En 1350[64] el mismo rey don Pedro 3.º presentó para uno de lospresbiterados de la ALJAFERIA á Juan Pedro Dosca que no poseia otrobeneficio, siendo de notar que hace mencion de la piedad de susantecesores, que habian instituido 4 presbiterados contribuyendo con 400sueldos al que hacia de rector, y con 300
á los otros, con el objeto deque estos 4 sacerdotes celebrasen continuamente el santo sacrificio dela misa, y los demas oficios divinos en la espresada capilla, yasistiesen á las horas nocturnas y diurnas, de lo que se infiere que elculto se desempeñaba ya en la ALJAFERIA con solemnidad.
Nadie pues podrá negar á la iglesia del Castillo el haber sido la 1.ªcapilla real de los Reyes aragoneses. Sin duda por esta consideracion elseñor rey D. Juan 1.º, segun he oido, unió á esta rectoría unacapellanía real y canonical que fundó en el Pilar el rey D. Jaime 2.º en1294 para poderse sustentar con mas decoro el capellan del Castillo,cuya union no se ha verificado[65].
El señor D. Felipe 2.º en 15 de Noviembre de 1597 mandó que de lasrentas de la bailia general de Aragon se diesen cada año al rector 436sueldos, y D. Felipe 4.º en 6 de abril de 1664, ordenó á losinquisidores del tribunal de Zaragoza, contribuyesen con 50
escudos dela renta del horno, y en abril del mismo año que de la hacienda de sureal palacio le diesen todo lo que hubiese menester para el cultodivino. En la actualidad goza el rector de 300 rs. mensuales, que cobrapor el habilitado del E. M. de la plaza. Sin asignacion para jocalias yculto, abolido además el diezmo y la primicia, necesariamente debereinar la miseria en un templo que podia haberse enriquecido con losdespojos de los conventos.
Como es parroquia la ALJAFERÍA tiene libros parroquiales, y los que hoyexisten principian por la partida de bautismo de José Pedro León Guiralten 29 de Junio de 1687: pero al primer folio de este libro hay unacertificacion de D. Simon Cenon de Rojas, secretario de la inquisicionen que dice haberlo entregado de órden del santo tribunal al rector D.Francisco Ferrery Berges, y haberse quedado en el archivo del citadotribunal por justas causas el tomo anterior que comenzaba en el año1587.
Para no omitir nada de lo que tenga relacion con la ALJAFERIA, harémérito de una preciosidad que se pretende contuvo por algun tiempo sucapilla. Briz Martinez[66] trae un documento que se dice otorgado á 26de setiembre del año 1399, cuyo contenido se reduce á que el rey D.Martin deseaba adquirir y tener en su capilla un caliz de piedra, en queN. S. Jesucristo consagró la noche de la cena, y que S. Lorenzo adquiriódel santo pontífice Sixto, de quien era diácono y discípulo, y habiavenido á parar á S. Juan de la Peña: que para hacer esta peticion deputóal reverendo Antonio arzobispo de Atenas, y que reunidos los monges encapítulo deliberaron entregarlo, de lo cual el dicho arzobispo, yBernardo prior, hicieron relacion al rey D. Martin que estaba en sucapilla menor de la ALJAFERIA, y allí le entregó ó presentó el prioreste cáliz, y después de haberlo recibido en sus manos, el rey enagradecimiento dió al prior otro de oro de cinco marcos de peso deZaragoza, cuyos esmaltes y figuras se particularizan en el mismoinstrumento, con obligacion de que los monges no lo pudiesen vender niempeñar. Esta escritura se halla testificada por Berenguer Sartasecretario del rey, y se espresa haber sido estraida del archivo deBarcelona. Este cáliz, segun refiere Briz, estuvo en la capilla de laALJAFERÍA hasta que el rey D. Juan, que era gobernador de los reinos deAragon por su hermano el rey D. Alonso, que estaba en la conquista deNápoles, lo dió en 18 de marzo de 1437 á la iglesia de Valencia. Noentro en el exámen del fondo ó sustancia de los hechos que refiere estedocumento, y solo me limito á manifestar las creencias y lo que constahistóricamente que se hizo segun ellas[67].
CAPÍTULO OCTAVO.
DE LOS HUERTOS Y AGUAS
de la Aljaferia.
Que habia un huerto destinado sin duda al recreo de la magestad, loprueban dos documentos del Rey D. Martin, dado el uno en Valencia á 7 demarzo de 1403,[68] y el otro en Segorve á 14 de Julio del mismo año, yautorizados por Nicolás de Campelles que entonces regentaba lacancillería. En el primero se hace mencion del recurso que le habíadirijido Ramon de Torrellis jurisperito de Zaragoza, exponiendo que D.Pedro padre del D. Martin, por documento fechado en Monzon á 12
deOctubre de 1383, dió graciosa y perpetuamente á Gil de Sada, camarero dedicho rey y merino de la espresada ciudad, para sí y los suyos el aguasobrante, despues de regado el huerto de la ALJAFERÍA, cuyo derechovendió Gil á Torrellis; y como algunos pretendian regar en su perjuiciolos huertos y posesiones que estaban debajo de la ALJAFERIA, manda elRey D. Martin que no se le ponga ningun impedimento, y encarga al merinoy sus oficiales que le amparen vigorosamente. En el 2.º
documento,dirigido tambien al merino y los oficiales de Zaragoza, habla el mismoRey D. Martin del abuso que intentaba hacer del agua Ramon de Torrellis,el cual pretendia aprovecharse de ella despues de regado el huertomenor, y no el mayor de la ALJAFERIA; de lo que se seguia que se secasenlos árboles y plantas de dichos huertos, particularmente en los meses decalor: y el Rey D. Martin dice, que así como no quiere causar perjuiciosá sus súbditos, tampoco quiere que se le causen, y que su mente no fuede ningun modo el que se aprovechase Torrellis del agua, sino despues deregados los dos huertos de la ALJAFERIA, y en esta forma declara elsentido de los anteriores despachos.
Cual fuese la importancia de estos dos huertos y tierras, lo demuestraotra escritura otorgada en Zaragoza á 5 de Agosto de la era de 1344,[69]que equivale al año 1306 por testimonio de Guillermo Porta, de la cualresulta que el tutor y curador legítimo de Peregrin, Teresa y Graciapupilos, hijos de Peregrin Baldovin y de doña Gracia Martin Tarin sumuger, con la judicial licencia y facultad que le concedió Guillermo deCavaldós, Zalmedina[70]
de Zaragoza, pasó á vender al Excmo. Príncipe ySr. D. Jaime 2.º
rey de Aragon, perpetuamente la mitad de las aguas delrio Huerba, que pertenecia á dichos pupilos por su padre, y que tenia elnombre de agua del Sr. Rey, recibiéndola y cogiéndola continuamente enel azud de la acequia de la Romareda, término de Zaragoza, desde la horade vísperas del sábado hasta la misma del domingo 1.º siguiente, porprecio de mil y quinientos sueldos jaqueses, que confesó haber recibidode S. M. por mano de Estéban de Roda de su real casa y familia. En estaescritura se expresa, que los demás bienes que se habian tratado devender, no encontraron comprador, y que de esta mitad de agua seofrecieron 1500 sueldos ad opus Domini Regis, para la obra del Sr.Rey, que seria indudablemente en la ALJAFERIA, pues no consta quenuestros reyes diesen este título á otra.
Este mismo monarca D. Jaime 2.º en un despacho fechado á 7
de los idusde Marzo del año 1311,[71] dice á Guillermo Palacin, que por otro ya lehabia mandado, que del agua que se toma á ciertas horas para la obra dela ALJAFERIA, dé y complazca á la Priora y comunidad del monasterio depredicadores, para regar un huerto de dicho monasterio, mientras que nose necesitase para la ALJAFERIA, y que como esta agua no puedeatravesar, sino se construyen arcos ó alguna obra en el foso, que hayentre el monte de la ALJAFERIA y el muro de tierra de la ciudad,
porcuyos arcos pueda pasar, manda, que se le permita al prior ó procuradorde ellas la obra necesaria en el foso sin perjuicio de nadie. Estedocumento hace ver la abundancia de aguas que tenia la ALJAFERIA, y quetodavia existian entonces el foso y muro de tierra de que se ha habladoanteriormente. La otra carta ó despacho, á que se refiere en elprivilegio citado, fue dado tambien en Valencia en las nonas de Marzo de1311, y en él hizo la concesion á las monjas á virtud de la súplica quele dirigieron.
CAPITULO NOVENO.
Esmero de los reyes aragoneses en la conservacion de la ALJAFERIA.Relacion de los documentos antiguos que hablan de su reparacion y de lacasa de fieras.
Nuestros reyes cuidaron con el mayor esmero de la conservacion de estepalacio. Así es que hé visto una órden de D.
Jaime 2.º fechada enBarcelona á 12 de las calendas de abril de 1292[72] dirijida á GilTerini merino de Zaragoza, para que gastase lo necesario en lareparacion de la ALJAFERIA, como lo dispusiese el noble Sr. MarianoFerdinandi. En 1301 el Rey D.
Jaime 2.º expidió título de maestro ydirector de las obras que se hiciesen en la ALJAFERIA, á MahomatBellito, hijo de Jucef Bellito Sarraceno, que habia desempeñado el mismodestino, siendo notables las palabras, habeas et percipias de ipsisoperibus salarium competens pro tuo labore; para que obtengas ypercibas de las mismas obras el salario correspondiente á tu trabajo: loque parece da á entender, que no tenia provecho alguno sino cuandotrabajaba.
El otro despacho fechado en Barcelona á 18 de agosto de 1408,[73] el ReyD. Martin destinó á la reparacion de la ALJAFERIA, que por su notable yantigua construccion sobresale, segun espresa, entre todas las moradas ópalacios de su dominio, el tributo llamado maravedí, que se cobraba deciertos pueblos, y aljamas de judios y sarracenos, mandando que seentregasen á Pardo La-casta, merino de Zaragoza bajo pena de laindignacion real.
Pero el documento mas curioso es el que recuerda la existencia de unacasa de fieras en la ALJAFERIA. Así se infiere de la órden que en 18 desetiembre del año del Señor 1338[74] dió D. Pedro 3.º
(era elCeremonioso 4.º de Aragon) á su consegero y merino de Zaragoza MiguelPalacio, para que sin embargo de las muchas cargas que tenian las rentasdel merinado, por las diversas asignaciones que se habian hecho sobreellas, continúe las obras de la ALJAFERIA, por ser su voluntad que ápesar de aquellas no se paralicen: y á seguida le manda que facilite lamanutencional oso de Anteon y á las demás alimañas ó fieras que seguardaban en la ALJAFERIA. Tambien previene que si el judio, á cuyocargo estaba la custodia de los leones, conocia que los cachorros algocrecidos podian separarse de sus padres sin peligro, los enviaseinmediatamente con el mismo judio á Valencia, suministrándole lonecesario para el viage y alimento suyo y de los animales. Un documentotan raro patentiza el tono en que se encontraba este palacio en tiempodel rey D. Pedro el Ceremonioso, y el cuidado que ponia este monarca aúnen las cosas al parecer mas insignificantes, cuando tenia distraida suatencion en aquel año con los preparativos que disponia para resistir alnumeroso egército africano, que con cien galeras iba á invadir el reinode Valencia, y con las negociaciones de
concordia con el Rey deCastilla. Esto prueba que hasta los hombres grandes tienen sus caprichosy sus distracciones, que admiran á los que no conocen la flaqueza de lahumanidad, y no consideran que hasta los héroes buscan el descanso enlas cosas mas indiferentes.
CAPÍTULO DÉCIMO.
Del nacimiento de SANTA ISABEL, su bautismo y sus cartas.
Pero lo que mas realza este palacio es el nacimiento, á cuatro de juliode mil doscientos setenta y uno, de la infanta de Aragon, y despuesReina de Portugal, SANTA ISABEL, que fué hija de D.
Pedro 3.º de Aragon,llamado el Grande, y de la Reina Doña Constanza hija de Manfredo rey delas dos Sicilias. La Santa fué pues biznieta por la linea materna delemperador Federico 2.º, y por la paterna nieta de D. Jaime elConquistador, hermana de D.
Alonso 3.º el Liberal, de D. Jaime 2.ºllamado el Justo, y de D.
Fadrique rey de Sicilia. Llamóse Isabel, segunDormer, por la reina de Ungria Santa Isabel, hermana de Doña Violante suabuela, muger de D. Jaime el Conquistador. Además de asegurar variosescritores el nacimiento de la Santa en Zaragoza, y aun en el Castillode la ALJAFERIA, obra tambien la tradicion de modo que, segun diceBartolomé Leonardo de Argensola,[75]
para que se vean los succesivosesfuerzos de ésta, es de notar que cuando solia acudir muchedumbre degente para ver el palacio de la ALJAFERIA, admirándose de las techumbresdoradas de las salas, y aposentos reales, los alcaides ó sus llaverosque le declaraban algunas particularidades, para la curiosidad de lasque las notaban, llegados á uno muy señalado: «Este aposento (decian) sellama el tocador de la Reina, y nació en él aquella gloriosa InfantaDoña ISABEL, que fué Reina de Portugal. Cuan grande autoridad tengan lastradiciones y cuan respetadas sean de los hombres sabios, nadie loignora.»
Pero además de estas razones alegan otras algunos escritores regnícolas,que no dejan de ser fundadas. D. Pedro no era mas que príncipe deCataluña cuando trató y concluyó su casamiento S. Raimundo de Peñafort,á disgusto del Rey D. Jaime su padre, y del Papa Urbano 4.º, quedesamaba, como dice Argensola, al Rey Manfredo, y le privó de susreinos. Con este motivo y en demostracion de su desagrado procuraba elpadre separarse de su hijo: el 1.º vivia en Barcelona, y el segundo enZaragoza, durando este aislamiento y separacion hasta que nació SANTAISABEL, que fué el lazo de la concordia, como que esta infanta se criócon su abuelo D. Jaime el Conquistador. Véase pues como además de latradicion, tiene el nacimiento de la Santa en el castillo de laALJAFERÍA, argumentos de probabilidad,
fundados
en
hechos
históricos
quedan
naturalmente esta consecuencia.
En Mayo de 1272 se celebraron sus desposorios con el Rey D.
Dionís dePortugal, y realizado en época competente este matrimonio, de él nacióD. Alonso, que succedió á su padre en la corona de Portugal, y doñaConstanza que casada con Fernando 4.º de Castilla, fue reina tambien.Las virtudes de Isabel brillaron mas que la púrpura que vestía.
Esta reina virtuosa padeció estremadamente con las discordias suscitadasentre su esposo D. Dionís y su hijo D. Alonso, á consecuencia de laexcesiva privanza que el 1.º concedia á D.
Alonso Sanchez su hijobastardo. SANTA ISABEL reconcilió á padre é hijo, obligando á éste á quepidiese perdon al rey, cuya reconciliacion es mas meritoria, si seconsidera que ya habian venido á las manos, y se habia derramado lasangre en algunas batallas. A consolarla en estos quebrantos se dirigióla embajada de D. Fr. Sancho de parte de D. Jaime 2.º que dió materia áuna de las cartas de que se hablará despues. Sufrió tambien esta reinaprimero por la vida licenciosa de su esposo, y posteriormente por unoscelos infundados nacidos de la calumnia de un page, que por una especialdisposicion de la providencia, para la que nada hay casual, recibió lamuerte que con sus embustes habia preparado á su compañero. Viendo tanpatente el dedo de Dios, el rey D. Dionís tributó á SANTA ISABEL
elhomenaje que merece la inocencia.
Habiendo fallecido su marido en 7 de enero de 1325, tomó el sayal deSanta Clara, y en este trage asistió al funeral del rey.
Murió el 4 dejunio de 1336 en Estremoz, habiendo ido á visitar al rey su hijo, parasolicitar su acomodamiento en las diferencias que tenia con el rey deCastilla y su venerable cadáver se llevó al monasterio de Coimbra quehabia fundado. El papa Leon X
autorizó su rezo y fiesta en Coimbra eldia de su entierro que fué el 13 de julio. Paulo 4.º extendió esteindulto á todo el reino de Portugal á instancia de D. Juan 2.º, y á todoAragon á instancia de Felipe 3.º, y Urbano 8.º la canonizó en 25 de mayode 1625.[76]
Trasladado el convento de Santa Clara al monte de NuestraSeñora de Esperanza, se trasladó tambien el cuerpo de la Santa. LasCórtes generales de Aragon decretaron á su memoria la ereccion, áexpensas del reino, de un altar ó capilla, habiéndose erigido por fin eltemplo de SANTA ISABEL, que es el del convento de S. Cayetano enZaragoza. Las Córtes de Aragon llenas de una devocion santa aunpretendieron mas, y fué que se suplicase á S. Santidad que este diafuese de fiesta colenda en todo el reino[77].
Su testamento y sus cartas han sido obgeto de las alabanzas de varioshistoriadores aragoneses, castellanos y portugueses.
Gerónimo Zuritapuso en el archivo de la Diputacion, entre otros varios papeles, doscartas de SANTA ISABEL dirigidas á su hermano el Rey D. Jaime 2.ºllamado el Justo, que tienen la fecha de los años 1303 y 1319, y siendotal el aprecio que hacia de esta memoria el Reino, los diputados en 1676trataron de colocarlas en relicarios; y no habiéndolas encontrado en elpuesto en que las señalaba el índice ó inventario, segun la costumbre deaquellos tiempos, sacaron censuras que hicieron publicar en variaspartes para obligar á restituirlas, y no habiendo parecido á pesar deestas diligencias, continuaron en buscarlas, y por fin, como dice Dormerpág. 101 en la obra citada, tuvieron la dicha de encontrarlas en 1681, yordenaron que se guardasen en una rica cartera, y se publicasen pormedio de la imprenta con varias notas que les puso el citado Dormer.Copiarémos al fin estas cartas[78] para que se vean los sanos consejosde esta Reina, y los medios de que se valia para establecer laconcordia en los estados de su hermano.
Segun las tradiciones vulgares la reina de Portugal fué bautizada en elcastillo, y algunos llevan su preocupación hasta el punto de señalar ellugar donde se hallaba la pila; pero consultados nuestros escritores nopuede menos de calificarse de errónea esta tradicion. El célebre Dormeren la disertacion que escribió sobre el martirio de Santo Dominguito deVal seise ó infante de coro en la metropolitana del Salvador, dice alhablar de las excelencias de la iglesia de la Seo, «que en ella recibió,(estas son sus palabras,) las lustrales aguas de la gracia en el año1271 la serenísima infanta doña ISABEL.» Mas probable parece por otraparte que el bautismo de la princesa se celebrase en la catedral, dondepodria solemnizarse con mayor pompa, y esto lo tendremos pornaturalísimo, si consideramos que nuestros reyes se coronaban en la Seo,y si aquel templo era el elegido para un acto tan solemne, tambiencorrespondia lo fuese para el bautismo, mucho mas debiendo celebrarse enun mes de calor como el julio, en el que ningun peligro corria lainfanta con la dilacion.
La historia nos presenta como un signo de la magestad el bautismo de loshijos de los reyes en la Seo. D. Fernando el Católico nació en Sos á 10de marzo de 1452 y no se bautizó hasta el año siguiente en lametropolitana del Salvador de Zaragoza, cuyo bautismo se celebró contanta solemnidad como si fuera primogenito; succeso en el que, segundice Abarca[79],
tuvo la rabiosa melancolía del príncipe D. Carlos,hijo tambien de D. Juan 2.º, fecunda y viva materia para hartarse detristezas.
Cuando el bautismo de los príncipes que nacian fuera deZaragoza se retardaba para celebrarlo en la Seo, muy natural es creerque los que nacian en la capital no fuesen bautizados en otra parte.
En 4 de setiembre de 1498 D. Fr. Francisco Gimenez de Cisneros (creadocardenal en 1507) bautizó en la Seo y capilla del arzobispo D. Lope deLuna al príncipe D. Miguel, hijo de D.
Manuel rey de Portugal y de lareina doña Isabel princesa de España y nieta de los Reyes Católicos.Estos, que hasta tal punto habian engrandecido la ALJAFERIA no lahubieran privado del honor de este bautismo, si en su pila hubiera sidobautizada SANTA ISABEL. Esta es otra prueba de que la Santa fuebautizada en la Seo y quizás en la misma capilla en que lo fué despuesel infante D. Miguel.[80]
Si se desea mayor convencimiento, se encontrará en las gestiones quehizo el reino para fabricar, la capilla de SANTA ISABEL en la iglesia dela Seo. En las actas del Ilustrísimo Cabildo resulta, que en elcelebrado en 10 de diciembre de 1677
se dió cuenta de que D. ManuelSecanilla diputado del Reino, habia hablado al arcediano de Santa Mariaque era el presidente, manifestándole los deseos que los diputadostenian de fabricar una capilla en el templo del Salvador bajo lainvocacion de SANTA ISABEL y llegándose ya al señalamiento depuesto, elcabildo designó la capilla de San Pedro, colateral al altar mayor, dandocomision para tratar del asunto á los Sres.
Arcediano de Aliaga ySegovia. Estos comisionados no se descuidaron en agitar la materia, puesen el cabildo del 17 del mismo mes ya hicieron relacion de que habianconferenciado con los diputados; que estos pretendian la capilla, dondeestá ahora la de San Benito, por su proximidad á la pila donde fue laSanta bautizada, y que la fiesta se habia de hacer en la misma capilla;que los diputados habian de estar con sillas y almohadas, y el cabildoen el coro ó en bancos, como estaba en los aniversarios del arzobispo D.Fernando. Los comisionados hicieron desde luego presente á losdiputados, que esto no era asequible, ni era decente que se hiciera lafiesta fuera del altar mayor; con cuyo motivo desengañados de laimposibilidad de que se admitiese esta propuesta, habian convenido enque la fiesta se celebrase en el altar mayor, si el cabildo les permitiasentarse en bancos teniendo almohadas de terciopelo carmesí, pero elcabildo se negó tambien á esta propuesta, fundado en que la Iglesia dela Seo era Capilla Real, y nadie sino los reyes podian usar en ella dealmohadas de seda de aquel color.[81] De aquí proviene que el Excmo.Ayuntamiento de Zaragoza lleva siempre almohadas de terciopelo negro áesta
iglesia y la del Pilar, al paso que usa de las de carmesí en otrostemplos como lo he observado siendo síndico. Estas gestiones hacen verla persuasion en que estaban los diputados del bautismo de SANTA ISABELen el templo de la Seo. Creo que este punto ha recibido elcorrespondiente esclarecimiento.
CAPÍTULO ONCE.
Del establecimiento de la Inquisicion en la ALJAFERIA y de lasformalidades de los autos de fé.
No solamente es memorable la ALJAFERIA por el nacimiento de SANTAISABEL, sino tambien por haber estado primitivamente en aquel recinto laInquisicion, y por otros festines que ó se verificaban en aquel palacio,ó principiaban cuando menos en el mismo. En 29 de noviembre de 1485,segun el P. Murillo, se nombraron para Aragon los oficiales necesarios;pues ya habian sido
nombrados
en
el
mayo
del
mismo
año,
inquisidoresapostólicos Fr. Gaspar Inglar Dominico, y Pedro Arbués de Epila canónigode Zaragoza, y se asentó el tribunal en unas casas que estaban entre laiglesia mayor (la Seo) y las del arzobispo. A media noche del jueves 15de Setiembre del mismo año 1485 fue herido mortalmente el inquisidorArbués. Sabida su muerte por los Reyes Católicos, nombraron nuevosinquisidores, los cuales con provision real y por órden den delinquisidor general asentaron el tribunal del Santo Oficio[82] en laALJAFERIA, y esto se hizo segun Zurita[83] como en señal de perpetuasalvaguarda real y fe pública, debajo de la cual el rey y sussuccesores debian amparar este ministerio que en aquella época seapellidaba santo[84]. En 1706 por órden del rey D. Felipe 5.º setrasladó á la plaza del Cármen[85] y casa de D. Miguel Sardania: en 1708al Coso á la casa de los condes de Sástago: en 1710 á la calle de SantaCruz y casa de los Hospitales de Ntra.
Sra. de Gracia y de Misericordia,y últimamente en 18 de Junio de 1759 á la calle de Predicadores y casaque fué de los duques de Villahermosa, en cuyo sitio se construyó unmagnífico palacio que recientemente ha sido destinado á cárcel.
De la ALJAFERIA salia toda la comitiva para los autos de fé, que secelebraban en Zaragoza con la mayor solemnidad. La víspera del diadestinado se enarbolaba el estandarte de la fé sobre la puerta delCastillo, y permanecia hasta la tarde. Despues de vísperas acudian allítodas las religiones á acompañar la procesion, en que se sacaba la cruz,que era muy grande y de color verde, y se colocaba de antemano con lamayor decencia en la iglesia de S. Martin. Cada religion entraba ypostrada delante de la cruz, cantaba devotamente una antífona á lamisma, y separada á un lado aguardaba la llegada de las demás, delcapítulo de S. Pablo y de la música de la Seo. Las religiones salian porórden de antigüedad; entre la de Santo Domingo iban los familiares, y enmedio conducian el estandarte de la cofradia de S. Pedro Mártir que erade ministros de la Inquisicion, y lo llevaba un ministro del SantaOficio siguiendo los comisarios, el fiscal, el alguacil, secretario ydemás ministros de la Inquisicion, con las cruces que les servian deinsignia en el pecho. Iba la procesion al Mercado: el que llevaba lacruz subia al tablado donde habian de estar los penitentes, y la dejabasobre el altar, quedando por la noche bajo la custodia de los religiososde la Santísima Trinidad.
El dia del auto se reunian en la Inquisicion, y subian al aposento
delinquisidor
mas
antiguo
para
hacer
el
acompañamiento el regente la RealChancilleria, con los oidores de la Audiencia civil y criminalacompañados de sus ministros: el Justicia de Aragon con suslugartenientes, ministros y oficiales: dos dignidades, dos canónigos dela metropolitana, y en nombre de N. Sra. del Pilar el prior y doscanónigos: el vicario general del arzobispado y por los obispos deldistrito un consultor canónigo de la Seo. Despues llegaban el Zalmedinay jurados, que representaban la ciudad con sus maceros delante,acompañándoles tambien muchos ciudadanos. En llegando los jurados al 2.ºpatio, y antes que se apeasen, bajaban los inquisidores acompañados depersonas de calidad, y subiendo en sus mulas y los demas en suscaballos, se ordenaba el acompañamiento, yendo delante de dos en dos losque habian ido acompañando la ciudad, las Audiencias reales y la Cortedel Justicia de Aragon, y despues de estos el prior y canonigos delPilar, los prebendados de la Seo, los lugartenientes del Justicia deAragon, y luego los maceros de la ciudad, los del Zalmedina y los delJusticia de Aragon; á seguida iba el estandarte de la fé que llevaba elfiscal del Santo Oficio, teniendo los cordones dos caballeros detítulo, ó el castellan de Amposta y Bailío de Caspe.
Despues seguia el inquisidor mayor acompañado del Justicia de Aragon,que iba á la