Los Traileros y la Vida Loca by Jácobo Schifter Sikora - HTML preview

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Eran los peores tiempos

Cuando hicimos preguntas sobre la homosexualidad a los traileros, las respuestas serían hostiles. Por ejemplo, Julio y Ramiro no quisieron referirse al tema. Julio categóricamente dijo “ese tema no” y no hubo forma de hacerlo hablar al respecto. Otros sí hablaron con rechazo de los gays. Napoleón solo afirmó “odio a los cochones, simplemente los odio”. Según Macondo, es algo que produce asco.

Para mí es lo más bajo a lo que puede llegar un hombre, porque la verdad es que para eso hay mujeres y hombres. Tiene que hacerse entre un hombre y una mujer.

Solo pensarlo me da asco y no me gusta tenerlos como amigos. Los rechazo.

Mario fue bastante enérgico.

Los homosexuales me caen mal. Lo traigo en la sangre y por mí se puede estar muriendo uno en la calle y no le doy “ride”. Esos tipos están maldecidos por Dios y les pasa lo de la mula. Dios maldijo a la mula y no puede tener cría, así están los maricones porque el que se acuesta con un hombre está maldito ante la vista de Dios.

Carlos fue aún más explícito.

Rechazo a los huecos. Espero no encontrarme nunca con alguno porque le parto la cara al cabrón. No se qué le pasó a Dios y por qué los deja existir.

Juancho explicó que a él le dan asco los maricones porque “Dios hizo las cosas tal y como son y a veces intentamos cambiarlas”. Tal vez Rafael ilustra mejor este punto cuando se le preguntó sobre lo que piensa:

Rafael:

Los

detesto

Entrevistador:

¿Por qué los detestas?

Rafael:

Me caen mal, solo por el hecho de ser maricones. No lo apruebo, aunque tampoco los discrimino.

Entrevistador:

¿Por qué más no los apruebas?

Rafael:

Me dan asco, simplemente porque me dan asco. Nunca me han hecho nada y nunca les he hecho nada, pero me dan asco. Eso es anormal.

Entrevistador:

¿Por qué crees que es anormal?

Rafael:

Porque Dios hizo a la mujer para el hombre y al hombre para la mujer.

125 Ibid, p. 92.

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Otro grupo percibe la homosexualidad como producto de una enfermedad mental.

Bueno, pienso que son hombres enfermos mentales, es una costumbre anormal y repugnante que lo hace gente corrupta y que por lo menos fuma marihuana o usa drogas. Creo que deben estar en tratamiento, pero como le decía, deben ser tratadas como personas (Beto).

Son personas que están afectadas mentalmente. Sé que la mente construye y destruye. (Marco).

Otros más progresistas, como Carlos piensan que “los homosexuales están enfermos de nacimiento” pero “también son humanos, tienen derecho a la vida como cualquier otra persona”. Para Juan, es una debilidad que traen desde pequeños y “no tienen la culpa de ser así y no por eso vamos a repudiarlos o hacerles algún daño”.

Diego presenta una perspectiva diferente, que no fue típica dentro del gremio.

He visto niños crecer y cuando entran a la pubertad se les desarrolla. Tal vez para algunos puede ser un estilo de vida, aunque no me imagino cómo les puede favorecer eso. Lo que sí puedo asegurarle es que se trata de un asunto delicado porque nadie tiene que discriminarlos por su forma de ser. He platicado con ellos y solo trato de entenderlos, aunque no comparto que prefieran a un hombre que a una mujer. Ellos piensan así y los respeto.

También Gonzalo fue más comprensivo, tiene amigos homosexuales y lo ve algo natural.

Entrevistador:

¿Tienes muchas amistades homosexuales?

Gonzalo:

Sí, claro. Tengo amigos muy queridos y aunque no soy homosexual, les tengo aprecio.

Entrevistador:

¿Qué me podrías decir?

Gonzalo:

Entiendo eso como algo natural, porque gracias a Dios trato de buscar la manera de no amargarme ni de complicarme aceptando o rechazando gente. En el pueblo donde me crié habían prostitutas, hombres afeminados y lo que usted quisiera encontrar... donde nací había de todo. No tengo nada en su contra..

En el estudio solo dos de los 46 entrevistados expresaron una posición que rompe con los esquemas tradicionales de cómo se concibe la homosexualidad Eran los mejores tiempos

Pese a la homofobia que muchos expresaron, los homosexuales son parte del ambiente de los traileros. Por el término generalmente se refieren a travestidos. Juan nos dice que “los homosexuales se encuentran dónde quiera”. Mario también explica que “en todos los pueblos que pasamos hay prostitutas y homosexuales, se ven por todo lado”. En la muestra aleatoria de 400 traileros que se seleccionó en la región, el 75% afirmó que ha 137

detectado a los homosexuales en las rutas. Jorge dice que están en las fronteras, principalmente en los restaurantes y comedores. Caliche incluso admite su acoso sexual.

Sí, los he visto por todo lado. En lo personal yo no le hago a eso, pero sí los he visto. Los he visto en todo Centroamérica, en nuestros países hay muchos homosexuales. A veces llegan y se le quieren meter a uno, pero lo que pasa es que no soy así y por eso no los monto al camión.

Barbas tuvo una experiencia similar.

Una vez un señor bien vestido, con un portafolio de esos ejecutivos, me pidió

“ride” en una gasolinera para ir a determinado lugar. Le brindé la oportunidad de viajar conmigo, se montó en el trailer y empezamos a andar. El problema es que de camino empezó a hacerme insinuaciones. Era un señor muy respetable, aparentemente. Llegó el momento en que paré y le dije que por favor se bajara del camión. Solo lo levanté porque era un señor bien vestido, con buena presentación y quería hacerle el favor. Pero de eso a querer algo con él, ah no, jamás, ni Dios lo quiera.

Pedro, sin embargo, se llevó otro tipo de sorpresa cuando montó a una supuesta trabajadora sexual a su camión.

Cuando tenía tres meses de manejar trailer me paró una flaca, morena. Yo tenía la calentura de aquella época, aunque la verdad siento que nunca me ha pasado, ja ja ja. La flaca vestía de minifalda y se le veían buenas piernas. Además, tenía pelo largo, negro. Detuve el camión y se montó. Cuando la flaca se subió lo único que hice fue verle las piernotas que tenía. Entonces empecé a hablar y le dije que estaba caliente y que necesitaba el favorcito. Ella me respondió inmediatamente que para eso estaba ahí, pero lo hizo con una voz muy fuerte, como de hombre. Le vi la cara y me quedé pálido del susto: era un travesti con una cara de hombre que nunca se la va a quitar. Te juro que del susto que me llevé sentí ganas de tirarme del camión. Pero cuando me preguntó si había algún problema le dije amablemente que me había confundido, detuve el camión inmediatamente y le pedí que se bajara. Lo hice de buena manera y no lo maltraté, porque no me gusta maltratar a nadie. Lo malo es que cuando se estaba bajando y gritándome un montón de vulgaridades todos los carros que pasaban me pitaban y me decían

“templado”, “playo”... No solo fue el susto, sino la vergüenza que pasé con la gente que me vio. Quedé curado y ahora me fijo más.

Los traileros afirman que en el ambiente en que se desarrollan los homosexuales están presentes. Sin embargo hay quienes los confirman en su gremio. Carlos conoce compañeros que tienen relaciones homosexuales. Mario afirma que ve a algunos compañeros que a diario se quedan en la frontera, en lugares para homosexuales y dice que “ahí la depravación es salvaje”.

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Para Pablo, el asunto es más común de lo que se piensa. Cuando se le preguntó si los traileros buscan homosexuales o travestis en sus trayectos, respondió:

Eso es común, tal vez más de lo que usted cree. Incluso hay lugares donde uno sabe que hay travestis y homosexuales y ve que los choferes frenan y caen en esos lugares. O tan bien, cuando los ven en las carreteras, paran y los montan. Eso es normal, es solo una rutina.

Pedro proporciona un panorama aún más amplio de la práctica homosexual en los traileros.

Bueno, tengo compañeros casados y que tienen esposas bonitas, que cualquiera las desea. Una vez uno de esos amigos míos en la carretera detuvo el camión y levantó un playo. La verdad es que él monta mujeres, ya sean prostitutas, homosexuales o playos para que le peguen una mamada de camino. En otras ocasiones he visto a los playos arrimarse al camión y le dicen al chofer “lo mamo por tres tejitas”. Se montan al camión y hasta ahí. Hay choferes que son conocidos playos y lo que les gusta es clavar a otros cabrones. Eso es caer bien bajo.

En el gremio se reconoce que existen traileros que tienen prácticas homosexuales. Los resultados de la muestra aleatoria mostraron que el 74% de los traileros afirmó que en su gremio existen hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres. Además, cuando se les preguntó si alguna vez se han detenido a recoger a algún homosexual en el camino, el 20% lo admitió. Ésto puede verse como un indicador indirecto de esta dinámica.

La práctica homosexual

Una de las preguntas básicas que cabe plantearse entonces es ¿cuál es la magnitud de la práctica homosexual en los traileros?

Durante la realización de las entrevistas a profundidad ellos admitieron la existencia de relaciones homosexuales en el ambiente en el que se desarrollan y la participación de traileros en prácticas homosexuales. Pero cuando se les preguntó directamente por la participación en relaciones homosexuales las respuestas fueron tajantes. Enrique nos dijo

“Ah no, ni quiera Dios, ¡jamás!” Ramiro respondió “No, ¡jamás!, ¡jamás!, eso nunca”.

Cuando a Carlos se le indagó, se le propuso que tal vez en alguna ocasión había confundido a una mujer con un travesti y nos respondió:

¡No, no, no, nooooo!. Los traileros somos muy mañosos, ja ja ja, nosotros nos damos cuenta, ¿cómo no se va a dar cuenta uno que un hombre que juegue de mujer es un hombre? ¡No, no, no, noooo!. Uno sabe, uno reconoce, uno se da cuenta. Con un hombre no, ja ja ja.

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Mauricio no está tan seguro de reconocer a todos los travestis, al menos al principio.

Cuando se sondeó la posibilidad de una relación homosexual fue definitivo en su respuesta diciendo “no”. Pero acepta que sí se ha confundido y que de no ser por el patrón quién sabe qué hubiera pasado. Entre muchas risas nos contó lo siguiente: Hace año y medio estuve en Costa Rica y me metí a un bar. Había ido otras veces, está en el centro de la ciudad, es grande y oscuro. Sabía que era un lugar donde habían maricones, porque antes había estado ahí. Pero lo que me llamó la atención fue el montón de mujeres bellas que habían. Ya con unos tragos adentro empecé a bailar con una hembra y más tarde la empecé a besar y hasta le toqué las tetas. Pero de pronto, apareció mi patrón y me llamó aparte. Me dijo que si era consciente de lo que hacía porque en ese lugar estaban eligiendo la reina de los travestis o algo así. Cuando me explicó casi me muero, porque mi hembra era una de las concursantes.

El caso de Mauricio lo quisimos estudiar más profundamente. Una de las dudas que surgió fue por qué asistía a un bar que era frecuentado por homosexuales. El tema fue muy amenazante para él, quien amablemente sugirió cambiar de tópico, porque había dicho todo lo que tenía que decir.

Otros, al preguntarles por su participación en relaciones homosexuales, vieron cuestionada su masculinidad y respondieron con argumentos que la reafirmaban. Marvin, por ejemplo, dijo “me jacto de que soy un macho de verdad y por eso no me meto con hombres”. Julio respondió “soy hombre y no, eso nunca me ha gustado”. Vargas fue más enfático y comentó:

Sé que eso existe, pero no se qué te diga. Para que me entiendas te digo que soy muy varón, muy mujeriego y los tengo bien puestos. A mí me gusta nada más con las mujeres. Con maricones, ni pensarlo. A los travestis no los quiero ni ver. Soy muy varón y con esas mariconadas no quiero nada..

En las entrevistas a profundidad solo dos personas de los 46 entrevistados admitieron la práctica de relaciones homosexuales alguna vez. Cuando a Víctor se le preguntó si había tenido prácticas homosexuales, respondió de la siguiente manera: Víctor:

Sí, una vez, cuando tenía unos 21 años quizá, porque siempre me ha gustado probar. Este muchacho que era homosexual y como quien dice, me levantó.

Entrevistador:

¿Usted trabajaba como trailero?

Víctor:

No, trabajaba en buses

Entrevistador:

¿Y podrías hablarme de tu experiencia?

Víctor:

Bueno, sí. Él me llevó a una habitación y allí me mamó.

Entrevistador:

¿Qué más? ¿Lo penetró?

Víctor:

Y, pues sí, lo hicimos.

Entrevistador:

¿Que sintió usted?

Víctor:

No, me sentía mal.

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Entrevistador:

¿Por qué?

Víctor:

Pues sí, porque no era correcto lo que estaba haciendo.

Entrevistador:

¿Por qué no era correcto?

Víctor:

Porque no, hombre con hombre no es correcto. Sé que es malo. Al otro día, después de haber estado con ése, me daba pena yo mismo, de ver lo que había hecho. Si no hubiera sido por el licor, no me hubiera pasado eso.

Rafael fue otro de los que admitió esta práctica. Veamos qué respondió.

Entrevistador:

¿Has tenido alguna vez alguna relación homosexual?

Rafael:

No, pero sí me la han mamado.

Entrevistador:

¿Un hombre?

Rafael:

Sí, un hombre. Resulta que a él se le antojó y no pude dominarme.

O sea, fui muy débil y entonces me la mamó el hijo de puta ese.

Entrevistador:

¿Podríamos hablar un poco más de esa experiencia?

Rafael:

No, si solo eso fue lo que me hizo.

Entrevistador:

Por ejemplo ¿dónde lo conociste?

Rafael:

Ah, eso fue en el lugar donde vivíamos, allí nos criamos juntos.

Entrevistador:

¿Qué edad tenías?

Rafael:

Tenía 15 años, estaba bien adolescente. Él tenía como 20 años.

Pero solo fue una mamada, nada por el culo.

Entrevistador:

¿Y qué sintió?

Rafael:

Pues al principio me gustó, es una bonita sensación. Cuando terminé en la boca de él sentí rico. Pero después me sentí mal.

Entrevistador: ¿Por

qué?

Rafael:

Bueno, en ese tiempo no leía la Biblia. Pero ahora lo he hecho y hay una parte que dice que el sexo entre hombres no tiene perdón.

Por la ley de Dios eso no se debe hacer.

Entrevistador:

¿Y has tenido alguna experiencia parecida con otros hombres?

Rafael:

No, solo esa vez.

Un caso poco usual es Pablo quien argumentó que “tuve tendencias homosexuales, pero nunca se han concretado, las he podido evadir. Siento que ahora tengo latentes esas sensaciones, pero eso se debe al consumo de alcohol”. Ramiro, por ejemplo, indica que conoce compañeros que “al calor de los tragos muchos no se sienten varones, sino homosexuales”. Posteriormente explicó que “cuando hay tragos de por medio, hay compañeros que buscan este tipo de prácticas con otros hombres, porque cuando ya están picados se les pasa el agua y se hacen huecos (homosexuales)”. José también argumenta lo mismo que Ramiro: “Conozco a tres traileros que cuando se echan sus copas, se les pasa el deseo al otro lado y me quedo asombrado”.

Estos hombres fueron bastante abiertos al admitir que alguna vez han participado en este tipo de prácticas y representan al 9% de los traileros que en la muestra aleatoria admitió que alguna vez en su vida había tenido relaciones sexuales con otros hombres.

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El que en las entrevistas a profundidad no se hayan encontrado casos de traileros que en la actualidad tengan prácticas homosexuales no invalida los argumentos que apoyan su existencia. Con base en el cuestionario estructurado, instrumento en el que no debía ponerse el nombre de la persona entrevistada (cuestionario anónimo) se obtuvo que el 4%

del gremio admite que actualmente sostiene prácticas sexuales con otros hombres.

Un aspecto para cuestionar tan baja práctica homosexual sería el hecho que los traileros miran a los “homosexuales” como travestis y a los hombres pasivos en el sexo anal. Los que son “activos” se miran de hombres normales. Rodrigo lo comprueba cuando dice que

“tengo compañeros que tal vez tienen la oportunidad de un hombre y como dicen aquí, lo socan (lo penetran) y también tienen relaciones sexuales con mujeres”. Más adelante simplemente dijo que “lo importante para algunos traileros que conozco es meterla, no importa a quién”.

El hombre que penetra a otro hombre, por su condición de hombre activo (y no pasivo), mantiene su masculinidad. Tal y como lo explica Foucault, se trata de un modelo de penetración y de una polaridad que opone la actividad y la pasividad, tal y como se percibe en una relación entre alguien superior e inferior, el que domina y el que es dominado, el que somete y el que es sometido, el que vence y el que es vencido 126.

Otros, de igual manera, fueron claros en que hay traileros homosexuales y que la práctica activa en las relaciones sexuales no determina la “hombría”, pues si dos hombres tienen relaciones sexuales, ambos son homosexuales.