Las Gavetas Sexuales by Jacobo Schifter - HTML preview

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XI RESISTENCIAS FORMALES A LOS DISCURSOS

Debido a que los discursos son formas de ejercer el poder y que ciertos grupos se beneficiarán más de éstos que otros, las resistencias son casi inevitables. Según Foucault, donde existe poder, también hay la posibilidad de resistir. Por Aresistencia entendemos toda manifestación verbal o de conducta, consciente o no, que rechaza alguno, varios o todos los principios de los discursos. Una resistencia formal es la defensa explícita de un discurso alternativo a los predominantes en una sociedad. Tal es el caso de los discursos alternativos, como lo son el erótico, el romántico y el feminista.

Por su parte, las resistencias informales, que serán analizadas en el capítulo próximo, son aquellas manifestaciones que rechazan uno, varios, o todos los principios de los discursos predominantes o alternativos, sin que éstas insinúen una formulación discursiva coherente. Una conducta, por ejemplo, es analizada como una resistencia informal cuando rechaza un principio del discurso, como lo es el caso de los jóvenes que no asisten a misa los domingos. Aunque ellos no expliquen su acción como un rechazo a la religión, su práctica se puede interpretar como una resistencia al principio religioso que postula "es pecado no asistir". El que las muchachas tengan novios a Aescondidas y relaciones sexuales con ellos, es una conducta que se puede interpretar como resistencia a los principios del género que exigen a las mujeres esperar hasta el matrimonio para descubrir su sexualidad. Los jóvenes pueden o no estar conscientes de la resistencia a un discurso, aunque lo estén de la reveldía a las instrucciones de sus padres, sus mayores o la sociedad.

LOS DISCURSOS DE LO ERÓTICO7

Los orígenes de los discursos del erotismo están presentes en los pueblos paganos y particularmente, en la Grecia Clásica. A diferencia del cristianismo, los griegos no establecieron un código universal de sexualidad, ni mecanismos de vigilancia e imposición. Si la sexualidad se Aproblematizó, como nos dice Foucault, fue porque se le consideró parte integral del cuerpo y sus placeres, así como la comida y la bebida. La preocupación griega por la sexualidad se centró, entonces, en su interés por llevar una vida en que los hombres libres no fueran presa de sus placeres.

No solo los griegos carecieron de un código sexual universal, sino que faltaba consenso entre las distintas corrientes filosóficas. Algunas escuelas como las de los ascetas, proclamaban la necesidad de controlar la sexualidad y el deseo. Pero éstas ocuparon un papel secundario y no representaron un discurso sexual predominante en los griegos.

Según Foucault, los griegos tenían una actitud diferente a lo que ellos denominaban A Aphrodisia o sea Alos actos, gestos, contactos que buscan cierta forma de placera (p 39). A diferencia del cristianismo, el placer sexual o el acto mismo no eran vistos como intrínsecamente malos o pecaminosos. Según los griegos, se les reconocía como una fuente de placer enorme, comparable con la buena comida y el vino. No existía reprobación de ninguna práctica en particular por sí misma, ni condenas por el objeto sexual, ni por la multiplicidad de parejas.

La Aproblematiz ación que hicieron de la sexualidad los griegos no era para averiguar Aqué actos, qué deseos o qué placeres eran contraproducentes, sino para responder Acón qué fuerza nos dejamos llevar por los placeres y los deseos (p 42). La meta de la discusión filosófica de la sexualidad no era, como en el caso del cristianismo, reprimir y negar el deseo, sino más bien ejercerlo con templanza, o sea con control de uno mismo (Enkatreia). Según Aristóteles, Alo que constituye intemperancia es el exceso en ese dominio (p 45). Los interlocutores de la República, por ejemplo, cuando tratan la educación de los guardianes, están de acuerdo en que la templanza, la Sophroynë, exige el triple dominio de los placeres del vino, del amor y de la mesa. (P 50).

A) Cómo tomar el placer de la manera debida?, interroga Foucault. Pues para los griegos, la manera de ejercerlo apropiadamente (Chresis) es determinada por Ala necesidad, el momento y el estatuto (p 51). Con respecto a la Anecesidad, los griegos consideraban que era apropiado controlarse y no tener las relaciones sexuales en público. El Amomento adecuado estaba relacionado con la edad de las personas, la diferencia de años de la pareja, la dieta que se llevaba, la temperatura óptima y otras consideraciones relacionadas. Por Afunción entendían que los hombres libres debían ser activos sexualmente y las mujeres, pasivas. Sin embargo, mientras un hombre griego libre ejerciera la penetración, podía hacerlo con mujer, esclavo, extranjero, o joven imberbe.

Pero fuera de estas recomendaciones, que variaban de acuerdo con las distintas corrientes filosóficas y religiosas, y que no se establecía en códigos universales, la actitud hacia los placeres del sexo era positiva.

Los griegos veían en el placer y en el deseo una unidad sólida. No disasociaban, como lo harían los cristianos, entre Ala carne y el deseo. Creían que para aprender a moderarse, uno debía practicar y conocer bien la sexualidad. De la misma manera que uno debe probar y tomar el vino para aprender a hacerlo con moderación, así también debería hacerlo con la sexualidad. Uno no aprende a moderar lo que no conoce.

Esta visión positiva de la sexualidad de la Grecia Clásica no era compartida por corrientes filosóficas minoritarias que enfatizaban la contaminación de la carne y la abstinencia sexual como forma de liberación. Una de ellas fue la religión orfeica, cuyo énfasis estaba en la purificación para alcanzar la eternidad. Para alcanzarla, el hombre debía apreciar y cultivar lo divino y purgar lo físico, que era la prisión en que vivía. Aunque los misterios de Orfeo no se incorporaron oficialmente en la religión del estado griego, el orfeismo tuvo una gran influencia en Pitágoras, Platón y otros movimientos filosóficos posteriores. De estas fuentes fue cómo el dualismo carne-espíritu entró en el cristianismo.
Platón, como los orfeístas, era un Adualista, aunque llamó a los dos principios universales como Amateria e Aideas. La primera era la que tenía que ver con la inteligencia y la segunda, con el mundo sensorial. La materia solo podía existir como una imitación imperfecta de las ideas. Él concibió al amor en forma dualistica: el sagrado y el profano; el primero ocupado con la mente y el carácter del amado, y el otro con el cuerpo. Solo con el amor superior, el que no es físico, se podía alcanzar la verdadera felicidad. En su mente, el coito degradaba al hombre al mismo nivel de las bestias y el deseo sexual era el elemento más bajo de la psique humana.

Epicuro, el fundador de la influyente escuela epicúrica en el siglo 4 A.C., fue más específico en su condena a lo sexual. Él dijo que el coito no beneficiaba a ningún hombre y que la vida placentera Ano podía resultar del contacto sexual con la mujer. Los cínicos, otra escuela del siglo 4 A.C., también compartieron estas ideas. Diógenes, uno de los pensadores más importantes, alababa a aquellos que se abstenían del matrimonio. Zeno (340-265) , fundador del estoicismo, enfatizo la razón como lo que diferencia al hombre del animal y señaló que todo lo que podía bloquearla, debía ser vigilado. La inmoderación en las actividades corporales era una forma de suprimirla, según los estoicos. Aunque ellos aprobaban el matrimonio, éste debía estar divorciado de la pasión, ya que su única función era propagar la especie. Musonis Rufus, un estoico del siglo primero de la era cristiana, recomendaba que el coito debía hacerse sin sentir placer.

Estos filósofos tuvieron poca influencia en la vida griega común. Eran discusiones intelectuales de una minoría, no dirigida a las masas y que no serían institucionalizadas en un código o en una religión. Pero su influencia indirecta sería enorme ya que en este ambiente de pensamiento ascético el cristianismo nació y creció.

Aunque la historia del ascetismo se puede remontar a los inicios de la historia griega, la corriente tomó fuerza durante el período helénico, después de la muerte de Alejandro el Grande en 323 A. C. En este tiempo, las creencias antiguas en los dioses del Olimpo perdían credibilidad y los griegos se desencantaban ante la creciente influencia de Roma. Para buscar una respuesta a un mundo problemático, los griegos -de la misma forma que lo harían los habitantes de la Villa del Mar unos dos mil años después- se interesaron más en la otra vida y al ascetismo. Los pensadores ascéticos les dijeron que se olvidaran de la carne y pensaran que eran espíritus aprisionados en el cuerpo. Cuando esta dicotomía entre carne y espíritu se infiltró en el cristianismo, se rompería la unidad psicosomàtica con que el hombre se percibía en el Viejo Testamento.

El pensamiento positivo sobre la sexualidad tendría más aceptación en las religiones orientales y en el Islam. Estas culturas miraron el goce sexual como un regalo de los dioses. En el hinduísmo, por ejemplo, se consideró apropiado aconsejar sobre las técnicas amatorias en sus libros sagrados.

Los discursos eróticos de los hombres

Los discursos tradicionales con su insistencia en la reproducción, el pecado, la salud o la jerarquía encuentran en los discursos de lo erótico una de las formas más articuladas de resistencia masculina.

Los hombres se rebelan en contra de la monotonía sexual del Aestablishment con un discurso del cuerpo y sus placeres. Los principios de este discurso no se articulan en las estructuras del Estado, la Iglesia o la Familia, sino más bien en las instituciones que sirven a los grupos de hombres: el deporte, la cantina, el estadio, la pandilla, los prostíbulos. Aunque este discurso es una forma de resistencia masculina, no por ésto excluye a las mujeres. Por el contrario, los discursos de lo erótico miran a la mujer de forma más igualitaria que los discursos del género. Sin embargo, las mujeres jóvenes no lo manejan de manera verbal, ni lo comparten de manera abierta. No por ello estarían en su contra.

La primera reestructuración de los discursos del Eros con respecto a los otros es su visión dicotòmica de la casa y la calle. En la casa se encuentra la sexualidad reproductiva y respetable y en la calle, la erótica. La sexualidad de la Acalle es la prohibida por los discursos tradicionales: ahí se encuentran las prostitutas, los adúlteros, los transgresores de las categorías, los abusadores, los homosexuales y lesbianas. Los jóvenes cuando salen a la calle tienen el permiso de vincularse con el mundo del cuerpo y sus placeres.

Una de las actividades de la calle es la visita a los centros de prostitución, tal y como se deduce de las entrevistas a profundidad. Aarón cuenta cómo su amigo perdió la virginidad con una prostituta en un cabaret. Minor narra su visita a un prostíbulo:

Fue toda una experiencia. Fuimos una "turba" (grupo) de amigos y nos pusimos a bailar con las putas. Yo me puse todo "cachondo" (provocativo) y una de ellas me agarró la picha (el pene). Sentí tanto calor que me regué (eyaculé) en su mano y lo bueno es que no tuve que pagarle un centavo.

Jorge cuenta que en Villa del Sol los jóvenes acostumbran ir a Amolestar a los travestis que laboran en el centro de San José. A Nos dicen unas cochinadas horribles y nosotros les contestamos. Por ejemplo, nos gritan que nos metamos el banano de nuestro papi en el culo. Aunque pareciera que jóvenes y travestis están en franca batalla, la verdad es que los une el lenguaje del placer: A A mí me gusta ir porque nos decimos cochinadas y es todo una vulgaridad que no se ve en ninguna parte, explica Jorge.

Algo semejante sucede en Villa del Mar. David, un joven homosexual, cuenta cómo en la calle los hombres le dicen A vulgaridade s y Ayo les respondo cosas peores. El acoso que recibe como homosexual incluye miembros de todas las instituciones públicas, inclusive la Iglesia. A No he vuelto a la Iglesia porque yo iba a rezar, pero todos los tipos se me ponen a echar el caballo y hacerme insinuaciones y hasta a mí me da vergüenza.

En la calle, las Aperversiones tienen su aceptación. El grupo de amigos de Carlos se reúne en Aun tanquecillo a Asobársela y a Acomparar tamaños. Maikol con su primo se reúnen a Aapretarse a las güilas, o muchachas menores de edad. Su primo y compañeros se las llevan a un lote vacío y abusan de ellas. A A mí me da cosa cogerme una chiquilla tan pequeña, pero a ellos les gusta y entre todos se la vuelan. Minor confiesa que su pasatiempo preferido es ir con sus amigos a Asamuelear a las parejas en la playa. Pues un día se llevaron un buen chasco cuando fueron a mirar a una pareja y se dieron cuenta que eran dos hombres.E1 hombre le estaba metiendo la picha al playillo, cuenta él con una sonrisa. Kenneth admite que sus amigos cuando salen en grupo hacen orgías con las compañeras: A Cada uno escoge a su pareja y después de una tornadera de guaro, todos empiezan a tener sexo con todos. Cuando se termina la fiesta, si te vi no me acuerdo, dice él. La próxima fiesta uno vuelve a cambiar para no Aaburrirse.

En la calle, el adulterio se hace evidente a los jóvenes

Yo andaba cerca de las cabinas que alquilan por rato a parejas y voy viendo al policía entrando con una de las vecinas que por cierto está en la Iglesia. Jamás me hubiera imaginado que esa mujer se metiera con un hombre más joven que ella. Más que él apenas se casó hace unos cuatro meses y ya está cogiendo con otra...

Hasta la sexualidad no permitida de los sacerdotes se mira en la calle. Federico cuenta que el mismo cura de su comunidad lo ha visto metiéndose a tomar con mujeres en la cantina. A E1 tiene varias mujeres a pesar de ser padre, nos dice en son de broma. David cuenta que el mismo sacerdote lo llama para Aorientarlo y más bien le terminó Aechando el cuento.

A Entre elefante y lagartija, todo es cacería, dice el refrán popular de acuerdo con Kenneth. La frase sugiere que los objetos sexuales pueden ir más allá de la categoría de hombre y mujer. Carlos, por ejemplo, narra cómo su primo puso al perro a Amainársela y éste terminó Amordiéndolo, lo que provocó que me diera una Acagada de risa. Donaldo cuenta que un vecino le gustaba Acogerse a las gallinas. Maikol se ríe cuando admite que a sus amigos les gusta Ameterle el dedo a la ternera. Federico y sus amigos han visto películas porno en que a la mujer Ala ponen a que un perro se la meta.

No solo los discursos de lo erótico transgreden el objeto sexual sino también el espacio. Carlos ha visto cómo sus amigos se quedan después de la misa para Anacer barbaridades detrás de la Iglesia. Entre más prohibido, mejor*. Kenneth narra que le encanta ir Aa culear a la playa porque hay más parejas haciendo lo mismo*. David tuvo relaciones en un bote en medio del Estero: A No se va untando el tipo de manteca y me la metió en medio del Estero, frente a cualquier bote que pasara, el sádico ese...*. Maikol le encanta Atocarles el mono* a las muchachas en la pura calle. Carlos les toca Ael culo a las muchachillas para vacilar* en la escuela.

En los discursos del Eros, las reglas del género son suspendidas. En vez de tener al hombre como dominante, éste permite flexibilidad. En lugar de mirar las relaciones en función de la jerarquía, éste lo hace desde la perspectiva del placer.

A Entre cuatro paredes todo puede suceder*, dice Maikol. Esto significa que cuando nadie ve, Atodo es posible*. David, el joven homosexual, así lo reconoce:

Uno no sabe qué esperar cuando se mete a solas en el cuarto. A los hombres machones les gusta que les meta uno el dedo, que le diga uno cochinadas y que los trate como perros; a otros les gusta morder y mamar. A mí me gusta sentirme mujer y no me agrada que un hombre me agarre los genitales y me los mame. Pero sorpresas te da la vida.

Algo parecido narra Kenneth en sus experiencias heterosexuales.

A las mujeres les gusta hacerse las sádicas y morderlo a uno. Cuando estoy medio borracho me gusta que la mujer me haga de todo, que ella me lleve la iniciativa. Siempre hacer lo mismo aburre. Una de ellas me puso a mamarle el culo y a pedirle que me diera con la faja.

Para los discursos eróticos, el cuerpo está todo sexualizado. En vez de concentrarse solo en los genitales, el cuerpo entero participa del placer.

La expresión muy costarricense de Aestar templado* refleja la amplitud del sentimiento. Cuando uno está templado, está Aerecto* pero también lleno de Acalor* y de Aelectricidad*. El deseo envuelve todo el cuerpo y Auno se siente como lleno de ganas desde el dedo hasta el pelo*. La mujer también puede estar Atemplada*, nos dice Kenneth. Esto significa que ella está Alubricando* pero también toda Aalborotada* y con las tetas Aparadas* y Amorboseada*. La Atemplazón* no tiene mucho que ver con jerarquía o la reproducción. Los calores y los fríos tienen que ver más bien con el mero placer:

Yo estaba todo caliente, hasta echaba vapor. Por dicha me apreté a esa güevona y me la llevé para la cama... le di por todo lado, hasta por el culo y me saqué toda la templazón del cuerpo. Ella estaba igual que yo, se le notaba que quería coger como loca... (Kenneth)

La Atemplazón transforma los órganos sexuales con el poder, en el caso de los discursos del género, o con el pecado -la salud o la limpieza- en los discursos religiosos, en el científico con los alimentos. Los órganos son frutas o comidas que están para disfrutarlas sin que medie el género superior o inferior. De ahí que la vagina que es vista como un hueco por los discursos del género, en los de Eros son descritos como una fruta exquisita; la papaya, el caimito, el zapallo, la anona, o una comida apetecible; la empanada, la concha, la chucheca. El pene que es visto como el palo, la verga, o el bastón en los discursos del género, palabras con connotación de poder y de violencia, en los de Eros son descritos como banano, plátano, palmito, salchicha, chorizo, todas palabras asociadas con el placer de la comida. En este discurso, los órganos no son complementarios ni jerárquicos: están para que ambos disfruten de ellos. David narra cómo a su vecina le encanta Achuparle el banano a su marido y que él la desvista con los dientes. Carlos cuenta que su primo disfruta de Achuparle todo el culo a la güila y el mico también. Alberto dice que a su compañero le gusta meterle una pajilla a la güila en el mico para chuparle todos los jugos. Kenneth gusta del sexo oral Apara comerme todo ese quesito caliente.

Los discursos de lo erótico transforman los cuerpos de los hombres en cuerpos Avanidosos. Aunque muchos jóvenes creen que el pelo largo en los varones es un síntoma de feminidad y homosexualismo, otros tantos lo llevan así como expresión de vanidad y gusto por su belleza. Hilda cuenta cómo muchos de sus compañeros llevan el pelo largo y se ven Amuy lindos. A Donaldo le gusta que los hombres puedan dejarse el pelo largo y usar aretes: A)Por qué uno no puede ser algo vanidoso?, nos dice. Si no es con el pelo largo, los nuevos peinados de negocios Aunisex también embellecen a los hombres. Guillermo cuenta cómo su padre solo va a las barberías tradicionales mientras que él busca un corte de pelo Aestilizado. Lo mismo sucede con los tatuajes. Luis Alberto considera que los hombres pueden usarlos Acornó adornos ya que se ven Asexys.
Aunque existe un determinado límite de qué cosas se pueden hacer con el cuerpo, ya que como dice Gagnon Alos espacios cóncavos y convexos están determinados, los discursos del Eros van más allá de las prácticas admitidas por los otros discursos.

El sexo oral, el sadomasoquismo, la masturbación, el sexo anal y la fantasía sexual forman parte del "menú" de los discursos eróticos.

Kenneth reconoce que con algunas muchachas lo que hacen es Asobárnosla. Carlos habla de lo gratificante de las masturbaciones grupales después de mirar una película porno:

Después de que uno se empieza a templar, uno empieza a tocársela. Al rato, ya los maes están todos dispuestos y entonces uno empieza a sobársela al otro hasta que todos nos vamos regando.

Carlos reconoce que a muchos compañeros les gusta Ameterla por atrás porque así no hay problema de embarazo. David cree que el sexo anal es preferido y así dice a las esposas de los hombres con que tiene relaciones: Asalada usted mi amor, amárrelo a la pata de la cama, por algo lo busca él a uno, porque la mujer no lo hace.

Compartir fantasías es una forma de crear situaciones de placer. En éstas, las transgresiones son comunes, los disfrutes, múltiples. Carlos se cuenta con su primo historias fantásticas de cómo cogerse a las compañeras del colegio y él le sugiere maneras de hacerlo. Federico sueña con su noche ideal de placer con la mujer que le gusta. Santiago se imagina practicar con todas las posiciones.

Una de las formas de obtener placer es por medio de la pornografía. La adquisición de películas pornográficas es un fenómeno generalizado en ambas comunidades y una de las formas más ilustrativas de aprender sobre sexualidad. En años recientes, los jóvenes han tenido a su disposición una serie de películas que pueden mirar en sus hogares gracias a la tenencia de televisores y videograbadoras. Esta posibilidad, ausente para sus padres, ha extendido las posibilidades de compartir placer entre los jóvenes. Muchos de ellos se reúnen en grupos de hombres, de mujeres, o combinados, para mirar todo tipo de películas. Estas muestran por vez primera las técnicas amatorias y la muy particular relación sexual solo para el placer. Se podría decir que la pornografía es la escuela más explícita que tienen los jóvenes antes de sus primeras relaciones sexuales.

En los discursos del Eros nadie es malo o puta(o) por gozar de su cuerpo. Las personas no pierden puntos o ganan una condena al infierno por acceder al deseo y a los goces del cuerpo, que son iguales para hombres y para mujeres. El cuerpo entero participa en el festín de los Aalimentos. Sin embargo, es más expuesto y desarrollado por los hombres que por las mujeres. Ellas han desarrollado un discurso distinto al de Eros, aunque por ésto no necesariamente estén en su contra. El que muchas mujeres no hayan tenido su primera relación sexual y que el precio para ellas por hacerlo sea mucho mayor que para los hombres, hace que ninguna haya defendido sus principios. Pero el que no lo expresen en la entrevistas a profundidad no significa que les sea desconocido. Los varones que tienen relaciones por placer lo están haciendo con sus compañeras y ésto es una muestra de su participación.

Los discursos eróticos de las mujeres

Las mujeres articulan verbalmente poco los discursos de lo erótico. En parte, como se define la Afeminidades precisamente que la mujer no hable de sexualidad. Sin embargo, ellas expresan una serie de deseos que muestran su participación en los gustos de la carne y también practican su sexualidad en contra de los mandatos de la religión, el género y la salud.

De varias formas las mujeres expresan su gusto por lo eròtico: deseos, fantasías, prácticas sexuales. Varios patrones en las prácticas revelan la aprobación de la mujer de lo erótico: novios a escondidas, bailes, besos, apretones, deseos y fantasías, prácticas orales, masturbaciones, relaciones sexuales, orgías, voyerismo y lesbianismo.

Las jóvenes no solo oyen admoniciones sobre la sexualidad. A veces, otras mujeres mayores les hablan desde la perspectiva del placer. Dunia tiene dos tías que le hablan muy positivamente de la carne. Una vez ella estuvo presente cuando una le contó a la otra Alo rico que la había pasado con su marido. La otra le dijo A Amanecistes con una sonrisa porque anoche vino tu esposo y ya comienzan hable que hable. Ellas le dicen al sexo "partido" y se ponen a contar que hoy hay buen partido en la noche... También se molestan y se dicen que "te despertastes hoy más temprano para que te den más de eso".

A Alexandra y a sus compañeras es una amiga que tiene relaciones sexuales la que les habla de lo Arico que es tener relaciones. A Deisy y sus amigas el profesor de matemáticas fue quien les preguntó si se masturbaban y que Aél no veía nada malo en eso. Las amigas de Tatiana que han tenido relaciones le aconsejan Aque si se te presenta la oportunidad, que lo haga, ya que se goza mucho.

La visión positiva de la sexualidad se expresa, sin embargo, más por la práctica que por los discursos verbales. Una de éstas es la de los Aapretones. Wendoly tiene apenas 14 años de edad. Sin embargo, como la mayoría de las jóvenes, tiene Aun novio a escondidas. Sus padres no saben nada de él y le prohiben que tenga novios. Ella va a casa de él cuando su madre no está en la casa. Ella lo aceptó porque lo vio Amuy enamorado de ella. Hasta el fin de año no había hecho Añada con él, pero en ese tiempo se Aapretó, o sea se abrazaron y se besaron con intensidad. Ella sintió una Acalentura en todo su cuerpo:

Sentí como un vacío, un vacío en mi estómago, como si en la vida hubiera comido nada y me sentía con los ojos llorosos, me sentía caliente así como con calentura, me temblaba todo el cuerpo, no sé ese día pero quedé así como muy callada.

Su gusto por lo erótico la llevó a tener problemas. Un día se volvió a Aapretar con su novio cerca de los sanitarios de la escuela. Allí la vieron los maestros y la llevaron a los inspectores. Wendoly se defendió diciendo que Aéste no es un colegio de monjas. Sin embargo, sus acciones eróticas le depararon un castigo: durante un mes no pudo salir de su casa.

Otro caso similar es el de Deisy. Ella tiene un novio mucho mayor que ella a escondidas de sus padres y ha tenido otro novio Aa escondidas de mi novio. El novio Aprincipal es su profesor de educación física que es mucho mayor que ella. Este ha tratado ya varias veces de Atocarla. Aunque ella se defiende Aél a veces la agarra. Al novio a escondidas del novio principal lo aceptó Apor lo mucho que él insistió y con ese también se ha Aapretado y besado intensamente. Alexandra es otro caso de una muchacha que tiene novio contrario a las demandas de su madre que le dice Aque es muy joven. No obstante, ella lo tuvo Aa escondidasA por mucho tiempo. Ella admite que su novio es muy Apicaflor y que le encantaba darse Aprenzonasos con él:

Una vez mi mamá se fue a bailar, y quedamos nosotros dos con mi hermano y mi cuñada, entonces estábamos en el corredor y apagamos la luz, como no estaba mi mamá, y además yo lo veo tan común, yo no creo que por apagar la luz, verdad..., entonces, estábamos fuera del sillón y él se acostó, entiende..., entonces nos pusimos a hablar de cosas, verdad, vacilando, y me molestaba, entonces, de pronto nos dio por besarnos... y me empezó a dar besos por aquí y por allí y yo me di cuenta que mi cuerpo quería, verdad, como que mi cuerpo decía que sí, pero de pronto me puse a pensar de que, Dios guarde, que no, entonces prendí la luz...

Una de las maneras de resistir los discursos del género, sobre la conducta pasiva de la mujer y de la religión con su visión negativa de la sexualidad, es con el goce del baile. A las jóvenes les encanta ir a bailar y a través de éste pueden participar en una actividad del cuerpo y de la carne que no está jerarquizada: en el baile nadie domina, aunque los hombres sean los que lo inicien y lleven el ritmo. Las mujeres hablan con sus cuerpos y el lenguaje es de sensualidad y goce.

Que el baile es un acto sensual no pasa inadvertido para los padres. De ahí que para la mayoría de ellas éstos sean prohibidos o tengan que ir a ellos con Achaperones. Sin embargo, ellas luchan por participar en este rito del Eros:

Me encanta ir a bailar, lo adoro. Creo que aprendí a bailar y el gusto por hacerlo de mi padre que es un fiestero. (Hilda)

A Deisy le tienen prohibido terminantemente ir a bailes. Sin embargo, cuando sale de su comunidad a quedarse con sus familiares Ame doy todo el gusto del mundo y me saco las ganas de bailar y me voy de baile en baile porque adoro ir a bailara. María tiene que ir acompañada con su hermano a los bailes: A Pero no me importa porque él se despista y yo aprovecho para ir a bailar con los muchachos.
Leidy y Mariannela resienten que sus madres no les hayan tenido Aconfianza y que nunca las han dejado ir a bailes. Débora solo podía bailar en las fiestas de sus amigas y Anunca quedarme hasta muy tarde. Sin embargo, en éstas ella aprovechaba a Aapretarse con sus compañeros porque es Atan rico bailar una pieza Aapercollados. A Rosangela, por el contrario, no le gustan las piezas románticas pero Ame fascina bailar de todo y Atengo que hacerlo cuando me puedo zafar a una fiesta sin que mis papás se den cuenta. Lo mismo le pasa a Deisy quien tiene ya 18 años pero Aereen que tengo 15 porque no me dejan ir a ningún baile y a mí me encanta bailar. Débora tiene que ir Aacompañada por su hermana Aen veces, pero tienen que estar devuelta en la casa Aa las 9 de la noche. A Ingrid, su padre no la deja ir, tampoco su madre, lo que ella considera Ainjusto.

Alexandra resume así el gusto de muchas mujeres por la música y el baile:

Ah, la música, a mí eso es lo que más me fascina; cualquier tipo de música, así, no como mi mamá, ah mi mamá, ¡Dios Guardei, de ponerle "regae" se muere, dice que esa cochinada de música, que eso no es música, pero a mí me fascina todo tipo de música, la salsa, la romántica, merengue, todo y todo, y entre más bailable, mejor...

Las mujeres también muestran deseos y fantasías eróticas que van en contra de los principios de lo que, según el género, debe ser una mujer Adecente. Adrianna admite que Aa veces siento el gran deseo de darle un beso a alguien. Hilda sueña con hacer el amor en un parque con Ael riesgo que lo vean a uno y si no es en un parque, le fascina la idea de hacerlo Aen un baño público.

Ellas también pueden mirar a los hombres como objetos. A Leidy le gusta Ael trasero de los hombres y cuando puede, los mira por atrás. A María le encantan las caras de ellos y le fascina verlos cuando ellos no se dan cuenta. Dunia los prefiere peludos y le encanta ir a verlos jugar fútbol, porque así Ales veo las piernas. Rosangela los prefiere altos Apor eso me gusta el basketbol, ya que así los puedo samuelear.

También pueden sentir deseos eróticos del sexo por el sexo. Alexandra cuenta de una amiga en el colegio que la Aalborota toda cuando le dice lo Arico que