estos ejemplos textuales:

1.- Frente a la libertad, identificamos al enemigo con el terror.

2.- Frente a la paz, se identifica al adversario con la violencia y el fraude.

3.- Frente al derecho a la vida y a la felicidad, se acusa al adversario de mantener privilegios que impiden la realización plena de la vida humana.

4.- Frente a la democracia, identificamos a los contrincantes con deseos de poder insaciable.

5.- Frente al amor, hacemos que el enemigo aparezca como enfrentando el oficio social, 6.- Frente a lo soberanía nacional, ubicamos a las otras corrientes como vinculadas a fuerzas extrañas.

7.- Frente a la alegría, sostenemos que nuestros adversarios necesitan un clima de tensión para imponer sus principios.

8.- Frente a la seguridad personal y familiar, expresamos que el enemigo trata de mediatizar al hombre y su familia para que vivan en una permanente inseguridad.

9.- Frente a la justicia, acusamos a los adversario de ser culpables de la situación de injusticia que impera en ciertos estratos sociales.

10.-Frente al respeto entre los hombres, afirmamos que las doctrinas antagónicas desean mantener y formar privilegios por encima de los valores humanos esenciales.

11.-Frente a la fraternidad y el sacrificio por los demás, decimos que un enemigo pretende transformar a los hombres en enemigos de los hombres.

12.-Frente al derecho a la educación, acusamos al enemigo de las deficiencias y privilegios de la educación.

13.-Frente al derecho al trabajo, afirmamos que el enemigo desea mantener la incertidumbre de los trabajadores y que sus intereses son favorecidos en el desempleo.

14.-Frente a la búsqueda de formas superiores de convivencia humana afirmamos que nuestros enemigos son profundamente conservadores y que se oponen al progreso.

15.-Frente a la lucha contra la miseria acusamos a los enemigos de luchar con la pobreza.

16.-Frente al nacionalismo, decimos que nuestros adversarios tienen compromisos internacionales y que pretenden trasladar mecánicamente estos esquemas políticos.

17.-En la búsqueda de una ideología nacional adecuada a las grandes tendencias del pensamiento de la humanidad, afirmamos que nuestros contrincantes no tienen poder de creación y que sólo se limitan a repetir una consigna extraña a la realidad nacional.

18.-Frente al respeto a la minoría, afirmamos que nuestros adversarios son totalitarios.

19.-Frente a la honestidad, acusamos a nuestro adversario de lucrar con la lucha política.

20.-Frente al desarrollo económico, social y político del país, acusamos a nuestros contrincantes de no tener programas coyunturales capaces de sacar al país de su actual situación.(29)

7.- MOVILIZACIÓN PARTIDISTA

El problema organizativo de toda conducción de una lucha electoral es hacer conocer la política del partido y lograr que sus partidarios se comprometan con ella. Para lograr este enlace, los partidos llevan a cabo una campaña partidista y de movilización. El objetivo de esta movilización es la identificación de los miembros y partidarios con la lucha electoral del partido, sus temas y sus políticos, y se fundamenta en estos lineamientos comunicacionales:

A) La campaña de movilización es el esfuerzo pro conducir la lucha de persona a persona, es decir, transformar a los afiliados y partidarios no sólo en electores sino también en asistentes en la lucha electoral, que han de convencer a otros y ayudar a convertirlos en votantes.

B) Esta campaña partidista en la lucha electoral es el intento que apoya la totalidad de la política y se dirige a los individuos del partido, de asociaciones, de determinados grupos de destinatarios o regiones, a fin de lograr de ellos un determinado comprometimiento para la lucha electoral: el interés activo por el partido, la afiliación, los donativos, la participación en las diversas acciones y la identificación con la política y la persona de los dirigentes políticos.

C) En la concepción de la comunicación de la lucha electoral, la movilización de sus propios afiliados y partidarios tiene importancia porque es la complementación comunicativa necesaria para la campaña en los medios masivos. La campaña partidista y de movilización apunta al campo de comunicación interpersonal.

D) Esencialmente, este nivel de la campaña electoral apunta al desarrollo de relaciones personales entre los partidarios. afiliados y los sectores. En la era de los medios de comunicación de masas, con el predomino de la y la gran importancia de la radio y la prensa, se penetra aquí en un campo más sereno en el que las personas conversan acerca de la lucha electoral, las probabilidades de triunfo, las cualidades y la política de los partidos y candidatos.

E) La lucha electoral que quiere provocar la campaña partidista y de movilización es una lucha electoral. Su elemento decisivo es el diálogo, pues aquí los partidarios tienen que discutir con otros electores. A través de su disposición al diálogo político con vecinos, amigos o compañeros de trabajo, tienen que poder defender su opinión y contribuir a que otros electores, sobre la base de la cantidad de informaciones ofrecidas por los medios de comunicación de masas, pueden llegar al mismo juicio que ellos mismos.

F) Se trata, pues, de la interpretación de acontecimientos, del hilo conductor en la corriente de las múltiples informaciones que actualmente recibe el individuo. Y, efectivamente, en la lucha electoral puede imponerse sólo el partido que es capaz de una interpretación total de este tipo a través de sus partidarios, y que le permite ordenar los acontecimientos del período de la campaña electoral en una continuada evaluación política y actitud personal.

G) En la lucha electoral puede tener éxito sólo la política que en los diálogos de las personas con sus partidarios puede ser defendida eficazmente. A veces, la apelación impersonal de los medios de comunicación de masas es hasta sustituida por el poder personal de convencimiento de los partidos.

Refiere el especialista en campañas Rsdunski: “En los años setenta, en los países de Europa Occidental, s vio claramente la importancia que tiene un partido intacto, bien organizado, con partidarios activos, mientras que los representantes de la “new politics”

en los EE.UU creyeron poder renunciar a estas formas de campaña. Pero la confianza en las modernas posibilidades técnicas de la campaña electoral y en la fuerza exclusiva de los medios de comunicación de masas ha disminuido desde que los EE.UU.

demostraron que la movilización no puede lograrse exclusivamente con estos métodos.”30”

Por tres razones, la moderna campaña partidista y de movilización es una forma de comunicación política adecuada a estos tiempos:

1.-El ciudadano informado y politizado a través de los medio de comunicación de masas está dispuesto a aceptar el diálogo directo.

2.-A través del contacto directo con los ciudadanos dentro del marco de las diferentes acciones, los miembros de los partidos se informan acerca de las necesidades políticas y las opiniones de la población en mucho mayor medida de la que les es posible en la vida política normal. En una especie de sistema de alarma anticipada, el partido puede conocer mejor los desarrollos políticos.

3.-Aun cuando el contacto directo con los ciudadanos no conduzca en algunos casos al éxito deseado, los miembros del partido adquieren, a través de su comprometimiento, un cierto respeto por parte de los ciudadanos, que puede contribuir a reducir las eventuales reservas en contra del partido.

8.- HUMOR POLÍTICO

En el caso del usos del humor político como instrumento de comunicación política, no se conocen estudios sistematizados sobre el tema y -en general- también la literatura útil para este trabajo es escasa, pues más bien es de carácter anecdótico, o se refiere a particularidades relacionadas con las formas en que se diseminan los chistes y los rumores humorísticos; o se aborda desde el área de creación estrictamente cultural y su valor comunicacional se aborda desde el ángulo de crítica artística.

Sin embargo, el humor como arma es de gran impacto pues es bien sabido que “una caricatura expresa más que mil palabras”, como reza el refrán popular. Vale, sin embargo, dar referencias aplicables a Costa Rica: la primera se refiere a la costumbre existente en todos los partidos políticos de crear unidad de “rumor y chistes” que se encargan de diseminar: aceptar o rechazar lo que es ofensivo o bien de reforzar lo que es útil. Algunos de estos chistes mueren, o son traspasados de candidato a candidato. El humor es un arma casi silenciosa utilizada para influir, sugerir, susurrar de distinta manera, aspectos sobre las flaquezas humanas de los candidatos, sus cónyuges o sus allegados, de manera que -coincidiendo con otros aspectos de la propaganda o de la contrapropaganda- den visos de verosimilitud a determinados infundios, a verdad a media o bien a verdades reales que nos pueden decir abiertamente por razones de responsabilidad legal.

La segunda referencia se relaciona no con el humor lanzado por el adversario sino con el uso del chiste por parte de un candidato para desacreditar un cargo directo que se le formule y el que -por la vía del humor- trata de desautorizar.

Al respecto es clásico el cuento que s refiere a las cuentas de Gonzalo de Córdoba, el gran capitán español que, para desacreditar a sus adversario -quien le criticaba por la relación de ingresos y gastos- escribió al Rey que sus gastos eran: “En jalar piscos y azadones cien millones, y en guantes perfumados, para preservar a la tropa del mal olor de los cadáveres del enemigo, otros tantos millones...”(31).

Obviamente que Don Gonzalo usó mal los fondos públicos, pero el uso del humor desacreditó las críticas de sus adversarios y parece que esa se convertiría luego, en América Latina, en una costumbre sin pena, hasta que recientemente en República Dominicana, luego en Brasil, después en Perú y más reciente en Venezuela, se comienza a poner coto a las cuentas mal sacadas.

Pero lo que eso no garantiza es la pérdida del humor como recurso de comunicación política, máxime en Costa Rica en donde las “barajas de piso”, que son asunto serio, se siguen practicando con sonrisas de oreja a oreja.

Sin embargo, y como dato curioso, todas las encuestas de 1993 coinciden en señalar que los costarricenses no confían en los políticos pero, como el país tiene un gran sentido del humor, aparte de decirlo no pasa nada, al menos aún.

9.- REGLAS DE LA CONTRAPROPAGANDA

Esta propaganda, que combate las tesis del adversario, o al adversario mismo, se fundamenta, a su vez, en la menos seis reglas debidas a la sistematización de Domenach, que son las siguientes:

A) El reconocimiento de los temas del adversario para descomponerlos en sus elementos constitutivos que clasificados, despojados de su contexto, quedan reducidos a su contenido lógico que es, -casi siempre-, pobre por lo que se les debe atacar por separado y aun se les debe buscar sus propias contradicciones.

B) El ataque debe dirigirse primero a los puntos débiles, para -a partir de allí- abrir brechas en la credibilidad de la totalidad del adversario.

C) La propaganda del adversario no debe nunca atacarse de frente, dado que para combatir una opinión se requiere partir de la opinión misma, lo cual favorece generalmente al adversario.

D) Se requiere desdeñar al adversario desacreditando mediante el recurso de oponer se discurso a su práctica o bien debilitando como persona para desacreditar sus postulados, bajo el principio de que:!desacreditado el ponente, lo que diga queda en entredicho!

E) Es necesario ridiculizar al adversario caricaturizando su estilo y sus argumentaciones o haciendo chistes sobre sus planteamientos, pues estos chistes se difunden con gran rapidez.

F) El ataque directo al adversario debe hacerse por medio de testaferros (en Costa Rica fueron clásicos los partidos y los candidatos “turecas”) que cumplen en esa acción, para que así el adversario pueda decir que su política es “limpia”, o “de altuar” y sin “ataques personales al adversario”. Aunque cabe resaltar que en última y en la actual campaña las

“turecas” no son visibles como antes y que el duro juicio partidista suele endilgar esa función a otros actores sociales, entre ellos algunos medios de prensa o bien algunos periodistas.(32)

10.- CAMPAÑA DE CONTRAPROPAGANDA

En el caso específico de la contrapropaganda, el especialista en campañas electorales Tapia hace un recuento de cómo deben ponerse en vigencia las reglas que norman este campo de la comunicación política. Estas acciones que recomienda -y que afirma son utilizadas por agrupaciones de diversa ideología- son: A) ATACAR LOS PUNTOS DÉBILES Y DESARTICULAR LOS CONTENIDOS

DE LA CAMPAÑA DE LOS ADVERSARIOS: toda campaña de propaganda tiene puntos débiles, éstos se pueden detectar, con mayor facilidad, si analizamos y descomponemos los elementos de las campañas contrarias. Una vez analizados los contenidos, buscaremos sus puntos más débiles para atacarlos, creando la duda, ridiculizándolos, poniendo en claro sus contradicciones con la totalidad del mensaje propagandístico y tratando de obligar al enemigo a puntualizar más esta parte de su mensaje, es decir, buscar que pase a la defensiva. Atacando los puntos débiles, debemos tratar de que toda la campaña del enemigo se desmorone, es decir, quitar los ladrillos más débiles para que caiga la casa.

B) LA UTILIZACIÓN DE LA PROVOCACIÓN: esta actividad la realizan cuadros medios del partido o simpatizantes sin mayores responsabilidades en la conducción de la campaña y el partido, y está destinada a hacer que el adversario, que debe ser un dirigente o un líder, responda desafortunadamente al ataque. La provocación tiene un contenido distinto al contenido que está dando en sus mensajes el dirigente o el líder adversario y persigue desviarlo del tema obligándolo a referirse a errores pasados o a desmentir afirmaciones de la provocación. La provocación se puede efectuar tanto en un encuentro directo con el dirigente o líder enemigo en un acto público como también por los medios de comunicación.

C) LA UTILIZACIÓN DE LOS HECHOS: “Los hechos, los porfiados hechos” de que hablaba Lenin, pueden utilizarse para contradecir el contenido, y la forma de la propaganda del adversario. El método consiste en poner en contradicción los hechos con el contenido, y abarca tanto al partido como a los dirigentes y líderes adversarios: pro ejemplo, la derecha chilena siempre utilizó contra Allende su calidad de pequeño-burgués de gusto refinado, para ponerlo en contradicción con el contenido oioykar de su pensamiento político. La contrapropanganda utiliza, en este sentido, los hechos prácticos con pruebas difíciles de desmentir, como , por ejemplo: fotografías, escritos, programas de gobierno anteriores de los partidos adversarios, leyes que se hayan impulsado, grabaciones de “video tape” y radiofónicas que contradigan el actual contenido de la campaña de propaganda del adversario. Se puede vincular a los adversarios con tendencias políticas desacreditadas o con los personajes políticos nacionales o internacionales que hayan “caído en desgracia” frente a la opinión pública, y mostrar fotos en que se encuentren juntos el dirigente político privada de algunos líderes o dirigentes de los partidos adversos con el contenido de su propaganda, por ejemplo, si un partido afirma que efectuará un proceso contra la contradicción, la contrapropaganda ataca informando de la actividad corrupta que en ciertas esferas de los negocios realizan las personalidades de la corriente adversa.

D) LA UTILIZACIÓN DEL RIDÍCULO: una de las formas de menoscabar la propaganda adversaria, ridiculizando sus argumentos y a las personas que los sostienen, buscando ángulos jocosos, que provoquen hilaridad colectiva, aun dentro de los mismos simpatizantes o adherentes a la campaña enemiga. El chiste político juega un gran papel en estas acciones de contrapropaganda y su recopilación y edición tiene un efecto multiplicador por intermedio de la comunicación directa. Por ejemplo, si algún dirigente de una campaña adversaria es gordo y habla de erradicar el hambre del país, se puede utilizar esta contradicción gráfica para caricaturizarla y distribuirla masivamente. En la campaña electoral chilena de 1970, el candidato de la derecha política fue Jorge Alesandri Rodríguez, quien era un octogenario solterón y el diario sensacionalista “El Clarín” lo apóstrofo con el mote de “La Señora”, y en todas las informaciones que se referían a sus actividades políticas sólo hablaba de “La Señora”; al poco tiempo, todo el pueblo en público o en privado se refería a él usando el apodo de “La Señora”.

La contrapropaganda ataca, además, los símbolos: señales gráficas, cantos, banderas, afiches, etc., cambiándoles sus contenidos para transformarlos en representaciones que produzcan hilaridad; en general, ridiculizándolos. Una simple raya en otro sentido puede cambiar las características de un símbolo usado por enemigo en su propaganda política.

E) EL ATAQUE A LOS OPORTUNISTAS, DESERTORES O TRÁNSFUGAS

POLÍTICOS: la contrapropaganda sabrá distinguir perfectamente, en las filas del enemigo, a los que están realmente con esa causa política e ideológica y a los que han llegado a ella por oportunismo en búsqueda de mejores condiciones personales, o para conseguir prebendas que otros partidos políticos no les darían. Sobre este sector se organizan intensas acciones de contrapropaganda que, al atacarlos a ellos, por reflejo, desprestigian la totalidad de la acción del partido adversario. Por ejemplo, se da a conocer el historial político de quienes han desertado y se pone en contradicción su pensamiento del pasado con el que ahora dicen profesar. Se trata de no discutir las tesis que ahora sustentan, sino de quitarle todo valor a esas tesis basándose en las condiciones humanas públicas y privadas de los integrantes de ese grupo.

F) MINIMIZAR AL ENEMIGO: la contrapropaganda siempre hablará en nombre del pueblo, de la totalidad de la población, reduciendo a un sector minoritario a quienes sostienen las posiciones contrarias. Reducirá el efecto de sus militantes y marchas, de las nóminas de sus adherentes, y tratará de aislarlos del contexto total de la población.

Se les acusará a los adversario de desesperación frente a la falta de apoyo popular y se afirmará que esta desesperación, soledad y aislamiento, los lleva a sostener determinadas tesis en forma irracional, utilizando la demagogia para tratar de influir sus escuálidas filas.

G) BUSCAR LAS CONTRADICCIONES INTERNAS ENTRE LOS

ADVERSARIOS: la contrapropaganda siempre tendrá cuidado de no atacar al enemigo en su totalidad, sino que sabrá distinguir diferentes estratos entre los enemigos; es conveniente diferenciar entre la dirigencia y la base, entre los simpatizantes y los adherentes, entre los oportunistas y los convencidos. La contrapropaganda estará destinada a hacer ostensibles estas diferenciaciones y demostrar contradicciones en el interior del enemigo, con el fin último de provocar conflicto de poder en las filas enemigas. Por ejemplo, se puede realizar la figura de ciertos líderes políticos de nivel medio y afirmar que no se les da oportunidades en el partido en que militan debido a las ambiciones personales de ciertos sectores para incentivarlos a que luche por satisfacerlas, a sabiendas de que es imposible; esto provoca resentimiento y deserción en el bando contrario.

Al producirse cualquiera deserción en el enemigo, la contrapropaganda la estimulará y la hará mayor de lo que realmente significa, con el propósito de crear una imagen de un enemigo en desbandada.

H) LAS CAMPAÑAS DE RUMOR: este tipo de campañas son utilizadas tanto en la propaganda como en la contrapropaganda. Se basan, para decirlo de acuerdo con una frase popular, en un Dicen que dijeron, y están encaminadas a la propagación falsa o distorsionada de una información para ayudar a una campaña de propaganda, o a destruir la argumentación de esta misma campaña.(33) COMENTARIOS:

En términos comunicacionales puros, se podría señalar que la información que ofrece un partido político nunca puede estar en la línea de la información veraz e imparcial, porque si se recurre a la creación de una unidad que se encargue de la divulgación, no sólo tendrá a producir noticias cargadas de intencionalidad, sino que, apenas se inicia la campaña electoral, toda la difusión doctrinaria se arrincona para dar paso a la publicidad, a la propaganda, a la contrapropaganda y a la captación personal de dirigentes “fríos” o “indecisos”, mediante actos de relaciones públicas sesgadas.

• -En términos comunicacionales puros, entonces, se trata de decodificar las matrices mentales de la población analizada segmento por segmento, pero codificada y, por lo tanto, objeto de mensajes masificantes y masificadores, en que más importa la eficacia y la eficiencia de la maquinaria, que el contenido de los mensajes. En tales circunstancias, el proceso de “molienda electoral” prepara el alejamiento e impide que fructifique el diálogo y nazca el consenso.

• -Y lo que se inicia como un medio para captar electores y desacreditar al adversario suele -por extensión- convertirse en práctica cultural que luego impide que los dirigentes para que participan en el proceso disinformador establecido a ambos lados del polo político, tengan posibilidad de establecer nexos de relación con sus oponentes, a los que trata más bien como adversarios, o más propiamente como enemigos, y en los que ya no sabrá distinguir entre sus adversario y sus ideas.

Y es que la misma esencia del enfrentamiento en que el nombre de campaña electoral semeja a una guerra sin cuartel, aleja la posibilidad del diálogo, del entendimiento, del consenso, todas prácticas democráticas mutiladas seriamente en el proceso electoral.

• -La Asamblea Legislativa, que se nutre -precisamente- de lo que está opuesto a las armas electorales, se convierte así, sin desearlo -pero sin poder evitarlo-, en extensión de la campaña, y los tambores que resuenan llaman, desde el 1º de cada mayo cuatrienal, a enfrentamientos y alejan la posibilidad de la meditación para la causa común nacional en la causa común parlamentaria.

De la comunicación política mal encauzada nacen, entonces, las trabas para el entendimiento suprapartidista necesario para un buen funcionamiento de la Asamblea Legislativa, y nace también un proceso deformado de la práctica d la comunicación pueblo-diputado-pueblo, dado que los instrumentos unidireccionales característicos de la campaña electoral son mantenidos incolumnes en el proceso de intercambio informacional.

-La práctica informacional propia d la democracia representativa y fortalecida por la práctica del proceso electoral, impide que nazca o apenas deja el mínimo de oxígeno a la práctica comunicacional propiamente dicha. Si bies es cierto que en la década de los setenta aflora en América Latina la idea de que era necesario establecer una política para que en ella se insertar la comunicación social, también lo es que -en la práctica-ello no fue posible, y ahora, a escasos años del tercer milenio, la pretensión carece de sentido, salvo que nazca del consenso de quienes forman parte en el proceso de intercambio de las informaciones que hacen posible la vida societaria.

Lo cierto es que en Costa Rica se requiere cambiar las prácticas informativas verticalistas pro modos comunicacionales compartidos. La fórmula -según los medios de comunicación- es la autorregulación.

En este caso cabría plantear si igualmente caben:

a)la autorregulación de los partidos políticos en lo que concierne a la práctica de la comunicación política.

b)en lo referente a la sociedad global, la autorregulación de los medios comerciales de información.

El tema debe ser debatido, pero para ello se requiere tener conciencia de cómo se producen los procesos informativos y los procesos comunicacionales.

El conocimiento -se ha dicho- es la base de un buen diagnóstico -se sabe- es la base de una buena terapia social.

Por esta razón, el tema que se analiza en el capítulo VI requiere contextualizarse para poder ubicarlo en una dimensión comunicacional justa, porque analiza las denominadas campañas negativas, que son el resultado de un proceso de dilución de la presencia del partido y de una concentración alrededor de los candidatos. Esta, que es la llamada americanización de las campañas, requiere condiciones al parecer fáciles, pero recoge resultados de difícil conexión.

BIBLIOGRAFÍA

1.- Baggaley, John P; Duke, Steve W: Análisis del Mensaje Televisivo, Editorial Gustavo Gili, Barcelona, 21976, p. 154.

2.- Rubin, Richard: Mass Media and Presidencial Selection., American Political Review, Washington DC Vol XVI,Mº4, 1983 P.480.

3.- Opus cit, p.481.

4.- Radundki, Peter, citado por Aveledo, Ramón Guillermo: Temas y Comunicación Política, en Comunicación Política, i cit, p.49.

4.- Opus cit, idem.

6.- Maarek. J. Philippe, Politica Marketing and Comunication; John Libbey, Media Books Serie, London, 1993,p.4.

7.- Baggaley, John P; Duke, Steve W, opus cit p. 156.

8.- Radunki, Peter, opus cit, p. 123.

9.- Yanes, Oscar: Comunicadores de la Radio y Comunicación Política, opus cit, p.68.

10.- Fein, Robert, citado por Zune, Jean, en: Propaganda y Publicidad Política, en Comunicación Política, opus cit 1 p.89.

11.- Radunki, Peter, opus cit, p. 16-20.

12.- Diccionario Electoral, opus cit, p. 554.

13.- Opus cit, idem.

14.- Greenfiel, Leff: The Real Campaing, Sumnite Books, New York, 1962, p.29.

15.- Opus cit, idem.

16.- Opus cit, p.32.

17.- Idem.

18.- Citado en Radunki Peter: Luchas Electorales, opus cit, p.26.

19.- Zune, Jean: Propaganda y Ética Política. Comunicación personal , Caracas, 18 julio de 1970. p. 6.

20.- Domenach, Jean Marie: La Propaganda Política, (Trad), Editorial Universitara de Buenos Aires, 4º Edición, 1968, p.p. 48-50.

21.- Opus cit, p.5.

22.- Opus cit, p.52.

23.- Hagerman, Walter, citado por Domenach, opus cit, p. 58.

24.- Domenach, opus cit. p. 66.

25.- Opus cit, p.67. <