Lógica by Dr. Andres Piquer - HTML preview

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[Nota a: Montagne

Esais lib. I. capítulo 25.

Lock

Educacion desenfans, tom. 2. §. CCXIX. pág. 266. y sig.

]

[94] El P. LEGIPONT, de la Orden de S. Benito, ha publicado poco ha unitinerario para hacer con utilidad los viages á Cortes extrangeras. Leha traducido en Español el Dr. JOAQUIN MARIN, docto Abogado Valenciano.En esta obrita se hallan las reglas prudentes para viajar con utilidad;y el que lea la censura que á ella ha puesto el Dr. AGUSTIN SALES,Presbítero en Valencia, no le pesará de su trabajo, por ser digna deleerse, y estar escrita por uno de los eruditos principales de nuestraEspaña. Feyjoó conoció ya algunos defectos de los viandantes de estostiempos, y los explicó con estas palabras: "Aun despues que el Mundoempezó á peregrinarse con alguna libertad, y no hubo tanta para mentir,nos han traido de lo último del Oriente fábulas de inmenso vulto, que sehan autorizado en innumerables libros, como son las dos populosísimasCiudades Quinzai y Cambalii: gigantes entre todos los Pueblos del Orbe:el opulentísimo Reyno del Catay al Norte de la China: los Carbunclos dela India: los Gigantes del Estrecho de Magallanes; y otras cosas de quepoco ha nos hemos desengañado[a]".

[Nota a: Feyjoó

Teat. Crit. tom. 5. disc. I. §. 3. n. 10

.]

[95] Suele preocuparse el juicio freqüentemente en las cosas de piedad yReligion. Ha creido uno quando era niño, que el Santuario de su tierraes un seminario de milagros, que un Peregrino formó la Imagen que en élse venera, y que no puede disputársele, ó la prerrogativa de tocarse porsí misma la campana, ó de aparecer tal dia florecillas, ú otras cosasmaravillosas, con que Dios le distingue entre muchos otros.

Algunosdexan correr estas relaciones, porque dicen son piadosas, aunque enparte sean falsas. Mas yo quisiera que se descartaran quando no estánbien averiguadas, porque nuestra santísima Religion es la misma verdad,y no necesita de falsas preocupaciones para autorizar su creencia. Deesto hablarémos mas adelante. Lo que toca ahora á nuestro propósito es,que estas cosas creidas con anticipacion ocasionan despues mil guerras,y discordias entre los Escritores, que quieren, ó defenderlas, óimpugnarlas.

[96] La letura de algun Autor suele causar fuertes preocupaciones[a].Hay uno que en su juventud ha leido continuamente á SENECA, y despues nohay perfeccion que no halle en este Filósofo, y todos los demas no hanhecho cosa notable; ni ya se oirá de su boca otra cosa que lugares deSéneca, máxîmas morales sueltas y descadenadas. En este asunto tengopor cierta especie de felicidad preocuparse de un Autor bueno, porqueaunque no lo sea tan universalmente como le hace creer la preocupacion,por lo menos ya en algunas cosas no le ocasiona error. Por esto ha decuidarse, y es punto esencial de la buena crianza, en no dexar leer álos muchachos sino libros buenos, y que puedan instruir suentendimiento, y perficionarles el juicio; y me lastimo de ver, queapenas se les entregan otros libros que los de Novelas, ó Comedias, ó deFábulas, con que se habitúan á todo aquello que les hincha laimaginacion, y corrompe el juicio. No solamente se preocupan muchos dealgun Autor, sino tambien de la autoridad de ciertas personas. CreeFabio anticipadamente, que Ariston es un hombre consumado en todasCiencias, y prescindo ahora si lo cree con justicia, ó erradamente.Trátese despues qualquiera materia, y Fabio no dice mas, sino que haoido decir á Ariston, que la cosa era de esta manera, y no de otra. Sise le replica diciéndole, que lo exâmine por sí mismo, y que no se fiede semejante autoridad, se enfurece, y con ademanes mantiene su opinion,porque está enteramente preocupado[b].

[Nota a:

Refert certè in quacumque arte plurimum unum in illaexcellentem Auctorem legere, cui potissimum te addicas. Nullus tamenquamlibet eruditus sentiendi tibi, ac dissentiendi Auctor futurus est.Nemo enim fuit omnium, qui non ut homo interdum halucinaretur.

Cano

deLoc. lib. 10. c. 5

.]

[Nota b:

Nec verò probare soleo id quod de Pythagoricis accepimus, quosferunt, si quid affirmarent in disputando, cùm ex iis quaereretur quareita esset, respondere solitos

: Ipse dixit.

Ipse autem erat Pythagoras,tantum opinio praejudicata poterat, ut etiam sine ratione valeretauctoritas.

. Cicer.

de Nat. Deor. lib. I. cap. 8. pág. 198

.]

[97] Pudiera poner muchos exemplos de esto en el trato civil: de suerte,que si bien lo reparamos, gran parte de los juicios humanos en elcomercio de la vida se fundan en preocupacion, y no en realidad[a]. Estomismo es lo que sucede á aquellos, que en las letras no aprecian sino laantigüedad. No dudo que en ella se halla un tesoro muy precioso, y quequalquiera ha de consultar los Autores antiguos para perficionar eljuicio, y para aprender y enseñar las Ciencias humanas, conformándosecon las reglas del buen gusto, pues hubo entre ellos muchos que fueronexâctísimos, y tuvieron un juicio muy recto en lo que toca á las Artes yCiencias profanas; mas esto no es bastante para preocuparse de forma,que no se haya de celebrar sino lo que sea antiguo, porque no se agotóen aquellos siglos la naturaleza, ni se estancaron las buenas Artes, desuerte, que no pueda beberse la doctrina sino en aquellas fuentes. Yo hereparado, que los Romanos veneraron mucho á los Griegos, y seaprovecharon de su doctrina en muchísimas cosas; pero tambien en otraslos dexaron, buscando nuevos caminos para alcanzar la verdad, y algunavez se gloriaron de ser iguales, ó superiores á los Griegos[b]. GALENOen el comento del primer aforismo de HIPPÓCRATES dice, que los antiguoshallaron las Ciencias, pero no pudieron perficionarlas, y que los queles han sucedido las han aumentado y perficionado. CICERON afirma, queen su tiempo habia en Roma Oradores tan grandes, que en nada eraninferiores á los Griegos[c]. ¿Pues por qué nosotros hemos de creer, quenada bueno puede hallarse en nuestros dias? ¿Y por qué no podrémos decirde los Romanos, lo que estos dixeron de los Griegos[d]; y de losGriegos, lo que ellos dixeron de otros mas antiguos? La razon dicta, quela verdad ha de buscarse en los antiguos y en los modernos, y ha deabrazarse donde quiera que se halle.

[Nota a:

Extant & quidem non pauci, qui Doctorem unum ita prae caeterisdiligunt, ejusque dicta adeò religiosè, ne dicam superstitiosé,amplectuntur, ut non gloriae solùm, verum etiam piaculum ducant abillius verbis, ne latum quidem unguem discedere. Nihil propterea quàmPythagoricum illud: Ipse dixit,

frequentius ipsis est…. tantumquippe apud eos potest praejudicata quaevis opinio Magistri, in cujusverba jurant, ut non secus ac de Pythagorae discipulis olim praeclarèscripserat Tullius, etiam sine ulla prorsus ratione illius quaevis velmínima apud eos valeat auctoritas.

Brix.

Logic. pág. 164.

]

[Nota b:

Sed meum judicium semper fuit omnia nostros aut invenisse perse sapientius quàm Graecos, aut accepta ab illis fecisse meliora

.Cicer.

Q. Tusc. lib. I. cap. 2

.]

[Nota c: Cicer.

Q. Tusc. lib, I. cap. 4

.]

[Nota d:

Brutus quidem noster, excellens omni genere laudis, sic

Philosophiam Latinis literis persequitur, nihil ut eisdem de rebus à Graecis desideres.

Cicer.

Acad. q. lib. 2. cap. 9

.]

[98] Los antiguos tienen la ventaja de haber sido los primeros, y poresto los imaginamos como mas venerables, porque de ordinario formamosconcepto mas grande de los hombres famosos quando están distantes denosotros, que quando están á nuestra vista, pues entonces hallamos queson hombres como los demas, y sujetos á las mismas inclinaciones yengaños que nosotros mismos, y por esto solemos apreciar mas lo quetenemos distante, que lo que está cercano. Pero si nos libramos de todapreocupacion, hallarémos entre los antiguos, hombres de grande ingenio yjuicio, de mucha erudicion y doctrina, y tambien entre los modernos; yentre estos hallamos Sofistas, y no faltaron entre aquellos. Esto es loque dicta la buena Lógica; pero hoy los literatos inclinan á lo modernocon conocida preocupacion, la qual hace que se hable de los antiguos condesprecio, sin haberlos leido. El juicio dicta, que tomemos de laantigüedad los fundamentos de las Artes y Ciencias, pues que ellos lasestablecieron, y procuremos instruirnos en lo que los modernos hayanañadido con solidez á lo que ellos fundaron.

[99] La precipitacion del juicio se observa freqüentemente en el tratocivil, porque es muy comun juzgar de las cosas sin haberlas averiguado.Uno disputa y se descompone por defender la Filosofía, que no ha visto.Otro afirma que tal Autor lo dice, sin haberle leido. Qual apenas haoido una palabrita á otro, ya forma mil juicios. Qual por unacaecimiento imprevisto, forma mil presagios. En efecto los juiciostemerarios casi siempre se hacen con precipitacion, porque se hacen sinatender las circunstancias necesarias para juzgar; y si bien se repara,en el trato civil se hallará, que son infinitos los juiciosprecipitados. En los libros son tambien freqüentísimos, y cada dia vemoscontender los Autores recíprocamente sobre si es cierta la narracion, ófalsa la cita, y las mas de estas contiendas proceden de laprecipitacion del juicio. De la misma nacen á veces las alabanzasvanísimas y los vituperios de los Autores; porque toma uno un libro enla mano, y luego que empieza á leerle, encuentra una cosa que no lesatisface, y sin pasar mas adelante dice, que el libro no vale nada, quees una friolera quanto el Autor escribe, y otras cosas semejantes. Porel contrario, si halla en el libro un estilo proporcionado á su genio, úotras cosas que á los principios le contentan, dice que el libro esbueno, y es lo mejor que se ha escrito. De este modo se hacen muchascríticas, y las hacen hoy sugetos de buena recomendacion; pero fuerafacil mostrar que se hacen con manifiesta precipitacion de juicio. Aveces la precipitacion del juicio es muy peligrosa, porque ocasionaerrores enormes. Oimos una palabrita á un hombre que miramos con odio,y luego la interpretamos y echamos en mala parte, y el otro tal vez laha dicho con sana intencion. En el juicio que algunos hacen de loslibros sucede lo mismo, porque tal proposicion, que por sí sola puedeparecer mala, acompañada con toda la serie de principios y razonamientoscon que está conexâ, es sanísima. De otro modo precipitamos el juicio,haciendo de un hecho particular una razon universal. Así vemos queAriston ha faltado en una cosa, ó no se ha desempeñado bien en unasunto, y luego le tenemos por un hombre inútil para todos los negocios.

[100] Nunca precipitamos mas el juicio, que quando nos dexamos dominarde alguna pasion, y esto se observa en casi todas las disputas, en queno se tiene por fin el descubrimiento de la verdad, sino la vanagloria.Quando uno se calienta mucho en una disputa, de ordinario se arrebata, ysu imaginacion tiene imágenes muy arraigadas de lo que intentapersuadir: de esto se sigue, que no atiende á lo que dice el contrario,y si oye algo, lo acomoda á lo que domina en su fantasía, porque esta noadmite sino muy ligeramente las impresiones distintas de aquel objetoque la ocupa. De aquí nace, que muchas veces están disputando doshombres serios con grande estrépito, y diciendo ambos una misma cosa; yes cierto que luego feneciera la contienda, si no hubiera precipitacionde juicio de los contendores. De esto tengo yo bastante experiencia,como tambien de muchas sospechas que resultan despues de semejantesdisputas, y nacen las mas veces de no haber puesto la atencion necesariaen lo que se dice, y de juzgar con precipitacion. En fin reflecte cadaqual un poco, y hallará que muchísimos juicios en el trato civil sehacen por el miedo, odio, amor, esperanza, ó segun la pasion que reynaen el que juzga[a].

[Nota a:

Plura enim multò homines judicant odio, aut amore, autcupiditate, aut iracundia, aut dolore, aut laetitia, aut spe, auttimore, aut errore, aut aliqua permotione mentis, quam veritate, autpraescripto, aut juris norma aliqua, aut judicii formula, aut legibus.

Cic.

de Orat. lib. 2. p. 370.

]

[101] Resta ahora proponer el remedio para estos males del juicio. Antetodas cosas se ha de tener presente lo que hemos dicho en los capítulospasados, porque las preocupaciones, y precipitaciones del juicio por lamayor parte proceden de la fuerza de las pasiones, de la imaginacion,del ingenio, de los sentidos, y demas cosas que hemos explicado. Demasde esto será bien acordarse de lo que ya hemos dicho, es á saber, que elhombre sabe las cosas, ó por la ciencia, ó por la opinion. No puede elhombre errar quando tiene evidencia de las cosas que ha de juzgar, conque solamente el juicio ha de tener reglas para no preocuparse en lascosas que se alcanzan por opinion. Para gobernarse en estas con acierto,será importante ver lo que hemos dicho hablando de la extension de lasopiniones; y ahora puede añadirse, que nada es mas á propósito paraevitar la preocupacion, que el saber dudar y suspender el juicio conprudencia[a]. Hágome cargo, que no puede el entendimiento mantenersesiempre en la duda, como hacian los Pirrhonistas; pero á lo menos esargumento de buen juicio saber dudar quando conviene, y no dar asensosino á lo que consta por la certeza de los primeros principios.

[Nota a:

Epicharmi illud teneto nervos, atque artus esse sapientiae nontemerè credere.

Ciceron

de Petit. Consul.

]

[102] El entendimiento ayudado de las reglas de la Lógica, ha deexâminar las cosas, y si las halla conformes á las primeras verdades, ólos fundamentos principales de la razon humana, que tantas veces hemospropuesto, entonces se resuelve, y pasa de la duda á la creencia. Perosi en semejantes averiguaciones descubre poca conformidad de las cosascon la razon, y los principios de ella, ó disiente, ó suspende de nuevoel juicio, hasta que averiguándolo mejor, se le presente claramente laverdad. Por esta razon han de exâminarse con cuidado las opiniones querecibimos en la niñez, y muchas otras que se enseñan en las Escuelas, ylas que se adquieren en la conversacion y trato, y no han de creerseciegamente, sino solo despues de bien exâminadas. Débese aquí advertir,que en las ciencias prácticas basta á veces la verosimilitud, porque enmuchísimas cosas si hubiera el entendimiento de hacer exámenes paraalcanzar la evidencia, se pasaría la ocasion de obrar, y esta no suelevolver siempre que queremos. De este modo gobernamos la práctica de laMedicina en muchos casos, y lo mismo acontece algunas veces en lo moral.Mas aun en tales lances conviene siempre seguir lo que se acerca mas álas primeras verdades, porque esto es lo mas conforme á la buena razon.Por esto creo yo, que si en las Escuelas se llega á enseñar la buenaLógica, con esto solo se acabarán las ruidosas contiendas sobre el

probabilismo

, porque conocerán todos, que lo menos racional no debeseguirse á vista de lo mas razonable.

[103] Para no precipitar el juicio se han de tener presentes las mismasreglas que hemos propuesto para evitar las preocupaciones. Pero enespecial conduce poner la atencion necesaria en las cosas antes dejuzgar, y exâminarlas de suerte que no se determine el juicio sinodespues del exámen necesario. Las cosas suelen combinarse de muchasmaneras; y si el entendimiento no atiende á todas las circunstancias,facilmente caerá en el error, porque solo juzgará por la vista de una, ydebiera hacerlo despues de atender á todas. El exámen es tambiennecesario, porque de otra forma lo que es incógnito se tendrá porsabido, lo falso se tendrá como cierto, y lo dudoso como ciertamenteverdadero[a]. Esto se hace mas comprehensible con exemplos, y loilustrarémos mas en los capítulos siguientes.

[Nota a:

Ne incognita pro cognitis habeamus, hisque temerè assentiamus.Quod vitium effugere qui volet (omnes autem velle debebunt) adhibebit adconsderandas res, & tempus, & diligentiam.

Cicer.

de Offic. lib. I.cap. 29

.]

CAPITULO VIII.

De los Sofismas.

[104] Antiguamente llamaron Sofistas á los Sabios: y viendo SÓCRATES queen su tiempo habia muchos que no tenian mas que una sabiduría aparente,y que procuraban engañar á los ignorantes con argumentillos caprichososy con sofisterías, empezó á dar á los falsos sabios el nombre deSofistas. Lo mismo hicieron PLATON, y ARISTÓTELES, y ambos losrechazaron con eficacia, porque Platon describió los engaños de losSofistas, y Aristóteles manifestó admirablemente todos los caminos deque se aprovechaban para formar sus sofismas; de suerte, que esteFilósofo trató con perfeccion este asunto. Oxalá le leyesen los que seprecian de Sectarios suyos.

[105] Los Romanos á imitacion de los Griegos llamaron Sofistas á los quese aprovechaban de argucias, ó vanos argumentos. Es, pues, el sofisma unraciocinio que nada concluye, y tiene apariencia superficial deconcluir. Hay algunos sofismas tan claros y tan fáciles de conocer, queel mas rudo los desecha por engañosos. La sola Lógica natural basta paraconocerlos, y qualquiera en oyéndolos, comprehende que el talrazonamiento no concluye, aunque no sepa la razon. Por eso los omitiré,proponiendo solamente aquellas fuentes generales de donde nacen muchossofismas que cada dia observamos, así en las disputas, como en loslibros, amonestando á los jóvenes que vean en Aristóteles sus trecefuentes de los argumentos sofisticos, que ciertamente les servirá muchopara la cumplida inteligencia de este asunto.

En primer lugar puedecolocarse aquel sofisma con que se prueba otra cosa de lo que sedisputa.

Llamóle Aristóteles

ignoratio Elenchi

. Elencho es elsylogismo con que se intenta probar lo contrario de lo que se haestablecido, como hacen en las Escuelas los que impugnan lasconclusiones que otro defiende. Si el elencho se forma con manifiestoengaño, ya consista este en las voces, ya en las cosas, es elenchosofistico; y todos los sofismas los reduce Aristóteles á este, porquetodos consisten en la mala formacion del sylogismo; pues en todos sucedeque haya apariencia de raciocinio, no habiéndolo en la realidad. Por esoel que entienda bien las reglas que hemos propuesto, tratando de laformacion de los sylogismos, sabrá los fundamentos con que ha dedesenredar todos los sofismas, mayormente si descendiendo á loparticular advierte las varias maneras capciosas, y engañadoras que hayde sylogizar, ya por el mal uso de las palabras, ya por la malainteligencia, y aplicacion de las cosas. No solo en las Escuelas dominamucho el uso de los sofismas en los actos literarios, por el dolo, malafe, y poco amor á la verdad, sino tambien en las conversaciones ydiscursos Académicos, quando los dicta el interés y la pasion de algunsistema.

Tambien se usa este sofisma en el trato comun.

[106] Unas veces disputa Ticio con mucho calor, y hace mil exâgeracionespara probar lo que no se le niega, y es que por tener acalorada lafantasía, no atiende lo que su contrario dice. Otras veces con malicia,y de intento dexa de probar lo que le toca, ya porque no se halla conbastantes razones, ó porque se ha introducido en una qüestion, que nosabe, y no quiere confesar su ignorancia. Aquí es de advertir, que hayalgunos que con mala fe atribuyen en las disputas á su contrario ciertascosas, que este ni las ha imaginado; y otras veces le atribuyen ciertasproposiciones, que piensan deducirse de la doctrina que el contrarioenseña, aunque en la realidad este las niega, y no ha tenido él ánimojamas de admitirlas; y esto lo hacen para triunfar del enemigo entre lagente ruda, que no alcanza estos artificios.

En los impugnadores de loslibros es comunísimo este modo de sofisticar, y cada dia vemosatribuirse á un Autor lo que no ha dicho, y otras mil cosas, que no sonde la disputa. Así lo hizo JUAN CLERICO

en muchas impugnaciones que hacede los Santos Padres, y señaladamente en la Disertacion de argumentotheologico ab invidia ducto

, puesta al fin de su Lógica en el tomoprimero de sus obras filosóficas de la edicion de Amsterdam de 1722.

[107] Su intento es mostrar las falacias, y sofismas que usan loshombres para volver odioso á su contrario, para que siendo mirado conodio, nadie reciba su doctrina. Pone diez y seis lugares, ó modos conque puede uno hacer odioso á otro, y en cada uno de ellos toma porobjeto á S. GERÓNIMO, queriendo mostrar que lo que este Santo Doctorescribió contra los hereges, especialmente contra Vigilancio, no teniasolidez ninguna, sino solo artificios, depravada fe, y malas artes paravolver odioso á Vigilancio. Estoy admirado, que siendo tan públicos hoyestos libros, nuestros Teólogos embebecidos con las disputas con que seimpugnan unos á otros, siendo todos Católicos, dexen sin respuesta áeste y otros Escritores audaces, que sin respeto ninguno á los varonesmas santos y mas doctos tiran á volverlos despreciables ydesautorizados, mayormente extendiendo CLERICO esta calumnia en elprincipio de su Disertacion á todos los Teólogos. Es verdad, queAMORT[a] en su Filosofía Polingana resiste á Clerico, pero es de paso, yconvenia que se hiciese en mas forma. Lo cierto es, que los diez y seislugares con que quiere Clerico infamar á S. GERÓNIMO, pretendiendo queeste se valió de ellos para volver odioso á VIGILANCIO, con grande artelos pone en obra para hacer odioso á este Santo Doctor. Sabemos muy bienque S. Gerónimo era activo y ardiente quando impugnaba á los hereges;pero el zelo, no el dolo, era el que encendia su fuego, como lo hamostrado muy bien DUPIN

en su obra

de Veritate

.

[Nota a: Amort

Philosoph. Pelling. pág. 577. edic. de Auxgbourg. año1730

.]

[108] El que sepa los motivos de la contienda entre S. Gerónimo yVigilancio, y lea la Disertacion de Clerico, verá que este críticomoderno no entra en ella, ni pone argumentos para probar que Vigilanciotuviese razon, y no S. Gerónimo: lo que hace es entresacar las palabrasardientes Con que el Santo Doctor, zelosísimo por la doctrina de laIglesia, rechazaba los errores de Vigilancio, y interpretar estaspalabras maliciosamente, como que tiraban á volver odioso á Vigilancio.Si Clerico pudiera tener argumentos sólidos para mostrar insuficiencia ypoca solidez en los argumentos de S. Gerónimo, tuviera mas disculpa deinterpretar entonces las expresiones fuertes á deseo de oprimir alcontrario, haciéndole odioso; pero sí Clerico esto no lo ha hecho ni lopudo hacer, ¿no es claro que son artes suyas para desautorizar al SantoDoctor todo quanto dice contra él? No solo con S. Gerónimo hizo esto,sino tambien con S. AGUSTIN, á quien impugnó disfrazándose con el nombrede PHEREPONO, y hablando de este santísimo y sapientísimo Doctor, y desu alto y profundo saber, como pudiera hablar de un niño que va á laEscuela. Quando la obra de MURATORI

de Ingeniorum moderatione inReligionis negotio

, que hemos citado otras veces, no tuviese otromérito, que haberse escrito de propósito para vindicar á S. Agustin delas calumnias y falsedades con que le trata el fingido PHEREPONO, eradigna con eso solo de que la leyesen todos los eruditos. Clerico no eraTeólogo: todo su estudio le puso en la Filosofía, porque como heregeSociniano decia, que no ha de haber otra Teología que la que dicta larazon, que es el error dominante de estos sectarios; y como defendía losmismos errores de Vigilancio, por favorecerse á sí mismo, con capa deVigilancio maltrató á S. Gerónimo. Estas artes de los sectarios no sonnuevas: son tan antiguas como sus errores, y se hallan bien descubiertasy explicadas en el erudito libro:

el Soldado Católico

de FR. GERÓNIMOGRACIAN.

[109] En segundo lugar puede colocarse aquel sofisma, que llamóAristóteles peticion de principio

, y se comete quando se trae porprueba lo mismo que se disputa. Ya se ve que la prueba de una cosa debeser mas clara que la misma cosa; con que es contra la buena razonintentar persuadir un asunto, aprovechándose del asunto mismo paraprobarlo. Los círculos viciosos se reducen á este sofisma de peticion deprincipio; como si uno dixera, que Dios existe porque hay una causa quelo gobierna todo con providencia, y añadiese, que hay una causa quegobierna las cosas con providencia, porque hay Dios, este cometeríasofisma de peticion de principio y círculo vicioso. A la misma especiede sofisma pueden reducirse todos los argumentos que prueban una cosaobscura por otra obscurísima.

[110] El Autor del

Arte de pensar

en la explicacion de este sofismadice: que GALILEO culpa á Aristóteles con razon por haber caído en estafalacia, queriendo probar que la tierra está en el centro del mundo coneste argumento: las cosas pesadas van al centro del mundo, y las ligerasse apartan: luego el centro de la tierra es el mismo que el centro delmundo

[a]. La peticion de principio consiste en que, concediendo estosAutores que las cosas pesadas caen al centro de la tierra, no podiaAristóteles saber que caen al centro del mundo, sino suponiendo que elcentro del mundo es el de la tierra, y esto es la qüestion. Mas enAristóteles no hay tal argumento, sino en sus Comentadores. Queriendoprobar Aristóteles, que hay un medio, ó centro del mundo, y que á él vanlas cosas pesadas, y de él se apartan las ligeras, usa de variosargumentos sacados de la constitucion del universo: de la situacion delos astros, y á estos añade los movimientos de los cuerpos graves yleves, como que unos se acercan, y otros se apartan de aquel centro,añadiendo que los cuerpos graves van al centro de la tierra poraccidente, porque coincide este centro con el del universo, al qualcaminan por su propia naturaleza[b]. Tratando en otra parte de lagravedad y levedad de los cuerpos, prueba el medio, ó centro que hemosdicho, y despues pone estas palabras: Si es que caen al medio de latierra, ó del universo, siendo uno mismo el de los dos, pide otraaveriguacion

[c]. Todavía extendió mas esta duda en el libro II. de

Coelo

, donde trata lo mismo; y por estos lugares se echa de ver, queno intentó probar Aristóteles que los cuerpos graves caían al centro delmundo, porque cayesen al centro de la tierra, sino por otros argumentos,con lo qual no cometia peticion de principio. ANTONIO VERNEI, sin haceraquí otra cosa que copiar las palabras del

Arte de pensar

, culpa áAristóteles del mismo modo, y con los mismos fundamentos. Así lo haceeste Escritor muchas veces sin consultar los originales[d].

[Nota a:

Arte de penser 3. part. chap. 19. pág. 359

.]

[Nota b: Arist.

lib. 2. de Coelo, cap. 14.

]

[Nota c: Arist.

lib. 4. de Coelo, cap. 4.

]

[Nota d: Vernei

de Re logica, lib. 5. cap. 8. pág. 222.

]

[111] En tercer lugar coloco yo los sofismas, en que se dá por causa deuna cosa lo que no es causa, y en general se cometen de dos maneras.Unas veces por ignorancia de las verdaderas causas de las cosas, porquese presentan muchos efectos y las causas estan ocultas, y elentendimiento lo atribuye á las veces á lo qué se le antoja. En misescritos de medicina he mostrado que este sofisma se cometefreqüentemente en las anatomías de los cadáveres, quando estas se hacenpara exâminar las causas de la muerte. Las mas veces viene esta por unacausa de suma sutileza y actividad, la qual vuela con la vida. Entoncessolo se ven en los cadáveres el destrozo y ruina que aquella causa haproducido, induciendo la muerte: por donde lo que con tales anatomías sedescubre por lo comun son los efectos, no las causas de la extincion.Esto lo confiesan llanamente los Profesores Médicos de buenas luces.Engaños de esta clase en que se toman los efectos por causas de lascosas son comunísimos en la Física, porque los efectos se ven, lascausas suelen estar ocultas, y los hombres se paran facilmente en lo quese presenta á sus sentidos, y con trabajo se detienen en lo que convieneá la razon. En la política y en el trato civil se comete este sofismatodos los dias, dándose por causas de los sucesos, las que distan muchode serlo, fingiéndoselas, cada qual á su albedrio. Quando dixo VIRGILIO,que es feliz el que puede discernir las causas de las cosas, no hablósolo de las físicas, sino tambien de las civiles, morales, &c.[a]

[Nota a:

Felix qui potuit rerum cognoscere causas.

Virg.

Georg. lib.2. v. 450.

]

[112] Otras veces se comete este sofisma por soberbia y precipitacion,porque muy raras veces quieren los hombres confesar que ignoran unacosa, y esto los precipita á señalar ciert