Los Traileros y la Vida Loca by Jácobo Schifter Sikora - HTML preview

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Contradicciones

Las contradicciones establecen una relación entre dos proposiciones discursivas de manera que si una se admite verdadera la otra es falsa o, de otra manera, dada una proposición, existe otra que es directamente opuesta.

La cultura trailera está llena de contradicciones. Unas contradicciones se deducen directamente de los discursos. Los traileros, por ejemplo, esperan que sus mujeres se queden en el hogar y cuiden de sus hijos. Sin embargo, sus mujeres e hijas están expuestas a discursos que cuestionan su dependencia y domesticidad. “Mi mujer desde que mira el show de Cristina tiene ideas muy raras acerca de conseguir un trabajo y ganar su propia plata”, nos dice Carlos. Mario reconoce que en la escuela a su hija le enseñan a competir con los hombres y “ésto ha puesto a mi señora a cuestionar todo lo que digo”.

Otras se deducen del contacto con la realidad. “No es posible ahora tener una esposa y una amante como antes”, nos dice Cirino. Según el trailero, en épocas anteriores las necesidades económicas eran menores y un hombre podía darse el lujo de establecer dos hogares. “Ésto no es posible más, nos dice él. Son pocos a los que les alcanza el dinero para mantener a dos mujeres”, nos termina diciendo. Según él, este factor hace que las amantes sean “más independientes”.

Los traileros se consideran hombres religiosos y practicantes. Sin embargo, la interdicción de la Iglesia de planificar, no es posible cumplirla como antes. La mayoría está consciente de que es “imposible mantener cinco o seis hijos como hacían nuestros padres”, nos dice Ricardo. La modernización de las sociedades centroamericanas ha incrementado los requerimientos de educación de los críos y con ello la necesidad de invertir grandes cantidades de dinero. “Mis papás no tuvieron que enviarme al colegio porque en esos tiempos se conseguía el trabajo sin tanta educación. Ahora tengo que mandar a tres hijos a la escuela, colegio y si es posible a la universidad con tal de que ellos puedan competir”, nos dice Roberto. “Un hijo más y no tendríamos cómo hacerlo”, nos informa.

Tomando en consideración el ingreso total que reciben los choferes se encontró que, por lo general, el monto es superior a los US$300 por mes. Sin embargo, en Nicaragua no sobrepasa los US$200 mensuales. Una estimación de los ingresos promedios indica una amplia variación que abarca desde US$42 en Nicaragua hasta US$1,156 en Costa Rica.

El poder adquisitivo de las monedas en cada uno de los países determinará la condición 68

socio-laboral con respecto a su ingreso. Estas sumas, obviamente, solo alcanzan para mantener una sola familia.

Ésto hace que, como padres de familia, manifiesten diversas preocupaciones. A pesar de tener un trabajo remunerado, la difícil situación económica que atraviesan los países del área hace que, por lo general, ellos sientan ansiedad ante el futuro de su trabajo y el sustento de sus familias. Aún así, los que se dedican a otras actividades para procurar mayores ingresos son pocos (12% del total). Ésto, lógicamente, tiene su explicación en el hecho de que su ocupación, por sus horarios de trabajo, les resta posibilidades de tener un trabajo adicional que los ayude a obtener mayores ingresos.

Otra tensión es que los camioneros, por su parte, son hombres criados como machos que deben conquistar a las mujeres, a las que se les exige todo lo contrario. Aquellas que acceden, son despreciadas. De ahí que se produce una contradicción entre los deseos del hombre y aquellos que se le permiten a sus esposas. “Es muy mal visto que la mujer de uno sepa mucho de sexo”, dice José. “Si lo hace es que es una mujer fácil”, concluye con severidad. La doble moral, entonces, crea una tensión permanente en la pareja en dónde uno debe desear y el otro rechazar, uno saber y el otro ignorar, uno disfrutar y el otro ocultar el deseo.

También surgen contradicciones en las sexualidades paralelas que se establecen. A pesar del machismo de los traileros, las prostitutas con quienes se relacionan son mujeres muy distintas a sus esposas y novias. Ellas muestran cualidades de independencia y aplomo a las que los traileros no están acostumbrados en sus casas.

Otras contradicciones se infieren de la realidad. La Iglesia demanda que no se controle la natalidad pero los gobiernos, por su parte, construyen viviendas populares con solo dos dormitorios. Los traileros saben muy bien que si tienen familias numerosas, les será difícil conseguirlas. “Por un lado te dice la religión que no planifiqués, dice Pepe, pero por otro el gobierno te obliga a reducir la familia”. El nos cuenta cómo ha buscado casa para su familia pero lo que es accesible es una casa pequeña, hecha solo para dos hijos.

“Ésto es una gran contradicción porque te obligan a planificar por medio del diseño de la vivienda popular”, nos dice.