En la Mesa del Señor Biblia y Homosexualidad by Jácobo Schifter Sikora - HTML preview

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¿Son los sodomitas homosexuales o violadores?

Si para los niños gays existe una ciudad famosa y temida es la de Sodoma. Desde muy pequeños oímos que allí se hacían cosas horribles que merecían un enorme castigo.

Niños, hoy vamos a estudiar la historia de Sodoma y Gomorra. ¿Saben qué pasó con estas ciudades?

¡Sí, Moré! Las destruyeron por pecaminosas.

¿Qué nos enseña la Biblia con ésto?

¡A respetar al Señor!

Mis compañeros gritaban como si supieran exactamente de lo que hablaban. Sin embargo, yo no tenía la menor idea de lo que decían. Tuve que preguntarle al maestro:

Moré, ¿qué fue lo que hicieron mal para que las quemaran?

Hacían prácticas sucias, cosas muy malas.

Bueno, yo también me ensucio jugando de vez en cuando,

¿es eso pecado?

La cochinada es pecado. Sin embargo, la cochinada de Sodoma era mucho peor que un poco de barro.

¿Y qué era esa cochinada?

Era la sodomía.

¡Ay, Moré! No se vale, usted no me explica nada así. ¿Cómo los iban a matar si eran sodomos? Si habían nacido en Sodoma, no podían ser otra cosa.

Mis compañeros se reían de mi ignorancia, pero hacían como si supieran de qué se trataba. “¿No sabés nada?”, me preguntó Pepe, haciéndose el simpático. “Pues la verdad es que no. ¿Vos si sabés?”. “Pues claro, en Sodoma los hombres dormían con hombres”. “´Pero vos también dormís con tus dos hermanos...”, le 71

repliqué. “Sí, pero yo me duermo y en Sodoma no”. “Pues entonces mi abuela es una sodoma porque dice que tampoco se puede dormir”, le dije. Pepe no sabía de lo que hablaba. Más adelante averiguaría en qué consistía supuestamente el pecado, que no era precisamente el insomnio. Los fundamentalistas utilizan los siguientes versos para basar su condena de la homosexualidad:

1.1. Génesis 19: 1 al 14

Destrucción de Sodoma y Gomorra

19. Los dos ángeles llegaron a Sodoma por la tarde. Lot estaba sentado a la puerta de Sodoma. Al verlos, Lot se levantó a su encuentro y postrando su rostro en tierra dijo: Ea, señores, por favor, desviaos hacia la casa de este servidor vuestro. Hacéis noche, os laváis los pies, y de madrugada seguiréis vuestro camino. Ellos dijeron: No, haremos noche en la plaza. Pero tanto porfió con ellos, que al fin se hospedaron cociendo unos panes cenceños y comieron.

No bien se habían acostado, cuando los hombres de la ciudad, los sodomitas, rodearon la casa desde el mozo hasta el viejo, todo el pueblo sin excepción. Llamaron a voces a Lot y le dijeron. ¿Dónde están los hombres que han venido donde tí esta noche? Sácalos, para que abusemos de ellos.

Lot salió donde ellos a la entrada, cerró la puerta detrás de sí, y dijo: Por favor, hermanos, no hagáis tal maldad. Mirad, aquí tengo dos hijas que aún no han conocido varón. Os las sacaré y haced con ellas como bien os parezca; pero a estos hombres no les hagáis nada, que para eso han venido al amparo de techo. Mas ellos respondieron: ¡Quita allá! Uno que ha venido a avecindarse,

¿va a meterse a juez? Ahora te trataremos a tí peor que a ellos. Y

forcejearon con él, con Lot, de tal modo que estaban a punto de 72

romper la puerta. Pero los hombres alargaron las manos, tiraron de Lot hacia sí, adentro de la casa, cerraron la puerta, y a los hombres que estaban a la entrada de la casa les dejaron deslumbrados desde el chico hasta el grande, y mal se vieron para encontrar la entrada.

Los hombres dijeron a Lot: ¿A quién más tienes aquí? Saca de este lugar a tus hijos e hijas y a quienquiera que tengan en la ciudad, porque vamos a destruir este lugar, que es grande el clamor de ellos en la presencia de Yahveh, y Yahveh nos ha enviado a destruirlos. Salió Lot y habló con sus yernos, los prometidos de sus hijas: Levantaos, dijo,salid de este lugar, porque Yahveh va a destruir la ciudad.

A partir de esta historia se ha construido un argumento que en realidad refleja un desconocimiento total de la razón por la cual Yahveh destruyó estas ciudades. Más aún, esta narración es la que dio origen al término “sodomita”, equiparándolo con homosexual.

En esta perícopa (narrativa corta) se plantea la destrucción de Sodoma y Gomorra bajo la interpretación superficial de que eran ciudades homosexuales. Si se utiliza la perspectiva heterosexista por supuesto que sí. Sin embargo, si se recurre a otros textos de la misma Biblia que complementan y explican éste, se demostrará que no.

El primero en cuestionar la lectura fue Derrick Sherwin Bailey.

Este especialista sostuvo que el verbo “conocer” (“yadha” en hebreo), cuando se dice que los hombres de Sodoma y Gomorra deseaban “conocer” a los hombres, y que se traduce como

“abusar” en el pasaje antes citado, se utiliza más en la Biblia como “examinar” y no como “tener relaciones sexuales”21. Por esta 21

Derrick Sherwin Bayley. Homosexuality and The Western Christian Tradition. Archon Books. Londres, 1975.

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razón, Bailey sostiene que la traducción según la cual los hombres de Sodoma y Gomorra deseaban “abusar de ellos” es incorrecta, mientras que una más apropiada sería “examinar sus credenciales”.

El pecado de Sodoma y Gomorra no habría sido la

homosexualidad como tal sino la violación de la hospitalidad, una conducta muy valorada por los pueblos semitas. Bailey considera que su tesis se refuerza con otros pasajes de la Biblia, lo cual se comprueba con el profeta Ezequiel en su libro, capítulo 16: versos 48 y 49, quien dice expresamente:

“El pecado de Sodoma y Gomorra fue el orgullo, la voracidad, la indolencia de vida, fue que no socorrieron al pobre y al indigente, que se enorgullecieron y cometieron abominación... por eso las hice desaparecer”. (Versión Biblia de Jerusalén)

Queda muy claro que no se alude al pecado “sodomítico”, sino a su arrogancia e insolencia por sentirse con hartura de pan y despreciar al necesitado. También el profeta Isaías retoma el tema y nos arroja una luz cuando en el capítulo primero, verso 10, dice:

“Oíd una palabra de Yahveh, regidores de Sodoma. Escuchad una instrucción de nuestro Dios, pueblo de Gomorra”.

Aquí el profeta está comparando Sodoma y Gomorra con el pueblo de Israel en términos de su hipocresía y sacrificios inútiles. En ningún momento se plantea la homosexualidad como su característica.

También el profeta Jeremías (Jeremías: 23-14) interpreta el pecado de estas dos ciudades, cuando dice que los profetas de Samaria se parecen a los habitantes de Sodoma y Gomorra ya que fomentan el adulterio espiritual, permitiendo el culto idolátrico en el pueblo, y andan tras la mentira al anunciarle al pueblo cosas venturosas cuando lo que se avecina es la ruina total. Tampoco equipara el pecado de Sodoma con un acto sexual.

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Joseph C. Weber, profesor de Teología Bíblica en el Wesley Theological Seminary, de Estados Unidos, también opina que el pecado de Sodoma fue la violación del derecho a la hospitalidad:

“Es dudoso que el pecado en esta historia sea la “sodomía”. La palabra “conocer” en hebreo en el versículo 5 aparece 943 veces, en el Antiguo Testamento. Solo 10 veces se refiere a la relación sexual. Este incidente se puede entender más bien como una ruptura de la hospitalidad. La oferta de Lot de entregar a sus hijas es un esfuerzo desesperado por mantener el sagrado derecho de la hospitalidad, al desviar a los hombres de Sodoma de su tentativa de afirmar sus derechos. Son justamente ellos los que tienen derecho de decidir si se ha de recordar la hospitalidad a los extranjeros y no Lot, quien justamente es un huésped de la ciudad. Se debe recordar que los extranjeros son los ángeles del Señor que han venido a juzgar a Sodoma”. 22

Otra interpretación reciente sugiere que el “pecado” de Sodoma fue el que reconoce el sentido sexual del verbo “yadha”, o sea admite que los hombres de Sodoma desearon tener relaciones sexuales con los visitantes, pero señala que lo que castiga la Biblia es la forma que le quisieron dar a este acto, que es la violación. Según esta tesis, el mal de Sodoma fue la violencia.

Para aclarar aún más esta idea de que la destrucción de las ciudades fue causada por los actos violentos y faltos de amor u opresores y que no se debe buscar en ellos una connotación homosexual y heterosexual sino el acto violento per se, se sugiere cambiar el género de los visitantes en la narración para ver cómo aún en las relaciones heterosexuales el hecho punible permanece.

Si leemos el verso 19 de la siguiente manera: “Llamaron a voces a Lot y le dijeron: ¿Dónde están las mujeres que han venido donde 22

Joseph Weber. Cuaderno de Teología. Wesley Theological Seminary, 1985.

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ti esta noche? Sácalas para que abusemos de ellas”, podemos ver fácilmente que el hecho condenable es igual ya se trate de hombres o de mujeres.

Llama poderosamente la atención la cita que tiene la Biblia de Jerusalén en el Libro de Judas 7, que interpreta el pecado de Sodoma así: “Su pecado había sido querer abusar de ángeles”, excluyendo la posibilidad de un pecado homosexual como tal 23.

Aquí el pecado consistiría en haber intentado mezclar lo mundano

-lo sexual- con lo espiritual -los ángeles-.

El abuso sexual trató de realizarse con inmigrantes y en el Antiguo Testamento tanto éstos como los huérfanos y las viudas llegaron a considerarse el prototipo de las clases oprimidas: Dentro de la clase pobre hay quienes sufren doblemente la opresión. Además de ser pobres son oprimidos por su condición ya sea de huérfanos, viudas o inmigrantes. El código Mosaico constantemente hace referencia a estos grupos con el fin de brindarles protección. 24

Tanto en este caso como en el de los hombres de Gabaa (cuyo ejemplo veremos a continuación), la violencia está dirigida contra los inmigrantes, uno de los grupos más defendidos en la Biblia, considerados por los pueblos como no personas. En el libro de Zacarías (7:10) leemos: “No oprimáis a la viuda, al huérfano, al forastero ni al pobre”. En el libro de los Jueces, capítulo 19: versos 22 a 29, encontramos una historia paralela, la de los hombres de Gabaa:

Mientras alegraban su corazón, los hombres de la ciudad, gente malvada, cercaron la casa y golpeando la puerta le dijeron al 23

Biblia de Jerusalén. Desclée de Brouwer. Bilbao, 1975. dición española, p.1.761.

24

Elsa Támez. La Biblia de los oprimidos. Departamento Ecuménico de Investigaciones (DEI). San José, Costa Rica, 1.979, p.78.

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viejo, dueño de la casa: ”Haz salir al hombre que ha entrado en tu casa para que lo conozcamos”. El dueño de la casa salió donde ellos y les dijo: Ńo, hermanos míos, no os portéis mal. Puesto que este hombre ha entrado en mi casa no cometáis esa infamia´.

Aquí está mi hija, que es doncella. Os la entregaré. Abusad de ella y haced con ella lo que os parezca; pero no cometáis con este hombre semejante infamia. Pero aquellos hombres no quisieron escucharle. Entonces el hombre tomó a su concubina y la sacó afuera. Ellos la conocieron, la maltrataron toda la noche hasta la mañana y la dejaron al amanecer.

Llegó la mujer de madrugada y cayó a la entrada de la casa del hombre donde estaba su marido; allí quedó hasta que fue de día.

Por la mañana se levantó su marido; abrió las puertas de la casa y salió para continuar su camino; y vio que la mujer, su concubina, estaba tendida a la entrada de la casa, con las manos en el umbral, y le dijo: ´Levántate, vámonos´. Pero no le respondió. Entonces el hombre la cargó sobre su asno y se puso camino de su pueblo. Llegado a casa cogió un cuchillo y tomando a su concubina la partió miembro por miembro en doce trozos y los envió por todo el territorio de Israel.

De nuevo, vemos que el hombre, el anfitrión, estuvo deseoso de ceder a su hija virgen en vez de entregar a su huésped. Esta actitud representa precisamente el mismo pensamiento que se establece en la historia de Sodoma, donde la importancia de la mujer como persona es totalmente inexistente. Las mujeres eran consideradas parte del mobiliario y como tales carecían de importancia. El huésped prefiere sacrificar a su concubina, que es una mujer perteneciente a un estrato más bajo en la escala social.

Sin embargo, nada puede alegarse para justificar esta acción. Se trata de una historia sórdida.

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De acuerdo con el exégeta T. Horney25, lo único que ésto prueba es que, con respecto al abuso, los habitantes de Gabaa, un pueblo israelita y no cananita, podían tomar como objeto a un hombre o a una mujer. Ellos hubiesen preferido al hombre. Esto significa, traducido en términos contemporáneos, que no obstante ser teóricamente bisexuales sus preferencias eran homosexuales.

Pero hayan sido bisexuales, heterosexuales u homosexuales, eran depravados. Su depravación consistió en hacer objeto de su placer sexual a un hombre o una mujer con gran sadismo. Este sadismo provoca la muerte de la mujer. Si intentaron matarla o si fue accidente nunca lo sabremos. En cualquier caso, ésta es una historia horrorosa. El incidente de cortar el cuerpo de la mujer en doce piezas para enviarlas a cada una de las doce tribus de Israel es el colmo de la profanación. Para la Biblia el cuerpo humano es sagrado porque está hecho a imagen de Dios (Génesis 1:27).

“Así, el pecado de Gabaa fue peor que el pecado de Sodoma. No fue solo el pecado de intento de cometer violación homosexual o heterosexual, sino la comisión del estupro más la muerte. Esta fue la total desconsideración por la existencia humana, masculina o femenina, como persona.” 26

Los intérpretes bíblicos no han tenido ningún reparo en darle al verbo “conocer” una connotación sexual para condenar la homosexualidad. Sin embargo, cuando en otros pasajes son los heterosexuales los que provocan escándalo, estos mismos se apresuran a interpretar de forma no sexual palabras cargadas de eros.

25 Thomas Horney. Jonathan Loved David. Homosexuality in Biblical Times. The Westminster Press. Filadelfia, 1978, p. 51.

26 Ibid.

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Un claro ejemplo de censura “al revés” se encuentra en la historia de Rut: la suegra de la joven viuda le pide que visite la recámara del latifundista Boaz y que “cuando él se acueste”, nos dice la pícara Noemí, “debes entrar y descubrir sus pies, acostarte a su lado y dejar que él te diga qué hacer” (Rut 3:4). La historia parece no tener sentido. ¿Para qué debería Rut descubrir los pies de Boaz? La respuesta es sencilla: la palabra “pies” está mal traducida. En el hebreo original, “pie” es un eufemismo para decir

“pene”. Lo que Noemí le está diciendo a Rut es que le descubra el órgano sexual a Boaz mientras él duerme, para que cuando despierte le dé las instrucciones. ¿Y cuáles son esas instrucciones? Pues Boaz le pide a Rut que se “recoja la falda”, que no significa otra cosa que “bajarse los calzones o tener relaciones sexuales” (SI ES CITA DE QUIEN ES?. Para algunos escribas judíos la historia era tan escandalosa que prefirieron hacerse los tontos y optar por una traducción sin sentido, pero más decorosa.

En otro pasaje de la Biblia, los rabinos disimulan otro escándalo por medio de sus interpretaciones. En el libro de Josué, dos espías israelitas son invitados a Canaán para que busquen información sobre sus defensas militares. Ellos se hospedan en casa de Rahab, una prostituta (Josué 2:1-19). Cuando una patrulla enemiga ingresa en el lugar, las palabras hebreas originales sugieren que los encuentran “con las manos en la masa”. Pero ésto es demasiado indecente para los rabinos, que interpretan que en los tiempos bíblicos “el prostíbulo y el hostal suelen confundirse”. Según ellos, los valientes soldados ingresaron en un hostal y no en un prostíbulo27.

Cuando es imposible disimular la historia sexual, los rabinos prefieren “saltársela” en sus casas de estudio. Pocos se atreven a comentar que las hijas de Lot sedujeron a su propio padre (Génesis 19:33), que Amón violó a su propia hermana (2 Samuel 27 Jonathan Kirsch. The Harlot by the side of the road. Forbidden Tales of the Bible. Rider, Londres, 1997, p. 8.

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13:11-12), o que Tamara se vistió de prostituta para acostarse con su suegro (Génesis 38:17-18).

Moré, ¿cómo es eso de que Tamara se vistió de prostituta para acostarse con su propio suegro?

¡No seas irrespetuoso! Tamara hizo cumplir la ley del Levirato que decía que si una mujer quedaba viuda, debía ser desposada por su cuñado.

Sí, pero no por el suegro...

Pero es que Onán, el cuñado, no quiso perder la herencia y se rehusó a preñar a Tamara.

¿No quiso tener relaciones con ella?

Sí, pero no quiso embarazarla.

¿Por qué?

Onán echó su semilla afuera.

¡Santo Dios!, ¿quiere decir que en la Biblia se dice que Onán la sacó antes?

También dice que murió por ella de la misma manera que todos los preguntones como vos.

¿Pero, no había otro cuñado?

Sí, pero todavía estaba muy joven, entonces Tamara decidió tener un hijo con el suegro.

Pero, Moré, ¿no es prohido el incesto?

Sí, pero Tamara quiso cumplir con el mandamiento que nos manda multiplicarnos.

Pero lo hizo cometiendo otro pecado.

¡Basta ya! A veces las circunstancias lo obligan a uno a no obedecer un mandamiento.

Por eso le decía que si Tamara durmió con su suegro, yo podría hacer lo mismo con un varón.

¡Jamás!, eso está prohibidísimo.

Mire Moré, la verdad es que usted aprueba cualquier cochinada mientras sea heterosexual, pero cuando se trata de algo homosexual se vuelve más papista que el Papa.

¡Como una papa te voy a dejar la cara, sinvergüenza!

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