mejor
remedio
Que
pudiera
imaginarse.
No
le
había
más
seguro,
Y
sobre
seguro,
fácil,
Para
que
todos
quedemos
Honrados
cuando
me
case.
No
será
mucha
licencia
Que
á
el
altar
dichoso
abrace,
Sagrado
de
mis
deseos,
Donde
está
amor
por
imagen,
Pues ya decís que sois mía.
DOÑA MARÍA
Quien
supo
determinarse
Á
ser
vuestra,
no
habrá
cosa
Que
á
vuestro
gusto
dilate.
Confirmaré
lo
que
digo
Con
los
brazos.—Muere,
infame.
( Al
abrazarle,
saca
una
daga
y
dale
con
ella. )
DON DIEGO
¡Jesus! ¡Muerto soy! ¡Traición!
DOÑA MARÍA
¡En
canas
tan
venerables
Pusiste
la
mano,
perro!
Pues
estas
hazañas
hacen
Las
mujeres
varoniles.
Yo salgo.—¡Cielo, ayudadme! ( Vase. )
ESCENA VII
Fulgencio.—Don Diego, moribundo
FULGENCIO
Paréceme
que
he
sentido
Una
voz,
y
que
salió
Esta
mujer
que
aquí
entró
(Que
no
sin
sospecha
ha
sido)
Más
turbada
y
descompuesta
Que
piden
casos
de
amor.—
No
fué
vano
mi
temor.
¡Don Diego!... ¿Qué sangre es ésta? 380
DON DIEGO
Matóme
doña
María,
La hija de don Bernardo.
FULGENCIO
¡Alcaide!
¡Gente!
¿Qué
aguardo?
( Ap.
Mas
cosa
injusta
sería
Ocasionar
su
prisión.
Esperar
que
salga
quiero;
Que esto ya es hecho.)
DON DIEGO
Yo
muero
Con
razón,
aunque
á
traición.
Muy
justa
venganza
ha
sido,
Por
fiarme
de
mujer.
Mas no la dejéis prender.
FULGENCIO
Yo
pienso
que
habrá
salido.
Pero
¿por
qué
no
queréis
Que la prendan?
DON DIEGO
Ha
vengado
Las
canas
de
un
padre
honrado.
Esto
en
viéndole
diréis...
Y
que
yo
soy,
cuanto
á
mí,
Su
yerno,
pues
se
casó
Conmigo,
aunque
me
mató
Cuando
los
brazos
la
dí.
Con
esto
vuelvo
á
su
fama
Lo que afrentarla pudiera.
FULGENCIO
Toda
la
cárcel
se
altera.
Quiero
buscar
esta
dama.
( Se lleva á don Diego. )
ESCENA VIII
Una calle de Madrid.
EL CONDE, DON JUAN
CONDE
¡Hermosa
viuda,
don
Juan!
No he visto cosa más bella.
DON JUAN
Con
razón,
Conde,
por
ella
Esos desmayos os dan.
CONDE
¿Hay
tal
gracia
de
monjil?
Que
es
de
azabache,
repara,
Imagen,
menos
la
cara
Y manos, que son marfil.
DON JUAN
Vos
tenéis
un
gran
sugeto
Para versos.
CONDE
No
he
pensado
Meterme
en
ese
cuidado;
Que pienso andar más discreto.
DON JUAN
¿Cómo?
CONDE
Remitirme
á
el
oro,
Que es excelente poeta.
DON JUAN
Dicen
que
es
rica
y
discreta:
Guardadle más el decoro. 420
CONDE
¿Fué vuestro criado allá?
DON JUAN
Con
una
criada
habló,
Y
á
estas
horas
pienso
yo
Que bien informado está.
CONDE
Mejor
entre
sus
iguales
Suele
hablar
más
libremente
Este género de gente.
ESCENA IX
MARTÍN.—DICHOS
DON JUAN
¿Qué hay, Martín? Contento sales.
MARTÍN
Servir á el Conde deseo.
CONDE
Yo estimo tu buen amor. 430
MARTÍN
Hablé
con
la
tal
Leonor,
Como
si
fuera
en
mi
empleo,
Estando
en
larga
oración
La
retórica
lacaya,
Y
ella,
á
manera
de
maya,
Serena
toda
facción.
Díjela
que
me
tenía
Sin
alma
Leonor
la
bella;
Que
hacía
un
mes
que
la
huella
De
sus
chinelas
seguía;
Y
que
bailando
en
el
río
De
la
castañeta
al
son,
Me
entró
por
el
corazón
Y
por
toda
el
alma
el
brío.
Cuando
ya
la
tuve
tierna,
Pregunté
la
condición
De
su
ama,
y
la
razón
De
estado
que
la
gobierna.
Dijo
que
era
principal,
Con
deudos
de
gran
valor,
Y
que
tenía
su
honor,
Desde
que
enviudó,
cabal.
Que
era
rica
y
entendida,
Y
no
de
su
casa
escasa,
Si
bien
no
entraba
en
su
casa
Ni
aun
sombra
de
alma
nacida.
Que
el
parecer
recatada
Era
todo
su
cuidado,
Y
díjome
que
había
estado
Sólo
dos
meses
casada;
Porque
su
noble
marido,
De enamorado, murió.
CONDE
No
envidio
la
muerte
yo,
La causa sí.
DON JUAN
Necio
ha
sido,
Pues tanto tiempo tenía. 465
MARTÍN
Poca
edad
y
mucho
amor,
Toda
la
vida,
Señor,
Remiten á solo un día.
CONDE
¿Cómo
trae
tan
pequeñas
Tocas?
DON JUAN
Más hermosa está. 470
MARTÍN
Porque
las
largas
son
ya
Para
beatas
y
dueñas.
Y
las
cortas
en
la
corte
No se traen sin ocasión.
CONDE
¿Qué
ocasión
dará
razón
Que para disculpa importe?
MARTÍN
Muriósele
á
una
casada
Su
marido,
y
no
quedó
Muy
triste,
pues
le
envolvió,
Como
si
fuera
pescada,
En
un
pedazo
de
anjeo;
Y
sin
que
cumpliese
manda,
Con
largas
tocas
de
Holanda
Salió
vertiendo
poleo
En
un
reverendo
coche.
Pero
el
muerto,
mal
contento,
Del
sepulcro
á
su
aposento
Se
trasladó
aquella
noche,
Y
díjole:
«¡Vos
Holanda,
Y
yo
anjeo,
picarona!
¿No
mereció
mi
persona
Una
sábana
más
blanda?»
Esto
diciendo,
el
difunto
En
las
tocas
se
envolvió,
Y
el
anjeo
le
dejó:
Ocasión
desde
aquel
punto
Con
que
sin
tocas
las
veo;
Y
cuerdo
temor
ha
sido,
Porque
no
vuelva
el
marido
Á dejarlas el anjeo. 500
CONDE
Cuanto
la
licencia
alargas,
La obligación disimulas.
MARTÍN
Señor,
en
dueñas
y
en
mulas
Están bien las tocas largas.
CONDE
Mucha
honestidad
promete,
Y es decoro justo y santo.
MARTÍN
Una
viuda
con
un
manto
Es
obispo
con
roquete.
Fuera
de
esto,
aquel
estar
Siempre
en
una
misma
acción
No
mueve
la
inclinación
Que
el
traje
suele
obligar.
Ver
siempre
de
una
manera
Á una mujer es cansarse.
CONDE
Pues ¿puede el rostro mudarse? 515
MARTÍN
Pues
¿no
se
muda
y
altera,
Mudando el traje, el semblante?
DON JUAN
Conde,
Martín
dice
bien;
Porque
el
varïar
tan
bien
Da novedad á el amante. 520
MARTÍN
De
mi
condición
advierte
Que
me
pudren
las
pinturas,
Porque
siempre
las
figuras
Están
de
una
misma
suerte.
¿Qué
es
ver
levantar
la
espada
En
una
tapicería
Á
un
hombre,
que
en
todo
un
día
No
ha
dado
una
cuchillada?
Qué
es
ver
á
Susana
estar
Entre
dos
viejos
desnuda,
Y
que
ninguno
se
muda
Á
defender
ni
á
forzar?
Linda
cosa
es
la
mudanza
Del traje.
CONDE
La
viuda,
en
fin,
¿Es conversable, Martín? 535
MARTÍN
No
me
quitó
la
esperanza,
Si
entráis
con
algún
enredo;
Que
dice
que
da
lugar
Que la puedan visitar.
CONDE
Yo le buscaré, si puedo. 540
DON JUAN
Como
visto
no
te
hubiera,
Fácil remedio se hallara.
CONDE
Si
en
que
me
ha
visto
repara,
Fingirme
enojarla
fuera.
Llama;
que
yo
he
prevenido
Con que me pueda creer.
DON JUAN
No lo echemos á perder.
CONDE
No puedo estar más perdido. ( Vanse. )
ESCENA X
Sala en casa de doña Ana.
EL CONDE, DON JUAN, MARTÍN; y luego, DOÑA ANA, de viuda; LEONOR y JUANA
MARTÍN
Ya
te
ha
visto:
á
verte
sale.
No le has parecido mal. 550
CONDE
¿Hay
jazmín,
rosa
y
cristal
Que
á
la
viudilla
se
iguale?
( Salen doña Ana, de viuda, Leonor y Juana. )
DOÑA ANA
Novedad
me
ha
parecido;
Vueseñoría perdone.
CONDE
No
hay
novedad
que
no
abone
El
deseo
que
he
tenido
De
serviros,
si
yo
fuese,
Para
que
no