La Conferencia Episcopal decide cerrar Radio María, lo cual se realiza el 30 de
mayo de 2001. Un mes después, los seguidores de Calvo protestan en la vía pública,
exigiendo la reapertura de la estación radiotransmisora.
Parmenio Medina interpuso una acción judicial para que se reabriera su
programa. La Sala Constitucional falló el 22 de junio de 2001 a su favor, ordenando la
transmisión de La Patada hasta la conclusión del contrato que se había firmado.
La Conferencia Episcopal de Costa Rica decide mantener una radioemisora en la
misma frecuencia de Radio María (100.3), rebautizándola como radio La Paz del Dial
(“Emisora católica del laico en Costa Rica” era su lema). Como dueña aparecía una
empresa denominada El Papiro Inversiones Sudamericanas.
Lo peor estaba por venir. El sábado 7 de julio de 2001, Parmenio Medina es
asesinado a 25 metros de su casa cuando llegaba del trabajo, por un asesino
profesional que lo acechaba (Véase por ejemplo Solano Montserrat, 2001 8 julio).
Tres meses después del asesinato, la policía judicial del país (Organismo de
Investigación Judicial, OIJ) había indagado a medio millar de personas pero aún no
tenía pistas. Sin embargo, el periodista asesinado había dejado documentación en
vídeo y por escrito de quiénes podrían querer matarlo, puesto que en las semanas y
meses previos había recibido llamadas telefónicas para amenazarlo. En estos
documentos, Medina apuntaba hacia el empresario, socio de Minor Calvo, dueño de
parte de Radio María, así como hacia el mismo sacerdote Calvo.
El hecho es que se dieron sentencias condenatorias, contra un sacerdote muy
popular y poderoso y su socio, un empresario privado. No obstante, el elemento
homoerótico ha quedado semi oculto en la opinión pública.
Iglesias y movimientos sociales militantes contra las personas GLBTT
Los movimientos políticos religiosos militantes son característicos de las
religiones que consideran disponer de una única verdad de acatamiento universal
obligatorio. El análisis de la participación religiosa militante en la política muestra los graves problemas que origina, especialmente a los sistemas políticos basados en
principios seculares y pluralistas, es decir, que mantienen la tolerancia religiosa,
ideológica y política. Según Richard Shultz y Willilam Olson92, una primera característica
de estos movimientos políticos es su posición de auto definirse como “dueños de la
verdad” de forma extremista, ya que “tienden a considerar que la autoridad del
gobierno es corrupta e ilegítima porque es secular”, en la medida en que el Estado no
siga total y cumplidamente todos los preceptos morales sociales que defiende ese
movimiento religioso.
Una segunda característica es la tendencia a sustituir al Estado a niveles locales
o regionales, en aquellos servicios sociales públicos, como la educación, la salud, la alimentación, que las políticas neoliberales han ido desmantelando. Las iglesias atacan
al Estado mismo al denunciar su incapacidad para ofrecer estos servicios, se
92 Shultz, Richard y William Olson, (1994 pp.9-10). Véase también Schwartz, Regina (1997)
155
aprovechan de esos vacíos, constituyéndose en los agentes sociales de las oligarquías y
grupos de poder.
Para estos autores citados, una tercera característica de los movimientos
políticos religiosos militantes, como es el caso de la Iglesia Católica en Costa Rica, consiste en que,
3. Se adhieren a un conjunto particular de comportamientos y opiniones que
consideran que la autoridad política debe reflejar, promover y proteger en
todas las actividades gubernamentales y sociales. Esto significa, generalmente,
que el gobierno y todas sus actividades nacionales e internacionales deben
estar en manos de creyentes o sujetas a una supervisión estrecha por parte de
ellos.
Por ejemplo, en fecha tan reciente como el 6 de setiembre de 2010, la Iglesia
Católica envía a la legislatura costarricense un documento sobre la obligación de todo
legislador católico o creyente de esa fe, de oponerse a todo tipo de proyecto de ley de
regulación sobre las relaciones homoafectivas. También emplea el argumento del
rechazo mayoritario a las uniones homoafectivas y explica a la legislatura el contexto político nacional e internacional del caso:
Según algunos legisladores, los actuales proyectos de ley son, simplemente, un
reconocimiento de derechos patrimoniales y no la aprobación de matrimonios
entre homosexuales. Sin embargo, según la estrategia seguida por los grupos
promotores, asesorados por el movimiento internacional que favorece esta
materia, lo que hoy se solicita no es, sino, el primer paso para llegar al
matrimonio y la adopción, como, de hecho, ha sucedido en otros países (…)
(CECOR, 2010 6 setiembre).
Es que, tanto la Iglesia Católica como los movimientos políticos religiosos
militantes tienden a ser universalistas, sostienen Shultz y Olson. Se distinguen de los movimientos étnicos porque los movimientos religiosos tienden a considerar sus
opiniones como parte necesaria de todo ser humano. Por eso tienen motivaciones
trans estatales. En el caso de la Iglesia Católica, la pretensión, por parte de su jerarquía
y sacerdocio, es que todos los creyentes son, en primer lugar “ciudadanos” leales a Roma y en segundo lugar ciudadanos leales a algún país, por ejemplo Costa Rica. La
ciudadanía y la lealtad a la nación y al Estado de Costa Rica están subordinadas, para el
sacerdocio católico, a los intereses de la Iglesia Católica romana. Para los referidos Shultz y Olson,
Esto tiende a darles una motivación trans estatal, un factor que traduce sus
opiniones sobre la legitimidad de la autoridad política a un plano de acción más
amplia. Esto significa que en algunos casos las fronteras internacionales no sean
reconocidas como barreras para la propagación de la fe, incluso si esto significa
recurrir a la violencia. (p.9)
El quinto rasgo señalado por estos autores es su exclusivismo de toda opinión
opuesta a su visión del orden político y social adecuado. “Esto significa ciudadanía de
segunda clase para cualquiera que no sea creyente en una sociedad en la que
156
predomine este tipo de perspectiva”. Lo cual también incluye violencia e intransigencia,
como indican Kegley y Wittkopf:
Los líderes de los movimientos religiosos extremistas militantes, están
convencidos de que quienes no comparten sus convicciones deben ser
castigados y que no puede aceptarse transigir en nada (Kegley y Wittkopf, 2001
p.220).
El carácter oficial de la Iglesia Católica en Costa Rica la ha envalentonado para
aumentar su poder político y de intervención directa en los poderes del Estado y las instituciones públicas, sobre todo con el auge del neoliberalismo que ha venido
satanizando y a la vez desmantelando o vendiendo, todo lo público y estatal. Las
intervenciones políticas del catolicismo en Costa Rica han sido muy evidentes y nocivas
en el caso de la lucha por derechos para las personas GLBTT.
Elecciones generales de 2010 y política GLBTT
Por la tendencia internacional de incremento e incidencia de las políticas GLBTT,
también los políticos costarricenses hacen el juego con la ecuación de ser progresistas y
apoyar las luchas por los derechos para estos grupos, o recurren a la ambigüedad o/y la
total oposición con extremas y dolorosas declaraciones de odio homofóbico.
Este es el caso de Oscar López, quien fuera diputado y candidato presidencial,
fundador del partido de reciente creación, PASE (Partido Accesiblidad sin exclusión),
que representa a las personas con necesidades especiales. Para este defensor de
personas discriminada, la gente gay lésbica debe ser excluida:
Comparar la lucha por una verdadera igualdad de oportunidades (…) de las
personas con discapacidad, los adultos mayores, los indígenas, y demás
sectores deprimidos socialmente, con la intención de aprobar la unión civil
entre personas del mismo sexo, es absolutamente ofensivo. (González Chen,
2009 23 de mayo).
Ya desde la campaña política en 2009, la entonces precandidata presidencial,
Laura Chinchilla fue vetada entre la comunidad GLBTT, por sus ambigüedades respecto
a las demandas de estos colectivos.
La actual presidenta desde entonces se mostró muy afín a los movimientos
cristianos más derechistas y conservadores, especialmente con la Iglesia Católica que la
apoya y la promueve: la declara hija predilecta de la virgen nacional y la somete a cumplir ceremoniales de investidura religiosa como máxima representante del pueblo
de Costa Rica. Es la Iglesia Católica la institución que mantiene en su poder el pabellón
nacional, la banda presidencial, que entregará debidamente bendecida a la presidenta
electa, para que se la coloquen en la ceremonia civil de toma de posesión. Es decir, esa
iglesia ahora realiza al menos parte de la legitimación del primer o primera mandataria
del país.
También los grupos evangélicos, muy activos ahora en política, mantienen
posiciones de homofobia extrema. Desde el inicio de la administración de la presidenta
Chinchilla, se empieza a marcar una posición de rechazo a las propuestas de la
comunidad GLBTT. La actual administración mantiene una política cruel de derechos
157
humanos GLBTT. Al despreciar la temática gay como no relevante nacionalmente en su
agenda, falta a sus deberes y orienta a Costa Rica por la ruta de la eliminación de los
derechos humanos como criterios de validación política y jurídica. Pues ya la presidenta
piensa religiosamente, no políticamente. Utiliza fundamentos filosóficos alentadores de
odio y en los que la discusión se refiere a la lucha el bien y el mal, sobre superstición y
prejuicio, sobre los verdaderos y los no verdaderos, los correctos y los equivocados. La
presidenta sigue el pensamiento excluyente del catolicismo, en especial sobre los
temas GLBTT.
Durante la campaña electoral para el período presidencial 2010-2014, uno de
los principales activistas del Movimiento Diversidad, pedía no apoyar a Laura Chinchilla
pues, de ser electa, se estaría “(…) dando un paso equivocado para la historia del país y
de la región, contra los derechos humanos”. Así lo anunciaba Abelardo Araya:
Nosotros ya recibimos las respuestas de los precandidatos (…) y, en las
respuestas de Laura Chinchilla, ella y su tendencia contestan de manera muy
general y, además, nos manda al paredón del referéndum” (González Chen
2009).
Faltando un mes para que dejara el poder, finalmente Oscar Arias Sánchez se
refirió a las llamadas uniones homosexuales, afirmando apoyarlas. Estas declaraciones
fueron muy convenientes para quienes se encargan de promover la imagen
internacional el señor Arias Sánchez, quedando en el récord como apoyando estas
uniones. Sin embargo, Arias Sánchez no había impulsado esas mismas propuestas
cuando tuvo el poder, en los tres años y diez meses anteriores. El silencio previo y posterior de Arias Sánchez fue interpretado como dirigido a evitar un enfrentamiento
con la Iglesia Católica (que de todas maneras lo desautorizaba públicamente) y para no
perjudicar la campaña electoral de su candidata a la presidencia, Laura Chinchilla.
El problema del político católico: ¿servir a la iglesia de dios o al pueblo?
La Iglesia Católica exige realizar una tutela política a todas las personas que se
declaren miembros suyos y que ocupen puestos públicos. En Costa Rica la Iglesia
Católica instruye a los miembros de los poderes de la República, para que por sobre
toda otra consideración defiendan la enseñanza que dicta Roma. Tal el caso de las
exigencias del jerarca Ratzinger a “todo político católico”, específicamente a quienes
ocupen curules en las cámaras legislativas, sobre el tema de los matrimonios, uniones
civiles, o derechos, a personas GLBTT. La indicación es que se trata de prevenir la
aprobación un texto legislativo tan nocivo del bien común de la sociedad (…) es un acto
gravemente inmoral (Ratzinger Joseph, 2003). El llamado “legislador católico” debe oponerse por todos los medios a cualquier reivindicación GLBTT.
El gobierno de Costa Rica es consecuente, antepone el interés de la Iglesia
Católica al interés nacional del país. O como decía el representante de la Iglesia, la constitucionalidad del estado costarricense está anclada en el magisterio de Roma93. En
este sentido, la “falta de interés”, el “no tengo ningún apuro por las cuestiones GLBTT”,
93 Se trata, por lo demás, de un gobierno extranjero (¡!).
158
equivalente a un “a mí no me importa” de la Presidenta Chinchilla, parece alinearse con
el mandato que imparte el jerarca mundial del catolicismo.
Finalmente, el nivel simbólico de las mentalidades de quienes gobiernan hoy en
Costa Rica, se puede estimar señalando que, por ejemplo, la presidenta Chinchilla y el
Alcalde de San José, el ya citado Johnny Araya, aparecen como devotos católicos, en la
forma más característica de esta Iglesia, cuando floreció durante la llamada Edad
Media. En ese entonces y todavía hoy, la Iglesia y sus agentes recaudaban riqueza no
solamente otorgando indulgencias, sino también vendiendo reliquias de santos e
incluso las famosas astillas de la santa cruz. El catolicismo actual ha recuperado esas prácticas idólatras y supersticiosas al máximo, como cuando las reliquias de Don Bosco
visitaron recientemente Costa Rica y la región Centroamericana.
Se trata del brazo derecho disecado de Don Bosco, ubicado en una caja de
cristal, la cual a su vez está guardada en otra caja de aluminio, bronce y cristal, y finalmente todo esto colocado dentro de una tercera caja o cofre de zinc, que se
encuentra sobre un maniquí yacente, fabricado de resina acrílica, metido en un féretro
de cristal de 530 Kg de peso.
Jessica Varela escribía en el diario La Nación (2010 22 julio, p.17A):
Entre los asistentes a la Catedral estuvo la Presidenta, Laura Chinchilla, quien
escuchó la misa cerca del altar. También llegó el alcalde de San José, Johnny
Araya. Al final de la homilía ambos rindieron honores al santo.
Homofobia: Iglesia y Estado contra la dignidad GLBTT
El problema de la Iglesia Católica con la homosexualidad durante el siglo XXI,
radica en las dificultades crecientes que tiene, para mantener el control psicosexual de
sus fieles. La “inclusión” de las personas GLBTT como parte de una humanidad creada
por un “Dios de Amor”, implicaría entregar el último bastión de la
culpabilización/confesión de pecado, que permite a la institución manipular las vidas
personales y políticas de sus fieles. Pero la doctrina oficial católica, hoy día aún
propugna más bien la exclusión de las personas GLBTT, no solamente de derechos
sexuales sino también civiles y políticos. Esa Iglesia ha optado por afirmar el absurdo (según sus propios “criterios de verdad”) argumento de suponer que existen entidades
que dios no pudo haber querido crear, o que las creó como “error” (¿?) o como
inferiores o subordinados, en este caso las personas GLBTT.
Para afirmar la autoridad intelectual de la fe, y por tanto la propia, Ratzinger se
ve obligado a postular un ordo naturalis en el que el homosexual constituye la
excepción y, por consiguiente, una amenaza ¿Cómo puede el orden contemplar
el desorden, incluso como excepción? Arrojando la homosexualidad al
desorden, fuera por tanto de la racionalidad divina, es posible no plantear las
preguntas realmente pertinentes ni buscar tampoco las respuestas. Mediante la
expresión “desorden objetivo”, Ratzinger puede tranquilamente evitar
preguntarse qué papel desempeña la homosexualidad en el diseño de Dios? Y
¿Por qué Dios la permite? (Anónimo, 2007, p.97).
159
Los sacerdotes colonizadores de América discutían sobre si los indios tenían o
no alma, y si por tanto podían recibir el sacramento del bautismo y convertirse en
cristianos súbditos de la Corona94. La negación de la Iglesia Católica y la forma en que
asume hoy día el tema de la homosexualidad, se fundamenta en utilizar el mismo tipo
de argumento que empleara en esos siglos con las gentes americanas. El argumento
también se utilizó hasta hace poco para rechazar el divorcio, y lo sigue empleando esa
Iglesia para fortalecer su control institucional sobre la sexualidad humana. Por este
medio del control sexual y de la culpa por el pecado (inherente a la sexualidad, según
este organismo eclesial) se recogen ingentes riquezas y se adquiere gran poder
ideológico y político, así como ascendencia entre las tendencias y los sectores y grupos
más conservadores, oligárquicos y elitistas.
Durante la segunda mitad del siglo diecinueve, los liberales costarricenses
lograron eliminar una serie de privilegios y de espacios dominados por esa institución,
como fueron la administración del Registro Civil, el sistema educativo, la administración
de los cementerios, el pago de un impuesto obligatorio llamado “diezmo”, y otros. Sin
embargo, incluso después de la Guerra Civil de 1948, el país ha mantenido su
confesionalidad católica, creando muchos problemas en la política interna e
internacional y posicionando a Costa Rica como una nación afín al Vaticano y su agenda
ultra conservadora y de odio.
La religión católica es oficial en Costa Rica, país que se declara
confesionalmente seguidor de esa tendencia. El artículo 75 de la Constitución Política
señala:
La religión Católica, Apostólica, Romana, es la del Estado, el cual contribuye a su
mantenimiento, sin impedir el libre ejercicio en la república de otros cultos que
no se opongan a la moral universal ni a las buenas costumbres.
La Iglesia Católica se ha aliado y comparte y articula luchas con sus antiguos
enemigos, seguidores de la religión islámica extremista y los movimientos
fundamentalistas similarmente extremistas y practicantes de doctrinas de odio.
De Costa Rica, hoy día, hay que tener presente su falsedad ideológica, su
engaño y autoengaño. Existe aún la falsa creencia, y se difunde propaganda, de un país
de paz y sin ejército95, democrático por tradición. Porque, si analizamos la situación de
los derechos humanos de las personas GBLTT, más bien encontramos un retroceso y
agravamiento de la tendencia a la violación de estos derechos. Un estado que pretende
94 Véase mi artículo (Gómez Meza, 2007), respecto al significado filosófico en la discusión del “otro” de la posición mantenida por Las Casas sobre los indios.
95 Es el artículo 12 de la Constitución Política, que dice: “Se proscribe el ejército como institución permanente. Para la vigilancia y la conservación del orden público, habrán las fuerzas de policía necesarias. Solo por convenio continental o para la defensa nacional podrán organizarse fuerzas militares; unas y otras estarán siempre subordinadas al poder civil: no podrán deliberar, ni hacer manifestaciones o declaraciones en forma individual o colectiva”. En contraste a esta idealidad, la Costa Rica actual es un país de elevadísima violencia, en forma de delincuencia mafiosa. Tiene un acuerdo de lucha contra el narcotráfico que permite a las fuerzas armadas de Estados Unidos operar sin restricciones y fuera del alcance de la Corte Penal Internacional. Sobre la creciente militarización de Costa Rica, véase Bryan González Hernández, 2009.
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ser una democracia modelo resulta incompatible con el dominio de prejuicios
medievales96 o practicas características de los tiempos de la colonia, la esclavitud, el racismo y la misoginia. ¿Como responderá el estado costarricense a la creciente
tendencia por las demanda de las liberaciones GLBTT?
Esto no quiere decir que los otros movimientos sociales costarricenses, como el
ecologista o las feministas, no tengan similares dificultades en la construcción de
dignidades, de vidas humanas habitables. Pero esa concesión del Estado para que la
institución católica intervenga en política y defina los valores de la democracia, de la sexualidad, de la vida, la interrupción del embarazo, la orientación sexual y la identidad
de género, va en detrimento absoluto de las libertades. Irrespeta a la ciudadanía no
religiosa, irrespeta a los cristianos que no son católicos. Pero sobre todo daña a los también ciudadanos GLBTT, haciendo de la discusión y reivindicación de sus derechos
un asunto religioso/político, provocando un ambiente de prejuicio, discriminación y
odio. Como se trata de una homofobia oficial y social, la Iglesia, el Estado, los medios
de comunicación y muchas organizaciones cristianas, utilizan impune y
descontextualizadamente argumentos homofóbicos, similares a los que promueve esa
institución religiosa a nivel internacional.
Resulta absurdo concebir un estado democrático, que a la vez, adopte a la
iglesia católica como institución oficial, que la democracia del estado se base en los fundamentos filosóficos, la ideología y la concepción de política y de derecho de una
institución monárquica y que no respeta muchos derechos humanos, discriminando y
persiguiendo a mujeres y hombres y otras personas que no adoptan las
reglamentaciones sexuales católicas. ¿El catolicismo debe ser un particularismo
universalizante respaldado como política de estado? Mientras no se supere este atraso
medieval en la democracia de la “suiza centroamericana”, las personas GLBTT no
podremos ver nuestros derechos reconocidos. En este capítulo se considera que es el
momento oportuno, para no callar sobre este debate, ya que la desacreditación de la
iglesia por corrupción y pedofilia, por el cada vez menor numero de católicos y por los
nuevos valores del siglo XXI, hacen de la situación una oportunidad para irrumpir ante
tal alienación de la democracia y de los derechos humanos GBLTT en Costa Rica.
La Iglesia Católica en Costa Rica se involucra e interviene de forma directa en
todas las estructuras de poder político del Estado. Es un ente monárquico que sin
embargo define y consagra los valores de la democracia en el país; también se atribuye
la potestad de creer tener la autoridad para educar en materia de educación sexual,
aunque para esta iglesia toda sexualidad es originalmente “mala” y su ideal es la
castidad.
En un documento llamado Caminos hacia una auténtica democrac