Las Gavetas Sexuales by Jacobo Schifter - HTML preview

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IX. APRENDIZAJE E IMPOSICIÓN DE LOS DISCURSOS

El objetivo de la enseñanza de los discursos es su aceptación e internalización. Los jóvenes asimilan los discursos por un proceso de retro alimentación: los discursos crean la cultura y la cultura recrea los discursos. De esta manera, la cultura construye sexualidades que reflejan su estructura de pensamiento y los pensamientos reflejan la cultura en que se construyen. Un pensamiento dualista sobre la sexualidad produce sexualidades polarizadas y sexualidades polarizadas son las más receptivas a los discursos dualistas.

Los discursos imponen su visión de la sexualidad por medio de la información, por un lado, y por el otro, la construcción de la realidad con base en esta información. El aprendizaje de los discursos se hace, entonces, por dos mecanismos fundamentales: la construcción de la cultura sexual que refleje el discurso y la organización de las mentes de los jóvenes de manera que sea compatible con estos discursos.

El mayor logro de los discursos es la creación de una cultura sexual compartimentalizada, capaz de responder a discursos opuestos, y una mente organizada de manera que pueda responder a esa cultura compartimentalizada. La aparición de un sistema de control interno para ordenar, controlar y censurar la información es uno de los mayores éxitos en este proceso.

LA TRANSMISIÓN DE LOS MENSAJES

Foucault, en su análisis del poder, se preocupa por contestar no quién posee el poder, sino cómo funciona a nivel subjetivo. Para él, el poder no es poseído sino ejecutado. Su análisis no debe centrarse en las personas, sino en las relaciones. Debe practicarse de abajo hacia arriba. En vez de analizar el poder de las instituciones, debería hacerse pensando cómo ciertas instituciones y prácticas culturales producen individuos en los que se ejerce el poder por medio del poder disciplinario. Este es el poder que se practica moldeando el cuerpo y el alma de los individuos. Los discursos de la sexualidad son uno de los "conocimientos" que permiten hacerlo. De ahí que nuestro interés de estudiar cómo se "anclan" en las mentes de los(as) jóvenes. (Foucault, 1991).

No obstante, los informantes de Aarriba no pueden ser descuidados, ya que los discursos tradicionales son también manejados por las autoridades y por los centros de autoridad en la comunidad: el Estado, la Iglesia, la Escuela, el Colegio, los medios de comunicación y la empresa privada. Los recursos que éstos manejan son los principales del país y su poder de disuasión es enorme. Solo el hecho de que las principales instituciones los promuevan, los hace poderosos.

Las iglesias tienen el poder de distribuir alimentos, educación y ayuda para las familias más pobres. Además, ofrecen los contactos con el mundo exterior y la ayuda a los jóvenes de muchas maneras que van desde el deporte, el estudio hasta el trabajo. Los mismos líderes comunales reconocen que los centros más importantes sociales y culturales para los jóvenes son los religiosos. En Villa del Mar, a diferencia de Villa del Sol, las únicas actividades para ellos las organizan las iglesias. No existe en esta comunidad un lugar para reunirse que no sean las iglesias o los centros manejados por ellas. Oponerse a ellas implica una marginalidad social muy grande.

Los discursos del género, que son manejados más por los hombres, tienen su prestigio entre los sectores más seculares de la sociedad, donde están las fuentes principales de empleo y de promoción. No reírse, por ejemplo, de un chiste misógeno y desagradar así al jefe, puede costar el empleo en la fábrica o en el taller. Preferir jugar bola que casita, por su parte, puede hacer que la joven sea tildada de "marimacha" y discriminada por los demás.

Cuando el poder disciplinario se torna insuficiente para que los discursos sean aceptados, los actores principales recurren a la fuerza como el despido o la marginalización. En las entrevistas a profundidad fue fácil corroborar que las jóvenes, por ejemplo, sufren con el temor de que sus padres las echarán de la casa si quedan embarazadas. Los homosexuales con la expulsión del hogar, del colegio y de la misma comunidad.

Sin embargo, estas instancias son las menos comunes. La mayoría de las veces los discursos se imponen porque los jóvenes terminan aceptándolos y regulando su conducta de acuerdo con ellos. Los discursos se imponen, entonces, porque se Aanclan desde abajo y las redes de poder se establecen a partir de los mismos individuos.

La instancia más poderosa en la implantación de los discursos es el hogar. En éste, el padre, la madre, la abuela o los familiares que tienen que ver con la crianza, son los que promueven los distintos discursos. A la vez, los mismos jóvenes ejercen su poder con estos discursos, ya sea con otros jóvenes o con los demás.

En el caso de la religión, la madre, la abuela o la familia que cría a los jóvenes es la que enseña los fundamentos básicos y la que pide que éstos asistan a misa, al catecismo o las actividades religiosas. María, en la entrevista a profundidad, aduce que va a misa porque la mamá Ala presiona. A Leydi la presiona su abuela y su tía. Alejandra admite que su madre la presiona para que vaya Aya que hay que oír las palabras de Dios para que le vaya a uno bien. A Federico es su padre Aque me aconseja que vaya a misa. Aarón siente Apresión para ir aunque Ala decisión es de uno. A Alan lo amenazaban con dejarlo solo si no quería ir a misa.

No hacerlo significa perder intimidad con la madre, el padre o los abuelos, lo que se traduce en preferencias por otros hermanos. A la vez, los jóvenes cumplen con los mandatos para crear alianzas de poder con los mayores o para atacarlos cuando éstos no siguen los mandatos comunales.

Yahaira, por ejemplo, se considera la religiosa de su hogar y es la que acompaña a misa a su madre. Ella reconoce que está más cerca de su mamá que su hermana, a quien Ale da pereza ir a misa. Lo mismo pasa con Aaron y su padre, ya que su hermano se declara ateo y no va a misa. A Será por eso que mi papá me tiene más confianza, dice él.

En otros casos, los mismos hijos van más a misa que los padres para aliarse en su contra. Isidro fue llevado a misa por su madre hasta hace dos años. Sin embargo, cuando ella se separó de su padre porque le pegaba, y se juntó con otro hombre, su hijo optó por continuar yendo. De esta manera, Isidro brinda el mensaje a su madre: él y la comunidad desaprueban lo que hace. La madre así lo intuye y protesta cuestionándole : ) para qué va tanto a misa?.

Las mujeres que asisten a misa y que se consideran más obedientes, ejercen el poder sobre las que no lo hacen y tienen una conducta más "desordenada". La comunidad de mujeres se divide entre las buenas y religiosas y las malas y no religiosas. Ana considera que ella pertenece al grupo selecto de muchachas de buena reputación y que tratan de cumplir con los mandatos divinos. Sin embargo, ella misma opina que existe un grupo de jóvenes Aalborotadas y perdidas que no le tienen miedo a Dios.

En el caso de los discursos del género, la observación etnográfica permitió establecer que los hermanos compiten por la aprobación del padre por medio de su aceptación de la hombría como guía de conducta. Entre los factores más importantes están jugar fútbol y conquistar mujeres. Aunque muchos de los mensajes no se verbalizan, los padres escogen a los hijos que más se les parecen y que más Amachos demuestran ser.

EL APRENDIZAJE

Los discursos se aprenden por tres métodos principales: repetición de los mensajes, la aceptación de actos de fe y la presentación de tesis esencialistas y dualistas.

La forma más común de enseñanza es la repetición de los mensajes y de los postulados principales de los discursos. Desde edades infantiles, los discursos empiezan a ser enseñados con insistencia. En el caso de la religión, la misa semanal, el catecismo, la confirmación, la escuela dominical y los cursos prematrimoniales son algunos de los vehículos de reiterar los mensajes.

En cada una de las instancias, los mensajes se repiten ad-nauseam. En la Iglesia, por ejemplo, las mismas interdicciones son repetidas misa tras misa. Hilda relata en la entrevista a profundidad que "tuve que estar sentada por tres horas y cagarme (soportar) una charla que repetía que fumar, bailar, tomar y oír música era malo. Santiago, de igual manera, considera que "las misas son tan repetitivas que son monótonas y aburridas" y que los consejos que dan son como Aórdenes. Aún las reuniones de jóvenes en las iglesias, nos dice Gisella, son Aaburridas y se repite lo mismo.

María, que está en un colegio de monjas, admite que la repetición de la oración y de los mensajes es permanente: Atengo que estar rezando a cada rato y eso me obstina. Según ella, debe rezar el padrenuestro en francés e inglés y hasta en la clase de matemática Ahay que decir una oración todos los días. Concluye ella: Hay no!, mucha rezadera.

En el caso de los discursos del género, la observación etnográfica que se practicó en las comunidades indica que la generización se da desde el nacimiento o quizás hasta antes y la programación se realiza tanto con los mensajes verbales como con los no verbales. En el caso del lenguaje, las niñas aprenden a distinguir lo femenino en todas las actividades pasivas y contemplativas y lo masculino en la acción y el verbo. Los mensajes sobre lo que se debe hacer o no son repetidos insistentemente. Las libertades que se le dan a uno se le niegan a otro. Las mujeres son cuidadas con más esmero y se les restringe el movimiento físico. Más aún las reprimen cuando empiezan a menstruar. A los varones, por el contrario, se les estimula para que abandonen el hogar y salgan a la calle. Ambos aprenden que ser hombre es tener más independencia y prerrogativas. Los que educan a los varones continúan el proceso al prestarles más atención y esperar más inteligencia de su parte, lo que influye en que se cumpla la profecía.

Los medios de comunicación, la escuela, la familia, la Iglesia y otras instituciones públicas y privadas se encargan de que los mensajes se aprendan por medio de la repetición. La pregunta que surge es )por qué no cambian los métodos para hacer los discursos menos aburridos? Respuesta: porque la reiteración es una forma muy poderosa de convencimiento. Los resultados están a la vista: después de años oyendo los mismos mensajes los jóvenes han incorporado como suyos estos postulados.

Esta reiteración, además, se acompaña de una serie de postulados que delimitan el campo del cuestionamiento.

Actos de fe

Ya que la religión es un acto de fe, los niños son enseñados desde pequeños a no cuestionar los principios básicos del cristianismo. Fe significa la suspensión del método científico y racional. Cuando uno tiene fe, la que es necesaria para la salvación, no cuestiona el pensamiento mágico de la religión ni las historias que contradigan el sentido común.

Si detenemos la razón en un campo, es más fácil hacerlo en otro. De ahí que los Aactos de fe no solo se refieran a la religión. Los discursos del género y de la ciencia, por su lado, también incorporan actos de fe, como las diferencias biológicas de los sexos y el papel de las hormonas, o la supuesta patología mental de las orientaciones sexuales distintas.

En vista de la familiaridad de los jóvenes con los actos de fe que exige la Iglesia, los otros actos de fe que piden los otros discursos pasan inadvertidos. De ahí que no se mire siquiera la posibilidad de cuestionar los supuestos imperativos de la Naturaleza, de la sexualidad y del género. Esto fue fácilmente verificable en las entrevistas a profundidad, porque cuando a los(as) jóvenes se les preguntó por sistemas alternativos de ordenamiento social, biológico o natural, no tenían ideas al respecto: el silencio, producto del desconocimiento, se convirtió así en la respuesta común.

Esencialismo

Los discursos esencialistas de la Iglesia, por su parte, que nos dicen que las cosas son así por mandato divino, hace más fácil luego aceptar otros discursos esencialistas en la ciencia y en el mismo discurso del género. Si se acepta que las cosas son así porque Dios las hizo de esa manera, también es fácil aceptar que el género o la orientación sexual sean producto de mandatos divinos, naturales o constitucionales.

De ahí que los discursos del género también posean aspectos esencialistas como lo son la constitución natural distinta de hombres y mujeres y los de la ciencia, como lo es la constitución genética de la orientación sexual. No obstante, en las entrevistas a profundidad los(as) jóvenes no cuestionan estos principios, ni siquiera sospechan que las cosas podrían ordenarse de manera distinta, porque hacerlo significa perder su fe, aspecto esencial para la salvación del alma.

Maniqueísmo

Debido a que los seres humanos están divididos entre buenos y malos, hombres y mujeres, pecadores y salvos, fieles e infieles, los discursos promueven el pensamiento dual y la fragmentación de la personalidad. Dado que los discursos están, a su vez, basados en los mismos conceptos y su objetivo es presentarse como naturales, la polarización y la fragmentación de la personalidad se ajusta a sus fines.

La observación etnográfica permitió corroborar que los seres humanos aparecen, así, divididos en hombres y mujeres, jóvenes y viejos, buenos y malos, pecadores y no pecadores, etc. El lenguaje se divide también entre el vulgar y el decente. Los cuerpos entre las partes privadas y las públicas. El espacio entre las áreas decentes y las no decentes. El tiempo entre niñez, adolescencia, madurez y vejez. El mundo entre el hogar y la calle, la comunidad entre distintos barrios.

Proselitismo

Los discursos buscan ganar las almas y la tarea de convencer a los jóvenes es constante. Si los postulados esencialistas fueran tan contundentes no habría necesidad de insistir tanto en ganar nuevos adeptos. Sin embargo, la campaña de proselitismo es incesante. La manera proselitista típica es prometer amor y aceptación del grupo a cambio de la aceptación de las premisas del discurso.

Como producto de la observación etnográfica en las comunidades se pudo corroborar que existen personas dedicadas exclusivamente para el convencimiento de los discursos. Las figuras de autoridad se encargan de hacer que los jóvenes vayan a la Iglesia, recluten nuevos integrantes y promuevan los discursos. En los casos más extremos, los mismos miembros de las iglesias o los pastores recurren a ir de puerta en puerta para convencer a los incrédulos de su mensaje. Los jóvenes son llamados a formar grupos de discusión, de deportes, de arte, de organización comunitaria, de escuela dominical y de todo tipo de actividad, en donde las autoridades de las distintas iglesias se encargarán de diseminar sus discursos religiosos.

Las mismas iglesias fundamentalistas han diseñado una manera más agresiva de proselitismo. La utilización de los feligreses para atraer nuevos miembros es la base de su crecimiento. La misión de Aevangelizar y de ganar nuevos miembros se democratiza y se integra a todos los participantes, incluyendo los jóvenes. Maikol, por ejemplo, un joven de 14 años, manifestó en la entrevista a profundidad que debe hacer proselitismo para su Iglesia y traer a más jóvenes o adultos.

Una de las formas de ganar almas es identificar líderes en la comunidad que sirvan de ejemplo para atraer a más miembros o iniciar nuevos grupos o iglesias.

El mismo discurso de la calle tiene su manera de hacer proselitismo. Las pandillas de jóvenes son un caso de reclutamiento y adoctrinamiento en los discursos de la calle. Los equipos de fútbol que se organizan, o de otras actividades deportivas, que no cuentan con la intervención directa de los religiosos, sirven también de escuela de los discursos del género. Los familiares juegan también un papel similar, como es el caso de primos o tíos que tratan de convencer a otros de las bondades de los discursos de la calle y hacer que ellos practiquen la sexualidad y la agresión contra la mujer.

INSTRUMENTOS SOCIALES DE CONTROL: EL CASTIGO

La comunidad tiene varios instrumentos de castigo para garantizar la aceptación de los discursos: la censura, el encierro, la categorización, el exilio, la violencia y el abandono.

Censura

Una las formas principales de evitar cuestionamientos y alternativas a los discursos es por medio de la censura. El sexo se ha convertido en tema tabú del que no se habla explicitamente en el hogar o en la escuela. En la Iglesia, aunque aparentemente pareciera que no se habla tampoco de sexualidad, sí se presenta el único discurso oficial para los jóvenes. Este discurso que es más antisexual se ve beneficiado por el silencio de los demás y la renuencia de ninguna institución a enfrentársele, con excepción quizás de las universidades u organizmos privados.

Una de las formas más evidentes de censurar es usar el silencio para reforzar los discursos. En las entrevistas a profundidad se obtuvo que la mayoría de las jóvenes experimentaron su menstruación sin que sus madres, abuelas o tías les brindaran preparación. Resulta de particular atención el silencio de las madres. A ninguna de las entrevistadas se le proveyó de apoyo emocional cuando les vino la menstruación. A pocas se les informó lo que debían hacer. A la mayoría, ni siquiera eso. Susana tuvo su regla y no tuvo confianza de decírselo a su propia madre. María esperó dos meses para pedirle las toallas sanitarias.

No hablar de la menstruación es negar la sexualidad de las jóvenes, quienes deben esperar por su Asexualidad hasta el matrimonio. Las madres, aparentemente, racionalizan que tienen ya una mujer en la casa, capaz del embarazo. Consideran, entonces, que entre menos se hable de sexualidad, más posibilidad de que sus hijas no piensen sobre el tema. Si de la regla no se conversa, mucho menos se hablará del placer sexual, el embarazo o la maternidad. Sin embargo, la censura no parece obtener estos resultados. Lo que sí provoca es un verdadero trauma en las jóvenes que no se sienten preparadas para su desarrollo como mujeres. Algunas tienen la regla y creen que se están desangrando. Otras la miran con espanto porque se sienten sucias. La mayoría pierde mucha de su libertad de movimiento sin que medie ninguna explicación. En el caso de los padres, el desarrollo sexual de sus hijas es una excusa para apartarse emocionalmente, sin que ofrezcan una explicación

A los varones, por el contrario, se les censura a medias el tema de la sexualidad. Los adultos saben que en la calle aprenderán Alas cosas de la vida, como asegura uno de los líderes comunales, sin que los padres tengan que hacerlo. En los juegos, en los partidos de fútbol, en los recreos Alos hombres hablamos de las mujeres, de cómo meterles la picha (pene), de cómo hacer los trucos para cogérnoslas, nos cuenta Kenneth durante su entrevista. Si no lo hacen en la calle, lo llevan al mismo hogar: A Mi primo me trajo una película porno en donde vi por primera vez el acto sexual. Ahí aprendí la manera de hacer el amor y las distintas posiciones. En el caso de los discursos religiosos, la censura se ejerce con admoniciones terribles en contra de Alos malos pens ami entos. Pensar algo distinto del dogma religioso, es Aun pecado. Hablar o criticar la figura de Cristo es Ablasfemar, por lo que aún la legislación costarricense lo condena con prisión. Las iglesias contrarias o diferentes son Aheréticas y lugares a los que no se debe ir. La censura de la Iglesia Cristiana es internalizada rápidamente por los jóvenes. Hilda admite Asentirse mal solo por pensar que la Iglesia es muy machista. Wendy cree que es pecado Ano creer en las verdades que dice el sacerdote. Susan está convencida que A Satanás es el que Ahace que uno dude de la palabra de Jesucristo. Carlos opina que el Adescarrilamiento de los jóvenes se da cuando Ano respetan la palabra de Dios.

En vista de la censura impuesta y aprendida, los jóvenes admiten Anunca haber pensado en alternativas, como expresa Jorge. Cuando se les pregunta si habían considerado alguna otra forma de hacer las cosas, o expresar sus roles sexuales, la respuesta es que Ano. Leidy así lo resume: A No se me había ocurrido la posibilidad de que las mujeres pudiéramos ser distintas. Juan nunca había contemplado distintas interpretaciones de la Biblia porque Ame habían dicho que la palabra de Dios es la que está escrita en la Biblia. Yo siempre he creído que Dios mismo la escribió, nos dice.

El encierro

Uno de los aspectos que más llamó la atención en la observación etnográfica practicada fue el encierro de las jóvenes. A pesar de vivir en comunidades con espacios abiertos y hasta considerados como de veraneo, las mujeres pasan encerradas en sus hogares. Más sucede esto cuando ya han tenido su primera menstruación. Sin embargo, las mujeres casadas también están encerradas en sus hogares, ya que el mundo de la calle no es para una mujer decente.

Las jóvenes al estar más en sus hogares son presa fácil de los mensajes emitidos por los medios de comunicación y de sus padres. Ellas jóvenes miran este encierro como un castigo y es una de las cosas que más reclaman en las entrevistas a profundidad. Sin embargo, su formación está así más determinada por los mensajes antisexuales de la Iglesia y la familia.
Pero el encierro se da también con los varones y mujeres de colegios religiosos, donde la vigilancia es mayor y el mensaje religioso, más fuerte. Quienes asisten a estos centros están expuestos a una mayor disciplina, reiteración de los mensajes y más incomunicados con el mundo exterior. No es de extrañar que también ellos mismos miren esta experiencia como un verdadero encierro y castigo.
Los jóvenes que han transgredido algunas de las reglas de los discursos religiosos son también encerrados como castigo. Si la muchacha ha tenido relaciones sexuales, la vigilancia es mayor y se le coarta aún más la salida por no haber sabido comportarse. En el caso de los varones, ésto se da más si se descubre que han estado consumiendo drogas, principalmente alcohol.

El traslado de los jóvenes de una casa a otra, es otra forma de encierro para lograr más control de ellos. En otros casos, los hijos son enviados donde las abuelas o abuelos, o de las zonas urbanas a otras más rurales, con el fin de aumentar la disciplina..

El exilio

De acuerdo con la observación etnográfica, se pueden detectar dos exilios en las comunidades: el físico y el emocional.

Los jóvenes que se atreven a optar por un estilo de vida homosexual, por ejemplo, sienten que tarde o temprano deben irse de sus comunidades, tanto por no avergonzar a su familia como por evitar la represión y el corte que se da con los demás. Lo mismo sucede con las jóvenes que se dedican exclusivamente a la prostitución o que buscan más independencia.

Sin embargo, el exilio se da también en sectores más revolucionarios como las mujeres que desean estudiar o los hombres que no apoyan el sistema machista. Para evitar ser tachados de raros o raras, la ida a otra comunidad es una alternativa para ellos.

El exilio favorece los discursos porque elimina de la comunidad a los elementos más cuestionadores del sistema y de los mismos discursos.

Aunque los jóvenes no se vayan, el exilio se da de manera social. Las familias les prohiben a sus hijos comunicarse o andar con aquellos que tienen una mala reputación o se les deja de invitar a las actividades de la comunidad. Para los que son rechazados, su vida se margina a la periferia social. El exilio emocional cumple también así su cometido en algunos miembros de la comunidad.

La cate goriz ación

Esta es una de las armas más temidas. Ser categorizado como mujer fácil o prostituta es un certificado seguro de no casamiento en la comunidad y de estar afuera de la lista de las elegibles. Otras categoriz acione s temidas son las de homosexual, lesbiana, delincuente, drogadicto y ateo.

La violencia física y mental

Cuando los otros instrumentos de conformidad fallan, el último recurso es la violencia física. Es muy común castigar violentamente a los(as) jóvenes cuando incumplen las reglas de los discursos. En las entrevistas a profundidad se pudo corroborar que muchachos que juegan con muñecas son azotados para quitarles la costumbre. Muchachas que cuestionan su rol o no quieren hacer sus tareas domésticas, son también agredidas violentamente. Aquellas que no quieren limitarse a los juegos de mujeres, pueden ser violadas por andar solas en la calle.

Si no es agresión física, la mental es también muy usada. Las mujeres que no son típicamente femeninas, son tildadas de lesbianas o putas. Las que no quieren tocar a un joven, son tocadas a la fuerza o ridiculizadas. Los homosexuales son perseguidos y azotados, según narran en sus entrevistas.

El abandono

Una de las amenazas que pende sobre los jóvenes es la pérdida del amor de su familia. No se les enseña que el amor es incondicional, sino más bien que, de no respetar a sus padres, pueden temer por sus vidas. Respetarlos es generalmente pensar como ellos. Las amenazas de echarlos de la casa son frecuentes como forma de control, según se deduce de las entrevistas. La amenaza es mayor para las mujeres que sienten que ser expulsadas a la calle les garantiza el aprobio general. El gran temor de las jóvenes es quedar embarazadas y ser expulsadas a la calle. Aunque en la práctica son pocas las que son echadas a la calle por ésto, el que nunca se haya discutido la posibilidad hace que el miedo esté siempre presente.

INSTRUMENTOS INDIVIDUALES DE CONTROL: LA POLICÍA INTERNA

Una de las formas más eficientes de hacer que la gente se conforme con los discursos es crear una acción interna de los individuos que le permita rechazar de una manera casi Anatural todo aquello que contradiga los discursos y censurar todas las prácticas y pensamientos que no se conformen con ellos. La represión, el miedo, la vergüenza, la culpa y el asco, juegan un papel trascendental en este aspecto.

Dos ejemplos tomados de las entrevistas a profundidad nos permitirán apreciar el trabajo de construcción de personalidades que se ajusten a los discursos y de mentalidades que han aceptado estas nuevas construcciones.

Maikol es un joven de 14 años. A a los 7 años de edad aún jugaba con muñecas: Ayo les hacía trenzas a mis amigas y a las muñecas. También él se pintaba la cara, se ponía aretes y se hacía colas en el pelo. Las cosas de hombre Ano le gustaban y su madre lo encontró un día poniéndose un vestido de mujer. Sus deseos de jugar con cosas de mujer eran tan grandes que reincidía a pesar de los castigos.

Castigos tuvo suficientes como para que se des aprendiera de sus gustos por lo femenino. En primer lugar, su abuela fue la primera en darse cuenta de sus preferencias por las cosas femeninas y la que trató de pararlo. Ella Ame enseñó a quitar todo eso y me llevaba a caminar para que se me olvidara todo eso. Según él recuerda, ella lo trataba de Adespistar mientras sus amigas jugaban. Esto él lo consideraba injusto porque A)ahora con quién iba yo a jugar?.
Los castigos aumentaron con el tiempo. A Me castigaron como 7 veces, más o menos, porque yo no quería nada de hombre, solo de mujer y me dejaron encerrado en un cuarto para que se me olvidara y yo decía 'ya se me olvidó y volvía a jugar de mujer y me volvían a meter, hasta que me dejaron y se me olvidó y me empezaron a sacar.

Cuando el encierro no bastaba, el castigo físico seguía. A Mi mamá me pegó y me dijo que yo no tenía que mudarme así y decía que dejaran de meterme esas ideas porque me iba a ser homosexual y de ahí nunca volvía a jugar porque me regañaron y empezaron a darme consejos para que me olvidara.

Entre lo que le decían para Aque se le olvidara era que Aeso no era bueno y que las mujeres Ano me iban a querer y que Ame iban a decir playito y entonces él empezó Aa entender. Parte de este entendimiento fue hacer que jugara con carros y Aandar con los amigos y no jugar con muñecas.

Lo interesante de este proceso de Aolvidar son los resultados siete años después. Según Maikol ahora él cree Aque los castigos eran justos porque no tenían que dejarme jugar con muñecas. Él se encuentra contento porque Ale han quitado estos gustos.

Por otro lado, su visión de los roles sexuales es ahora Anormal. El cree que las mujeres son inferiores y deben dedicarse a profesiones Ano muy pesadas como la de secretaria. El prefiere que ellas hablen Afinito, vistan Avestidos femeninos y caminen Ameneándose mucho. Los hombres, según él son más fuertes y Adeben trabajar fuera de la casa. Para él, los sentimientos de las mujeres son débiles y los de los hombres, fuertes. Ellas Acón cualquier cosa se ponen a llorar.

Leidy es la contraparte de Maikol. A ella le encantaba jugar bola cuando niña. Al principio, ella no recuerda haber jugado mucho. Sin embargo, cuando se le pregunta otra vez, se recuerda que sí lo hacía muy seguido. Ella recuerda que le encantaba ir a la plaza a jugar con los varones Aa escondidas. En ese entonces a ella Ale daban ganas de hacerlo aunque Aahora no.

)Qué pasó para que dejara de gustarle? Pues su mamá le decía Aque no, porque eso es para hombres y que ellos recibían muchos golpes. Su tía también intervenía ya que cuando los muchachos llegaban a buscarla, ella les decía A Leidy es una mujer no un hombre. Para disuadirla de estos juegos, ella le regalaba muñecas para que jugara. Si esto no servía, la Acastigaba cuando Leidy regresaba de la plaza.

El des aprendizaje terminaría con éxito. Años después Leidy está muy Aagradecida con su madre Aporque me ha dicho que los hombres con los hombres y las mujeres con las mujeres. Ella ahora piensa que Aesta muy bien q